bibligrafa. 247
Nota biarffce de autores. 263
Iadice gener! . : eine 267
Introduccién
LOS «MOMENTOS» DE LA OPINION PUBLICA
COpinidn publica es un concepro de plena actulidad y, al mismo tiempo,
plenamente historic, sugico en im periodo concteto y conformado de
{ivarsostnodosa f largo del iewpo. Por eso exalquier estudio que pretend
Ihacer cOmipretvible a leco: actual Ia nacuraleza de fa opinién pitbliea
gh toa su complelidad debe —necesariamente-~ analizaea teniendo en
het lingiones wHsoria ys reer ;
Tn tealidad, 7 pese a aterés que en torno ala opinion pabtica exis:
se aciiainiente eaedifereates Ambitos, académicos y sociales, Yo ciesto es
ue cxcecamos dean estndio monogedtco que fa aborde en um sentido
Ivlioy tamoylesie! punto de vista de los diferentes elementos que la
Fregran, conto desde vna perspectva espacio-temporallarga—no centea
ddaexclusivamente en wn momento y un lugar eoneretos—. Desde que, en
elaio 1990, Muir Alonso y otros autores ~algunos de los cuales partic
pan enel presente trabajo publicaran con sobresaliente éxito editorial un
linc de caraterfstiea semehntes alas descritas, no a habido un esto
sobre la opinisn publica entengua espaniola que haya lenado to que era
bo s6lo una evidente laguna bbliografica, sino también una demanda de
cstadiantes investgadores y pablico en general
Pues bien, a cubrir ese espacio, desde mevos presupuestos se dest
na fundamentalmente et ho que ahora presentamos a lector. En él se
corr la historia de la opinion pabliea desde su primera fonmutacién en
Términos miodernos, a tinaks del siglo Xvi, hasta el pyesente, donde la
fencontramnos convert en an fensmeno inseparable de la sociedad me-
Sisticay plobalizada plenarnene dibujala ya al iniciarse el siglo x31. A fo
largo dat libro se abordan los diferentes aspectos que conforman la polig-
dca realidad de Ia opinion poblica: culturales, politicos, insitucionales,
psiv-socales, socioldgicos, omunicativas.
Tae ello consecuentemente, [a obra reine a espeialisas de las dife-
rentessreas de conocimientoy campos centfcos como la historiogafia, a
Sociologia, la owota, la eota politica ols ciencias de a comunicacsn en
9Jo qucintencionacamente se ha diseAado como un tabajo colectivo y mul-
Uidieiplinar. dems, es preciso sedalar que, sunqye se presta una expecial
anna nto esa el cent de lachran se olds dito
tertitorial misamplio que hiciendo referencia a plies europeos los que la
Estria dela pin publica parce erechamette iad couo Ingle,
Francia o Alemania, ene también un espacio rexervado ala inportante x.
-leneia norteamericana (de enorane iflujo To largo de rod siglo
Se rs me geen pea eee ed
cobra porque —consciente y voluntariamente— no hemos querido que lo
Sea. En primer lugar, nose rata de uno de los miliples estudids existences
gue entienden la opinion publica como lo que una sociedad, 0 wna pare
‘e ella, piensa sobre un hecho concreto en uh punto cronolégico conereto
(Gor ejemplo el estudio de un hecho hisrieo conereto, pongansos el de-
sastre del 98, y lo que sobre él esribieron los pesiddicos los intelectuaes
de Ia €poca)” Fao seria perder de Vista clemson tan relevantes com que
«sla opinién publica, como se conforma, através de qué vas seeps, a
‘qué se refire, cémo se utiliza, por guiénes Y para qué ea-eada memes
Ge. Tampoco el trabajo se cide a estiatarclconcepro de opinion palica en
Jinautorconcret (ea Fume, Rowsseau, Hegel o Habecias, pot ejemplo).
En segundo hugat, hemos pretendid hiuir de cualquier reduccionio
a la hora de estudiar este tan peciliae convo complejo fendunena, No ic.
‘mos limizado el estudio a una de las meliples dimensiones dels ps on
Piiblica, I sociol6gica, por ejemplo, Sin ignorse que dure likene pre
fel siglo Xx la opinidn pablien se ha identifica, pura y splemette 8
los resultados de las encuestas de opinion (Blondiaux, 1998), o que para
muchas personas !a opinién piblica se reduce ala opinién publicada, 0
radiada 6 tlevisada, hemos intentado ie mucho nds alld paca ocupartios
de muchas otras reaidadesencerradas en el concepto de opinion pb
En tercer liga, yen consonancia con lo anterior, hemos pari de la
idea de que la opinign pdblica es un concep polisinco,Y, adem, de que
Jos diterentessigniticatios que lo largo del ema se han ido coniiendo
4 la opinién pablica s6lo se pueden entender en su evolicim bistrica y en
diferentes contexcos culate, sociales polkicos, Ast, los diferentes capt-
tals que conforman la obra ponen dg manifesto todas ls posbles formas
‘de acercarse y entender la opinion pica Pero de sa plaraidad de signi®
«ados, connotaciones y matics que el concepto fue adguiriendo con el paso
deltiempo —cuyo conjunto hentosicentaco cartografia deforma exhats-
fiva aga no se afiema que algun —o cualquiera de lls tenga ningsina
preemsinencia, ninguna veracdad o legiimided exclusiva, En otts palabras,
no hemos adoptado una perspectiva normative al estilo de Haberinas para
conetair que el eoncepto de opinion piblca propuest por los liberales det
Siglo xrx sea —ni debs ser—~el modelo ideal que debe rextaurarse hoy Proci=
Samet el postlac ce la historic de la opinion publica nos leva ex
plicar su naturaletaen cada periodo sin pensar que uno de ellos sea el mejor
el que deba rgir en nuestra concepeién actual del fenémeno, Al cantratio.
10
CComprender que la opiniSn piblca, lejos de una realidad perenne ina
{Gbley unvocs, ey ha sido algo mutable y quieoco nos leva ixeme
Giablemente a chair cualquier intencion de imponer una definicidn de la
nna Or esd en nines ude neato ane despendan
‘Biteas y propuesta al preserte estado de la opinién pablica (o al menos
GHformacion y materiales para que cualquier lector, dems de conover qué
f&, ses capay de pensar cme podria —e incluso deberia, para él-~ sr)
‘Un ejemplo puede catfca este punto, Para el principal tebrico de ls
opinién pablica en la Espofa del primer liberalism, Alberto List, quien no
Shhe no apna, , lo ue elo mismo, en su eoncepio de la opin pica
babe que ésa se forme a parti df juci del valgo ignorante porgue no
Jpuede haber otro sueto de la opis que las cases ilusttadas, los sabios
Babee oninar son dos partes iseparables de una misma realidad. Pues cw,
fare ios autores de las modemas encuestas de opialbn, que us ind:viduo
[fclare no saber nada dela cust sobre la que sel interroga no impide
a pind sca tnilaencnet Las «msm contest tamen
ae etapa lobe el sondeo fox asia se Albert Lista
Sea adhes gue la opin de un individ asad ens casa o px
10 oa por lag gues -onula po telefono sobre bali even
tes detitres vera ce in ncn formare pare se a opnisa
pan Cosa gue ser slaps fos soetblogowenadaiosobsesionas
galls dfpon Y eoqueente ambos momentos hstrico> gra
“Float meer enagento « cpnion plea ex eoraimentedsanco —y
Bee apa lGo tbe sh ceo pam emplear el tring =opign
Cie comme sere para odoel into, hbterasiguado fo msm,
anal aia se fhriean a cos gue oparcidas Y €5 sua
so nage coo il que et bee hace patente (puesta
‘anise co octane oon beep ov, 8
Deis lov artmnc sel, ef content se esta obra recor
Ios cats panes tnmentonyuegroso mo ive a opin pica desde
‘Rfeaclnitc hapa Ts actuate, Momentos que podemos ntsc con
Fee ids Kacey st ben en reaad cada wo de ellos sig
rer asnquccon una rproea mene ncaa def sient
fomcnrs tambien que se eoresponden on cambios sistas en a
mente tee ques cct seta y que opin opinion pi
rane rancid los atepouramoscalifeat de premodern — do
sslaconcapetn moral dena apeiin que ain no stele parecer 20
Junads den partnne lexa: pals Se rata dena pinion qe stele
rarest pects dea conti ben pli bien pia, d=
fos nviduon afb que owas persona ceratas gan. Ee concept Pre
trader dela opmion sien 1 express lo ino que tos teratines camo
enc y dene gue ve co a reputation a hones ond
TI tla dlusclo ai que con ont fcenenin coro prec see
Cednet om plete eh wat en sent moder el coneepo opinion
fics empleaen nus Discos indstinatent os eno ae, rocOpjtion feridas pope oatocados ama mista realidad, publica voce
fama (1971, cap. 4). en ctaauier caso, lo qe aparece con toda Se
Tide ya en este aor esque la Hea de lo que dain lama una opinione
universale, en ese sentido de tribunal moral por medio del cual la comunidad
tpruchs 6 sepracha lx conduc de low indvideoy,adguire ay fares
tart de a eetige receisconenca a ls expestn te popul va dt
{Miaguiavdle eset qu sls voce us pOpolo t quali di dos,
“Yno debe exter que cn un tepo donde a organizacion pottica
de la scidad se corrsponde con lo que solemos denomingr monargula
sbsolta(o Antiguo égimen,entxminshistic juntos) sea la vor de
Dios nq presi eres attoidad adel puso. Tampoco la erin
Dolce agi eacomrabs soe elementos Jagmadover Qe! momatet
the los derivados del religion Dor exo resulta can imposible apelida
2a opinién spébiies on un perfodo hstérico donde ni habla wn esera
pablice nna parte dl puro elevada aan rng =culto lero
pusieraconcepaanrse com piblico, YW la monarqula fo era de oxigen
vino, po ans rz, odo aus seri en quel sored spor
Iapraci de Dios pores resulta gtalment nipstble engpnigar ates
deinles del siglo xvtt ota cosa ques opinin en f€@ycRb Mal he
semtscuye en a eafernpivada de ls tnnviduos
Sela precio espera la legada de los imporsanel leat
oxen cuba y fvoico ret la Husitaiony en e poles las enol
Clones liberals, para que la opin pblca se aden elgg
ss prides momentos La feclidad que para el canto ied
tse period hitrico ques dealin en cl casio fl Bet argh
yal pus de manic en su dia Koscleck (1972, Aetna fia
UT catbio ex todos Jos drdenes del vidg en aquclos aos, que cl padre
a Ja Begriffegeschichte lo bautizd como Sattelzei no wn momento es
Ite) los de soo yx cn ata cn
ron, peo lo relevant es ets este perf de catbiosadgurieron
tin significado completamente nuevo, smoderno™ =
blica em ete segundo monte, As ates inetso de qe ly opti se
adjetive definitivamente ya como pablica, ono de los ahanderadas del pen:
Samiento aradoy el egeacés David Hine en sus Ess, Morel, Pola
thd Literary (1742) incluye un ensayo, el quinte, «On tbe First Fengples
‘of Governtaent, ee ie yaaign un sigolScada plenameste polticn
iz opin, ¥ po Slo eso sito que leg s altar que squenesgobesan
sto Benen nada que a apoye salvo I opiGne, les dea que concoye
Come see ges fant knee
tpinidr. Pero lncluss en eta ponera eoncepcin ya poramene poldca
del concept hahsla que recordar wo ati, esque Home dice ue ex
2
w
rmgouccion
rns libres y populares. Este reconacimiento de que la opinisn es una
tea ceque ademas se contrapone jstaente ala violencia, muy dt
{hr polfica «clos pocose que tienen las riendas del gobietto se asimilard
posteriormente de maners neguivoea aun pode obit conte a
Piprescntaivo. De forma que en el sigo Xx la moderna opinién publica
‘ehitqucoueuuye uno de fos clmenresdefinitoris de ls ecbiernes
‘presentativon, también denominados diectamente gobicrnos de opini6n.
Str rasgo que va caracteriaar este momento politico de la opinign pi
bhiea durante el cual se varuodelando ef concepto al gusto del liberalism
Imperance es la definiciGn de tin nuevo sujeto. También en este sentido
leambio sobrevino gradualmente. Lo primero que hicieron los eruditos
Eobresalientes en el perfodo de las Laces fue despojara a vox del pueblo
Stan divinidad. En el case espafiol cl cambio se percibe nftidamente ex
Ih obra de Feijoo. En su Tectrocrftico saiversal dedicé todo el primer dis
{itsa precisamente 2 dejar claro que el sujeto de esa vox Populi no era
STpueblo encendido en semido moderno, pasitivo, sino en otto is bien
{efpective que lo invoca como veleo—y Yulgoighorante—. ¥ ese wulg0,
Hégjeamente, no poctn set el sujeto de una vor, de wna opinion verdadera,
sino too jconmaio, exes y oso fale por tno, Ast comenzs a
ee Desire base, al vic sueto de fa opinion para susttuitlo
rae ctphpo rere digo pico. por a nacién. De hecho, fe habitual
falar de ane option publica que en paises como la Espaia del xx supo-
nia no todoel pueblo sina una parte de él. Se trataba, pues, de un sujeto
omscenententedeliritado por esa parce det pueblo que por eapacidad,
Sntlog ial cugliGmica, lca los periddicos, eseribfa, se reunta en cafés y
{cris jidalinente, expresaba su opin politica mediante un sufragio,
Temitario, redueldo a es pequefa parte de la pablacién —may pequetia
fn términos cuantitativos, por cierto. Y es que, como se encargaré de
Chservar e conde Koederes en uno de los pioneros textos sobre a steoria
{cla opinion publicn (1787), la cuestidn de ba opinign publica se reduce
fados aspectos esencales: cultura yriqueza de los indvidues.
Tue en este sentido pelitico, donde la opini6n pica desempetiaba
‘uo papel central en el gobierno representaivo del perfodo liberal, coma
Se entendio y us el concepto durante toda la primera ital del siglo XIX
tw nuestro pais. Una expeesion, opiniin pibica, que adquic6 tal impor
fancia en ef discurso politico de Ia épocs que podemos encontratlo por
quieren la prense, los ciarios de sesiones de las Cores, tos flletos de
pricticamente todos Tos autores, fueran ésts de I idedlogia que fueran,
[os iberaies babian desenbierto wna rneva fuerza legitimadora del poder
politic, seularizada, perc que invocaban con la misia frecuencia y reve-
Tencia qe al anterior principio eeligioso de la providencia diving
“Tal fre la sacralidad qae agin la opinion publica que, no en vano
autores como Alberto Lists, retoniando una vieja expresién italiana apli-
ada sélo a la opinidn, la coranaron como eteina del miunlo», Por esa
tnisma ran no tardariantamipoco en aparecer autores que cuestionaraa
3tan poderosa e incuestionabie auroridad, Pensadores tan destacados como
John Smart Mill, y precisamente al anaiizar el gobictno represemtaivo,
denuneiaron que la idea de unanimidad que yacta en el coraz6n mismo
de ia nocidn de opinign piblica esta astxiando al individuo y sus opi
niones. Por eso insist en sit obra clésea On Liberty en la necesidad de
establecer slimicese 2 «a interferencia legitima de la opinién colectiva
con la independencia individual» (1859, 14), Esa resistencia a aceptar la
existencia de un piblico homogénco, un ser coletivo que sientey piensa
al unisono, socavard fa aucoridad de una opinién pablica que seré objeto
de un analisis mas derenido y profundo en adelante.
De hecho, serd hacia los afios setenta del siglo x1 enando algunos
autores en Europa comiencen una redefiniién de la opinién piblicaen un
sentido cientfico (entendido este calfcativo en un sentido muy amplio,
aque enseguida matizaré). Frpezaria de exe modo un teveer momento de
i opinion pabica enya vigeneia se adentran en toda la primeta mitad del
igo xx. ¥, de hecho, autores pioneros en esta nueva mutacin del concep:
to, como et italiano Gabba se quejaha en una conferenciafunslaeonal ron
nuuneiada en Florencia en 1876 se que hasta la fel todos Jos autores $2
hhabiaplimitado a invoca la autoridad dela opinion pablicasin detenerse
a analizar de dénde procede, en qué consiste, mo actBt en It sociedad,
aademés de owas cuestiones que inplicaba tan importante fendmeno. Con
ros autores como —de forms cas simulinea = Haag eb
Alemania o luego Bryce en Estados Unidos o los iustituetonists espatior
‘eg (Aocdate, Foca ee) oe nila in estudio acadéeMegA aD GAD
piblica que resaltard en la aparicidn de mitiples abajos monografcos,
asi como en un debate de émbito internacional sobee el que se produjeron
Inumerosos escstos menoges tambien,
Este momento cientifico de la opiniGn pablica que conducies logica-
‘mente aun canocimiento mucho mejor de sa naturaleza hay que enmar
carlo en cl surgimiento y desareolio de las ciencis sociales en las déeadas
finales del siglo ix y af menos en las dos primeras del XX. Se trata de un
cenfoque cientfca de carkcter cualitativo, centrado en conocer en toda si
extension la opinién piblica y que para ello se adentra en nuevos tereenos
como la psiqie social, No debe olvidarse que, aunque de momento seaa
Sobre todo jristas quienes teortaan de esta mieva forma sobre la opunion
pblica, cl denominador comin sera que ven en la sociedad el nuevo
fujeto de la opiniGn. Una sociedad que adquiere ala luz de la sociologia
{il caracser propia com entidad viva que hay que analzar. Se eata de at
prod en el que se erea sel hombre sociale convirtiendo «lo social» en la
sordenacién colectiva dominante» (Manheim, 1936).
También debeasos contextualizar todo este momento en el nacimiento
dela sociedad de masas con todas sus implicaciones. En el arden politico,
‘ge el viejo discfio del liberalismo para un gobierno representative donde
fos partidos eompetian por un pblico exiguo, con ya arcanas fSrmmulas de
propaganda y movilizacion social, debers adaprarsea la nueva politica de
4
snasss, Una politica donde inluse Jos periédicos, uiizados come principal
feano de expresién y gula dela opiniGn, se estaban transformando en ver
‘aderas empresas mercantile: —no de partido, ono sso exo com tiradas
{gue los nuevas medios téenicos babian permitide incrementar de mane
Cxponencial, Como exponercialmente habia aumentado para prineipios
Selsilo x el pablico lerado, lector —o en términos ya de mercado, scon
sumidor~—, De esa realidad daha claro testimoni {us Araquistin cua
do alirmaba que: «Convertido un periddico en industria, el espirits de Los
‘gue io componen se reduce a uateria elaborable a capricho del empresario,
saopinion publica se transforma en un mercado que bay que conguistar>
[Espuria, 24 de febrero ce 1916, 57), Yen esa reformulacidn del gobierno,
slemocracia sea liberal, sea social— de nuevo el papel
cocar excindiéndose entee la
nasa neuteas, caya
repuesentaiv
al pablico, sujeto dle la opinibn, se va a te
feci6n o inacci6n pudiera resulta clave en ese contexto—. Tema ese il
tho de epecial preucupacion pars sociclogosy politics, que relexionaré
sobte lgppiaign publica bajo este nuevo prisma en el que masas y elites,
Thultiuides ¢ int cecatles conformaban elementos ceotrales.
IL tra tronsforimocidn de Ls realidad ene que ver con una
bciedadl de macispie serd aunbién la del mercado y constmo ce mai
{gue anteé que en ninginogrositio se hace presente en Estados Unidos, uy
‘Aansngipa ll privcipios del siglo Xx. Una teaidad que obligaré a
Ber otro pup de gurees al memento ciensttico dela opiain pablica en un
Heorido mae aociologico y cuantitativo, pasando ded ansia por saber qué,
cémo y por qué opera la opiion publica, saber en qué medida lo hace;
esto es, por evantficar el plicoy sus opiniones. De nuevo, los cambios
tna tenicasaplicias, gue convisteron rapidamente las antiguas y poco
Solistcadas eencuestas ce poa- qe habla empezado a realizar la prensa
“bajo el modo de simples cvestionarios sobre cualquier tema, en muchas
casiones hanales~-enrefinados medios de sonden para auscltat la opi-
ign publica, devendrlan en uoa absorcin de Is idea misma de opinion
pilblca por la de encuestas de opinign, Idea que adguiré fuerza con el
Exito cosechado por Gallup para predecis, en un ideal prospective que
limenta a todas las cienciag la opinién politica de los votantes/pblico
ortenmeriao en elecones presidencies de ose. Con ello
fparecta ante los os de la sociedad un santo Grial, una fGrmula para
ie opinién, y por ende el couportamiento, cle esas mags para asi tomar
decsiones 0 lanzar mensajes acordes con lo esperado que seguro bacian a
‘cualquiera ganarse la auhelada adhesion de las masss.
Descle exe morento el proceso de decision making no pod
de un moda independiente o al margen dela opinion measyrment, Med
{da de la opinion que no dejarfa de intentar perfeccionarse hasta conocer
con precisiin decimal la opixién —y von ello la condacta previsible— de
Tos indviios aisladamente considerados, y luego summados y promediados
funcionarcomo simples factores de una contabildad matemética. Ello acababa, inevi-
tablemente, sniquilando cualquier concepcida holisticau organcista de una
sociedad que originalmente habia dado ranén de ser ala sociologia misma.
sca segunda fare del momento cientiico, que desembocars ef una
sunéntica «sondeocraciae, vaa dominar buena parte del siglo XX, y aunque
no desaparecer —mas bien sigue desarrollindose con creciente vigor en la
satualidad—, pronto deberdalrontar un nuevo reto, que volveré a modificar
Inesencia dela opinion pablica: la apariién de los medios de comunicacion
cdemasas, Unos mass media que desde losatios ochenta y noventa del pasaio
siglo adguieren una dimensién global y on papel central en la sociedad,
siendo el agente més expaz de llevar al piblico y formatear sus opiniones
Fs el momento mediatico de la opini6t, an perioda en el que et piblco
puede equipararse al sespectador jo» de Sartor (1998) y que sigue
Inidiéndose, ahora en términos de los indices de audiencia que tanto obse-
rninnto 2 rinuto meteed a los eosidianos estadios generals de medios. Ei
‘esc sentida, parece apropiado el califcativo de svideocracia» que ha pro
puesto algin autor actual para definir el nuevo marco socidpolica que
sirve de excenarioal presente momeato de la apinin pubic hrs 2004),
Momento, por otto lado, que eon la elercad ce fos cats tecpolégicosse
esta viendo hoy superado por los nievos marcos de conwunieaciOn derikaot
fe Ineernct, de manera que poderosafemac con un stor actual que ya he
tos paside Dele Teledemacraca ala Ciberdemacraci (ReyMotao, 2007).
in escenario que exige, como se propone en el Capitulo que cian
este libro, definir muy bien los nuevos roles éticos de as mediosy, dea
de ellos del periodismo profesional. Yes que en esa lesa persceweisn
del individuo espectador 1a opinis pblica se ha asfixiado, cuando no
suplantado, por los propios medios que son quienes en realidad, como
un gran fobby mezclado con otros grtpos de poder conto el econdmico y
«l polo, acaban mareando la agenda de la opiniGn piblica, Una cues
{a6 esta dina que, ala estela de fa teorfa de agenda setting de Maxwell
MacComts, no por casualidad ha llamado poderosaimente la atencidn de
los mis recientes estudios sobre Ia opinidn pabliea (en el caso espafol
cal destacar los debidos a Fermin Bowza y Esteban Lépe2-Escobar). Cu
Flosamente es el piblico quien ao parece ya capar. le marcar su propia
agenda, de ceniea los tema ee interés pen ls opin hasta el punto ee
‘qe podtrfanvosafitmar hoy —sin exagerar lo mis miinimo— que no existe
Ia opinién pabiies. Ya formulae serseantejuicio no hiicemos nada neva
er absoluto. Sin embargo, puede servirnos com test final para comprobar
{que significico tan cistinto puede tener esa misma afirmacién en diferentes
‘omstextos 6 momentos de la opinin piblica
spline Gabbs eos as seen siglo x alto Lippman en
los afios vente det siglo Xx airman que l opinidn publica no existe, porque
én realidad no existe el pico es un fantasina-~, hy gue entendrlo
enteo del concep polftico de sopinidn publics. $i entendemos, como
6
inraaouccion
cllos, 9 aceptamos su definiién de apinién pablica como Ta que se forma
Sl ptbtico sobre ls cuestiones de interés general y sobre las que es eapaz de
titi, ras un proceso de libre deliberacion y discusién, un juicio racional,
‘enronves, obviamente, uo eastia una opinién pablicaefectiva porque ala
fnayor parte de ese piblico se le escapaba la posbilidad y el conocitniento
thecesano para expresar tna opinién de esa nacuraleza. or eso una de fas
pases fundamentales cobre Is que debia reposar el modelo ideal de opinion
prblica del liberalism era wa cudadaria educada,culta: Ciaro que todos
{sos presuptestos del models elitista liberal quedarfan al menos socavados
‘anda en es ensito entre ds silos el irracionalismo, exaltadlo por Niet-
She ola pasidn y los sentinnientos se consideren earactrfticas veles de
Ths personas (y de la masa). Meas que ademrés ya no podria seguir operando
cen un mundo espacialmente diseecionado entre el medio rural, donde fos
individuos viven al margen del mundanal ruido (y dela opinién pablica),
Yel medio ubano, en cuyo dia a dia as opiniones van y vienen sin cesar
isos dos mundos bien desertos en el plano lterario par Unamany ya no
podran seguir siendo dos costs distintasen adelante (Suérex Contina, 2006).
Ciftndo Habermas a files de los afios cincuenta reaeciona contra el
aio dori Gn pibieacientfco-cuansctarivo dominantey pide une vuela
A concepra -lésicow de opinion plies al de los iberales ya referido, esté
Fone deo cso carbs experimentadosen a nein mista
Ae opinion puliea, I existencia de varios y contrapuestos modelos de
‘opinidn pba. Rats él en realidad lo que habla deseparecido mo erat
te el piblieo'cotio Ip esiera publica el marco donde formarse la apinida
Ihajaesos pardnsetrcs le discursividad),racionalidd, interés genera, ete
trees a denuneia habcrmtsiana, con tanto eco ef las décadas finales del
Siglo 4%, sivié para ahiondar en el sentido politico de la opiniGn péblica,
buscando nuevas fGrmulas para que existiera un verdadero piblico, una
cindadania activa y participstiva, que Hallaca las vies de-expresar su vor.
‘Una voz qtie Noeile-Neunian, ota de las tericas mis influyentes de las
«thins décadas,consderabassienciads por una esptal en aque el individu
ti era capar de, o no se atevia 0 no le conven, salts de las aecioaes que
clresto de la sociedad reputaba normiales. Aungue ella leg6 a su teoria de
ta eapital del silencio desde los estadios demoscopicos centrados en el com
portamento de los cudadanos durante la campatas electorates, en el fondo
Sr trsicrenmaha aquel sentido pre-moderno de ls opinion pica donde
tf yugo moral de la comunidad determinaba en cierta medida fa conducta
de losindividuos. Asi, el eomacdo efecto del carro vencedor» (Bandwagon
affect) capae de areasear alas mayorias por fa senda de l opinion plies
sdominante sera el resultado de esa fueraa que operaba en la sociedad desde
anciguo (Noelle-Neuman, 1995), En términos actuales diriamos que los
individuos ejercemas una autocensura indicds por ia ferza de la opinisn
pitblica que nos lleva a no salirnes del diseurso polfticamente correcto,
sca por un céleulo utlitaisa de los riesgos que ello comporta, sea porque
tesulte més précico peemanecerresguarlados de la opinion eh el silencio.sonzni® EAreciate oF MIGUEL
Dexde oita perspectiva, vando el sociogo francés Pierre Boardies
formlé ns conseide denuncia Lopinion pblque nexisre pas (1972),
esraba operand desde el oo gran paradigara concepwual de la opinién
piblic: el identified con los sondeos cienificos. De manera que para
Erlas defciencias en los métodes empleados para tealizar las encuestas
Son motivo suficente para considerar que lo que se vende como opinion
piblicn la vociedad malo es porque no responde « una correcta —cien-
{ica ausculracin de la misma (2000). Lo eval no ha sido dbice para
tie se siguera lncidiendo en est linea de invesigacién que denota una
wiceln de qu la ciencia y sus a¥ances son la via para el mejor con:
niento de fa opsnidn pablic, Una prolongacion dela vieja idea de que
in opinidn pablica es objeto de estudio cientfic, de que ha encontrado
ttuevesexpresiones recientes en los estos ya no de cienticos sociales
sino de sienticos putos en esa dreccidn Es cl caso de los esudios ela
iborados desde la fisiea como el de Mark Buchanan, que llega a hablar de
ala fsica de la opinidns, en la que compara el efecto del imén sere ls
partielas de hiereo con el de la opiaié sobee el comporamniente de tos
individuas (The Social Atom, 2007}, o del reciente acuieulo de Klimek,
Lambioite y Thurner (2008) en el que a partir de un emtgdalo fiea-es,
tadistico» esudian el proceso de formaciony la dinduica de l opin
publica en ciertas sciedades actoaes
Finalmente, cuando airmarnos qe hoy en realidad’ yD SEUNE OB
nin pablica lo que queremos expresar es que ciriosagate, evan do ks
‘medios hay para una libre expresi6n, para una informacin adeeuatlasobre
das diferentes cuestiones de interés pblico, etc, se produce algo similar
2 lo que Maximo Chiais denonina «un ettangulamiento de la realidad a
través de los medio» (2008), En no aiindo en el que ks publicidad y el
tnirketing nos hombardean de un mado infernal con simbalosy esldpanes
due sorteand la exzén Hegan hasta el teritorio del inconsciente con sus
tmensajes para dirgi las conducts. Fn una sciedad en la qu los medion,
ademds de informar, se han converido en armas en manos de grupas de
inuereses institaciones, en aucénticas armas de edsinformacion de las
asass, En exe contexto la otitualizncién colectiva del cansenso» no ja
dle ser una especie de ges adormecedor que impile ln afloracin de una
Yerdadera opiniGe plblica. Y en ese sentido se eleva hoy Voces erties
desde diferentes inatancias que caraterizan al actual sistema politico de
fas democracies occidentales como ~peeudordemocraciay Ast acaba de
brig en Francia un interesante debote,académica y meditico, sobre lo
(que los politdlogos denominan wenoeracia de opinidn». Las cara visles
de la polémica son e historiador Jacques Julliard (autor de La Reine dit
‘monde, 2008) yun conocido escritor¢introdctor dela mediologia, Regis
Debray, cayos debates en cl Institut Perre-Mendes-France ban llegada
hasta is paginas de Le Monde (31 de marzo de 2008). Pra poder entrar
en un andlsis uftamoamente eulifcado sobre todas estas realidad, cxeo
‘que resulta imprescindibie un estudio sobre la historia y el presente de la
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‘opinion pablica como el que agi ofrecemos a lector. Por la ampli
trinformacidn que contiene y por la variedad de enfoques que presenta,
‘ya sestinado a un piiblico general que pods enconerar en cada unto de sus
‘apienos andisis mas derallados sobre tacos los aspectos enunciados «lo
largo de esta introducci6a”
Gonzato Capets an pe Micu
Roma, Hotel Cecil, junio 2008
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omplatay eu pose. A odes ple