La Santa Faz de Jesús

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LA SANTA FAZ DE JESÚS

¡Muéstranos, Señor, tu Rostro


“​

y seremos salvados​ ”

¡NUEVA EDICIÓN, AMPLIADA Y CORREGIDA!


Centro María Reina de la Paz de Argentina
www.cmrpa.blogspot.com​ | c​ [email protected]
Historia de la devoción a la Santa Faz
El Rostro de Dios
en el Antiguo Testamento

Ha existido siempre en el hombre el deseo de ver a Dios cara a cara, conocer su rostro, saber cómo es. El
antiguo testamento está plagado de citas referentes a este anhelo de que Dios “revele su rostro”.
En este apartado podremos leer y meditar con algunas de estas citas bíblicas que nos hablan de esta súplica
que hacía el pueblo de Israel pidiendo contemplar el Rostro de Dios, que sabemos que nos fue revelado en
Jesús, como nos dice el evangelista san Juan (Juan 1, 18): “Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es
el Hijo único, que está en el seno del Padre”.

Por esto, este deseo de ver cómo es Dios, cómo es su rostro se nos
revela en Jesús, que es Dios hecho hombre, es el Verbo Eterno que
se encarna en las entrañas virginales de María para revelar el amor
infinito que Dios tiene por el hombre, la misericordia de Él de venir
a abajarse a nuestra naturaleza, tomar todo lo que es humano para
divinizarlo y redimir al hombre de su pecado por su pasión y muerte
en la Cruz, liberándonos del yugo del pecado, como nos dice san
Pablo: “Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la
incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él,
perdonando todas nuestras faltas. El canceló el acta de condenación
que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer
clavándola en la cruz” (Colosenses 2, 13-14).

Como nos dice el papa Benedicto XVI en la Audiencia General del


16 de enero de 2013: “En todo el Antiguo Testamento está muy
presente el tema de la «búsqueda del rostro de Dios», el deseo de
conocer este rostro, el deseo de ver a Dios como es; tanto que el
término hebreo pānîm, que significa «rostro», se encuentra 400
veces, y 100 de ellas se refieren a Dios: 100 veces existe la referencia
a Dios, se quiere ver el rostro de Dios. Sin embargo la religión judía prohíbe totalmente las imágenes porque a
Dios no se le puede representar, como hacían en cambio los pueblos vecinos con la adoración de los ídolos. Por
lo tanto, con esta prohibición de imágenes, el Antiguo Testamento parece excluir totalmente el «ver» del culto
y de la piedad. ¿Qué significa, entonces, para el israelita piadoso, buscar el rostro de Dios, sabiendo que no
puede existir ninguna imagen? La pregunta es importante: por una parte se quiere decir que Dios no se puede
reducir a un objeto, como una imagen que se toma en la mano, pero tampoco se puede poner una cosa en el
lugar de Dios. Por otra parte, sin embargo, se afirma que Dios tiene un rostro, es decir, que es un «Tú» que
puede entrar en relación, que no está cerrado en su Cielo mirando desde lo alto a la humanidad. Dios está,
ciertamente, sobre todas las cosas, pero se dirige a nosotros, nos escucha, nos ve, habla, estipula alianza, es
capaz de amar. La historia de la salvación es la historia de Dios con la humanidad, es la historia de esta
relación con Dios que se revela progresivamente al hombre, que se da conocer a sí mismo, su rostro”.

Algunos ejemplos del “rostro de Dios” en el Antiguo Testamento son los siguientes.
“El Señor conversaba con Moisés cara a cara, como lo hace un hombre con su amigo (...) Moisés dijo: «Por
favor, muéstrame tu gloria». El Señor le respondió: «Yo haré pasar junto a ti toda mi bondad y pronunciaré
delante de ti el nombre del Señor, porque yo concedo mi favor a quien quiero concederlo y me compadezco de
quien quiero compadecerme. Pero tú no puedes ver mi rostro, añadió, porque ningún hombre puede verme y
seguir viviendo». Luego el Señor le dijo: «Aquí a mi lado tienes un lugar. Tú estarás de pie sobre la roca, y
cuando pase mi gloria, yo te pondré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.
Después retiraré mi mano y tú verás mis espaldas. Pero nadie puede ver mi rostro». ” (​ Éxodo 33, 11 y 18-23)

“El Señor dijo a Moisés: Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes
les dirán: “Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor ​haga brillar su rostro sobre ti y muestre su gracia.
Que el Señor ​te descubra su rostro y te conceda la paz. Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y yo
los bendeciré”. (​ Números 6, 22-27).

“¡Restáuranos, Dios de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados!” (​ Salmo 80, 4)

“Señor, escucha mi oración y llegue a ti mi clamor; no me ocultes tu rostro en el momento del peligro; inclina
hacia mí tu oído, respóndeme pronto, cuando te invoco” (​ Salmo 102, 2​)

Devoción en Oriente
el Mandylion y el Rey Abgar de Edesa.

De acuerdo con la tradición de la Iglesia, el rey Abgar V de Edesa le escribió a


Jesús para pedir que lo visitara y lo curara de la lepra que padecía. Según se dice,
Jesús respondió a la carta diciendo que cuando termine su misión en la tierra
enviará a un apóstol suyo para curarlo. Aunque en esta misiva no se hace
referencia a una imagen de su rostro, una tradición que se cree añadida después.
La tradición incluye además, que el apóstol san Judas Tadeo fue hacia Edesea
llevando una tela con la que Jesús se había enjugado el rostro y gracias a ésta el
rey se curó milagrosamente. Este “Mandylión” (la tela usada por Jesús)
desapareció en el año 609 y después fue llevada a Constantinopla, hacia la Capilla
del gran Palacio. Finalmente desapareció cuando los Cruzados saquearon la
ciudad en el 1204 y hasta la actualidad no se ha encontrado ningún documento
que dé cuenta de su paradero actual.
Cabe destacar que la devoción a la Santa Faz de Jesús en Oriente no tiene origen
“doloroso”, como veremos más adelante, ya que en esta parte de mundo no existe tanta devoción por la Pasión
de Jesús como si lo hay en Occidente. Su origen aquí está más relacionado con Jesús en su ministerio de
predicación y sanación.

Devoción en Occidente
Santa Verónica y la Pasión de Jesús.

Es popularmente conocida en la cristiandad la leyenda de “la Verónica”, que según la tradición limpió el rostro
de Jesús durante el camino hacia el Calvario, como se medita en la estación VI del Vía Crucis canónico de 14
estaciones. La Verónica no se encuentra en ninguna de las narraciones de la Pasión de Jesús de los cuatro
Evangelios, aunque sí figura en Evangelios apócrifos, en la tradición de la Iglesia y en las devociones
populares, como también en los escritos de diversos santos y místicos de la Iglesia tales como la Venerable
Marta Robin o la beata Ana Catalina Emmerich. Según ellas, Verónica se llamaba originalmente Serafia y
luego se le cambió el nombre por Verónica, que significa “vero icon” es decir, verdadera imagen.
Lo que sí se sabe es que ha quedado la reliquia del rostro de Jesús impreso en ese lienzo con el que ella enjugó
su rostro. Esta leyenda del velo se origina en el siglo XII y ha tenido diversas
variantes. Una dice que Verónica le entregó un lienzo limpio a la Virgen para que
secara el rostro de Jesús, más tarde se cambia la versión a que fue la misma
Verónica quien limpió su rostro.
Es en el siglo XI que se empieza a popularizar la tradición de Verónica y por ende
se le agrega una estación al Vía Crucis recordándola. La reliquia del velo con la
imagen de la Santa Faz estampada se encontraba en Roma según el testimonio de
Maillo en el siglo XII.

En el 1300, con ocasión del Año Santo, este velo se convirtió en “mirabila urbis”;
maravilla de la Ciudad de Roma, y los peregrinos pudieron visitarla en la Basílica
de San Pedro. De esto da cuenta el gran poeta italiano, Dante Alighieri. Desde
entonces se ha perdido el rastro de la reliquia hasta 1600 que se halló en
Manoppello en los Abruzos, Italia, y donde actualmente esta reliquia se encuentra.
Está en un Santuario y es custodiada por los Frailes Menores Capuchinos. De
acuerdo al padre Heinrich Pfeiffer, jesuita, éste sería el velo de Verónica original (ya que existen varias
reliquias que afirman serlo, como por ejemplo: la Santa Faz de Alicante ó la de Osa de la Vega) y que ésta fue
utilizada para ser copiada. Se trata de un lienzo de 17x24 centímetros y representa a un hombre sufriente.

En 1997 se realizaron estudios sobre el velo, con rayos ultravioletas descubriendo que la tela no posee
pigmentación alguna, es decir, que no es una pintura ni está tejida con fibras de color. También se ha
comprobado que la imagen es idéntica de un lado y otro del manto. Según la iconógrafa, Hna. Blandina
Pascalis Shlöemer demostró que hay 10 puntos de coincidencias entre el rostro del Manoppello y la Síndone de
Turín. El padre Pfeiffer, explica: «​Cuando los diferentes detalles se encuentran reunidos en una sola imagen, esta
última debe haber sido el modelo de todas las demás. Todas las demás pinturas imitan un solo modelo: la Verónica de
Roma. Por este motivo, podemos concluir que el Velo de Manoppello no es más que el original de la Verónica de Roma​»

La imagen más antigua de Jesús


el Pantocrator de Santa Catalina

La imagen más antigua de Jesús, según se conoce, se encuentra en el Monasterio de Santa


Catalina del Monte Sinaí, en Egipto. (ver a la derecha) A las imágenes de origen bizantino y
griego en las que se representa a Jesús glorioso se denomina “Pantocrátor”, que significa
“Rey del Universo”. Esta imagen fue pintada en el siglo VI. Si uno lo observa se asombra de
la gran semejanza entre este ícono y el rostro del Síndone de Turín. Seguramente se haya
basado el pintor en la misma para hacer ésta imagen. Dentro del mundo ortodoxo esta
imagen junto al ícono de Nuestra Señora de la Ternura o Virgen de Vladimir es el más
célebre.

Sor María de San Pedro


y la oración de la flecha de oro.

En el Carmelo de Tours, Jesús y María se le revelaron a la venerable Sor María de San Pedro, con distintos
mensajes pidiendo amor y reparación.
Fue el 11 de octubre de 1845 que Jesús le dijo: “​Busco Verónicas para consolar y venerar mi Divina Faz, que tiene
pocos adoradores​” y le dictó la siguiente oración: ​“Padre Eterno, te ofrezco la Adorable Faz de tu Amado Hijo Jesús
por el honor y la gloria de tu nombre, para la conversión de los pecadores y la salvación de los moribundos​”.
Otros mensajes fueron:
“​Con la piedra preciosa de mi santa Humanidad, que es mi rostro adorable, ustedes
obtendrán el Reino de los Cielos cuando quieran​” (22/10/1845)
“​Si ustedes supieran qué agradable es a mi Padre la contemplación de mi Rostro​”.
“​Esta Faz ultrajada aparecerá un día gloriosa y sus enemigos serán aniquilados para
siempre. los demonios serán lanzados a las tinieblas y la Santa Faz reinará sobre la
Tierra​”
“​El Tesoro de mi Divino Rostro en sí mismo posee un valor tan extraordinario que por
medio de Él todos los asuntos de mi Casa se arreglan rápidamente​”
“​Los pecadores son arrebatados de este mundo y son arrojados en el infierno como el
polvo que es arrastrado por la furia de un tornado. ¡Tengan piedad de sus hermanos y
oren por ellos!​”
También a sor María le reveló el peligro del comunismo para la sociedad y la
Iglesia, vale decir que en estos tiempos las ideas comunistas eran más bien
desconocidas, el nefasto “manifiesto comunista” de Marx, donde se agruparán estas ideologías recién vio la luz
en 1848.

Fue en 1843 que Jesús le dijo: “​Quien contempla mi Rostro, me consuela​”. También reveló la “flecha de oro”; una
oración de reparación y amor al Padre por medio de Jesús y es esta:
“​Que el más santo, más sagrado, más adorable, más incomprensible e inefable Nombre de Dios sea por siempre alabado,
bendecido, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de Dios y por el
Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén​”

Jesús le reveló una serie de promesas a quienes contemplaran,


repararan y consolaran su Santa Faz, llena de dolor y agravios por los
pecados del mundo entero. Hace un llamado especial a la reparación
por aquellos que no aman a Dios y lo ofenden constantemente. Las
promesas son las siguientes:
Promesas dadas a Sor María de San Pedro, en favor de quienes
honran Su Divino Rostro.

1. Al ofrecer Mi Rostro a Mi Padre Eterno, nada será negado y


se obtendrá la conversión de muchos pecadores.
2. Por Mi Divino Rostro se harán milagros, se aplacará la ira de
Dios y atraerá del Cielo Misericordia sobre los pecadores.
3. Todos aquellos que honren Mi Divino Rostro en espíritu de
reparación, realizarán, al hacerlo, el oficio de la piadosa
Verónica.
4. Con el mismo cuidado que tengan en hacer reparación a Mi
Rostro, desfigurado por las blasfemias, cuidaré de sus almas
que han sido desfiguradas por el pecado.
5. Volveré Mi Rostro, es el Sello de la Divinidad que tiene la
virtud de reproducir en las almas la Imagen de Dios.
6. Quienes defiendan Mi Causa en la Obra de Reparación, por medio de palabras, oraciones o escritos,
especialmente Mis Sacerdotes, Yo los defenderé ante Mi Padre y les daré Mi Reino.
7. Así como en un reino puedes procurar todo lo que deseas a través de una moneda grabada con la efigie
del rey, en el Reino de los Cielos obtendrás todo lo que desees con la moneda preciosa de Mi Divino
Rostro.
8. Quienes contemplen en la Tierra las Heridas de Mi Rostro, en el Cielo lo contemplarán radiante de
gloria.
9. Recibirán en sus almas una irradiación brillante y constante de Mi Divinidad, que por su semejanza
10. Mi Rostro los hará brillar en el Cielo con particular esplendor.
11. Los defenderé, los preservaré y les aseguraré la Perseverancia Final.

La Vera Effigies Sacri Vultus Domini Nostri Jesu Christi

Cuando en 1849 el beato Pío IX huyó de Roma para refugiarse en Gaeta, ya que
peligraba su vida, pidió que se hicieran oraciones en todas las iglesias
romanas. Para este fin, en la Basílica de San Pedro del Vaticano expusieron las
tres reliquias de la Pasión que allí se conservan: el fragmento de la Vera Cruz,
la lanza de Longinos con la que traspasó el costado de Jesús y el velo de Santa
Verónica.
El 6 de enero de 1849, solemnidad de la Epifanía del Señor, de acuerdo al
testimonio de gran cantidad de personas y con la confirmación del Notario
Apostólico, tuvo lugar un gran milagro, un suceso extraordinario: durante la
veneración de estas tres reliquias, todos los que estaban presentes vieron que
en el Velo de la Verónica se hacía muy clara la imagen del Rostro de Jesús, con
la apariencia del “varón de dolores”, narrado por el profeta san Isaías. Al no
existir en aquellos tiempos la fotografía, se pidió a un artista, Antonio
Puccinelli que reprodujera dicha imagen en una litografía.

Con la litografía se hicieron por muchos años, las imágenes de la Santa Faz, impresas en tela y tocadas a las
tres reliquias de la Pasión que se encuentran en la Basílica de San Pedro. Estás eran enviadas como obsequio
del santo Padre a quienes las pidieran o le escribieran. Esta tradición terminaría cuando se descubriera el
rostro de Jesús de la Santa Síndone de Turín, varios años más tarde.

Venerable Leo Dupont


el Apóstol de Tours.

Leo Dupont (1797-1873) fue un laico abogado francés, muy piadoso, que luego de que falleciera su esposa y su
hija dedicó su vida a diferentes emprendimientos para difundir la la fe, esto fue ya que su corazón fue
traspasado por el dolor cuando vio la condición infeliz a la que los
pueblos franceses se habían reducido a causa de la ateísmo de la
Revolución Francesa. Entre ellos, se dedicó a ayudar a la
reconstrucción de la Basílica de San Martín de Tours, destruida
después de la revolución, promovió la Adoración Eucarística nocturna,
la cual inició gracias a él en Tours en febrero de 1849, y sobre todo, se
dedicó a la difusión de la devoción a la Santa Faz de Jesús.

La promoción del culto al Rostro de Jesús lo inició después de conocer


las apariciones y mensajes de Jesús a sor María de San Pedro, quien
también vivía en Tours. Trabajó junto a la Priora de Carmelo en la
difusión de esta devoción, cuando en un primer momento el Obispo lo
autorizó. Posteriormente cambió de idea y prohibió difundir la
devoción en las formas reveladas privadamente a sor María de San
Pedro. Frente a la negativa, permaneció fiel a esta devoción querida
por Jesús difundiendo sin hacer referencia a las visiones de Sor María,
durante 30 años.
Una priora benedictina de Arras, conociendo las revelaciones de Jesús
a sor María de San Pedro le envía varias copias de la “Vera Effigies” de
Roma, para el Carmelo de Tours y la priora le entrega una copia a Leo.
Él la entroniza en su casa y le coloca una lámpara de aceite que ardía día y noche delante de ella. Con el
tiempo, muchas personas acudían a rezar ante la imagen y muchos enfermos se curaban con el aceite
milagroso que salía de la lámpara, como así también enfermos que le escribían pidiendo la sanación y enviaban
cartas a Leo para pedir que intercediera ante la imagen.
En 1851 Dupont formó la "Archicofradía de la Santa Faz" en Tours. Fue él quien, con esta imagen expuesta en
su casa, mantuvo viva la devoción en Tours, ya que el Obispo no había permitido más la difusión de los escritos
de sor María de San Pedro ni las oraciones y prácticas piadosas que Jesús le pedía. Fue recién cuando Leo se
encontraba ya muy anciano y postrado en cama que el Obispo fue cambiado y levantó la prohibición.

Para profundizar en la vida de este gran santo, puede leer el libro “The Holy Man of Tours​” de Dorothy Scallan
(en inglés, rezamos por la pronta traducción de este libro al español y otras lenguas).

Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz


y la devoción de la Santa Familia Martin

Como vimos anteriormente, el centro de irradiación de la devoción a


la santa Faz se encontraba en el siglo XIX en Tours, gracias a Sor
María de San Pedro y al venerable Leo Dupont. San Luis Martin,
padre de santa Teresita del Niño Jesús, había leído los escritos de sor
María de san Pedro y tenía gran deseo de visitar en Tours la tumba de
esta monja santa, lo cual concretó en 1890. También inscribió a toda
su familia en la Cofradía de la Santa Faz de Tours. De esta forma, la
devoción quedó muy inculcada en los corazones de sus hijas, ya que
Teresita y Celina profesan como Carmelitas Descalzas años después,
añadiendo a sus nombres de profesión “ de la Santa Faz”.

Santa Teresita, como se puede leer en sus escritos y ver en sus


pinturas o diferentes trabajos manuales, expresaba una gran devoción
por el adorable Rostro del Salvador. Son muchas las casullas, cuadros,
en su propio “escudo”, donde refleja la imagen de la santa Faz. Una de
las hermanas de comunidad que la atendía en sus últimos días de vida,
relata que en la enfermería le habían colocado una imagen de la santa Faz a la que Teresita le tenía gran
devoción. Entonces ésta le dice: “​¡Qué bien hizo Nuestro Señor en bajar sus ojos al ofrecernos su retrato! Porque los
ojos son el espejo del alma y nosotras hubiéramos muerto de gozo al poder entrever su alma. ¡Qué gracias me ha
concedido la Santa Faz en mi vida! Al escribir mi Cántico Vivir de Amor me ayudó hasta a redactarle con suma
facilidad. Transcribí de memoria durante los tres cuartos de hora de silencio por la noche las quince estrofas que había
rimado durante el día. Mi devoción, o hablando más exactamente mi piedad para con la Santa Faz está inspirada en las
palabras de Isaías: Le falta hermosura y esplendor,… le vimos y no tenía expresión… Despreciado y como el último de los
hombres, varón de dolores, conocedor de la enfermedad; tenía
la Faz semioculta y como llena de vergüenza, y no le hemos
apreciado. Yo también no deseo tener ni fulgor ni hermosura…
pisar yo sola las uvas en el lagar, vivir desconocida de todos​”

Celina, una de las hermanas de sangre de Santa Teresita,


que habiendo profesado en el Carmelo tomó el nombre de
Sor Genoveva de la Santa Faz, años después de la muerte
de la santa recibió en 1902 milagrosamente la fotografía en
negativo de Secondo Pía de la Síndone de Turín (tomada en
1898) . Esta hermana en la Pascua de 1904, recibió la
inspiración de pintar el rostro de Jesús basándose en dicha
imagen. Después de pedir la intercesión de su santa
hermana rápidamente hizo este cuadro.
Éste fue llevado a Roma al papa San Pío X por un sacerdote a pedido de sor Genoveva. Al santo Padre le agradó
muchísimo la imagen y le entrega para la religiosa una medalla suya en bronce. La hermana, al recibir la
medalla dijo: “​Yo no presenté mi cuadro en ninguna sala de exposición, mas he aquí que el mismo Santo Padre es el
que se ha encargado de condecorarme​”

El Cardenal Casimiro Gennari escribirá al abate Eugenio Prévost la siguiente carta fechada el 4 de junio de
1906: “Reverendísimo Señor: He expuesto al Santo Padre, en la audiencia de este día, el proyecto ideado por
Vuestra Señoría Reverendísima con miras a la máxima difusión posible de la imagen de la Santa Faz de
Nuestro Señor Jesucristo, tal y como el Carmelo de Lisieux ha conseguido diseñarla, con arte inigualable,
inspirándose en la verdadera imagen del Santo Sudario. Su Santidad –que acepta y agradece cordialmente el
envío de una fotografía de esta Santa Faz- aprueba gustosamente
vuestra empresa.
A la verdad, no se pueden considerar los rasgos y la expresión de esta
adorable figura sin sentirse vivamente emocionado y sin que en el
corazón florezcan sentimientos de compasión y amor. Esta imagen
puede ser útil a toda clase de personas, ya que se puede considerar
como un libro de meditación sobre la Pasión y la muerte de Nuestro
Divino Redentor.
Por todo esto, confirmando las indulgencias ya concedidas y firmadas
de su mano, el Santo Padre declara de nuevo que a todos aquellos que
mediten algunos instantes delante de esta imagen en la Pasión de
Nuestro Señor, por este solo hecho, les otorga todas las indulgencias
concedidas por los Soberanos Pontífices a la Corona de las cinco
Llagas. Igualmente, Su Santidad desea que esta imagen se distribuya
por todas partes y que se la venere en todas las familias cristianas,
recomendando la propagación de su culto de manera particular a los
Reverendísimos Obispos y a todos los eclesiásticos, y bendiciendo
muy especialmente a todos aquellos que sean sus propagadores”.

Esta imagen realizada por sor Genoveva recibió un premio en marzo de 1909 y fue grandemente difundida en
todo el mundo. Esta hermana falleció el 25 de febrero de 1959.

Secondo Pía
La fotografía de la Síndone de Turín

Con ocasión de la boda de Vittorio Emmanuele III y la princesa Elena


Petrovich-Niegos, la Casa Real de Savoya, que era propietaria de la
Síndone de Turín, quiso darle a ésta una “solemnidad religiosa”. Fue
entonces que la reliquia se expuso de enero a junio de 1898. Fue entonces
cuando Secondo Pía, un fotógrafo y abogado tomó fotografías de la misma
en unas condiciones poco favorables, ya que tenía que estar a casi 8 metros
de la reliquia y con luces desequilibradas. Aún así, tomó las fotografías y el
primer descubrimiento del abogado turinés fue que la imagen en realidad
era el “negativo” de la impresión de un hombre difunto: En efecto, si la
imagen aparecía como un “perfecto positivo” el objeto no podía ser otra
cosa que un “perfecto negativo”.
Esta fotografía sería la que inspiraría años después a la hermana de santa
Teresita, sor Genoveva, a pintar el cuadro de la santa Faz.
Beata Pierina Micheli
Fiesta y Medalla de la Santa Faz

“​Deseo que mi Rostro, el cual refleja la íntimas penas de mi alma, el dolor y el amor de mi Corazón, sea más honrado.
Quien me contempla me consuela”

Cuando aún solo tenía 12 años, la beata Pierina Micheli (1890-1945), Jesús le
habló durante la celebración litúrgica del Viernes Santo de 1902, en el
momento en que se venera a Jesús Crucificado le dijo: “​¿Nadie me da un beso
de amor en el Rostro para reparar el beso de Judas?​”. En su simplicidad, pensó
que todos habían oido aquella voz, pero todos seguían besando las llagas de
los pies de Jesús y no su rostro. Ella le dijo en su corazón: “​Yo te doy el beso de
amor. ¡oh Jesús! ten paciencia​” y llegado su turno, besó con todo su amor el
rostro de Jesús en la cruz.
Ingresó años más tarde en la Congregación de las Hijas de la Inmaculada
Concepción de Buenos Aires, fundada por la monja argentina, sierva de Dios
Eufrasia Iaconis. Siendo novicia, en la adoración Eucarística del Jueves al
Viernes Santo de 1915, oye la voz de Jesús desde el crucifijo que le dice que lo bese. Al hacerlo, en vez de sentir
la estatua, siente un rostro humano.

Más adelante, en 1936 Jesús le da el siguiente mensaje: “​Cada vez que se contemple mi Rostro, derramaré mi amor
en los corazones y por medio de mi Santa Faz se obtendrá la salvación de muchas almas​”. También le dice en otra
ocasión: “​Puede ser que algunas almas teman que la devoción a mi Divino Rostro disminuya la de mi Sagrado Corazón.
Diles que es al contrario, esta será aumentada y completada. Contemplando mi Rostro, las almas participan de mis
penas y sentirán el deseo de amar y reparar. ¿No es acaso esta la devoción a mi Corazón?​”

Los mensajes se intensifican a lo largo de los años. Es en 1938 que se le aparece la Virgen María junto al altar,
en sus manos llevaba un escapulario de dos piezas de tela de color blanco, unidas por un cordón. De un lado del
escapulario estaba la imagen del Rostro de Jesús, alrededor de él decía: ​“Ilumina Domine Voltum tuum super nos”
(Ilumina, Señor, tu Rostro sobre nosotros) y del otro lado una Hostia rodeada de rayos y con la frase: “​Mane
nobiscum Domine​” (Quédate con nosotros, Señor). La Virgen se acerca y le dice: “​Escucha bien y dile a tu confesor:
este Escapulario es un arma de defensa, un escudo de fortaleza, una prueba de la misericordia que Jesús quiere dar al
mundo en estos tiempos de sensualidad y de odio hacia Dios
y la Iglesia. Los verdaderos apóstoles son pocos, es necesario
un remedio divino y este remedio es el Divino Rostro de
Jesús. Todos los que lleven este Escapulario y hagan, si es
posible, todos los martes, una visita al Santísimo Sacramento
para reparar los ultrajes que recibió el Divino Rostro de
Jesús durante la Pasión y que recibe diariamente en la
Eucaristía, serán fortalecidos por la fe, prontos a defenderla
y a superar todas las dificultades internas y externas.
Además tendrán una muerte serena bajo la mirada amable
de mi Divino Hijo​” En ese momento se aparece Jesús
sangrante y con tristeza. Le dice: “​¿Ves cómo sufro? Y sin
embargo soy comprendido por poquísimos. ¡Cuántas ingratitudes de aquellos que dicen amarme! He dado mi Corazón
como objeto sensibilísimo de mi gran amor por los hombres y doy mi Rostro como objeto sensible de mi dolor por los
pecados de los hombres. Quiero que sea honrado con una fiesta particular, el martes previo al Miércoles de Ceniza.
Fiesta que será precedida por una novena en que todos los fieles reparen conmigo, uniéndose a la participación en mi
dolor​”

En 1939 nuevamente Jesús le dice: “​Quiero que mi rostro sea honrado de un modo particular el martes”​.
Madre Pierina no consigue hacer escapularios de la Santa Faz sino medallas, como la conocemos en la
actualidad. Para consolarla, la Virgen se le aparece y le dice: “​Hija mía, tranquilízate, porque el escapulario
quedará suplido por la medalla, con las mismas promesas y favores… Solo hace falta difundirla más. Ahora anhelo la
fiesta del Santo Rostro de mi Divino Hijo, díselo al Papa pues tanto me apremia​”, la bendijo y se fue.
La medalla de la Santa Faz recuerda las palabras de Jesús a sor María de San Pedro, cuando en una de las
promesas le dice: “​Así como en un reino puedes procurar todo lo que deseas a través de una moneda grabada con la
efigie del rey, en el Reino de los Cielos obtendrás todo lo que desees con la
moneda preciosa de Mi Divino Rostro​”.

Algunos otros textos de la beata Madre Pierina para reflexionar sobre la


devoción: en 1920, la Madre Pierina se encontraba en Buenos Aires,
Argentina. Ella relata: “Tenía una gran amargura en el corazón. Fuí a la
Iglesia y prorrumpí en llanto lamentándome con Jesús. Se me presentó con
el Rostro ensangrentado y con una expresión de dolor tal que conmoverá a
cualquiera. Con una ternura que jamás olvidaré me dijo: “​Y yo, ¿qué he
hecho?​” Comprendí… y a partir de ese día el Divino Rostro se convirtió en
mi libro de meditación, la puerta de entrada a su Corazón… De tanto en
tanto, en los años siguientes se me aparecía ya triste, ya ensangrentado,
comunicándome sus penas y pidiéndome reparación y sufrimientos,
llamándome a inmolarme ocultamente por la salvación de las almas”

En 1942, relata: “Anoche en la Capilla le dije a Jesús: “Jesús quiero ser tu gloria y tu alegría”. Y Jesús me
respondió. “​Ven. Te necesito. Hoy he buscado el gozo en tantos corazones y me fue negado​”.
“Dime, Jesús, ¿Qué debo hacer para suplir los rechazos que tuviste?” Jesús, envuelto en ternura, me respondió:
“​¿Quieres gozar las dulzuras de la unión conmigo o sentir la pena de mi corazón por los pecados de los hombres?​”.
“Lo que Tú quieras, Jesús”. Y mi alma instantáneamente participó del dolor de su
corazón, dolor imposible de traducir en palabras. Jamás, como en ese instante,
comprendí qué cosa era el pecado… “Oh, Jesús! Que no te ofenda yo jamás…
repara por mí, por los otros, como quieras… ¡Tómame todo!” Cuando volví en mí,
se había cumplido el tiempo y me dispuse a retirarme. Entonces Jesús me dijo:
“​¡Quédate un poco más conmigo! ¡Ya me dejas solo…!​”. Al responderle yo que había
pasado el tiempo que me indicara mi director espiritual, su Rostro se iluminó.
“​He aquí mi gloria! ¡La obediencia!​”.

Santa Faustina Kowalska


y el Rostro de Jesús

Según estudios científicos la imagen original de la Divina Misericordia, pintada


por Emilio Kazimirowski según las indicaciones de Santa Faustina, ambas
imágenes tienen las mismas dimensiones faciales y corporales, como lo indica el
gráfico de la izquierda, tomado de un programa de EWTN. Jesús habló a santa
Faustina de esta pintura, y ella lo dejó escrito en su Diario (#326):
“​Una vez Jesús me dijo: “Mi mirada en esta imagen es igual a la mirada en la Cruz​”

Además, Sor Faustina relata varias veces sobre la mirada de Jesús y su Santa Faz
en el diario, Jesús le revela su rostro en varias oportunidades.
“​Después de un momento, en mi celda se hizo luz y en la cortina vi el rostro muy
dolorido del Señor Jesús. Había llagas abiertas en todo el rostro y dos grandes lágrimas
caían en la sobrecama. Sin saber lo que todo eso significaba, pregunte a Jesús: Jesús,
¿Quién te ha causado tanto dolor? Y Jesús contestó: Tú Me vas a herir dolorosamente si
sales de este convento. Te llamé aquí y no a otro lugar y te tengo preparadas muchas
gracias. Pedí perdón al Señor Jesús e inmediatamente cambié la decisión que había tomado​” (Diario #18)

Jesús le revela sus sufrimientos y su dolor revelandole su santa Faz, para decirnos cuánto sufre y ama a la
humanidad en revelaciones a Sor Faustina.
“​Vi el rostro martirizado de Jesús. De Pronto Jesús me dijo estas palabras: Te esperé para compartir contigo el
sufrimiento, ya que ¿Quién puede comprender Mis sufrimientos mejor que Mi esposa?​” (Diario, #348)
“​Al acercarse el momento de la Santa Comunión, vi en el cáliz, en cada Hostia el Rostro doliente de Jesús​” (Diario,
#413)
“​Vi el rostro del Señor Jesús en la Santa Hostia que estaba expuesta en la custodia; Jesús miraba amablemente a todos​”
(Diario, #433)

Beata Concepción Cabrera de Armida


La identificación total con el Rostro del Señor

La beata mexicana Concepción Cabrera de Armida (1862-1937), laica, esposa,


madre de nueve hijos, mística y apóstol, como fue definida en su
beatificación en 2019, si bien no se caracterizó específicamente en la
difusión de la devoción a la santa Faz en las formas que aquí contemplamos,
si vivió en espíritu esta devoción. Ella tenía una gran devoción por la Cruz, la
reparación de las ofensas que recibía el Señor, una gran adoración por Cristo
en el Santísimo Sacramento y una identificación total en los sufrimientos de
Cristo.
Fue por esta última nota de su espiritualidad personal, que según se narra en
su biografía “Diario espiritual de una Madre de familia”, del padre dominico
Marie-Michel Philipon, ocurrió un suceso sobrenatural. Narra ella en su
propio diario espiritual: “"Me dijo Jesús: 'Como Yo estoy en mi Padre y soy
uno con Él, así quiero que tú estés y seas conmigo. Quiero que seas un espejo
purísimo en donde se reproduzca la imagen de tu Jesús crucificado; como estoy en la cruz, así me quiero
reflejar en ti; sólo préstate para tomar mi imagen, y como estoy Yo, así quiero que estés tú: coronada, azotada,
clavada, desolada, traspasada, desamparada... Medita una a una todas estas cosas y sé mi retrato vivo, para que
mi Padre se complazca en ti y derrame gracias sobre los pecadores" (Diario T. 5, p. 109, abril 6, 1895).

Durante sus últimos años, Concepción estuvo fuertemente marcada por la cruz, el sufrimiento, el dolor y el
abandono. Jesús que constantemente le hablaba, empezó a dejar de darle mensajes y para ella empezó un
camino de mucha soledad y sufrimiento interior y corporal.
Narra el p. Marie-Michel en la biografía sobre el momento de su muerte: “Para ella, su Jesús tan amado había
desaparecido totalmente: "Es como si nunca nos hubiéramos conocido", repetía a sus íntimos.
Dos de sus hijos, Ignacio y Salvador, sostenían cada uno un brazo de su madre para facilitar la respiración.
"Hubiérase dicho que era un Cristo en agonía sobre la Cruz". Al grado que en el momento mismo de la muerte
se produjo un fenómeno extraño, que atestiguaron firmemente los presentes: sus hijos y el P. José G. Treviño,
M.Sp.S., confirmado además por los otros testigos. Un fenómeno se produjo en la muerte de Conchita,
imprimiendo en ella el sello de Dios sobre su vocación y su misión de Iglesia, síntesis concreta y
desconcertante de la espiritualidad de la Cruz: se vio cómo se transformaban las facciones de Conchita: ya no
era un rostro de mujer, sino el Rostro del Crucificado”.

Cuadro de Bette Myers


el Rostro del Señor
Ella misma nos relata su testimonio del cuadro que pintó del Santo Rostro de Jesús: “Era 1974 cuando tuve un
ataque cardíaco masivo, el doctor dijo que yo morí, literalmente. Sin embargo les puedo decir que,
honestamente, la muerte es hermosa. Fui a través de una intensamente brillante luz celestial. Mis ojos estaban
muy abiertos y la calidez pasó a través de mí. No tuve dolor ni
preocupaciones. ¡Realmente amé ese momento! De repente una figura vino
a ubicarse frente mío, no tuve la menor duda, ¡supe de inmediato que era
Jesús! Él me habló de un modo amoroso con Su maravillosa voz. Tú tienes
que volver, me repitió tres veces, porque yo me resistía. Vuelve y pinta tu
obra maestra.
Inmediatamente mis ojos se abrieron al dolor de la vida. Mi doctor estaba
golpeando en mi pecho, la habitación estaba llena de personal médico.
Todos estaban excitados y me decían que yo no quería vivir. Yo les dije, oh
sí que quiero, he regresado a hacer mi obra maestra. Esto ocurrió en el
pequeño pueblo de Bonners Ferry, en Idaho. Conocía a todo el mundo allí.
Diez años después, después de haber completado muchas pinturas, La
Obra Maestra se formó en mis manos frente a una importante Presidenta
de un banco de Arizona. Ella quería verme pintar un retrato, y vino a mi
casa con solo dos horas y media para dedicarme. Saqué una pieza de tela
de seis por doce pulgadas y comencé un retrato parcial. En ese momento
entré en trance (como nunca había ocurrido antes y como nunca volvió a
ocurrir) y Jesús se formó en un lapso de dos horas y quince minutos. ¡Un
milagro! Nunca podría yo haber completado la Obra Maestra tan rápido sin error alguno. La mujer me dijo,
esto es un milagro. Charles “Chuck” Reed, mi hijo, es mi crítico favorito cuando se refiere a pintura. Yo tenía
el cuadro colgado en la pared. Se detuvo estático, caminó hacia atrás, luego hacia delante, y no pudo criticarle
absolutamente nada. Me dijo con lágrimas en los ojos, mamá, esto es una obra maestra. En ese momento supe
que había cumplido la misión que Jesús me había dado. Me sentí muy débil y pensé si ahora finalmente podría
ser llevada a casa. Me di cuenta que Jesús quiere mostrarnos Su Gloriosa imagen, a todos. Estoy agradecida a
quienes me ayudan a difundir esta obra maestra”

Otros testimonios
sobre esta devoción

San Padre Pío de Pietrelcina, ​el famoso franciscano capuchino místico (1887-1965) tenía una gran devoción
por el Rostro de Jesús. Él mismo se identificó con Cristo sufriente gracias al don de los estigmas que recibió y
llevó en su cuerpo durante 50 años. Una vez alguien le preguntó cuál era su
devoción predilecta, y él dijo en voz baja y con emoción: “​La mirada de Jesús​”. Esta
afirmación se verifica ya que hay dos episodios que narran algunos testigos. Por
ejemplo, a propósito de la medalla de la santa Faz revelada a la beata Madre Pierina
de Micheli, san Pío decía: “¡​Esta medalla es el pasaporte para ir al Cielo!​”. También
revela el siervo de Dios Domenico da Cese, franciscano capuchino, que la última
bilocación del Padre Pío fue, 24 horas antes de fallecer, al Santuario del Divino
Rostro donde se conserva la reliquia del velo de santa Verónica en Manoppello, a
200 kilómetros de San Giovanni Rotondo.
En una reflexión sobre la agonía de Jesús en Getsemaní, san Pío escribía: “Jesús
parece estar en el extremo del sufrimiento: está postrado con su Rostro en el suelo
ante la majestad del Padre. EL Sagrado Rostro de aquel que vive en la visión
beatífica de la Gloria Divina otorgada a los Ángeles y Santos del Cielo, yace desfigurado en el suelo. ¡Dios mío!
Mi Jesús, ¿no eres tú el Dios de Cielos y tierra, igual en naturaleza al Padre, que te humillas hasta el punto de
perder la apariencia humana? Todo esto para reparar y expiar mi soberbia, te inclinas así ante el Padre”

El rabino ortodoxo, ​Jean Marie Elie Setbon​, quien aún hoy en día vive, después de un largo proceso de
encuentros con Cristo en diferentes formas y hechos concretos, como podrán leer en el libro “De la kipá a la
Cruz”, tuvo un golpe de gracia definitivo que lo impulsó a decidirse enteramente por Cristo. Luego de tantas
deliberaciones en su cabeza, Cristo mismo se le revela gracias a su Santa Faz. Esto fue gracias a un milagro que
pudo presenciar él mismo en la soledad de un oratorio donde estaba expuesta la imagen del Divino Rostro. De
acuerdo a su propio testimonio, esta imagen de Jesús le abrió los ojos dos veces, como él mismo lo narra:
“Entonces sus ojos se abren de nuevo. Y en ese momento preciso, ¡viene la iluminación! Me veo vascular
totalmente. ¡Es un vuelco completo! ¡Por fin! Por increíble que pueda parecer, en un instante, estoy dispuesto a
echar la Ley judía a la papelera. Ya no quiero comer kosher. ¡Es el golpe de gracia! Yo, judío ortodoxo, testifico
que sin esta Gracia, nunca hubiese podido abandonar la práctica de la Ley. Comprendo muy bien lo que san
Pablo debió vivir en su carne”.

En nuestros tiempos, ​Jesús se sigue revelando a través de diferentes personas pidiendo que se difunda la
devoción a su Santa Faz, en los modos anteriormente vistos, como él mismo le pidió a Madre Pierina o a Sor
María de San Pedro. Es importante difundir esta devoción: las oraciones, la adoración eucarística los martes, el
uso de la medalla de la Santa Faz y sobre todo, el espíritu de amor y reparación a su santo Rostro.

Catequesis de Benedicto XVI


“Jesús nos muestra el Rostro de Dios”

En este apartado queremos compartir algunas citas textuales de las


palabras del papa Benedicto XVI en una catequesis en que nos habla
sobre Jesús y la revelación que Él nos hace del verdadero rostro del
Padre. Corresponde a la Audiencia General del 16 de enero de 2013.

“El Antiguo Testamento nos narra cómo Dios, después de la creación, a


pesar del pecado original, a pesar de la arrogancia del hombre de querer
ocupar el lugar de su Creador, ofrece de nuevo la posibilidad de su
amistad, sobre todo a través de la alianza con Abrahán y el camino de un
pequeño pueblo, el pueblo de Israel, que Él eligió no con criterios de
poder terreno, sino sencillamente por amor. Es una elección que sigue
siendo un misterio y revela el estilo de Dios, que llama a algunos no para
excluir a otros, sino para que hagan de puente para conducir a Él:
elección es siempre elección para el otro. En la historia del pueblo de
Israel podemos volver a recorrer las etapas de un largo camino en el que
Dios se da a conocer, se revela, entra en la historia con palabras y con
acciones. Para esta obra Él se sirve de mediadores —como Moisés, los Profetas, los Jueces— que comunican al
pueblo su voluntad, recuerdan la exigencia de fidelidad a la alianza y mantienen viva la esperanza de la
realización plena y definitiva de las promesas divinas” (...)

“Jesús no nos dice algo sobre Dios, no habla simplemente del Padre, sino que es revelación de Dios, porque es
Dios, y nos revela de este modo el rostro de Dios. San Juan, en el Prólogo de su Evangelio, escribe: «A Dios
nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado» (Jn 1, 18).

Quisiera detenerme en este «revelar el rostro de Dios». Al respecto, san Juan, en su Evangelio, nos relata un
hecho significativo que acabamos de escuchar. Acercándose la Pasión, Jesús tranquiliza a sus discípulos
invitándoles a no temer y a tener fe; luego entabla un diálogo con ellos, donde habla de Dios Padre (cf. Jn 14,
2-9). En cierto momento, el apóstol Felipe pide a Jesús: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14, 8).
Felipe es muy práctico y concreto, dice también lo que nosotros queremos decir: «queremos ver, muéstranos al
Padre», pide «ver» al Padre, ver su rostro. La respuesta de Jesús es respuesta no sólo para Felipe, sino también
para nosotros, y nos introduce en el corazón de la fe cristológica. El Señor afirma: «Quien me ha visto a mí ha
visto al Padre» (Jn 14, 9). En esta expresión se encierra sintéticamente la novedad del Nuevo Testamento, la
novedad que apareció en la gruta de Belén: Dios se puede ver, Dios manifestó su rostro, es visible en
Jesucristo”
Devocionario
Oración de la flecha de oro (Jesús dijo a sor María de San Pedro sobre esta oración: “​Esta flecha de oro
punzará Mi Corazón deleitosamente, y sanarán las heridas causadas por las blasfemias​”)

Que el más Santo, más Sagrado, más Adorable, más Incomprensible e Inefable Nombre de Dios sea
por siempre alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la Tierra y bajo la
tierra, por todas las criaturas de Dios y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el
Santísimo Sacramento del Altar. Amén

Oración de ofrecimiento de la Santa Faz al Padre


Padre Todopoderoso y Eterno, puesto que Nuestro Divino Salvador se ha complacido en revelar a la
humanidad en tiempos modernos el poder que reside en Su
Divino Rostro, acudimos a este Tesoro en nuestra gran
necesidad. Puesto que Nuestro Salvador mismo prometió que al
ofrecerte Su Divino Rostro, desfigurado en la Pasión, Él nos
procurará lo necesario para nuestros hogares y que nada nos
será negado, ahora nos presentamos delante de Tu Trono.

Padre Eterno, aparta Tu mirada de ira de nuestro pueblo


culpable, cuyo rostro se ha vuelto repugnante ante Tus Ojos. En
vez de ello, mira el Rostro de Tu Hijo amado, porque es el
Rostro de Aquél en quien Tú Te complaces. Ahora Te ofrecemos
Su Divino Rostro cubierto de Sangre, sudor, polvo, saliva y
vergüenza en reparación de los peores pecados de nuestro
tiempo que son el ateísmo, la blasfemia y la profanación de Tus
días santos. De este modo esperamos apaciguar Tu Justa Ira
provocada contra nosotros.

El Abogado Todo Misericordioso abre Sus labios para implorar


por nuestra causa. ¡Oh, Dios!, escucha Sus lamentos, mira Sus
Lágrimas, y por los Méritos de Su Divino Rostro, escúchalo cuando intercede por nosotros,
miserables pecadores.

Letanía de la Santa Faz​ escrita por sor María de San Pedro.


Oración inicial: ​¡Yo te saludo, te adoro y te amo, oh Rostro adorable de Jesús, mi Amado, noble Sello
de la Divinidad! Ultrajado de nuevo por los blasfemos, Te ofrezco, por medio del Corazón de Tu
Santísima Madre, la adoración de todos los Ángeles y Santos, con la humilde súplica de que repares y
renueves en mí y en todos los hombres Tu Imagen desfigurada por el pecado.

¡Oh, Rostro Adorable!, que fuiste adorado con profundo respeto por María y José cuando Te vieron
por primera vez, t​ en misericordia de nosotros. ​(se repite a cada invocación siguiente)

¡Oh, Rostro Adorable!, que en el establo de Belén llenaste de alegría, a los Ángeles, los pastores y los
magos,
¡Oh, Rostro Adorable!, que en el Templo traspasaste con un dardo de amor, al santo anciano Simeón y
a la profetisa Ana,

¡Oh, Rostro adorable!, que llenaste de admiración a los Doctores de la Ley cuando apareciste en el
Templo a la edad de doce años,

¡Oh, Rostro adorable!, que posees la belleza siempre antigua y siempre nueva,

¡Oh, Rostro adorable!, que eres la obra maestra del Espíritu Santo, en el que el Padre Eterno se
complace,

¡Oh, Rostro adorable!, que eres el espejo inefable de las


perfecciones divinas,

¡Oh, Rostro adorable!, brillante como el sol y radiante de


gloria en el Monte Tabor,

¡Oh, Rostro adorable!, que lloraste y Te afligiste ante la tumba


de Lázaro,

¡Oh, Rostro adorable!, que Te entristeciste al ver Jerusalén y


derramaste lágrimas sobre esa ciudad ingrata,

¡Oh, Rostro adorable!, que Te inclinaste hasta el suelo en el


Huerto de los Olivos y Te cubriste de confusión por nuestros
pecados,

¡Oh, Rostro adorable!, cubierto del sudor de sangre,

¡Oh, Rostro adorable!, que con Tu divina mirada heriste el corazón de San Pedro con un dardo de
dolor y de amor,

¡Oh, Rostro adorable!, que fuiste golpeado por un siervo vil, cubierto con un velo de vergüenza y
profanado por las manos sacrílegas de Tus enemigos,

¡Oh, Rostro adorable!, lavado y ungido por María y las santas mujeres y cubierto con una sábana,

¡Oh, Rostro adorable!, resplandeciente de gloria y belleza el día de la Resurrección,

¡Oh, Rostro adorable!, que Te ocultas en la Eucaristía,

¡Oh, Rostro adorable!, que aparecerás al final de los tiempos en las nubes con gran poder y majestad,

¡Oh, Rostro adorable!, que harás temblar a los pecadores,

¡Oh, Rostro adorable!, que regocijarás a los justos por toda la eternidad,
¡Oh, Rostro adorable!, que mereces toda nuestra reverencia, nuestro homenaje y adoración,

Se repite tres veces:​ ¡Oh, Señor, muéstranos Tu Rostro y seremos salvados!

Oremos: ​Sé misericordioso con nosotros, ¡oh Dios! No desprecies nuestras oraciones cuando, en medio
de nuestras aflicciones, clamamos Tu Santo Nombre y buscamos con amor y confianza Tu Rostro
adorable.

Jaculatorias
1) Yo te saludo, te adoro y te amo, oh adorable Faz de mi Jesús bienamado, noble sello de la
divinidad. Yo me uno a ti con toda la fuerza de mi alma y te ruego humildemente que imprimas
en mí todos los rasgos de tu Divina Imagen. Amén
2) Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
3) Muéstranos, Señor, tu Rostro y quedaremos salvados.
4) Mi alma tiene sed de ti, Señor, ¿cuándo volveré a ver tu Rostro?
5) Busco tu Rostro, Señor.

Breves oraciones de Reparación y Petición

I. Oh Señor Jesucristo, al presentarnos ante Tu adorable Rostro


para pedirte a Ti las gracias que más necesitamos, Te rogamos, por
sobre todo, nos concedas la disposición interior para nunca dejar de
hacer en ningún momento lo que Tu requieres de nosotros con Tus
santos mandamientos y divinas inspiraciones. Amén.

II. Oh Bondadoso Jesús, que has dicho "Pide y recibirás, busca y


encontrarás, golpea y se abrirá para ti," concédenos, Oh Señor, esa fe
que lo obtiene todo o provéenos de lo que carecemos; concédenos, a
través del puro efecto de Tu caridad y por Tu gloria eterna, las gracias
que necesitamos y las que buscamos en Tu infinita misericordia.
Amén.

III. Sé misericordioso con nosotros, Oh mi Dios y no rechaces


nuestras oraciones, cuando en medio de nuestras aflicciones,
rogamos a Tu Santo Nombre y buscamos con amor y confianza Tu
adorable Rostro. Amén.

IV. Oh Todopoderoso y Eterno Dios, mira el Rostro de Tu Hijo Jesús. Te lo presentamos a Ti con
confianza, para implorar Tu perdón. El Defensor Misericordioso abre la boca para pedir por
nuestra causa; escucha su llanto, observa sus lágrimas, Oh Dios, y a través de sus infinitos
méritos escúchalo a Él cuando intercede por nosotros pobres pecadores miserables. Amén.

V. Adorable Rostro de mi Jesús, mi único amor, mi luz y mi vida, permíteme conocerte, amarte y
servirte sólo a Ti, que yo pueda vivir Contigo, de Ti, a través de Ti y para Ti. Amén.

VI. Eterno Padre, a Ti te ofrezco el adorable Rostro de Tu Amado Hijo por el honor y la gloria de
Tu Nombre, por la conversión de los pecadores y por la salvación de los moribundos.
VII. Oh Divino Jesús, a través de Tu Rostro y Nombre, sálvanos. ¡Nuestra esperanza está en la
virtud de Tu Santo Nombre!

VIII. Te adoro, oh Jesús mío, hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el
ara de la cruz. A ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes
imprimir en mi alma la imagen de tu Rostro adorable. Amén.

IX. ¡Oh Padre Eterno! Mira la Faz de tu Cristo y por sus méritos infinitos concédeme un ardiente
deseo de reparar las injurias hechas a tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta
novena. Amén.

Novena a la Santa Faz Se repiten las mismas oraciones los nueve días. Para rezarla previa a la fiesta de la
Santa Faz se debe iniciar el anteúltimo domingo del tiempo ordinario
previo a la Cuaresma.

Oración inicial​: Oh Santo Rostro ultrajado por nosotros, No te


acuerdes más de los fallos de la tierra, No te acuerdes más, De tu
último grito un día en el Calvario Acuérdate, acuérdate Jesús,
Acuérdate, acuérdate, oh Rostro de Jesús.

¡Oh! amabilísimo Jesús, que quisiste sufrir tanto en Tu Santo


Rostro, por nuestro amor, vuélvenos a mirar benignamente e
imprime en nuestros corazones Tu divina semblanza, para que
nuestra alegría sea sufrir por Ti. G
​ loria al Padre...

¡Oh! dulcísimo Jesús, que en Tu Rostro divino has sido golpeado,


maltratado, humillado por nuestro amor, haz que el desprecio y
la humillación sean nuestra porción predilecta. ​ Gloria al Padre...

¡Oh! manso Jesús, que en Tu Divino Rostro sudaste sangre por nuestro amor, concédenos la gracia de
sufrir por tu amor y así volver a ser mirados por Ti. ​Gloria al Padre...

Oración final: ​¡Oh! Santo Rostro de Jesús, mientras esperamos el feliz día de poderte contemplar en la
gloria del Paraíso, queremos procurarte tanta gloria y deleitar Tu mirada divina. Tu mirada velada sea
nuestro paraíso aquí en la tierra, las lágrimas que lo velan las recogeremos para salvar tantas almas e
inflamar los corazones con Tu amor. Amén.

Consagración a la Santa Faz


¡Oh Faz amabilísima de Jesús!; Aquí vengo, atraído por tu dulce mirada, que como divino imán,
arrebata mi corazón aunque pobre y pecador! ¡Oh Jesús!, quisiera enjugar tu adorable Faz y consolarte
de las injurias y olvido de los pecadores. ¡Oh Rostro hermosísimo!, las lágrimas que brotan de tus ojos
me parecen diamantes, que quiero recoger para comprar con ellos las almas de mis hermanos. ¡Oh
amado Jesús!, si yo tuviera el amor de todos los corazones, todo sería para Ti. Envía, Señor, almas,
sobre todo almas de apóstoles y de mártires para abrasar en tu amor a la multitud de los desgraciados
pecadores. ¡Oh adorable Jesús!, mientras aguardo el día eterno en que contemplaré tu gloria infinita,
mi único deseo es venerar tu Faz santísima, a la cual consagro desde ahora para siempre mi alma con
sus potencias y mi cuerpo con sus sentidos. ¡Oh mi Jesús!, haz que tu Rostro lastimado sea aquí abajo
mi encanto y mi cielo.

Oración de la mañana
Divino Corazón de Jesús, por medio del Inmaculado Corazón de María, yo me ofrezco a Dios Padre
unido a ti en el Santo Sacrificio del Altar con mis oraciones, trabajos, alegrías, sufrimientos y todas
las actividades que realice en el día de hoy en reparación de todos los pecados cometidos contra el
Divino Rostro de Jesús y para que venga a nosotros tu Reino.
Te suplico también, Señor, por el Santo Padre, los Obispos y
Sacerdotes, sus intenciones y santificación.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
María, Madre mía, ruega por nosotros.
Ilumina, Señor, tu Rostro sobre nosotros y seremos salvados.

Oración de la noche
Oh Dios omnipotente y misericordioso, concede, te pedimos,
que cuantos veneramos la Faz de tu Cristo, desfigurada en la
Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos
contemplarla eternamente en el resplandor de la gloria
celestial. Concédenos tu santo descanso en la gracia de tu
Nombre, para que aún durmiendo podamos reparar las
ofensas cometidas contra el Rostro de tu Divino Hijo Jesús
en el Santísimo Sacramento del Altar.
¡Santa Faz de Jesús, muéstrate a nosotros, se dispersen tus
enemigos y huyan de tu presencia los que te odian!
María de la Santa Faz, ruega por nosotros.

Coronilla de la Santa Faz de Jesús


Consta de 33 cuentas, con seis misterios de cinco cuentas cada uno y tres cuentas separadas.

Al inicio de cada misterio se dice: ​“Padre eterno, te ofrezco el Rostro de tu Hijo Jesús, con todos sus
sufrimientos en reparación de nuestros pecados y los del mundo entero”.

Luego se repite cinco veces la oración de la “flecha de oro”: “​Que el más Santo, más Sagrado, más
Adorable, más Incomprensible e Inefable Nombre de Dios sea por siempre alabado, bendecido, amado,
adorado y glorificado, en el Cielo, en la Tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de Dios y por el Sagrado
Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén​”

Una vez finalizado los seis misterios, se repite tres veces: “​Sé misericordioso con nosotros, Oh mi Dios y
no rechaces nuestras oraciones, cuando en medio de nuestras aflicciones, rogamos a Tu Santo Nombre y
buscamos con amor y confianza Tu adorable Rostro. Amén​”.

Oración escrita por el Venerable Leo Dupont


Oh Adorable Rostro de mi Jesús, tan misericordiosamente inclinado hacia nosotros desde el Árbol de
la Cruz, en el día de tu Pasión, ofrecido por la salvación de toda la humanidad, como entonces,
inclínate ahora misericordiosamente hacia nosotros, pobres pecadores, échanos una mirada de
compasión para nosotros y abrázanos con el beso de tu paz. Amén.
Oración de ofrecimiento de la Santa Faz al Eterno Padre
¡Todopoderoso y eterno Padre! Que enviaste a nuestro Divino Salvador para revelar a la humanidad en
estos tiempos el poder de su Santa Faz, ahora queremos valernos de este tesoro en nuestras
necesidades, ya que el mismo Jesús nos prometió que al ofrecer su santo Rostro desfigurado en la
Pasión podremos alcanzar la solución para todo, y que nada se nos negará a través de Él delante de tu
Trono.
Padre eterno, no mires nuestras culpas, que han hecho desagradables nuestros rostros a tus ojos, mira
mejor la Santa Faz de tu Hijo Amadísimo, este es el Rostro en que tú tienes tu complacencia. Te
ofrecemos su santa Faz cubierta de sangre, sudor, polvo, saliva y vergüenza, en reparación por los
peores crímenes de nuestros tiempos, el ateísmo, la blasfemia, la profanación de tu Santo Día. De esta
forma, queremos apaciguar tu santa y justa ira, provocada por nosotros.
Éste Abogado misericordioso abre su boca para defender su causa, escucha los gritos, sus lágrimas,
oh Dios, a través de los méritos de su Santa Faz, oye lo que Él mismo te pide por nosotros, miserables
pecadores. Amén.

ORACIONES A LOS SANTOS DE LA SANTA FAZ

Oración para pedir gracias por intercesión de la beata Madre Pierina de Micheli
Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo que hiciste brillar los dones de tu gracia en la humilde
beata Madre Pierina De Micheli, llamándola a tu servicio, para que en el silencio y en la obediencia
fuera la consoladora del Divino Crucificado y la misionera de la Santa Faz de Jesús, haz que también
nosotros sigamos con gozo el camino de la caridad, para gloria tuya y bien del prójimo.
Por los méritos de la Beata María Pierina de Micheli, y por su intercesión, concédenos las gracias que
confiadamente te pedimos, a fin de que se manifiesten para nuestro ejemplo y consuelo, las heroicas
virtudes que ella practicó. Amén

Comunicar gracias recibidas a la Congregación de las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires,
https://www.fic.org.ar/

Oración para pedir gracias por intercesión del Venerable Leo Dupont
Señor Jesús, que por la devoción a tu Santa Faz, has distribuido tantos favores en los cuerpos y las
almas en la casa y gracias a la oración de tu Siervo, León Dupont, tú que lo has hecho admirable por la
viveza de su Fe y su gran espíritu de reparación, acuérdate de nosotros para que pronto, por la
autoridad de la Iglesia podemos invocarlo como beato, para que nosotros podamos desarrollar por su
veneración, el espíritu de apostolado entre los hombres y entre todos los fieles, el amor y la
reparación. También te pedimos por su intercesión y si es tu voluntad, el favor que te imploramos…
(decirlo). Amén.

Comunicar gracias recibidas a la Arquidiócesis de Tours​: h


​ ttp://diocesedetours.catholique.fr/

Oración para pedir gracias por intercesión de Sor María de San Pedro
Oh Jesús, por tu Amor y Misericordia, te pido que escuches mi oración por intercesión de tu sierva
fiel, sor María de San Pedro, quien buscó siempre consolar y dar a conocer tu Santa Faz al mundo
entero. Amén.
Sor María de San Pedro, ruega por nosotros.
Oración para pedir gracias por intercesión de la beata Concepción Cabrera de Armida
Padre misericordioso, te damos gracias por haber regalado la Espiritualidad de la Cruz a tu Iglesia,
por medio de la beata Concepción Cabrera, esposa y madre de familia. Por su intercesión, concédeme
la gracia de...(nuestras peticiones)...a fin de que esta laica, mística y apóstol, sea contada entre tus
santos.

Que su ejemplo sirva de estímulo a quienes formamos la Iglesia, para que, dóciles al Espíritu Santo,
colaboremos con Jesucristo en la salvación del mundo. Amén.

Comunicar gracias recibidas a la Congregación de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús
https://religiosasdelacruz.wordpress.com/

FUENTES UTILIZADAS PARA ESCRIBIR ESTE LIBRO:


● “El Libro del Pueblo de Dios. La Biblia”. T
​ raducción argentina de la Biblia, autorizada por el Vaticano.
● Santa Sede, el Vaticano.
● Sitio web de la Fundación “La Santa Faz” de Buenos Aires - Argentina
● Libro “Diario espiritual de una madre de familia” (​Marie-Michel Philipon, O.P.)
● Sitio web “Reina del Cielo”
● Sitio web “Apariciones de Jesús y María”
● Sitio web de las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires
● Sitio web de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María
● Libro “The Holy Man of Tours: The Life of Leo Dupont (1797‑1876)”​ de Dorothy Scallan
● Sitio web de “The Holy Face”
● Libro “De la kipá a la Cruz”​ de Jean Marie Elie Setbon (Editorial RIALP)

Rogamos que por favor para contactarse con nosotros, escriban un correo electrónico a ​[email protected]
¡Muchas gracias!

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