Suplemento-Literario-29122011

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

MARIO GOLOBOFF D.

FREIDEMBERG CUENTO
Zama, Los “Larga es la
de Antonio sonidos noche”, por
Di Benedetto del silencio Miguel Angel
Molfino
Página 2 Página 3 Página 4

SUPLEMENTO LITERARIO TELAM I REPORTE NACIONAL AÑO 1 I NÚMERO 4 I JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2011

libertades
del libre mercado
N
icolai Gogol en un ataque de publica, quizá sea lo mejor de todo”. Borges, co-
misticismo quemó la segunda mo bien se sabe, era contradictorio: en su cuento
VICENTE parte de sus Almas Muertas y “El milagro secreto”, Jaromir Hladík, el escritor
BATTISTA antes de que lo encerraran en judío prisionero de la Gestapo, sabe que va a ser
el manicomio se ocupó de en- ejecutado; luego de un exhaustivo examen de con-
viar al fuego el resto de su obra inédita. Franz ciencia, llega a la conclusión de que sólo le inte-
Kafka ensayó un disparate parecido, aunque él no resa componer los dos actos inconclusos de su tra-
se atrevió a encender el fósforo: dejó la respon- gicomedia Los enemigos. Entonces pacta con Dios
sabilidad en manos de su amigo Max Brod. Poco “para llevar a término ese drama que puede justi-
después de la muerte de Kafka, Max Brod tuvo la ficarme y justificarte”. ¿Justificarse ante Dios o
feliz idea de incumplir con el pedido que le hicie- ante el mundo? En el primer caso, bastará con que
ra su amigo: en lugar de enviar los manuscritos a finalice su obra; en definitiva, Dios tiene su propio
la hoguera se ocupó de clasificarlos y editarlos. modo de leer. En el segundo, necesariamente ten-
Fernando Pessoa, hombre de pocas palabras y drá que publicar Los enemigos. Los lectores, sim-
muchos heterónimos, simplemente acumuló su ples mortales, son los que finalmente le dan senti-
obra inédita en el interior de un baúl, y allí la des- do a la obra. “Una literatura difiere de otra ulte-
cubrieron tiempo después de su muerte. rior o anterior —señala Borges—, menos por el
Gogol, Kafka y Pessoa son nombres clave pa- texto que por la manera de ser leída”.
ra la literatura; sin embargo, por lo que se ve, no Es natural, entonces, que todo poeta o narra-
les inquietaba publicar y menos aún obtener un dor quiera publicar su obra. Pero a las casas edi-
sitio en esa imprecisión que algunos llaman in-
SIGUE EN LA PÁGINA 2
mortalidad. Cierta vez le oímos decir a Borges que
“cuanto más se tarda en publicar, mejor. Y si no se
ZAMA con precisión, un mono muerto, todavía completo y no
“Salí de la ciudad, ribera abajo, al encuentro solitario del descompuesto. El agua, ante el bosque, fue siempre una
barco que aguardaba, sin saber cuándo vendría. invitación al viaje, que él no hizo hasta no ser mono, sino
Llegué hasta el muelle viejo, esa construcción cadáver de mono. El agua quería llevárselo y lo llevaba,
inexplicable, puesto que la ciudad y su puerto siempre pero se le enredó entre los palos del muelle decrépito y ahí
estuvieron donde están, un cuarto de legua arriba. estaba él, por irse y no, y ahí estábamos.
Entreverada entre sus palos, se manea la porción de agua Ahí estábamos, por irnos y no.”
del río que entre ellos recae.
Con su pequeña ola y sus remolinos sin salida, iba y venía, Comienzo de la novela Zama, de Antonio Di Benedetto.

2 REPORTE NACIONAL SLT JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2011

libertades
del libre mercado
VIENE DE LA TAPA En la Argentina no es aconse- título de la nota. Ahí se estableciendo
toras, empresas fundadas con ese jable recurrir a la dramática deci- hablaba de “estrategia” y se “estrategias”,
noble propósito, no siempre les sión de John Kennedy Toole; informaba de qué manera ocupando “es-
parece natural. En 1981 La conju- tampoco a la extravagante opción los autores “irrumpen en la pacios” o montando
ra de los necios obtuvo el Premio de Brett De La Mare. Hay escasas escena literaria para ocupar una “máquina vendedora”, de-
El mercado Pulitzer. Su autor, John Kennedy posibilidades de obtener algún sí- espacios”. Los sagaces beríamos trabajar en libertad, sin
Toole, no pudo festejarlo. Se ha- mil del Pulitzer y seguramente críticos postulaban que soslayar los nuevos modos de cir-
es la censura de bía suicidado doce años antes, ninguna editorial se interesará por esos autores debían armar culación y las sugestivas posibili-
cansado de que todas las editoria- el joven e intrépido novelista y su “la máquina dentro de la cual de- dades que ofrece Internet, a partir
estos tiempos. les de Estados Unidos de Améri- paracaídas a motor. ¿Cuál es la ra- be leerse su literatura”. Finalmen- de las distintas maneras de escri-
ca le rechazaran la novela. Brett zón de esa indiferencia? Cuestio- te, todo parecía reducirse a una tura que genera. Parafraseando
George Steiner De La Mare, un joven escritor nes de mercado. Un mercado, magra cifra de ventas. una definitiva paradoja de Sartre
australiano, optó por un recurso desde hace tiempo, cuestionado y “El mercado es la censura de —“Nunca hemos sido tan libres
menos trágico: aterrizó en un pa- a la vez alimentado por muchos estos tiempos”, postuló George como durante la ocupación ale-
racaídas movido a motor en me- comentaristas de nuestra literatu- Steiner. En lugar de demorarnos mana”—, podríamos decir que
dio de los jardines del Palacio de ra: el nº 66 de Punto de Vista, la re- nunca hemos sido más libres que
Buckingham. Su propósito era vista que en 2000 dirigiera Beatriz ahora, que el mercado prescinde
captar la atención de alguna edi- Sarlo, amontonó la opinión de al- de nosotros. Se trata de prescindir
torial y conseguir de ese modo pu- gunos críticos en torno a “Litera- gentilmente del mercado y hacer
blicar su novela Amanecer canino. tura, mercado y crítica”, ése era el buen uso de esa libertad.

RELECTURAS

Zama, de Antonio Di Benedetto


ña (y exhibe) la declinación del Antonio Melis, escribió: “Es una ciones muy personales (aunque sin amplio y culto da a su lenguaje (tal
Imperio. novela histórica de tipo particular, duda las hay), o intentos de recons- vez el elemento en que más se
MARIO La obra del mendocino Anto- en cuanto tiende a resolverse todo trucción histórica de un pasado, funda la originalidad de este au-
GOLOBOFF nio Di Benedetto, publicada en en una dimensión psicológica /.../ por idílico o bochornoso que sea. tor) la base necesaria para que,
1956, tuvo rápida difusión en Ale- un encanallamiento progresivo Como en otras novelas del apretada y minuciosamente, sus

B
uena relectura o impres- mania y en Francia, y entre los cír- que parece reflejar el que se entre- mismo escritor (Los suicidas o El si- narraciones dibujen, más que fic-
cindible lectura para ce- culos de intelectuales y escritores vé en el ambiente circundante. /.../ lenciero), se trata de una soledad ciones individuales, vastas zonas
rrar momentos del Bicen- europeos gozaba de prestigio, Se trata de una escritura refinada que enfrenta el acoso y la incom- de la vida contemporánea.
tenario. Texto apretado, homo- mientras en Argentina apenas em- y, casi, destilada...”. prensión exteriores, y que en su La secreta y serena compleji-
géneo, de enorme tensión, en el pezaba a ser reconocida. Cuando, Una voz narrativa, permanen- interior se redobla, haciéndola dad no ha debido pasar, en el caso
que Don Diego de Zama, funcio- en noviembre de 1978, recibió en te y persistente, la del protagonis- víctima de sus propios enfrenta- de Antonio Di Benedetto, por los
nario colonial español de origen Roma el Premio de la Bienal del ta Zama, cuenta su vida, sus obse- mientos morales, de sus obsesio- atajos (y las facilidades) de un du-
americano en Asunción del Para- Instituto Italo-latinoamericano siones, su degradación, en un lar- nes fantasmáticas. Hay uso pree- doso “realismo mágico”, sino so-
guay, expone, en un insistente (cuarto de la serie, que antes habí- go monólogo interior. La distan- minente de la primera persona, la meterse a la fragua de un trabajo
monólogo interior, su vida, sus an otorgado a José Lezama Lima, cia entre el autor y el narrador es, cual, a la vez que narra, protago- verbal sin concesiones, el único
obsesiones, su degradación per- Juan Carlos Onetti y Jorge Ama- sin embargo, mayúscula, y difícil- niza. El ritmo es febril y casi ins- donde nuestras literaturas pue-
sonal y política, la de sus normas do), el mayor especialista italiano mente puedan detectarse inten- tantáneo, temporalizado por el den encontrar sus fuentes de au-
y valores, al tiempo que acompa- en literatura de América latina, ciones autobiográficas, transposi- pretérito indefinido. Un léxico tonomía.
POÉTICA rechazo. Es que veníamos de una generación de
La poética mía fue un rechazo a la poesía que elegíacos, de lo social y lo otro. Entonces la risa
yo llamaba lastimosa, mendicante, de la poesía estaba fuera de lugar. El mismo Dante dice que
social. Recién ahora lo tengo claro. En principio el diablo va adelante haciendo una trompeta de su
fue ese rechazo. Después trajo otras formas de culo, y es el Dante... La parodia se relaciona con
hacer, era responder a la distorsión con la el modelo pero después puede ser ella. Podés leer
distorsión multiplicada. Y eso dio como resultado el Ulises de Joyce como una parodia de Ulises.
la risa, el grotesco de la parodia y la caricatura,
que me sirvió para explicarme el porqué de ese Léonidas Lamborghini; Mezcolanza. A modo de memoria.

JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2011 SLT REPORTE NACIONAL 3

LIBROS

Los sonidos del silencio El desfile


salvaje
DANIEL
FREIDEMBERG

A partir de las poéticas de


Lamborghini, Gelman,
Valente y San Juan
de la Cruz, Freidemberg
se detiene en una de las
funciones que se asignan
a la poesía: extraer de las
palabras su capacidad El desfile salvaje
Hugo Burel
de decir otra cosa que lo Alfaguara, 2007, 394 páginas.
que dicen siempre.
E sta novela de Hugo Burel,

N
o fue un vate ro- El desfile salvaje, relata los
mántico ni un cul- hechos de cinco viejos amigos
tor del misterio el que vuelven a reunirse porque
que lo dijo, sino el quien fuera el líder del grupo,
mayor desmitificador que ha teni- quien obraba una gran in-
do la poesía argentina, Leónidas fluencia en la vida de todos,
Lamborghini: “El poeta es el Pro- acaba de fallecer. De inmedia-
meteo que arrebata la palabra al si- to nos vemos sumergidos en
lencio”. Como el titán que en el los recuerdos del protagonis-
mito griego robó el fuego a los ta, Marcelo, miembro de aquel
dioses para traérselo a los huma- grupo del pasado.
nos, el trabajo poético tiene que Este funeral que los reúne
ver, para el autor de Las patas en las termina transformándose en
fuentes, con el riesgo: meterse en un rompecabezas. Parece que
zonas extrañas para trasladar algo el muerto ha planeado con cui-
candente y vivo a otro lugar, do- dado cada detalle de su desapa-
narlo. Pero no es a la lengua a don- rición y los ha manipulado a
de va a buscar las palabras sino al ESTUDIO DE MANOS. ALBERTO DURERO, LÁPIZ GRAFITO SOBRE PAPEL (FRAGMENTO). todos, disponiéndolos en su
silencio, a lo que yace sin forma re- plan como piezas de ajedrez.
conocible ni lugar en la sociedad. guardo: la experiencia del místi- do las palabras logran decir lo que “también calla lo que dice”. Algo Por momentos, esta histo-
No son las palabras ya conforma- co que, como San Juan de la Cruz, dicen y además decir lo que no di- hay que no está dicho atrás de lo ria policial transita por los pe-
das y con un sentido aceptado las entra al silencio y la oscuridad pa- cen, y de esa manera logran callar que aparece dicho, o alrededor, o ligros del éxito, los aburri-
que importan, sino las que vienen ra llegar a Dios, fue muchas veces lo que dicen. Bueno, San Juan de en los modos de trabajar la pala- mientos del triunfo constante,
de la ausencia de palabras. No vie- comparada a la de quien hace la Cruz es un tipo así... para mí se- bra más que en sus significados, o el egoísmo y el hedonismo acé-
nen tanto a instalar algo entre los poesía, y hasta la de quien la lee. ría un ideal llegar ahí.” en las evocaciones que vienen con rrimo y por un compendio de
discursos sino en el terreno de lo No se trata en este caso de una ex- Me quedó muy grabado ese las palabras, y en la posibilidad de vivencias mal digeridas que
que no está dicho y que necesita periencia completa en sí misma, modo de ver la cuestión, que per- “decir” eso que no se dice está lo arrastran a los protagonistas a
hacerse presente de algún modo. como la del místico, ni aquello mite apreciar mejor cuál es la bueno de la poesía. Y en lo que se la traición, al odio, al arrepen-
Como si las del poema fueran que buscan las palabras es Dios, apuesta a la que responden escri- calla, lo que la poesía se niega a timiento. Como en un coctel
palabras recién nacidas, como si pero la propia realidad del mun- turas tan jugadas como las de decir para que brille por su ausen- bien agitado, donde el pasado
surgieran de una imposibilidad de do y de la vida es lo suficiente- Mundar o Atrásalante en su porfía, cia: bien puede un poema decir no es estático, donde el presen-
decir o fueran un intento de dar mente esquiva y huidiza para y que Gelman tomó de su amigo, con claridad y sin dudas muchas te puede no ser lo que parece,
palabra a aquello que no tiene pa- quien no se resigna a resolverla en el gallego José Ángel Valente. cosas, a veces muy interesantes o y dónde el futuro es tan incier-
labra para ser dicho. Entre las fórmulas tranquilizadoras. Juan Gran poeta, autor de deslum- valiosas, pero habría, además, to como el abismo más profun-
muchas funciones que poetas y Gelman, que leyó mucho a los brantes estudios sobre la poesía otra cosa, callada pero presente, y do, Burel nos trae un relato so-
teóricos asignan a la poesía, me místicos, me dijo hace casi veinte mística, Valente escribió: “esa pa- es lo que más debería importar- bre las relaciones humanas,
importa esa: decir algo que perci- años: “Lo que pasa es que hay, labra [poética] que pone en ten- nos. Tal vez ahí esté la diferencia plagadas de antagonismos,
bimos y no sabemos bien qué es, creo yo, una cualidad del lengua- sión máxima al lenguaje entre el entre la poesía que se asume co- misterios y miserias, imperfec-
extraer de las palabras su capaci- je, de la poesía en particular, por decir y el callar. La palabra dice así mo tal, y como tal se juega, con el tas, como todos nosotros.
dad de decir otra cosa que lo que la cual las palabras dejan más co- lo que dice, a la vez que dice lo que discurso versificado que circula
dicen siempre. Avanzar sin res- sas en silencio que dichas. Cuan- calla”. A lo que Gelman agregó: como “poesía” para pasar el rato. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
EL SUEÑO DEL REY UNA PEQUEÑA FÁBULA
—Ahora está soñando. ¿Con quién sueña? ¿Lo sabes? ¡Ay! —dijo el ratón—. El mundo que me encuentro en el último
—Nadie lo sabe. se hace cada día más pequeño. cuarto y ahí en el rincón está la
—Sueña contigo. Y si dejara de soñar, ¿qué sería de ti? Al principio era tan grande que trampa sobre la cual debo pasar.
—No lo sé. le tenía miedo. Corría y corría y —Todo lo que debes hacer
—Desaparecerías. Eres una figura de su sueño. por cierto que me alegraba ver es cambiar de rumbo —dijo el
Si se despertara ese Rey te apagarías como una vela. esos muros, a diestra y siniestra, gato... y se lo comió—.
en la distancia. Pero esas
Lewis Carroll paredes se estrechan tan rápido Franz Kafka

4 REPORTE NACIONAL SLT JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2011 DIRECTOR DEL SUPLEMENTO LITERARIO TÉLAM: CARLOS ALETTO SLT.TELAM.COM.AR

CONTRATAPA
MIGUEL ÁNGEL MOLFINO

ALEJANDRO
DOLINA

Larga es la noche Cuentos


breves
El duelo o la refutación

E
l oficio de soñar suele del horóscopo
pasar, para algunos,
como una misteriosa Los dos hombres nacen el mis-
destreza propia de án- mo día, a la misma hora. Sus
geles, poetas y quinieleros. Para vidas no se cruzan hasta que
otros, una expurgación del incon- son enamorados por la misma
ciente, una situación edénica en la mujer. Entonces se encuen-
que uno pasea por las madrugadas tran y pelean por ella. Uno de
con sus fantasías, deseos y mam- ellos obtiene la victoria y el
bos inconclusos. amor. Al otro le corresponde
La relación de los hermanos el dolor, la humillación y qui-
gemelos Mario y Elena Orsi con zá la muerte. Los astrólogos
los sueños no por singular ha sido han previsto ese día el mismo
menos terrible. Ahora, a los 78 horóscopo para los dos. Tal
años, lejanos ya los tiempos en vez son erróneos los vaticinios.
que los suponían pitonisos y has- O tal vez se equivoca uno al
ta tremebundos seres encarnados pensar que el amor y la muer-
en gemelos, los hermanos evocan te son destinos distintos.
cuando soñaban por encargo.
A los cinco años supieron que
soñaban a dúo. Luego entendie- El hombre que era,
ron que podían premeditar los sin saberlo, el diablo
sueños y advertirles esquirlas del
futuro. Ciertas dificultades econó- Un caballero de la calle Cara-
micas empujaron al padre a mon- cas resolvió negociar su alma.
tar un módico y rentable circo en Siguiendo los ritos alcanzó a
torno de las operaciones oníricas nacional de Fangio. Hacia la mitad de ese año, un convocar a Astaroth, miembro
de los pequeños Mario y Elena: Ya huérfanos, con los frutos de desventurado cruce de calle inició de la nobleza infernal.
empezaron a soñar a pedido.
Un corredor sin fin sus sueños compraron un depar- el último y acaso más atroz sueño —Deseo vender mi alma al
Así, una vecina angustiada de- abría a sus costados tamento en la calle Quintana y de los hermanos. Mario fue atro- diablo —declaró.
seaba saber si su marido la enga- una cupé Chevrolet. pellado por un colectivo y estuvo —No será posible —contestó
ñaba, dejaba caer unos pesos en la
agujeros desde donde Su versación onírica les aca- grave durante un mes. Astaroth.
caja de cartón habilitada al efecto se escuchaban goteos rreó un vasto éxito en la sociedad La vigilia de la internación fue —¿Por qué?
y esperaba que los mellizos dur- porteña y hasta debieron renun- un bálsamo para Elena. No pudo —Porque usted es el diablo.
mieran cuarenta minutos. El sue-
y gemidos. ciar a ofertas para actuar en el Cir- soñar por todo ese tiempo. El día
ño respondía con imágenes vagas co Lowandi y en el Parque Japo- que su hermano mostró señales
aunque elocuentes: el marido sible referir dos sueños memora- nés. Reducidos a meros soñado- favorables, Elena volvió a comer Historia del que padecía
acariciaba un corpiño negro de bles. El primero fue soñado para un res, la soledad los fue cercando. membrillo. Y soñó. Mejor dicho, los dos males
encaje mientras miraba un gallo terrateniente, hacia el año 1941. Elena Orsi llegó a enamorarse soñaron.
persiguiendo una gallina casi hu- El estanciero estaba inquieto de un cliente, un abogado cortés, Todo estaba iluminado por En la calle Caracas vivía un
mana. Con esto era suficiente. por la situación política que vivía alto y canoso, que la contrató pa- una semioscuridad olorosa. Un hombre que amaba a una ru-
Los aciertos atrajeron curiosos el país y quería saber en qué iba a ra que soñara el futuro de su ma- corredor sin fin abría a sus costa- bia. Pero ella lo despreciaba
de todas partes. Y los gemelos, desembocar. Mario y Elena soña- trimonio. Estremecida de amor dos agujeros desde donde se escu- enteramente. Unas cuadras
con el fin de perfeccionar sus téc- ron un campo repleto de vacas in- por el hombre, comió membrillo chaban goteos y gemidos. Los más abajo dos morochas se
nicas, antes de dormir comían sólitamente cortadas por la mitad. y soñó el porvenir que le podría Orsi caminaban tomados de la morían por el hombre y se le
una tajada de dulce de membrillo. Este paisaje era glosado por una acontecer si se dejaba llevar por mano. Y vieron entonces a dece- ofrecían ante su puerta. Él las
El detalle les permitía acceder a voz filosa de mujer que gritaba sus sentimientos. Despertó baña- nas y decenas de mujeres y hom- rechazaba honestamente. El
escenas menos metafóricas, aca- entre altoparlantes. El campo se da en lágrimas. bres martirizados, desparrama- amor depara dos máximas ad-
so más ajustadas. convertía en un gran living mien- Mario Orsi, por su parte, se es- dos en celdas, pasillos y en el piso, versidades de opuesto signo:
Ya adolescentes terminaron so- tras una multitud de voces corea- tructuró en un hombre gordo, de colgados de cadenas, agonizantes. amar a quien no nos ama y ser
ñando para familias del Barrio ba: ¡Coronel! ¡Coronel! facciones apopléjicas y adustas. Y oyeron, más allá de los gemidos amados por quien no podemos
Norte y San Isidro. Mario y Elena, Con el tiempo, los gemelos su- Jamás se le conoció mujer alguna. y el goteo, un zumbido helado, amar. El hombre de la calle
por las noches, recibían los pedidos pieron que habían soñado el ad- Jamás soñó nada para él mismo. como de una autógena, seguido Caracas padeció ambas des-
de sus adinerados empleadores. venimiento de Juan Domingo Solitarios, envejeciendo en el de una tormenta de alaridos. Des- gracias al mismo tiempo y mu-
Después comían membrillo y has- Perón y con la voz de Eva Perón. eterno ocaso de su departamento, pertaron sobresaltados. rió una mañana ante el llanto
ta la hora del desayuno trabajaban El segundo sueño memorable continuaron con su cada vez más Por las dudas, dejaron de co- de las morochas y la indiferen-
durmiendo. De ese período es po- predijo el primer triunfo inter- decaído oficio. Corría el año 1975. mer membrillo. Y de soñar. cia de la rubia.

También podría gustarte