Ensayo Poesía

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La Voz Eterna: El Alma de la Poesía

“La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.” –


Rabindranath Tagore.

Autor: Johann Mitchel Cadena Hernández 6ºBV

La poesía es ese arte ancestral que desafía el paso del tiempo, permanece
como una de las formas más puras y emotivas de expresión humana. A través de
sus versos, se revelan las profundidades del alma humana, se plasman los
sentimientos más íntimos y se retratan las imágenes más vívidas de la vida y la
naturaleza. “La poesía es el susurro del alma que encuentra su voz en el silencio
de las palabras.”(Rondón, M. Susurro del Alma (Poesía y Versos) 2022). La poesía es,
en esencia, una invitación a experimentar el mundo desde una perspectiva única,
donde el lenguaje trasciende su función comunicativa para convertirse en un
vehículo de belleza, emoción y reflexión.

“¿Qué es la poesía? Una cosa verbal que literalmente no puede definirse. Se ha


dicho que la poesía es el encuentro de lo remoto, de lo que aparentemente
no tiene relación alguna, y ese encuentro produce en nosotros una extraña
emoción. Pero esa definición puede aplicarse a muchos momentos de la
prosa. Creo que la característica de la poesía es algo que se siente, que se
presiente. No hay que confundir la poesía con la forma verbal en que a
veces se manifiesta. La poesía puede estar en un verso, puede estar
también en una página de prosa; a veces, una sola metáfora puede ser
poesía. Lo esencial es que sintamos la presencia de lo poético en esos
momentos, en esos versos o en esas páginas. Y esa presencia se reconoce
por la emoción, por el sobresalto, casi por un estado de gracia. La poesía
siempre es actual, siempre es ahora, o más exactamente, es un más allá
del tiempo.” (Borges, J.L. Comunicación Personal. 1977).
De lo anteriormente dicho podemos retomar que la poesía trasciende las formas y
se arraiga en la emoción y la sorpresa que evoca. Borges nos recuerda que la
poesía reside no solo en las palabras específicas o en la estructura de un poema,
sino en la capacidad de esos elementos para conectar con algo más profundo
dentro de nosotros, algo que está más allá del tiempo y de las definiciones
convencionales. Esta perspectiva puede ser un punto de partida para explorar
cómo la poesía, en su esencia, es una expresión del espíritu humano que busca
dar sentido a la experiencia de la vida y conectar con lo universal a través de lo
particular.

Una de las características más distintivas de la poesía es su capacidad para


condensar en pocas palabras realidades complejas y emociones profundas. “La
poesía es lo que se pierde en la traducción”(Frost, R. Poesía Completa. 2017).
Gracias a esto podemos ver la poesía como una forma de arte que depende
intrínsecamente de la musicalidad, el ritmo y la connotación de las palabras en su
idioma original, elementos que a menudo se diluyen o se pierden al ser traducidos
a otro lenguaje. La poesía, por tanto, nos invita a apreciar la riqueza y la
profundidad del lenguaje, animándonos a explorar las múltiples capas de
significado que pueden coexistir en un solo verso. La poesía también actúa como
un espejo de la sociedad, reflejando las alegrías, las tristezas, los triunfos y las
tragedias de su tiempo. A través de la historia, ha servido como un registro
emocional de la humanidad, capturando las esperanzas, los miedos y los deseos
universales que nos definen. “La poesía no es una evasión de la realidad, sino una
confrontación con ella”(Eliot T. S. The Sacred Wood. 1920). Esto nos recuerda que la
poesía no debe ser vista meramente como un refugio de belleza idealizada o un
escape de la mundanidad, sino como un medio poderoso para enfrentar y
reflexionar sobre la complejidad de la condición humana y del mundo que nos
rodea.

Más allá de su función estética o de registro social, la poesía posee un profundo


impacto en el individuo. Leer o escribir poesía puede ser una experiencia
transformadora, capaz de alterar nuestra percepción del mundo y de nosotros
mismos. Los poemas nos desafían a mirar más allá de la superficie de las cosas, a
encontrar belleza en lo ordinario y a cuestionar nuestras propias certezas. En este
sentido, la poesía se convierte en un diálogo íntimo entre el poeta y el lector, un
espacio donde pueden emerger nuevas comprensiones y conexiones
emocionales.

En conclusión, la poesía es mucho más que un género literario; es una forma de


experiencia humana que trasciende culturas y épocas. A través de su exploración
del lenguaje, su reflejo de la sociedad y su impacto en el individuo, la poesía nos
ofrece una ventana a las profundidades del espíritu humano. En un mundo cada
vez más acelerado y fragmentado, los poemas siguen siendo oasis de reflexión y
emoción, recordatorios poderosos de nuestra capacidad para sentir, soñar y
conectar con los demás a través de la belleza de las palabras. La poesía, en
última instancia, es un testimonio de la resiliencia del espíritu humano y de nuestra
búsqueda eterna de significado en medio de la inmensidad del universo.

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