Le Perseverancia de Los Santos
Le Perseverancia de Los Santos
Le Perseverancia de Los Santos
Introducción:
A pesar de esta realidad también es cierto que los santos van y deben perseverar en la obediencia
que viene de la fe. Las Escrituras presentan 7 advertencias importantes:
Mr. 13:13 [...] el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Hay una batalla de la fe que se debe pelear. Los elegidos van a pelear esa batalla, y por la gracia
soberana de Dios saldrán victoriosos. Perseverar en la fe no quiere decir que los santos no pasan por
épocas de duda y por ciertos grados de incredulidad en las promesas y la bondad de Dios.
En ultima instancia, los santos no se distinguen por lo que hacen sino por lo que son. Han vuelto a
nacer. Son una nueva creación. No entran y salen de esta vida nueva. Es la obra de Dios. Y es
irrevocable. Pero el fruto de esto en fe y obediencia es una lucha hasta el fin.
Stg. 2:18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras,
y yo te mostraré mi fe por mis obras.
Stg 2:20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
Esto no quiere decir que Dios demanda perfección. El Nuevo Testamento no exige perfección para ser
salvos, pero sí demanda un cambio radical y caminar bajo la obediencia de la palabra.
Flp 3:12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo,
por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Flp 3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
Heb. 12:14 Seguid la paz con todos; y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
§ Ver: 1ª Juan 1:8-10; Romanos 8:13; Gálatas 5:19-21; Efesios 5:5; 1ª Juan 3:4-10
La perseverancia de los santos no es la garantía de la perfección, sino el hecho de que Dios nos
mantendrá luchando la pelea de la fe con el fin de llegar a odiar nuestro pecado.
Jer. 32:40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien,
y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.
Notemos que no habla de algo temporal; o algo que perdurará hasta que sus hijos se desvíen, o hasta
que se pierdan, este pacto es un pacto eterno e incondicional.
«El Dios que nos buscó cuando estábamos perdidos en delitos y pecados
es el Dios que nos busca cuando nos desviamos después de haber creído»
1ª Jn. 2:19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,
habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no
todos son de nosotros.
Mr. 4:5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra;
y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra.
Mr. 4:6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Jesús no esta diciendo “os conocí” sino por el contrario afirma que “nunca os conocí”
Cuando un cristiano esta practicando y perseverando en un pecado debemos realizar el orden bíblico
para restaurar y ganar al hermano, pero si finalmente esa persona no acepta la disciplina se marcha y
no regresa entonces es una señal que verdaderamente nunca fue del Señor.
Mt. 18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos;
si te oyere, has ganado a tu hermano.
Mt. 18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos
o tres testigos conste toda palabra.
Mt. 18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Dios tiene una visión de todos y cada uno de nuestros actos, el cuando nos esta perdonando y
justificando es por nuestro (PASADO, PRESENTE Y FUTURO).
Ro. 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Dios no espera hasta el final de nuestras vidas para declararnos justos, de ser así no seríamos capaces
de tener la seguridad de nuestra identidad en Cristo y nuestra salvación.
Ro. 4:3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
Aquellos que no creen en estas verdades, piensan que la salvación eterna, aunque ha sido recibida por
gracia, al final depende de ellos, de su esfuerzo y capacidad para llegar hasta la meta sin desmayar, ni
fallarle al Señor.
Nuestra Salvación no recae absolutamente sobre nosotros mismos, nuestra seguridad está bien
enraizada en el amor soberano de Dios.
Flp 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo
Heb 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio,
y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Si nuestros padres no cuidaran de nosotros desde el momento que nacemos hasta que estamos listos
para enfrentar la vida, las probabilidades de sobrevivencia serían nulas porque un niño no puede
cuidarse a sí mismo a lo largo de su vida.
Jn. 17:12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre;
a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió,
sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese
Por parte de muchos lideres e iglesias existe temor de enseñar sobre la "Seguridad de Salvación"
porque pensamos que si predicamos esta doctrina muchos creyentes adoptaran un libertinaje y
descuidaran la santidad.
Si alguna persona hace una profesión de fe y luego piensa, "salvo, siempre salvo" y por tanto puedo
hacer con mi vida lo que me de la gana, esa persona realmente esta dando evidencia de que no ha
comprendido el evangelio y que realmente no es salvo.
1ª Jn. 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece
en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Aquellos que piensan que la salvación puede perderse es porque están depositando su confianza
finalmente en el hombre. Si le dejamos al hombre la perseverancia definitivamente se perdería ya que
por si mismo no tiene lo que se requiere para vencer los deseos de su carne, la seducción del mundo y
las fuerzas de las tinieblas que operan constantemente contra él.
Jn. 10:24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma?
Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
Jn. 10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago
en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
Jn. 10:26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
Jn. 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
Jn. 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Jn. 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Jn. 10:30 Yo y el Padre uno somos.
Jesús vivía en una sociedad campesina y utilizaba términos que todos entendían a la perfección como
eran las ovejas y los pastores. El Señor siempre habla con términos que podamos entender.
Una oveja es alguien que cree en el Señor Jesucristo, y aquellos que son suyos oyen su voz, donde esta
la lógica de “oír la voz” si todos estaban oyendo la voz audible, aquí se esta utilizando un lenguaje
figurado para hacer referencia de la voz del Espíritu Santo.
Ef. 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.
Podemos oír físicamente una predicación pero necesitamos oír de manera espiritual.
(Diferencia entre el Llamado Externo y el Llamado Interno)
Si tu profesas ser una oveja de Dios y tu vida es un desastre, realmente no eres una oveja del Señor. La
oveja se da a conocer por sus frutos espirituales. Seguimos al pastor, no somos perfectos, caemos,
pecamos, fracasamos...etc. pero tenemos la disposición y el deseo de seguir al pastor.
Ez. 36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos,
y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
a. Conoce a sus ovejas Vs 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
El significado “conocer” tiene que ver con los pensamientos y la mentalidad humana, pero en la Biblia
esta traducción es mucho más amplia y significa: AMAR.
No esta hablando en términos intelectuales, sino del amor salvador, apasionado por su rebaño, se
deleita en ellas, da gloria a su Padre por su rebaño.
La Biblia no nos remonta a nuestro momento de conversión sino en la eternidad pasada, ya nos habían
amado desde antes de la fundación del mundo.
Jesús te ama a ti de tal forma que derramó su sangre por ti en la cruz del calvario. Jesucristo sin ningún
tipo de obligación entregó su vida por nosotros los pecadores, y en esto nos demuestra su amor.
Jn. 15:13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Cristo el amor que tiene para con nosotros lo demuestra en la sangre que derramó por nosotros en la
cruz del calvario.
La razón por la cual nosotros no vamos a perecer jamás es porque tenemos vida eterna.
Cristo nos regala VIDA ETERNA.
Nosotros las personas podemos ofrecer muchas cosas unos a otros pero jamás podemos ofrecer vida
eterna, nadie nos puede dar “Vida eterna”. No una vida que dura 5 minutos o 10 mil años sino una vida
que es eterna para siempre y siempre.
Cristo nos podría haber salvado y ahora nos hubiera dicho venga cada uno que llegue al cielo como
pueda, pero el cuando comienza algo con nosotros lo perfecciona hasta el final. Estamos en las manos
del buen pastor, no tienes que preocuparte por mantenerte en tus propias capacidades.
Para quitarle algo a alguien tienes que ser mas fuerte que esa persona, si estamos en las manos del
Señor ¿quién se lo podrá quitar?.
El padre regala las ovejas a su hijo. Cuando dice “da o regala” estamos pisando tierra santa, aquí
estamos hablando del pacto de redención, este fue el concilio que realizó la trinidad desde la eternidad,
esto sucedió antes de todo.
No podemos centrar nuestro mensaje en el hombre, somos un regalo de Dios para su Hijo, nuestra
existencia misma es un regalo de Dios para Dios, somos valiosos por esto.
«Si la vida eterna es un don y los dones de Dios son irrevocables, mi vida eterna es irrevocable»
No solo estamos en las manos del Hijo sino también estamos en las manos del Padre.
¿Quién podrá quitarle algo al Hijo, quien podrá quitarle algo al Padre
y quien podrá quitarle algo a los dos juntos?
Saber que Dios te escogió, te llamó, te dio la fe, y saber que nunca te dejará, que te preservará y te
presentará irreprochable ante su gloriosa presencia con gran alegría, trae a tu vida un gozo sin limites,
una fuerza invencible y un valor sin medida.
ROMANOS 8: 24-39