Carmen Olivia García Guzmán

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CURSO: Derecho de Obligaciones

Tarea Calificada 1 (Diálogo entre autores).

LA TRANSACCION EXTRAJUDICIAL EN EL PERU

DOCENTE:
Cesar Arturo Ayllon Valdivia

ESTUDIANTE:
Carmen Olivia García Guzmán

Perú
2004
LA VALIDEZ DE LA TRANSACCIÓN EXTRAJUDICIAL

Introducción:

Gloria Esther Hermida Clavijo, en representación de Miriam Ivonne Hermida Clavijo

interpone demanda de tercería de propiedad contra Jesús Esther Tambini Miranda y

Desarrollos Siglo XXI Sociedad Anónima Abierta solicitando se deje sin efecto la

medida cautelar ordenada sobre los bienes de su propiedad.

Agrega que como su representada reside en Italia, la compraventa fue elevada a

Escritura Pública recién el 12 de octubre de 2011, mediante una aclaración y

ratificación de compraventa e inserto de la minuta de compraventa del 26 de mayo de

2004, inscribiéndose el título de propiedad en el Registro de la Propiedad Inmueble, el

03 de mayo de 2012. Añade que con posterioridad a dicha venta, la codemandada

Jesús Esther Tambini Miranda interpuso una demanda de indemnización contra

Desarrollos Siglo XXI Sociedad Anónima Abierta, y en dicho proceso por Resolución

N° 02 de fecha 22 de diciembre de 2011, el Primer Juzgado Especializado en lo Civil

de la Corte Superior de Justicia de Lima trabó embargo sobre los inmuebles materia

de litis consignando como propietario a Desarrollos Siglo XXI Sociedad Anónima

Abierta, título presentado el 10 de febrero de 2012.

Ante lo expuesto Los jueces integrantes de la Salas Civiles Permanente y Transitoria

de la Corte Suprema de Justicia dejaron al voto un recurso de casación sobre tercería

de propiedad, durante el VII Pleno Casatorio Civil realizado en audiencia pública con

presencia de abogados, estudiantes de Derecho y comunidad jurídica en general. En

dicho pleno casatorio los magistrados decidirán si un derecho de propiedad no inscrito

debe o no imponerse frente a un embargo inscrito con fecha posterior.

Análisis:

En principio, el artículo 1302° del Código Civil de 1984 establece que "La transacción

tiene valor de cosa juzgada". Sin embargo, se cuestiona si esta norma implica que
tanto la transacción judicial como la extrajudicial poseen automáticamente la calidad

de cosa juzgada, es decir, son irrevisables, inmutables y ejecutables.

Se argumenta que la autoridad de cosa juzgada solo puede surgir en sede judicial,

después de un proceso. Por lo tanto, la transacción extrajudicial, realizada antes del

inicio de un proceso o fuera del mismo, no tendría esta calidad, ya que solo involucra a

las partes en disputa y no a un órgano jurisdiccional.

Este punto de vista se basa en el artículo 1312° del Código Civil, que indica que la

transacción judicial se ejecuta de la misma manera que una sentencia, mientras que la

transacción extrajudicial se ejecuta en la vía ejecutiva. Además, el artículo 337° del

Código Procesal Civil solo reconoce la calidad de cosa juzgada a la transacción

judicial.

Se plantea que, para que la transacción extrajudicial pueda tener la calidad de cosa

juzgada, sería necesario iniciar un proceso ejecutivo en el cual un juez pueda dictar

una sentencia que eventualmente adquiera la autoridad de cosa juzgada, ya sea

porque las partes no la impugnen o porque sea emitida por una Sala Civil de la Corte

Suprema de Justicia de la República.

Esta controversia conlleva a discutir la posibilidad de que la transacción extrajudicial

sea nula o anulable, según lo establecido en el Código Civil. Se señala que incluso

después de emitirse una sentencia de ejecución de acta, la transacción extrajudicial

podría no ser irreversible, aunque tenga vicios que la hagan nula o anulable. Para

comprender mejor este tema, es útil recurrir a la literatura jurídica que aborde esta

problemática en el derecho.

Los artículos mencionados en el código civil francés y el código civil mexicano

establecen disposiciones relacionadas con la rescisión de transacciones en casos de

nulidad. En el código civil francés, la doctrina francesa actual afirma que “la

responsabilidad extracontractual interviene, en efecto, muchas veces hoy para sancionar

la inejecución o mala ejecución de un contrato cuando ésta se debe al hecho de un


tercero o perjudica a un tercero. Esta misma doctrina indica que la tutela extracontractual

del derecho de crédito parece chocar con el principio clásico de relatividad de los

contratos, pero la doctrina y jurisprudencia de este país no ha dudado en replantear los

alcances del llamado principio de relatividad contractual. se permite la acción de rescisión

si la transacción se realizó en cumplimiento de un título nulo, a menos que las partes

hayan tratado expresamente sobre la nulidad. Además, se considera nula una

transacción hecha con la presencia de documentos que posteriormente se descubren

como falsos, así como una transacción relacionada con un proceso concluido por una

sentencia firme de la cual una de las partes no tenía conocimiento.

Por otro lado, el código civil mexicano establece que una transacción para prevenir

controversias futuras debe constar por escrito si el interés supera los doscientos

pesos. También especifica diversas circunstancias en las que una transacción será

nula, como cuando versa sobre delitos, dolo o culpa futuros, sobre sucesión futura,

sobre una herencia antes de que se haya visto el testamento, o sobre el derecho de

recibir alimentos.

Ambos códigos coinciden en que una transacción puede anularse si se basa en un

título nulo, a menos que las partes hayan tratado expresamente la cuestión de la

nulidad. Además, en ambos códigos se establece que una transacción relacionada con

un negocio decidido judicialmente por una sentencia irrevocable, desconocida por las

partes, será nula.

En resumen, estos artículos buscan proteger los derechos de las partes en las

transacciones civiles y garantizar que estas sean válidas y justas, especialmente en

casos de nulidad o falta de conocimiento de ciertas circunstancias relevantes.

En efecto, un argumento como este es expuesto en la sentencia en Casación Nº

1253-2002-Ica, donde se indica lo siguiente:

Que, la doctrina ha diferenciado, claramente, entre lo que constituye un derecho real y

un derecho personal; así el derecho real es: (...) aquella categoría de derechos
patrimoniales, que se caracteriza, en opinión común, por ser derecho sobre las cosas

(...); Mientras que el derecho personal o de crédito: (...) son aquellos que atribuyen a

su titular un poder que le permite dirigirse a otra persona y reclamar de ella una acción

o una omisión (...) (Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial; Luis Diez Picazo; tomo

I, Editorial Civitas, Madrid; 1993). Que, es imprescindible en la tercería de propiedad,

determinar si a la fecha de trabarse el embargo, el tercerista era propietario con

documento de fecha cierta y que preceda en el tiempo a la de la medida cautelar a

favor del recurrente; para ello, el actor, debe acreditar, su calidad de propietario del

bien. Que, en consecuencia, el presente debate se encuentra orientado a determinar si

es que, la medida de embargo dictada a favor del Banco demandado, constituye un

derecho real y no un derecho personal, conforme parece sugerir el recurrente; en ese

contexto, resulta necesario precisar que el derecho personal o de crédito responde a

una expectativa de acción que tiene el acreedor para con el deudor; mientras que el

derecho real, constituye una vinculación directa que recae e incide sobre el bien. Que,

por tal razón, la naturaleza jurídica del derecho de crédito o personal no puede ser

convertida en un derecho real por el solo hecho de inscripción en el Registro Público,

esto es, que la inscripción registral no puede desnaturalizar o convertir el derecho, sea

real o personal, que se ha logrado inscribir, porque ambos derechos, de acuerdo a la

legislación nacional, responden a una situación jurídica distinta; en ese contexto

resulta relevante lo expuesto en la propia Exposición de Motivos Oficial del Código

Civil, en lo referido al Libro de los Registros Públicos, donde se indica (...) quien

embarga un inmueble, no convierte su derecho de crédito que es personal, derivado

de la falta de cumplimiento de la obligación de pago, en un derecho real, porque la

inscripción no cambia la naturaleza de los derechos.

Precedentes de TC (I Pleno Casación N° 1465-2007-Cajamarca)

En el caso del Primer Pleno Casatorio Civil acerca de las transacciones extrajudiciales,

la empresa Minera Yanacocha se celebró transacciones extrajudiciales con la

demandante Giovanna Angelica Quiroz Villaty, por derecho propio y en representación


de sus menores hijos Walker Steve Cuenca Quiroz, Euler Jonathan Mendoza Quiroz y

José Ronny Mendoza Quiroz.

En el caso del Primer Pleno Casatorio Civil, la interpretación correcta de la figura

jurídica de la transacción extrajudicial y la resolución homologatoria es esencial para

garantizar la coherencia y la justicia en el proceso legal. La transacción extrajudicial es

un contrato entre las partes involucradas, mientras que la resolución homologatoria es

una sentencia judicial que ratifica y hace ejecutable dicha transacción.

La falta de una resolución homologatoria en el caso específico entre la demandante y

la Minera Yanacocha plantea interrogantes sobre la validez de la excepción procesal

de conclusión de proceso por transacción. La resolución homologatoria no solo

confirma la existencia y validez de la transacción, sino que también la convierte en una

sentencia con efectos de cosa juzgada, lo que significa que las partes deben cumplirla

como si fuera una orden judicial.

Por lo tanto, equiparar una transacción extrajudicial con una resolución homologatoria

es incorrecto y puede llevar a decisiones legales injustas. Es necesario que el Tribunal

Constitucional, en su voto en mayoría, comprenda la diferencia crucial entre estos dos

conceptos y reconozca la importancia de la resolución homologatoria como garantía

de legalidad y justicia en el proceso legal. Un análisis más profundo de esta relación

entre la transacción y la resolución homologatoria es fundamental para evitar

interpretaciones erróneas y asegurar la protección de los derechos de las partes

involucradas.

Según Fort Ninamancco, en relación con el primer pleno casatorio civil, es importante

considerar que se refiere a la transacción extrajudicial y su capacidad para plantear

sobre ella o sobre la base de ella una excepción procesal. La idea principal es que, si

dos personas resuelven o pretenden resolver su controversia mediante una

transacción extrajudicial, no pueden iniciar nuevamente una demanda sobre el mismo

asunto que fue objeto de la transacción. Si el demandado intentara hacerlo con éxito,
podría presentar la transacción extrajudicial ante el juez y argumentar que el asunto ya

se resolvió, impidiendo así la apertura de un nuevo proceso sobre el tema.

Sin embargo, esto no significa que la transacción extrajudicial esté exenta de posibles

cuestionamientos legales. Aunque es un acto jurídico válido, como un contrato, puede

ser impugnado por motivos de nulidad, anulabilidad o ineficacia en el proceso

correspondiente. Por ejemplo, si la transacción adolece de vicios como falsificación,

falta de capacidad legal de los firmantes o falta de poder de representación suficiente,

puede alegarse y evitar que prospere la excepción procesal basada en ella.

Es importante destacar que una transacción extrajudicial debe incluir concesiones

recíprocas de ambas partes y no requiere de firma legalizada ni escritura pública, pero

debe constar por escrito según lo establecido en el Código Civil. Una transacción

puramente verbal sería nula según lo dispuesto en la ley.

Juan Luis Avendaño se inclina por proteger la propiedad y no el embargo. Se basa

en que: (1) El segundo párrafo del artículo 2022 nos reenvía al derecho común y no al

derecho registral, que es un derecho específico, especial. Por tanto, deben ser esas, y

no éstas, las reglas que deben ser consideradas para solucionar la discusión; (2) El

artículo 949 del Código Civil establece que el derecho de propiedad inmueble se

perfecciona con el consentimiento; ergo, no se puede hacer distingos entre propiedad

inscrita y propiedad no inscrita; se es propietario aun cuando no haya inscrito su

derecho; (3) La Constitución protege la propiedad al declararla inviolable y el Estado

está obligado a garantizarla. Por consiguiente, el propietario debe ser resguardado por

mandato constitucional.

Guillermo Lohmann argumentó en favor de la protección al embargo inscrito. Sostuvo

que: (1) No hay derechos absolutos. El derecho de propiedad no puede ser

“reconocido” si antes no es “conocido”, y por tanto, en la medida que no es oponible

erga omnes vía la inscripción registral, no puede merecer esa protección; (2) El

embargo inscrito tiene proyección de derecho real, como sucede con la hipoteca; (3)
Hay que evaluar también la diligencia del acreedor embargante y la no diligencia del

propietario que no inscribe, pues el derecho protege apreciaciones y admite

presunciones; (4) Hay que proteger el sistema registral. El registro otorga seguridad

jurídica y no puede ser desconocido para proteger a un propietario singular que no

inscribe su derecho. Es un tema de oponibilidad y no de propiedad.

En el Derecho Peruano

El último párrafo del artículo 1302 del Código Civil peruano establece que la

“transacción tiene el valor de cosa juzgada”. El legislador peruano justificó esta

solución porque no cabe la lesión en la transacción, porque las partes se hacen

concesiones recíprocas y además por el valor de cosa juzgada de la transacción…

Igualar los efectos de una sentencia a la transacción implica un desconocimiento de la

codificación francesa de la transacción y el desarrollo ulterior en los derechos alemán,

italiano. (p.51)

Ese carácter de cosa juzgada de la transacción fue el pseudoargumento que tomó en

cuenta la Casación. En el numeral 37 del Fundamento V (Consideraciones) de la

Casación se indica que no cabe impugnar a la transacción por alguna causal de

nulidad o anulabilidad para evitar un fatigoso proceso judicial con todo el costo

temporal y económico que ello significa. Esta aseveración desconoce la existencia de

los artículos 1308 y 1309 del CC… de ahí que concordamos que la transacción

extrajudicial no es inmutable, incluso pueden ser susceptible de anulabilidad o nulidad.

(p.52).

Aparentemente, los efectos de la transacción tienen los efectos de una “cosa juzgada”

y, por consiguiente, no puede ser impugnada por lesión conforme lo establece

textualmente el numeral 1 del artículo 1455 del CC.

El contrato con lesión enorme abarca otros supuestos. Siendo aquel acto programático

según el cual una parte obtiene una ventaja excesiva mediante el aprovechamiento

injustificado de la dependencia, aflicción económica o necesidades apremiantes de la


otra parte, o de su falta de previsión, ignorancia, inexperiencia o falta de habilidad en

la negociación. (p.53)

Revisar el numeral 5 del Fundamento V (Consideraciones) de la casación para

corroborar que las cláusulas de los contratos de transacción han sido elaboradas por

una sola parte (la empresa Minera Yanacoha S.R.L.) y no por los damnificados por los

derrames de mercurio. El hecho que en el numeral 55 del Fundamento V

(Consideraciones) de la casación se indique que la demandante y su cónyuge tienen

la condición de profesores no cambia en nada que ellos no ejercieron la libertad de

estipulación.

En este sentido, la casación debió informarse de la doctrina y de la jurisprudencia

italiana.

Conclusiones

 Una transacción extrajudicial no homologada judicialmente no puede ser utilizada

como excepción procesal según lo establecido en el inciso 10 del artículo 446° y el

inciso 4 del artículo 453° del Código Procesal Civil. Por lo tanto, una transacción

extrajudicial no homologada no puede ser invocada para finalizar un proceso como

excepción procesal.

 si la transacción se lleva a cabo en el contexto de un proceso como si no, sigue

siendo un contrato con la misma naturaleza. Por lo tanto, hablar de transacción

judicial o extrajudicial puede resultar impreciso, ya que la única diferencia

significativa es la homologación judicial que pone fin al proceso. En última instancia,

la homologación judicial se traduce en una sentencia.

 En el caso de una transacción extrajudicial, el demandado debe presentarla como

defensa de fondo en su escrito de contestación a la demanda, permitiendo al juez

pronunciarse sobre ella en la sentencia final. Es en esta sentencia donde se

determinará si la transacción ha extinguido la obligación reclamada en la demanda.


 La excepción de conclusión de proceso por transacción solo puede basarse en una

transacción judicial celebrada entre las mismas partes en un proceso previo

idéntico. Por otro lado, la transacción extrajudicial solo puede ser presentada como

defensa de fondo en la contestación de la demanda.

Referencias Bibliográficas:

Civil, C. S. (2007). www.pj.gob.pe. Obtenido de


https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/09ca528047e3d59dbb60ff1f51d74444/
Primer+Pleno+Casatorio+Civil.pdf?
MOD=AJPERES&CACHEID=09ca528047e3d59dbb60ff1f51d74444

Córdova, N (2013). Embargo Inscrito y tercería de propiedad

https://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/archivosbiblioteca/dci0343.pdf

LEDESMA, Marienella 2008 “La Transacción extrajudicial como”. Jurisprudencia. Lima, 2008,
número 5.

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