Formación para El Profesorado

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Formación para el profesorado.

Educación con perspectiva de género.


Presentación del curso/ perfil del curso
A través de este curso queremos desarrollar el conocimiento sobre
la perspectiva de género aplicada al ámbito educativo.

La importancia que la comunidad educativa tiene en la consecución


de una sociedad igualitaria hace necesaria la formación del
profesorado en esta temática.

El entorno educativo es un espacio privilegiado para la construcción de


ideas propias, que permitan a las personas su desenvolvimiento en la
sociedad.

Como señala María Elena Simón, “puesto que la escuela es un ámbito


donde la idea de igualdad ha hecho bastante recorrido y fortuna, ahí
tiene posibilidades, en primer lugar, de prosperar también la idea de
equivalencia y cooperación entre sexos. Para ello tendrá que adoptar en
su seno, además del valor de igualdad como discurso, la
práctica de la misma, adaptando sus modos y contenidos a una
intervención decididamente coeducativa, educación con enfoque de
género y no sexista, que contenga bastantes componentes hasta ahora
ausentes o con implantación débil y muy dispersa” (Simón 2010, 129-
130).

El que la idea de igualdad esté presente es un primer paso, pero esa idea tiene que
traer consigo discursos y prácticas acordes a la misma para que llegue a ser una
realidad.

Nos desarrollamos en sociedades en las que la diferencia sexual de


los sujetos marca las formas de relación, los trabajos, el ocio, las
emociones, la sexualidad, entre otras muchas cosas.

Nuestras vidas están atravesadas por el hecho de ser


mujer o ser hombre, lo cual tiene consecuencias determinantes en
nuestras experiencias vitales.
El género marca nuestros pasos desde que nacemos. Por esta razón,
es necesario que conozcamos cómo se conforma.

Desde el feminismo se ha evidenciado, a través de diversos análisis,


reflexiones, estudios e investigaciones, que la forma en que se ha
construido la identidad mujer y la identidad hombre ha tenido
consecuencias devastadoras en la vida de las mujeres.

Además, también se ha puesto de relevancia que el patriarcado, el


cual sustenta estas representaciones, no es sólo limitante para las
mujeres sino también para los hombres.
Las mujeres llevan siglos unidas para reivindicar sus espacios en este mundo.
Poniendo de manifiesto las consecuencias de una sociedad patriarcal tiene sobre
las mujeres (como por ejemplo, la violencia de género).

En todas las épocas, ha habido hombres conscientes de que se estaba dejando de


lado a la mitad de la población (las mujeres). A pesar de su presencia con las
mujeres, es difícil la toma de conciencia de los hombres porque esta trae consigo la
necesidad de renunciar a privilegios, que por ser hombres, la sociedad les otorga.

Poco a poco, la presencia masculina es más relevante, pues la sociedad patriarcal


también les es perjudicial, por lo que han iniciado también caminos de cambio
(nuevas masculinidades).

Las sociedades patriarcales sustentan estructuras de género limitantes, tanto para las
mujeres como para los hombres.

Las mujeres son las que, mayormente, sufren la desigualdad, en diferentes aspectos,
porque en las sociedades patriarcales "lo masculino" es el referente desde donde se
ejerce el poder.

A quién va dirigido/Objetivos
Este curso está dirigido principalmente a personas que desempeñan
o quieren desempeñar su labor como docentes, ya sea desde la
educación formal o informal.

En este espacio se darán las claves para la trasmisión de conocimiento


desde perspectiva de género. Es decir, promover el análisis crítico de
la realidad a través de una visión que tenga en cuenta la
determinación que supone el género en los diferentes ámbitos. Un
comienzo para un cambio de visión que permitirá a las/os docentes
trasmitir nuevas formas de análisis y creación.

Por lo tanto, los objetivos que marcamos para este curso son los
siguientes:
 Introducir al profesorado en un proceso de análisis crítico de la realidad
social desde la perspectiva de género.
 Aportar al profesorado capacidades y conocimientos necesarios para
poder aplicar la perspectiva de género en el contexto formativo.

Hemos de conocer cómo se construyen los géneros para entender la forma


en que se enseña y se aprende.

Para aprender de nuevas formas, hemos de hacer una toma de conciencia de


nuestras prácticas y discursos actuales, es el paso previo para poder
cambiarlos.

Introducción
En este curso desarrollaremos inicialmente una visión de la realidad
social desde la perspectiva de género. Y en segundo
término, analizaremos qué aporta ésta a la labor docente y cómo
se puede aplicar a la misma.

Para esto necesitamos enfocar la realidad desde la perspectiva de


género.

 Perspectiva (según la RAE): punto de vista desde el cual se


analiza un asunto.
 Género (según diccionario de HEGOA): categoría que subraya la
construcción cultural de la diferencia sexual, esto es, el hecho de
que las diferentes conductas, actividades y funciones de las
mujeres y los hombres son culturalmente construidas, más que
biológicamente determinadas.
 Como premisa, hemos de ser conscientes de que la perspectiva
de género no es un enfoque que tenga que ver sólo con las
mujeres. Esta afirmación, que para muchas personas puede
parecer evidente, es un punto crítico a la hora de comprender qué
significa aplicarla. Por lo cual, vemos necesaria esta aclaración
inicial.
 "La perspectiva de género permite analizar y comprender las
características que definen a las mujeres y a los hombres de
manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. Esta
perspectiva de género analiza las posibilidades vitales de las
mujeres y los hombres: el sentido de sus vidas, sus expectativas y
oportunidades, las complejas y diversas relaciones sociales que se
dan entre ambos géneros, así como los conflictos institucionales y
cotidianos que deben enfrentar y las maneras en que lo hacen.
Contabilizar los recursos y la capacidad de acción con que cuentan
las mujeres y los hombres para enfrentar las dificultades de la
vida y la realización de los propósitos es uno de los objetivos de
este examen" (Lagarde 1996, 15).

Para comenzar a construir seguiremos los siguientes pasos:

1. 1. Abordaremos conceptos que hemos de comprender para el


desarrollo de una educación desde la perspectiva de género.
2. 2. Aplicaremos los mismos al ámbito educativo mostrando
la importancia de una educación igualitaria.
3. 3. Emplearemos todo lo aprendido hasta el momento para usar
dicha perspectiva en el ámbito educativo de forma práctica.

Palabras clave: conceptos, categorías, prácticas, educación igualitaria.

Guión del curso


Parte primera: visión de la realidad social desde la perspectiva de género
(primeros pasos)

5. Conceptos necesarios.
6. Género: construcción de la diferencia.
7. Género: biología/sociedad.
8. Género: la dicotomía.
9. Relación sexo-género: esencia/construcción.
10. Relación sexo-género: otras posibilidades.
11. Identidad sexo/género: ¿quién soy?
12. Identidad sexo/género: ¿cómo me siento?
13. La orientación sexual: la norma.
14. La orientación sexual: las posibilidades.
15. Resumen de la primera parte.

Parte segunda: aportación de la perspectiva de género a la labor docente


16. Para qué necesita el profesorado estos conceptos.
17. Qué aportan al profesorado estos conceptos.
18. Los conceptos y el feminismo.
19. Feminismo vs Machismo.
20. El feminismo y las claves que proporciona: la historia.
21. El feminismo más reciente.
22. Bases sociales.
23. Cómo afectan esas bases sociales en las aulas.
24. Los modelos y el aprendizaje.
25. Conciencia de género en el medio educativo.
26. Cómo aplicamos la perspectiva de género.
27. Toma de conciencia y formación de la persona docente.
28. Cambio de prácticas y discursos propios como docente.
29. Uso del lenguaje incluyente.
30. Uso de materiales: niñas y niños.
31. Uso de materiales: adolescentes.
32. Uso de materiales: adultas.
33. Ocupación del espacio: dentro y fuera del aula.
34. Conocimiento aplicado, llevarlo a la cotidianidad del alumnado.
35. Disfrute de las nuevas formas de visión y relación.
36. Resumen de la segunda parte: qué aporta la perspectiva de género a la
labor docente.
37. Algunas referencias bibliográficas

Conceptos necesarios
Aunque para algunas personas resulte extraño, todavía cuando se habla
de género, en muchos ámbitos, no queda muy claro a qué hace
referencia el concepto.

Asimismo, a pesar de las muchas formaciones que se han desarrollado


en relación al mismo, cuando se aplica o se conecta este concepto con
otras categorías, como la identidad, aparecen confusiones.

"El género es más que una categoría, es una teoría amplia que
abarca categorías, hipótesis, interpretaciones y conocimientos
relativos a un conjunto de fenómenos históricos construidos en
torno al sexo. El género está presente en el mundo, en las
sociedades, en los sujetos sociales, en sus relaciones, en la política
y en la cultura.
El género es la categoría correspondiente al orden
sociocultural configurado sobre la base de la sexualidad, la
sexualidad a su vez definida y significada históricamente por un
orden genérico." (Lagarde 1996, 26)

El género es una categoría de análisis que nos ayuda a comprender


las realidades en que nos desarrollamos como personas.

El hecho de ser mujer o ser hombre marca la existencia, ya que marca


cada uno de los pasos que demos como seres sociales.

Así, conceptos como sexo, género, identidad sexual, identidad de


género, orientación sexual son necesarios para construir esta nueva
mirada.

Además, hemos de señalar que estas categorías se vivencian desde


los cuerpos, es decir, el género es vivenciado desde nuestro cuerpo
físico y desde nuestra subjetividad.

El abordar dichas categorías y conceptos servirá para clarificar y ordenar


la información que ya poseemos en relación a los mismos. Esto
permitirá la construcción de una base sólida para aplicar de forma
exitosa la perspectiva de género en la docencia.

La evolución teórica de las categorías ha ido haciendo más complejos los


discursos y los análisis en relación al sexo y al género. Aquí, las
desarrollaremos de forma sencilla, pues este es un curso introductorio a
una temática amplia y compleja como es la aplicación de la perspectiva
de género en el ámbito de la educación.

Palabras clave: sexo, género, teoría, cuerpos.

Género: construcción de la diferencia


El concepto género lo utilizamos cuando queremos hacer referencia a las características
que se asocian a las personas según su sexo biológico.
Esta categoría, como señala Clara Murguialday “subraya la construcción cultural de la
diferencia sexual, esto es, el hecho de que las diferentes conductas, actividades y funciones
de las mujeres y los hombres son culturalmente construidas, más que biológicamente
determinadas” (Diccionario Acción Humanitaria y Cooperación de Hegoa).

Es decir, el género hace referencia a la construcción social del sexo.

Este término aparece en el ámbito médico de la mano de John Money (psicoendocrinólogo


pediátrico), que trabajaba en el estudio de anomalías sexuales congénitas. En este área
comenzó a usar el término “rol de género” para referirse a los comportamientos que
socialmente se asignaban a mujeres y hombres.

Tras la aparición del concepto en el ámbito médico, las teóricas feministas comienzan a
profundizar en conceptos como sexo, género e identidad de género.

Teóricas como la socióloga Ann Ockley y la antropóloga Gayle Rubin, analizan los que
llaman “sistemas de sexo-género”. Gayle Rubin en 1975 define por primera vez el sistema
sexo-género como: “el sistema de relaciones sociales que transforma la sexualidad
biológica en productos de actividad humana y en el que se encuentran las resultantes
necesidades sexuales históricamente específicas” (Aguilar 2008, 5).

De forma que, el género nace como una categoría directamente relacionada con el sexo
durante los años 60 y 70 del siglo XX, y se va conformando de manera más contundente en
el campo de los estudios feministas.
Así, se construye, por tanto, el sexo como la parte biológica y el género como la parte
sociocultural, aprendida.

Sexo: hace referencia a la parte biológica.

Género: hace referencia a la parte construida socialmente sobre los


caracteres sexuales de las personas.

Por lo tanto, como nos señala Teresa de Lauretis, “lo que la sabiduría popular sabe,
entonces, es que el género no es el sexo, un estado natural, sino la representación de cada
individuo en términos de una relación social particular que pre-existe al individuo y es
predicada en la oposición conceptual y rígida (estructural) de dos sexos biológicos. Esta
estructura conceptual es lo que las científicas sociales feministas han designado el sistema
sexo-género” (de Lauretis 1989, 11).

El género permite analizar las construcciones sociales de la diferencia sexual, cómo se


construye esa diferencia, cómo limita y cómo se puede cambiar.

Género: biología/sociedad
Por lo que hemos señalado hasta el momento, vemos que el género depende del
sexo para definirse. En función de las características sexuales de las personas (dos
sexos) se van a construir dos géneros. Se hacen dos moldes, uno llamado "mujer" y
otro llamado "hombre".

Hemos de saber, que aunque sexualmente haya diferencias, esas diferencias no


tienen que determinar cosas como el empleo, la capacidad de decisión, las
agresiones, etc., y afirmamos que sí que lo hacen.

Además, las diferencias biológicas presentes no son determinantes, algo que


constantemente está en cuestión y forma parte del debate entre
esencia/construcción.

Hay diferencias biológicas: órganos sexuales, hormonas, genes


(xx,xy,xxy)

Las diferencias biológicas relacionadas con el sexo también existen entre


las mujeres y los hombres dentro de su categoría.
Hay un espectro grande de diferencias en la carga de hormonas de las
mujeres (u hombres) entre sí, al igual que en los genitales. También
puede haber diferencias entre las cargas hormonales y los genes (no
correspondiendo al mismo sexo), al igual que entre los órganos sexuales
y los genes. Así las “mujeres” y los “hombres” biológicos tampoco
siguen una estructura constante y totalmente igual en relación a su
sexo.

Hay diferencias construidas: género

Sobre la idea de una esencia biológica, algo que es estable, se construye todo un
“ser mujer” y “ser hombre”. De esta manera, solemos afirmar que, las mujeres
son más enamoradizas, cuidadosas, amables, se preocupan por la limpieza, quieren
una familia e hijas/os, etc. Al mismo tiempo que los hombres son más
independientes, egoístas, bruscos, se preocupan por tener un buen coche, por salir
con los amigos, ligar mucho sin comprometerse, tener aventuras de todo tipo, etc.

[…] la ilusión colectiva de las supuestas diferencias biológicas entre hombres


y mujeres y su correlato en la organización social han sido y siguen siendo
persistentes en el pensamiento occidental. Por ello, la teorización feminista
se esforzó en distinguir entre sexo y género, entendiendo por sexo las
características anatómicas de los cuerpos, incluida la genitalidad, así como
las características morfológicas del aparato reproductor y aspectos tales
como diferencias hormonales y cromosómicas. El término género se reservó
para designar la elaboración cultural de lo femenino y lo masculino
(Maquieira 2001, 161).
Hay mujeres que no tienen útero, ¿no son mujeres?

Hay mujeres que no tienen pechos, ¿no son mujeres?

Hay hombres con pecho desarrollado, ¿no son hombres?

Hay mujeres con mucha carga hormonal androgénica, ¿no son


mujeres?

Hay mujeres con un cromosoma XXY, ¿son mujeres, hombres,


qué son?

Hay hombres con penes pequeños que pueden confundirse con


un clítoris, ¿no son hombres?

Hay hombres sin testículos, ¿no son hombres?

Hay hombre con mucha carga de estrógenos y voz aguda, ¿no


son hombres?

Hay mujeres con ovarios y vagina que se visten de hombre, ¿no


son mujeres?

Género: la dicotomía
La concepción dualista del sexo y el género va a ir cuestionándose conforme los estudios y
análisis teóricos se desarrollan.

Así, desde la antropología, se muestran otras formas de denominación y de categorización


del sexo y del género. Ann Fausto-Sterling escribe un artículo, "Los cincos sexos" (1993),
en el que identifica más categorías biológicas, no sólo dos (femenina y masculina).
Anne Fausto The five sexes

A pesar de investigaciones como estas, la forma, hasta el momento,


más extendida de trabajo y de concepción del sexo y el género es dual.
De manera que, se identifican dos sexos: femenino y
masculino y dos géneros: mujer y hombre.

El problema de esta concepción dual, es por un lado que no representa


toda la diversidad que encontramos. Y por otro lado, que ambas
categorías están relacionadas de forma inflexible, por lo que el sexo
femenino se corresponde con el género mujer y el sexo masculino con el
género hombre.

¿Qué pasa cuando estas dualidades se cuestionan?


Relación sexo-género: esencia/construcción
Como hemos expuesto en el apartado anterior, las categorías sexo y género se construyen
interrelacionadas de forma dual. Se definen dos sexos biológicos y dos géneros, es decir,
dos posibilidades de construirse socialmente a partir de dos biologías diferenciadas.

El sistema sexo-género se conforma definiendo el sexo como inmutable, por identificarse


como una categoría biológica y el género como construido, por ser una categoría social.
Ambas categorías están interrelacionadas de manera que resultan representaciones
inamovibles. Pero, la realidad, es que estas categorías se transgreden
constantemente tanto desde el ámbito práctico como discursivo.

Los navajo (América del Norte) identifican en el nacimiento a seres


que denominan nadle. Su aspecto sexual les separa tanto de los varones como
de las hembras y les da el privilegio de ocupar una posición en su sociedad
que se denomina nadle. El género nadle está integrado por dos tipos de
personas, los auténticos nadle y los que fingen que son nadle. Los que
fingen, son personas cuyos genitales son masculinos o femeninos y hay más
o menos el mismo número de unos que de otros entre los navajo.

Caso etnográfico descrito en el libro de Martin y Voorhies (1975). La


mujer un enfoque antropológico. Capítulo 4.
Por lo tanto, aparecen nuevos análisis que van más allá de la idea de Simone de Beauvoir
de “no se nace mujer, se llega a serlo” (Beauvoir, 1949). Con esta idea Beauvoir ponía en
evidencia que el hecho de nacer con vagina no te hace ser mujer, es decir, no implica que
te identifiques con la construcción social mujer.

Desde nuevas perspectivas, diferentes autoras (como Judith Butler o Teresa de Lauretis)
plantean rupturas dentro de este sistema sexo-género. Se pone en cuestión la dualidad del
sexo y del género, la conexión directa entre el sexo y el género, así como la idea del sexo
como biológico y por lo tanto inmutable.

Relación sexo-género: otras posibilidades


Como vimos anteriormente, aparecen estudios que demuestran que existen otras
posibilidades de sexo (en la biología). En la sociedad occidental, se reconoce
la intersexualidad, contingencia relevante en el cuestionamiento de la dualidad.

Además, el género también ha sido transgredido, rompiendo la conexión directa


de mujer y hombre con el sexo femenino y masculino. Personas que teniendo genitales
femeninos se identifican como hombres y con genitales masculinos se identifican
como mujeres. Estas personas se han nombrado como transexuales.

Por otro lado, se pone también en cuestión la conexión, ya muy asumida, del sexo como
categoría natural y el género como categoría cultural y socialmente construida.

Judith Butler realiza sus análisis en torno a la propuesta de que el sexo es ya en sí una
construcción cultural. Estos enfoques más contemporáneos no los abordaremos en este
curso, ya que pertenecen a un nivel más avanzado, pero hemos de señalarlos para mostrar la
revisión constante en la que se encuentra el sistema sexo-género.

Resumiendo lo visto hasta el momento.

Hemos de tener claro que:

 la categoría sexo hace referencia a la parte biológica: órganos sexuales, hormonas


sexuales, cromosomas sexuales.
 La categoría género describe la parte construida socioculturalmente: formas de ser, de
pensar, hábitos, ritos, movimientos, profesiones, tipo de relaciones, etc.

Ambas categorías están interrelacionadas de manera directa, estando conectado el


sexo femenino con el género mujer, y el sexo masculino con el género hombre.
Esta relación unidireccional es problemática y se pone en cuestión, pues la realidad
rompe con esa linealidad.
Identidad sexo/género: ¿quién soy?
Cuando hablamos de nuestra identidad estamos haciendo referencia a nuestros
rasgos definitorios. Las características propias desde las cuales nos definimos son
tanto objetivas (rasgos físicos, acciones, movimientos, etc.) como subjetivas
(pensamientos, emociones, afectos, mundo inconsciente).

Así, la identidad sexual hace referencia a cómo nos identificamos en relación a


nuestro sexo. Sería nuestra percepción de tener un sexo determinado.

Por otro lado, la identidad de género estaría relacionada con nuestra percepción
subjetiva en relación a mi construcción como mujer u hombre.

Ante estas afirmaciones y lo visto hasta el momento, lo que inicialmente


relacionamos es que la identidad sexual femenina correspondería directamente
con una identidad de género mujer, pero esto no siempre es así.

La identidad es una categoría relacionada no sólo con la objetividad, sino con la


vivencia y experiencia propia, con el plano subjetivo.

Esto permite mostrar que hay personas que su identidad sexual no es


ni femenina ni masculina , o personas que tienen una identidad sexual masculina y
una identidad de género de mujer.

Estas vivencias e identificaciones personales relacionadas con la identidad ponen


de relevancia la importancia de tener presente que los cuerpos no son objetos
sino cuerpos vividos y construidos en contextos y momentos históricos
concretos.

Cuando eres hombre biológico o mujer biológica, sin conflicto de identidad


de género, simplemente el tema no se plantea. Vives la vida como es. Quizá
en algún momento pienses: la vida del hombre/mujer es más fácil/difícil.
Pero no pasa de allí. Para el transexual la situación es totalmente diferente.
No DESEA… sólo SIENTE.
Yo nunca he DESEADO especialmente ser mujer. Es más, tengo
absoluta conciencia de que sería mucho más fácil la vida como
hombre. Pero es un problema de IDENTIDAD. Y eso va como va...

Shbtrans.wordpress.com

En este testimonio vemos que la respuesta de quién soy es compleja. Cada


persona se siente y se vive de diferentes maneras. Al mismo tiempo, en la
sociedad hay estructuras que son muy sólidas. Por eso, si una persona con
cuerpo de mujer dice que es hombre, encontrará muchas dificultades para
responder al ¿quién soy? (de cara a la sociedad) pues no hay parámetros
sociales que acojan muchas de las diferencias que se encuentran en la
realidad personal.

Identidad sexo/género: ¿cómo me siento?


A través del testimonio que vimos en el apartado anterior, vemos que, un “hombre
biológico” no se siente como tal y se identifica como mujer.

En este caso, su identidad de género es mujer y su identidad sexual es femenina, porque


vemos que se identifica como transexual.

Hay personas que se identifican con su sexo pero no con su género o, que simplemente, les
gusta jugar con su género, cambiarlo en determinadas circunstancias, este puede ser el caso
de las/os travestis. En este caso, el género que se le asigna a su sexo se transgrede y se
modifican las construcciones sociales en torno al mismo.
En resumen:

La identidad sexual está relacionada con cómo se define el sexo para


identificarnos unas personas a otras y con cómo las personas vivencian
ese sexo.

La identidad de género es la forma en que vivencio ese ser


mujer y ser hombre.

Las/os transexuales son personas cuya identidad sexual es diferente al sexo que
manifiestan biológicamente y su identidad de género tampoco corresponde con la
que supuestamente debería ser en relación a su sexo.

Las/os travestis son personas que teniendo un sexo biológico con el que se identifican, su
identidad de género no corresponde con el binarismo establecido y se modifica.

Así, las vivencias de las personas ponen en cuestión las construcciones binarias y limitantes
en relación al sexo y al género. Los conceptos se van revisando y al mismo tiempo sirven
para el análisis de otros discursos y prácticas.

La orientación sexual: la norma


La orientación sexual hace referencia a los deseos o gustos sexuales en relación
con otras personas. La orientación sexual es una forma de organizar el erotismo y
los vínculos emocionales que crean los individuos en relación al género y/o sexo
que tiene la persona con la que mantienen relaciones sexuales.

Estos deseos relacionados con la sexualidad también se han construido de


forma muy concreta en la sociedad. Están conformados de manera binaria y
bastante rígida, aunque en los momentos actuales, en algunas sociedades, esta
rigidez comienza a cambiar.

Con esto, queremos apuntar el hecho de que las prácticas sexuales, los objetos de
deseo, etc., han sido analizados desde los feminismos, poniendo en evidencia que
las construcciones de género están también muy presentes en las áreas del deseo y
la sexualidad.

Para profundizar algo más en esto: Coral Herrera: La construcción sociocultural del
deseo y el erotismo
Al igual que el sexo (biológico) y el género (sociocultural) se han conectado de
manera lineal (femenino a mujer, masculino a hombre), la orientación sexual
también se ha normativizado de forma clara como heterosexual.

Esto quiere decir que, mayoritariamente, sólo es aceptado socialmente que las
mujeres sientan deseo sexual por los hombres y viceversa. Y esta aceptación se
enmarca dentro de la idea de que “es lo natural”, es decir, lo natural es que a las
mujeres les gusten los hombres y a los hombres las mujeres.

Estas imágenes son las que encontramos en nuestra sociedad y que reflejan la
orientación sexual que está normativizada y las formas de expresión de la misma.

La naturalización esencialista en que se sustenta la heteronormatividad


obligatoria se construye sobre la idea de que como para reproducirnos
("naturalmente") necesitamos que se realice el coito entre una mujer y un hombre,
estas son las únicas formas posibles y aceptadas de relación amorosa-sexual.

Por suerte, poco a poco se empiezan a aceptar otras posibilidades. Cada vez son
más cotidianas las relaciones homosexuales, las cuales (aun hoy en día) están
penadas en muchos países.
Homosexualidad penada

De forma que, hemos de ser conscientes de que la norma no representa a todas


las posibilidades que se dan en la sociedad. Y que esa norma se presenta como la
referente, la que todas las personas hemos de seguir. Esto es problemático para
las vidas de las personas que no siguen lo que socialmente se considera "normal".

La orientación sexual: las posilidades


Como bien sabemos, hay mujeres que sienten deseo sexual por otras mujeres y hombres
que lo sienten por otros hombres, lo que se denominó como homosexualidad.

Además, hay personas que sienten deseo sexual por otras, sea cual sea su sexo, lo que se
nombra como bisexualidad. Al mismo tiempo que hay personas que no sienten deseo
sexual por ninguna persona, asexualidad.

Esta ruptura de la heterosexualidad no es aceptada todavía en muchos lugares y en aquellos


que se reconoce, socialmente aún genera muchos rechazos. Esto es debido a que, al igual
que el género se ha construido en base a una biología que se percibe como esencia del
género, la heterosexualidad también se concibe como biológicamente determinada. Se
piensa como la posibilidad “correcta” de relaciones sexuales sólo las que se dan entre
hombres y mujeres, el resto no es natural.

Historia personal
Por lo tanto, la orientación sexual es otro concepto que necesitamos. Desde el punto de
vista educativo es necesario ir rompiendo con barreras que promueven prácticas o
pensamientos homofóbicos, por ejemplo.

El profesorado debe conocer qué es lo que implican estos conceptos y cómo la sociedad
participa en la conformación de los mismos.

Las prácticas y los discursos discriminatorios tienen detrás toda una estructura que las
sustenta. Hemos de conocerla para ir desmontando ideas para poder construir otras nuevas.
Los nuevos focos nos servirán para crear una vida propia y desarrollarnos como personas
más plenamente.

Resumen primera parte: primeros pasos para


una visión de la realidad de género
El espacio educativo es un ámbito ideal para enseñar una visión de la realidad
desde la perspectiva de género.

Para llegar a aplicar esto, como hemos ido viendo, necesitamos aclarar ciertos
conceptos y manejar categorías. Esto nos permite ver la realidad de nuevas
formas.

El saber que el género es una construcción social nos faculta para ver los
mandatos sociales que seguimos en relación al mismo.

Esto permite comprender realidades como la violencia de género, la


homofobia, los bajos salarios de las mujeres, entre otras. El conocer cómo se
conforman discriminaciones como estas, abre la puerta a cambios.

Las construcciones de género marcan nuestra vida desde que nacemos,


necesitamos conocer cómo se hacen esas marcas y en qué nos afectan, como
mujeres y como hombres.

Vivimos en sociedades patriarcales, esto hace que, por defecto, nos desarrollemos
desde una perspectiva patriarcal y trasmitamos nuestro conocimiento desde la
misma.

El aprender cómo nos construye esa sociedad patriarcal y hacer una toma de
conciencia de nuestras prácticas y discursos es clave. Este primer paso nos permitirá
trasmitir y crear conocimiento, de forma más enriquecedora, sin limitar a las personas por
razón de género y/o sexo.

Para esto, hemos de conocer el feminismo como teoría y todo lo que este desarrolla,
además de como movimiento social. Las diferentes autoras y autores han realizado diversos
análisis sobre la construcción de sociedades divididas, enfrentadas, por razón de sexos.

En estas sociedades patriarcales, las mujeres son las sujetos más desfavorecidas (la
alteridad, las discriminadas), aunque los hombres también se ven afectados por el
patriarcado (en facetas distintas).

Así, el feminismo ha desarrollado conceptos como género, sistema sexo-género y


patriarcado. Asimismo, ha trabajado sobre las identidades de sexo y género, al igual que
sobre la orientación sexual.

Estos son unos primeros pasos en un amplio campo teórico que proponen los estudios de
género.

Para qué necesita el profesorado estos


conceptos
Las categorías son creadas por las personas para la
conceptualización del mundo en el que habitamos. Desde ellas se
nombra y organiza lo que conforma la existencia.

Así, el sexo, el género, la identidad sexual/género y la orientación


sexual, son categorías que tratan de describir realidades.

La realidad no es vivida y percibida de la misma manera por


todas las personas. No vivirá y se desarrollará igual una persona
transexual en la ciudad de Bogotá, que en New York o en un pueblo
andaluz. Tampoco será lo mismo una pareja homosexual que sea
aceptada y acogida, que aquella que es rechazada, amenazada y
excluida.

Ante esto las preguntas son ¿qué provoca esta desigualdad,


exclusión y discriminación? y ¿para qué nos sirven las
categorías?

La desigualdad se crea a través de representaciones que se


establecen como la norma. Estas representaciones son asumidas,
creadas y trasmitidas socioculturalmente, de forma que las
personas las consideran realidades esenciales.

Las personas que se salen de esa norma, son discriminados por ser
diferente a lo que se ha reconocido y por lo tanto se excluyen.

De manera que el profesorado ha de reconocer las categorías y cómo se construye la


norma para incidir en las construcciones discriminatorias y desiguales.

Si un profesor no sabe que el género es una construcción social, promoverá o justificará


situaciones como:

"Los niños juegan más al fútbol porque los niños son más deportistas"

Así a las niñas les costará mucho desarrollar las habilidades que fomentan los niños en
estos juegos porque no los practican. De mayores a ellas les costará más trabajo correr o
hacer deporte porque nunca lo han desarrollado tanto (independientemente de la condición
biológica que cada cual tenga).

El profesorado ha de ser consciente de las implicaciones de las construcciones de


género tanto en su persona como en las personas a las que educa.

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