La Educacion Social y Emocional en El Aula..

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LA EDUCACION SOCIAL Y EMOCIONAL EN EL AULA

El aprendizaje social y emocional tiene un enfoque preventivo e incluye un


conjunto de habilidades distintas a las cognitivas; es un proceso mediante el cual
niños y adultos adquieren habilidades necesarias para reconocer y regular sus
emociones, mostrar interés y preocupación por los demás, desarrollar relaciones
sanas, tomar decisiones responsablemente y manejar desafíos de manera
constructiva. La tendencia hoy en día es favorecer el desarrollo de habilidades
socioemocionales tanto en estudiantes como en los docentes, en un proceso
horizontal de alfabetización emocional que mejore la interacción maestro-
alumno, dada la influencia que tienen las actuaciones del profesorado y las
relaciones interpersonales en el aula en el desarrollo emocional y social de los
alumnos.
Muchos expertos nos señalan que para poder afrontar este futuro se hace
necesaria una buena dosis de autoconfianza, habilidades para trabajar en
equipo, flexibilidad y manejo de la ansiedad. Cualidades que tienen que ver
con las competencias emocionales y sociales. Como vemos, educar
emocional y socialmente es educar en valores. Los maestros, antes de
decidir con que herramientas se van a manejar en el aula, deben primero
cuestionarse acerca de que sociedad y que tipo de personas van a contribuir
a construir y cuáles van a ser los grandes retos humanos para los cuales
deben preparar a sus alumnos. No hay nada humano que escape a los
valores, ni siquiera el conocimiento científico. así que el maestro o maestra
debe cuestionarse primero que valores van a organizar sus prácticas en el
aula y, por tanto, a que va a prestar más atención y pasión.
No es suficiente con poner énfasis y cuidado en que sus alumnos hagan uso
de la empatía, por ejemplo, sino que deberá ser conscientes de para que es
importante la misma: Para manejar las resistencias del interlocutor de forma
rápida o para profundizar en el conocimiento interpersonal y comprender
otras perspectivas. Tendrá que decidir si deben actuar para silenciar las
quejas o las emociones negativas en sus alumnos, o bien aprovecharlas para
analizar las situaciones y transformar lo que no funciona. En definitiva, tendrá
que elegir entre preparar a sus estudiantes para ser fundamentalmente
productivos o bien para lidiar con los grandes retos de la humanidad: La
sostenibilidad del planeta y la convivencia con la diversidad, una convivencia
basada en la justicia e igualdad social. hay tres cuestiones que el docente debe
considerar para desarrollar una Educaci6n Emocional y Social acorde con estos
valores:
El aula no es un trámite, un espacio de transición al trabajo adulto o a la sociedad,
al "afuera", sino que el aula misma es sociedad. Y como tal, deben comportarse
y facilitar las condiciones que representen la sociedad en la que se quiere
vivir. Si queremos vivir en una sociedad democrática, el aula debe posibilitar la
participaci6n, debate y discursos de los alumnos, así como posibilitar las mismas
oportunidades de relaci6n, aprendizaje y enseñanza para todos. Si queremos
una sociedad inclusiva, el aula debe propiciar el trabajo colaborativo y el respeto
y admiraci6n por la diversidad. Diversos estudios apoyan que los esfuerzos de
inclusión revierten en beneficios de aprendizaje para todos. Y que el clima
democrático en un aula favorece el desarrollo de la confianza, el apoyo entre
pares y la prevención o resolución más efectiva del acoso escolar.
El profesor o profesora debe facilitar en el aula que cada niño o niña, así como
en todo el grupo, vayan emergiendo sentimientos esenciales para el aprendizaje
y el desarrollo personal (que podrían proponerse como objetivos básicos de
toda educación emocional y social): El sentimiento de seguridad, el sentimiento
de autoeficacia, el sentimiento de identidad y el sentimiento de admiración y
curiosidad hacia la diversidad.
Las actividades de enseñanza y aprendizaje deben verse afectadas
estructuralmente para posibilitar la emergencia de tales sentimientos. Deben
diseñarse con el fin de que:
-Los alumnos aporten su propia visión de las cosas, sus conocimientos
previos, para partir de ellos y contar con los mismos.
-Conecten la actividad con sus propias motivaciones y las de la sociedad.
-Exploren, investiguen y creen con autonomía.
-Se produzca apoyo y colaboración entre compañeros.
-Reflexionen a partir de los sentimientos experimentados y sobre el proceso que
han seguido para autoevaluarse y proponerse objetivos de mejora futuro.
Competencias y actitudes que debe cuidar el docente para poder facilitar
condiciones y constituirse como modelo y guía:
Habilidades dialógicas y de trabajo en equipo. Saber hacer preguntas que
fomenten la reflexión y la comprensión, saber organizarse, saber escuchar,
considerar los distintos puntos de vista y saber debatir. La enseñanza del debate
es crucial para poder progresar intelectual y moralmente y es un medio principal
de co-construccion del conocimiento.
empatía. Sensibilidad ante los estados y emociones de los alumnos y habilidades
de expresión empática coherentes con el valor de las experiencias. así mismo,
la empatía contribuye a la expresión honesta de los sentimientos, al desarrollo
de un conocimiento y confianza interpersonal y, por tanto, a la seguridad de los
alumnos. Requiere concentración, atención a cada niño.
Expresividad emocional a través de las palabras y del gesto. La expresividad
emocional a nivel no verbal es el Código más primitivo de los humanos para
transmitir en pocos segundos significados y valores. Es una guía necesaria
para niños y jóvenes. Esa expresividad debe ser coherente con los objetivos
de enseñanza y aprendizaje, no con la situación particular del docente, por lo
que está ligado necesariamente a la autogestión y a la empatía. Cada vez hay
más apoyo desde la neurociencia y la psicología de los efectos de expresar y
compartir emociones positivas, relacionados con la activación de las neuronas
espejo y el contagio emocional.
Gestión de las emociones negativas. Esto es tomar conciencia de estas,
tolerarlas, saber expresarlas en coherencia con el valor del acontecimiento que
las suscita y actuar para favorecer los cambios que nos estimulan.
Los movimientos educativos en torno a la educación emocional y social
también se han visto imbuidos de una cultura que hace hincapié en la felicidad,
más concretamente en las emociones "positivas", en detrimento del valor de
todos aquellos sentimientos que nos ayudan a profundizar en el
autoconocimiento y en la reorganización de nuestras vidas
Es preciso reconocer que algunas técnicas de gestión emocional que se
fomentan en la escuela pueden tender en algunos casos a hacer demasiado
hincapié en la "distracción positiva" ya sea en forma de pensamientos o auto
mensajes de felicidad, sin considerar el análisis de las situaciones asociadas a
los sentimientos negativos. La atención y sensibilidad a las señales que pueden
indicar que un alumno está pasando por un mal momento son claves para la
prevención de problemas y para ajustar los objetivos de enseñanza, dando
prioridad a la seguridad y bienestar del alumno/a sobre cualquier otro objetivo de
enseñanza. No siempre es fácil estimular que los alumnos hablen de las
cuestiones que les angustian, pero la creación de un contexto de empatía y
seguridad emocional, el uso de la música en el aula, así como cualquier expresión
artística (dibujo, literatura, fotografía, videos...) pueden facilitarlo.
Por otro lado, la atención, escucha y reflexión a partir de los sentimientos que
llamamos "negativos" son esenciales para poder desarrollar una autonomía, una
autogestión, en una sociedad en la que es preciso decidir con capacidad de
análisis crítico. Estos sentimientos acompañan siempre a la
experimentación del conflicto y están presentes en la escuela de manera
continua como es natural. Por eso, el docente debe facilitar la expresión y
comprensión de estos.
El conocer los estados emocionales de los estudiantes, así como sus estilos de
aprendizaje, puede ayudar al profesor o profesora a organizar de manera más
eficaz y eficiente el proceso de aprendizaje-enseñanza a implementar y posibilita
atender a los y las estudiantes de manera más personal, guiándolos en el
contexto del aprendizaje; solo así es que el profesor o profesora realmente puede
contribuir a que sus estudiantes se conviertan en los constructores de sus
propios aprendizajes.
En conclusión, la educación emocional debe ser vista, conceptualizada y puesta
en marcha para procurar que los y las educandos se conozcan a sí mismos y
conozcan a los demás, se respeten, respeten a los otros y al entorno donde
viven, de manera que se pueda plantear el desarrollo integral de su personalidad
como requisito para la construcción de la felicidad y su desarrollo de aprendizaje
durante todo el proceso de su vida.

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