Ateneo Clinico Yamila Rejan

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Ateneo clínico 2023

“Entre la renuncia y el sostén”

Residencia de Psicología clínica

Residente: Yamila Rejan-


Tercer año

Hospital Cabred
En el presente ateneo se relatará una experiencia de mi práctica clínica
desarrollada en el marco de la rotación por el dispositivo de Consultorios
externos del Hospital Belgrano, partido de San Martín. Se partirá de una viñeta
clínica, para realizar una articulación teórico-práctica, planteando interrogantes
y líneas a trabajar.

Primeras entrevistas

Camila es una adolescente de 14 años. Se presenta a la entrevista de


admisión acompañada por su madre Paula. Se entrevista primero a la paciente
y se indaga acerca del motivo de consulta. Refiere que su madre solicitó la
admisión, pero ella no está segura querer iniciar un tratamiento. En el
transcurrir de la entrevista, Camila logra dar cuenta de ciertas cuestiones que le
gustaría trabajar en un espacio terapéutico: su abandono de la escuela, el
diagnostico reciente de esquizofrenia a su hermano mayor y el divorcio de sus
padres.

Luego se entrevista a Paula, quien refiere encontrarse preocupada porque


Camila recientemente le confesó que sufrió un abuso sexual en la infancia por
parte de unos primos. También comenta que se está divorciando del papá de
Camila y teme que esta situación pueda afectarla.

Se concluye la admisión acordando con Camila una fecha para comenzar el


tratamiento.

En las primeras entrevistas la paciente refiere no saber de qué hablar. Sin


embargo, con el correr de los encuentros, comienza a poner en palabras lo que
le sucede.

Comenta que se encuentra repitiendo el segundo año del secundario, ya que


se había quedado libre debido a sus reiteradas inasistencias. Refiere que
durante el curso del presente ciclo lectivo, no se sentía cómoda en el colegio:
no tenía amigos, solo mantenía conversaciones aisladas con algunos
compañeros y en los recreos permanecía encerrada en el baño. En el mes de
Junio, Camila le comenta a sus padres que no quiere seguir concurriendo a la
escuela.
Al preguntarle por qué se escondía en el baño en los recreos, comenta que le
daba miedo estar en el patio, porque es un lugar muy grande. Refiere que el
próximo año se cambiará a un colegio más chico, ya que se sentiría más
segura en un lugar con menos gente. Al seguir indagando, no puede dar cuenta
del motivo por el que un colegio de estas características sería más seguro para
ella.

Camila continúa historizando sobre su trayectoria escolar. Refiere que en


colegio primario le hacían bullying, burlándose de su aspecto físico. En ese
entonces tenía una amiga cercana, Mariana, con la que al día de hoy
mantienen contacto únicamente a través de las redes sociales.

La relación con su familia

Al indagar acerca de los vínculos familiares, Camila comenta que


recientemente sus padres se han divorciado y ella actualmente vive con su
madre y sus tres hermanos (dos mayores y uno menor que ella). El trabajo de
Paula la lleva a estar largas horas fuera de la casa, es por eso que desde que
Camila abandonó sus estudios, su madre le pidió que se ocupara de las tareas
domésticas y del cuidado de sus hermanos: Lucas, de 19 años, quien ha sido
diagnosticado con esquizofrenia a comienzos de este año, y de Manuel de 4
años, quien tiene Trastorno del espectro autista. El hermano mayor, Rodrigo
de 21 años, dejó su trabajo a pedido de Paula, para colaborar en el cuidado de
sus otros hermanos varones.

Camila comenta que en año 2021, al realizar un control clínico de rutina, fue
diagnosticada con resistencia a la insulina. A partir de entonces comienza a
hacer dieta y ejercicio físico por indicación médica, con el apoyo de su madre.
Sin embargo, su padre y sus hermanos se mantuvieron al margen del
acompañamiento que Camila necesitaba y la ofendían con comentarios
negativos acerca de su apariencia física. Desde que su hermano Lucas recibió
el diagnóstico de esquizofrenia, el tratamiento y los cuidados que Camila
requería, quedaron relegados, no volviéndose a realizar ningún chequeo
médico hasta el presente.
En siguientes entrevistas indago acerca de sus actividades diarias. Ella refiere
que suele pasar largas horas con el celular, cuidando a sus hermanos y
limpiando la casa para que cuando llegue su mamá esté contenta. “Si llega y la
casa está desordenada se enoja. Ella ya está mal por lo de mi papá, no quiero
sumarle más cosas para que se ponga peor”.

Camila refiere que asiste a un taller de arte y que esta es la única actividad que
realiza fuera de su casa. Menciona que le da miedo salir sola. No le gusta viajar
en colectivo ya que le molesta que las personas puedan rozarla o tocarla al
pasar. Se indaga acerca del motivo de estas dificultades.

Ella refiere que en la cuadra de su casa hay un kiosco por cuyo frente no le
gusta pasar, ya que cuando era más chica los empleados que allí trabajan le
hacían comentarios que ella no entendía y se reían. “A veces iba con mi papá,
él les seguía el chiste y todos se burlaban de mi”. Continúa comentando que
en la cuadra de su casa también viven tres primos que “nos trataban mal a mis
hermanos y a mí cuando yo tenía 6 años”. “Estos primos eran adolescentes en
ese momento. Decían que yo les gustaba y jugaban cosas raras. Me daban
besos y me decían que no se lo contara a nadie”. Al referirse a estas escenas,
Camila se angustia, pero continúa con el relato de forma ininterrumpida: “Mis
hermanos se llevaron la peor parte”. “A mí no me abusaron, creo que fue acoso
lo que me hicieron” “No sé si me tocaron, no recuerdo muy bien” “Me acuerdo
que uno de ellos me dio un juguete para distraerme y después no sé qué pasó”.

Camila refiere que no comprendía lo que habían hecho sus primos hasta el año
2020, cuando en la pandemia encuentra por casualidad un video en Youtube
que trataba el tema del abuso sexual infantil.

Silvia Bleichmar trabaja la diferencia y la relación entre un suceso y un


traumatismo. Un suceso no es de por sí traumático. El carácter que tome, de
traumático o no, estará en relación al carácter que tome en la vida psíquica. No
podrá determinarse si fue traumático o no sino a posteriori.
Retomando a Freud, lo traumatico no es el momento de lo acontecial sino un
momento posterior en el que se recompone la relación entre dos
acontecimientos que se articulan en una serie. En el caso de Camila,
observamos primero un suceso que ocurrió en la infancia: el abuso sufrido por
parte de sus primos. Luego, en un segundo tiempo, al alcanzar la pubertad,
donde comienza a realizar los trabajos psíquicos para apropiarse
subjetivamente de la sexualidad genital, se encuentra con un video de Youtube
que trata la temática del abuso y en ese momento resignifica el suceso que
vivió. A partir de ese momento, el suceso pasa a ser traumático y a producir
síntomas: el miedo a salir de su casa sola, a viajar en colectivo, a salir al patio
del colegio en los recreos y la dificultad para hacer amigos.

Camila comenta que este año pudo hablar con su mamá acerca del abuso
sufrido. También pudo preguntarle a sus hermanos cómo estos sucesos los
habían afectado. La respuesta que obtuvo de parte de ellos fue: “ya pasó, el
tema está superado y vos también tendrías que olvidarlo”. Por otro lado, refiere
que su padre no está al tanto de estos hechos. Prefirieron mantenerlo al
margen porque temen que reaccione en forma violenta hacia los primos.

En la entrevista con Camila, se puede observar que ha iniciado un proceso de


elaboración y ligazón del suceso traumático. A la hora de contar la escena del
abuso lo hizo bajo la forma de catarsis, cuya función, según Susana Toporosi,
es la descarga de una cantidad excesiva que inunda al Yo, y resulta en un
contar con afecto comprometido. Puede ser un momento inicial importante en
el procesamiento de lo traumático, y no una catarsis carente de sentido.

A partir de la supervisión del caso con la Lic. Florencia Surmani, se definió


como uno lineamientos a trabajar con Camila, identificar qué significa el abuso
para ella, que pueda subjetivizar este suceso y ubicarse en la trama de lo que
le sucedió, por un lado como víctima del abuso y por otro, como testigo del
abuso que sufrieron sus hermanos mientras ella era distraída por sus primos.

La renuncia de Camila:

En otra entrevista, Camila comienza comentándome que por la mañana habían


ido con su mamá a conocer un colegio en el cual va anotarse para retomar sus
estudios el año próximo. Indago acerca de sus expectativas para este nuevo
colegio. Refiere que tiene miedo de que le cueste hacer amigos y adaptarse. Le
pregunto que implica adaptarse y responde que se refiere a poder salir al
recreo. Comenta que desde la primaria le molestan los ruidos que suele haber
en el patio (chicos que gritan o hablan fuerte) y que por eso solía ponerse los
auriculares sin escuchar música, a modo de tapones para los oídos. Hablamos
también acerca de qué cualidades debe tener una persona para poder ser su
amigo/a: “Es difícil encontrar a alguien que no se burle y que piense como yo o
parecido”. “Las personas solo se enfocan en criticar a la gente y en contar
chismes, no son maduros”. “No me gusta conocer gente así, por eso prefiero
no conocer a nadie y quedarme con la gente que ya tengo”. Al preguntarle
quien sería la gente que ya tiene, responde que se refiere a su amiga Mariana
y su familia.

Se puede observar que Camila va renunciando a lugares: a la escuela, a hacer


amigos, a poder salir a la calle, al tratamiento médico para la resistencia a la
insulina. Cuando Camila dejó de asistir al colegio, no hubo una comunicación
de parte de la familia con el equipo de orientación escolar para indagar acerca
de qué podía estar sucediéndole en la institución. A la madre pareciera
resultarle funcional que Camila permanezca adentro de la casa, ayudándola a
cuidar a sus hermanos y ocupándose de las tareas del hogar. Su padre, por
otro lado, se mudó luego del divorcio y no mantiene un contacto frecuente con
Camila.

Según Beatriz Janin una de las tareas inevitables de todo adolescente es pasar
del amor infantil por los padres al amor exogámico. La salida hacia el afuera
permite armar nuevos lazos, que posibilitan otras identificaciones y
descubrimientos libidinales. El grupo de pares para el adolescente es el
mediador entre la situación infantil endogámica, el hallazgo de objeto y el
desasimiento de las figuras de los padres.

En su renuncia a distintos espacios, Camila queda del lado de lo endogámico,


encerrada en una casa donde se ocupa de las tareas de cuidado,
sobreadaptandose a su madre, esperándola con la casa ordenada para que
cuando llegue no se enoje con ella. Cuando Camila dejó la escuela y el
tratamiento por la resistencia a la insulina, no hubo figuras de cuidado que
actuasen como un sostén que fomentase su continuidad en estos espacios.

Sin embargo, existen dos espacios que Camila sostiene: el taller de arte y el
espacio terapéutico. En ese sentido, como futuras líneas para el tratamiento,
considero importante comenzar a indagar acerca de su interés por lo artístico y
profundizar en porqué sostiene este espacio. El taller de arte podría ser un
lugar donde comenzar a tejer alguna red vincular, para ello sería necesario
continuar trabajando acerca de sus creencias y prejuicios a la hora de hacer
amigos. De mi parte como profesional, es necesario sostener una posición
activa: cuando falta a una sesión sin aviso previo, comunicarme con ella, así
como también recalcar la importancia de continuar con el tratamiento, para que
no se reproduzca en el espacio terapéutico la renuncia que se viene dando
cuando no hay alguien del otro lado que tire de la cuerda, alguien que insista
para que no se diluya el espacio. También es importante citar a los padres de
Camila a la brevedad, para trabajar, por un lado sobre la importancia de
retomar los chequeos médicos por la resistencia a la insulina, tema que ha
quedado solapado por el diagnóstico de esquizofrenia de Lucas, y por otro
lado, para pensar en conjunto como acompañar a Camila en su trayectoria
escolar, especialmente en relación al comienzo del próximo año lectivo en un
nuevo colegio.

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