1. Este documento contiene las estaciones del viacrucis y poemas dedicados a la Pasión de Cristo. Resume las quince estaciones del viacrucis y el sufrimiento de Jesús y María. También incluye poemas que piden perdón por los pecados y la resurrección de Jesús.
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1.
Décimas del viacrucis
Primera estación: Quinta estación Novena estación Jesús condenado a muerte Jesús es ayudado por el cirineo Jesús cae por tercera vez Sentado en el tribunal Temen que el divino reo Como Isaac al sacrificio, Da Pilatos la sentencia Llegar no pueda a la cumbre. Sube Cristo al monte Santo, Condenando a la inocencia, ¡Tan grande es la pesadumbre! Y cae bajo el quebranto Y absolviendo al criminal. ¡Tan infame su deseo! Del doloroso suplicio. Procedo de modo igual, Obligan al cirineo, ¡Cuántas veces en el vicio Cuando por motivos vanos, A que la carga le lleve. Recaíste, pecador. Cedo a respetos humanos, ¿Qué cristiano no se mueve, De esta sangre, oh redentor, Y en la tentación consiento, A ayudar al buen Jesús, Que a raudales de ti brota, Dándole a Jesús tormento, Si el peso de nuestra cruz, Dame al menos una gota, Aunque me lave las manos. Yendo con él, será leve? Dame vuestro casto amor. Segunda estación: Sexta estación Décima estación Jesús con la cruz a cuestas La verónica seca el rostro de Desnudan a Jesús. Bajo la cruz que le inclina Jesús Con osada demasía, Deja Cristo nuestro bien, Una mujer compasiva, Le arrancan las vestiduras La ingrata Jerusalén, Fija en Jesús la mirada Y exponen sus carnes puras Y al calvario se encamina. Y a la hermosura afeada, A la luz del claro día. Con su mirada divina Ve con la sangre y saliva. ¡Flor de la virgen María! Me invita a seguirle en pos... Detiene a la comitiva; Este mismo desacato ¡Oh Jesús, hijo de Dios, Y viendo al sol eclipsado, Cometo sí sin recato, Dadme a entender el misterio Con un velo tresdoblado, Profano en mí vuestro templo, De la cruz, y su improperio Enjuga el rostro divino, Siguiendo en esto el ejemplo Saldré llevado por vos! Que un prodigio peregrino, De quien os dio tan mal trato Tercera estación: Deja en el lienzo estampado. Undécima estación Jesús cae por primera vez Séptima estación Jesús clavado en la cruz Bajo la cruz que le oprime, Jesús cae por segunda vez Jesús extiende sus brazos, El divino redentor, Abrumado por el leño, Mientras que esos bribones Cae en tierra y su dolor, De infinita pesadez, Entre sangre a borbotones, De las culpas nos redime; En tierra segunda vez, Los clavan a martillazos. El manso cordero gime, Sucumbe el divino dueño. Quiero mi Dios, con abrazos, Pero su tierno balido, Otorga fruto al empeño. Pagar amor tan profundo No parece ser oído, Jesús por vuestra caída, Viviendo para este mundo, Jesús de mi corazón, Libradme de recaída Crucificado de hoy más; Por vuestra muerte y pasión, En el pecado mortal, Y a mí, mundo, lo estarás, Levantad al que ha caído. Que es mal sobre todo mal, Pues ya de ti me confundo. Cuarta estación Pues da la muerte a la vida. Duodécima estación Jesús encuentra a su Santa Octava estación: Jesús muere en la cruz Madre Jesús consuela a las mujeres. Del Padre desamparado, En la calle de amargura Dan muestras de sentimiento Colgado entre dos ladrones, La Madre al hijo ha encontrado Unas mujeres llorosas Insultado de sayones, Y sus ojos se han mirado Que de Cristo dolorosas Por la sed atormentado, Con infinita ternura. Iban en el seguimiento Deja al discípulo amado ¡Quién pudiera, Madre pura, Jesús atiende al lamento: La prenda que más quería; Vuestra pena compartir, Hijas de Jerusalén Con tres horas de agonía, Y a Jesucristo seguir, Lloren en este vergel Consuma la nueva ley; Hasta llegar a la cima, Lloren ya por el pecado Y en el leño reina el rey De un alma que sólo estima, De aquellos hombres malvados De la antigua profecía. O padecer o morir! Que cortan al leño fiel. Decimotercera estación Jesús es bajado de la cruz. III. Allí fue su alma en rigor XIII. Para que pueda contigo Dos varones abnegados Tristemente traspasada De Cristo el dolor sentir Descuelgan el cuerpo Santo, Con la más aguda espada Que por mi quiso morir Que riegan con tierno llanto De la pena y el dolor. Parte tus penas conmigo. Unos ojos anegados. ¡Cuál pararon mis pecados IV. Oh, qué triste y afligida XIV. Haz pues, Madre afligida, El Santo cadáver yerto! Con el llanto y el tormento Que entre penas, desolado En este costado abierto, Se vio en tanto sentimiento Llore del Crucificado Pondré Señor, mi mansión, La Madre de Dios querida Mientras me dure la vida. Siendo vuestro corazón, Para mí, seguro puerto. V. La que con pecho sentido XV. Y cuando sea preciso Decimocuarta estación Piadosa se entristecía Que el cuerpo haya de salir Jesús es puesto en el sepulcro Cuando las penas veía Logre mi alma al partir Con cien libras de mixtura De su hijo esclarecido. La Gloria del Paraíso. Ungen el cuerpo llagado, Que con vendajes ligado VI. Qué hombre no llorará 3. Perdona a tu pueblo, Señor. Dejan en la sepultura, Con un dolor nunca visto Tallada en la peña dura. Si allí la Madre de Cristo Perdona a tu pueblo, Señor. Por la santa eucaristía, En tanta pena miraba Perdona a tu pueblo, Perdónalo, Un sepulcro, Madre mía, Señor. Quiero contigo yo ser, VII. Y quien no se entristeciera Viviendo sólo por ver, Con sentimiento prolijo Por la inocencia de Jesucristo, A tu Jesús, mi María. Si el padecer con el Hijo Porque Él fue justo con sacrificio, Décimo quinta estación A la dulce Madre viera Perdónalo, Señor. La resurrección de Jesús Era viernes ese día VIII. Por pecado de su gente Porque Él fue limpio de corazón, Cuando muere el verbo puro Después de haberlo azotado Porque fue honrado trabajador, Todo el cielo estaba oscuro Vio en la cruz atormentado Perdónalo, Señor. Y la tierra entristecía A su Jesús inocente. Transcurrieron los tres días Porque Jesús mantuvo esperanza Para hacer lo que avisó IX. Vio la más piadosa Madre Porque Él creyó con tanta De muerto resucitó Que su Hijo muy amado constancia, Para brindarnos consuelo Muriendo desesperado Perdónalo, Señor. Y desde el mar hasta el cielo Volvió su Espíritu al Padre. El mundo se estremeció. Porque Jesús oyó tu palabra, X. Madre pues, oh amargo mal La misión que Tú le confiabas, 2. Salve a la Dolorosa. Pues eres fuente de amor Perdónalo, Señor. Hazme sentir su rigor I. Ruega por nosotros Para contigo llorar. Porque Jesús habló con cariño, Virgen dolorosísima Porque alentó al pueblo abatido, Para que seamos dignos XI. Haz que te llegue abrazar Perdónalo, Señor. De las promesas de Cristo. En amor mi corazón Para que con perfección No estés eternamente enojado, Salve, Dolorosa Madre. A Cristo Dios pueda amar No estés eternamente enojado Perdónalo, Señor. II. Estaba junto a la cruz XII. Ruégote Madre me hagas La Madre de Gracia hermosa Esta merced y favor Por tus profundas llagas y crueles Afligida y dolorosa Fijando de aquel Señor Por tus salivas y por tus hieles, Viendo pendiente a Jesús. En mi corazón las llagas Perdónalo, Señor. Por tus heridas crueles. 6. Cristo. Por las heridas de pies y manos, Ahí estás colgado de un madero, Por los azotes tan inhumanos, Por tu preciosa sangre. ahí estás y nos dices: no temáis. Perdónalo, Señor. Ahí estás sufriendo tu agonía, Por tu costado abierto. ¿por qué estás allí? Por los tres clavos que te clavaron Por la espinas que te punzaron Por tu agonía Santa. CRISTO, CRISTO, Perdónalo, Señor. HOY NOS TU VIDA, Por tu madre afligida. NOS DAS TU AMOR. Por las tres horas de tu agonía En que por Madre diste a María Oh, cuanto te ofendimos Hoy siento como gimes, Perdónalo, Señor. . hoy siento como lloras, Tú eres nuestro guía, hoy siento como deja Por tu poder y amor inefable, de latir tu corazón. Por tu misericordia entrañable, Jesús a ti pedimos, Hoy mueres con el preso Perdónalo, Señor. y sangras con el niño Por las frecuentes culpas solo y sin amor. Somos el pueblo que has elegido Y con tu sangre lo has redimido, Oh víctima inmolada, Hoy mueres con el pobre, Perdónalo, Señor. sangras con el enfermo Reconocemos nuestro pecado Oh cuánto amor respiras que sufre en el dolor. Que tantas veces has perdonado, 5. En la Cruz nos das la vida Caes con el oprimido Perdónalo, Señor. Tus heridas nos han curado y con el drogadicto, y tu muerte nos trae la salvación. Tú mueres hoy, Señor. Dios de la fiel y eterna Alianza, En la cruz nos das la vida, En ti ponemos nuestra esperanza, por tu sangre, el perdón. Hoy mueres en las calles, Perdónalo, Señor. perdido en cualquier banco, Te condenan a muerte por ser fiel, y lloras en las plazas donde Desde la Cruz nos diste a tu Madre, inocente, testigo del amor. se venden los cuerpos. Vuélvenos al brazo del Padre, Y te cargan el peso de la cruz, Perdónalo, Señor. olvidado en tu pena y tu dolor. Mueres por mi egoísmo, 4. Pequé, pequé Hoy, Señor, te volvemos a clavar, mueres por mi apatía, Pequé, pequé, Dios mío, en los hombres lloras la indiferencia que mueren sin razón, que consume nuestras vidas. Perdón, Señor, piedad. torturado, hambriento, sin hogar, Si grandes son mis culpas, siendo injustos, cerrando el CRISTO, CRISTO, Mayor es tu bondad. corazón. HOY TÚ MUERES POR AMOR... Por tu agonía en el huerto, Despojado de toda dignidad te condenan el odio y el rencor, 7. Cordero de Dios. Por tu sentencia injusta, coronado de espinas como Rey, das tu vida por el Reino de Dios. Vos sos el destazado en la cruz Por tu paciencia inmensa, Hoy tu sangre se vuelve a derramar Que has vencido por gritar los derechos y el amor. la maldad del mundo Por tu divina Madre, Muere el justo que dice la verdad, Denunciando al injusto opresor los más pobres, Levantando del polvo a los pobres Por tu cruz y tus clavos, los que no tienen voz. Te pedimos que nos oigas Por tu pasión y muerte, Que escuches el clamor de tu pueblo Por tus profundas llagas. Vos sos el destazado en la cruz 9. Décima de la Pasion. 10. Tono de la Dolorosa Masacrado por los poderosos Bañada en lágrimas la dolorosa Hoy derramas tu sangre también Al Calvario te llevaron Virgen María Madre Piadosa En la sangre de nuestros caídos Pensaban sólo en matarte De ver a su hijo tan azotado Iban a crucificarte Vertiendo sangre por el costado Te pedimos que nos oigas Con tu sangre se mancharon. Que escuches Eran sordos no escucharon Él es Espíritu tan perfectísimo el clamor de tu pueblo Como tu ser los amaba Su cuerpo Santo se martiriza Porque el odio les minaba Aquellos bárbaros estaban listos Vos sos el destazado en la cruz Por completo el corazón. Para azotar a Jesucristo Que construyes la paz con justicia Te mataron sin razón Ayúdanos a no desmayar La insensatez los cegaba. En grandes lástimas se arrodilló Y a luchar por que venga tu reino En El Calvario donde expiró Las voces atronadoras A los tres días Resucitó Que tu paz llegue a nosotros Que reclamaban tu muerte Y de la muerte Él se libró Cuando hagamos brotar Morbosos querían verte 11. ¿Quién irá por mí? la justicia Aquella fatal tu hora. Esto, dice el Señor: A quién no viera la aurora “Escucha pueblo mío, a tu Dios; 8. Tono de Pasión. Y muy profundo sufriste. Al que te formó y te salvó, En aquel madero Todo el amor que les diste. Luchando por tu libertad: Murió mi Jesús Por ellos fue rechazado. No quiero tus sacrificios, Clavado en la Cruz Fuiste Jesús ignorado Ni limosnas, ni tus alabanzas Siendo el verdadero Aquella tarde tan triste. Y aparta de mí, Sus pies con acero tus manos manchadas, Fueron martillados Enorme poder tenía Con sangre de tu hermano”. Y en la cruz clavado El gobernador romano ¿Quién irá por mí?, Señor de los cielos Y tú destino en sus manos ¿Quién irá a decirle a mi pueblo? Pensaba que poseía. Hijos engendré, Y viéndose en manos Sus manos se lavaría con ternura los crié De aquellos traidores Porque temeroso estaba Y hoy me quieren olvidar; Se fue donde Herodes Cuando fariseos tramaban Me quieren sepultar. Que lava sus manos Insultos y maldiciones. No oprimas al pobre y al huérfano De aquella creatura Y no entendían razones No te quedes con su salario. Se habrá condolido Mientras María lloraba. Y no robes su pan Por lo que ha sufrido fingiéndole ayudar, El Dios soberano Corrían a lapidarte Porque él está ante mis ojos. Detrás de ti los impíos. Comparte tu pan con tu hermano, No tiembles Dios mío Pensabas son hijos míos. Ahora, que después se pudrirá Que me harás llorar Más no lograban amarte. Porque el pan que guardas Deberá espirar En ese instante lloraste Es del hambriento; Con gran agonía Por todo lo que allí viste No esperes hasta mañana. La Virgen María Y por todo lo que diste. Al pie del madero Al hombre para salvarlo. Defiende al débil y a su tierra. Abraza a su pecho Y al no poder lograrlo Defiende su vida para amar. A quien se ha dormido Tu gran tormento sufriste Lucha sin descanso Y tu esperanza jamás será sofocada Escucha mi voz ahora Te estoy llamando en sus bocas En sus ojos tristes De llanto reprimido y en sus manos me clavan de nuevo. 12. Libertador de Nazaret. Madre de los pobres, El Pueblo de Dios miró a lo lejos Libertador de Nazaret, hay mucha miseria La tierra querida Ven junto a mí, ven junto a mí Porque falta siempre que tu Amor preparó. Libertador de Nazaret, el pan en muchas casas El Pueblo de Dios ¿Qué puedo hacer sin ti? (2) El pan de la verdad corría y cantaba, falta en muchas mentes, Y en todo trabajo Yo sé que eres camino, El pan del amor tu Amor proclamaba. Que eres la vida y la verdad; que falta en muchos hombres. Yo sé que el que te sigue, También soy del pueblo, Señor, sabe a dónde va. Sabes de pobreza porque la viviste, Y estoy caminando, Sana la miseria Cada día más cerca Quiero vivir tu vida, de tantos que sufren, de la tierra esperada Seguir tus huellas, tener tu luz; Quita el egoísmo 15. Dolorosa Quiero beber tu cáliz, que nos empobrece, Dolorosa de pie junto a la cruz, quiero llevar tu cruz. Y que sea la vida Tú conoces nuestras penas, lo que crece y crece Penas de un pueblo que sufre, Quiero encender mi fuego, 14. El pueblo de Dios Tú conoces nuestras penas Alumbrar mi vida y seguirte a Ti; El Pueblo de Dios Penas de un pueblo que sufre. Quiero escucharte siempre, en el desierto andaba, Quiero luchar por Ti. Pero junto a él Alguien caminaba. Dolor de los cuerpos El Pueblo de Dios era rico de nada, que sufren enfermos Busco un mensaje nuevo, Tenía esperanza El hambre de gentes Te necesito, libertador; en la obra empezada. que no tiene pan, No puedo estar sin rumbo, Silencio de aquellos No puedo estar sin Dios. También soy del pueblo, Señor, que callan por miedo 13. Nuestra Señora de América Y estoy caminando; La pena del triste Madre de los pobres, Solamente tu gracia que está en soledad. de los peregrinos, me basta y más nada Te pedimos hoy El drama del hombre por América Latina. El Pueblo de Dios que fue marginado, Tierra que visitas también vacilaba, Tragedia de niños que ignoran reír, con los pies descalzos A veces costaba creer en tu Amor. La burda comedia Apretando fuerte El Pueblo de Dios llorando rezaba, de huecas promesas, un Niño en tus brazos. Pedía perdón y recomenzaba. La farsa de muertos que deben vivir. América despierta. También soy del pueblo, Señor, Sobre tus cerros despunta Y estoy caminando; Dolor en los hombros La luz de una mañana nueva. Perdona si, a veces, sin tregua oprimidos, Día de la salvación que ya se acerca no creo en más nada: Cansancio de brazos Sobre los pueblos que luchan sin fin, que están en tinieblas El Pueblo de Dios Cerebros lavados a base de slogans, Ha brillado una gran luz. también tuvo hambre, El rictus amargo del pobre infeliz. Y Tú le mandaste un pan especial. Luz de un niño frágil El Pueblo de Dios El llanto de aquellos que nos hace fuertes cantando dio gracias. que suman fracasos, Luz de un niño pobre Probó de tu Amor, Amor que no pasa La cruz del soldado que nos hace ricos que mata el amor, Luz de un niño esclavo También soy del pueblo, Señor, Pobreza de muchos que nos hace libres Y estoy caminando; sin libro en las manos, Esa luz que un día Tú eres alimento Derechos del hombre nos diste en Belén en la larga jornada truncados en flor. 16. Cuarto canto del Siervo. Hombres nuevos, Su nombre es el Señor, amando sin fronteras, el que sed tiene. No hay en Él parecer, Por encima de razas y lugar. Él pide por la boca del hambriento, No hay hermosura Hombres nuevos, Está preso, está enfermo, que atraiga las miradas. al lado de los pobres, está desnudo, No hay en Él belleza que agrade. Compartiendo con ellos Pero Él nos va a juzgar techo y pan. por todo esto. Despreciado, 18. Con vosotros está. 19. Siervo doliente desecho de los hombres, Con vosotros está Varón de dolor, de Dios herido Varón de dolores, y no le conocéis, Por mí humillado Conocedor de todos los quebrantos. Con vosotros está, Es el siervo de Dios Su nombre es el Señor (2) Que sin reservas, todo lo ha dado Ante quien se vuelve el rostro (4) Y viéndole sufrir llega al corazón Su nombre es el Señor Una herida a causa de su amor Menospreciado, estimado en nada. y pasa hambre Despreciado, Y clama por la boca del hambriento Levántate, oh, Dios desecho de los hombres, Y muchos que lo ven Mira la pena del mal herido Varón de dolores, pasan de largo, Que como cordero va al degüello Conocedor de todos los quebrantos. Acaso por llegar En el silencio del dolor temprano al templo. Pero fue Él Siervo doliente enaltecido en cruz el que cargó con los pecados. Su nombre es el Señor Por los pecados Pero fue Él y sed soporta Que ha soportado sobre sí el que cargó con los dolores. Y está en quien Desfigurado, sediento de amor Todos nosotros andábamos errantes. de justicia va sediento Suplica al hombre Y muchos que lo ven Sacie la sed del corazón Maltratado, mas él se sometió. pasan de largo, No abrió la boca, A veces ocupados en sus rezos. Apoyado en Dios sigue el camino Como cordero llevado al matadero. Como un gusano Su nombre es el Señor Fue maltratado, mas él se sometió ¡Maltratado! ¡Maltratado! ¡Maltratado! y está desnudo, Sin culpa alguna 17. Danos un corazón. La ausencia del amor su sangre derramó Danos un corazón hiela sus huesos Y viéndole sufrir llega al corazón grande para amar. Y muchos que lo ven Una herida a causa de su amor Danos un corazón pasan de largo, fuerte para luchar. Seguros y al calor de su dinero. Y encumbrado en aquel madero Me das la vida Hombres nuevos, Su nombre es el Señor por tus heridas Oh, Jesús creadores de la historia, y enfermo vive, Y contemplarte así yo quiero Constructores de nueva humanidad. Su agonía es la del enfermo También muriendo Hombres nuevos Y muchos que lo saben Para dar vida a tu amor en mí que viven la existencia no hacen caso, Para dar vida a tu amor en mí Como riesgo de un largo caminar. Tal vez no frecuentaba También muriendo mucho el templo. Para dar vida a tu amor en mí Hombres nuevos, luchando en esperanza, Su nombre es el Señor Caminantes, sedientos de verdad. y está en la cárcel, Hombres nuevos, Está en la soledad de cada preso sin frenos ni cadenas, Y nadie lo visita y hasta dicen Hombres libres que exigen libertad. Tal vez, ése no era de los nuestros.