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Historia de la
sociología y sus representantes
Profesora Fabiola Flores Castro
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Bloque II. Historia de la sociología y sus
representantes
Emile Durkheim
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misma. Obras principales: La división del trabajo social (1893), Las reglas del método
sociológico (1895), Las formas elementales de la vida religiosa (1912).
Durkheim definió el hecho social en los siguientes términos: “Es hecho social todo
modo de hacer, fijo o no, que puede ejercer una coerción exterior sobre el individuo;
que es general en todo el ámbito de una sociedad dada y que, al mismo tiempo, tiene
una existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales.”
En tanto que objeto de la sociología, el hecho social no debe ser juzgado (por ejemplo,
está fuera de su campo establecer si los ritos religiosos poseen o carecen de
fundamento), sino analizado y estudiado a partir de la observación y de los datos y
evidencias empíricas, aplicando métodos científicos y atendiendo a su función y a sus
causas inmediatas. El resultado de ello ha de ser la explicación de la conciencia
colectiva (término acuñado por Durkheim), formada por un conjunto de valores
compartidos que es completamente distinta de la suma de las conciencias
individuales. La conservación, cambio o pérdida de tales valores (morales, religiosos,
etc.) determina la estabilidad o evolución de una sociedad.
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que la mortalidad y regulado por reglas fijas, se desprende que los países y sus
instituciones son una fuerza motriz independiente del individuo.
Ferdinand Tönnies
Es uno de los padres de la sociología pese a ser desconocido más allá de las fronteras
de nuestra disciplina. Sus definiciones de comunidad, asociación o voluntad, sus
trabajos empíricos o su influencia en el posterior comunitarismo reflejan la
contribución de Tönnies a la teoría social del siglo XX.
Ferdinand Tönnies que lleva como título Comunidad y sociedad, el cual entretanto se
considera ya como un clásico. Apareció por primera vez en el año de 1887 y para el
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entonces todavía joven autor no fue un éxito al principio. Su decepción al respecto
tuvo un profundo alcance y la recepción de su obra, que solamente se dio de forma
vacilante, se adaptaba a una trayectoria que por mucho tiempo no llegó a alcanzar el
éxito académico. Sin embargo, se le concedió a él, que sólo más tarde recibió un
llamado para la universidad, poder ver todavía ocho ediciones de su obra: un signo
externo de que ésta llegaba cada vez más fuerte al centro de la discusión filosófica y,
sobre todo, sociológica. El punto de quiebre en la historia de su recepción se dio con
la segunda edición, del año de 1912, a la cual siguieron otras ediciones en periodos
cada vez más cortos.
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Tönnies quiere superar, con la oposición entre comunidad y sociedad, la de Estado y
sociedad. Con ayuda de esta dualidad se había formulado en la tradición hegeliano-
marxista un diagnóstico crítico de la Modernidad. Lorenz von Stein, que describió de
forma impresionante la historia de los movimientos sociales en Francia desde la gran
Revolución, consideraba al Estado y la sociedad incluso como las fuerzas
impulsoras verdaderas de toda la historia. Así, escribe:
George Simmel
Formalismo sociológico
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En los escritos señalados es posible distinguir dos dimensiones analíticas para el
estudio sociológico de la percepción desde una óptica relacional. La primera plantea
cómo es que ciertas condiciones materiales e históricas posibilitan cierto tipo de
percepción a través de los sentidos. Si bien son los individuos los que perciben, lo
hacen desde ciertas condiciones sociales de posibilidad.
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señala que tales condiciones sensoriales influyen en la adquisición del conocimiento.
Los tipos de percepción que tienen un alumno de campo y uno de la ciudad son
distintos, puesto que “en la ciudad los objetos son más movidos, esto es, no son
observables tan precisa y extensamente como los del campo”.
Sobre la obra de Wiese, Luis Recaséns Siches publicó en 1943 “una exposición
sistemática del problema filosófico sobre el Derecho”; para Siches, Wiese es un gran
ensayista de la sociología formalista.
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El proceso social es sólo un aspecto dinámico de la relación social, pues, de acue'rdo
con von Wiese, todas las relaciones sociales pueden ser entendidas dinámicamente.
Kimball Young, en su Introducci6n a la Sociología, lo define como un "modo de actuar,
operación o movimiento entre individuos o grupos que entran en contacto".
Max Scheler
Sociología del saber como una parte de la sociología cultural y ante todo desplegar
sistemáticamente los problemas de tal ciencia. No pretenden resolver definitivamente
ninguno de estos problemas; pero sí quieren discutir a fondo las direcciones y los
caminos por donde le parece al autor que se encuentran sus soluciones. Tratan de
introducir una unidad sistemática en una rapsodia, en un conjunto desordenado de
problemas efectivos, en parte ya plenamente atacados por la ciencia, pero en parte
sólo abordados a medias o sólo sospechados, como son los problemas que plantea
el fundamental hecho de la naturaleza social de todo saber, de toda conservación y
transmisión de un saber, de toda ampliación y promoción metódica del saber.
Necesariamente habrá que tocar las relaciones de la sociología del saber con la
ciencia del origen y de la validez del saber (teoría del conocimiento y lógica), con el
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estudio genéticoevolutivo y psicológico-evolutivo del saber, desde el animal hasta el
hombre, desde el niño hasta el adulto, desde el primitivo hasta el civilizado, desde un
estadio hasta otro estadio dentro de las culturas en madurez, esto es, las relaciones
con la psicología evolutiva, con la historia positiva de todas las formas del saber, con
la metafísica del saber, con las restantes partes de la sociología cultural (sociología
de la religión, del arte, del derecho) y con la sociología real (sociología de los grupos
étnicos, políticos y económicos y de sus cambiantes "instituciones"). Para fijar el
concepto genérico de "sociología" nos servirán sólo dos notas. Primera, que esta
ciencia no trata de hechos ni sucesos individuales, sino de reglas, tipos (tipos medios
y tipos ideales lógicos) y, donde es posible, de leyes. Y segunda, que analiza todo el
inmenso contenido, subjetivo y objetivo, de la vida humana (preferentemente), como
quiera que se llame este contenido, y lo estudia tanto descriptiva cuanto causal
Carlos Marx
Karl Marx ingresó en las Universidades de Bonn, Berlín y Jena para finalizar sus
estudios —Derecho, Historia y Filosofía— en 1841. Aunque formalmente no
estudió Economía, muchos historiadores lo consideran como un economista muy
importante debido a su principal obra: El Capital. Una de las obras sobre economía
más leídas y estudiadas de todos los tiempo. Karl Marx y Friedrich Engels —con quien
compartiría una estrecha colaboración intelectual y política— se centraron en lo que
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denominaron “socialismo científico”. Basado en la crítica sistemática del orden
establecido y el descubrimiento de las teorías que conducirían a su superación. De
hecho, sería la fuerza de la revolución, la forma de acabar con la civilización burguesa.
El trabajo
Marx era más que un mero economista, era un científico social en el sentido completo
de la expresión. El núcleo de su sistema se basaba en la idea de la producción
humana. La humanidad, afirmaba Marx, es una especie totalmente autónoma y, como
tal, el hombre es el único creador del mundo en el que se encuentra. Un hombre no
puede definirse sin su trabajo: “Como expresen las personas su vida, así son. Por
tanto, lo que son coincide con su producción, tanto con qué producen como con cómo
lo producen”.
Marx tenía una visión de una sociedad humana perfecta. En este sentido, Martin
Buber tenía toda la razón al incluir un capítulo sobre Marx en su Caminos de utopía.
Marx creía en la existencia en una sociedad que precedía a la historia humana
registrada. En este mundo, los hombres no experimentaban ninguna sensación de
alienación porque no había producción alienada. De alguna manera (y aquí Marx
nunca fue muy claro) los hombres cayeron en patrones de producción alienada y, a
partir de esto, apareció la propiedad privada.
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Los hombres empezaron a apropiarse de los productos del trabajo de otros hombres
para sus propios fines. De esta manera, los mismos productos de las manos de un
hombre iban a ser usados como medios para esclavizar a otro. Este tema, que Marx
enunciaba ya en 1844, es básico para todos sus posteriores escritos económicos.
Bajo este sistema de trabajo alienado, argumentaba Marx, se le roban al hombre sus
propias fuerzas vitales. El origen de la dificultad inmediata del hombre es, desde este
punto de vista, la división del trabajo. La división del trabajo era para Marx la misma
esencia de lo que está mal en el mundo. Es contraria a la esencia real del hombre. La
división del trabajo enfrenta al hombre con su congénere; crea diferencias de clase;
destruye la unidad de la raza humana. Marx tenía una preocupación casi teológica
por la unidad de la humanidad y su hostilidad a la división del trabajo era por tanto
total (incluso totalitaria). El análisis de Marx de la división del trabajo es notablemente
similar al de Rousseau.
Lucha de clases
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en la sociedad de clases. La revolución burguesa destruyó el régimen feudal: la
revolución proletaria destruirá el régimen capitalista en el mundo entero. Hasta la
fecha, el régimen capitalista ya ha sido destruido por la revolución proletaria en una
sexta parte del mundo, en la Unión Soviética. La lucha de clases impregna la
economía, la política y la ideología de la sociedad de clases. Las formas de la lucha
de clases son diversas.
Las formas fundamentales de la lucha de clases del proletariado son las luchas
económicas, políticas y teóricas. De entre ellas tiene una importancia de primer orden
la lucha política del proletariado, o sea, la lucha por el Poder político y por la
instauración de la dictadura del proletariado. La lucha política y la implantación de la
dictadura del proletariado, son las condiciones decisivas para emancipar de la
explotación a la clase obrera y a toda la sociedad. Las formas económica y teórica de
la lucha están subordinadas al objetivo de la lucha política. Con la instauración de la
dictadura del proletariado, la lucha de clases aún no cesa, sino que adopta nuevas
formas. Las clases explotadoras son eliminadas en una Enconada lucha de clases
que libra el proletariado.
Federico Engels
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de la época: se relacionó con los hegelianos de izquierda y con el movimiento de la
Joven Alemania.
Pero Engels tuvo también un protagonismo propio como teórico y activista del
socialismo, a pesar de lo contradictoria que resultaba su doble condición de
empresario y revolucionario: participó personalmente en la revolución alemana de
1848-50; fue secretario de la primera Internacional obrera (la AIT) desde 1870; y
publicó escritos tan relevantes como Socialismo utópico y socialismo
científico (1882), El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884)
o Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1888).
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Debido a la necesidad de trepar, sus manos desempeñabanfuncionesdistintas a las
de los pies. Los monos se acostumbraron a prescindir de ellas al caminar y
empezaron a adoptar una posición erecta.Fue el paso decisivo para el tránsito del
mono al hombre.Los monos antropomorfos que existen en la actualidad pueden
permanecer en posiciónerecta y caminar apoyándose en sus pies; lo hacen solo en
caso de extrema necesidad y consuma torpeza. Su habilidad al caminar es cuando lo
hacen en forma smierecta. Su caminar incluye el uso de las manos: la mayoría
apoyan en elsuelolos nudillos y encogen las piernas al caminar avanzando el cuerpo
por entre los brazos.Puede observarse entre los monos todas las formas de transición
entre la marcha a cuatro patas y la marcha en posición erecta.Según Engels, las
manos ejecutaban variadas tareas: servían para recoger y sostener alimentos,
algunos monos se ayudaban de ellas para construir en losárbolessus viviendas
yalgunos, como el chimpancé, construyen tejadillos entre las ramas de los árboles,
paradefenderse delclima.Sus manos les servían para agarrar un garrote y defenderse
de sus enemigos, tanto como para bajar frutas de los árboles.
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Fuentes de consulta
Blanco, Ana Belén (2013). La oposición en los textos de Gabriel Tarde. VII Jornadas
de Jóvenes Investigadores. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
Ferdinand Tönnies: comunidad y sociedad. Sig. Fil . 2011, vol.13, n.26, pp.43-62.
ISSN 1665-1324.
Revista Mexicana de Sociología 79, núm. 2 (abril - junio, 2017) ISSN: 0188-2503
(versión impresa)
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