Tratado Sacramentos Cap 7
Tratado Sacramentos Cap 7
Tratado Sacramentos Cap 7
Planteamiento histórico-teórico
2 Recuérdese que hace no muchos años, allá por lo década de los setenta, en
determinados ambientes pastorales resultaba más que inconveniente hablar del culto.
La única palabra que se admitía era evangelización. Lamentablemente se había olvida
do que el culto es anuncio de la palabra de Dios y de ahí la brutal escisión que se
deseaba imponer.
3 Rahner, K., «Palabra y eucaristía», en Escritos de Teología, IV, p.324.
C. 7. Relación entre palabra y sacramento 253
4 Bernal, J. M., «La identidad del ministerio sacerdotal desde los rituales de
ordenación», Phase XXI (1981), 203-222.
254 P.II. Los sacramentos en la economía salvífica
básica la enseñanza del concilio Vaticano II, para que sirva de vín
culo de unión entre estas diversas partes.
Me 16, 16. Si entre los dos optamos por el de Marcos, por tratarse
de un texto más primitivo, según lo testifica el estilo de su redac
ción, nos encontramos ante un imperativo que, puesto en boca de
Jesucristo, abarca simultáneamente la profesión de fe y la ablución:
el que creyere y fuere bautizado. Las palabras del texto reflejan con
claridad un mandato que impone la necesidad de creer, pero deja en
la indeterminación su contenido, ya que no especifica el objeto sobre
el que ha de recaer la profesión de fe. Esta especificación, según la
letra del Nuevo Testamento, fue doble en el tiempo de la Iglesia
apostólica, y mientras en el texto de Mateo se concreta en forma
trinitaria, en varios textos de Hechos, y de las epístolas paulinas apa
rece con formulación cristológica26. Lo cual quiere decir que en el
mandato original de Cristo hubo tan sólo una exigencia de fe, y que
la Iglesia apostólica expresó indistintamente su fe bautismal en for
mula trinitaria o cristológica. A tenor de este planteamiento, el texto
de Mateo se convierte en un precioso testimonio litúrgico sobre la
profesión de fe trinitaria, como es también una preciosa profesión de
fe cristológica la glosa bautismal interpolada en la Vulgata al texto
de Hechos que describe el bautismo del eunuco administrado por
Felipe 27. En el Nuevo Testamento se verifica un mandato exigitivo
de la profesión de fe y dos maneras distintas de concretarlo 28, con lo
que se comienza a vislumbrar que las primeras formas bautismales
no fueron más que profesiones de fe con las que cumplir el mandato
de Jesucristo.
Los elementos litúrgicos y pastorales que aporta la Iglesia de los
Santos Padres resultan sumamente interesantes, pues vienen a con
firmar que los antecedentes de la que hoy día llamamos forma bau
tismal consistían, tanto en su estructura formal como en su contenido
conceptual, en una explícita profesión de fe. Así aparece, por ejem
plo, en la rúbrica para administrar el bautismo que transmiten tanto
la Tradición apostólica, de Hipólito de Roma, como las restantes
fuentes litúrgicas que de ella derivan29. En todas ellas el ritual es
bien sencillo, pues propone que se administre una triple inmersión y
que en cada inmersión se profese la fe en una persona de la Trinidad.
Dada la plasticidad de la descripción bien vale la pena reproducirla.
Acompañado por el diácono, dice la Tradición apostólica, descienda
36 San Agustín, De baptismo, IV,XXIV, 31: «Ideo cum pro eis, responden!, ut
impleatur erga eos celebratio sacramenti, vale! utique ad eorum consecrationem, qu¡a
ipsi respondere non possunt. At si pro eo qui respondere potest alius respondeat, non
itidem valet» (Obras completas de S. Agustín, t.XXXII [BAC 498], p.563).
37 San Agustín, «Carta a Bonifacio», en (Obras completas de S Agustín t VIÚ
[BAC 69], p.683). ’ ’
262 P.II. Los sacramentos en la economía salvífica
18 San Ildefonso, De cognitione baptismi, el capítulo CXII lleva por título: «Quod
in nomine Tnnitatis detur baptismum», en PL 96, col. 158
Sobre este punto véase Stenzel, A , Die Taufe Eme genetische Erklerung der
Taufliturgie(Innsbruck 1958), p.l 11 y siguiente: «Die Taufformel».
40 Suma Teológica, III, q 60, a 1, sed contra.
41 Suma Teológica, III, q. 60, a 7, ad lm.: «Non secundum extenorem sonum
vocis, sed quia creditur, id est, secundum sensum verborum, qui fide tenetur».
C. 7. Relación entre palabra y sacramento 263
46 SC 6.
47 LG7.
48 San Agustín: «Non est enim aliud Dei mysterium, nisi Christus» (Ep. 187, PL
33, 845). He aquí un texto en el que San Agustín escribe «mysterium» predicado de
Jesucristo como sinónimo de sacramento, en cuanto signo visible de la realidad invisi
ble que es Dios.
266 P.I1. Los sacramentos en la economía salvífica
51 Tengo para mi, y la ofrezco como opinión muy particular, que, puesto que la
celebración eucarística es el acto eclesial por excelencia, en su celebración tiene que
estar presente toda la comunidad y, por ello, también el obispo. De ahí, concluyo en mi
apreciación, que toda misa celebrada por un presbítero diocesano equivale a una
concelebración con su propio obispo. Sobre este particular puede verse Arnau-García,
R., «Iglesia particular y comunión eclesial», en El ministerio en la Iglesia (Valencia,
1991), p. 196-198.
52 Rahner, K., «II vecchio modello: il sacramento come incontro isolato con Dio»,
en Nuovi saggi, V, p.510.
268 P.II. Los sacramentos en la economía salvífica