Hornero Monleon
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Prevención de conductas
antisociales: una perspectiva
desde el trabajo social
Resumen
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 5
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
4. CONCLUSIONES ................................................................................................................ 40
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
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1. INTRODUCCIÓN
Una de las preocupaciones de los colegios suele ser la cantidad de conflictos que se producen
entre iguales y entre alumnos y profesores. A raíz de esta inquietud, el Colegio Rural
Agrupado (CRA) Valle del Bullaque, de la provincia de Ciudad Real, tuvo la idea de llevar a
cabo un taller de resolución de conflictos y habilidades sociales durante el curso 2012/2013,
en el que participaron los cursos de 5º y 6º de primaria (donde los profesores percibían
mayor necesidad de autocontrol en los niños). El taller fue impartido de forma voluntaria
por quien escribe estas líneas, madre de dos alumnos y diplomada en Trabajo Social.
Durante el curso siguiente el AMPA de este colegió se interesó por los talleres, abrazando la
idea de extender este tipo de talleres al resto de los cursos de Primaria y Educación Infantil
del colegio, lo cual fue aceptado por la directiva del colegio y por el Claustro. Así, se decidió
ceder por parte de los tutores un tiempo semanal para llevar a cabo las sesiones.
Por tanto, la intención con este TFG es abordar el tema partiendo de un doble objetivo. En la
primera parte se analiza los procesos de prevención que tienen lugar en la escuela con el fin
de detectar las carencias que puedan existir en la misma. Analizaremos, además, si esta
función preventiva puede ser desarrollada desde el perfil profesional del trabajador social en
la escuela, coordinando los agentes implicados, alumno-familia-profesorado, con el fin de
hacer más eficaz la actuación. En la segunda parte se presenta una propuesta de intervención
dirigida a los tres agentes implicados en la presencia y prevención de la conflictividad en el
contexto escolar: alumnos, profesores y familias.
1.1 JUSTIFICACIÓN
Las conductas antisociales manifestadas por menores y jóvenes es un tema que despierta
gran preocupación en la sociedad. Sin embargo, dicha preocupación no siempre se ve
reflejada en las actuaciones que se llevan a cabo desde instituciones públicas encargadas de la
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Durante diez años he desarrollado mi labor profesional con jóvenes considerados en conflicto
social. En este tiempo ha sido frecuente encontrar en algunos ciertas carencias de relativa
importancia, que no habían sido detectadas o que incluso se habían forjado durante la etapa
escolar. Las carencias en los factores de protección (familia, escuela y comunidad,
principalmente) se dejan ver en ciertas dinámicas que rodean la socialización del menor en
los distintos ámbitos, como la estigmatización del comportamiento del niño.
Este concepto de estigma que popularizó Goffman (1963) se refiere al descrédito del
individuo con palabras, acciones de exclusión, rechazo o “invisibilización” por parte de los
demás. En ocasiones este tratamiento del “problema” es precursor de otros comportamientos
inadaptados desarrollados en la adolescencia y que desembocan en situaciones de conflicto
social. Por ello debemos intervenir desde edades tempranas, y para evitar el conflicto no hay
mejor estrategia que actuar antes de que este aparezca.
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Son muchos los autores que han investigado sobre las causas de estos comportamientos en
los adolescentes (Garrido, Stangeland y Redondo, 1999; Rutter y Giller, 1985; Rodríguez y
Paíno, 1994; Garrido, 2006). También existen estudios sobre la importancia de ciertos
factores de protección durante la infancia: familia, escuela, sociedad (Sobral, Romero,
Luengo y Marzoa, 2000). De igual manera, podemos encontrar análisis sobre los modelos de
aprendizaje en el ámbito escolar y sobre los modelos de prevención e intervención con
menores que presentan conductas antisociales desde el ámbito social (Sliminng et al., 2009).
Sin embargo, resulta más difícil, encontrar experiencias preventivas en la escuela dirigidas a
todos los menores, normalizados o no; abarcando no solo a los alumnos sino también a
familias y profesorado.
Durante el análisis de literatura realizado para el presente estudio, se han podido apreciar
dos características que pueden ser contradictorias y sin embargo, son recurrentes en la
documentación consultada:
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A lo largo del marco teórico veremos cómo podemos abordar esta cuestión, y qué enfoques
teóricos debemos tener en cuenta previamente a la realización de la propuesta que
presentamos.
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2. MARCO CONCEPTUAL
En este apartado trataremos de acercarnos a algunos conceptos que nos sitúen en nuestro
objeto de estudio. Lo haremos, en primer lugar, realizando un pequeño recorrido teórico por
conceptos fundamentales para este TFG referidos a los adolescentes en el ámbito social. De
este modo, examinaremos qué entendemos por conflicto, inadaptación y marginación social.
Además, estableceremos una relación entre los dos primeros diferenciándolos de la
marginación social, con el fin de no caer en estereotipos creados socialmente sobre la
correlación entre delito, conducta antisocial y marginación. Seguidamente se concretarán
conceptos de contenido similar, pero referidos al ámbito escolar, como conductas disruptivas,
trastorno de conducta y conducta desafiante. De esta forma, unificaremos conceptos
utilizados en el ámbito socio-educativo informal/social, con los utilizados en la educación
formal/reglada. Todo ello se hará con el fin de poder obtener puntos en común entre uno y
otro ámbito. Se pretende que esta conceptualización facilite el acercamiento a la escuela en
lo que se refiere a sus funciones como factor de prevención de conductas antisociales en la
adolescencia. Por último, analizaremos el papel del trabajador social en este proceso
preventivo dentro del ámbito escolar.
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con los demás, y que por su estilo de vida no encaja en los patrones normales de
comportamiento social aceptado por la comunidad o sociedad mayoritaria.
Por tanto, la inadaptación social es un estado al que se llega por el fracaso del individuo ante
los estímulos que el medio social le ofrece. La persona manifiesta un comportamiento
discrepante respecto de las conductas consideradas normales dentro del contexto que le
rodea. Roig y Ochotorena (1993) considera respecto de los menores lo siguiente:
Según Sánchez (1991) esta situación tiene una serie de consecuencias, entre las que destacan
la incontrolabilidad del medio y el “desamparo aprendido” (p. 121). Según este autor se
producen déficits en diferentes ámbitos del menor, que se traducen en inmadurez e
inseguridad.
Por su parte, Ayerbe Echeberría (2000) y Valverde Molina (1996) afirman que se puede
hablar de dos fases en la inadaptación: la inadaptación objetiva y subjetiva. La inadaptación
objetiva se produce cuando el individuo se socializa en un entorno que no le permite
desarrollar sus capacidades individuales, intelectuales y relacionales, y que no logra las metas
propuestas por la sociedad por los medios considerados legítimos.
En este momento se produce una segunda fase, que la autora denomina de inadaptación
subjetiva, protagonizada por la intervención de las instituciones de control social debido al
comportamiento objetivamente inadaptado descrito anteriormente. La respuesta social
ofrecida ante la conducta antisocial suele ser anómala, lo que produce una pérdida de las
metas adaptativas y de los medios culturales para alcanzarlas. En este momento, el
comportamiento desadaptado comienza a perder su lógica y puede llegar a convertirse en
conducta agresiva y destructora.
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Así podemos percibir la relación existente entre inadaptación social y conflicto social, de
manera que la inadaptación social puede llevar a situaciones de desesperanza que terminen
en un enfrentamiento con la sociedad a través de conductas antisociales o de conflicto social.
Estos comportamientos son los que, el decreto 4/10 de Castilla la Mancha califica como
conductas que entrañan riesgo para los menores o para terceros, así como las infracciones
penales.
SOCIALIZACIÓN
INDIVIDUO INADAPTACION
ADAPTADO OBJETIVA
Conformismo
INTERVENCIÓN
instituciones de Conducta antisocial
Conducta de retirada
control social
INADAPTACION Pérdida de
SUBJETIVA metas y medios
Hasta aquí hemos analizado la relación existente entre conflicto social e inadaptación social,
a continuación vamos a analizar las diferencias que existen entre estos dos conceptos y el de
marginación social.
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Con frecuencia se asocian los términos conflicto social y marginación social. Sin embargo,
cada vez son más frecuentes las intervenciones con menores o jóvenes con conductas
antisociales o disruptivas que proceden de familias que se encuentran dentro, de lo que
consideramos socialmente, parámetros de normalidad. En este sentido Jiménez Moreno
(2001) afirma lo siguiente acerca del concepto de exclusión:
El concepto de exclusión social tiene un sentido más amplio, engloba a más personas
que el de marginación, fundamentalmente incluye a los nuevos pobres. Cuando
además de las características que puede describir la exclusión, se sufre
estigmatización, a nivel general, hablamos de marginación. (p. 75)
La marginación social, según Laparra Gaviria y Aguilar (1996), se refiere a las situaciones de
pobreza absoluta que además de que son estigmatizadas, criminalizadas y segregadas, existe
una repulsa social hacia las personas marginadas (citado en Jimenez, 2001). Por su parte,
Laparra (1996) hace una clasificación donde incluye como personas marginadas, inmigrantes
magrebíes, personas adictas a la heroína, enfermos de SIDA, homosexuales, reclusos,
población gitana.
Si bien es cierto que las situaciones de marginación social pueden dar lugar a situaciones de
inadaptación y conflicto social, no es menos cierto que no todos los jóvenes o menores con
este tipo de conductas (ni siquiera la mayoría) pertenezcan a grupos socialmente
estigmatizados o marginados. De echo, cada vez son más los jóvenes que presentan
conductas antisociales de enfrentamiento con la sociedad y que proceden de ámbitos sociales
y familiares normalizados. Incluso parte de ellos cumplen con los patrones socialmente
establecidos en otros ámbitos, como el familiar.
Por lo tanto, no podemos establecer, a priori, una relación de causa efecto entre marginación
social y conflicto social o inadaptación. Todo ello, por cuanto existen jóvenes que presentan
conductas inadaptadas o se encuentran en conflicto social que no pertenecen a grupos
marginales. Esto nos lleva a tener que buscar la causa de estas conductas en otros factores
que no son la marginalidad.
A la hora de definir las conductas antisociales se aprecian dos líneas distintas. Por un lado,
nos encontramos con autores que se refieren a ellas como conductas delictivas. Y, por otro
lado, hay autores que las enmarcan como conductas que se producen fuera de las normas
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sociales y/o morales. Así, Garaigordobil (2005) establece que la conducta antisocial tiene
relación con el incumplimiento de las reglas sociales y/o supone una acción contra los demás.
Cita conductas asociadas al gamberrismo y a la trasgresión de normas sociales en relación a
la edad como romper objetos, golpear, pelearse o agredir a personas, falsificar notas, no
asistir al colegio, etc.
Esta última concepción será la que utilizaremos en este trabajo al referirnos a conducta
antisocial: como una trasgresión de normas sociales y morales que supone un perjuicio para
sí mismo o para los demás. Usaremos directamente el término conductas delictivas para
referirnos a comportamientos fuera de la ley y penalizados legalmente por la justicia de
menores.
Para empezar, recordemos que cualquier cosa que hacemos o decimos supone una conducta.
Todo comportamiento o conducta tiene un propósito. A continuación, examinemos
diferentes conceptos que tienen que ver con la conducta, dentro y fuera de las aulas.
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definición de conductas disruptivas es la siguiente, que pone el acento en cómo estas afectan
a la convivencia en el aula:
Braverman (2001) define los factores de riesgo, aplicados a la infancia como aquellos
estresores o condiciones ambientales que incrementan la probabilidad de que un niño
desarrolle una adaptación pobre o tenga resultados negativos en ámbitos como la salud física
o mental, los resultados académicos o la adaptación social.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
ESTILOS PARENTALES:
*Estilo educativo ineficaz
*Baja supervisión
*Baja estimulación cognitiva
FACTORES
CONTEXTUALES/FAMILIARES:
*Pobreza
*Actividad delictiva de los padres
*Estresores
*Conflicto familiar
El echo de alcanzar una adaptación exitosa a pesar de circunstancias adversas (riesgos) recibe
el nombre de resiliencia. A partir de este concepto surge el interés por estudiar las
estrategias de afrontamiento y adaptación de niños y adolescentes que son capaces de
superar los factores de riesgo manteniendo un comportamiento socialmente aceptable y
rechazar conductas inadaptadas. Por tanto, el estudio de los factores de riesgo abre paso a un
interés creciente por los factores de protección.
Según Serrano (1995) y Rutter (1992) hablamos de factores protectores refiriéndonos a las
circunstancias, características, atributos y condiciones que facilitan que el individuo se
desarrolle de una forma integral y sana tanto de forma individual como en grupo (citados por
Rojas, 2002). De echo, “el mismo factor puede ser de riesgo o protector según las
circunstancias” (Rojas, 2002, p. 59). Esto es así dependiendo de si las circunstancias que
rodean al factor son desfavorables o favorables; intervienen de forma positiva o negativa, en
la creación del auto concepto. Así, el factor ejercerá una función de protección en el niño
cuando ayude a reforzar su auto concepto, lo que influirá en el rechazo de conductas
antisociales por parte del menor. De la misma forma, el factor ejercerá una función de riesgo
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Por otra parte, la importancia de la familia y la escuela en la formación del auto concepto del
adolescente es vital. De esta manera, se señalan a las familias y la escuela como los
elementos institucionales más decisivos a la hora de construir la visión que tiene de él mismo
el futuro adolescente (Pons y Berjano, 1996, citado por Rojas, 2002).
Tomaremos en cuenta por tanto, en nuestro estudio, estos dos factores (familia y escuela)
profundizando en las funciones asignadas a ambos y el cumplimiento o no de las mismas
como agentes socializadores preventivos de conductas antisociales.
2.3.1 La familia
Tanto la familia como la escuela suponen los agentes socializadores más determinantes de la
socialización primaria del individuo. En concreto, “la socialización primaria es la primera por
la que el hombre atraviesa en la niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la
sociedad” (Berger y Luckman 1995, p. 166) Por tanto, nos aporta los valores centrales de la
cultura y constituye el núcleo profundo de la identidad. En la familia es donde se adquieren
normas, valores, derechos y obligaciones, y roles; además de preparar a la persona para el
papel que desarrollará en el futuro (Leñero, 1992).
Existen estudios que demuestran que una mejor comunicación familiar, con fuerte
vinculación emocional, supone que los niños y adolescentes también perciban más apoyo de
sus relaciones personales (Jimenez, Musitu y Murgui, 2005). De igual manera, determinados
ambientes familiares en los que predomina la falta de comunicación o relaciones distantes
pueden favorecer las conductas de riesgo en adolescentes (Maiquez, 2004). Según Larrañaga,
Yubero y Bodoque (2006), los padres ejercen su papel como agentes socializadores por dos
vías: como modelos (atractivos y afectuosos) y mediante la educación que llevan a cabo. Por
tanto, lo importante en la educación familiar no es tanto lo que los padres hacen a sus hijos,
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sino lo que hacen con ellos. Cuando los momentos compartidos son de calidad, estos se
transforman en elementos protectores.
Para estos autores los hijos de padres democráticos, que ejercen una disciplina de apoyo, son
los que muestran características sociales más positivas: persistencia en la tarea, niveles altos
de auto control y autoestima, hábiles en las relaciones sociales, independientes y afectuosos.
En términos generales, se identifican una serie de conductas protectoras en la familia que
actúan como amortiguadores frente a la aparición de conductas de riesgo. Podemos destacar
las siguientes:
Podemos concluir afirmando que la familia posee una importancia determinante dentro del
proceso de socialización primaria del niño. Este proceso estará más ajustado a
comportamientos prosociales en el futuro, cuanto mayor sea la calidad de las relaciones
familiares. Es por esto que resulta fundamental sensibilizar a los padres acerca de la
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Hasta aquí el análisis de la familia como factor de protección de futuras conductas de riesgo
en niños y adolescentes. Ahora pasaremos a analizar otro de los agentes clave en la
socialización primaria: la escuela.
2.3.2 La escuela
El ámbito escolar es otro de los elementos fundamentales en el desarrollo psicosocial del ser
humano. La escuela facilita las primeras interacciones con los iguales y figuras de autoridad.
Interviene, igualmente, en la construcción de la identidad del individuo como ser social.
Como dijimos con anterioridad, cualquier factor puede ser de riesgo o protección
dependiendo de si favorece o no el aprendizaje y el desarrollo de herramientas relacionales
que puedan ser usadas por el niño en un futuro. Aquí expondremos los factores de
prevención, obviando los factores de riesgo que pueden darse en la escuela, ya que
consideramos que estos últimos son más conocidos dada la literatura existente al respecto
Como el análisis de las funciones de la escuela como agente de prevención puede ser muy
amplio se han escogido tres elementos que pueden servir, según los autores, para prevenir
comportamientos o conductas desadaptadas, antisociales o disruptivas (aplicando cada
concepto al ámbito y tiempo que le corresponde). Estos elementos de prevención que se
pueden reforzar en la escuela son: una buena autoestima o autopercepción, el éxito escolar y
social del alumno y el papel del profesorado o personal docente.
Miranda (2005) considera como factores escolares de prevención, las percepciones de los
niños hacia la escuela, la autoimagen y la competencia académica auto percibida, el estilo de
interacción social y las dificultades de aprendizaje y de rendimiento académico. La
percepción positiva hacia la escuela supone la existencia de un sentimiento, de pertenencia al
grupo y de ser apoyado por él. Esto influye positivamente en la adaptación social del niño.
Anderman (2002) indica que estas percepciones positivas posibilitan la creación de un auto
concepto positivo que se relaciona con una mejora del rendimiento escolar, lo que viene a ser
un factor protector de situaciones de riesgo y/o de fracaso escolar.
El éxito escolar es otro elemento protector en la medida en que las experiencias de éxito
incrementan la autoestima y la capacidad de afrontamiento ante problemas futuros. La visión
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
de Marchesi ( 2003) sobre fracaso escolar considera que para interpretar este concepto hay
que tener en cuenta que:
- El propio término desarrolla una concepción negativa del alumnado que puede
repercutir en su autoestima y auto concepto.
- El fracaso no tiene en cuenta todos los aprendizajes que posee el alumno (hábitos,
actitudes, etc.); únicamente se refiere a conocimientos u objetivos de aprendizaje
escolar que no ha logrado alcanzar.
Hay autores como Aguilar (1998) que centran la responsabilidad sobre el fracaso o el éxito
escolar, en el sistema educativo y los centros escolares evitando la focalización en el
alumnado. Así este autor, asocia el fracaso escolar con aquellas situaciones en las que “la
escuela, el sistema escolar en sentido amplio, no consigue que determinados individuos o
colectivos alcancen los objetivos que se esperaban” (Aguilar, 1998, p. 9). Estos objetivos se
enmarcan en los conocimientos alcanzados como competencia curricular, olvidando así, la
importancia de otros aprendizajes señalados con anterioridad (motivación, habilidades,
actitudes).
Por último, debemos tener en cuenta que el agente directo a través del que llega la escuela al
alumno es el maestro. De ahí la importancia de su papel como elemento o factor de
protección del menor. Más aún en la socialización primaria donde el modelado se convierte
en una forma de aprendizaje fundamental para los menores.
Existen autores que alertan sobre elementos que afectan a la escuela y a los maestros, y que
pueden influir en la aparición de conductas disruptivas. Navarro (2008) hace referencia a
una enseñanza demasiado rígida, falta de recursos personales, metodología poco motivadora,
falta de refuerzos positivos, poca comunicación con los alumnos y la familia, poca formación
docente para afrontar la indisciplina, ausencia de afrontamiento de los conflictos cuando
aparecen y desconocimiento por parte del profesorado de las características psicológicas y
sociales del alumno.
Por su parte, el profesorado se enfrenta a situaciones de conflicto sobre las que nadie les ha
formado. En la medida en que el maestro cuente con las herramientas pedagógicas adecuadas
para afrontar los problemas conductuales de los alumnos, conseguirá mayor influencia en el
desarrollo de conductas prosociales. Lo que convertirá la acción educativa en elemento de
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Por lo tanto, haciendo una síntesis de los elementos que pueden cumplir una función de
protección dentro de la escuela, a la hora de prevenir conductas antisociales en los menores
se han centrado en tres factores: La autoestima, el éxito escolar - personal y el papel del
profesorado.
» En segundo lugar, la búsqueda del éxito, no solo escolar sino personal como objetivo a
lograr por la escuela, supone el incremento de la autoestima del menor. Sentirse útil
personal y socialmente influye en el desarrollo de conductas prosociales.
» Por último, la figura de maestro como facilitador de los dos primeros elementos. Se
contempla que una buena formación a la hora de afrontar situaciones de conflicto por
parte del profesorado, puede convertirlos en ejemplo positivo para el alumno, cuando
deba hacer frente a sus propios problemas. La función educativa que tiene asignada, va
más allá de la enseñanza de materias escolares.
Para acercar el trabajo social a la escuela, primero haremos un breve repaso al concepto de
Trabajo Social, aproximándonos a las aéreas de actuación recogidas en el Libro Blanco de
Trabajo social. Como nuestro objeto de estudio es la prevención en el ámbito escolar nos
centraremos en las áreas de intervención que se relacionan con él. Seguidamente,
examinaremos los ámbitos educativos donde se producen procesos de enseñanza-aprendizaje
y se sondearan las funciones que según los autores puede tener el trabajador social en el
ámbito educativo.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
El libro Blanco de Trabajo Social establece que el Trabajo social es una disciplina que tiene
por objeto:
Se reconoce por tanto al trabajador social como un agente social de cambio que interviene
ante necesidades sociales, entendidas como carencias personales, grupales o sociales,
siguiendo un método propio cuya base es el comportamiento humano y de los sistemas
sociales. Hernández y Puyol (2009) refieren como objeto del trabajo social el ser humano.
Estos autores inciden en la situación de necesidad-carencia del hombre que puede interferir
en su desarrollo y requiere para superarla de una intervención profesional. Señalan la
importancia de lograr el cambio partiendo de las potencialidades de las personas.
Los campos donde puede intervenir el trabajador social son muchos y muy variados.
Concretamente el campo de la educación es recogido como una de las áreas profesionales de
esta disciplina por algunos teóricos del trabajo social (Natalio Kisnerman, 1990). Moix
(1991) reconoce como campo de práctica profesional la familia e infancia y el trabajo social
escolar, entre otros. De nuevo, el Libro Blanco de Trabajo Social (2005) distingue entre diez
áreas profesionales, entre las que podemos encontrar las siguientes en relación a la
intervención en el ámbito escolar:
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Figura 3. Intervención social en el ámbito escolar (Libro Blanco del Trabajo Social, 2005)
Previamente se hará mención a los tipos de educación que se contempla a nivel teórico y las
actividades que incluyen cada uno de ellos. A partir de esta distinción se realizará un breve
recorrido por las principales funciones que se le atribuyen a la figura del trabajador social
dentro del campo educativo.
En el proceso educativo del individuo podemos distinguir entre tres tipos de educación:
formal, no formal e informal (Hernández y Puyol, 2009). La educación formal o reglada es un
proceso integral que abarca niveles educativos organizados de forma sistemática y que
concluye con una certificación oficial. El aprendizaje es ofrecido normalmente por un centro
educativo o de formación perteneciente al sistema educativo. La educación no formal es un
aprendizaje estructurado (cuenta con objetivos didácticos, duración o soporte) pero no es
ofrecido por un centro de educación o formación y normalmente no conduce a una
certificación. La educación informal se refiere a un aprendizaje que se produce a través de la
adquisición de conocimientos, habilidades, actitudes y criterios a través de las experiencias
vividas en las relaciones cotidianas con el medio.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Hechas estas distinciones respecto a los tipos de educación, los autores citados, mencionan
como el trabajador social puede participar tanto de la educación formal, no formal e informal
de manera profesional. Así se recuerda cómo el trabajador social puede operar sobre
contenidos trasversales, salud, igualdad, tolerancia, no violencia; todo ello dentro de la
educación formal. De igual manera, la educación informal incluye conocimientos respecto del
comportamiento social, las relaciones sociales y otras actividades necesarias para
desenvolverse como ser humano en sociedad que puede ser cometido de los trabajadores
sociales. La educación no formal, según estos autores, contempla la formación
complementaria como escuelas de padres, formación para la igualdad, talleres de habilidades
y resolución de conflictos, entre otros. Actividades todas que pueden ser emprendidas por los
profesionales del trabajo social.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Colaborar con los distintos órganos de representación del centro escolar. Esta
colaboración vendrá dada por la demanda expresa del órgano o por la propia
demanda de participación del trabajador social.
Dichas funciones están enmarcadas dentro de las asignadas por el Ministerio de Educación al
perfil profesional de trabajador social integrado en los Servicios de Orientación Educativa,
Psicopedagógica y Profesional, que operan en los centros escolares. Hasta aquí la
enumeración de funciones propias en este campo. Por último, se tratará de reflexionar sobre
la posición que le correspondería al trabajador social dentro de estos procesos de aprendizaje
como coordinador de actuaciones en la escuela, dirigidas a la prevención de conductas
desadaptadas futuras.
Como manifiesta Roselló (1998) el sistema educativo no es capaz de modificar todos los
problemas que el alumnado trae consigo a los centros escolares. Esto supone una carga extra
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
» Familia-escuela: A lo largo del trabajo hemos identificado algunas de las carencias que
se plasman en relaciones, en ocasiones, difíciles entre los padres y los profesores de los
alumnos. La mejora de las mismas pasa por un entendimiento mutuo del trabajo
educativo que realizan cada uno. Estamos hablando de prevenir conductas que en un
futuro supondrán tratamientos mucho más costosos en términos sociales. Por tanto, es
necesario trabajar de forma coordinada antes de que aparezcan estos comportamientos,
establecer pautas comunes, revisarlas y compartirlas. Aquí, se hace necesaria la figura
de un profesional mediador que sepa comprender la labor y las dificultades que surgen,
tanto en la relación familiar como en la educativa. El trabajador social puede ejercer esta
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
3.1 POBLACIÓN
Este colegio público se encuentra en un municipio rural de la provincia de Ciudad Real que
cuenta con alrededor de 1300 habitantes. En el colegio están escolarizados 100 alumnos/as
que residen en el municipio o en aldeas y fincas próximas al mismo.
La actividad económica más habitual entre los padres es la agrícola. Si bien es cierto, que al
tratarse de una población relativamente joven, se desarrollan otras actividades laborales
como en el sector servicios, la construcción o funcionariado.
La mayoría de los docentes del colegio tienen en propiedad su plaza y algunos de ellos
residen en la zona. La mayor parte de la plantilla de tutores llevan trabajando en el colegio
más de cinco años.
Objetivo General
Objetivos Específicos
Ofrecer a los alumnos un espacio dentro del horario escolar donde aprender
herramientas y estrategias para afrontar los conflictos y manejar sus emociones.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Proporcionar a las familias un lugar donde puedan exponer sus dudas y compartir sus
frustraciones como padres, con la presencia de un profesional especializado en la
materia.
La propuesta se llevaría cabo con la colaboración del AMPA del colegio. Una de las madres,
trabajadora social, que forma parte de la asociación, ejercerá las funciones de coordinación
del proyecto de manera voluntaria. Para su puesta en marcha sería necesaria la cooperación
de la directiva del colegio así como del resto de profesores tutores y especialistas interesados
en participar de las actividades programadas.
•Educación Infantil:
Taller gestión emocional
• Escuela de •Formación:
padres • Educación Primaira:
•Primera etapa
•Segunda etapa
• Grupo de •1º Ciclo: Taller gestión
autoayuda emociones •Supervisión
•2º Ciclo: Taller de
habilidades sociales
•3º Ciclo: Taller de
comunicación y
resolución conflictos
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
escolar. Así, dado que la intervención se pretende llegue a todo el alumnado del colegio,
desde infantil hasta primaria, se han dividido las actividades por ciclos.
Como hemos desarrollado en el marco teórico del trabajo, la prevención será más efectiva
cuanto más temprano se inicie. Por ello se pretende realizar un proceso de aprendizaje no
formal que se inicie en Educación Infantil con el fortalecimiento del autoconcepto del niño a
través de la identificación y manejo de las emociones.
En el segundo ciclo, la adquisición de habilidades relacionales pretende ser una ayuda para
mejorar la relación con el medio.
Las actividades han sido obtenidas de diferentes materiales de animación así como otros
elaborados expresamente para este trabajo: se trata de dinámicas, juegos, lecturas y videos
con los que se pretende alcanzar los objetivos previstos.
Los talleres, sus objetivos y las respectivas actividades están recogidos en las siguientes tablas
(el desarrollo de las actividades se recoge en los anexos).
Se realizan dos talleres de emociones de manera que se puedan adaptar los objetivos a cada
grupo de edad. De esta forma las sesiones de infantil irán dirigidas a conseguir objetivos muy
básicos de identificación de emociones primarias, mientras en el primer ciclo se puede
profundizar algo más sobre la influencia de las mismas en el comportamiento.
Se realizarán en horario lectivo: tanto en infantil como en primer ciclo de primaria los tutores
cederán media hora a la semana para impartir el taller.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
En el taller de habilidades sociales está previsto realizar las mismas actividades en los dos
cursos. En el futuro se haría necesario adaptar las sesiones de 4º curso para no repetir las
actividades del curso anterior. Igual ocurriría con 2º y 3º de educación infantil y con 2º
curso de primaria.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
La última sesión en los talleres de habilidades sociales, se dedicará a realizar una evaluación
sobre los contenidos y la estructura y organización del taller. Dicha evaluación se tendrá con
los alumnos directamente y con los maestros de cada curso, con el fin de recoger sus
impresiones sobre la marcha del taller, el impacto alcanzado en los niños y las posibles
mejoras a realizar.
El taller tendrá lugar durante la hora de tutoría del curso correspondiente con una
periodicidad semanal.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Los niños de 5º curso cuentan cierta capacidad de reflexión que quisiéramos aprovechar en el
taller de resolución de conflictos. Queremos que empiecen a conocer y manejar ciertas
herramientas o habilidades, para aplicarlas sobre situaciones de conflicto que se estén dando
o se puedan dar en sus vidas de forma real.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
TALLER DE COMUNICACIÓN
CICLOS OBJETIVOS SESIONES y ACTIVIDADES
Conocer las
distintas
formas de
comunicarse. Sesión 1: ¿Qué es la comunicación?: dinámicas “¿Es
así?” y el “Juego de los contrarios”.
Reflexionar
sobre su forma Sesión 2: Siempre nos comunicamos: “Yo en mi
de comunicarse clase…”
en distintos
Tercer ciclo ambientes: en Sesión 3: Mensajes Yo: Ficha
Primaria casa, en la
escuela y con Sesión 4: Mensajes Yo: roleplay
(6º curso) los iguales.
Sesión 5: Dificultades de la comunicación: “Diálogos
Conocer con testigo”
algunas
habilidades que Sesión 6: Dinámica: “Niveles de comunicación”
nos ayudan a la
hora de Sesión 7: Evaluación del taller
comunicarnos:
empatía y
escucha activa.
El taller finalizará con una sesión de evaluación igual que los de 2º ciclo. Los talleres tendrán
lugar en la hora de ciudadanía, semanalmente, durante siete sesiones.
Como hemos indicado en el marco teórico del trabajo, la labor de la familia es un factor
importante a la hora de prevenir conductas de riesgo. Es importante que la familia cuente
con apoyos profesionales que les orienten en el manejo de ciertos comportamientos de sus
hijos.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Algunos padres cuentan con habilidades para ello, sin embargo se sienten inseguros a la hora
de llevarlas a la práctica. Otros padres, directamente no saben cómo abordar ciertos
problemas académicos o de comportamiento que surgen en la educación de sus hijos. Las
actividades previstas en esta propuesta tratan de dar cabida a unos y otros.
A. Escuela de padres
Mediante la creación de una escuela de padres, dirigida a todas las familias interesadas en
participar, se busca crear un espacio de participación y de refuerzo para todos los padres y
madres. Estará organizada y coordinada por la trabajadora social desde el AMPA, con la
colaboración puntual de otros profesionales especialistas de la escuela y también personas
ajenas a la misma con formación para resolver sus dudas. Los temas de las sesiones deberán
surgir de las necesidades de las familias respecto a la educación de sus hijos. Dicho sondeo se
realizará al iniciar el curso, en septiembre, con el fin de poder organizarlo con tiempo para
iniciar en noviembre. En el trabajo indicamos algunas posibles sesiones mensuales y sus
objetivos que han sido recogidas y adaptadas del Manual didáctico para la escuela de padres
editado por FEPAD y dirigido por Agustín Durán.
ESCUELA DE PADRES
Sesiones Objetivos
Reconocer cuál es nuestro estilo educativo en casa y cuál es el
Los padres y los hijos
más apropiado a la relación padre-hijo.
Los padres y la escuela: Mejorar el rendimiento escolar de nuestros hijos. Reconocer
Ayudar a los hijos en los hábitos no saludables para la motivación escolar. Las
estudios actividades extraescolares y la tarea
Los padres y la escuela:
Conocer lo que son las técnicas de estudio. Organización de
Ayudar a los hijos en los
hábitos de estudio. El problema de las calificaciones bajas.
estudios
Los padres y la escuela: Comprender la importancia de la colaboración entre la familia
Relación entre familia y y la escuela para mejorar el bienestar escolar de los hijos.
escuela Formas de colaboración.
Los padres y la escuela:
Conocer el cometido del servicio de orientación escolar y
Relación entre familia y
valorar su función.
escuela
La salud en la escuela: Conocer los hábitos saludables sobre los que se puede
hábitos saludables intervenir desde casa: alimentación y sueño
Evaluar las sesiones mantenidas con los padres. Rescatar
Evaluación
preferencias para próximas sesiones.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
El grupo de autoayuda se dirige a padres y madres que necesitan reforzar su rol, con el
aprendizaje y puesta en marcha de herramientas concretas para enfrentar problemas de
comportamiento y de motivación en sus hijos. Estas familias serán invitadas por parte de la
dirección del colegio, tras una valoración previa realizada a través del departamento de
orientación del centro. Su participación será voluntaria y requerirá de un trabajo coordinado
entre tutor, equipo de orientación del centro y coordinador del grupo. La coordinación del
mismo podrá realizarse por la trabajadora social voluntaria del AMPA.
GRUPO DE AUTOAYUDA
Sesiones Objetivos
Conocer las funciones que cumple la familia en la
“La familia” socialización de los niños. Roles que representan cada
miembro de la familia. Estilos educativos.
Conocer lo que son las normas, por qué son necesarias, qué
“Las normas” tipo de normas existen y cuáles nos corresponde a los padres
trasmitir a los hijos.
Conocer el concepto de castigo, los tipos de castigo y su
“El castigo”
función. Cómo deben ser los castigos.
Conocer qué es el premio, tipos de premios y su función.
“El premio”
Cómo deben ser los premios.
Comentar las dificultades que tenemos a la hora de ejercer
“La motivación en los padres”
como padres. Formas de superarlas.
Aprender estrategias de motivación al estudio para los hijos.
“La motivación en los hijos”
Equilibrio entre el castigo y el premio.
Evaluar los avances conseguidos durante el curso y en qué ha
“Nos valoramos como padres”
podido intervenir el grupo de autoayuda.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Podemos encontrar multitud de documentos y guías dirigidos a los docentes para trabajar
diferentes aspectos emocionales y de resolución de conflictos en los niños y adolescentes. Sin
embargo, muy pocas incluyen el seguimiento de la implementación de estos programas por
un supervisor, lo que supone que los docentes en muchos casos se sientan solos ante dicha
programación o incapaces de hacer frente a los imprevistos que surgen, y finalmente se
dediquen a sus funciones didácticas olvidando la función socializadora.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
B. Supervisión de situaciones-problema
Si se cree conveniente por parte de la dirección del centro, puede realizarse alguna sesión de
supervisión conjunta con varios docentes, con el fin de establecer pautas comunes de
afrontamiento ante ciertos comportamientos de alumnos que sea necesario atajar de forma
conjunta por parte del claustro de profesores.
Conviene no perder de vista que el proyecto consta de tres niveles de intervención que será
necesario coordinar debidamente para que la prevención sea lo más eficiente posible:
alumnos, familia y profesorado.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
3.4. CRONOGRAMA
Tabla 7. Cronograma
MARZO
ENERO
JUNIO
ABRIL
MAYO
FEBR.
SEPT.
NOV.
OCT.
DIC.
ACTIVIDADES
ACTIVIDADES DIRIGIDAS A
ALUMNOS
TALLER DE HABILIDADES
SOCIALES
TALLER DE RESOLUCION DE
CONFLICTOS
TALLER DE COMUNICACIÓN
ACTIVIDADES DIRIGIDAS A
PADRES
ESCUELA DE PADRES
GRUPO DE AUTOAYUDA
ACTIVIDADES DIRIGIDAS A
DOCENTES
FORMACION
SUPERVISION DE CASOS
Para la aplicación del proyecto se contará con los recursos materiales de que se dispone en la
escuela: pizarra digital, ordenadores, material fungible, salas de reuniones, fotocopiadora.
Desde el AMPA del colegio se cuenta con un presupuesto para materiales y recursos que no
disponga el colegio y sean necesarios para el desarrollo del proyecto.
Personas voluntarias socias del AMPA del colegio, con formación para llevar a cabo
los talleres dirigidos a alumnos.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Seguimiento y evaluación
El seguimiento de las actividades se llevará a cabo por la coordinadora del proyecto. En este
punto es importante mantener una línea de actuación común entre las actividades realizadas
con cada uno de los ámbitos de actuación: alumnos, familia y docentes. Para ello se
establecerán reuniones de coordinación entre equipo directivo, monitores de talleres y
personas colaboradoras, con el fin de ajustarse a los objetivos establecidos o modificarlos si
fuera necesario.
Por un lado, la evaluación del taller en sí por parte de los alumnos y de los tutores del
curso. Para ello se cuenta con una sesión completa en los talleres de 3º, 4º, 5º y 6º de
primaria. En el resto de los cursos se valorará la opinión de los tutores así como las
conclusiones del propio monitor/a del taller. Todo ello con el fin de incluir las
sugerencias de mejora que se surjan.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
4. CONCLUSIONES
Respecto a los objetivos previstos en este Trabajo Fin de Grado, consideramos que han sido
alcanzados ya que al finalizar el mismo, se han obtenido conocimientos amplios sobre la
importancia de invertir en prevención mucho antes de que los comportamientos inadaptados
aparezcan. Se han aclarado conceptos referidos al comportamiento en los ámbitos social y
educativo. De igual manera, se han identificado los agentes socializadores primarios como
factores de protección en la infancia. Se ha reconocido la necesidad de que cuenten con un
estilo comunicativo y educativo que favorezca el refuerzo de la autoestima; así como el
sentimiento de éxito vital del menor. Ambos elementos serán determinantes en el desarrollo
de futuras conductas prosociales y se adquieren desde la infancia
Se ha dado un paso más introduciendo la figura del trabajador social como coordinador de
procesos preventivos. Dado que el individuo no está formado de compartimentos estancos,
es imposible separar la parte académica, de la familiar o social. Por tanto, es necesario tener
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
en cuenta las diferentes facetas que afectan al niño en su vida. Para ello, conviene trabajar en
equipos interdisciplinares donde el profesional del Trabajo Social puede aportar su
experiencia respecto al tratamiento de situaciones de conflicto dentro y fuera del aula, en
cada uno de los ámbitos que influyen en el bienestar de los menores.
En definitiva, a lo largo del trabajo se establece una relación entre la aparición de conductas
antisociales en menores y la capacitación de los agentes primarios de socialización del niño
como agentes protectores. Es necesario coordinar acciones educativas con acciones
formativas y de intervención social. Estas acciones deber perseguir un objetivo común e
incidir en cada uno de los actores que forman parte del bienestar del menor. La prevención
será más eficaz cuanto más pronto se inicie y debe contar con la colaboración de
profesionales del campo educativo y del ámbito social.
Desde los servicios sociales se interviene en muchas ocasiones con adolescentes, jóvenes,
incluso adultos que presentan problemas de conducta. Las intervenciones que se llevan a
cabo, raras veces dan resultados positivos porque estos individuos han creado su propia
forma de sobrevivir en una sociedad que les ha excluido. Se trata de individuos o grupos
inadaptados socialmente.
Merece la pena, desde nuestro punto de vista, hacer un ejercicio de autocrítica socio-
educativa y valorar la parte de responsabilidad social que corresponde a cada uno de los
agentes que han participado en el desarrollo de esos individuos. Es necesario invertir
esfuerzos en coordinar procesos preventivos que traten de evitar o paliar en lo posible
desviaciones en la conducta de los futuros adolescentes, jóvenes o adultos. Evidentemente,
los resultados de la acción preventiva son muy lentos y costosos pero nos mostramos
convencidos de que es la opción más eficaz y eficiente. ¿Qué sentido tiene la génesis y el
desarrollo de individuos inadaptados para tener que corregir sus conductas después?
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
4.1. LIMITACIONES
De igual manera, no ha sido posible realizar una investigación previa que nos aproximara de
forma objetiva a la situación real en la que se encuentra la escuela que nos ocupa. Se ha
desarrollado un proyecto basado exclusivamente en los datos que se han recabado durante la
implementación de los talleres anteriores a este estudio.
4.2. PROSPECTIVA
Pensamos que sería muy interesante realizar una investigación previa a la implementación de
la propuesta con el fin de contar con datos objetivos sobre la situación real que presenta la
escuela en cuestión. Asimismo, sería muy pertinente conocer con esta investigación las
necesidades demandadas por alumnos, familia y docentes. Además estos datos servirían de
referencia para comparar las futuras evaluaciones del proyecto en sí.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
5. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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intervención. Narcea Ediciones.
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formación del profesorado, 5(2), 12.
Consejería de Salud y Bienestar Social (2010) Decreto 4/2010 de protección social y jurídica
de los menores de Castilla La Mancha Diario Oficial de Castilla La Mancha, 3305
Genovés, V.J. López, E., Silva, T., López, M.J., y Molina, P. (2006). El modelo de la
competencia social de la Ley de Menores. Como predecir y evaluar para la
intervención educativa, Valencia: Tirant lo Blanch.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Genovés, V. J., Molina, J. M. M., y González, L.V.M. (1992). La reeducación del delincuente
juvenil: bases para la esperanza. La reeducación del delincuente juvenil: los
programas del éxito (pp. 285-292). Ed. Tirant lo Blanch.
Genovés, V.J., Stangeland, P., y Redondo, S. (1999). Principios de criminología. Ed. Tirant
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Hernández M. y Puyol B. (2009). Trabajo Social en educación. Revista Qurriculum 22, 97-117
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Kisnerman N. (1990). Introducción al Trabajo Social. Colección teoría y práctica del trabajo
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Marchesi, Á. (2004). Qué será de nosotros, los malos alumnos. Madrid: Alianza Editorial.
Miranda, A., Jarque, S. y Tárraga, R. (2005). Escuela. En L. Ezpeleta (ed.), Factores de riesgo
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la conducta disruptiva y el aumento de la conducta prosocial en escolares chilenos.
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conductas disruptivas: análisis a partir de un marco inclusivo. Teachers' conceptions
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
6. ANEXOS: Actividades
DICCIONARIO DE SENTIMIENTOS
1. Marque hojas de papel con nombres de diferentes sentimientos. Haga que los niños
busquen en las revistas fotos o dibujos que ilustren los sentimientos.
2. Los niños más mayores pueden realizar asociaciones sobre esos sentimientos con la técnica
de lluvia de ideas. También pueden buscar diferencias más sutiles entre las emociones.
Reflexión:
1. Enfóquese en un sentimiento (por ejemplo, el enojo) cada vez que haga esta actividad.
Haga que los niños actúen de maneras diferentes que reflejen ese sentimiento. (Por ejemplo,
hágales caminar, sonreír, darse la mano y barrer el piso, con enojo).
2. Una vez tengan la idea, haga que sugieran maneras de actuar (para realizar pantomimas)
con el sentimiento seleccionado.
VOCABULARIO DE SENTIMIENTOS
1. Explíquele al grupo que usar un vocabulario amplio sobre los sentimientos hace que su
escritura sea más interesante. Haga con los estudiantes una lluvia de ideas para compilar una
lista de todas las palabras relacionadas con sentimientos que hayan oído alguna vez.
2. Pida voluntarios para dar ejemplos de situaciones que podrían causar estos sentimientos.
Reflexión
¿Cuál es la diferencia entre..... y .....? ¿Qué hace que uno sienta.....? ¿De qué manera serían
útiles estas palabras para su escritura?
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
DINAMICA DE REENCUENTRO
Debes encontrar una persona distinta en cada casilla:
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
¿Sabéis lo que es un sauce? Supongo que nunca habéis visto un sauce. Antes había muchos
aquí pero ahora hay muy pocos. Los sauces son árboles grandes y sus hojas son muy verdes
por la parte de arriba y muy blancas por la parte de abajo.
“Dos pájaros estaban muy felices sobre el mismo árbol, que era un sauce. Uno de ellos se
apoyaba en una rama en la punta más alta del sauce; el otro estaba en la parte de abajo donde
empiezan las ramas.
Después de un rato, el pájaro que estaba en lo alto dijo para romper el hielo:
El pájaro que estaba abajo lo tomó como una provocación y le contestó cortante:
-¡Te apuesto las plumas de la cola a que son blancas. Tú no entiendes nada!
El pájaro de arriba notaba que se iba enfadando, y sin pensarlo dos veces, se precipitó sobre
su adversario para darle una lección.
El otro no se movió. Cuando estuvieron cercanos, uno frente a otro, con las plumas de punta
por la ira, tuvieron la idea de mirar los dos hacia la misma dirección antes de comenzar el
enfrentamiento.
E invitó a su amigo:
Volaron hacia la rama más alta del sauce y esta vez dijeron los dos a coro:
Para imaginar cuáles son los sentimientos de los dos pájaros en cada momento de la historia
podemos teatralizar la situación. Una escalera o pupitre facilitará el lugar más alto; o
simplemente el otro pájaro se agacha.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Reflexión:
¿Qué título le pondríais a esta historia? ¿Qué les ocurría a los dos pájaros? ¿Por qué discutían
los pájaros? ¿Por qué creéis que cada uno veía las hojas de un color? ¿Qué descubrieron los
pájaros cuando se pusieron en la misma rama? ¿Quién estaba diciendo la verdad? ¿Quién
tenía razón ¿Qué conclusión podemos sacar? ¿Habéis discutido alguna vez? ¿Te has parado a
pensar si la otra persona puede tener razón? ¿Es posible que dos personas discutan y las dos
tienen razón? Buscad algún ejemplo.
Preguntamos si hay alguna persona del grupo que tenga una queja, un enfado, una
dificultad o un problema con otra. Les pedimos que salgan al frente del grupo y escenifiquen
todo lo que sucedió poniendo especial atención a los sentimientos involucrados.
Podemos dramatizar un conflicto sencillo en plan de teatro improvisado. Aquí van algunos
ejemplos:
* Cuando subía por las escaleras mi amiga comenzó a escupirme. Me enfadé mucho.
*Un chico me dijo que me quería pegar por una revista que me había dejado y me comenzó a
empujar y yo a él. Él me seguía insultando y yo . . . .
Reflexión:
Les preguntamos cómo se han sentido en esta actividad. Qué han aprendido. Comentamos
cómo nos hemos sentido en el lugar de la otra persona. Cómo hemos visto las situaciones
desde el otro punto de vista. ¿Seremos capaces de comprender algo más a otras personas de
esta manera? Cuando tenemos un conflicto ¿nos preocupamos de conocer cómo se encuentra
la otra persona? ¿Cuáles son sus sentimientos, dificultades y necesidades? ¿Procuramos
conocer el punto de vista de la otra persona?
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
EL RUMOR
Se piden mínimo a 4 voluntarios, que se numeraran todos. Todos menos el primero salen del
sitio donde estén (el resto de participantes son los testigos del proceso de distorsión que se da
al mensaje: van anotando lo que va variando de la versión inicial.)
Reflexión:
Nos permite discutir cómo nos llegan en la realidad las noticias y acontecimientos y cómo se
dan a conocer; cómo esto depende del interés y de la interpretación que se le da.
Empezaremos la sesión hablando del silencio. Les pediremos a todos que cierren un
momento los ojos y que escuchen atentamente todos los sonidos que nos rodean y que,
normalmente, nos pasan desapercibidos.
Pondremos en común los sonidos que hemos oído. El tutor hará ruidos con un objeto
(llavero, bolsa de plástico, tiza en la pizarra, etc.) e intentaremos adivinarlos.
Podemos hablar de los ruidos que nos gustan y de los que no.
Después jugaremos al rey del silencio: El monitor (rey) se sienta en su “trono” y sólo
mediante el movimiento de la boca pronuncia el nombre de su súbdito favorito. El alumno en
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
cuestión se levantará y acudirá junto al rey sin hacer ningún tipo de ruido. Si lo oímos, tendrá
que volver a sentarse y el rey elegirá a otro súbdito. Cuando alguien consiga acercarse al
trono en completo silencio podemos ponerle una corona, darle una golosina o una orden en
voz baja, al oído, para que la cumpla en silencio.
Valoraremos la actividad con cuestiones del tipo: ¿Os gusta el silencio? ¿Es aburrido?
¿Preferís hablar? ¿Nos podemos comunicar en silencio? ¿Qué cosas podemos hacer en
silencio mejor?
¿ES ASÍ?
Este ejercicio consta de tres etapas.Se pide a dos voluntarios, uno estará frente al pizarrón y
el otro dándole la espalda al primero y al grupo; éste describirála figura que está en la hoja (o
el objeto), sin darse la vuelta hacia la pizarra. El que está frente a la pizarra debe tratar de
dibujar lo que le están describiendo. No puede hacer preguntas.
Segunda etapa: colocados de la misma forma, se repite la descripción y el dibujo, sólo que si
se puede hacer preguntas.
Tercera etapa. se repite el ejercicio, pero se cambia al compañero que describe la figura por
otro del grupo (esta tercera etapa se hace si el dibujo no ha sido correcto).
Igualmente se puede hacer preguntas y el que describe puede mirar a la pizarra para ayudar
al que dibuja.
Reflexión:
Se pide a los voluntarios que cuenten cómo se sintieron durante el ejercicio, en sus distintas
etapas. Se comparan los dos dibujos realizados entre ellos y con el dibujo u objeto original. Se
discute qué elementos influyeron para que la comunicación se distorsionara o dificultara: la
falta de visión, de diálogo, etc.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Experimentar las dificultades Y las posibilidades de comunicarse por diversos medios. Lograr
una comunicación verbal y no-verbal al nivel de grupo.
*Tomad contacto, mediante gestos, con una persona del otro grupo.
El/la animador/a dejará expresar a quien lo desee cómo se ha sentido a lo largo del juego,
más adelante se dejará que lo expongan todos/as los/as demás.
“YO EN MI CLASE…”
Señala como te sientes tú respecto del contenido de cada frase, poniendo una X en la casilla
correspondiente, de acuerdo con esta calificación:
2. Pocas veces.
4. Con frecuencia.
No pienses demasiado. Contesta rápidamente, con lo primero que te venga al pensar en cómo
te sientes tú en clase. No hay respuestas buenas ni malas. La respuesta correcta es aquella
que mejor indica cómo te sientes tú realmente. No pongas tu nombre. No abuses de contestar
con el número 3.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
Piensa ahora en los problemas y dificultades de relación que tenemos en nuestra clase.
Enumera las 3 cosas que más dificultan las buenas relaciones en clase. ¿Cuáles son las causas
de las dificultades de relación que tenemos en clase? ¿Qué podría hacer para resolverlas?.
Proponed soluciones concretas.
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
El tutor/a presenta qué se pretende con este ejercicio, explicando los objetivos del mismo.
Reparte una hoja de instrucciones a cada alumno/a y explica su contenido hasta cerciorarse
de que todos lo han comprendido.
Se divide la clase en grupos de 3. Cada grupo se reparte los roles y elige los temas a tratar. La
conversación se desarrolla en tres tiempos de 10 minutos cada uno, según la hoja de
instrucciones. Al término del tiempo, puesta en común general.
Hoja de instrucciones:
Cada grupo consta de tres alumnos/as que han de desarrollar papeles distintos (rol A,B,C).
Dos alumnos/as (A y B) eligen entre los dos un tema y sostienen una conversación sobre él,
observando las siguientes reglas del juego:
- B tiene que repetir en principio la frase de A con su sentido exacto; si el sentido de la frase
no ha sido desfigurado por B, A tiene que confirmarlo con "es verdad" o "es cierto"; sólo
entonces puede B responder a la frase de A.
- Si una frase, por ejemplo, no es repetida en todo su sentido por B (o por A), no la confirma
con "es verdad" o "es cierto" sino que la niega con "falso" o "no", y B (o A) tiene que repetirla
de nuevo; si continúa siendo falsa, tiene que decirla otra vez A (o B), B la repite, etc.
- C se encarga de actuar como observador y sólo interviene verbalmente cuando las reglas del
juego no se cumplen. Se encarga de medir el tiempo.
Esta conversación dura en cada caso 10 minutos. A los 10 minutos se cambian los papeles. Al
cabo de 30 minutos, reunión general de evaluación del ejercicio.
¿Qué dificultades has encontrado para comprender al otro/a?¿Qué has descubierto respecto de
la necesidad de escuchar al otro/a? ¿Qué aplicaciones puede tener este ejercicio para nuestros
grupos de clase o de trabajo?
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Prevención conductas antisociales: una perspectiva desde el trabajo social
NIVELES DE COMUNICACIÓN
Ejercitar la actitud de escucha y comprensión del otro/a. Ser conscientes de las barreras que
dificultan la comunicación y analizar las actitudes que permiten superarlas.
Dividido el grupo por parejas, dialoga con tu compañero utilizando las preguntas siguientes.
Pero antes lee atentamente las normas que has de seguir:
- No hay que hacer las preguntas en el orden en que aparecen. Puede empezar por donde
quiera y hacerlas salteadas.
- Toda información recibida debe ser tenida como confidencial en la medida en que los dos lo
juzguen oportuno
¿Qué dificultades has encontrado para comprender al otro/a? ¿Qué has descubierto respecto
de la necesidad de escuchar al otro/a?.¿Qué aplicaciones puede tener este ejercicio para
nuestros grupos de clase o de trabajo?
(Se facilitará una batería de 50 preguntas apropiadas a la edad)
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