Las Señales de La Vida 3-Nueva Humanidad

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SEÑAL Nº 1

EL PRINCIPIO DE
LA PREVENCIÓN
“El Espíritu Santo nos guiará, nos enseñará y nos irá diciendo
todo lo que debemos hacer y hablar para no equivocarnos”
(SAN JUAN 14: 21)

L
a frase anterior ilustra el principio fundamental de la
prevención, ejemplificada desde tiempos bíblicos:
“TODO LO QUE SUCEDE EN NUESTRA VIDA NOS HA SIDO
PREVIAMENTE ANUNCIADO”.

Cuando no sabemos la forma como opera el universo y


desconocemos la existencia de sus leyes, no entendemos
sus anuncios, vivimos la vida sintiéndonos solos y a
merced de lo que venga, eso si, tenemos la esperanza
que todo funcione bien y nos aferramos con fe a lo que
creemos, pedimos los milagros con fervor y nos asimos
a la esperanza. Eso es estar sumido en la oscuridad de
la propia ignorancia ya que no estamos solos, siempre
estamos siendo guiados por los maestros y por los ángeles.

El ángel que nos previene con suficiente anticipación,


sobre las dificultades que se nos pueden llegar a
presentar, es el ángel de la guarda, si estamos dispuestos

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a escuchar con debida atención y con claridad mental,
podemos evitarnos sufrimientos innecesarios gracias a
su aviso, si no escuchamos, entonces nuestras vidas se
complican, para que podamos verificar la existencia
de las leyes y aprendamos a obedecerlas.

Un viejo y popular adagio afirma: “SOLDADO ADVERTIDO


NO MUERE EN GUERRA”. Pues bien, esto es precisamente
lo que hace esta ley, evitar que perezcamos antes de
lo precisado, advirtiéndonos lo que podría pasar. Ante
estas circunstancias aparece nuestro ángel de la guarda.
Su función es protegernos de todas las experiencias que
no necesitamos vivir y hacia las cuales nos dirigimos sin
saberlo.

Es a través de los ángeles, que la vida nos advierte acerca


de las consecuencias que trae consigo el incumplimiento
de las Leyes de la Vida. Por ello la función principal de La
Señal de Prevención es justamente eso “prevenirnos” de
todo aquello que podemos evitar, de todo aquello que no
necesitamos vivir y de todo sufrimiento inútil.

Cuando aprendemos a dejar de lado nuestra ignorancia


y terquedad y nos disponemos a escuchar las señales
de nuestro ángel y a seguirlas, comenzamos a notar
que respetamos más fácilmente las Leyes del Universo.
Entonces ya no nos quejaremos más de nuestra “mala
suerte”, ni sentiremos que vivimos equivocadamente,
porque comenzamos a comprender el Orden Perfecto del
Universo.

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“ATENDER LAS SEÑALES, TE LLEVA A RESPETAR LAS LEYES Y
RESPETARLAS TE PERMITE FLUIR
CON EL ORDEN PERFECTO DEL UNIVERSO”

La Señal de Prevención tiene infinitas posibilidades para


lograr su cometido. La mejor manera para reconocer que
se trata de un mensaje de tu ángel guardián, es aprender
a ver los detalles que se encuentran aparentemente
desconectados de la situación. Por ejemplo: cuando
te cuentan que una carretera está peligrosa, sin saber
que tú piensas viajar por ella; cuando tu jefe te niega,
aparentemente en forma injusta un permiso para salir;
cuando se te daña algo que necesitabas usar, etc. Todos
estos ejemplos parecieran estar desconectados de lo que
tú estás planeando, pero si te fijas más a fondo, te están
previniendo acerca de lo que puede pasar, o simplemente
están evitando que pase. Este tipo de advertencias solo
pueden ser interpretadas por la persona a quien van
dirigidas, ya que es ella quien tiene la información
necesaria para conectarlas y leer el mensaje que la
conexión trae consigo.

“NUNCA DEBE UNO RESISTIRSE A LAS LLAMADAS


DE LA INTUICIÓN”
(CARREL)

Cuando aprendemos a reconocer la señal de prevención,


debemos comenzar a desarrollar una habilidad interna
de reflexión, que nos permita cuestionarnos acerca del
mensaje, de si la situación es innecesaria o no, de si estamos

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quebrantando alguna ley, de lo que necesitamos aprender
de la situación, de lo que necesitamos cambiar o aceptar.

Es necesario aclarar en esta señal, que cuando nos


referimos a ángeles estamos haciendo referencia a
seres en absoluto estado de inocencia y por lo tanto,
completamente obedientes a los Maestros de las diferentes
jerarquías del Universo.

Esta aclaración se hace con el fin de no caer en un error


ancestral, bajo el cual confundimos a los ángeles con
los Hermanos Superiores o Mayores, ya que en pasajes
bíblicos tendemos a confundirlos. Cuando se hable de
un ser encarnado en un cuerpo físico, se está haciendo
referencia a un Hermano Superior o Mayor (seres más
avanzados que nosotros en su desarrollo espiritual), pero
si no se necesita de un cuerpo físico, como en el caso
de influir en los pensamientos humanos, quien realiza la
tarea es un ángel.

Así que, estos seres siempre están presentes, ellos nos


apoyan en nuestro proceso de aprendizaje, cumpliendo
su función sin que cuente para ello el nivel evolutivo que
tenga la persona, ni el trabajo que realice, ni la vocación
a la que se dedique. Ellos hacen algo muy parecido a una
mascota.

A la mascota no le interesa en qué trabaja su dueño,


no pregunta a qué hora llega, ni le interesa que sea
una persona ilustrada o no, la mascota simplemente

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acompaña, comparte afecto con su dueño, como es el
caso de un perro o un gato, mueve su cola mostrando
alegría y no exige nada a cambio.

Todos tenemos ángeles; incluso los ladrones, los sicarios,


los corruptos y toda clase de delincuentes, estas personas
en algunos casos pueden tener más ángeles, que una
persona común y corriente, porque tienen la función
de cuestionar a otros, de ser los que ponen a prueba a
las demás personas, por este motivo para el universo su
función es bien importante. Por eso los ángeles son los
seres encargados, que la ley del universo se cumpla en
la vida de todos los seres humanos, en el plano de la
materia.

Los ángeles, al igual que los maestros, son emanaciones


de luz. Ellos continuamente están emanando luz, y esta
se genera en forma de focos. Su energía y su luz se emana
en sus campos externos, por este motivo parece que
tuvieran alitas, en realidad no tienen alas, lo que nosotros
vemos son sus campos energéticos. Los podemos ver
como pequeñitas esferas radiantes de colores diferentes
con el rabillo del ojo, que es donde están los bastones y
con ellos podemos ver la luz y el brillo. Precisamente por
ser luz no se pueden ver de frente, porque la luz no se ve
con los conos, que son los que están en las pupilas, con
éstos se ven los colores.

Todas las personas tenemos por lo menos tres ángeles,


pues son necesarios ya que ellos son los que controlan

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las leyes en nuestra vida y están ubicados en diferente
posición.

EL ÁNGEL DE LA LEY, se ubica arriba de nosotros. Es el ángel


superior, el de la guarda y el de la guía dependen de él. Se
encarga de evitar que no nos salgamos de la ley, maneja
el libre albedrío. Recordemos que el libre albedrío
precisamente es para que podamos aprender cometiendo
errores, este ángel no permite que vayamos más allá de
la ley, no permite que nos extralimitemos cometiendo
errores.

EL ÁNGEL DE LA GUÍA, se ubica a nuestro lado derecho y se


encarga de manejar el destino y la función, nos muestra
las oportunidades y el camino que necesitamos recorrer
en la vida, de manera individual y personal. Si requerimos
de experiencias traumáticas, difíciles y dolorosas, nos
induce o lleva a ellas, él sabe que necesitamos vivirlas
para completar lo que falta por aprender aún. Es de
irradiación azul.

EL ÁNGEL DE LA GUARDA, se ubica a nuestro lado izquierdo,


podemos verlo como una esfera roja o rosada, él se
encarga de avisarnos y prevenirnos cuando vamos a
hacer algo que nos lleva a una experiencia difícil que no
nos corresponde, él no permite que tengamos problemas,
accidentes, negocios, relaciones o situaciones que no
necesitamos para nuestra evolución. Ahora, si somos
tercos e insistimos persistentemente, en hacer algo
aunque las señales nos muestran que no fluye, que no

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se facilita y no nos damos cuenta de los mensajes que
nos envían, entonces viviremos la experiencia en razón a
nuestra terquedad.

Podemos intentar verificar su presencia, simplemente


tratando de verlos o pidiéndoles que se dejen ver,
que nos permitan reconocerlos para reafirmar que
están con nosotros para apoyarnos, y que son los
mensajeros de Dios cumpliendo su función con los
seres físicos.

Se facilita el proceso si nos encontramos solos, tranquilos y


relajados; si estamos asustados o intranquilos posiblemente
no podamos ver nada. Nadie nos puede garantizar que
logremos verlos inmediatamente, pero lo cierto es que
muchas personas lo logran con paciencia y perseverancia y
otras espontáneamente.

Los ángeles son una realidad, no es algo en lo que se


necesita creer, por lo general los niños hasta los cinco
años pueden verlos y en muchas ocasiones lo manifiestan,
pero, los adultos no les creen, les dicen que tienen
mucha imaginación o en el peor de los casos se burlan
de ellos y les prohiben hablar de esto. Sin embargo, si les
preguntamos y estamos dispuestos a escucharlos, ellos
nos hablarán de sus amiguitos secretos o imaginarios
como los suelen llamar.

Algunas veces observamos que los niños se quedan


mirando fijamente, como si tuvieran la mirada perdida,

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pareciera que se ríen, o que estuvieran jugando con
alguien, en ese momento podemos preguntarles, ¿Qué
estás mirando?, descríbeme lo que estás viendo, ¿Cómo
es? Es necesario que el niño tenga confianza en el adulto,
para que se atreva a hablar de esos seres invisibles para
los adultos y tan reales para ellos.

Los ángeles no son seres del plano físico, no son seres de


la tercera dimensión, sino seres de otras dimensiones, que
se encuentran más o menos entre la cuarta y la séptima
dimensión o más arriba, por lo tanto, están con nosotros
pero no podemos verlos de la manera física como
estamos acostumbrados a ver, se ven como destellos de
luz, pequeñas ráfagas que vienen y se van rápidamente.
Lo único cierto es que sí podemos sentirlos y verificar su
presencia en el plano físico.

Tan reales son los ángeles, que pueden enviarnos


mensajes que nuestra mente aún sin ser adiestrada en ello
los percibe, que no les pongamos atención es diferente.
De hecho el ángel de la guarda, (nombre que le damos
los humanos) conociendo lo que la persona ya ha
aprendido, lo que aún no sabe y lo que sí le corresponde,
en el desarrollo de su función, evita que la persona tenga
sufrimientos inútiles.

El sufrimiento también es una herramienta de aprendizaje y


de autoconocimiento, es necesario, inevitable e incluso muy
importante. Sin embargo, también existen sufrimientos que
no son correspondientes con la persona, que se pueden

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obviar porque no son necesarios en la experiencia
de vida de un individuo, por lo tanto, el encargado
de evitarnos este tipo de sufrimientos es el ángel de
la guarda. Los sufrimientos innecesarios pueden ser
situaciones más duras, más difíciles o dolorosas de lo
necesario para un aprendizaje específico.

Debe quedar bien claro y comprenderse completamente


que la función del ángel de la guarda no es evitar que
tengamos sufrimientos, sino que tengamos sufrimientos
innecesarios, porque no nos aportan nada diferente,
de lo que nos puede brindar una situación más fácil
de manejar o menos confrontante. Nosotros podemos
complicarnos mucho la vida por nuestra terquedad,
pero algunas veces no necesitamos hacer eso, porque
lo único que precisamos es aprender de experiencias
pequeñas y fáciles de manejar, en ese momento
aparece el ángel de la guarda, para evitar que nos
compliquemos la vida y generemos situaciones más
duras.

El Padre nos envía a la vida a aprender, él espera que


aprendamos a reconocer sus leyes y a obedecerlas,
para esto nos envía señales a través de los ángeles, y
si en algún momento se requiere la intervención de un
ser físico, entonces será un maestro quien nos apoye
directamente.

Cuando reconocemos las leyes y aprendemos a obedecerlas,


nos alineamos con el universo y alcanzamos un estado

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llamado Maestro Humano en Sabiduría, éste es el título
que el Universo nos otorga cuando nos graduamos de
primaria en la escuela de la vida.

El maestro humano en sabiduría es una persona que ha


salido de la etapa de ignorancia haciendo uso de las llaves
maestras de la vida, direccionando su pensamiento desde
el Amor y obedeciendo las leyes. Con entrenamiento
aprendió a respetar totalmente a todos los seres, jamás
agrede ni critica a nadie, se expresa siempre amorosamente
dando un servicio óptimo cuando verifica que es
correspondiente y asume todos los resultados que genera
con su pensamiento y acción, maneja un estado de paz
interior totalmente armónico, por lo tanto su felicidad y
expresión de amor son constantes. Vinimos a la vida a
adquirir este título, y la Tierra es una escuela perfecta para
lograrlo.

Ya hemos dicho que “No se mueve en el universo la hoja


de un árbol sin la voluntad de Dios”, esto es realmente
cierto e inmutable, lo que sucede es que nosotros no lo
sabemos, o todavía no lo comprendemos. El ser humano
cuando comete grandes errores y se ve enfrentado a asumir
los resultados desastrosos que sus errores producen, supone
que Dios está equivocado o que Dios no existe, que tiene las
mismas limitaciones de nosotros, evidentemente todas estas
serán conclusiones erróneas y falsas. Por supuesto que la
presencia de Dios está ahí, en todo lugar. Dios y su creación,
“El Universo” no comete errores, no tiene limitaciones de
ninguna clase y todo cuando sucede en él, es perfecto.

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LA IMPERFECCIÓN NO ESTÁ EN LO QUE SUCEDE, ESTÁ EN
LA MENTE QUE EVALÚA LO QUE SUCEDE

La mente hace esto porque no comprende el propósito


de la vida, ni cómo funciona; está llena de creencias, de
restricciones, de traumas y de ego. Limpiar toda esa maraña
de ignorancia es el propósito del desarrollo espiritual.

Los ángeles, como los mensajeros de Dios, necesitan


hacernos llegar su información para apoyarnos. En el
caso del ángel de la guarda, necesita prevenirnos, para
hacerlo requiere usar nuestra más grande herramienta:
el pensamiento y la mente que lo emite. La mente del
ser humano no está ubicada en la tercera dimensión,
el que está ubicado ahí es el cuerpo físico, incluyendo
obviamente al cerebro. La mente está ubicada en una
dimesión no física.

En la mente del ser humano los pensamientos oscilan entre


satisfactorios, que lo llevan al gozo; e insatisfactorios, que lo
llevan a la desdicha; según las circunstancias que lo rodeen,
piensa de una u otra manera, generando diferentes tipos de
vibraciones y de resultados.

Esa diversidad de pensamientos, llevan a la persona a


sintonizar diferentes frecuencias y que son alimentadas
por la sumatoria de muchos pensamientos iguales, al
hacerlo pueden llegar a su mente más pensamientos del
mismo rango, por eso, aproximadamente un 90% de los
pensamientos que están en la mente, no son propios,

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tan solo un 5% o 10% de los pensamientos que ocupan
nuestra mente, son nuestros, el resto nos llegan de esas
frecuencias vibratorias.

Prender nuestra mente es igual que prender la radio, la


gran diferencia es que en la radio sabemos sintonizar una
emisora según lo que deseemos escuchar, mientras que la
mente la dejamos a la deriva pensando lo que le llegue,
como ignoramos que también la podemos sintonizar, no
seleccionamos lo que deseamos que ella reciba.

¿Cómo hacen los ángeles para prevenirnos? Supongamos


que una persona llamada Alicia, tiene al día siguiente una
fiesta en un lugar campestre un poco retirado. Resulta que
su ángel de la guarda, quien está muy pendiente de ella, se
ha dado cuenta que en esa fiesta Alicia se va a enfrentar a
una dificultad grande, que no es necesario que viva ya que
no la tiene como destino; la dificultad puede ser un robo,
una estrellada, un abuso, una agresión por alguien que se
pasó de tragos; así que su ángel de la guarda trata de evitar
que Alicia viva esa situación.

Si el ángel fuese un ser físico podría hablarle directamente


para que lo escuchara, pero no lo es, él es de otras
dimensiones, por ello usa otras maneras o situaciones
para prevenir a la persona en cuestión. Construyamos
una secuencia:

1. Alicia se levanta muy temprano y se organiza


prontamente, porque desea ser eficiente con el tiempo

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dado que tiene su fiesta esa noche, por tal motivo, deja
en casa varias cosas organizadas, y va a su trabajo
dispuesta a terminar con sus labores más temprano,
para regresar a casa con tiempo para su arreglo
personal.
2. Al llegar a su oficina, se dispone a evacuar todos los
compromisos del día y al prender su computador, se
encuentra con que tiene un virus que no le permite
usarlo, no se explica cómo pudo suceder esto, pues el
día anterior había quedado en perfectas condiciones.
¿Qué pudo pasar?, el ángel se las arregló para que un
compañero usara su computador con una usb que le
dejó un virus. Esto va a demorar a Alicia un poco en el
desarrollo de su función y quizá en su hora de salida.
Esta es la primera advertencia.
3. Alicia es una mujer ágil que busca soluciones
inmediatas, así que corre a una oficina cercana a sacar
prestado un computador a Jenny su amiga, pero para
su sorpresa la oficina de su amiga está cerrada, el ángel
organizó todo para que la persona que debía llevar a
la madre de Jenny al médico, quedara varada de forma
que ella tuviera que ir a llevarla. Segunda advertencia.
4. Alicia no se da por vencida y recurre al jefe de
Jenny en busca del computador, quien amablemente
le informa que sólo un par de horas más tarde se
lo podrá facilitar, ya que precisamente ese día no
ha llevado su portátil. Por ahora no queda más que
esperar que corra el tiempo, pero Alicia ya tiene
solucionado su problema, sólo que esto la retrasa en

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su salida, dado que necesita evacuar todo el trabajo
del día.

5. La tardanza para salir de la oficina retrasa


indudablemente la salida a la fiesta, ese fue el
tiempo preciso para que Alicia ya no se encontrara,
quizá con una persona hebria que conducía un
vehículo, o quizá un par de muchachos hambrientos
que la hubiesen robado, o quizá una estrellada con
el repartidor de pizza.

Como Alicia no sabe de lo que la ha librado su ángel


de la guarda y que todo lo que sucedió fue dirigido
por él, entonces va renegando de su compañero que
usó su computador, de su mala suerte al coincidir con
que Jenny no estuviera y que el jefe no hubiese llevado
su portátil, de las ironías de la vida, y aunque lo pudo
solucionar va a disgusto, piensa que es de malas y que
ahora va a llegar tarde a la fiesta. Si conociera de leyes y
supiera interpretar las señales, de seguro iría feliz dando
gracias a su ángel de la guarda, por estar a su lado
librándola de experiencias fuertes que no necesita vivir.

Podemos percatarnos que “LAS SEÑALES DE LA VIDA” son


sutiles, no son sucesos milagrosos, ni extraordinarios, ni
fenomenológicos, que nos llevan a detenernos asombrados
a escuchar o ver para creer; son sencillamente elementos
y situaciones absolutamente cotidianos que pueden pasar
desapercibidos con facilidad, y si a eso le añadimos, que
las personas ignoran la razón de que esos eventos se

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produzcan, con mayor razón pasan inadvertidos, cuando
son el resultado de la acción del ángel de la guarda que
nos previene, si decidimos ignorar sus advertencias y las
señales que nos envía, ese es problema nuestro.

La vida es un don Divino que debe ser vivida en alegre


sincronización con nuestro origen Divino, pero para
lograr esta sincronía es necesario dejarnos guiar, algunas
veces pensamos que lo que nos sucede es una simple
cadena de eventos. Tener una mente abierta para nuevas
evidencias nos puede evitar cometer muchos errores.
Cuando la mente está cerrada y no quiere aceptar ni
siquiera la posibilidad de la existencia de una guía
Divina, se cierra a las evidencias claras y a la posibilidad
de recibirla y disfrutar de los maravillosos resultados que
trae consigo.

Algunas veces pensamos que las cosas suceden porque


sí, y que no existe ninguna relación entre diferentes
eventos, pero en realidad no es así; parece que algunos
detalles aparentemente inconexos, sin importancia o
casuales, en realidad son dirigidos y están conectados
unos con otros, como una cadena de situaciones o
eventos que se van dando seguidos y que llevan a una
persona a un lugar inesperado y sucede algo que nos
parece sorprendente.

¡Estoy de malas!, ¡nací sin estrella!, ¡hoy no es mi día!,


solemos exclamar ante algunas situaciones que suceden
en nuestras vidas, y que en el momento parecen producto

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de la mala suerte, eso que parece mala suerte simplemente
es una señal de prevención, es la acción de nuestro ángel
de la guarda que nos está advirtiendo sobre algo, nos está
protegiendo. No sucede siempre de esta manera, por lo tanto
es necesario discernir con claridad, para ver qué contiene el
mensaje que estamos recibiendo. Esto solo lo puede saber
la misma persona, otra no puede porque no sabe lo que está
pensando, cuál es la intención, ni sabe lo que desea hacer.

Si recordamos los atentados del 11 de septiembre del


2.001, día en que dos aviones fueron estrellados a
propósito, contra las torres gemelas del World Trade Center
en USA, podremos recordar también las historias contadas
por aquella época, de personas que trabajaban en dichas
oficinas, pero que justo ese día algo se les presentó que
impidió llegaran a tiempo para recibir el ataque terrorista.
Un señor dijo no haber estado allí porque su hijo se enfermó
y fue necesario llevarlo al médico, otro porque su carro se
varó, alguien más dijo haberse enfermado y otro haberse
quedado dormido. El ángel de la guarda de cada uno de
estos personajes hizo lo necesario para que no llegasen,
ya que les correspondía seguir en esta experiencia de vida
por ahora.

Cuando comienzas a sentir que tu pensamiento titila


como una luz, diciendo algo de manera repetitiva como:
“NO SALGAS”, “DEVUÉLVETE”, “LLAMA A”, “ENTRA”, “PARA”, o
cualquier otra palabra o mensaje, ahí está la voz del
ángel. Lógicamente sus recursos son amplios, porque no
solamente puede actuar desde tus propios pensamientos,

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sino desde los de cualquier persona que se encuentre a
tu alrededor.

No se trata de que se presenten cosas muy diferentes a


la cotidianidad, sino que sean un poco ajenas, como ir
a un lugar que nunca hemos visitado y nos encontramos
con alguien conocido que nos dice algo y nos deja
pensando. También puede ser que decidimos hacer un
negocio o comprar algo y cuando vamos a pagar resulta
que se nos ha perdido la billetera y no lo podemos hacer,
posiblemente nos están advirtiendo que ese negocio no
es conveniente. Claro que desde nuestra personalidad o
desde nuestro ego, estamos convencidos de lo contrario y
nos sentimos muy frustrados.

Por ejemplo, estamos organizando unas vacaciones y


tenemos pensado visitar determinados lugares, eso solo
lo sabemos nosotros, en ningún momento se lo hemos
comunicado a nadie, sin embargo, viene una persona
y sin saber de nuestros planes, comienza a hablar del
lugar a donde tenemos planeado ir; dice: “SABEN QUE EN TAL
LUGAR ESTÁN PASANDO COSAS DESAGRADABLES, SE HA CONVERTIDO
EN UN LUGAR MUY PELIGROSO”. Si no sabe que pensamos ir a
ese lugar ¿Por qué razón nos habla de él? ¡Así es como
operan los ángeles!.

Debemos aprender a estar atentos a aquellos detalles


aparentemente casuales, intrascendentes, justamente esos
que no tienen una conexión con lo que estamos viviendo
o planeando, esos son los más valiosos.

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Las señales de prevención son señales que podemos
confundir muy fácilmente con el miedo. Una cosa es una
señal de advertencia y otra bien diferente es el miedo que
está instalado en nuestra mente, que hemos aprendido
culturalmente. Si tenemos miedo pero al tomar acción
no se presentan obstáculos, al contrario las cosas se
van dando sin dificultad, podemos estar seguros que
lo que imaginamos como caótico es solamente miedo
manifestándose a través de la mente, es decir, que los
obstáculos en realidad son mentales.

Las advertencias generalmente se dan sobre el plano


físico, como decíamos: algo se daña, encontramos un
trancón, la persona que hace el comentario de un lugar
a donde pensamos ir, me quedo de un avión, no me dan
una visa, no me aprueban un crédito para una inversión,
etc. Solamente en algunas circunstancias bien definidas
la advertencia se da a nivel interno y se manifiesta como
una corazonada.

El miedo en cambio es una reacción del instinto de defensa


por un trauma instalado en la mente subconsciente, que se
dispara ante una situación que sobrepasa los umbrales de
los sentidos y que considera como peligro. Ese programa de
defensa produce una reacción psicosomática que tiene como
propósito que nos defendamos del aparente peligro, aparente
porque muchas reacciones son solamente aparentes, no
existe tal peligro. Los miedos no pasan por el centro de
razonamiento del análisis, son automáticos, se originan en
el sub-consciente, sentimos miedo pero no sabemos a qué,

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reaccionamos automáticamente pero no sabemos porque,
sentimos malestar interno sin saber qué lo genera.

Entonces como ya dijimos, las señales de la vida nos son


dadas en el plano físico y son precisas, si es del miedo
que estamos recibiendo mensajes que llevan a la mente
a crear monstruos, caos y terror, has de saber que no es
la señal de prevención la que nos está hablando, sino el
miedo que se da cuando tenemos una precodificación
mental acerca de una situación, lugar o ciscunstancia,
como cuando tu pasas por un lugar que anteriormente te
han dicho: “TEN CUIDADO CUANDO VAYAS A ESE LUGAR” porque
es muy peligroso. Allí ya fue instalado el miedo y ya existe
la sugestión mental.

Debemos ser muy cuidadosos en este tema porque la


diferencia entre el miedo y la señal de prevención es muy
sutil, aunque en algunas oportunidades podemos sentir
un poco de miedo como señal de prevención para evitar
que entremos a lugares donde podemos llegar a generar
una desarmonía sin saberlo, por ejemplo al visitar un
parque natural, para que no entremos, los seres que lo
protegen, pueden colocar miedo en nuestra mente, pero
esas son circunstancias bien definidas y no son producto
de una precodificación mental.

Si bien es cierto que en un momento determinado el


miedo puede ser una forma de protección, también
se convierte en un freno para actuar en la vida, el
ser humano ha desarrollado un sinnúmero de miedos

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injustificados llegando a convertirlos en miedos
patológicos, le tiene miedo a un animal, miedo al
qué dirán, miedo a la oscuridad, miedo a la altura,
etc. Cuando empezamos a tenerle miedo a muchas
situaciones, lugares, personas o acciones de manera
injustificada, ese miedo termina por anular nuestra
vida, entonces nos queda imposible distinguir entre
una señal de advertencia y un miedo.

El miedo a perder que pueda tener una madre, no tiene


nada que ver con la señal de prevención, las madres
frecuentemente dicen a sus hijos: “TEN CUIDADO”, “NO TE
MUEVAS”, “NO VAYAS A ESE LUGAR QUE ES MUY PELIGROSO”, “NO
SALGAS DE NOCHE”, “NO TE DEMORES”…, en fin, hay muchos
mensajes de inseguridad o temor que están instalados
en su mente, pero no son reales, aunque para ella
sean perfectamente válidos y tenga argumentos para
acreditarlos.

Cuando hay de por medio el miedo a perder, ya no es


señal de prevención enviada por los ángeles, sino una
limitación mental expresada por una persona temerosa
y asustada; dice que tiene una corazonada, pero está
sustentada en el miedo, entonces no es advertencia, vale
la pena aprender a diferenciar.

Las señales de prevención se presentan generalmente


como actos físicos, pero también se pueden presentar
como sensaciones internas de algo que no nos gusta, de
algo que rechazamos y no sabemos por qué. En estos

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casos debemos ser lo suficientemente cuidadosos para
saber escuchar a nuestro propio llamado interno sin
confundirlos con el miedo.

Aunque las sensaciones son indicadores importantes


que muestran la señal, cuando esas sensaciones son
propias o de personas muy cercanas con quienes
tenemos un vínculo afectivo, nuestra apreciación acerca
de su mensaje puede ser erróneamente interpretada
porque entran en juego nuestros sentimientos, ahí no
podemos ser objetivos; es mucho más fácil observar
en otras personas con quienes no tengamos esos
vínculos, de esta manera aprendemos a identificarlas
más fácilmente.

Sentir la presencia permanente de seres angélicos que


nos guían y nos protegen es uno de los más valiosos
logros que podemos alcanzar, pues nos aleja totalmente
del miedo. El miedo es un trauma que se encuentra
instalado en lo más profundo de nuestro interior y es un
gran obstáculo que puede destruir la vida y convertirnos
en seres desdichados e inseguros.

Cuando comprendemos que contamos con la protección


de la Divinidad en todo momento y que siempre estamos
siendo asistidos, la vida adquiere una tonalidad diferente,
cada día nos vamos llenando de una infinita seguridad y
tranquilidad interna, vivimos serenos y relajados, porque
la vida debe ser vivida plena de felicidad y de satisfacción,
nunca de miedo y sufrimiento.

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Es posible que tengamos que enfrentar muchos retos y
dificultades porque necesitamos aprender, pero no hay
que enfrentarlos con miedo, sino con una verdadera
disposición al cambio y al mejoramiento, con una actitud
optimista y sobre todo con la certeza de que todo cuanto
sucede, sucede por amor y es parte del plan Divino. Así
que nosotros somos quienes decidimos si aprendemos
disfrutando, llenos de paz y en armonía con el universo,
o por el contrario lo hacemos desde el miedo, llenos de
angustia e inseguridad.

Para el ser humano es imprescindible limpiar su mente para


terminar con todos los miedos instalados que no le permiten
utilizar todo su potencial interno, el índice de restricción
mental que pueda tener una persona no solamente le impide
aprovechar las oportunidades que se le presentan, sino que
lo convierte en alguien incapaz de servir.

Con una mente contaminada fácilmente dejamos pasar las


señales de la vida ya que ante determinadas situaciones aflora
el sentimiento y entramos en conflictos internos.

El terco, el necio es aquel que no acepta nada que no


pueda comprobar de manera física o material, desconoce
la existencia del campo espiritual y lo niega, no comprende
aún que justamente aquello que no podemos ver ni tocar
es lo más evidente e importante en nuestras vidas. Los
pensamientos, los sentimientos, las emociones están ubicados
en el campo mental, no podemos verlos, sin embargo nos
afectan de manera directa e indiscutible.

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Igualmente el campo espiritual no es visible de forma
material, no obstante, es bastante evidente su existencia.
Los comportamientos humanos están directamente
relacionados con él, el nivel espiritual de una persona
marca de forma relevante su conducta y sus actuaciones
en la vida.

Por este motivo es de sabiduría disponernos a conocer y


verificar en nuestro diario vivir la existencia de las leyes,
esto indudablemente hará que nuestra vida sea cada día
más amable, tranquila y pacífica.

Es bien importante que ustedes cuando lean esta


información no se queden simplemente con ella a nivel
mental, sino que por el contrario salgan a verificarla en
su diario vivir. En las experiencias de la cotidianidad es
donde podemos darnos cuenta qué tan cierto es lo que
estamos tratando en este libro.

KI
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