El Modelo Agroexportador

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EL MODELO AGROEXPORTADOR

El modelo agroexportador correspondió a un proyecto de país llevado adelante una


vez consolidada la organización nacional. Este modelo propuso el aprovechamiento
de las ventajas comparativas de la región pampeana respondiendo a los
lineamientos de la división internacional del trabajo en la cual Argentina producía y
exportaba bienes primarios e importaba bienes manufacturados.
Este modelo se extendió desde 1880, con la primera presidencia de Julio Argentino
Roca (quien había liderado la campaña al desierto que permitió anexar las tierras
necesarias para desarrollar este modelo), hasta el derrocamiento del presidente
Hipólito Yrigoyen en 1930.
Durante este período se encuentra al sector agroexportador (los terratenientes)
como el sector monopólico, el cual dirigió las actividades económicas para cumplir
con los intereses del proyecto de país planteado anteriormente. Este sector mantuvo
su preponderancia en el escenario económico durante todo el modelo.
Una de las características más destacadas de este sector fue la señalada por Hugo
Nochteff cuando se refiere al comportamiento de las “elites” económicas en el texto
“El desarrollo ausente”. El autor señala que durante este período la Argentina gozó
de una oportunidad como pocas para poder transitar un sendero de desarrollo, pero
la conducta adoptada por los empresarios limitó estas posibilidades. El empresariado
aprovechó la posibilidad que se le presentó para obtener rentas considerables que
luego no fueron reinvertidas en busca de mejorar el sistema productivo, por el
contrario, tomaron la actitud de gozar de las ventajas mientras duraron, y una vez
acabadas las mismas se terminó la prosperidad.
En términos de Nochteff esto se considera como el “aprovechamiento de una opción
blanda”. Esta característica se convirtió en un rasgo distintivo de los empresarios
argentinos en posteriores períodos. Argentina pudo gozar de las ventajas
comparativas de la región Pampeana por la productividad de las tierras anexadas, lo
cual fue acompañado por un cambio tecnológico producido en Europa. Dicho cambio
hizo que disminuyeran los costos de los fletes, mejoraran los procesos de
enfriamiento de carnes, creciera el ahorro en Europa y aumentara la demanda de
alimentos desde esa región.
De esta manera el país acompañó el crecimiento económico europeo con su
proyecto agroexportador. Esta situación no se mantuvo a largo plazo, ya que no fue
acompañada por un desarrollo de ciencia y técnica acorde a las circunstancias, no
se reinvirtieron las ganancias para poder obtener luego mayores utilidades ni
tampoco se buscó el desarrollo institucional ni tecnológico que hubiera sido
necesario para prolongar el crecimiento. Por eso cuando se acabaron las ventajas
transitorias la economía terminó estancándose y el crecimiento liderado por este
sector se detuvo.
El sector competitivo en esta tapa estuvo representado por los pequeños productores
agropecuarios que acompañaron el crecimiento del anterior sector; y por los
comerciantes del interior del país (quienes fueron perjudicados por la política de
apertura comercial del proyecto agroexportador). Este sector era el representante de
la clase media en nuestro país que no poseía una dimensión importante.
Una clase media que iría en expansión y llegaría a tener una influencia mayor con la
llegada al poder del partido Radical con Hipólito Yrigoyen hacia el fin de esta etapa.
El sector estatal estuvo muy ligado al desarrollo del sector monopólico, en la medida
en que planificó un proyecto de país que incluía como principal actor a los
terratenientes.
Luego de la llegada de los radicales al poder esta situación cambió, en la medida en
que el sistema político paulatinamente era presionado socialmente para responder a
los sectores medios y ya no respondía solo a los intereses de los terratenientes,
incluyendo a los sectores medios de la sociedad argentina en el proyecto de país,
fundamentalmente por la modificación del contrato político.
El sector residual fueron aquellas personas que no estaban incluidas en el proyecto
agroexportador. Entre ellos los gauchos, quienes andaban libres por las Pampas
hasta que con la delimitación de las tierras y los cercados, perdieron su medio de
vida; también conformaron este sector las corrientes inmigratorias provenientes de
Europa. Mas tarde con el ascenso de los radicales algunos de los hijos de los
inmigrantes que formaban parte de este sector mejoraron su situación y pasaron a
conformar la clase media de nuestro país.
Contrato económico
El principal rasgo del contrato económico estuvo dado por la actividad agrícolo -
ganadera destinada a ser vendida en los mercados externos. La idea de las ventajas
comparativas cobró vital importancia y fue clave la vinculación del sector estatal
hacia la actividad del sector monopólico y la correspondencia del sector competitivo
con este.
El factor que determinaba la expansión o recesión en el mediano o corto plazo era la
actividad comercial del sector externo, es decir, cuando las ventas de los
exportadores se reducían, la economía entraba en recesión y cuando estas ventas
volvían a aumentar se recuperaba el crecimiento.
Las principales inversiones desde el comienzo de este período estuvieron destinadas
a mejorar el tendido de líneas férreas que permitieron por un lado abrir al comercio
internacional el mercado interno, y por otro lado lograr una salida al exterior desde el
puerto de Buenos Aires de los productos del interior.
De ese modo el principio de la división internacional del trabajo se halló presente en
el modelo agroexportador argentino. Otro elemento que permitió mejorar el sistema
productivo fue la instalación de los frigoríficos, con los cuales se pudo satisfacer las
necesidades de los mercados externos en cuanto a condiciones de calidad de los
productos refrigerados (carnes).
La mano de obra (a la cual se sumaba el grueso de los inmigrantes) vivió en
condiciones de subsistencia y no experimentó importantes mejoras, es decir que la
distribución del ingreso se tornó regresiva y las ganancias eran obtenidas por los
poseedores de la tierra. Esta situación motivó que muchos de los inmigrantes
llegados a nuestro país intentaran volver a su lugar de origen una vez que pudieran
haber juntado algún excedente. El salario real en términos de oro no era elevado,
sino que caía mientras en términos domésticos permanecía estable.
Si bien las condiciones políticas y sociales se fueron modificando, en la segunda
parte de este período(con la llegada de los radicales al gobierno), no sucedió lo
mismo con la estructura económica, la cual sólo presentó algunos cambios luego de
la primer guerra mundial donde aparecieron algunas fábricas y una naciente
industria. El hecho que marcó un cambio en torno a la actividad productiva fue la
crisis de 1929, y otros sucesos históricos del momento que generaron una tendencia
mundial al cierre de las economías.
Contrato político
El contrato político se puede dividir en dos momentos: uno que comienza con el
inicio de este modelo y llega hasta la primera década del siglo XX, y el otro que
comienza con el ascenso de los radicales hasta su derrocamiento en 1930.
La evolución política presentó hacia el comienzo de este período una situación en la
cual se había consolidado el poder político bajo la figura presidencial de Julio
Argentino Roca.
El período de organización nacional comenzó con amplio control por parte del
gobierno de la seguridad nacional, la salud, la educación, etc. En los primeros años
se creó el registro civil y se sancionó la ley de matrimonio, con lo cual se regularizó
la situación civil de la población.
El eje predominante en cuestiones de política fue la exclusión de amplios sectores
de la sociedad que no estuvieron representados por el orden existente. Las
elecciones revestían un carácter fraudulento, sólo los hombres podía elegir a los
representantes y además los inmigrantes eran excluidos por no acceder a la
condición de ciudadanos, cuando en algunos casos llegaban a representar el 60 %
de la población. El contrato político representaba el claro predominio de los intereses
de la clase terrateniente de la Argentina.
Recién con la llegada de H. Yrigoyen al poder en 1916 se terminó este manejo de
las cuestiones político-constitucionales, aunque todavía continuaría la exclusión de
los derechos cívicos de las mujeres.
Antes de la ley Saenz Peña las instituciones no se hallaban legitimadas más que por
los terratenientes y era creciente el disconformismo de los sectores que no se
hallaban representados. Posteriormente la situación se modificó, aunque no fue
sencillo el cambio por la resistencia de los sectores afianzados en el poder.
El contrato político fue modificado bajo la conducción política del radicalismo, sobre
todo en lo que se refiere a la participación popular y legitimidad de las instituciones.
Pero la vida política del país no transcurrió sin sobresaltos durante este tiempo.
Desde el año 1917 hasta 1921 se produjeron sucesivos conflictos obreros y huelgas
prolongadas que terminaron con la intervención policial y militar y la muerte de
muchos trabajadores. Estas situaciones hicieron que emergiera la participación en la
vida pública del país de sectores de la sociedad que permanecieron relegados
durante mucho tiempo y que surgieron como fruto de la inmigración y de otros
factores como el crecimiento económico en la medida en que filtraba a las capas de
menores ingresos.
Con el derrocamiento del gobierno constitucional en 1930 se abrió una etapa muy
particular en la vida política de nuestro país que perduró durante aproximadamente
cincuenta años: las interrupciones a la democracia y la instauración de dictaduras
militares.
Durante este período se presentó un alto grado de conflictividad política, sobre todo
luego de la asunción de los radicales. Desde ese momento comenzó una puja de
poder político intentando la restauración de los sectores conservadores del país, lo
cual se hizo realidad hacia el final de este modelo.
Contrato social
La situación social de este período fue muy particular. Se presentó una polarización
bien definida de clases donde se encontraba en uno de los polos a los terratenientes,
quienes acumulaban las riquezas provenientes de un sistema económico que los
hallaba como los primeros beneficiarios; y por el otro lado a los sectores populares,
que vivían en condiciones de gran precariedad. Sólo en los grandes centros urbanos
como Buenos Aires Córdoba y Rosario algunas mejoras filtraban a las capas sociales
inferiores.
Además se observaban desequilibrios regionales en la calidad de vida, sobre todo
entre los principales centros urbanos y los sectores rurales. La creciente inmigración
llevaba a que por exceso de oferta de mano de obra cayeran los salarios, situación
que se presentó en forma sostenida casi ininterrumpidamente durante este período.
Sumado a esta situación, se produjo durante la primer década del siglo XX un alza
generalizada en los precios internos, lo que llevó a una caída mayor en los salarios
reales. A partir de esto creció el trabajo de las mujeres y los niños para intentar lograr
mejores condiciones de vida familiares.
La población comenzó a concentrarse en Buenos Aires ya que ofrecía las mejores
condiciones de vida. En su mayoría, los sectores populares urbanos residían en los
conocidos “conventillos” alcanzando este tipo de vivienda a albergar alrededor del
20% de la población urbana de Buenos Aires hacia finales del siglo XIX.
El sistema de arrendamiento pampeano condicionó el acceso a las tierras por parte
de los inmigrantes. El nuevo inmigrante sólo podía acceder a ser propietario si traía
consigo un capital considerable, cosa que resultaba ser bastante infrecuente. Por
consiguiente, debía dedicarse al trabajo asalariado. Los precios de los
arrendamientos representaron un considerable problema que trajo conflictos entre
los terratenientes y los arrendatarios quienes solicitaban condiciones más favorables
para realizar las explotaciones.
Con las mejoras económicas y los cambios políticos producidos luego de la primer
década del siglo XX la bipolaridad mencionada anteriormente se modificó.
Aparecieron los sectores medios, los cuales tuvieron una gran importancia en la vida
política del país de ese momento.
La ley Saenz Peña del sufragio secreto y universal, el servicio militar, la escolaridad
obligatoria y después la reforma universitaria consolidaron la participación política y
social de los sectores medios de la sociedad Argentina. Este ascenso se plasmó en
la fundación de la Unión Cívica Radical con el propósito de consolidar la inclusión
política de este sector de la sociedad.
Hacia fines de este modelo la situación social comenzó a empeorar, se vivió una
crisis económica a nivel mundial sin precedente, y el contrato social fue tornándose
más precario.
Conclusiones
Desde el principio el modelo agroexportador presentó un tipo de subordinación
positiva de los sistemas político y normativo al sistema económico, aunque luego
esto se fue modificando y la subordinación del sistema normativo se tornó negativa,
esto trajo aparejado las reformas políticas que culminaron con la llegada de los
radicales al poder. La mayoría de las acciones de gobierno estuvieron dirigidas a
mantener el funcionamiento de un sistema económico ideado por una elite de poder
(sector monopólico) aliada al sector estatal y se produjo una subordinación total del
sistema político durante todo el modelo.
Esta situación trajo aparejada la concentración de la riqueza, condiciones de
precariedad para los sectores residuales y un accionar político estatal dirigido a
corregir las desviaciones del sistema, es decir conservar el orden preexistente para
que pueda seguir funcionando el modelo.
Sin embargo la situación de desigualdad política y social comenzó a presentarse
insostenible, creció la participación del sector residual, aumentó la intensidad de los
conflictos y la clase dirigente en alguna medida tuvo que ceder ante las pretensiones
de los sectores medios de la sociedad.
De esta manera ganó importancia política la clase media con la llegada de los
radicales al gobierno, quienes se mantuvieron al mando del país durante 14 años,
hasta la llegada del golpe militar de 1930. Si bien con los radicales se modificaron
las cuestiones en el plano político, en el aspecto económico la situación no fue
distinta a la vivida durante los años anteriores, es decir se continuó con el modelo
agroexportador.
Las características más importantes de este período fueron las siguientes: Un
modelo económico impuesto por un sector de poder muy fuerte, los terratenientes;
una continua subordinación de la política del estado hacia los intereses económicos
del sector monopólico; irregularidades en los comicios electorales hacia la primer
mitad del modelo, solucionado luego por la ley Saenz Peña; la utilización de la fuerza
militar para la solución de los conflictos obreros; una situación precaria de los
sectores residuales; y un alto grado de conflictividad política.
El modelo agroexportador presentó momentos (sobre todo al comienzo del mismo),
en los cuales se hallaron algunas condiciones necesarias para un proceso de
desarrollo: el sistema productivo fue tornándose eficiente mientras se aprovecharon
las ventajas comparativas de la producción primaria (el cambio tecnológico puede
asociarse al descubrimiento de una nueva fuente de recursos, es decir las tierras
anexadas por la campaña al desierto, y también de alguna manera a la apropiación
de las nuevas tecnologías generadas en Europa en lo que tiene que ver con la
llegada de los ferrocarriles y los frigoríficos); a medida que mejoraron las condiciones
económicas se fue dando respuesta a algunas necesidades de la población, como
por ejemplo el acceso a la educación en todos los niveles (aunque esta fue la
condición más precaria para denominar al proceso como un período de desarrollo);
y por último los objetivos de las clases dominantes (los terratenientes), fueron
satisfechos a lo largo de todo el período (en términos productivos el contrato
económico no se modificó en ningún momento, aún durante el tiempo en que los
sectores conservadores perdieron el control político institucional en manos de los
radicales). Por lo tanto, si bien no se puede decir que durante todo el período se
presentaron las condiciones necesarias para caracterizarlo como de desarrollo
económico, en alguna medida se encontraron en este modelo momentos en los
cuales se aprecia cierto grado de desarrollo, el cual fue interrumpido por que no
pudieron reproducirse luego las condiciones necesarias para entrar en un sendero
de desarrollo duradero en el tiempo.
Hacia la última década del modelo agroexportador los sistemas político
administrativo y normativo, comenzaron a cuestionar al sistema económico.
La subordinación positiva aludida anteriormente se tornó insostenible y si bien la
modificación del contrato económico (lo que supone el cambio de un modelo
productivo) se generó en un período de transición que se consolidó con la acción del
partido peronista en 1946, el modelo agroexportador había entrado en un proceso
de crisis que terminó instaurando (una vez superada la crisis) un nuevo modelo
productivo, el modelo sustitutivo de importaciones.
La crisis del modelo agroexportador se generó principalmente por razones
económicas. A la crisis económica internacional del año 1929 (la cual no halló
respuesta en el modelo agroexportador) se le sumó el deterioro en las condiciones
de vida de la población y desde el punto de vista político se abrió una nueva etapa
en la historia Argentina: la de los golpes de estado.
El sector dominante dentro de este modelo no adaptó su posición hacia las nuevas
situaciones, se presentó una gran crisis económica y nuestro país no supo en
términos productivos adaptarse, se imponía un cambio en la estructura productiva
que no hallaba eco entre los sectores monopólicos que son quienes lideran el
sistema productivo. Por otro lado, desde el sector estatal no se promovió el cambio
de modelo, sino que se continuó protegiendo a un sector que ya no daba respuestas
a las necesidades existentes. La lealtad de las masas al sistema político no estaba
presente, el gobierno era cuestionado y se presentaron elevados niveles de
conflictividad que llevaron a derrocar al presidente Yrigoyen.
De esa manera el sistema político era cuestionado, la situación social era crítica y el
sistema económico ya no daba las respuestas que se requerían.
El accionar del gobierno en el sentido de intentar atenuar la situación fue escaso.
Podríamos decir que se arribó a la crisis por defecto de intervención estatal, es decir
el estado no tuvo una actitud activa destinada a atemperar los defectos de
funcionamiento del sistema económico ni las demandas de la sociedad, y tampoco
pudo generar un proyecto de desarrollo alternativo ante las nuevas situaciones
imperantes.
Fuente: Desarrollo económico en los diferentes modelos productivos desde 1880
hasta 2001 en la República Argentina. Andrés Martín Civetta. 2002. Mar del Plata.
Tesis de Licenciatura en Economía.

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