Trabajo Unido 2

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS, CONTABLES Y SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA:
Principio de gratuidad y acceso a la justicia/
Principio de elasticidad y vinculación

 DOCENTE : Roholly Vásquez Elguera


 MATERIA : Procesal Civil 1

 INTEGRANTES : *Cristhian Ferrari Arroyo


* Kevin Covarrubias segundo
* Juan Carlos Quispe
* Brandon juro palomino
*Jeremy antezana sierra

ABANCAY-APURIMAC
2024.
indice

INTRODUCCIÓN.........................................................................................................3

Administración de Justicia.............................................................................................4

Estado y administración de justica.................................................................................4

La Administración de Justicia en las Cartas Constitucionales.......................................5

Administración de Justicia: Legalidad vs. Realidad......................................................5

Crisis De La Administración De Justicia Formal...........................................................6

Imagen de la Administración de Justicia........................................................................7

Problemas de la Administración de Justicia...................................................................7

GASTOS QUE IMPLICA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA........................8

1.- Costas....................................................................................................................8

IGUALDAD DEL ACCESO A LA JUSTICIA...........................................................10

COMPONENTES DE LA LEGISLACION NACIONAL..........................................12

PRINCIPIO DE ELASTICIDAD................................................................................16

IMPORTANCIA DEL PRINCIPIO DE ELASTICIDAD............................................17

ALCANCES DEL PRINCIPIO DE ELASTICIDAD..................................................17

CARACTERISTICAS DEL PRINCIPIO DE ELASTICIDAD PROTECCIONISTA18

Principio de vinculación....................................................................................21

Principio de formalidad.....................................................................................23

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INTRODUCCIÓN

Este trabajo borda de manera detallada el principio de gratuidad y acceso a la justicia

en la Administración de Justicia, destacando la importancia de garantizar la igualdad de

protección y no discriminación en el sistema legal. Se analiza la legislación nacional,

haciendo énfasis en la protección de los derechos de las personas mayores y la necesidad de

superar obstáculos para un acceso pleno a la justicia. Además, se examina la jurisprudencia

del Tribunal Constitucional peruano en relación con la gratuidad de la administración de

justicia. El documento también explora el principio de elasticidad y su vinculación en la

Administración de Justicia, proponiendo medidas para mejorar la divulgación y el

conocimiento público sobre el sistema judicial en el Perú.

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Administración de Justicia
Nuestra Constitución vigente establece que la potestad de administrar justicia emana
del pueblo. Esta se ejerce por Juzgados y Tribunales jerárquicamente integrados en un cuerpo
unitario (art. 232). De esta manera se precisa formalmente, cuáles son los órganos
responsables de la administración de justicia en el Perú.

La realidad, sin embargo, nos demuestra que estos órganos formales vienen siendo
cuestionados, cada vez con más fuerza, por una creciente opinión pública que percibe al
Sistema de Administración de Justicia como una administración desacreditada, burocrática,
ajena e insensible a los problemas y necesidades cotidianas de los seres humanos, integrado
por autoridades "exentas" de responsabilidad y de todo tipo de control público o social
efectivos.

Por otro lado, la evidencia que vastos sectores de nuestra población no tienen ninguna
posibilidad de acceso a las instancias formales de resolución de conflictos, que incluso
desconocen sus propios derechos y la forma de exigir su respeto; refuerza la concepción que
nuestro sistema judicial está en crisis y que la "realización" de la justicia resulta un sueño
para la mayoría de los peruanos.

Esta situación crítica del sistema, unida a la necesidad de contar con espacios eficaces
de resolución de conflictos, ha ido generando el desarrollo de una serie de experiencias, tanto
a nivel urbano como a nivel rural, tendientes a encontrar salidas que el sistema "oficial" no
ofrece.

Precisamente, el presente trabajo pretende hacer un suscinto balance de la


Administración de Justicia oficial e identificar algunos mecanismos alternativos de resolución
de conflictos que vienen desarrollándose y sobre todo, siendo validados por las localidades
y/o sectores en los que se desarrollan. Asimismo, intentaremos ubicar estas experiencias
dentro de nuestra legislación, de tal manera que podamos evaluar sus posibilidades de
desarrollo dentro del marco de nuestra normatividad actual.

Estado y administración de justica


El proceso de desarrollo de los estados ha concucido a una paulatina concentración de
un conjunto de funciones esenciales dentro la sociedad por parte de estos. una de Elias es
haber asumido el rol de controlador social en una medida que regula el desenvolvimiento de
las relaciones entre los distintos sujetos sociales. En este contexto el estado aparece como un

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ente neutral es decir se ubica por encima de los diferentes intereses individuales o grupales en
conflicto. Una de sus funciones consiste precisamente en resolver los para garantizar el
normal desenvolvimiento de la vida en la sociedad logrando mantener y preservar el orden
social.

Está función de resolución de conflictos por parte del estado eso es lo que constituye
la administración de justicia esas expresan una potestad el estado de resolver los conflictos y
de juzga hay sancionar conducto de conformidad con las normas legales estableciendo esta
manera admiración de justicia así como funcione y organizaciones en estado en general estás
legalmente regulados.

La Administración de Justicia en las Cartas Constitucionales.


Si hacemos un recorrido a través de todos nuestros textos constitucionales, incluyendo
el Estatuto Provisional de 1821, el Reglamento Provisional de 1822 y el texto de las Bases de
la Constitución Política de la República Peruana de 1822 hasta la Constitución vigente;
podemos afirmar que en todos ellos se expresa claramente que es el Estado a través del Poder
Judicial -Poder Judiciario o poder jurídico quien ejerce el monopolio y la exclusividad de la
función resolutoria de los conflictos en nuestro país.

Esta disposición contenida en todos nuestros textos constitucionales y otros cuerpos


normativos, es la que ha presidido el ordenamiento judicial en el Perú Republicano.

Este monopolio y exclusividad tiene como consecuencia que los conflictos no pueden
ser resueltos fuera de los aparatos estatales; dicho de otro modo: todo conflicto que se
resuelva fuera del aparato estatal no sólo carecerá de validez estatal sino, sobre todo, no
podrá recurrir al monopolio de los medios de coacción estatal para poder implementar la
decisión.

Sin embargo, nuestro derecho positivo no sólo se ha limitado a establecer el


monopolio de la Administración de Justicia por el Estado. Se determina, además, cuáles son
los órganos de la función jurisdiccional y un conjunto de garantías y procedimientos para
regular este poder exclusivo. Contamos pues, con un inventario de órganos facultados para el
ejercicio de la función jurisdiccional y con un marco general de normas procesales que
establecen garantías como la existencia de diferentes instancias, la publicidad de los juicios,
la motivación de las sentencias, la prohibición de revivir procesos fenecidos,etc.

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Administración de Justicia: Legalidad vs. Realidad.
Corresponde ahora evaluar si el contenido normativo de nuestras disposiciones
constitucionales se ha aplicado o se aplica tal como está formulado, o si por el contrario estas
disposiciones han tenido poca o ninguna concreción en la realidad Podemos señalar que
resulta difícil absolver nuestra interrogante de manera categórica, en la medida que la
realidad nos demuestra que las disposiciones constitucionales aludidas anteriormente son
aplicadas en forma relativa. Efectivamente, la realidad de la Administración de Justicia en el
Perú nos presenta órganos e instancias extra-judiciales, estatales o no, que en la práctica
ejercen funciones jurisdiccionales. La población y muchas veces, las propias autoridades
formales buscan otras instancias y otros procedimientos para resolver los conflictos que se les
formulan.

Evidentemente, esta actitud contradice de manera radical el principio constitucional


de la exclusividad y monopolio de la función jurisdiccional por parte del Estado Resulta
fundamental, entonces, anal1zar las razones de esta suerte de "deslegitimación" del sistema
formal de administración de justicia.

Crisis De La Administración De Justicia Formal


La crisis de la Administración de Justicia es una expresión de la crisis estructural por
la que atraviesa nuestro Estado Peruano. Es la expresión de "la incapacidad del Estado para
poner las cosas en orden y encausar la vida del país dentro de un legítimo marco conceptual
que satisfaga las nuevas aspiraciones nacionales" . Podemos afirmar que nuestro Estado, a lo
largo de su vida Republicana, no ha sido capaz de propiciar una integración y desarrollo
nacionales. Para el ciudadano común, tanto el Estado como sus instituciones resultan
inalcanzables y su posibilidad de acceso probablemente sólo será a través de autoridades de
nivel subordinado.

Esta situación se evidencia claramente en lo que respecta al Sistema de


Administración de Justicia donde las cifras muestran que para el grueso de los peruanos
ex1ste una "justicia a la mano", de segunda clase que sí le es accesible: la Justicia de Paz no
Letrada, prevista en la formalidad pero que no se mueve dentro de ella pues trasciende sus
límites. Por otro lado, los conflictos vistos con mayor frecuencia por el Poder Judicial son
aquéllos que implican sólo a sectores de ingresos medios y bajos: obligaciones alimentarias,
pago de soles, desahucio por falta de pago y dentro de los procesos penales, aquéllos contra el
patrimonio.

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En una investigación realizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de
laP.U.C., de un total de 2,015 procesos examinados en 14 distritos Judiciales el43.5%
correspondía a causas por pensión alimenticia, 15.9% por cobro ejecutivo y 11.4% por
desahucio. Todos estos procesos tienen que ver con problemas sociales de fondo como la
crisis económica, la escasez de vivienda, etc. En ese sentido, el Poder Judicial se presentaría
como un espacio de confrontación de problemas sociales planteados por sujetos individuales.
A nuestro entender,

esto explicaría en cierta medida el hecho que el Poder Judicial no esté en capacidad de
satisfacer muchas de las demandas que se le formulan, en razón que su solución trasciende a
su capacidad resolutoria de conflictos entre particulares.

Imagen de la Administración de Justicia


Dado que el tipo de conflictos más frecuentes tiene que ver con aquellos sujetos de los
sectores menos favorecidos de la sociedad, veamos cuáles son los problemas más graves que
han de afrontar al ingresar a la maquinaria judicial y cuál es la percepción que éstos, y en
general la población peruana, tienen de elia.

La primera reacción de la población peruana ante la Administración de Justicia es la


desconfianza. En general es percibida como "atentatoria a los intereses de los litigantes, o
mejor dicho, contra el objeto mismo del litigio". Razones para ello sobran, son frecuentes las
denuncias de "errores judiciales". El peruano sospecha que "el mero contacto con el aparato
judicial importa un riesgo Razones para ello sobran, son frecuentes las denuncias de "errores
judiciales". El peruano sospecha que "el mero contacto con el aparato judicial importa un
riesgo" .

Por otro lado, existe una sensación de estar a merced de la voluntad de lo funcionarios
para que el procedimiento tenga, dentro de los márgenes temporales razonables, al menos, la
posibilidad de ser tomado en consideración. En una investigación realizada por DESCO y en
la que se entrevistó a 160 litigantes, la mayoría destacó "la gran distancia que existe entre lo
que las leyes dicen defender y el modo como dichas leyes son interpretadas y aplicadas en las
relaciones concretas. Vemos pues, que la administración de justicia en nuestro medio está
prácticamente desacreditada por una manifiesta pérdida de confianza en el sistema. La
percepción mayoritaria manifiesta tener una imagen negativa del Poder Judicial y evalúa a la
administración de justicia como deplorable.

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Problemas de la Administración de Justicia.
Si intentamos sintetizar sus problemas específicos podemos señalar que éstos son,
fundamentalmente, la lentitud en la resolución de los conflictos, la mercantilización de la
justicia, la corrupción, la dificultad de acceso y la discriminación .

Administración de justicia, ésta ha destruido los criterios de temporalidad usuales: la


duración de un juicio resulta hoy incierta. Se atribuye a la congestión la causa de esta
"lentitud". La congestión es producto a su vez de la inadecuación entre el número de causas
que ingresan y la real capacidad operativa del Poder Judicial. Asimismo, muchos de los
procedimientos y normas bajo las cuales se tramitan los procesos no facilita su celeridad, por
el contrario, frecuentemente nos encontramos con disposiciones que obstaculizan el
desarrollo regular de los procesos.

En este tópico también tienen su cuota de responsabilidad los litigantes y, más que
ellos, sus abogados, quienes en muchos casos utilizan el "ardid de la demora" para conseguir
las pretensiones de sus patrocinados.

La frase "la justicia tiene precio" resulta una realidad palpable en nuestro país debido
a la imposición de pagos a las partes. Algunos de estos pagos tienen carácter legal y otro
carácter ilícito (corrupción y coimas a los operadores del sistema judicial).

GASTOS QUE IMPLICA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

1.- Costas, costos, y gastos.-Estos dos términos son absolutamente clásicos en la


doctrina procesal, responden, por así decirlo, a dos tipos de costes que un proceso origina.

2.- Costas, Según el artículo 410º del CPC, establece que las costas están
constituidas por las tasas judiciales, los honorarios de los órganos de auxilio judicial y los
demás gastos judiciales realizados en el proceso. Es decir desembolsos
necesarios e imprescindibles que el propio proceso exige.

3.- Gastos, Según el artículo 411º del mismo Código, son el honorario del abogado
de la parte vencedora, más un cinco por ciento destinado al Colegio de Abogados del Distrito
Judicial respectivo para su Fondo Mutual y para cubrir los honorarios de los Abogados en los
casos de Auxilio Judicial. Es decir, son aquellos que o bien no

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son estrictamente necesarios o bien pueden se producen fuera del proceso mismo pero sirvan
para prepararlo.

Esta distinción tiene una relevancia práctica considerable, pues cabe que una de las
partes condenada al pago de todas las costas. Art. 412 CPC, " El reembolso de las costas y
costos del proceso no requiere ser demandado y es de cargo de la parte vencida, salvo
declaración judicial expresa y motivada exoneración. Esta condena se establece en cada
instancia, pero si la resolución de segunda revoca la primera, la parte vencida pagará las
costas de ambas instancias.

4.- Las prestaciones

 Asesoramiento y orientación antes de entablar el pleito, ya sea para evitar que éste
surja o para analizar si es posible plantearlo con éxito.

 Asistencia y representación por abogado y procurador en el procedimiento judicial,


en los casos en los que la asistencia de estos profesionales sea necesaria legalmente, o cuando
el juzgado así lo exija.

 Insertar anuncios o edictos en periódicos oficiales cuando en el curso del proceso


sea obligatorio hacerlo.

 Hacer depósitos previos de dinero. cuando sean necesarios para


interponer recursos.

 Recibir asistencia pericial en el juicio, a cargo del personal técnico adscrito a los
juzgados y tribunales, de peritos dependientes de los órganos jurisdiccionales o de las
administraciones públicas, o también de aquellos técnicos privados que correspondan cuando
el juez lo estime pertinente.

 Obtener copias, testimonios, instrumentos y actas notariales en la forma que prevé el


Reglamento Notarial.

 Gastos derivados de escrituras públicas, copias y testimonios notariales,


así como de certificaciones de los Registros de la Propiedad y Mercantil, siempre que
estos documentos sean necesarios para el correcto desarrollo del pleito.

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 El derecho a litigar en el proceso para el que se ha pedido, incluyendo los trámites e
incidencias que surjan en el mismo, así como la interposición de los sucesivos recursos.

5.- Respecto de los aranceles judiciales.

El derecho fundamental a la "Tutela Jurídica" consagrada en diferentes instrumentos


legales de carácter internacional y nacional, despliega sus efectos en tres
momentos distintos y sucesivos: 1) Primero: En el acceso a la justicia (jurisdicción); 2)
Segundo: Una vez en ella, que sea posible la defensa y la obtención de una solución
(resolución) en un plazo razonable; y
3) Tercero: Una vez dictada la sentencia la plena efectividad de su pronunciamiento.

La Constitución de 1993, textualmente señala,

"Artículo 139: Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) inc. 16.-
El principio de la gratuidad de la administración de justicia y de la defensa gratuita para
las personas de escasos recursos y, para todos, en los casos que la ley señala."

Es decir, el Estado democrático, social y de derecho, dando cumplimiento al derecho


fundamental de la Tutela Jurídica, cautela la gratuidad de la administración de justicia para
los ciudadanos de escasos recursos económicos.

De conformidad con el TUO Código Tributario artículo II, del Titulo Preliminar
numeral c), los aranceles judiciales cobrados por el Poder Judicial tienen
naturaleza tributaria, específicamente es una tasa (tributo cuya obligación tiene como hecho
generador la prestación efectiva por el Estado de un servicio público individualizando en el
contribuyente).

Como sabemos las tasas son producto de la potestad tributaria que expresamente se
encuentra en el artículo 74 de nuestra Constitución Política, la misma que señala que sólo el
Congreso de la República, el Poder Ejecutivo (caso de delegación de facultades) y los
gobiernos locales pueden ejercer la potestad tributaria. El artículo bajo comentario no incluye
al Poder Judicial, por tanto el cobro de las tasas judiciales creadas mediante Resolución
Administrativa son inconstitucionales.

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IGUALDAD DEL ACCESO A LA JUSTICIA

Esta garantía, derivada genéricamente del art. 2°.2 de la Constitución, exige desde la
Ley Fundamental que tanto la acusación como la defensa actúen en igualdad de condiciones:
es decir, dispongan de iguales derechos procesales, de oportunidades y posibilidades
similares para sostener v fundamentar lo que cada cual estime conveniente.

Desde el punto de vista procesal, este principio, instituido como un derecho


fundamental en la Constitución, garantiza que ambas partes procesales gocen de
los medios de ataque y de defensa y de la igualdad de armas para hacer valer sus alegaciones
y medios de prueba, cuya vulneración produce indefensión.

Como es de conocimiento publico, las tasas judiciales varían en su valor pues para
acceder a una instancia superior como una apelación de autos el pago a desembolsar
por el litigante fluctúa desde los 32 nuevos soles hasta 288 nuevos soles; una apelación de
sentencia desde 128 hasta 1,152 nuevos soles; por una casación a la Corte Suprema desde 512
hasta S/. 2,720 nuevos soles; y 3,840 nuevos soles con respecto a una medida
cautelar, precios prohibitivos para un país donde el sueldo mínimo vital es de S/. 420 nuevos
soles y donde mas del 75% de la población se encuentra en estado de pobreza y/o extrema
pobreza.

Vista esta incongruencia de los altos costos de la administración de justicia lo que esta
provocando un problema social en claro perjuicio de los que menos tienen.

Esto se traduce en una desigualdad para acceder a la justicia por que la falta de
medios económicos impide a las personas de escasos recursos poder cubrir estas tasas, lo que
en la ley se llama igualdad al fijar tasas iguales para todos esto se convierte en una
desigualdad entre los ciudadanos al momento de hacer efectivos sus derechos.

Si bien el Poder Judicial es autónomo administrativa y económicamente no implica la


facultad de gravar en forma desmedida el servicio de administración de justicia que a la larga
antidemocráticamente solo beneficiará a aquellas personas que puedan tener la
solvencia económica que les permita pagar todos los gastos procesales.

Hablar del al acceso a la justicia, es referimos a un derecho fundamental que permite a


los seres humanos poder hacer valer sus derechos de forma justa y equitativa ante la ley sin
prejuicio de discriminación por sexo, raza, edad o religión. Un Estado de Derecho no se

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puede forjar si este no garantiza las reglas que permitan el acceso a la justicia de una manera
igualitaria, partiendo de esta aseveración asumimos que, el Sistema de Justicia es una pieza
importante para que los ciudadanos y las ciudadanas depositen en él toda su confianza para el
cumplimiento del ordenamiento jurídico situando con un énfasis mayor a los grupos más
vulnerables y dentro de éstos las personas mayores deben ser visualizadas con gran
relevancia ya que han sido las más discriminadas para un disfrute pleno de todos sus
derechos. El derecho al acceso a la justica, como ya se ha hecho referencia, constituye un
derecho fundamental que debe respetarse y velar por su debido cumplimiento, no existe
justificación alguna para que los Estados incurran en su violación, y en lo que respecta a
nuestras personas mayores están obligados a conocer la realidad y la emergente necesidad de
promover el respeto y debido cumplimiento de los derechos humanos porque este grupo de
alguna manera ha propiciado y participado en el desarrollo de los mismos, por lo tanto
merecen todas las garantías que les permitan vivir con dignidad en la etapa de su vejez.

COMPONENTES DE LA LEGISLACION NACIONAL

La Constitución Política contempla normas generales de igual protección y no


discriminación en sus primeros cuatro artículos, reconociendo en éstos que el Estado
guatemalteco reconoce su obligación de proteger a cada persona, así como su deber de
garantizar los derechos básicos de todas y cada una de las personas que viven en el territorio.
Se hace referencia específica sobre las personas mayores en el artículo 51, el cual indica que:
“El Estado protegerá la salud física, mental y moral de los menores edad y de los ancianos.
Les garantizará su derecho a la alimentación, salud, educación y seguridad y previsión
social”.

No obstante tener un andamiaje institucional y jurídico nacional que garantiza a las


personas mayores el acceso a la justicia, existen obstáculos para un acceso pleno, ya el
mismo no ha tenido una divulgación relevante ante la ciudadanía por los entes responsables y
por el poco interés de conocerla por parte de operadores de justicia y otras instancias que
tienen que ver con la misma, esta situación conlleva a que las propias personas mayores
desconozcan sus derechos poniéndoles en situaciones de desventaja ante los otros sectores en
lo relativo a igualdad al acceso a la justicia.

5. LA GRATUIDAD DE LA ADMINISTRACIÒN DE JUSTICIA SEGÚN LA


JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

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Según el ordenamiento peruano, se desarrolla el principio de gratuidad en el inciso 16
del artículo 139° de la Constitución establece que uno de los principios que informa el
ejercicio de la función jurisdiccional es “El principio de la gratuidad de la administración de
justicia y de la defensa gratuita para las personas de escasos recursos; y, para todos, en los
casos que la ley señala”.

Siendo ello así, el Tribunal Constitucional, ha desarrollado el principio de gratuidad


en la administración de justicia en la sentencia No 1607-2002-AA, según la cual señala que,
dicho precepto constitucional, contiene dos disposiciones diferentes: Por un lado, garantiza
“El principio de la gratuidad de la administración de justicia… para las personas de escasos
recursos”; y, por otro, consagra la gratuidad de la administración de justicia para todos, en los
casos que la ley señala”. Siendo así, la primera disposición comporta una concretización del
principio de igualdad en el ámbito de la administración de justicia. Según éste, no se
garantiza a todos los justiciables la gratuidad en la administración de justicia, sino sólo a
aquellos que tengan escasos recursos, esto es económicos.

El mismo Tribunal ha señalado en diversas oportunidades y ha advertido que el


principio de igualdad, que subyace en los términos de la gratuidad en la administración de
justicia, no obliga a tratar igual a todos siempre y en todos los casos, sino a tratar igual a los
iguales y desigual a los desiguales.

Es decir, dicho principio contiene un mandato constitucional que exige la remoción de


los obstáculos que impidan el ejercicio pleno de los derechos fundamentales de los
ciudadanos de todo el Perú. Así, en el ámbito judicial ese mandato se traduce en asegurar, a
las personas de escasos recursos, el acceso, el planteamiento y la obtención de un fallo
judicial que resuelva sus diferencias dentro de un proceso judicial gratuito.

Por ejemplo, la gratuidad en la administración de justicia, en los términos


constitucionalmente establecidos, ha sido desarrollada por el artículo 24° de la Ley Orgánica
del Poder Judicial, modificado por la Ley No 26846, según el cual, se encuentran exonerados
del pago de las tasas judiciales, entre otros, los litigantes a los cuales se les ha concedido
auxilio judicial, institución que, por otro lado, está regulada por el artículo 173 ° y siguientes
del Código Procesal Civil.

Cabe señalar que, el principio de gratuidad en juicio, que surge como consecuencia
del principio de equidad. El juzgador debe garantizar que las partes en un proceso tengan una
posición de equilibrio entre ellas; es decir, sin ventajas. (Bernales, 1999, p. 656 - 657).

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Asimismo, el artículo 6º de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que establece que todo
proceso judicial debe ser sustanciado bajo los principios procesales de legalidad,
inmediación, concentración, celeridad, preclusión, igualdad de las partes, oralidad y
economía procesal, dentro de los límites de la normatividad que le sea aplicable. En tal
sentido, el principio procesal de igualdad de las partes implica que los litigantes puedan hacer
efectivo su derecho de defensa en todo caso, sea por sus propios medios, sea porque el Estado
provee los medios para la gratuidad de la defensa en el caso de los litigantes de escasos
recursos.

En ese mismo sentido, El artículo 24º de la Ley Orgánica del Poder Judicial dispone
que la administración de justicia común es gratuita para las personas de escasos recursos
económicos y que se accede a ella en la forma prevista por la ley, y agrega una relación de
casos de exoneración del pago de tasas judiciales. Este artículo guarda concordancia con el
artículo 139º inciso 16 de la Constitución, conforme veremos más adelante.

Por otro lado, el Capítulo único del Título Segundo de la Sección Sétima de la Ley
Orgánica del Poder Judicial está dedicado a la Defensa Gratuita. En el artículo 295º se
establece que «El Estado provee gratuitamente de defensa a las personas de escasos recursos
económicos, así como a los casos que las leyes procesales determinan» y en los artículos
siguientes se regula la actividad del Poder Judicial sobre ese tema.

De este modo, se reconoce que existe uniformidad en la legislación en cuanto


reconoce la existencia de desigualdades entre los justiciables y otorga el derecho a los de
menores recursos o en los casos que determina la ley, a acceder a la defensa gratuita mediante
mecanismos de auxilio estatal como la defensa de oficio y la exoneración del pago de tasas
judiciales.

En este contexto, el artículo 139, inciso 16, de la Constitución Política, establece que
es un principio de la función jurisdiccional la gratuidad de la administración de justicia y la
defensa gratuita para las personas de escasos recursos y, para todos, en los casos que la ley
señala.

Este hecho es confirmado por lo establecido en el artículo VIII del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, que dispone lo siguiente: «Principio de gratuidad en el acceso a
la justicia.- El acceso al servicio de justicia es gratuito, sin perjuicio del pago por costos,
costas y multas establecida en este Código y disposiciones administrativas del Poder
Judicial.»

14
Al respecto, se torna necesario precisar lo que se entiende en la Constitución por los
principios de gratuidad de la administración de justicia y de gratuidad de la defensa. El
primero tiene como objetivo principal garantizar el libre acceso a los órganos jurisdiccionales
en el entendido que es obligación del Estado permitirlo por ser titular del monopolio de
administrar la justicia y se materializa en el derecho a recurrir a los órganos jurisdiccionales
sin necesidad de hacer pago alguno. Sin embargo, esta gratuidad es ilusoria pues, si bien no
existe tasa o arancel judicial por presentar una demanda o una denuncia, sí existen tasas para
apelar o aportar pruebas en los procesos civiles, por ejemplo, lo cual implica que para
defenderse eficazmente o lograr el reconocimiento de un derecho será necesario incurrir en
gastos.

Por otra parte, la defensa gratuita está referida no al derecho a recurrir al órgano
jurisdiccional, que es gratuito, sino a los gastos en los que se debe incurrir para afrontar un
proceso judicial. Por esa razón, el Estado otorga el derecho de defensa gratuita sólo a las
personas de escasos recursos, en el entendido que son las que necesitan recurrir a la actividad
asistencial del Estado.

El Estado admite, en consecuencia, que no es suficiente con la igualdad ante la ley y


el reconocimiento formal de los derechos, sino que es también necesario permitir que tales
derechos se hagan efectivos a fin de conseguir los efectos que la legislación pretende producir
en la sociedad. En ese contexto, situaciones de pobreza son impedimentos efectivos para el
ejercicio de los derechos en tanto su costo, mayor o menor, según las circunstancias motivará
que el titular del derecho postergue su reconocimiento o renuncie a su defensa por atender
otras necesidades de mayor importancia.

6. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL ACCESO GRATUITO A LA JUSTICIA

En efecto, el divorcio entre la legislación y la realidad puede tener múltiples causas y


la pobreza es una de ellas, en tanto el acceso a los medios que otorga el Estado para el
ejercicio y protección de los derechos requiere que el justiciable incurra en numerosos gastos.
Asimismo, la pobreza coloca a la persona en una situación de indefensión y de alta
vulnerabilidad, afectando no sólo su condición de individuo sino también su patrimonio. Por
ello, se torna insuficiente que la legislación confiera un sinnúmero de derechos a las personas,
si el Estado no se preocupa además porque esos derechos sean reconocidos en la práctica y
porque la pobreza no se constituya en una barrera que impida acceder al sistema de
administración de justicia.

15
Por lo tanto, la pobreza como obstáculo para el acceso a la administración de justicia,
no sólo impide defender y ejercitar los derechos, generando, en consecuencia, su pérdida,
sino que también dificulta su adquisición, constituyéndose así en una barrera para que el
individuo pueda mejorar sus condiciones de vida.

En ese sentido, encontramos diferentes ventajas y desventajas en cuanto a la


aplicación del principio de gratuidad en la administración de justicia.

Por un lado, dentro las ventajas de dicho acceso podemos encontrar las siguientes:

1. Garantiza el acceso a la tutela jurisdiccional efectiva por parte de toda la población.

2. Garantiza la igualdad de las partes al momento de costear el proceso, porque las


tasas y aranceles judiciales pueden convertirse en trabas para puedan ejercitar sus derechos y
sus actuaciones procesales, dentro de los sistemas dispositivos.

Por otro lado, dentro de las desventajas:

1. Existen litigantes que están en condiciones de asumir sin el menor reparo


las obligaciones que genera un proceso (bancos, empresas, entre otros)

2. La necesidad del Poder Judicial -que en casi todo el orbe es la cenicienta en cuanto
a presupuesto asignado con respecto a sus hermanos el ejecutivo y el legislativo- de
generarse sus propios recursos.

3. Aun siendo la justicia civil costosa en el país existe una sobresaturación de


expedientes, de ser gratuita significaría el colapso del sistema de justicia.

Asimismo, la falta de acceso a la justicia gratuita, implica la pérdida de un derecho


fundamental para la realización de la persona, en tanto, no le permite al individuo contar con
los medios para proteger, adquirir o ejercitar sus derechos. Carecer de la posibilidad efectiva
de acceder a la administración de justicia significa, para las personas que viven en
condiciones de pobreza, ver reducidas sus posibilidades de salir de esa situación y, por otro
lado, ver crecer las posibilidades de que su pobreza se incremente.

16
PRINCIPIO DE ELASTICIDAD

Concepto: El llamado principio de elasticidad, según el cual las formalidades


previstas para los actos procesales deben ser exigidas atendiendo a la función que estas
cumplen en el proceso, y en la obtención de su resultado, a criterio del juez.

Así, por ejemplo, una demanda no debe ser rechazada por faltarle la firma de
abogado, si el juez considera que la urgencia de tutela coloca a la exigencia de tal formalidad
en un plano absolutamente secundario respecto de la necesidad de admitir y dar trámite al
proceso constitucional.

Cabe resaltar que todo proceso constitucional va a girar en torno a supuestos


conflictos desencadenados por las relaciones de determinados derechos fundamentales,
obligando al juzgador, ya sea ordinario (juez constitucional del Poder Judicial) como
extraordinario (magistrado del Tribunal Constitucional), a tener como finalidad la tutela
procesal efectiva de los derechos involucrados en el litigio, adecuando ciertas exigencias
formales y relativizándolas, con el fin–principio que persigue todo proceso constitucional.

Asimismo, según Espinoza Cevallos, este principio deja abierta la posibilidad “(…)
en caso de un conflicto de la norma procesal constitucional con una norma constitucional o
de derecho sustancial, se adaptará el procedimiento para el logro de la aplicación y
reconocimiento de la norma constitucional, ya que el proceso constitucional es el medio para
alcanzar el fin: la primacía de la Constitución y los derechos reconocidos”.

Por otro lado, un autor que sigue con lo antes planteado, en cuanto a la aplicación del
principio de elasticidad es Carlos Mesía, quien señala que: “(…) en virtud de tal principio, el
Juez puede adecuar el trámite de los procesos constitucionales para que estos sean idóneos,
rápidos y eficaces a fin de que puedan cumplir con sus fines trascendentales”.

IMPORTANCIA DEL PRINCIPIO DE ELASTICIDAD

La importancia de este principio radica en que permite la realización cabal del


carácter instrumental del proceso constitucional. Esto es porque si durante el proceso
constitucional se encuentra un derecho constitucionalmente protegido en contraposición con
otros bienes constitucionales, por ejemplo, el principio de legalidad formal, en donde se debe
realizar una ponderación entre ambos, debe priorizarse el cumplimiento del principio derecho

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de la dignidad humana, que es la esencia de todo proceso constitucional proteccionista o
garantista.

Para concluir este apartado, podemos decir que el principio de elasticidad o principio
de adecuación de las formalidades al logro de los fines de los procesos constitucionales, es
una herramienta importantísima para los jueces constitucionales para alcanzar la solución
justa que garantice la plena protección de los derechos constitucionales y la supremacía
constitucional. Pero este principio no obliga al juez constitucional a que transgreda los límites
que le son conferidos, sino que exige que el mismo adecúe el proceso constitucional a la
persecución de sus fines sin desnaturalizar la esencia del mismo.

ALCANCES DEL PRINCIPIO DE ELASTICIDAD

Para empezar, debemos recordar que los principios jurídicos cumplen una función
informadora del ordenamiento legal, siendo utilizados para dar eficacia a la labor
interpretativa y aplicativa del Derecho por parte de los jueces (sean ordinarios o
constitucionales), y constituyendo a la vez garantía de seguridad jurídica a los particulares, al
conocer cuáles son las máximas que guiarán a sus justicieros, al resolver sus causas:

En consecuencia, podemos afirmar que los principios “(…) en cuanto instituciones


jurídicas con proyección normativa, cumplen con una función informadora de todo el
ordenamiento. Esta función es más concreta que la realizada por los valores, ya que, a partir
de su mayor grado de precisión, los principios ofrecen mayores argumentos para decidir el
significado concreto de una regla”.

A modo de conclusión, podemos decir que la actuación de los jueces a fin de suplir o
enmendar los actos procesales que presenten algún vicio y que pudiese perjudicar el
desarrollo de los procesos constitucionales. Los alcances de este principio son generales, esto
es, son aplicables a todo tipo de proceso constitucional29 y obligan a todos los jueces, esto
es, tanto a los jueces que imparten justicia en los fueros ordinarios como a los magistrados
del Tribunal Constitucional.

CARACTERISTICAS DEL PRINCIPIO DE ELASTICIDAD

PROTECCIONISTA

Como ya hemos mencionado antes, los procesos constitucionales nacieron como un

reclamo popular de la sociedad frente a los hechos ocurridos durante el desarrollo de la

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Segunda Guerra Mundial, en la cual se visibiliza la insuficiencia de la “legalidad” para la

protección de los derechos humanos. Con ello, se empezó la idea de una norma superior a la

legalidad, que es la Constitución Política de los Estados, y con esta nueva norma director del

resto también se estableció una jurisdicción que la haga valer, que es la constitucional, que

tiene como objetivo el tutelar y dilucidar todos los conflictos que versen sobre posibles

vulneraciones a la supremacía de la norma principal y de los derechos que en la misma se

encuentren.

Este paso del Estado Legal del Derecho, al Estado Constitucional del Derecho, obligó
(como ya se ha mencionado antes) a establecer medios impugnatorios que efectivicen estos
fines, los cuales, a su vez, poseen principios rectores que colaboran a cumplir con dichos
fines. Aquí es donde el principio de elasticidad auxilia a que se logre la protección de los
derechos constitucionales, como la supremacía constitucional mediante los procesos
constitucionales.

ANTIFORMALISTA: Este principio tiene una relevancia especial dentro del


derecho procesal constitucional, así como en el proceso constitucional, ya que es una
herramienta que colabora en la búsqueda de la protección de la supremacía constitucional y
de los derechos fundamentales, al “informalizar” los requisitos procesales.

Desde esta perspectiva, está vinculado estrictamente a la facultad del juez de suplir los
actos procesales irregulares dentro del proceso constitucional, esto es, inaplicar las normas
procesales formales, en busca de una mejor tutela de la causa constitucional. Sobre la idea de
“informalizar” debemos de decir que supone revaluar una arraigada mentalidad procesal y
formalista de las instituciones procesales.

Por ello la importancia de este principio, ya que permite que el juez constitucional se
aparte de los axiomas del derecho procesal, y busca la concretización de la tutela de los
derechos constitucionales y de la supremacía constitucional, de manera eficiente, porque un
proceso inadecuado, largo, costoso y formalista, resulta ser inaccesible para una tutela
efectiva de los derechos de los particulares y de la protección de la constitucionalidad. la
supremacía de la Constitución y la vigencia de los derechos constitucionales”.

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SOLO SE APLICA EN BENEFICIO DEL DEMANDANTE: El principio de
elasticidad busca una tutela eficaz y efectiva de los derechos constitucionales, dispensando al
juez constitucional del seguimiento de las reglas de forma del proceso constitucional, pero
esta excepción se debe de realizar siempre en beneficio del demandante y nunca en su
perjuicio, siendo esta otra característica de este Principio Procesal.

Se debe entender que el demandante es quien recurre a la jurisdicción constitucional


porque percibe que sus derechos constitucionales han sido vulnerados, y que el único medio
eficaz y satisfactorio para lograr que esta vulneración cese y se logre una reparación a la
misma afectación es la vía procesal constitucional, ya que la característica esencial que
presenta esta vía, es la tutela urgente que se otorga a la causa.

Como conclusión, y para que no se dé lo que señala Ferrajoli dentro del proceso
constitucional, que “(…) la ausencia de garantías debe ser considerada como una indebida
laguna que los poderes públicos internos e internacionales tienen la obligación de colmar”, el
principio de elasticidad se debe de aplicar siempre a favor del recurrente y nunca en su
contra, ya que se entiende que es el afectado dentro del proceso hasta que se dilucide el
conflicto mediante la resolución del mismo.

OBLIGATORIEDAD: Como ya hemos explicado el Derecho Procesal


Constitucional es un conjunto de principios y normas jurídicas consagrados en la
Constitución y en la ley, estos reglamentan los procesos constitucionales y el funcionamiento
de los órganos encargados de preservar la supremacía de la Constitución y la protección de
los derechos humanos. Dentro de este conjunto de principios y normas jurídicas dentro de la
Constitución y su normativa, se encuentran los principios procesales, los cuales, como ya se
han explicado anteriormente, son de obligatorio cumplimiento para el juez y magistrado
constitucional. Asimismo, debemos de entender que una de las características fundamentales
de los principios es que son máximas para el Derecho, ya que simbolizan el “ideario” de todo
sistema legal que tenga como objetivo impartir justicia a los particulares.

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Adaptación a la realidad cambiante: La elasticidad permite que las normas
jurídicas se ajusten a nuevas tecnologías, cambios sociales, económicos y culturales, y
emergencias inesperadas. Eficiencia y eficacia: Al permitir una respuesta rápida y adecuada
a las situaciones cambiantes, la elasticidad contribuye a una administración de justicia más
eficiente y efectiva. Preservación de los principios fundamentales: A pesar de su
flexibilidad, el principio de elasticidad no debe comprometer los principios fundamentales del
derecho, como la justicia, la igualdad y los derechos humanos.

Principios de vinculación y formalidad (art. IX TP CPC)

• Las normas procesales tienen en principio carácter imperativo

Sin embargo, por el principio de elasticidad, el juez puede adecuar la exigencia de


cumplir con los requisitos formales al cumplimiento de los fines del proceso (cc art. 171
CPC)

Cuando el facultado para plantear la nulidad no formula su pedido en la primera


oportunidad que tuviera para hacerlo.

Principio de Vinculación y Formalidad como Garantía de un Debido Proceso”, en el


cual se planteó como objetivo general analizar en qué medida el principio de vinculación y
formalidad influyen en el debido proceso según lo establecido en el Código Procesal Civil. Es
importante destacar que el principio de formalidad es referente al cumplimiento de las
formalidades previstas en el ordenamiento procesal. Estando a lo expuesto a propósito del
principio de vinculación, se supone que las formalidades procesales son de obligatorio
acatamiento.

La convalidación:

a) Tratándose de vicios en la notificación, la nulidad se convalida si el litigante


procede de manera que ponga de manifiesto haber tomado conocimiento del contenido de la
resolución; b) también cuando el acto procesal, no obstante carecer de algún requisito formal,
logra la finalidad para la que estaba destinado

• Subsanación: No hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de influir en el


sentido de la resolución o en las consecuencias del acto procesal.

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• Integración: El juez puede integrar una resolución antes de su notificación o antes
de vencerse el plazo para impugnarla.

Principio de vinculación

Resulta de uso común en las decisiones judiciales la afirmación contundente que “las
normas procesales son de orden público“. Aún más, es bastante probable que la frase haya
servido para sustentar una declaración de nulidad. Sin embargo, tal afirmación es por lo
menos discutible. En efecto, en cualquier ordenamiento procesal podernos encontrar cierto
número de normas que no tienen carácter de orden público, en el sentido de ser normas
obligatorias o vinculantes; al contrario, contienen una propuesta de conducta que puede o no
ser realizada por una de las partes, sin que su incumplimiento afecte el sistema jurídico o las
reglas de conducta social consensualmente aceptadas, en la hipótesis que estas últimas
comprenden también el concepto de orden público. (Monroy Gálvez, 1993, p. 46)

De igual forma, en el derecho privado, verbigracia, en el derecho civil podemos


encontrar un cierto número de normas que sí tienen carácter de orden público, en el sentido
de ser normas obligatorias o vinculantes, lo que no significa que sean normas de derecho
público en lo absoluto.

Recordemos que el orden público abarca tanto al derecho privado (derecho civil,
mercantil, laboral etc.) como al público e involucra el normal funcionamiento del que deben
gozar las instituciones públicas y privadas. Asimismo, el orden público incluye a las normas
imperativas.

Sin embargo, dado que la actividad judicial es una función pública realizada con
exclusividad por el Estado, las normas procesales que regulan la conducta de los
intervinientes en el proceso y la ciencia que las integra -el derecho procesal-, son de derecho
público, admitiendo que esta dicotomía (público y privado) tiene a la fecha un uso relativo y
no el categórico y absoluto que se le otorgaba hace algunas décadas. (Monroy Gálvez, 1993,
p. 46)

En el derecho privado, tenemos normas tanto de carácter dispositivo como normas de


carácter imperativo sin que ello signifique que sean normas de derecho público.

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Pero el que las normas procesales sean de derecho público no implica, como resulta
evidente, que sean de orden público; aquél concepto tiene que ver con su ubicación, éste con
su obligatoriedad. Esta es la razón por la que el primer párrafo de este artículo hace referencia
a que las normas procesales tienen carácter imperativo como principio, salvo que las mismas
normas regulen que algunas de ellas no tienen tal calidad. Es decir, son de derecho público,
pero no necesariamente de orden público. (Monroy Gálvez, 1993, p. 46)

Las normas imperativas son aquellas disposiciones de obligatorio cumplimiento que


afectan principios fundamentales de la sociedad y que están incluidas dentro del concepto de
orden público.

La Casación 877-2015, Lambayeque establece que si bien el principio de


vinculación establece que las formalidades previstas en la ley procesal son imperativas, el
juez puede adecuar su exigencia al logro de los fines del proceso.

Noveno. […] [Aun] cuando según la norma del artículo IX del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, las formalidades previstas en este cuerpo normativo son imperativas,
el juez puede adecuar su exigencia al logro de los fines el proceso, razón por la cual el ad
quem deberá hacer la valoración pertinente, aclarándose que no existe vulneración del
derecho de defensa del demandante, en razón de que fue notificado con el medio probatorio
[presentado de forma extemporánea por el demandado], habiendo, inclusive, emitido
pronunciamiento al respecto en su escrito correspondiente.

Para concluir, proponemos una lectura distinta de la primera parte del artículo IX del
Título Preliminar del Código Procesal Civil en los siguientes términos:

Las normas procesales contenidas en este Código son de derecho público y sólo
tendrán carácter imperativo en la medida en que así se establezca expresa o indubitablemente.

Principio de formalidad

El segundo párrafo del artículo en estudio contiene el llamado principio de


elasticidad, según el cual, si bien las formalidades previstas en el ordenamiento procesal son
de obligatorio cumplimiento, el Juez -una vez más, el director del proceso- está en aptitud de

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adecuar la exigencia de cumplir con estos requisitos formales a dos objetivos más
trascendentes: la solución del conflicto de intereses o incertidumbre con relevancia jurídica y
la paz social en justicia, es decir, a los fines del proceso. (Monroy Gálvez, 1993, p. 46)

En otras palabras, el principio de elasticidad, al flexibilizar las formalidades


procesales, tiene como objetivo materializar los fines del proceso, es decir, garantizar la tutela
procesal efectiva de los derechos materiales y ello incluye a los fines de carácter inmediato
(resolver una controversia con relevancia jurídica en el caso concreto) y a los de carácter
mediato (acercarse lo más que se pueda a la paz social en justicia).

Una vez más queda demostrada la relatividad de los principios y, sobre todo, la
considerable importancia que tiene la función del Juez en su aplicación. No hay ni puede
haber ningún criterio estadístico que permita prever cuando el principio será correctamente
aplicado; será el concepto de justicia que reposa en la conciencia del Juez el que determine su
aplicación pertinente. (Monroy Gálvez, 1993, p. 46)

Este poder-deber de administrar justicia y de flexibilizar las formalidades para


garantizar la tutela procesal efectiva es a su vez una manifestación del principio de dirección
del proceso, el cual cumple con la función de hacer avanzar o impulsar a los sujetos
procesales a través de las diversas etapas que integran el proceso (postulatoria, probatoria,
decisoria, impugnatoria y ejecutoria) hasta que la tutela buscada por las partes, luego de
materializado el acceso a la justicia, se convierta en efectiva.

De acuerdo con la Casación 4664-2010, Puno, en los procesos de familia, como en


los de alimentos, divorcio, filiación, violencia familiar, entre otros, el Juez tiene facultades
tuitivas y, en consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y normas procesales:

IV. Fallo: Por las razones expuestas, este Pleno Casatorio de la Corte Suprema de
Justicia de la República, declara que constituye precedente judicial vinculante las siguientes
reglas: 1. En los procesos de familia, como en los de alimentos, divorcio, filiación, violencia
familiar, entre otros, el Juez tiene facultades tuitivas y, en consecuencia, se debe flexibilizar
algunos principios y normas procesales como los de iniciativa de parte, congruencia,
formalidad, eventualidad, preclusión, acumulación de pretensiones, en atención a la
naturaleza de los conflictos que debe solucionar, derivados de las relaciones familiares y

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personales, ofreciendo protección a la parte perjudicada, ello de conformidad con lo dispuesto
en los artículos 4 y 43 de la Constitución Política del Estado que reconoce, respectivamente,
la protección especial a: el niño, la madre, el anciano, la familia y el matrimonio, así como la
fórmula política del Estado democrático y social de Derecho.

Para concluir, proponemos una lectura distinta de la segunda parte del artículo IX del
Título Preliminar del Código Procesal Civil en los siguientes términos:

Las formalidades previstas en este Código serán adecuadas por el Juez al logro de los
fines del proceso. Cuando no se señale una formalidad específica para la realización de un
acto procesal, éste se reputará válido cualquiera sea la empleada.

Conclusión

De manera conclusa Principio de gratuidad y acceso a la justicia y Principio de elasticidad y

vinculación estaca la importancia fundamental del principio de gratuidad y acceso a la

justicia en la Administración de Justicia, subrayando la necesidad de garantizar la igualdad de

protección y eliminar cualquier forma de discriminación en el sistema legal. Se resalta la

relevancia de la legislación nacional en la protección de los derechos de las personas mayores

y en la eliminación de obstáculos que puedan limitar el acceso pleno a la justicia. La revisión

de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano proporciona un marco sólido para

comprender la gratuidad de la administración de justicia. Asimismo, la exploración del

principio de elasticidad y sus implicaciones en la Administración de Justicia ofrece

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perspectivas valiosas para mejorar la divulgación y el conocimiento público sobre el sistema

judicial en el Perú. En conjunto, el documento resalta la importancia de promover un sistema

judicial inclusivo, equitativo y transparente para garantizar la protección de los derechos de

todos los ciudadanos.

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