Derecho Procesal Constitucional
Derecho Procesal Constitucional
Derecho Procesal Constitucional
Definición:
El Derecho Procesal Constitucional es aquella rama del derecho público que establece las normas procesales orgánicas y funcionales necesarias para dar eficacia real
a la normativa constitucional, cuando surja un conflicto entre un acto de la autoridad o de un particular y sus disposiciones.
- Es el juez quien resulta el protagonista del proceso, dirigiéndolo en su totalidad y en consecuencia dejando relegadas a las partes como meros espectadores.
Evidentemente, ninguno de los extremos es bueno, ni un proceso completamente dirigido por el juez o viceversa, en ese sentido, hoy en día los roles se comparten,
así mantenemos el principio de dirección del juez y el principio dispositivo a cargo de las partes.
- El conjunto de actos que corresponde cumplir para colocar al proceso en cada una de las etapas que lo integran, resolver las diversas situaciones que en ellas se
susciten, reexaminar actos defectuosos o injustos, comunicar a las partes o a los terceros las resoluciones que se dicten, formar materialmente el expediente, dejar
constancia escrita de actos verbales, expedir certificados o testimonios y asegurar la eficacia practica de la sentencia definitiva.
- El principio de gratuidad en la actuación del demandante significa que no debe resultar oneroso ninguna actuación procesal para el que se dice agraviado en su
derecho constitucional o para el que se dice perjudicado por una norma inconstitucional, ilegal o simplemente por la renuencia de un funcionario a acatar una
norma o cumplir con un acto administrativo firme. No es el Código Procesal Constitucional, la primera o única norma que recoge este principio. Se encuentra
igualmente recogido en el Código Procesal Civil (artículo VIII Cpc), y en la norma constitucional al momento en que se dispone que es un principio de la
administración de justicia.
- La principal consecuencia de este principio es el no pago de las tasas para acceder al aparato judicial, es decir, de las costas que se puedan establecer por las
disposiciones administrativas del Poder Judicial.
3- Principio de economía procesal
- El principio de economía procesal no sólo apunta a economizar los costos que pueda suponer el proceso, sino también a hacer del proceso un
trámite sumario: “El principio de economía procesal, como es conocido, intenta enfrentar no sólo el tema de los costos, sino también de la
duración y de la cantidad de actos que deben realizarse en un proceso”. Y es que muy vinculado a este principio de economía se encuentra el
principio de celeridad procesal, tan vinculados están que el Supremo intérprete de la Constitución suele nombrarlos de manera conjunta.
- El principio de inmediación, que se recoge igualmente en el artículo V Cpc, tiene por finalidad “que el juez quien en definitiva va a resolver el conflicto de
intereses o la incertidumbre con relevancia jurídica tenga el mayor contacto posible con todos los elementos subjetivos (intervinientes) y objetivos (documentos,
lugares, etc.) que conforman el proceso, más exactamente que configuran el contexto real del conflicto de intereses o incertidumbre subyacente en el proceso
judicial”.
- Este principio dispone que el juez, antes de resolver la controversia, tenga el mayor contacto posible con las partes y con los diversos elementos que le permitirán
resolverla, de modo tal que las actuaciones que se realicen en el marco de los procesos constitucionales permitan un acercamiento entre el juez y la realidad de las
partes.
- El principio de inmediación, por otro lado, no exige que uno sólo sea el juez que conozca y dirija un proceso, pues pueden haber sido más de uno sin que ello
desacredite este principio. Ha dicho el Tribunal Constitucional que “de acuerdo a lo señalado a propósito del principio de inmediación, el cual garantiza que el
juez encargado de sentenciar tenga contacto directo con todas las pruebas, no resulta afectado cuando más de un juez en la etapa de instrucción conoce del proceso”.
- El principio de socialización procesal, recogido también en el artículo VI Cpc, exige del juez la capacidad de saber intervenir a fin de que las desigualdades
materiales que siempre acompañan a los litigantes, no entorpezcan la labor de llegar a una solución justa. Como bien se ha dicho, este principio “no solo conduce
al juez director del proceso por el sendero que hace más asequible la oportunidad de expedir una decisión justa, sino que lo faculta para impedir que la desigualdad
en que las partes concurren al proceso sea un factor determinante para que los actos procesales o la decisión final tengan una orientación que repugne al valor
justicia”.
- Este principio está conectado con el principio-derecho de igualdad, en el sentido en que el juez constitucional, en el marco de los procesos constitucionales, no
debe dejar que las diferencias materiales de las partes se trasladen al interior del proceso. De este modo se hace efectiva la igualdad de armas, a fin de que las
diferencias económicas y de poder entre el demandante y el demandado (habitualmente el Estado y los poderes privados) no determinen el sentido de la decisión
judicial. De ahí que este principio «exige que se diseñen los mecanismos procesales idóneos para hacer realidad la igualdad (procesal) de las partes del proceso;
en esa línea, por ejemplo, serían viables la introducción de figuras como el partícipe, el amicus curiae, el litisconsorte, etc.
- Se suele definir el impulso procesal como aquel “fenómeno por virtud del cual se asegura la continuidad de los actos procesales y su dirección hacia el fallo
definitivo”. Mientras que el principio de oficiosidad en el impulso se define como “la facultad que se concede al juez para conducir y hacer avanzar autónomamente
el proceso sin necesidad de intervención de las partes a fin de lograr la consecución de sus fines”. Según esta definición, se entiende perfectamente que vaya muy
vinculado al principio de dirección judicial del proceso, arriba comentado. De hecho, en el Código procesal civil se les recoge en la misma norma del Título
preliminar.
7- El principio “PRO ACTIONE”
- Este principio consiste “en la facultad que tiene el juez de decidir a favor de la admisión de la demanda o de la continuación del proceso, en
aquellos casos en los que tenga una duda razonable respecto de si se está ante un caso de improcedencia de la demanda o de conclusión del
proceso”. Es necesario así lo exige la efectiva protección de los derechos constitucionales y la efectiva vigencia de la norma constitucional que
exista la certeza de que el proceso constitucional no va más para recién poder declarar su conclusión. La menor sospecha de que debe continuar,
obliga al juzgador a proseguir el proceso.
- Este principio significa “la necesaria libertad con la que debe contar el sentenciante para subsumir los hechos alegados y probados por las partes, dentro de las
previsiones normativas que rijan el caso. Libertad que subsiste aún en la hipótesis de que los litigantes hubieran invocado la aplicabilidad de otras disposiciones”.
- Garantiza la dimensión objetiva del proceso constitucional, en cuanto faculta al juez, en virtud a su rol director, a aplicar el derecho constitucional que corresponda
al proceso, de modo tal que puede corregir el error o la omisión del demandante al formular su demanda.
TIPOS DE CONTROLES
CONTROL DIFUSO
- El control difuso trata de una atribución reconocida a favor de los tribunales de justicia en las que deben analizar la compatibilidad de una norma legal con
la Constitución. Dicho análisis puede llevarse tanto de manera formal (procedimientos o estándares para la aprobación de la norma) como material (se
examina si la norma ha respetado el conjunto de principios o derechos del sistema). De existir una contradicción, el juez está facultado de inaplicar la
norma con rango de ley al existir una contradicción con la Constitución para un caso determinado, ello significa que la norma no es expulsada del
ordenamiento, sino solo está siendo inaplicada.
- Ejercido por todos los jueces del PJ, cuyas decisiones tienen efectos particulares al caso en el que se ejerce el control de constitucionalidad, siento que la
ley en cuestión solo se inaplica al caso concreto, quedando vigente y, por ende, aplicable para otros casos. Es el modelo que surgió en 1803 en Estados
Unidos y que se ha replicado en países de la región como Argentina y México.
- En la STC Expediente Nº1680-2005-PA/TC, el Tribunal Constitucional (TC) precisó que el control judicial de constitucionalidad de las leyes es una
competencia reconocida a todos los órganos jurisdiccionales para declarar la inaplicabilidad constitucional de la ley, con efectos particulares, en todos
aquellos casos en los que la ley aplicable para resolver una controversia resulta manifiestamente incompatible con la Constitución (control difuso).
Requisitos
a. Que, en el proceso constitucional, el objeto de impugnación sea un acto que constituya la aplicación de una norma considerada inconstitucional.
b. Que la norma a inaplicarse tenga una relación directa, principal e indisoluble con la resolución del caso, es decir, que ella sea relevante en la resolución de
la controversia.
c. Que la norma a inaplicarse resulte evidentemente incompatible con la Constitución, aun luego de haberse interpretado de conformidad con la Constitución.
CONTROL CONCENTRADO
- En nuestro ordenamiento, el control de constitucionalidad integra como parte de su parámetro a las disposiciones de los instrumentos
de derechos humanos. Por ello se ejerce el control de convencionalidad cuando se aplica al primero. Ello se desprende de lo establecido
en la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución y el artículo V del Título Preliminar del CPConst. Estas disposiciones
establecen que las normas constitucionales que reconocen derechos y libertades se interpretan de conformidad con los tratados de
derechos humanos ratificados por el Perú y que, además, se debe tener en cuenta la jurisprudencia de los órganos de control de esos
tratados, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
- Entonces, nuestro sistema de control de constitucionalidad al ser integral, comprende también el control de convencionalidad que lo ejercen el TC y los jueces
del PJ cuando aplican las disposiciones de la Convención Americana de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales de derechos humanos.
- El hábeas corpus tiene un doble carácter; por un lado, es un derecho fundamental subjetivo porque garantiza que no se afecte arbitrariamente la libertad
personal, y; por otro lado, es un derecho fundamental objetivo en tanto es una garantía procesal de la libertad, fundamento axiológico de nuestro Estado
democrático constitucional, que es requisito para el goce y ejercicio de los derechos.
- Son características esenciales del hábeas corpus la sencillez y celeridad de su procedimiento y el principio de informalismo. La tutela de la libertad
individual determina que el hábeas corpus tenga un procedimiento sencillo (pocas etapas) y rápido (plazos cortos), de modo tal que el juez constitucional
pueda resolver en un tiempo perentorio sobre la legitimidad de la privación de la libertad del afectado.
Objeto de protección:
- El artículo 200 inciso 1 de la Constitución establece que el hábeas corpus protege la libertad individual y los derechos conexos. El derecho de libertad
individual garantiza a toda persona a no ser privada arbitrariamente de ella, ya que, según lo establecido en la Constitución, solo se puede ser detenido por
mandato motivado del juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito por no más de 48 horas o el término de la distancia (artículo 2
inciso 24 literal f de la Constitución).
- El artículo 25 del CPConst. también establece un amplio catálogo de derechos protegidos por el hábeas corpus, entre los que se encuentran la integridad
personal y el derecho a no ser sometido a torturas ni tratos inhumanos ni humillantes, ni violentado para obtener declaraciones (numeral 1); derecho a
no ser compelido a declarar o reconocer culpabilidad (numeral 2); derecho a no ser exiliado o desterrado (numeral 3); derecho a no ser expatriado o
separado del lugar de residencia (numeral 4), entre otros.
TIPOS DE HABEAS CORPUS
c) una decisión de un particular sobre el internamiento de un tercero en un centro psiquiátrico sin el previo proceso formal de interdicción civil;
d) una negligencia penitenciaria cuando un condenado continúe en reclusión pese a haberse cumplido la pena;
Ejemplo:
El interno del Establecimiento Penitenciario de Chachapoyas interpone demanda de hábeas corpus en contra de los jueces de la Segunda Sala Mixta
Descentralizada de Tarapoto para que se disponga su inmediata libertad por cumplimiento de pena privativa de la libertad.
b) los seguimientos perturbatorios carentes de fundamento legal y/o provenientes de órdenes dictadas por autoridades incompetentes;
Este pedido se debe a que al favorecido se le diagnosticó la enfermedad de pseudoartrosis infectada en el fémur izquierdo. Dado que existen informes médicos
que señalan la urgencia de la intervención quirúrgica de alto riesgo, se solicitó el traslado del beneficiario al Establecimiento Penal de Ancón para que reciba
la atención médica adecuada. No obstante, a la fecha el ente emplazado no ha dado respuesta a su solicitud, lo que afecta los derechos a la dignidad y a la
integridad física del favorecido.
En la demanda se solicita que se informe y ubique el paradero del favorecido, quien fue privado de su libertad por el policía y los serenos emplazados y que
a la fecha tiene la condición de detenido-desaparecido. La primera semana de junio de 2013, el favorecido fue intervenido por serenos de la Municipalidad
de Miraflores en el lugar conocido como la Bajada de Armendáriz, lugar a donde llegaron el efectivo policial y los serenos emplazados, quienes lo esposaron,
subieron al vehículo de serenazgo 1872, y a partir de dicha fecha tiene la condición de detenido-desaparecido.
Posteriormente, si bien se advierte que el mandato de detención impuesto al demandante fue variado por el de comparecencia, habiendo cesado así la
vulneración que se alega en la demanda, resulta necesario no solo proceder al reconocimiento del derecho fundamental invocado, sino reconocer también que
el agravio cometido contra el demandante implicó un grave atentado contra sus derechos constitucionales a la dignidad, al honor y a la presunción de inocencia,
por parte de las autoridades que participaron en detención.
Este protege los otros derechos reconocidos en el artículo 2 de la Constitución, entre los que se encuentran: el derecho a la vida, el derecho al libre desarrollo de la
personalidad, a la libertad de conciencia y religión, el derecho a la igualdad y no discriminación, las libertades de expresión e información, la libertad de
contratación, la libertad de trabajo, el derecho de propiedad y herencia, identidad, medio ambiente, el trabajo, la salud, la educación y la seguridad social, así como
la libertad de empresa, etc. Además, el artículo 37 del CPConst. enunciativamente complementa y precisa este listado de los derechos protegidos por el proceso de
amparo. Entonces, mediante el proceso de amparo se protegen los derechos fundamentales reconocidos por el bloque de constitucionalidad. Este bloque alude a una
suma de normas que, a pesar de no tener rango constitucional desde una perspectiva formal, materialmente son normas de contenido constitucional.
De acuerdo al CPConst., antes de interponer la demanda de amparo es necesario agotar las vías previas administrativas que puedan existir. Estas
deben estar reguladas por la ley y ceñirse al respeto, no solo de la ley sino del debido proceso (artículo 45). No obstante, el mismo CPConst. ha previsto
causales de exoneración a dicha obligación.
Al respecto, no es necesario agotar las vías previas cuando:
a) una resolución que no es la última en la vía administrativa se ejecuta antes de que se venza el plazo para que quede consentida;
b) el agotamiento de la vía previa determina que la lesión al derecho se convierta en irreparable;
c) la vía previa no ha sido regulada o se ha iniciado de manera innecesaria por el afectado; y
d) no se resuelve la vía previa en los plazos fijados para su resolución (artículo 46). Por estas razones, bien se haya agotado la vía previa o si cabe
invocar alguna causal de exoneración, procede interponer la demanda de amparo, dentro del plazo establecido en el mismo CPConst.
Consideraciones:
- La demanda puede ser interpuesta por el propio afectado o por su representante (legitimación activa).
- Si se trata de la defensa del derecho al medio ambiente u otros derechos difusos, lo puede hacer cualquier persona o entidades sin fines de lucro cuyo
objeto sea la defensa de esos derechos (artículos 39 y 40).
- Incluso cualquier persona puede interponer la demanda en nombre de quien se encuentre imposibilitado de hacerlo, aun cuando no cuente con
representación expresa, a condición de que cuando el afectado pueda hacerlo ratifique la demanda y las actuaciones procesales efectuadas por el procurador
oficioso (artículo 41).
- El competente es el juez constitucional, civil o mixto del lugar donde se afectó el derecho o donde tiene su domicilio el afectado, a elección del demandante.
Tratándose del amparo contra resoluciones judiciales, la demanda se interpone como primera instancia ante la Sala Civil respectiva (artículo 51).
- Admitida a trámite la demanda, el juez correrá traslado al demandado con un plazo de cinco días para que la conteste. Luego de admitida la demanda
a trámite, el demandante puede solicitar medidas cautelares o de suspensión del acto lesivo, para lo cual deberá acreditar apariencia de
derecho, peligro en la demora y que el pedido cautelar sea adecuado o razonable para garantizar la eficacia de la pretensión, es decir, la
protección del derecho fundamental amenazado o vulnerado (artículo 15).
- Resuelta la demanda en última instancia, si es declarada fundada retorna al juzgado de primera instancia que admitió la demanda, a
fin de que se decrete la ejecución de lo ordenado en la sentencia (artículo 59). Si luego de ejecutada la sentencia sobreviniera un acto
sustancialmente homogéneo al declarado lesivo, podrá ser denunciado ante el juez de ejecución a fin de que se declare la homogeneidad y
se amplíe la protección del amparo, incorporando y ordenando la represión del acto lesivo sobreviniente (artículo 60 del mismo CPConst.).
Objeto de control: los actos lesivos en el amparo
En el amparo, el juez ejerce un control sobre una amplia gama de actos que pueden ser calificados como actos lesivos, es decir, acciones u omisiones que vulneran o
amenazan con lesionar los derechos fundamentales. Los actos lesivos pueden ser actos de los poderes públicos y de los agentes privados.
Si bien el artículo 200 inciso 2 de la Constitución establece que no procede el amparo contra normas legales, la jurisprudencia del TC admite la procedencia
del amparo contra normas. Para ello, se introdujo la diferencia entre normas autoaplicativas y normas hetero-aplicativas. Las primeras se aplican de forma directa
a una situación concreta, por ejemplo, una ley de expropiación a un particular o los decretos leyes que cesaron a jueces y fiscales luego del autogolpe de Estado del
5 de abril de 1992. En cambio, las normas hetero aplicativas para desplegar sus efectos requieren de actos adicionales de ejecución, tales como la emisión de un
reglamento o actos administrativos de ejecución.
Esta posición del TC ha sido recogida en el CPConst, cuyo artículo 3 establece:
Cuando se invoque la amenaza o violación de actos que tienen como sustento la aplicación de una norma autoaplicativa incompatible
con la Constitución, la sentencia que declare fundada la demanda dispondrá, además, la inaplicabilidad de la citada norma. Son normas
autoaplicativas, aquellas cuya aplicabilidad, una vez que han entrado en vigencia, resulta inmediata e incondicionada […].
- El artículo 200 inciso 2 de la Constitución establece que no procede el amparo contra resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular.
Esta última expresión ha sido objeto de un amplio desarrollo jurisprudencial, entendiéndose, en un primer momento, a partir de una interpretación en sentido
contrario, que el amparo procedería contra una resolución judicial que emane de un procedimiento irregular.
- Finalmente, se ha comprendido también que un proceso irregular no solo significa que no se hayan respetado los derechos procesales de las partes, sino
también sus derechos sustantivos (Exp. 03179-2004-PA/TC, fundamentos 18 a 21). Un supuesto excepcional dentro de esta categoría es el denominado
amparo contra amparo. El artículo 5.6 del CPConst. establece que no proceden los procesos constitucionales contra las resoluciones recaídas en otro
proceso constitucional, es decir, que prohíben el amparo contra el amparo. No obstante, la jurisprudencia del TC ha establecido que el amparo contra el
amparo tiene sustento constitucional directo en el artículo 200 inciso 2 de la Constitución, porque un proceso constitucional también puede ser irregular. Por
el amparo resultaría procedente para remediar las lesiones que un primer proceso de amparo produzca en los derechos fundamentales de las partes.
La Constitución en sus artículos 142 y 181 establece una especie de inmunidad para las decisiones del JNE porque no cabía un control
judicial sobre sus resoluciones en materia electoral. No obstante, la jurisprudencia del TC ha señalado que vía amparo es posible revisar
las decisiones del ente electoral cuando lesionan derechos fundamentales. Entonces, en principio no cabe el control de las decisiones del ente
electoral do estas respetan los derechos constitucionales.
4. El amparo contra resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de destitución y ratificación de jueces y fiscales
Según el artículo 142 de la Constitución no son revisables en sede judicial las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de
evaluación y ratificación de jueces, en tanto que el artículo 5.7 del CPConst. contiene una disposición similar como causal de improcedencia del amparo. No
obstante, estas disposiciones, el TC ha entendido que es posible efectuar un control de las decisiones del Consejo en las materias aludidas en la medida en que
los jueces y fiscales no pierden sus derechos fundamentales en dichos procedimientos, sometiéndose el mismo CNM a los principios que se derivan del debido
proceso.
HABEAS DATA
- El proceso de hábeas data es aquel proceso constitucional que tiene por finalidad tutelar dos derechos específicos:
a) el derecho de acceso a la información pública y
b) el derecho a la autodeterminación informativa.
- Este proceso es de carácter sumario y forma parte de la tutela de urgencia, en la medida en que la protección de estos derechos, especialmente el de
autodeterminación informativa, puede revestir en el caso concreto riesgos de que la amenaza o lesión al derecho devengan en irreparables. Al respecto, puede
darse el caso que un tercero pretenda acceder a información de carácter personal del afectado, como registros de estudios, historias médicas, entre otros;
por ende, el hábeas data se instaura como un proceso urgente para cautelar que esos datos personales no sean conocidos por el tercero sin legítimo interés, de
acuerdo a la Constitución y la ley.
Objeto de protección:
- El proceso de hábeas data surgió como una respuesta frente al avance de la informática y almacenamiento de grandes cantidades de información de las personas,
tanto por parte del Estado, como por ejemplo los registros de identidad o de la administración tributaria, como de los privados, en el caso de los registros de
las transacciones que se realizan en el sistema bancario y financiero, por ejemplo.
- En esa medida se busca proteger el derecho a la autodeterminación informativa, que está reconocido en el inciso 6 del artículo 2 de la Constitución, según el
cual
«Toda persona tiene derecho […] a que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no suministren informaciones
que afecten la intimidad personal y familiar».
- De otro lado, el hábeas data también protege el derecho al acceso a la información pública que tiene todo ciudadano a acceder a la
información que obra en poder de las entidades del Estado. Este derecho se encuentra reconocido en el inciso 5 del artículo 2 de la
Constitución, según el cual:
«Toda persona tiene derecho: […] a solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier
entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afectan la
intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional».
Objeto de control: los actos lesivos en el hábeas data
- Los actos lesivos que se controlan en el hábeas data son, por un lado, la denegatoria o el silencio que se asimila a la denegatoria de alguna entidad pública
de entregar información de carácter público que haya sido solicitada por cualquier persona, natural o jurídica. Esta no tiene necesidad de motivar su pedido,
es decir no tiene que justificar o explicar por qué o para qué solicita la información.
- El concepto de «información pública» es un concepto jurídico indeterminado que deberá ser precisado en cada caso concreto por el juez constitucional.
En dicho sentido, se ha considerado dentro de dicho concepto, por ejemplo, la información en escrituras públicas que obra en poder de los notarios (sentencia
del Exp. 06227-2013-PHD/TC), información respecto de exámenes de admisión y reclamos por la calidad académica de universidades privadas.
- Asimismo, se controla la acción u omisión vinculada al acopio, gestión, administración y manipulación de la información personal por parte de bancos
o gestores de datos públicos o privados. En dicho sentido, se ha planteado el hábeas data para acceder a la información previsional del afiliado a una AFP
que no entregó toda la información requerida.
La doctrina, en función a la lesión a uno de los derechos protegidos, ha establecido una tipología del hábeas data. En dicho sentido, se entiende
como hábeas data propio el que tiene por finalidad controlar actos que lesionan el derecho de autodeterminación informativa, y se considera
como hábeas data impropio el que tiene por objeto proteger a la persona frente a la acción del Estado que deniega el acceso a la información
pública.
Antes de iniciar el proceso, el afectado debe requerir a la autoridad pública acción con un documento de fecha cierta, en el del derecho de acceso a la
información pública. Luego de diez días de presentado el documento con respuesta negativa, con entrega parcial de la información o sin respuesta alguna, el
afectado tiene expedito su derecho para acudir al proceso de hábeas data.
- Si se trata de la protección del derecho a la autodeterminación informativa se sigue un procedimiento similar, ya que el afectado debe requerir a la autoridad pública
o persona (natural o jurídica) para que cese en la afectación del derecho. El requerido tiene un plazo de dos días para atender el pedido del afectado. Luego de no
obtener respuesta o acción concreta del requerido, el afectado puede acudir a la autoridad judicial.
- De manera excepcional se puede prescindir del requisito del requerimiento previo cuando su agotamiento genere perjuicios irreparables al afectado, quien deberá acreditar
ante el juez dicha circunstancia. No exige el agotamiento de la vía administrativa que pudiera existir (artículo 62 del CPConst.).
- Luego, a petición del demandante con la demanda, un escrito posterior o de oficio, el juez está autorizado para requerir al demandado la información
concerniente al demandante, así como solicitar informes sobre el soporte técnico de datos, documentación de base relativa a la recolección y cualquier
otro aspecto que resulte conducente a la resolución de la causa que estime conveniente. Esta ejecución anticipada debe ser atendida en el plazo de
tres días de notificada la resolución que lo dispone (artículo 63 del CPConst.).
PROCESO DE CUMPLIMIENTO
- El proceso de cumplimiento es un proceso constitucional que tiene por objeto inmediato que los jueces ordenen a las autoridades y
funcionarios públicos que cumplan con los mandatos que se derivan de una norma de rango legal o reglamentario y de los actos
administrativos de carácter general o particular, y se pronuncien expresamente cuando las normas legales les ordenan emitir una resolución
administrativa o dictar un reglamento.
- Como objeto mediato, el proceso de cumplimiento tiene por finalidad proteger el derecho fundamental a asegurar y exigir la eficacia
de las normas legales y actos administrativos, frente a los actos omisivos de los funcionarios y autoridades públicas. Este derecho deriva de la
interpretación conjunta de los artículos 3 (cláusula de derechos no enumerados), 43 (cláusula del Estado social y democrático de derecho) y 45 (origen y
límites del ejercicio del poder) de la Constitución.
❖ Objeto de protección:
El proceso de cumplimiento tutela un derecho fundamental específico: asegurar la eficacia y exigir el cumplimiento de
las normas jurídicas y actos administrativos emitidos, así como que se dicten los reglamentos y resoluciones
administrativas faltantes que manda la ley. Al respecto, en la práctica del Tribunal Constitucional ha sido recurrente su
empleo para exigir que en cumplimiento de normas legales y reglamentarias se otorguen pensiones de jubilación o reajustes
de pensiones (sentencia del Exp. 00168-2005-PC/TC), así como actos administrativos que reconocían ciertos beneficios
que sin embargo no se ejecutaban, como los subsidios por luto y sepelio.
Este proceso constitucional también ha sido un mecanismo de protección indirecta de otros
derechos fundamentales, en la medida en que el Estado muchas veces implementa políticas públicas
para proteger derechos sociales mediante leyes y actos administrativos, pero estas no se cumplen en la
práctica o carecen de una implementación administrativa realmente eficaz. Por ello, se ha empleado
el proceso de cumplimiento para obligar a los funcionarios y servidores públicos a cumplir con
las leyes y resoluciones administrativas que tienen por finalidad proteger los derechos fundamentales
sociales.
❖ Objeto de control
- Si el derecho protegido por el proceso de cumplimiento es asegurar y exigir la eficacia de las normas y de los actos administrativos, el acto que lo lesiona
está constituido por la renuencia u omisión del funcionario o autoridad para dar cumplimiento a los mandatos que se derivan de las normas legales y
reglamentarias, así como de actos administrativos.
- Esta renuencia bien puede expresarse a través de un acto administrativo expreso, donde el funcionario o autoridad manifiesta que no dará cumplimiento a lo
peticionado por el interesado, o a través de la omisión de pronunciamiento mediante el silencio administrativo, es decir, no pronunciándose dentro del plazo
de diez días posteriores a la presentación de la solicitud.
Procedimiento
- Antes de iniciar un proceso de cumplimiento, el interesado debe requerir al funcionario o autoridad pública renuente el cumplimiento de la
norma legal o del acto administrativo mediante una solicitud simple de fecha cierta. El cargo de este documento servirá como medio de
prueba de haber cumplido con el requerimiento previo.
- Según lo establecido en el artículo 67 del CPConst., si se pretende el cumplimiento de una norma legal o de un reglamento, cualquier
persona puede presentar el requerimiento previo.
- Luego de diez días de presentada la solicitud, si no es atendida o existe una respuesta del funcionario o autoridad pública en la que
expresamente se niega a cumplir, el interesado o afectado tiene expedito el derecho para acudir al juez constitucional para interponer la
demanda de proceso de cumplimiento. De acuerdo a lo establecido en el artículo 69 del CPConst., no es necesario agotar ningún recurso o procedimiento
administrativo adicional.
• El Presidente de la República.
• El fiscal de la Nación.
• El defensor del Pueblo.
• El 25 por ciento del número legal de congresistas.
• 5,000 ciudadanos con firmas comprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones.
• Los presidentes de región con acuerdo del Consejo de Coordinación Regional o los alcaldes provinciales.
• Los colegios profesionales en materias de su especialidad.
Según el artículo 107 del Código Procesal Constitucional, el auto admisorio concede a la parte demandada el plazo de quince días para contestar
la demanda. El Tribunal emplaza con la demanda:
1) Al Congreso o a la Comisión Permanente, en caso de que el Congreso no se encuentre en funciones, si se trata de Leyes y Reglamentos del
Congreso;
2) Al Poder Ejecutivo, si la norma impugnada es un Decreto Legislativo o Decreto de Urgencia.
3) Al Congreso, o a la Comisión Permanente y al Poder Ejecutivo, si se trata de Tratados Internacionales.
4) A los órganos correspondientes si la norma impugnada es de carácter regional o municipal.
Con su contestación, o vencido el plazo sin que ella ocurra, el Tribunal tendrá por contestada la demanda o declarará la rebeldía del emplazado,
respectivamente. En la misma resolución el Tribunal señala fecha para la vista de la causa dentro de los diez días útiles siguientes. Las partes pueden
solicitar que sus abogados informen oralmente.
¿Cuál es el plazo para dictar sentencia?
El artículo 108 del Código Procesal Constitucional, establece que el Tribunal Constitucional dictará sentencia dentro de los 30 días posteriores de producida la
vista de la causa.
¡IMPORTANTE!
En el proceso de inconstitucionalidad no se admiten medidas cautelares.
El TC dicta sentencia dentro de los treinta días posteriores de producida la vista de la causa. Para declarar la inconstitucionalidad de
una norma se requerirá el voto conforme de cinco magistrados, de no alcanzar dicha votación, la demanda será declarada infundada.
La sentencia es inimpugnable. Sin embargo, el tribunal, de oficio o a pedido de parte, puede dictar resolución, aclarando algún
concepto o subsanando cualquier error material u omisión en que hubiere incurrido. Esta resolución se expide sin más trámite
y al segundo día de formulado el pedido de aclaración.
Las sentencias finales y sus resoluciones aclaratorias recaídas en el proceso de inconstitucionalidad, serán enviadas, dentro de las
cuarenta y ocho horas siguientes a la fecha de su expedición, al diario oficial EI peruano para su publicación gratuita dentro de
los tres días siguientes al de su recepción.
Las sentencias que se refieren a normas regionales u ordenanzas municipales se publican, además, en el diario en que se publican los
avisos judiciales de la respectiva jurisdicción y en carteles de lugares públicos. La publicación debe contener la sentencia y las
piezas del expediente que sean necesarias para comprender el derecho invocado y las razones que el Tribunal Constitucional
tuvo para conceder o denegar la pretensión.
Los principales efectos de la sentencia de inconstitucionalidad son: vincula a todos los poderes públicos y son inimpugnables;
deja sin efecto la norma impugnada desde el día siguiente de su publicación; no tiene efectos retroactivos salvo en materia penal o
tributaria; la declaración de inconstitucionalidad no permite revivir procesos fenecidos en los que se haya hecho aplicación de las
normas inconstitucionales; también declara la inconstitucionalidad de aquella norma que por conexión o consecuencia resulte
vinculada a la norma cuestionada, aunque ello no forme parte del petitorio constitucional; y, la declaración de inconstitucionalidad
de una norma no implica que las disposiciones legales que ella hubiera derogado recobren vigencia.