Strippers Implicaciones, Significados y Experiencias

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STRIPPERS: IMPLICACIONES, SIGNIFICADOS Y EXPERIENCIAS

P R E S E N T A N

Hernández, D; López, M. y Ruíz, E.

GPO. 2861

PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL LABORATORIO VII

Titular: Sotomayor Flores Oscar.

CICLO 2020-2
PREGUNTA DE INVESTIGACION
¿Cuáles son las implicaciones, significados y experiencias de strippers de la Ciudad de
México en su contexto personal, social y laboral?

OBJETIVO
Analizar y describir las implicaciones, significados y experiencias de strippers de la Ciudad
de México en su contexto personal, social y laboral.

EJES TEMÁTICOS
o Género como construcción social

o Orientación sexual

o Llegada al mundo stripper

o Imagen corporal
o Tiempo de trabajo (horas), lugares (sitio)
o Qué incluye el servicio
o Drogas
o Alcohol
o Sexo

o Voluntariedad (proxeneta)

o Redes sociales

o Percepción de su trabajo

o Redes de apoyo laboral

o Percepción sobre sí mismo (auto estigma)

o Asertividad sexual

o Familia

o Estigma

o Redes de apoyo familiar

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MARCO TEÓRICO

La salud es un asunto de vital importancia; se considera como algo que hay que
desarrollar y no como algo que hay que conservar. Cuando nos referimos a la
salud de un individuo, se trata precisamente de su bienestar a nivel biológico,
psicológico y social.

En 1978 la OMS realizó la conferencia internacional sobre la Atención


Primaria de la Salud en Alma Ata, donde se promulgó la carta magna, mediante la
que se pretendía coordinar las estrategias que se desarrollan en el campo de la
salud en todos los países del mundo; esto como consecuencia de la necesidad de
acción urgente por parte de la comunidad mundial para proteger y promover la
salud de todos los pueblos del mundo. El objetivo era proteger y promover la salud
como alternativa al simple tratamiento o rehabilitación de las enfermedades.

Las primeras aplicaciones prácticas después de dicha conferencia se


tradujeron en la cooperación entre la ciencia del comportamiento y las ciencia
biomédicas, de ahí surgió la medicina comportamiento; dando lugar al al modelo
biopsicosocial. El papel del comportamiento en la salud ha dado lugar a un nuevo
campo de investigación e intervención: la psicología de la salud.

Esta disciplina se introdujo a finales de los años 70 y se define como una


rama aplicada de la psicología que se dedica al estudio de los componentes
vinculados al comportamiento y a la atención en salud; su énfasis es la
prevención, modificando los hábitos y estilos de vida inadecuados.

El interés prioritario de la psicología de la salud se centra en el estudio


de los procesos psicológicos que participan directa y/o indirectamente en la
determinación del estado de la salud, dicho de otra manera; la psicología de la
salud constituye una rama aplicada de la psicología que se dedica al estudio de

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los componentes vinculados al comportamiento humano como parte del proceso
de salud, enfermedad y de la atención de la salud.

Respecto al estado de salud, este se refiere al bienestar físico,


psíquico y social de la persona; por otra parte, está la atención de la salud, que se
aplica a tan sólo uno de los múltiples determinantes del estado de la salud y se
vincula con los aspectos centrales de los servicios de salud. (Gómez 2000)

Dentro del estado de la salud se encuentra la categoría de género,


que permite el análisis de la accesibilidad, utilización, calidad, asignación de
recursos y financiamiento de los servicios de salud y, adicionalmente, hace posible
visualizar los situaciones de ventaja o desventaja en materia de salud que las
mujeres tienen frente a los varones; que se traducirán en riesgos diferenciales de
enfermar y morir.

Como señala la WHO 1998, un análisis de género identifica, analiza y


ayuda a actuar sobre las desigualdades que surgen de los diferentes roles de
hombres y mujeres o de las desiguales relaciones de poder entre ellos y ellas, así
como las consecuencias de estas desigualdades en sus vidas, su salud y su
bienestar.

El término “género” data de la década de los 50` cuando el


investigador John Money (1956) propuso el término “papel de género” para
describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones y mujeres.

Desde un criterio descriptivo, el género se define como la red de


creencias, rasgos de personalidad, actitudes, valores, conductas y actividades que
diferencian a mujeres y a hombres (Burin & Meler,1998)

Por lo tanto, el objetivo del presente ensayo es analizar y describir las


implicaciones, significados y experiencias de strippers de la Ciudad de México en
su contexto personal, social y laboral.

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Hurtado (2009) nos dice que la pobreza, las malas condiciones
laborales y el desempleo afectan prioritariamente a minorías étnico-raciales y a
hogares con jefatura femenina, lo cual ha contribuido a la aparición y
consolidación de procesos migratorios “atípicos” y que se desarrollan a la par con
otros fenómenos: la globalización e internacionalización de la mano de obra; el
crecimiento del sector de la industria del sexo; siendo este último, el factor de
mayor interés para esta investigación, ya que nos permitirá descubrir que también
el sexo masculino toma parte en este tipo de condiciones laborales (servicios
sexuales).

Para hablar de esto es fundamental tomar en cuenta que cuando se


aborda la prostitución, desde un enfoque socio-político, económico y/o desde los
medios de comunicación, habitualmente tiende a realizarse en clave femenina.
Este planteamiento supone no contemplar la prostitución como algo amplio y
diverso condenando al ostracismo a los hombres que ejercen prostitución. Sin
duda este colectivo es un gran desconocido, tanto para la sociedad como para los
investigadores sociales, y su invisibilidad alimenta el estigma y la marginalidad
(Zaro, R., 2008)

Zaro, R., (2008) de igual manera nos dice que por lo tanto, los
Trabajadores Masculinos del Sexo o Trabajadores Sexuales, ofertan servicios
sexuales a otras personas, del mismo o distinto sexo, a cambio de una transacción
económica mediante la negociación y el pacto entre ambas partes, acordando las
prácticas sexuales, el precio y otras variables como el consumo o no de
sustancias durante el servicio.

Belza y colaboradores en 2000, nos mencionan que: “Aunque los TMS


son invisibles para la sociedad y una minoría dentro del colectivo compuesto por
personas que ejercen prostitución (PEP), tienen una prevalencia de infección por
el VIH muy superior a la existente entre mujeres que la ejercen”. Este es uno de
los motivos por los cuales creemos que es importante indagar mucho más en el

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tema de la población masculina que desempeña trabajos sexuales en distintas
categorías como podrían ser heterosexuales o bien homosexuales, con el fin de
que con nuestro estudio sea posible que se sigan haciendo investigaciones que
estén encaminadas a orientar adecuadamente a esta población.

En la realidad existe una amplia diversidad afectivo-sexual dentro del


colectivo de TMS, algunos se definen como heterosexuales un 30,7 %, otros como
bisexuales un 46,5% y por último como homosexuales un 22,8% (Zaro et al,
2007). Conociendo esta información es fácil darse cuenta de que quizá esta
población se vea marginada por la población, al grado que no se le presta la
atención debida,viendose reflejado en las pocas investigaciones hechas hasta el
momento, lo cual, nos dice mucho de lo abandonada o apartada que se encuentra
esta población del interés social, y esto quizá se deba a que al menos en México
aún en estos tiempos la sociedad se encuentra bañada en “creencias” bajo las
cuales sigue señalada la población masculina, desde los “ideales” que se tiene del
sexo masculino o bien los tabúes que rondan sobre ellos, como bien podría
decirse de aquellos que atañen a la población homosexual, que lamentablemente
hasta la fecha siguen siendo discriminados, violentados y excluidos, si bien es en
menor medida aún es muy presente; es por esto que nos atrevemos a pensar que
es bajo la influencia de este tipo de creencias entre muchas otras más que no se
le presta la atención debida a la población de “trabajadores sexuales masculinos”.

Goffman (1963) dice que el estigma es un término que define “un


atributo profundamente desacreditador” pero no sólo es un atributo, también
implica una serie de relaciones entre el individuo estigmatizado y los demás. Estas
relaciones ponen en funcionamiento mecanismos estigmatizadores
(discriminación, rechazo, aislamiento, etc.).

A menudo en los espacios de ejercicio cerrados, tales como bares o


saunas, la accesibilidad es mayor para el consumo de alcohol y cocaína. Es

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habitual el consumo de sustancias con fines lúdicos con el fin de facilitar la
socialización en espacios de ocio nocturno incluidos aquellos donde se desarrolla
la prostitución, como locales de copas o saunas. A menudo son los propios
clientes quienes llevan consigo las sustancias y proponen que los servicios
sexuales sean acompañados con el consumo de las mismas. Otro tipo de
sustancias como ketamina, éxtasis o cannabis también están presentes en
espacios de ocio nocturno y bares de copas, pero a penas se utilizan en el ámbito
de la prostitución. Sin embargo existen dos sustancias presentes en la prostitución
masculina, son la viagra y el Popper. La primera está destinada a aquellos varones
que padecen disfunción eréctil, es utilizada por los TMS ya que les facilita
prolongar largas horas los servicios sexuales. También es habitual su uso por
aquellos trabajadores del sexo que realizan apariciones en producciones
pornográficas. El uso de viagra no es algo generalizado y prolongado por parte de
los TMS, más bien de uso puntual. La segunda sustancia es el Popper, un
vasodilatador que relaja los esfínteres facilitando la dilatación anal. Es una
sustancia cuya vía de consumo es inhalada y cuyos efectos duran escasos
minutos. El consumo de esta sustancia puede ser altamente peligroso para
aquellas personas que sufran dolencias cardiacas así como la combinación entre
esta y la viagra ya que aumenta el riesgo de sufrir paros cardíacos que pongan en
grave peligro la vida de la persona.

La imagen corporal juega un papel importante dentro de la prostitución


masculina, sobre todo aquella desarrollada en espacios cerrados como locales de
copas o saunas y a través de Internet donde la competitividad es mayor. El cuerpo
es entendido en muchos casos como una herramienta de trabajo que prestándole
los cuidados necesarios les posicionará en mejores condiciones para competir. El
cuidado de la imagen en espacios abiertos como la calle no es algo relevante ya
que el nivel de prostitución es bajo ligada a una serie de necesidades básicas sin
cubrir. Es habitual que el cuidado de la imagen por parte de TMS esté basado en
ejercicio físico, sesiones de depilación corporal, correcta alimentación,

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conocimientos sobre los ciclos hormonales y anabolizantes que les permita ganar
masa muscular en un corto espacio de tiempo. Tanto la información como los
productos pueden adquirirse en gimnasios y/o a través de Internet.

Por un lado, por su actividad puesto que la prostitución es considerada por la


sociedad como algo ilegítimo (el estigma alcanza tanto a TMS como a usuarios de
prostitución) y por otro, por tratarse de hombres que tienen sexo entre hombres
cuando la norma imperante es la heterosexualidad (Villamil et al, 2006). El grado
de vivencia del estigma de la homosexualidad difiere en función del TMS, su
cultura de origen y su proceso de socialización, pero sin duda el de la prostitución
es vivido en algunos momentos como algo angustioso por parte de la mayoría de
los TMS. La invisibilidad es una de las estrategias que utilizan para protegerse del
rechazo social, ya que el no exponer ante la opinión general la actividad que
desarrollan evita la desaprobación. Asumen que existe una parcela de si mismos
que no pueden mostrar, esta invisibilidad es asumida y mantenida. Este es el
modo en el que gestionan el estigma de cara a la sociedad, sobre todo con seres
queridos como familia o pareja sentimental ya que según expresó Goffman (1963)
“es precisamente a los más allegados a quienes el individuo puede querer ocultar
con más celo algo vergonzoso”.

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Referencias

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Ballester, R; Gil, M.D. “Prostitución masculina: Estudio psicosocial en


nuestro contexto”/ Valencia: Promolibro, 1996.

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Osborne, R. “Trabajador@s del sexo: Derechos, migraciones y tráfico


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