Trabajo Filo 3

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DUALISMO ANTROPOLÓGICO Y TEORÍA DE LA REMINISCENCIA

Platón fue un filósofo del siglo V a.C. muy influyente, siendo su maestro Sócrates el cual fue
obligado a beber un veneno como pena de muerte tras mostrar y difundir sus ideas. A causa
de la muerte de su maestro, Platón comenzó a revelar su ideología en busca de una
sociedad justa, la cual se contraponía a la de los sofistas. A partir de esta búsqueda surge,
entre otros, el Dualismo Antropológico y la Teoría de la Reminiscencia.

Platón tiene una concepción dualista del ser humano, compuestos por cuerpo y alma,
llamado a este punto de vista como dualismo antropológico. Influenciado por la filosofía
pitagórica, Platón considera la unión del alma y cuerpo como puramente accidental,
presentado como un castigo.

El alma es considerada inmortal e inmaterial, y tiene prioridad sobre el cuerpo: es lo que


constituye nuestro “yo”, nuestro verdadero ser. En ocasiones Platón llega a afirmar que “el
ser humano es su alma”. Siguiendo la tradición filosófica griega, Platón considera el alma
como el principio vital que infunde vida y movimiento al cuerpo, pero es además, en el caso
del alma humana, el principio del conocimiento. La función propia y específica del alma
humana es el conocimiento y su rasgo más característico es la racionalidad. El alma es una
realidad intermedia entre los dos mundos (entre el mundo sensible y el mundo inteligible), si
bien su lugar propio y hacia el cual tiende es el mundo de las Ideas, en el que ha
preexistido. La teoría platónica del alma está cargada de influencias pitagóricas como la
existencia anterior desligada al cuerpo, la teoría de la reencarnación, la necesidad que tiene
el alma de purificarse por medio del conocimiento y de la práctica de la virtud, la
inmortalidad e inmaterialidad, etc.

Sin embargo, el cuerpo es mortal y material. Siguiendo las ideas pitagóricas, Platón
mantiene una concepción bastante peyorativa del cuerpo donde el cuerpo es la cárcel del
alma, de la cual tiende a liberarse. Además, el cuerpo, es una fuente constante de apetitos y
deseos. El cuerpo inclina a la posesión de lo material, al mundo de las cosas sensibles, y
provoca así la ambición y las guerras. En definitiva, el cuerpo arrastra al alma al mundo
sensible donde nunca alcanzará la virtud ni el conocimiento. El alma debe vencer y dominar
a los obstáculos del cuerpo para encaminarse hacia el conocimiento de la realidad superior
e inteligible, donde hallará la verdad y la virtud.

Platón propuso una idea filosófica llamada Teoría de la reminiscencia, que se encuentra en
el diálogo “Menón” y explica cómo adquirimos conocimiento. Según Platón, las almas
humanas existen antes de nacer y poseen conocimiento innato que han adquirido en un
estado anterior. Cuando nacemos, olvidamos este conocimiento debido al proceso de
encarnación en el cuerpo físico. La tarea de la filosofía y la educación es recordar o
"reminiscir" este conocimiento olvidado. La teoría de la reminiscencia sugiere que el
conocimiento que adquirimos a lo largo de nuestras vidas no es realmente nuevo, sino una
recordación de lo que nuestras almas ya sabían antes de nacer, y que la tarea de la
educación es despertar y recordar ese conocimiento latente.

El alma humana es para Platón el escenario de la lucha y del conflicto interior entre la
razón, las emociones y los apetitos, representados respectivamente por la parte racional, la
irascible y la apetitiva, que seguidamente concretaré mejor. La armonía o la Justicia
consiste en que las tres partes caminen en la misma dirección, guiadas por la parte racional
hacia la búsqueda de lo verdadero y de lo bueno.

La parte racional es la sede de la inteligencia y tiene una naturaleza divina que se encuentra
en la cabeza. Es exclusiva del ser humano y persigue lo verdadero y lo bueno.
La parte irascible es la fuente de las pasiones y emociones humanas que reside en el
pecho. Persigue el reconocimiento y los honores.
La parte apetitiva es la fuente de los apetitos y deseos materiales del ser humano que
reside en el bajo vientre. Esta parte persigue los placeres y los bienes materiales.

Las partes irascible y apetitiva son irracionales, están estrechamente vinculadas al cuerpo y
se hallan presentes también en el animal. Platón expone que en el mito de la caída y
ascensión del alma humana, el alma es comparada con un carro dirigido por una auriga,
que representa la parte racional, tirado por un caballo blanco y dócil (representando la parte
irascible) y por otro negro e indomable (que representa la parte apetitiva) y que deben ser
convenientemente guiados por el auriga.

Mediante esta división tripartita Platón pretende explicar dos aspectos de la psicología
humana. Por un lado, la existencia de los conflictos internos en el ser humano, es decir, la
lucha interior entre la razón, las pasiones y los deseos materiales, que hace del ser humano
un ser en permanente conflicto interior. Estas tres fuerzas chocan fácilmente unas con otras
ya que son fuerzas inestables. Mediante esta división, Platón nos presenta el alma como el
escenario y el campo de batalla en el que a veces se enfrentan estas tres fuerzas. Por otro
lado, esta división tripartita del alma sirve a Platón para explicar la existencia de diferentes
naturalezas o tipos psicológicos. Aun cuando hallamos en el alma de todo ser humano estas
tres partes, en cada una existe una tendencia natural donde una parte domina a las otras
dos sobrantes.

Gracias a esta división, Platón consigue ordenar tres clases sociales en base a la parte que
corresponda y ocupe el lugar de los seres humanos según su naturaleza para obtener un
Estado justo. Por eso organiza la sociedad en tres clases:

La clase de los productores, compuesta por artesanos, campesinos, comerciantes, obreros,


etc. cuya función será producir todo aquello que la comunidad necesita para sobrevivir. En
la naturaleza de los individuos de esta clase predomina la parte apetitiva, ya que sus
objetivos son materiales. La virtud propia de los productores será la moderación.

La clase de los guardianes, cuya función será la defensa de la ciudad, para la cual recibirán
una educación especial basada en la gimnástica y la música. En los individuos de esta clase
predomina la parte irascible del alma. En el Estado Ideal, la virtud propia de los guardianes
será la valentía. Para conseguir una mayor eficacia en el desempeño de su función, Platón
propone abolir la familia, sustituyéndola por la comunidad de mujeres e hijos. A pesar del
sacrificio que esto empeña, ser guardián será considerado un honor.

La clase de los gobernantes formada por filósofos. Es la clase superior, que tendrá como
función el gobierno de la ciudad, inspirándose en la contemplación del orden y la armonía
del mundo de las Ideas eternas (Justícia, Bien, Belleza, etc.). En estos individuos predomina
la parte racional del alma, lo que les hace especialmente capacitados para aprender la
ciencia de la justicia y del bien a través de la filosofía. Por tanto su virtud será la sabiduría y
prudencia.

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