Trabajo Final de Griego
Trabajo Final de Griego
Trabajo Final de Griego
Bibliografía:
1- Homero.
2.1- La Odisea.
2.2- Cantos.
2.3- Personajes principales y sus características.
2.4- Comparativa entre La Odisea y la Ilíada.
La epopeya es un poema extenso que narra las hazañas de héroes en cuyas aventuras
intervienen dioses y monstruos. La historia de nuestra literatura occidental comienza con la
Odisea (doce mil versos) y la Ilíada (más de quince mil versos), atribuidos tradicionalmente
a Homero. Estos dos poemas nunca dejaron de fascinar a los antiguos griegos, durante
siglos constituyeron la base de la educación y desde los romanos (Homero fue modelo a
seguir para poetas épicos como Virgilio) hasta nuestros días (una de las grandes novelas
del siglo XX es Ulises de James Joyce) han influido en gran medida en la historia de nuestra
literatura.
La leyenda nos lo presenta como un rapsoda (poeta que recita versos golpeando el suelo
con un bastón para marcar el ritmo), ambulante, ciego y pobre, que va de ciudad en ciudad
y de palacio en palacio recitando hazañas gloriosas. No se sabe con exactitud la época en
que vivió (se presupone que sobre el s.VIII a.C.), ni su patria (aunque la tradición lo
considera nacido en Quíos) e incluso se ha llegado a poner en duda su existencia, lo que
nos hace cuestionarnos a su vez sobre la autoría de sus obras.
De este modo es que los investigadores ha estudiado por años si realmente la Ilíada y la
Odisea pertenecen a Homero, llegándose a preguntar incluso si pertenecen a un único autor
(teoría conocida como “tesis unitaria”) u obras de varios autores (teoría conocida como
“tesis analista”). Esta es la llamada cuestión homérica. Para algunos expertos hubo un solo
poeta, Homero, que creó los dos poemas. Para otros, las diferencias (de estilo, de
temática…) entre los dos poemas son demasiado grandes, por lo que no es posible que se
hayan compuesto en la misma época y por la misma persona.
Actualmente se cree en la existencia de un poeta llamado Homero que habría dado forma a
la Ilíada partiendo de leyendas preexistentes. Es más difícil aceptar que ese mismo poeta
hubiera creado la Odisea, pero tampoco existen pruebas suficientes que demuestran lo
contrario. No obstante, quizá por tradición y por comodidad se continúa hablando de
Homero como del único poeta que compuso estas obras.
A pesar de haber claras diferencias entre ambas obras, hay una serie de características
comunes, que se atribuyen a características propias del autor, son las conocidas como
“características homéricas”, que son las siguientes:
c) Los personajes son una especie de títeres manejados por los dioses y el destino.
g) El empleo de las llamadas fórmulas épicas, que son el conjunto de epítetos referidos
a un personaje humano o divino. Estos epítetos son de carácter meramente
ornamental y tiene la misión de llamar la atención sobre la aparición en el relato del
personaje en cuestión, además de facilitar la composición del poema.
2.1- La Odisea.
- La llegada de Odiseo al país de los feacios, donde narra sus aventuras anteriores al
rey Alcínoo (cantos V-XIII). Encontramos aquí el relato en primera persona de los
sucesos más fantásticos de Ulises: el país de los lotófagos, el cíclope Polifemo, la
isla de Eolo, señor de los vientos, la maga Circe, que convirtió en cerdos a los
hombres de Ulises, el descenso al Hades, el canto de las Sirenas, la estancia con la
ninfa Calipso y la llegada a la isla de los feacios.
XXIV).
su marido.
Estas diferencias no solo muestran una perspectiva totalmente distinta de ambas obras, si
no que además muestra que la Odisea se ambienta en una sociedad mucho más avanzada,
la cual no tiene como temas principales la arcaicidad e importancia que se le da a la
brutalidad de la guerra, si no que se centra en aspectos más humanos, sobretodo en las
emociones y problemas sociales (distancia, tristeza, carencias, fe, infidelidad…) claramente
sin abordar en su totalidad dado a que, aunque muestre un claro avance social la una de la
otra, aún era una época muy alejada como para darle importancia a tales temas en su
totalidad.
En este canto, también conocido como “καταβασις” cuyo nombre proviene de un compuesto
derivado de la preposición griega “κατα”, la cual significa “abajo”, y el sustantivo “βασις”
(marcha, acción de ir).
Antes de realizar el análisis también debemos tener en cuenta la diferencia entre el Infierno
que conocemos por los cristianos y el Infierno relatado por los griegos antiguos. La palabra
“Infierno” no proviene del griego, sino del latín infernus (lugar inferior). La palabra griega
referida al Inframundo sería el Tártaro, explicado en la Teogonía de Hesíodo, siendo ésta la
región más profunda del Cosmos, precediendo incluso a Gea y existiendo antes del Tártaro
únicamente el Caos. Dista de una distancia como la que figuramos entre la tierra y el cielo.
Sin embargo, no es el Tártaro donde moran los difuntos, ya que la mansión de Hades se
encuentra mucho más cercana a la superficie de la tierra que el Tártaro.
Hesíodo nos relata que Hades era el hijo de Cronos y Rea, y a su vez hermano de Zeus y
Poseidón. Una vez que estos últimos vencieron a los titanes, se repartieron las distintas
partes del mundo para gobernarlas, quedándose Zeus el cielo y la tierra, Poseidón el mar y
Hades el inframundo. Los mitógrafos no se ponen de acuerdo respecto a cómo es el
Tártaro, sin embargo por lo que sabemos es muy distinto al Infierno descrito por los
cristianos.
El reino de Hades era un lugar frío y oscuro, en el cual abundaba la niebla. Si entrada
estaba precedida por un río, el Aqueronte, el cual solo se podía cruzar en la barca del
tenebroso Caronte. Del otro lado el Can Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de
serpiente, el cual guardaba la puerta, por lo cual se aseguraba de que nadie saliera.
Encontramos que dentro de la literatura muy pocos autores llegan a describir a Hades como
rey (Hesíodo, Homero, Esquilo y el poeta romano Ovidio) pero todos coinciden en su
carácter despiadado y el hecho de que no quería permitir a nadie volver al mundo de los
vivos.
En el canto relatan cómo Odiseo, tras haber permanecido en la isla de la maga Circe
durante un año, por fin llega esta y le pide que le permita volver a su añorada Ítaca, sin
embargo, le comunica que antes de permitirle esto debe dirigirse al Hades y pedir consejo al
difunto profeta Tiresias para que éste le revele el camino a casa y cuál de los dioses le está
poniendo tantas tribulaciones en su camino a casa, indicándole además cómo invocar a los
muertos.
Esta parte del libro es de gran importancia pues nos muestra diferentes ritos griegos
relacionados a los difuntos y las deidades ligadas al Hades, reflejado esto en las
instrucciones de Circe:
“Cuando haya cruzado tu nave el Océano todo pronto un cabo y los bosques verás de la
diosa Perséfone con sus álamos grandes y esbeltos y estériles sauces; allí proa tu nave
tocando los vórtices hondos hasta el sitio en que vierte sus aguas el Aqueronte, el Cocito,
un afluente de la Estigia, y el Piriflejeton.
Un peñasco hay en donde se encuentran los ríos sonoros; acercándote, pues, a este sitio
tal como te lo ordenó, ¡oh señor!, abre un hoyo que tenga un codo por lado y haz en torno
de él tres ofrendas para los muertos: La primera con leche y miel, la segunda con vino, la
tercera con agua, y de harina muy blanca empolvarás, luego invoca a los muertos así; a sus
cabezas inanes, y promete matar, ya en Ítaca, una vaca infecunda (…); por Tiresias
sacrificarás un carnero bien negro y sin mancha.
Cuando esté ya invocado el gran pueblo de todos los muertos sacrifica un carnero, una
oveja bien negra (…). Saca luego de junto a tu muslo la espada agudísima, siéntate y haz
que ni un solo muerto de inane cabeza a la sangre se acerque antes que te aconseje
Tiresias”.
Como podemos observar, se muestra una clara preferencia de animales de pelaje negro
para llevar a cabo ritual es relacionado al inframundo, pues estos son símbolo de las
tinieblas.
Odiseo, una vez cumplidas las instrucciones de Circe, consulta al profeta Tiresias, el cual le
revela que su regreso está siendo impedido por el dios Poseidón, debido a que ha dañado a
uno de sus hijos, el cíclope Polifemo (relatado en el canto IX), y que para acabar con esto
deberá llevar a cabo una serie de rituales y sacrificios en honor a éste dios. Además de esto
le da una serie de predicciones a Odiseo, como el hecho de que no debe de tocar los
rebaños del Sol Hiperión cuando aterrice en Trinacia, prediciendo la perdición de su
tripulación en caso de que lo hicieran. También predice que Odiseo llegará solo a su casa y
matará a los destructivos pretendientes de Penélope. Luego llevará un remo a un lugar
donde los hombres desconocen el mar, y cuando alguien le pregunte sobre el bieldo en su
hombro, deberá hacer un sacrificio a Poseidón, que le asegurará una vida abundante a
partir de entonces.
Una vez finaliza su conversación con Tiresias, aparece su madre. Aquí vemos un diálogo
entre madre e hijo, en el que Odiseo le cuenta el propósito del viaje y le pregunta qué la
mató, y cómo está su mujer e hijo. Ella relata las vidas de Penélope y Telémaco y le dice
que su padre está en la casa, esperándolo. Le revela además que ella murió de esa forma,
por la angustia de no volver a ver a su hijo, la cual no pudo soportar y finalmente acabó con
su vida. Odiseo, tras escuchar esto, intenta abrazar a su madre en tres ocasiones, sin éxito
alguno.
Es lógico que la muerte de Anticlea (la madre de Odiseo) fuera debido a la soledad,
teniendo en cuenta que las emociones centrales de la obra son la frustración y búsqueda
sin descanso por el regreso a casa. En este canto también se refleja otros temas de gran
importancia a lo largo de la obra, tales como la fidelidad, el respeto a los dioses, la tentación
y la resistencia.
Tras este reencuentro, aparecen otros personajes conocidos como Aquiles o Agamenón.
Este último le cuenta cómo fue asesinado por su mujer y el amante de ella para poder estar
juntos. Una vez terminada la conversación con aquellas personas que conocía, Odiseo,
temiendo por su vida y la de sus camaradas, decide regresar.
Para terminar el análisis, podemos destacar algunos detalles, como por ejemplo Aquiles le
dice a Odiseo que los muertos están privados de sentimientos y son simplemente el reflejo
de hombre que alguna vez tuvo vida. Añade además que preferiría ser el servidor del
hombre más pobre del mundo a ser el rey del Hades, un lugar repleto de tinieblas y dolor.
Otro dato a destacar sería cómo los muertos, además de no sentir, no pueden expresarse
igual que los vivos, emitiendo como una especie de murmullo, siendo comparado por
Sófocles con el aletear de los murciélagos “Aquí llegan los zumbidos del enjambre de los
muertos”. A Odiseo también se le recuerda que no toque los rebaños de Hiperión, y que
lleve a cabo un sacrificio en honor a Poseidón una vez que regrese a su patria. En otras
palabras, se le advierte que presente sus respetos a los dioses. La tentación que éstos
tendrán a la hora de atacar a los rebaños será desmedida, y la tentación es ,de hecho, el
punto ciego continuo de Odiseo y de sus marineros. El castigo de Tántalo encarna la
tentación que en su caso es aún peor porque nunca puede satisfacerla.
Para tener algo más de contexto, este personaje era rey de Frigia que, para honrar a los
dioses olímpicos que le habían visitado, decidió matar a su hijo Pélope y servirlo de
estofado. Como castigo, Zeus le condenó al Tártaro a permanecer en un lago con el agua
hasta la barbilla y bajo un árbol lleno de frutos. A su vez, cada vez que intentaba beber o
comer, el agua o los frutos se alejaban de él. Por último, Sísifo nos recuerda un importante
rasgo del carácter de Odiseo: la persistencia. Empujando eternamente una pesada roca
hacia la cima de una colina, Sísifo avanza como Odiseo, en lo que parece un interminable
viaje a casa.
Una vez más, para entrar en contexto y comprender la historia de éste último personaje (en
comparativa con Odiseo) explicaremos su historia. Sísifo fue, según la mitología griega, el
primer rey de la ciudad de Éfira, actualmente conocida como Corinto. Aparece caracterizado
en ambas obras homéricas como un gobernante ambicioso (característica en común con el
rey de Ítaca) y cruel, que empleaba la violencia para mantenerse en el poder y evitar
influencia ante sus adversarios, siendo un auténtico tirano. Sin embargo, su castigo
proviene de su capacidad para engañar, no solo a las personas, si no también a los dioses,
pues escapó de la muerte en dos ocasiones, motivo por el cual finalmente Zeus le impuso el
castigo eterno de hacer rodar una roca por una colina en las profundidades del Hades.
Ha servido de influencia a autores como el poeta romano Virgilio, en su obra la Eneida y las
Geórgicas. También aparece en obras de autores como Ovidio (Metamorfosis) y en
Góngora, tratando ambos el mito de Orfeo, el cual desciende al Hades en busca de su
amada.
En el arte también se ha visto el impacto de este canto, como en la obra del mismo nombre
de Tintoretto.