Objetos Liturgicos

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LITURGIA

Eclesiástico 22, 19-20 quien hiere el ojo, hace saltar lágrimas; quien hiere
el corazón, descubre sentimientos. Quien tira una piedra a un pájaro, lo
ahuyenta; quien ofende a un amigo, rompe la amistad.

Objetos Litúrgicos

Corporal Pequeño mantel de color blanco. Suele llevar


una pequeña cruz bordada.
Donde van a estar los recipientes que
contendrán el Cuerpo y Sangre de Jesús.
Purificador Del tamaño de un pañuelo doblado a lo largo.
Se utiliza para purificar los recipientes después
de la comunión.

Patena Como un plato pequeño y redondo; suele ser de


metal.
Debe ser consagrada de forma exclusiva y
definitiva para el uso en la Santa Misa.
Se colocan las hostias de pan, que se
convertirán en el Cuerpo de Cristo.
Cáliz Como una copa. Por dentro, suele ser de oro u
otro metal. Debe consagrarse de forma
exclusiva y definitiva para el uso en la Santa
Misa.
Se coloca el vino y el agua que se convierten en
la Sangre de Jesucristo.
Palia Es un paño cuadrado y pequeño. Suele ser de un
material firme.
Se cubre el cáliz, para que no entren elementos
extraños.
Vinajeras Dos pequeños recipientes con forma de botellas.
Contienen el vino y el agua que se usan en la
Santa Misa. Las vinajeras junto con las hostias
no consagradas se pueden llevar al altar en la
procesión de ofrendas.
Copón Su aspecto es parecido al del cáliz con la gran
diferencia que el copón tiene una tapa.
Sirve para distribuir la comunión y para colocar
las ostias consagradas en el sagrario.

Lavabo Es una jarra con agua y recipiente tipo plato.


Sirven para que el sacerdote se lavarse las
manos antes de la consagración.

Manutergio Una pequeña toalla, para que el sacerdote pueda


secarse las manos.

Acetre Recipiente con forma de pequeño balde.


Contiene el agua bendita.

Hisopo Se utiliza para rociar el agua bendita.

Turibulo Tiene forma de balde con tapa con orificios que


cuelgan de unas cadenas.

Naveta Recipiente que contiene el incienso y lleva


cuchara.

Crismeras Contienen los santos óleos consagrados el


Jueves Santo.
Se usan en:
 unción de los enfermos (oleo de los
enfermos).
 unción bautismal,
 confirmación
 sacramento del orden (santo Crisma).
Cruz procesional o La cruz procesional es una cruz de gran tamaño,
cruz alta indica la presencia de Jesús en la celebración.
Precede toda procesión, encabeza el rito de
entrada en las Misas y se inciensa por ser signo
de Salvación.

Custodia Con forma de sol.


Realizada con un metal noble, su centro posee
un vidrio donde se coloca a Jesucristo
Sacramentado.
Se coloca el Santísimo Sacramento, para
adoración de los fieles durante las procesiones
eucarísticas (Corpus Christi).
Altar Mesa donde nos reunimos para celebrar la
Eucaristía, simboliza encuentro (familia).
Se llama altar (Altare: lugar elevado).
El altar no es un mueble más que se pone y se
saca, sino que es firme como Cristo, el
sacerdote besa el altar cuando comienza y
finaliza la Misa porque representa a Cristo, en
conjunto con los monaguillos puede hacer una
reverencia.
Sede En la sede se sienta el sacerdote, la cual está en
el presbítero.

Misal Romano Contiene las partes y las oraciones que el


Sacerdote y el pueblo reunido reza durante de la
Misa.

Leccionarios Contiene todas las lecturas de la Palabra de Dios


que se proclama en la Misa.
Evangeliario Contiene solo la Palabra del Evangelio escrito
por los discípulos de Jesús: Marcos, Lucas,
Mateo y Juan.

Rituales Este libro es usado para la celebración de los


sacramentos y funerales.

Ordo Libro pequeño que dice que fiesta estamos


celebrando, cuáles son las lecturas y cuál es el
color del ornamento propio del día.
COLORES LITÚRGICOS
Los colores en la sociedad ayudan a transmitir información, como señales
convencionales. Hablamos de “colores patrios”, “tristes” o “alegres”, etc.
La Iglesia también usa de los signos en su liturgia, para facilitar la
comprensión de algo.
Los ornamentos que usa el sacerdote son de cuatro colores: blanco, verde,
morado y rojo. Cada uno indica algo diferente: una fiesta o un tiempo
litúrgico determinado.

Blanco Se usa para fiestas del Señor y de la Virgen


María, santos que no han sido mártires y
tiempos litúrgicos de Navidad y Pascua.
Simboliza la luz, la pureza, la inocencia, la
santidad y la alegría.
En caso de no disponer de los otros colores es el
único que suplanta al resto.
Verde Simboliza la espera de las grandes solemnidades
litúrgicas
Se emplea en el Tiempo Ordinario.
Se utiliza un verde vivo, no apagado..
Morado Símbolo penitencia, humildad, dolor y también
de esperanza tras el dolor.
Se emplea en los tiempos penitenciales
(Adviento y Cuaresma) y Misas de difuntos.
Rojo El color más parecido a la sangre y al fuego.
Simboliza realeza, martirio, fuego y sangre.
Se emplea en: fiestas del Espíritu Santo,
Domingo de Ramos, Viernes Santo, las fiestas
de los apóstoles, de los Evangelistas y de los
mártires, que dieron su sangre por Cristo.
Celeste Se usa el día de la Inmaculada Concepción.
También en alguna fiesta de la Virgen María.
VESTIDURAS LITÚRGICAS
Para una fiesta nos vestimos bien. Y si la fiesta es muy importante, con más
razón. El sacerdote se reviste porque cuando celebra la Misa lo hace en
nombre de Cristo.
Entonces sobre su ropa normal se pone otra ropa, para simbolizar que se
recubre de Cristo.

Alba Túnica larga con mangas que cubre todo el


cuerpo. De color blanco, el sacerdote y los que
ayudan la usa en todas las celebraciones
litúrgicas.
Significa pureza para poder servir en el altar.

Cíngulo Un cordón blanco que se coloca como cinturón


sobre el alba
Significa castidad y que el que está al servicio de
Dios está atado a Jesús.

Estola De diversos colores porque se usan según el


tiempo litúrgico.
Identifica al sacerdote porque representa el poder
que Jesús les dio para hacer las mismas cosas que
Él hacía.
El diacono la usa en forma cruzada.
Casulla Manto en forma de poncho que cubre al
sacerdote, que se viste de Cristo para realizar lo
mismo que el hizo en la última cena.
La casulla personifica a Cristo.
Hay varios colores de casulla, conforme al
tiempo litúrgico.
Capa pluvial Capa que se utiliza en la exposición del
Santísimo y presidir las oraciones de la Liturgia
de las horas.
Cubre el cuerpo desde el cuello, ensanchándose
gradualmente hacia la parte inferior, dejando la
parte frontal libre.
AÑO LITÚRGICO
Al comienzo de la Iglesia no existía el Año Litúrgico. Toda la vida
cristiana y los escasos actos cultuales de la Iglesia primitiva giraban en
torno a la memoria, de Jesús, y a su Memorial, la Eucaristía.
Actualmente, las celebraciones litúrgicas se realizan en los momentos que
marcan “nuestros” tiempos: en el ritmo diario, semanal y anual. ¿Pero, de
dónde vino esta organización? ¿Quién la introdujo?
El año es una de las divisiones del tiempo, a las cuales dan lugar los
fenómenos del sol y de los otros astros. Así el Año puede ser “solar o
lunar”.
Año solar: es el tiempo que emplea la Tierra en su movimiento de
traslación alrededor del Sol (365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos).
Este mismo espacio de tiempo, sin las fracciones, es lo que llamamos Año
Civil.
Año lunar: es el conjunto de 12 lunaciones, que componen en total 354
días, 8 horas, 48 minutos y 45 segundos.
Año Juliano: consta de 365 días y 6 horas, estas 6 horas sobrantes
componen, cada cuatro años, un día, el cual se agrega al mes de febrero,
formando el año bisiesto.
En este contexto, el Año Litúrgico, es la combinación del año lunar, solar y
civil, hecha por la Iglesia en orden a la celebración sucesiva de los
Misterios de la Vida de Cristo y culto de los Santos.
Distribución del año litúrgico:
Diario: por horas
Semanal: por días
Anual: períodos
Ni las horas, ni los días, ni los períodos son precisamente los mismos del
Año Civil, sino propios del Litúrgico.
El Domingo fue el día Litúrgico primitivo, único de la semana; le siguieron
sucesivamente: los demás días, la semana y finalmente el Año Litúrgico.
Los judíos santificaban el sábado. Los cristianos sustituyen el día sábado
por el Domingo.
El objetivo primordial del Año Litúrgico es celebrar el Misterio de la
salvación.
Hasta el Vaticano II el Año Litúrgico comenzaba con el Adviento, y así es
actualmente. Sin embargo, teológicamente, hay que colocar en primer lugar
la Pascua de Resurrección.
Nosotros los cristianos, heredamos del pueblo judío la manera de ver el
tiempo, marcada por eventos significativos en los que el Señor ha
intervenido en la historia.
• La novedad está en que, desde el punto de vista de la fe cristiana, el
evento decisivo, la intervención definitiva de Dios en la historia, se
ha dado en la persona de Jesús. Con su muerte y resurrección ha
comenzado ya para nosotros el fin, la eternidad, la plenitud del
tiempo.
El actual año litúrgico de la Iglesia Católica Romana está conformado por
dos tiempos “fuertes” y por el ordinario. Los tiempos fuertes incluyen otros
tiempos.
Adviento
El Adviento consta de cuatro semanas, en las que se prepara y espera la
venida del Señor al final de los tiempos.
Navidad
La Navidad y la Epifanía celebran la manifestación de Dios en nuestra
carne ante los pastores y los magos de Oriente.
El tiempo de Navidad, incluye la fiesta de la Sagrada Familia y la de María,
Madre de Dios.
La fiesta del Bautismo del Señor se sitúa donde se unen el tiempo de
Navidad y el tiempo ordinario. Celebra la manifestación de Jesús como
Mesías en su bautismo en el río Jordán: “Este es mi hijo amado, a quien he
elegido; escúchenlo”
Ordinario
Consta de 33 o 34 semanas y tiene como centro el Domingo, día del Señor.
En la “mesa” de la Palabra se nos sirve un rico menú de lecturas bíblicas
que recorre un ciclo de tres años: A, B, C, para que se escuchen e
interpreten los pasajes más importantes de las S. Escrituras. En cada uno de
estos tres años leemos uno de los Evangelios sinópticos: Mateo A, Marcos
B, Lucas C.
El Evangelio de Juan se lee en los tiempos fuertes del Año Litúrgico, y la
lectura de Jn 6, sobre el pan de vida, completa la lectura del Evangelio de
Marcos en el Año B.
Cuaresma
Son cuarenta días de preparación a las fiestas pascuales. Comienza con el
miércoles de ceniza. Consta de cinco domingos, más el Domingo de Ramos
y el de la Pasión. Se extiende hasta el comienzo del Triduo Pascual.
El Triduo Pascual incluye la celebración de la Cena del Señor, el Jueves
Santo, la Pasión del Señor, el Viernes Santo, Sábado Santo, la Vigilia
Pascual.
Pascua
Originalmente era una fiesta de la primavera en la que los pastores ofrecían
las primicias de sus rebaños, y los labradores, los primeros frutos de sus
campos.
Con el paso del tiempo, la fiesta de la Pascua adquirió un sentido histórico,
como “memoria” de la salida de Egipto y de la liberación de la esclavitud.
La fiesta de Pentecostés inicialmente cerraba las siete semanas (cincuenta
días) de la cosecha que se comenzaba a hacer durante la Pascua; esta es la
“fiesta de las semanas” Ex 34,22; o “fiesta de la cosecha” Ex 23,16. Mas
tarde se relacionó con la entrega de la Torá en la asamblea del Sinaí y se
comenzó llamar “fiesta de la alianza”.
Hubo serias y largas disputas para llegar a un acuerdo sobre la fecha de la
Celebración de la Pascua cristiana.
En el Concilio de Nicea, en 325, se fijó la Celebración de la Pascua el día
Domingo.
El núcleo primitivo del tiempo litúrgico: en primer lugar, el Domingo
como Pascua Semanal: primer día de la semana, día del Señor, en el que se
hace memoria de la Resurrección de Jesús, día de la “fiesta primordial” de
los cristianos. (SC 106)
El Domingo fue llamado también “día del sol”. Los cristianos sustituyeron
el día consagrado al dios-sol y al emperador romano por el día de la
memoria de Jesucristo, Sol de justicia y Señor de los señores. Día
consagrado al Señor.
El Año litúrgico está formado por distintos tiempos. Estos son tiempos en
los que la Iglesia nos invita a reflexionar y a vivir de acuerdo con alguno de
los misterios de la vida de Cristo. Comienza por el Adviento, luego viene la
Navidad, Primer tiempo ordinario, Cuaresma, Pascua, Tiempo Pascual,
Pentecostés, Segundo Tiempo Ordinario y termina con la fiesta de Cristo
Rey.
Durante el año, el sacerdote viste una prenda exterior llamada casulla.
Sobre la casulla, coloca un vestimento llamado estola. El color de ambos
cambia, según el color dictado por el calendario litúrgico.
Todo el Año Litúrgico es Cristocéntrico: todo gira en torno a Jesucristo,
sol espiritual de la Iglesia y del universo cósmico. Jesucristo es adorado y
celebrado constantemente en Sus dos grandes Misterios de la Encarnación
y de la Redención, que integran el Misterio Pascual y la totalidad de su
obra salvífica

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