Subsidio Conmemorativo Al Día de La Mujer 2024
Subsidio Conmemorativo Al Día de La Mujer 2024
Subsidio Conmemorativo Al Día de La Mujer 2024
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................................. 2
GUIA PARA ELABORAR UN CONVERSATORIO ............................................................................................. 3
CONVERSATORIO: ............................................................................................................................................. 5
“Voces Inspiradoras: Dignificando el Papel de la Mujer en la Iglesia y la Sociedad” .................. 5
FRASES ALUSIVAS AL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER ......................................................................... 6
CONVERSACIÓN ESPIRITUAL POR EL DÍA DE LA MUJER ............................................................................ 8
HORA SANTA..................................................................................................................................................... 13
INTRODUCCIÓN
"La mujer tiene una especial sensibilidad por las 'cosas de Dios', especialmente para
ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene para
nosotros".
Papa Francisco
GUIA PARA ELABORAR UN CONVERSATORIO
¿Qué es un conversatorio?
Un conversatorio es un momento en el que un grupo de personas se reúne para discutir
y conversar sobre un tema específico. A diferencia de un debate, donde hay
posiciones enfrentadas, en un conversatorio se busca más bien el intercambio de
ideas, la reflexión y la construcción colectiva de conocimiento. Los conversatorios
pueden tener diferentes formatos, como mesas redondas, paneles de discusión o
entrevistas públicas, y pueden abordar una amplia variedad de temas.
Con estos pasos, estás listo para organizar un conversatorio en tu parroquia, decanato,
diócesis o provincia. ¡Anímate a ser promotor del diálogo en la sociedad y contribuir
a la construcción de un mundo más justo y fraterno!
CONVERSATORIO:
- Si pudieras cambiar una sola cosa para dignificar el papel de la mujer en la sociedad,
¿qué cambiarías y por qué?
- ¿Cuál crees que es el mayor obstáculo para la dignificación del papel de la mujer
en la sociedad actualmente?
- Según tu opinión: Como Iglesia ¿Qué podemos hacer para dignificar lo que las
mujeres hacen en nuestra iglesia y sociedad?
- ¿Crees que la dignificación del papel de la mujer en la sociedad debe partir de
cambios individuales o estructurales?
- ¿Qué consejo le darías a una joven que está luchando por ver su valor y dignidad en
un mundo que a menudo la subestima?
¿Estás buscando inspiración para publicar una frase conmemorativa del Día de la
Mujer, pero no se te ocurre ninguna? ¡Aquí te presentamos algunas frases y citas
bíblicas que resaltan la importancia de la mujer en la sociedad y en la iglesia!
¡Celebremos juntos su invaluable papel en nuestras vidas!
“Una mujer de carácter… es mucho más preciosa que una perla” (Proverbios 31,10)
“Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor” (Lucas 1,45)
“La mujer tiene una especial sensibilidad por las ‘cosas de Dios’, en especial para
ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene para
nosotros”. (Papa Francisco)
“Me gusta pensar que Dios creó a la mujer para que todos nosotros tuviéramos una
madre”. (Papa Francisco)
“Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de
tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena
verdad de las relaciones humanas”. (Juan Pablo II)
“El amor de la mujer es una imagen del amor de Dios” (Mensaje de la Madre Teresa
a la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer. Pekín, 4 de septiembre de 1995)
“En contraste con este cuadro presentado por la media de las mujeres de hoy, se
encuentran en todo estado, sea en la vida familiar, sea en la profesional, sea en lo
oculto del claustro, verdaderas heroínas que saben desarrollar un trabajo prodigioso”
(PEZZELLA ANNA MARIA, L´antropologia filosofica di Edith Stein, indagine
fenomenologica della persona umana, Città Nuova Editrice, Roma 2003)
1. Preparación: Antes de acudir a la reunión del grupo, los participantes llevan a cabo
un tiempo de oración y reflexión personal sobre el tema en cuestión. Se proporciona
información de fondo, algunos puntos y preguntas para la oración. Al final, hacen un
balance de sus frutos y deciden qué van a compartir con el grupo.
2. Reunión: Lo ideal es que cada grupo esté formado por unas 6-8 personas. Se
nombra un facilitador para la reunión del grupo y éste da la bienvenida a todos los
participantes. Se dice una oración de apertura y cada persona puede compartir una
o dos palabras que describan su estado interior en ese momento. El facilitador
también puede recapitular brevemente la secuencia de pasos como se indica a
continuación. Por lo general, también se solicitan voluntarios para tomar notas y
controlar el tiempo.
3. Después de la oración se hace la siguiente lectura:
LA MAYOR ES LA CARIDAD
La dignidad de la mujer y el orden del amor
29. El texto anteriormente citado de la Carta a los Efesios (5, 21-33), donde la relación
entre Cristo y la Iglesia es presentada como el vínculo entre el Esposo y la Esposa, se
refiere también a la institución del matrimonio según las palabras del Libro del Génesis
(cf. 2, 24). El mismo texto une la verdad sobre el matrimonio, como sacramento
primordial, con la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios
(cf. Gén 1, 27; 5, 1). Con la significativa comparación contenida en la Carta a los
Efesios adquiere plena claridad lo que determina la dignidad de la mujer tanto a los
ojos de Dios —Creador y Redentor— como a los ojos del hombre, varón y mujer. Sobre
el fundamento del designio eterno de Dios, la mujer es aquella en quien el orden del
amor en el mundo creado de las personas halla un terreno para su primera raíz. El
orden del amor pertenece a la vida íntima de Dios mismo, a la vida trinitaria. En la vida
íntima de Dios, el Espíritu Santo es la hipóstasis personal del amor. Mediante el Espíritu,
Don increado, el amor se convierte en un don para las personas creadas. El amor, que
viene de Dios, se comunica a las criaturas: «El amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Rom 5, 5).
La llamada a la existencia de la mujer al lado del hombre —«una ayuda adecuada»
(Gén 2, 18)— en la «unidad de los dos» ofrece en el mundo visible de las criaturas
condiciones particulares para que «el amor de Dios se derrame en los corazones» de
los seres creados a su imagen. Si el autor de la Carta a los Efesios llama a Cristo Esposo
y a la Iglesia Esposa, confirma indirectamente mediante esta analogía la verdad sobre
la mujer como esposa. El Esposo es el que ama. La Esposa es amada; es la que recibe
el amor, para amar a su vez.
El texto del Génesis —leído a la luz del símbolo esponsal de la Carta a los Efesios— nos
permite intuir una verdad que parece decidir de modo esencial la cuestión de la
dignidad de la mujer y, a continuación, la de su vocación: la dignidad de la mujer es
medida en razón del amor, que es esencialmente orden de justicia y caridad[58].
Sólo la persona puede amar y sólo la persona puede ser amada. Esta es ante todo
una afirmación de naturaleza ontológica, de la que surge una afirmación de
naturaleza ética. El amor es una exigencia ontológica y ética de la persona. La
persona debe ser amada ya que sólo el amor corresponde a lo que es la persona. Así
se explica el mandamiento del amor, conocido ya en el Antiguo Testamento (cf. Dt 6,
5; Lev 19, 18) y puesto por Cristo en el centro mismo del «ethos» evangélico (cf. Mt 22,
36-40; Mc 12, 28-34). De este modo se explica también aquel primado del amor
expresado por las palabras de Pablo en la Carta a los Corintios: «La mayor es la
caridad» (cf. 1 Cor 13, 13).
Si no recurrimos a este orden y a este primado no se puede dar una respuesta
completa y adecuada a la cuestión sobre la dignidad de la mujer y su vocación.
Cuando afirmamos que la mujer es la que recibe amor para amar a su vez, no
expresamos sólo o sobre todo la específica relación esponsal del matrimonio.
Expresamos algo más universal, basado sobre el hecho mismo de ser mujer en el
conjunto de las relaciones interpersonales, que de modo diverso estructuran la
convivencia y la colaboración entre las personas, hombres y mujeres. En este contexto
amplio y diversificado la mujer representa un valor particular como persona humana
y, al mismo tiempo, como aquella persona concreta, por el hecho de su femineidad.
Esto se refiere a todas y cada una de las mujeres, independientemente del contexto
cultural en el que vive cada una y de sus características espirituales, psíquicas y
corporales, como, por ejemplo, la edad, la instrucción, la salud, el trabajo, la
condición de casada o soltera.
El texto de la Carta a los Efesios que analizamos nos permite pensar en una especie
de «profetismo» particular de la mujer en su femineidad. La analogía del Esposo y de
la Esposa habla del amor con el que todo hombre es amado por Dios en Cristo, es
decir, todo hombre y toda mujer. Sin embargo, en el contexto de la analogía bíblica
y en base a la lógica interior del texto, es precisamente la mujer la que manifiesta a
todos esta verdad: ser esposa. Esta característica «profética» de la mujer en su
femineidad halla su más alta expresión en la Virgen Madre de Dios. Respecto a ella se
pone de relieve, de modo pleno y directo, el íntimo unirse del orden del amor —que
entra en el ámbito del mundo de las personas humanas a través de una Mujer— con
el Espíritu Santo. María escucha en la Anunciación: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti»
(Lc 1, 35).
¿Dónde he experimentado una sensación de armonía con los demás al compartir con
ellos?
Esta segunda ronda permite al grupo darse cuenta de lo que les une. Comienzan a
manifestarse los signos de la acción del Espíritu Santo en el grupo, y se convierte en
una experiencia de discernimiento compartido. Tiempo sugerido por persona 2
minutos.
7. Silencio: Se guarda otro tiempo de silencio para que los participantes observen
cómo se han sentido durante la segunda ronda y, qué puntos clave parecen estar
surgiendo en el grupo. Dos minutos.
8. La tercera ronda: Los participantes comparten lo que ha surgido del tiempo de
silencio anterior. También pueden tomar nota de las formas en que el Espíritu Santo
puede estar movilizando al grupo. Una oración de agradecimiento puede concluir la
conversación. 2 minutos por persona.
9. Revisión e informe: Por último, el grupo puede repasar y reflexionar brevemente
sobre el desarrollo de la conversación y decidir cuáles son los puntos principales de la
misma. Es importante que se definan al menos tres conclusiones por equipo.
10. Se hace una oración de acción de gracias.
HORA SANTA
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
VIERNES 08 DE MARZO
PRIMER MOMENTO
Monitor: Dispongamos el corazón para adorar y alabar al Señor en su entrega
amorosa, en la forma del pan consagrado. Pidamos con especial devoción bendiga
abundantemente a la Mujer, a quien Dios ha tenido a bien conceder innumerables
regalos y virtudes.
(Exposición del Santísimo Sacramento)
TÚ ERES DIOS
Federico Carranza Jr.
Pero Rut respondió: «No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde
tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi
Dios.
Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada. Que Yahveh me dé este mal y añada
este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo que nos ha de separar.» - Palabra de
Dios-
(Momento de santo silencio)
Breve reflexión:
Monitor: En la mayoría de las culturas el papel social atribuido a las mujeres se limita a
la vida doméstica y al cuidado de la familia; normalmente las mujeres se identifican
con características como la fragilidad, la dependencia, el sentimiento, la pasividad o
la sumisión.
Ruth no asume el rol femenino tradicional, sino que encarna una espiritualidad
femenina alternativa: confianza en sí misma, adaptación a situaciones difíciles,
independencia, decisión, lo cual no contradice la capacidad de abrir su corazón a
Noemí.
La acción solidaria y la entrega al prójimo en su conducta diaria conduce a Rut a una
experiencia espiritual particular que lucha por construir nuevas relaciones humanas.
Monitor: Les pedimos que desde ahí donde cada uno de ustedes se encuentra
respondan en silencio las siguientes preguntas:
Desde mi feminidad ¿me he encargado de vivir una espiritualidad solidaria con mis
personas más cercanas?
Si soy hombre, ¿He sido capaz de aportar masculinidad sin machismo a mis personas
más cercanas?
(Momento de santo silencio)
(Para este momento tener preparadas tres flores y un florero)
Monitor: Mientras escuchamos el canto “Ella es” – Hna. Inés de Jesús, le pedimos a la
Virgen María la fuerza y valentía necesarias para ser mujeres virtuosas en medio de
una sociedad en la que tanta falta hacemos.
Dejamos a los pies de Jesús las tres rosas como símbolo de entrega y reconstrucción
de nuestra feminidad.
(Se van pasando una por una, niña, joven, adulta)
Canto: Ella es
Hna. Inés de Jesús
Era como la mañana
Y con ella amanecía
Ese sol que al mirarla
En sus brazos se dormía
TERCER MOMENTO
A continuación, escucharemos un texto de la Carta Apostólica sobre La Dignidad y la
Vocación de la Mujer del Sumo Pontífice San Juan Pablo II.
30. La dignidad de la mujer se relaciona íntimamente con el amor que recibe por su
femineidad y también con el amor que, a su vez, ella da. Así se confirma la verdad
sobre la persona y sobre el amor. Sobre la verdad de la persona se debe
recurrir una vez más al Concilio Vaticano II: «El hombre, única criatura terrestre
a la que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia plenitud si
no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás» [59]. Esto se refiere a todo
hombre, como persona creada a imagen de Dios, ya sea hombre o mujer. La
afirmación de naturaleza ontológica contenida aquí indica también la dimensión
ética de la vocación de la persona. La mujer no puede encontrarse a sí misma si no
es dando amor a los demás.
SÓLO DIOS
Marcela De La Garza
ALABANZAS DE DESAGRAVIO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
LA RESERVA
Concluida la bendición, el mismo Obispo o sacerdote que impartió la bendición u otro
sacerdote o diácono, reserva el Sacramento en el tabernáculo, y hace genuflexión,
en tanto que el pueblo con algún cantico. Finalmente, el ministro se retira.
BENDITO, BENDITO
Tradicional