Tu Familia Bajo La Bendición de Dios

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Salmos 5:12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como

con un escudo lo rodearás de tu favor.

Todos deseamos una vida plena. Plenitud es tener lo que Dios


quiere que tengamos, hacer lo que quiere que hagamos y
estar donde quiere que estemos. Trabajemos por alcanzar esa
plenitud.

Seamos una generación favorecida:

El señor es Dios de generaciones, es galardonador, otorga


premios. Una generación es un pueblo, una línea de
descendencia, un grupo de personas. Si lo buscas, Dios
rodeará tu casa y a tu generación con el escudo de su favor
y gracia. Te coronará con su misericordia.

Nuestro Padre es justo y premia a cada quien de diferente


forma. Todos por su misericordia somos salvos. Aunque no
evangelices, irás al cielo, pero si le sirves, además de su
regalo de salvación, obtendrás su recompensa tanto en la
Tierra como en la vida eterna. Él honra a quienes le honran.

Tú y tu casa tienen un destino:

Hay un propósito divino para todo. No somos producto de la


casualidad. No somos un error de cálculo o resultado de una
noche de fiesta. Dios pensó en ti desde antes de la creación y
tiene planes de bien para tu vida.

1 Corintios 2:9-12 Antes bien, como está escrito: Cosas que


ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero
Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie
conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y
nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el
Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios
nos ha concedido.

Tu destino es de dicha y tranquilidad. Dios es Padre


bondadoso, lleno de misericordia. Él tiene tesoros para ti y tu
familia. El gozo y la alegría no están reservadas
exclusivamente para la vida eterna, Él quiere dárnoslas aquí,
en la vida terrenal. Todo lo que hemos deseado y pedido al
Señor está preparado, son regalos que debes descubrir. Hay
testimonios de personas confiables que aseguran que han
visto que en el cielo hay bodegas llenas de regalos de Dios
que los hombre no han aprovechado. Tu casa, tu familia
restaurada, tu matrimonio feliz están allí, esperándote.

No dejes tus anhelos allá arriba, busca y alcanza el destino


de paz y bendición preparados para ti.

El favor de Dios asegura tu destino:

Salmo 139:16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro


estaban escritas todas aquellas cosas. Que fueron luego
formadas, Sin faltar una de ellas.
Debes descubrir los designios de Dios para ti, o sea, los
pensamientos, anhelos y deseos de Él para tu vida. La biblia
habla de tres libros: El libro de la vida, donde están escritos
los nombres de quienes le hemos aceptado como nuestro
Señor y salvador; el libro de las obras que habla de las cosas
que has hecho por Él; y el libro de los designios que tiene tu
nombre y habla de lo que te ha preparado. Decídete a ser lo
que en ese libro se escribió sobre ti. Que no te limiten tus
circunstancias actuales ni tu pensamiento. Lo que estás
pasando en este momento es real pero no es el final.

Jeremías 29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo


acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no
de mal, para daros el fin que esperáis.

Los designios de Dios para ti son grandes. Él nunca tiene


pensamientos malos para nadie, sus planes siempre son
positivos. Debes llegar delante de Dios y decirle: “Señor
abre el tesoro y muéstramelo”. Si descubres sus designios, su
favor va asegurar tu destino.

1 Samuel 9:19 Y Samuel respondió a Saúl, diciendo: Yo soy el


vidente; sube delante de mí al lugar alto, y come hoy
conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré
todo lo que está en tu corazón.

Saúl salió a buscar las asnas de su padre y en el camino


recibió el consejo de ir a buscar al profeta Samuel. Las
asnas eran un pretexto divino para que el vidente le
revelara su destino, el que Dios había escrito en su corazón.
Busca a Dios y Él te revelará los designios que hay en tu
corazón, lo que ha escrito sobre y para ti. Lo que quiere
hacer a través de tu vida.

Revelación es ver por primera vez lo que has deseado por


mucho tiempo. No es ver grandes signos frente a ti, es
descubrirlos en cualquier circunstancia. Como Adán con
Eva. Cuando la vio, se sorprendió, tal vez no entendía bien
qué era, pero le gustó y sabía que había sido creada para él.
Eso es revelación. Es importante que reflexiones sobre esto:
Eva estaba a un costado de Adán, no la pidió por internet, no
estaba lejos o fuera, estaba dentro, junto a él. De igual
forma, tu anhelo está junto a ti, el trabajo, la salud, la
familia que buscas están en ti, solamente necesitas creerlo y
encontrarlo con la ayuda de Dios.

El favor de Dios te asegura retribución divina:

Prov. 11:31 Ciertamente el justo será recompensado en la


tierra ¡Cuánto más el impío y el pecador!

Hay recompensa para ti. No creas que debes sufrir para


ganarte la morada celestial. La naturaleza de Dios no es
pagar mal por mal. Él es misericordioso, no extiende su
brazo para destruirte, por el contrario, te levanta y sostiene.
El favor de Dios asegura la retribución y creer esto es
reconocer su naturaleza divina.

Hebreos 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el


universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve
fue hecho de lo que no se veía.
Las palabras crean mundos. Por la fe entendemos que Dios
creó este mundo por su palabra. Tú también puedes hacerlo.
Comienza a proclamar para crear y construir y alcanzarás
el favor. Algo inicia cuando dices, algo pasa en el mundo
espiritual cuando proclamas. Convéncete y utiliza tu palabra,
Dios tiene designios para ti. Si los confiesas, vendrán a tu
vida.

Provoca el favor de Dios:

Prov. 12: 2 El bueno alcanzará favor de Jehová; Mas él


condenará al hombre de malos pensamientos.

Su favor no se recibe pasivamente, se atrae, se provoca. El


hombre bueno alcanza favor de Dios. Yo te puedo aplicar la
“licuadora pentecostal”, ministrarte intensamente, pero el
favor no se recibe, se encuentra al amar y servir. Todo lo que
hagas por Dios y por su casa no pasará desapercibido. Dios
es justo y nunca estará en deuda contigo. Bendice y honra a
quien se ocupa de Él y su Reino. No pienses en tus
problemas, piensa en las promesas que Dios tiene para ti.
Proclama: “Hay una recompensa para mi y la recibiré”.
Provocaré el favor de Dios. ¡Gracias Señor por el escudo de
tu favor!

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