Introduccion Al Derecho ACA 1.

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Corporación Unificada Nacional de Educación Superior

Introducción al derecho

Corrupción y endeudamiento, el virus de una economía social

Autor: Juan Ernesto Alape Caicedo

Chaparral – Tolima
FEBRERO
2024
INTRODUCCIÓN

El presente proyecto lleva a los lectores a conocer una investigación formativa entorno a la
corrupción la cual produce desconfianza en los partidos políticos, en los dirigentes políticos y en la
mayor parte de instituciones públicas. Conduce a mucha gente a adoptar estrategias menos
cooperativas y fomenta la deserción con el objeto de no ser explotado por personas pertenecientes
a redes corruptas. De igual forma a generado un deterioro en la economía urbana y rural en los
diferentes municipios del departamento del Tolima. Generando un alto grado de endeudamiento
de los diferentes sectores económicos, tomando como base de referencia los micro empresarios y/o
independientes, los empleados informales y los agricultores, los buscan adquirir recursos o capital
semilla para trabajar y poder suplir sus necesidades básicas, dejando a un lado las culturas de ahorro
y la capacidad de crecimiento y desarrollos económico.

Los microcréditos son un factor fundamental para el impulso de la economía, teniendo en


cuenta que disponen de un amplio número de deudores y gran alcance geográfico, al ser
una alternativa que encuentran las personas y empresas al momento de financiar algunas
necesidades como la realización de proyectos. Sin embargo, según el reporte de situación
de microcrédito en Colombia, realizado por el Banco de la República, aunque la demanda
de microcrédito está en terreno positivo, disminuyó en el último trimestre de 2022, en
comparación con el tercer trimestre, en parte por la falta de capacidad de pago de los
clientes.

Justamente, hasta finales de marzo de 2023, la tasa de usura en este tipo de crédito, según
la Superfinanciera, quedó en 58,80% efectivo anual, lo que significó un alza de 337 puntos
básicos, respecto a diciembre de 2022, una de las más altas. Este factor ha incidido en la
decisión de las personas al momento de acceder a estos créditos, pues según el reporte del
Banco de la República, cuando se les pregunta a las entidades sobre las quejas más
frecuentes de sus clientes frente a los microcréditos, señalan que la principal es que las
tasas de interés están muy altas.

En contraste, el mercado tiene entidades como Bancamía, que se enfocan solamente en


microcréditos y han obtenido resultados más favorables. Viviana Araque, presidente
ejecutiva del banco, indica que las solicitudes de crédito en el banco no se han detenido,
“por el contrario, tenemos una fuerte demanda en solicitudes de microcrédito, que nos
llevaron, en enero a crecer 27% contra el año anterior, y en febrero, 26%”. Pero no descarta
que, al ser una industria anti cíclica, tenga grandes retos por los que merece ser apoyada.
“Este tejido empresarial requiere en estos momentos mayor flujo de recursos”, completó
Araque. Aunque hay posiciones algo distintas, los bancos concuerdan en que hay que
trabajar en inclusión financiera y beneficios en los créditos para enfrentar esta coyuntura.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL.
Crear mecanismos de participación ciudadana y fomentar la formación financiera básica, en
los sectores económicos en el departamento del Tolima, para disminuir el índice de
corrupción y endeudamiento.

OBJETIVOS ESPECIFICOS.

 Utilizar mecanismos de participación ciudadana para crear conciencia democrática


y elecciones transparentes.

 Desarrollar un programa de capacitación financiera en el departamento del Tolima.

 Desarrollar un programa de sensibilización contable para el manejo de recursos de


los micros empresarios e independientes del Tolima para la formalización de sus
actividades económicas.

 Establecer capacitación asesoramiento en el manejo contable a los sectores


económicos informales del Tolima.

 Desarrollar programas de cuidado ambiental en el departamento del Tolima.

 Desarrollar programas de inclusión en el departamento del Tolima.

 Crear programas de sensibilización ciudadana en valores éticos y morales.


JUSTIFICACIÓN

La corrupción es un problema presente en todos los países del mundo. Sin embargo, la
dimensión y sofisticación que esta alcanza en regiones como Latinoamérica y
particularmente en Colombia, hacen que esta práctica social se convierta en un
impedimento para poder garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos y en
una amenaza para la democracia misma (Garay y Salcedo, 2018).

Los niveles de endeudamiento han crecido y por ende el microcrédito que es una
modalidad de préstamos orientada a financiar microempresas, hogares y personas que
tienen acceso limitado al mercado de crédito formal.
En estas condiciones resulta urgente construir las bases sobre las cuales sustentar una
nueva construcción de lo público, una nueva forma de ejercer el poder político y de
participación en la toma de decisiones sobre lo común, de las que la población es
destinataria y partícipe, donde prevalezca la defensa del interés público por encima de
los intereses particulares.

Si bien no existe una definición universalmente aceptada de corrupción, la definición


más usada tradicionalmente, para efectos de seguimiento y medición, consiste en “el
abuso de un cargo público para beneficio privado” (Holmes, 2015). Esta definición
restrictiva exige la participación de un funcionario público para que se configure un
acto de corrupción. Una definición más amplia la entiende como “el abuso del poder
para beneficio propio” (Transparencia Internacional, 2009, p. 14). Este abuso puede
ocurrir incluso mediante acciones entre entes privados y acciones del diario vivir. Para
abordar el fenómeno en su complejidad, y lograr construir las bases anteriormente
mencionadas, orientándonos al cambio cultural, es preferible abordar la definición
amplia, aunque resulte más difícil en la práctica delimitar qué es y qué no es un acto de
corrupción.

Así mismo, la corrupción se clasifica entre “corrupción a gran escala, menor y política,
según la cantidad de fondos perdidos y el sector en el que se produzca” (Transparencia
Internacional, 2009, p. 14). Para efectos educativos, y con miras a un cambio cultural,
nos interesa tratar la corrupción de manera general con un alcance muy amplio de
manera que podamos conectar desde los actos cotidianos aparentemente más simples,
que podrían considerarse pequeños actos de corrupción, hasta aquellos grandes
desfalcos que caen en la definición de corrupción a gran escala.

Este documento propone una ruta de acción gubernamental para fortalecer la ética
pública y combatir la corrupción, así mismo reducir los niveles de endeudamiento en el
departamento del Tolima y mejorar el bienestar de sus habitantes. Acciones que
necesitamos con urgencia para reestablecer la confianza entre el estado y los
ciudadanos.
ANTECEDENTES

En Colombia “la desigualdad social y la debilidad de las instituciones, junto con la


existencia de una cultura política que favorece la desconfianza en los demás y en las
instituciones públicas (Seligson y Smith, 2010), el clientelismo y el irrespeto de las
normas formales conducen en conjunto a incentivar comportamientos corruptos y de
búsqueda del beneficio privado por encima del interés general” (Isaza, 2011), los cuales
han generado consecuencias que obstaculizan el desarrollo humano y la viabilidad de
las instituciones democráticas; (i) afectación de la calidad de vida de los ciudadanos y
de las instituciones públicas, (ii) disminución de la eficacia a los esfuerzos para
redistribuir el ingreso y (iii) profundización de las diferencias de las oportunidades que
tienen las personas para acceder a servicios y para aprovechar los espacios para
organizar su vida.

Lo anterior se ha venido presentado desde comienzos del siglo XX, en casos como el
soborno de funcionarios colombianos para colaborar con la separación de Panamá del
territorio nacional en 1903, y la asignación de terrenos petroleros bajo el mandato de
Rafael Reyes a su ahijado Roberto Mares durante la primera mitad de dicho siglo, entre
otros. Sucesos que para ese entonces se consideraban hechos aislados, pero que, a lo
largo del tiempo, se han convertido en el pan de cada día. Garay (2018) llama la atención
sobre la necesidad de entender que la corrupción no solo opera a gran escala, sino de
manera sistémica, como parte de “un círculo vicioso entre corrupción, desarreglo y
disfuncionalidad institucional, y profundización y diversificación criminal, que en el
caso de Colombia parece haberse profundizado desde hace casi cuatro décadas sobre
todo debido a la acción del narcotráfico como dinamizador de ese proceso perverso”.
(p. 6). Todo lo cual actúa coordinadamente para permitir la prevalencia de “intereses
poderosos excluyentes y en detrimento de intereses colectivos perdurables” (p. 6).

La corrupción sistémica se manifiesta en “procesos avanzados de captura y cooptación


institucional” que suponen la participación de diversos tipos de agentes legales e
ilegales, con una rigurosa coordinación de intereses, y una eficaz estructuración
operacional para obtener beneficios perdurables, no solo económicos, sino sociales y
políticos. Este tipo de acciones coordinadas no quedan cubiertas por las definiciones
tradicionales de corrupción que se limitan a reconocer las acciones individuales de
soborno para el logro de “beneficios económicos resultantes de un trato favorable e
injustificado a su favor a través de la función pública” (Garay, 2018, p. 8).

La corrupción, la falta de ética pública y la debilidad de las instituciones democráticas


se alimentan mutuamente: “corrupción, captura del estado y cooptación institucional
se reproducen ante la precariedad de lo público, la fragilidad de la eticidad colectiva
alrededor de lo público, la presencia de un régimen de mercado imperfecto,
segmentado y distorsionado por rasgos patrimonialistas a favor de intereses egoístas
poderosos, y una democracia no suficientemente desarrollada con graves y profundos
problemas de inclusión social (Garay, 2018, p. 15).
En este contexto, actualmente, en la dinámica impredecible de la pandemia COVID 19,
la situación de corrupción en Colombia es peor; “La pandemia, junto a sociedades con
debilitamiento democrático, crean la tormenta perfecta para la corrupción. En tiempo
de emergencia, los riesgos

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