El modelo agroexportador argentino se basó en la producción y exportación de bienes primarios entre 1880 y 1930. Los terratenientes lideraron la economía para aprovechar las ventajas comparativas de la región pampeana. Si bien el país experimentó un crecimiento inicial, los terratenientes no reinvertieron las ganancias en mejoras productivas. Cuando disminuyeron las ventajas externas, la economía entró en recesión. El modelo benefició principalmente a los terratenientes y excluyó a amplios sectores de la población.
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El modelo agroexportador argentino se basó en la producción y exportación de bienes primarios entre 1880 y 1930. Los terratenientes lideraron la economía para aprovechar las ventajas comparativas de la región pampeana. Si bien el país experimentó un crecimiento inicial, los terratenientes no reinvertieron las ganancias en mejoras productivas. Cuando disminuyeron las ventajas externas, la economía entró en recesión. El modelo benefició principalmente a los terratenientes y excluyó a amplios sectores de la población.
El modelo agroexportador argentino se basó en la producción y exportación de bienes primarios entre 1880 y 1930. Los terratenientes lideraron la economía para aprovechar las ventajas comparativas de la región pampeana. Si bien el país experimentó un crecimiento inicial, los terratenientes no reinvertieron las ganancias en mejoras productivas. Cuando disminuyeron las ventajas externas, la economía entró en recesión. El modelo benefició principalmente a los terratenientes y excluyó a amplios sectores de la población.
El modelo agroexportador argentino se basó en la producción y exportación de bienes primarios entre 1880 y 1930. Los terratenientes lideraron la economía para aprovechar las ventajas comparativas de la región pampeana. Si bien el país experimentó un crecimiento inicial, los terratenientes no reinvertieron las ganancias en mejoras productivas. Cuando disminuyeron las ventajas externas, la economía entró en recesión. El modelo benefició principalmente a los terratenientes y excluyó a amplios sectores de la población.
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EL MODELO AGROEXPORTADOR
El modelo agroexportador correspondió a un proyecto de país llevado adelante una
vez consolidada la organización nacional. Este modelo propuso el aprovechamiento de las ventajas comparativas de la región pampeana respondiendo a los lineamientos de la división internacional del trabajo en la cual Argentina producía y exportaba bienes primarios e importaba bienes manufacturados. Este modelo se extendió desde 1880, con la primera presidencia de Julio Argentino Roca (quien había liderado la campaña al desierto que permitió anexar las tierras necesarias para desarrollar este modelo), hasta el derrocamiento del presidente Hipólito Yrigoyen en 1930. Durante este período se encuentra al sector agroexportador (los terratenientes) como el sector monopólico, el cual dirigió las actividades económicas para cumplir con los intereses del proyecto de país planteado anteriormente. Este sector mantuvo su preponderancia en el escenario económico durante todo el modelo. Una de las características más destacadas de este sector fue la señalada por Hugo Nochteff cuando se refiere al comportamiento de las “elites” económicas en el texto “El desarrollo ausente”. El autor señala que durante este período la Argentina gozó de una oportunidad como pocas para poder transitar un sendero de desarrollo, pero la conducta adoptada por los empresarios limitó estas posibilidades. El empresariado aprovechó la posibilidad que se le presentó para obtener rentas considerables que luego no fueron reinvertidas en busca de mejorar el sistema productivo, por el contrario, tomaron la actitud de gozar de las ventajas mientras duraron, y una vez acabadas las mismas se terminó la prosperidad. En términos de Nochteff esto se considera como el “aprovechamiento de una opción blanda”. Esta característica se convirtió en un rasgo distintivo de los empresarios argentinos en posteriores períodos. Argentina pudo gozar de las ventajas comparativas de la región Pampeana por la productividad de las tierras anexadas, lo cual fue acompañado por un cambio tecnológico producido en Europa. Dicho cambio hizo que disminuyeran los costos de los fletes, mejoraran los procesos de enfriamiento de carnes, creciera el ahorro en Europa y aumentara la demanda de alimentos desde esa región. De esta manera el país acompañó el crecimiento económico europeo con su proyecto agroexportador. Esta situación no se mantuvo a largo plazo, ya que no fue acompañada por un desarrollo de ciencia y técnica acorde a las circunstancias, no se reinvirtieron las ganancias para poder obtener luego mayores utilidades ni tampoco se buscó el desarrollo institucional ni tecnológico que hubiera sido necesario para prolongar el crecimiento. Por eso cuando se acabaron las ventajas transitorias la economía terminó estancándose y el crecimiento liderado por este sector se detuvo. El sector competitivo en esta tapa estuvo representado por los pequeños productores agropecuarios que acompañaron el crecimiento del anterior sector; y por los comerciantes del interior del país (quienes fueron perjudicados por la política de apertura comercial del proyecto agroexportador). Este sector era el representante de la clase media en nuestro país que no poseía una dimensión importante. Una clase media que iría en expansión y llegaría a tener una influencia mayor con la llegada al poder del partido Radical con Hipólito Yrigoyen hacia el fin de esta etapa. El sector estatal estuvo muy ligado al desarrollo del sector monopólico, en la medida en que planificó un proyecto de país que incluía como principal actor a los terratenientes. Luego de la llegada de los radicales al poder esta situación cambió, en la medida en que el sistema político paulatinamente era presionado socialmente para responder a los sectores medios y ya no respondía solo a los intereses de los terratenientes, incluyendo a los sectores medios de la sociedad argentina en el proyecto de país, fundamentalmente por la modificación del contrato político. El sector residual fueron aquellas personas que no estaban incluidas en el proyecto agroexportador. Entre ellos los gauchos, quienes andaban libres por las Pampas hasta que con la delimitación de las tierras y los cercados, perdieron su medio de vida; también conformaron este sector las corrientes inmigratorias provenientes de Europa. Mas tarde con el ascenso de los radicales algunos de los hijos de los inmigrantes que formaban parte de este sector mejoraron su situación y pasaron a conformar la clase media de nuestro país. Contrato económico El principal rasgo del contrato económico estuvo dado por la actividad agrícolo - ganadera destinada a ser vendida en los mercados externos. La idea de las ventajas comparativas cobró vital importancia y fue clave la vinculación del sector estatal hacia la actividad del sector monopólico y la correspondencia del sector competitivo con este. El factor que determinaba la expansión o recesión en el mediano o corto plazo era la actividad comercial del sector externo, es decir, cuando las ventas de los exportadores se reducían, la economía entraba en recesión y cuando estas ventas volvían a aumentar se recuperaba el crecimiento. Las principales inversiones desde el comienzo de este período estuvieron destinadas a mejorar el tendido de líneas férreas que permitieron por un lado abrir al comercio internacional el mercado interno, y por otro lado lograr una salida al exterior desde el puerto de Buenos Aires de los productos del interior. De ese modo el principio de la división internacional del trabajo se halló presente en el modelo agroexportador argentino. Otro elemento que permitió mejorar el sistema productivo fue la instalación de los frigoríficos, con los cuales se pudo satisfacer las necesidades de los mercados externos en cuanto a condiciones de calidad de los productos refrigerados (carnes). La mano de obra (a la cual se sumaba el grueso de los inmigrantes) vivió en condiciones de subsistencia y no experimentó importantes mejoras, es decir que la distribución del ingreso se tornó regresiva y las ganancias eran obtenidas por los poseedores de la tierra. Esta situación motivó que muchos de los inmigrantes llegados a nuestro país intentaran volver a su lugar de origen una vez que pudieran haber juntado algún excedente. El salario real en términos de oro no era elevado, sino que caía mientras en términos domésticos permanecía estable. Si bien las condiciones políticas y sociales se fueron modificando, en la segunda parte de este período(con la llegada de los radicales al gobierno), no sucedió lo mismo con la estructura económica, la cual sólo presentó algunos cambios luego de la primer guerra mundial donde aparecieron algunas fábricas y una naciente industria. El hecho que marcó un cambio en torno a la actividad productiva fue la crisis de 1929, y otros sucesos históricos del momento que generaron una tendencia mundial al cierre de las economías. Contrato político El contrato político se puede dividir en dos momentos: uno que comienza con el inicio de este modelo y llega hasta la primera década del siglo XX, y el otro que comienza con el ascenso de los radicales hasta su derrocamiento en 1930. La evolución política presentó hacia el comienzo de este período una situación en la cual se había consolidado el poder político bajo la figura presidencial de Julio Argentino Roca. El período de organización nacional comenzó con amplio control por parte del gobierno de la seguridad nacional, la salud, la educación, etc. En los primeros años se creó el registro civil y se sancionó la ley de matrimonio, con lo cual se regularizó la situación civil de la población. El eje predominante en cuestiones de política fue la exclusión de amplios sectores de la sociedad que no estuvieron representados por el orden existente. Las elecciones revestían un carácter fraudulento, sólo los hombres podía elegir a los representantes y además los inmigrantes eran excluidos por no acceder a la condición de ciudadanos, cuando en algunos casos llegaban a representar el 60 % de la población. El contrato político representaba el claro predominio de los intereses de la clase terrateniente de la Argentina. Recién con la llegada de H. Yrigoyen al poder en 1916 se terminó este manejo de las cuestiones político-constitucionales, aunque todavía continuaría la exclusión de los derechos cívicos de las mujeres. Antes de la ley Saenz Peña las instituciones no se hallaban legitimadas más que por los terratenientes y era creciente el disconformismo de los sectores que no se hallaban representados. Posteriormente la situación se modificó, aunque no fue sencillo el cambio por la resistencia de los sectores afianzados en el poder. El contrato político fue modificado bajo la conducción política del radicalismo, sobre todo en lo que se refiere a la participación popular y legitimidad de las instituciones. Pero la vida política del país no transcurrió sin sobresaltos durante este tiempo. Desde el año 1917 hasta 1921 se produjeron sucesivos conflictos obreros y huelgas prolongadas que terminaron con la intervención policial y militar y la muerte de muchos trabajadores. Estas situaciones hicieron que emergiera la participación en la vida pública del país de sectores de la sociedad que permanecieron relegados durante mucho tiempo y que surgieron como fruto de la inmigración y de otros factores como el crecimiento económico en la medida en que filtraba a las capas de menores ingresos. Con el derrocamiento del gobierno constitucional en 1930 se abrió una etapa muy particular en la vida política de nuestro país que perduró durante aproximadamente cincuenta años: las interrupciones a la democracia y la instauración de dictaduras militares. Durante este período se presentó un alto grado de conflictividad política, sobre todo luego de la asunción de los radicales. Desde ese momento comenzó una puja de poder político intentando la restauración de los sectores conservadores del país, lo cual se hizo realidad hacia el final de este modelo. Contrato social La situación social de este período fue muy particular. Se presentó una polarización bien definida de clases donde se encontraba en uno de los polos a los terratenientes, quienes acumulaban las riquezas provenientes de un sistema económico que los hallaba como los primeros beneficiarios; y por el otro lado a los sectores populares, que vivían en condiciones de gran precariedad. Sólo en los grandes centros urbanos como Buenos Aires Córdoba y Rosario algunas mejoras filtraban a las capas sociales inferiores. Además se observaban desequilibrios regionales en la calidad de vida, sobre todo entre los principales centros urbanos y los sectores rurales. La creciente inmigración llevaba a que por exceso de oferta de mano de obra cayeran los salarios, situación que se presentó en forma sostenida casi ininterrumpidamente durante este período. Sumado a esta situación, se produjo durante la primer década del siglo XX un alza generalizada en los precios internos, lo que llevó a una caída mayor en los salarios reales. A partir de esto creció el trabajo de las mujeres y los niños para intentar lograr mejores condiciones de vida familiares. La población comenzó a concentrarse en Buenos Aires ya que ofrecía las mejores condiciones de vida. En su mayoría, los sectores populares urbanos residían en los conocidos “conventillos” alcanzando este tipo de vivienda a albergar alrededor del 20% de la población urbana de Buenos Aires hacia finales del siglo XIX. El sistema de arrendamiento pampeano condicionó el acceso a las tierras por parte de los inmigrantes. El nuevo inmigrante sólo podía acceder a ser propietario si traía consigo un capital considerable, cosa que resultaba ser bastante infrecuente. Por consiguiente, debía dedicarse al trabajo asalariado. Los precios de los arrendamientos representaron un considerable problema que trajo conflictos entre los terratenientes y los arrendatarios quienes solicitaban condiciones más favorables para realizar las explotaciones. Con las mejoras económicas y los cambios políticos producidos luego de la primer década del siglo XX la bipolaridad mencionada anteriormente se modificó. Aparecieron los sectores medios, los cuales tuvieron una gran importancia en la vida política del país de ese momento. La ley Saenz Peña del sufragio secreto y universal, el servicio militar, la escolaridad obligatoria y después la reforma universitaria consolidaron la participación política y social de los sectores medios de la sociedad Argentina. Este ascenso se plasmó en la fundación de la Unión Cívica Radical con el propósito de consolidar la inclusión política de este sector de la sociedad. Hacia fines de este modelo la situación social comenzó a empeorar, se vivió una crisis económica a nivel mundial sin precedente, y el contrato social fue tornándose más precario. Conclusiones Desde el principio el modelo agroexportador presentó un tipo de subordinación positiva de los sistemas político y normativo al sistema económico, aunque luego esto se fue modificando y la subordinación del sistema normativo se tornó negativa, esto trajo aparejado las reformas políticas que culminaron con la llegada de los radicales al poder. La mayoría de las acciones de gobierno estuvieron dirigidas a mantener el funcionamiento de un sistema económico ideado por una elite de poder (sector monopólico) aliada al sector estatal y se produjo una subordinación total del sistema político durante todo el modelo. Esta situación trajo aparejada la concentración de la riqueza, condiciones de precariedad para los sectores residuales y un accionar político estatal dirigido a corregir las desviaciones del sistema, es decir conservar el orden preexistente para que pueda seguir funcionando el modelo. Sin embargo la situación de desigualdad política y social comenzó a presentarse insostenible, creció la participación del sector residual, aumentó la intensidad de los conflictos y la clase dirigente en alguna medida tuvo que ceder ante las pretensiones de los sectores medios de la sociedad. De esta manera ganó importancia política la clase media con la llegada de los radicales al gobierno, quienes se mantuvieron al mando del país durante 14 años, hasta la llegada del golpe militar de 1930. Si bien con los radicales se modificaron las cuestiones en el plano político, en el aspecto económico la situación no fue distinta a la vivida durante los años anteriores, es decir se continuó con el modelo agroexportador. Las características más importantes de este período fueron las siguientes: Un modelo económico impuesto por un sector de poder muy fuerte, los terratenientes; una continua subordinación de la política del estado hacia los intereses económicos del sector monopólico; irregularidades en los comicios electorales hacia la primer mitad del modelo, solucionado luego por la ley Saenz Peña; la utilización de la fuerza militar para la solución de los conflictos obreros; una situación precaria de los sectores residuales; y un alto grado de conflictividad política. El modelo agroexportador presentó momentos (sobre todo al comienzo del mismo), en los cuales se hallaron algunas condiciones necesarias para un proceso de desarrollo: el sistema productivo fue tornándose eficiente mientras se aprovecharon las ventajas comparativas de la producción primaria (el cambio tecnológico puede asociarse al descubrimiento de una nueva fuente de recursos, es decir las tierras anexadas por la campaña al desierto, y también de alguna manera a la apropiación de las nuevas tecnologías generadas en Europa en lo que tiene que ver con la llegada de los ferrocarriles y los frigoríficos); a medida que mejoraron las condiciones económicas se fue dando respuesta a algunas necesidades de la población, como por ejemplo el acceso a la educación en todos los niveles (aunque esta fue la condición más precaria para denominar al proceso como un período de desarrollo); y por último los objetivos de las clases dominantes (los terratenientes), fueron satisfechos a lo largo de todo el período (en términos productivos el contrato económico no se modificó en ningún momento, aún durante el tiempo en que los sectores conservadores perdieron el control político institucional en manos de los radicales). Por lo tanto, si bien no se puede decir que durante todo el período se presentaron las condiciones necesarias para caracterizarlo como de desarrollo económico, en alguna medida se encontraron en este modelo momentos en los cuales se aprecia cierto grado de desarrollo, el cual fue interrumpido por que no pudieron reproducirse luego las condiciones necesarias para entrar en un sendero de desarrollo duradero en el tiempo. Hacia la última década del modelo agroexportador los sistemas político administrativo y normativo, comenzaron a cuestionar al sistema económico. La subordinación positiva aludida anteriormente se tornó insostenible y si bien la modificación del contrato económico (lo que supone el cambio de un modelo productivo) se generó en un período de transición que se consolidó con la acción del partido peronista en 1946, el modelo agroexportador había entrado en un proceso de crisis que terminó instaurando (una vez superada la crisis) un nuevo modelo productivo, el modelo sustitutivo de importaciones. La crisis del modelo agroexportador se generó principalmente por razones económicas. A la crisis económica internacional del año 1929 (la cual no halló respuesta en el modelo agroexportador) se le sumó el deterioro en las condiciones de vida de la población y desde el punto de vista político se abrió una nueva etapa en la historia Argentina: la de los golpes de estado. El sector dominante dentro de este modelo no adaptó su posición hacia las nuevas situaciones, se presentó una gran crisis económica y nuestro país no supo en términos productivos adaptarse, se imponía un cambio en la estructura productiva que no hallaba eco entre los sectores monopólicos que son quienes lideran el sistema productivo. Por otro lado, desde el sector estatal no se promovió el cambio de modelo, sino que se continuó protegiendo a un sector que ya no daba respuestas a las necesidades existentes. La lealtad de las masas al sistema político no estaba presente, el gobierno era cuestionado y se presentaron elevados niveles de conflictividad que llevaron a derrocar al presidente Yrigoyen. De esa manera el sistema político era cuestionado, la situación social era crítica y el sistema económico ya no daba las respuestas que se requerían. El accionar del gobierno en el sentido de intentar atenuar la situación fue escaso. Podríamos decir que se arribó a la crisis por defecto de intervención estatal, es decir el estado no tuvo una actitud activa destinada a atemperar los defectos de funcionamiento del sistema económico ni las demandas de la sociedad, y tampoco pudo generar un proyecto de desarrollo alternativo ante las nuevas situaciones imperantes. Fuente: Desarrollo económico en los diferentes modelos productivos desde 1880 hasta 2001 en la República Argentina. Andrés Martín Civetta. 2002. Mar del Plata. Tesis de Licenciatura en Economía.