Trastorno Disociativo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

TRASTORNO DISOCIATIVO

Hace unos años se emitió la serie “The United States of Tara”,


cuya protagonista, Tara, una ama de casa norteamericana,
compartía casa con su marido, sus dos hijos y, en su cabeza, sus
otras cuatro personalidades. Tara tenía trastorno de identidad
disociativo.

Este trastorno forma parte de los trastornos disociativos, unas


condiciones psicológicas en las que la persona se despega de la
realidad, o incluso puede que, al igual que con Tara, su personalidad se fragmente y
emerja en forma de otras nuevas.

QUE ES EL TRASTORNO DISOCIATIVO

Es un trastorno que se caracteriza por dos o más identidades


en una persona cada una su propio patrón de percibir y actuar
con el ambiente.

Los criterios que se agrupan son las siguientes:

Sintomatología común

Al haber varios trastornos disociativos, cada uno de ellos


tiene síntomas característicos. Sin embargo, sí que
presentan sintomatología común:

● Pérdida de memoria de ciertos períodos, eventos, personas o información


personal.

● Sensación de estar despegado de uno mismo, física y emocionalmente.


● Percepción de que alrededor es irreal y está distorsionado.
● Estrés e incapacidad para hacerle frente.
● Problemas relacionales, personales, laborales y en otras áreas vitales
importantes.

● Depresión.
● Ansiedad.
● Pensamientos e intentos suicidas.

PREVALENCIA

La prevalencia de los trastornos disociativos se estima entre el 2 y 3% en la


población general, aunque hay estudios que apuntan al 10%. La disociación puede
darse en formas agudas o crónicas. Las probabilidades de que se den tras la
vivencia de un evento traumático son muy altas, cercano al 70% de los casos,
aunque lo normal es que los síntomas asociados duren como mucho unas semanas.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la presencia de los trastornos
disociativos no tiene por qué mantenerse durante toda la vida; pueden aparecer y
desaparecer llegado determinado momento.

TIPOS DE TRASTORNOS DISOCIATIVOS

De acuerdo con el DSM-5, son tres los trastornos disociativos principales, más un
cuarto que recoge síntomas propiamente disociativos pero que no encajan en su
totalidad con los otros tres diagnósticos:

1. Amnesia disociativa

El síntoma principal es la pérdida de memoria, mucho más grave


que un simple olvido cotidiano, que no se puede justificar por la
existencia de una enfermedad neurológica previa.
La persona no es capaz de recordar información importante sobre sí misma, ni
tampoco sobre eventos vitales y personas relevantes, especialmente aquellos que
tienen que ver con el momento en el que se dio el evento traumático.

El episodio de amnesia se presenta de forma repentina, y su duración puede ser


muy variable, yendo de a pocos minutos hasta años. Generalmente, los pacientes
con amnesia disociativa son conscientes de su pérdida de memoria, que suele ser
reversible.

Este es el trastorno disociativo específico más común y es el que se puede ver con
frecuencia en lugares como salas de emergencia de los hospitales, acompañada de
otros trastornos como los de la ansiedad.

2. Trastorno de identidad disociativo

Este trastorno era conocido antes como “trastorno de


personalidad múltiple”, y se caracteriza por la alternancia
entre diferentes personalidades. Es la forma más severa y
crónica de la disociación. Los cambios de personalidad
suelen estar motivados por algún efecto ambiental, sobre todo en situaciones
estresantes. Es el trastorno que sufre la protagonista de “The United States of Tara”.

La persona siente la presencia de dos o más personas en su mente, con


personalidades diferentes a la suya y que, en situaciones de estrés o ante la
presencia de ciertos activadores, una de esas personalidades la posee y se
convierte en ella. De todas formas, la personalidad principal, que suele
corresponderse con el nombre legal del paciente, no suele estar enterada de la
existencia de otras personalidades.

Lo curioso de este trastorno es que cada personalidad puede tener su propio


nombre, historia personal, género, edad, diferencias en la voz, acento o, incluso uso
de complementos que de normal no necesita la personalidad original, como pueden
ser gafas.
3. Trastorno de despersonalización-desrealización

En este trastorno se pueden dar una o las dos situaciones


diferentes.

La persona sufre una desconexión de sí misma, dándole la


sensación de observar sus acciones, sentimientos y pensamientos desde cierta
distancia, como quien juega a un videojuego en perspectiva de tercera persona.
Este síntoma es la despersonalización.

En otros casos se puede sentir que las cosas que le rodean son distantes, poco
nítidas, como si se estuviera soñando. Este síntomas es la desrealización, o la
sensación de que la realidad no es real.

4. Trastorno disociativo no especificado

Esta etiqueta es, en la práctica clínica, el diagnóstico más común. Se trata de


aquellos casos en los que se presentan síntomas disociativos pero que no se
corresponden por completo a uno de los tres trastornos anteriores. Por ello, aquí
quedan englobados casos que presentan características muy variadas y
heterogéneas, por lo que su tratamiento es complicado a causa de la falta de
referentes.

Posibles causas

Los trastornos disociativos suelen considerarse como un mecanismo de defensa


para afrontar eventos traumáticos, con la intención de proteger la integridad psíquica
de quien ha sido víctima de los mismos.

Una de las causas más comunes es el haber presenciado o sufrido abusos físicos,
emocionales, verbales y sexuales durante la infancia, actos comunes en situaciones
de maltrato familiar. El niño vive estas situaciones domésticas como algo realmente
aterrador, especialmente por el hecho de que la conducta del maltratador es algo
muy impredecible. El pequeño vive una situación constante de indefensa y estrés.
Otras situaciones traumáticas son haber vivido una guerra, un atentado terrorista o
una catástrofe natural.

Dado que la identidad personal es algo muy moldeable en la infancia, la vivencia de


situaciones estresantes pueden afectar de por vida al pequeño, emergiendo
psicopatología una vez alcanzada la edad adulta. También, y debido a que la
personalidad e identidad todavía no están formadas, a un niño le resulta más
sencillo despegarse de sí mismo que a un adulto al observar o ser víctima de un
evento traumático.

Pese a que, una vez ya adulto, lo más probable es que lo que causó el evento
traumático ya no exista o se le pueda hacer frente gracias a disponer de una mayor
libertad en comparación a cuando se era niño (p. ej., el padre maltratador es
anciano o ha muerto), su uso en la adultez es algo patológico. Si el peligro ya no
existe, no hay motivo objetivo para seguir utilizándose, dado que ya no se vería en
riesgo la integridad psicológica del individuo.

Factores de riesgo

El principal factor de riesgo para sufrir en la adultez un trastorno disociativo es el


haber sido víctima de abuso físico, sexual o de otra índole en la infancia, haber
presenciado eventos traumáticos o haber sufrido un estilo parental negligente. Entre
eventos traumáticos, además del terrorismo, catástrofes ambientales y maltrato, se
encuentra el haber sido secuestrado y torturado, además de largas
hospitalizaciones.

Presentar un trastorno disociativo es también un factor de riesgo para sufrir otros


trastornos y problemas de salud:

● Autolesiones y mutilaciones.
● Disfunción sexual.
● Consumo de drogas.
● Depresión y trastornos de ansiedad.
● Trastorno de estrés postraumático.
● Trastornos de personalidad.
● Alteraciones del sueño.
● Trastornos de la alimentación.
● Convulsiones no epilépticas.

Tratamiento

El tratamiento de los trastornos disociativos es complicado,


dado que durante el episodio amnésico, la
despersonalización, la desrealización o la manifestación de
otra personalidad el nivel de conciencia del individuo se puede ver
significativamente disminuido. Esto dificulta el llevar a cabo la terapia durante el
momento en el que se dan estos síntomas. Sin embargo, sí que se han elaborado
ciertas técnicas para intentar hacerle frente a esos mismos síntomas.

En el caso de la despersonalización se hace que el paciente trate de establecer


contacto físico con alguien de su contexto inmediato, o que se concentre en una
actividad como puede ser leer, hacer ejercicio o conversar. También, para
contrarrestar el recuerdo de un evento traumático, se hace que el paciente trate de
recordar una vivencia placentera o visualice un lugar que considera seguro.

Otra técnica usada, muy frecuente en los trastornos de la ansiedad, es el


entrenamiento en respiración profunda, además de diferentes formas de exposición.
También es usada la imaginación guiada para experimentar los eventos
traumáticos. Estas técnicas pueden parecer contraproducentes, dado que da la
sensación de que vayan a aumentar la fuerza de los síntomas. Sin embargo, el
objetivo principal de este tipo de exposición y reimaginación es hacer que el
paciente cambie la valencia asociada al recuerdo de los eventos traumáticos.

La reestructuración cognitiva es otro procedimiento que no puede faltar al trabajar


con problemas de base traumática. El objetivo es modificar los pensamientos acerca
la vivencia del evento traumático, trabajar sobre los sentimientos de culpa y
autocrítica que pueda manifestar el paciente y reinterpretar los síntomas.

Bibliografía

Montagud Rubio, N. (2023, 19 diciembre). Trastornos disociativos: tipos, síntomas y causas.


https://psicologiaymente.com/clinica/trastornos-disociativos.
https://psicologiaymente.com/clinica/trastornos-disociativos

TRASTORNOS DISOCIATIVOS. (2017, 16 septiembre). Psicólogo Jorge Franco Carranza.


https://psicologojorgefranco.com/2017/09/16/trastornos-disociativos/

Montagud Rubio, N. (2023b, diciembre 19). Trastornos disociativos: tipos, síntomas y


causas. https://www.psicoactiva.com/blog/despersonalizacion-desrealizacion/.
https://psicologiaymente.com/clinica/trastornos-disociativos

También podría gustarte