Crítica de La Razón Pura
Crítica de La Razón Pura
Crítica de La Razón Pura
1. Vida
2. Crítica de la Razón Pura [Crpu]
Kant se reconoce como un idealista transcendental. Transcendental alude a las condiciones de
posibilidad (o condiciones transcendentales) de la experiencia, de los objetos de experiencia, de
los fenómenos, del conocimiento de objetos, etc. Cumplir estas condiciones es hacer posible el
conocimiento del objeto, que es manera de decir que el objeto tampoco tiene el sentido que poseía
en la filosofía antigua.
Kant, que llama realismo transcendental a este realismo (el que sostiene que conocemos las cosas
tal cual ellas son, independientemente de nuestro modo de conocer), no procede así [como la
tradición antigua]. El objeto no es captado tal cual es, sino que es construido por nosotros.
Hay una distinción entre a priori (absolutamente independiente de toda experiencia) y a
posteriori (depende de la experiencia, por lo que nunca es estrictamente universal; lo que
podemos alcanzar es una generalización inductiva).
Juicios son idénticos a proposiciones. Existen dos tipos de juicios:
1. Juicios analíticos: en los que el predicado simplemente aclara/explicita una nota/propiedad
contenida en el sujeto (Ej→ el triángulo tiene tres lados). Son siempre verdaderos pero no amplían
nuestro conocimiento.
2. Juicios sintéticos: en que el predicado señala algo que no estaba contenido en el sujeto; no
hay contradicción entre afirmar el sujeto y negar el predicado; la verdad de este juicio no depende
solo del principio de contradicción, sino también de la experiencia. Sí que amplían nuestro
conocimiento. Son universales, de manera relativa, y no son necesarios, por ser parte de la
experiencia.
Kant sostiene la existencia de juicios sintéticos a priori (Ej→ Todo lo que sucede posee una
causa).
Universalidad y necesidad son cualidades del conocimiento a priori. Se trata, por tanto, de un
juicio sintético a priori: amplía nuestro conocimiento, ya que señala algo que no está
contenido en el sujeto, y lo hace a priori, de manera universal y necesaria. Esta es la base de la
Revolución Copernicana.
El problema con el que Kant se enfrenta no es, por tanto, ninguna novedad. Es el viejo tema de la
relación entre el pensamiento y la realidad. Lo nuevo se haya en la forma de plantearlo a través de
una salida del empirismo y del racionalismo, pero con especial acento en la espontaneidad del
sujeto pensante. La obra se propone justamente examinar y delimitar qué es lo que pone el
sujeto y qué se debe al objeto en nuestro conocimiento.
1. La estética transcendentales.
Aquí se analizan los elementos a priori del conocimiento sensible, del conocimiento en su aspecto
sensible, ya que el conocimiento sintético es para Kant una unidad en la que intervienen todas las
facultades cognitivas. De esta manera el conocimiento es intuición que puede ser externa (nos
permite conocer los objetos externos) o interna (nos permite conocer nuestros estados anímicos). La
intuición, a su vez, puede ser sintética (se refiere a un objeto mediante la sensación) o pura (se
refiere a la forma de sensibilidad que se compone de espacio y tiempo).
También distingue entre materia (es la sensación misma) y la forma del fenómeno/objeto de la
intuición empírica (medio por el que organizamos la diversidad o multiplicidad de fenómenos).
De la explicación del espacio (con sus tres dimensiones) y del tiempo (con su única dimensión: la
sucesión) como formas a priori de la sensibilidad deriva el carácter fenoménico de nuestro
conocimiento sensible. Lo que intuimos no es tal y como lo intuimos. Sólo conocemos nuestro
modo de conocer los objetos, no lo que éstos sean en sí mismos. A través de la sensibilidad
conocemos fenómenos, no cosas en su realidad independiente del sujeto cognoscente (no las cosas-
en-sí), lo que Kant llama el noúmeno.
El fenómeno no debe ser entendido como «mera apariencia». Entendiéndolo así es lo que ocurre
cuando consideramos el espacio y el tiempo como propiedades de las cosas en sí mismas
(noúmenos), y no como formas a priori de la sensibilidad (fenómenos). Es decir, si queremos
formular juicios objetivamente válidos acerca de la naturaleza sólo podemos referirlos a
fenómenos, esto es, a objetos dados en el espacio y el tiempo. Formular juicios relativos a objetos
no informados espacio-temporalmente equivale a formular juicios sobre «meras apariencias».
2. La analítica transcendental.
Aquí, en la analítica transcendental pasa al estudio del entendimiento, que es distinto de la
sensibilidad expuesta en la estética transcendental, pero que es igualmente una facultad dentro del
conjunto de facultades que él examina en la Crpu. Se distingue de la sensibilidad ya que esta intuye
y el entendimiento entiende siendo ambas impensables. “Los pensamientos sin contenidos están
vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas”.
En su estudio sobre el entendimiento se basa en una serie de reglas que llama Deducción
transcendental de las categorías por la que no analiza la fuente de los conceptos sino la fuente y las
reglas de los conceptos. Es una deducción que no aluda a derivación lógica a partir de otro concepto
o juicio, sino que alude a un sentido de justificación o legitimidad. Muestra que hay que justificar
(«deducir») la aplicación de los conceptos a los objetos de experiencia.
Trata de mostrar la concordia entre las categorías y 1. las funciones lógicas del juicio (lo que llama
deducción metafísica) y 2. a las intuiciones (a la deducción transcendental). Trata de unir las
categorías a las funciones lógicas del juicio y a las intuiciones.
En la primera edición: Para hacerlo a través de un proceso «deductivo» introduce los pasos de
síntesis de aprehensión en la intuición (efectuada por los sentidos) y la síntesis de reproducción en
el concepto (efectuada por el entendimiento).
En ambas ediciones pretende mostrar cómo funciona el conocimiento del objeto lo que requiere
hacer visible un conjunto de articulación que ilustren la aportación de los distintos módulos que
intervienen en el conocimiento. En definitiva, lo que pretende es mostrar que nuestro conocimiento
requiere conceptos universales. Trata de alcanzar el conocimiento de estos conceptos universales a
través de una tabla básica de juicios (que llama categorías, siendo igual que Aristóteles en el
número y en la procedimiento para obtenerlos).
A partir de esta tabla de Juicios o Categorías el entendimiento desarrolla la función de síntesis a
través del juicio y a través de los pensamientos de objetos en general o conceptos. Esta tabla con 12
juicios da 12 funciones sintéticas conceptuales, conceptos generalísimos a los que reducen cualquier
concepto.
Esta «analítica Transcendental» es parte de la lógica que divide Kant en «Lógica general» (Se ocupa
de las reglas del pensar sin atender la los objetos a que pueda referirse) y «Lógica transcendental»
(Se ocupa de las leyes del entendimiento y de la razón, pero solo en cuanto se refiere a objetos; se
ocupa de las reglas de aplicación del pensamiento a objetos). A su vez, ambas lógicas se dividen en
«analítica» (es la responsable de descomponer el pensamiento en sus elementos, en especial las
reglas del uso correcto del entendimiento y de la razón; esta se llamaba lógica de la verdad ya que
se usaba como canon – lo que significa es aplicar correctamente las reglas de la lógica– del
entendimiento y no como organon –lo que significa hacer un uso transcendental de los principios
formales del entendimiento) y «dialéctica».
3. Esquematismo:
Después de la deducción de las categorías Kant habla del Esquematismo de los conceptos puros del
entendimiento por la que debe existir alguna homogeneidad entre conceptos e intuiciones. Tras la
distinción entre sensibilidad y entendimiento supone que debe existir una tercera capacidad entre
sensibilidad y entendimiento que produzca la homogeneidad requerida. Introduce así la imaginación
por la que los conceptos, aun siendo heterogéneos respecto de los objetos dados en la sensibilidad,
pueden aplicarse a los objetos gracias al esquema producido por la imaginación.
La imaginación ejerce una función mediadora gracias a una representación (esquema) que es, por
un lado, intelectual y, por otro lado, sensible.
Kant niega que el esquema sea una mera imagen: “Ninguna imagen de un triángulo se adecuaría
jamás al concepto de triángulo en general”. Esto quiere decir que la imaginación es una síntesis
que pone en concordia el concepto puro del entendimiento con el objeto de la sensibilidad.
El método para lograr esta concordancia, es decir, aplicar el concepto al objeto, es la tarea
encomendada al esquema realizado por la imaginación.
En la Segunda Edición la imaginación aparece dependiente del entendimiento: la imaginación
realiza la concordia entre las reglas de la lógica, propias del entendimiento, y las condiciones
propias de la sensibilidad. Es la que amolda a la lógica los datos sensibles no explicables desde la
lógica haciendo que sea importante diferenciar entre el uso lógico (es el que sigue las reglas de la
lógica) y real (es la aplicación de las reglas lógicas a los objetos dados en a sensibilidad) de los
conceptos puros del entendimiento.
También es importante lo que llama el Esquema Transcendental que consiste en una determinación
transcendental del tiempo por la que el tiempo guarda homogeneidad con la categoría y con el
fenómeno. El tiempo puede realizar esta función mediadora por su intuición a priori de la
sensibilidad y por presidir toda actividad conceptual.
El principio de no contradicción debe ser cumplido por todo juicio como conditio sine qua non, si
no lo cumpliese no tendría sentido el juicio, no sería un juicio verdadero.”A ninguna cosa le
conviene un predicado que la contradiga”. Este principio es el principio supremo de los juicios
analíticos, pero en ellos el pensamiento no sale de sí mismo, por lo que lo que nos hace avanzar en
el conocimiento son los juicios sintéticos, por los que sí hay que salir del concepto dado para
confrontarlo sintéticamente con otro. Esto genera la necesidad de un tercero que sea el que los
sintetice, estos son las categorías. La aplicación de las categorías a los objetos es lo que hace
posible que los conozcamos. Por eso habla de tres capacidades como fuente de representación: el
sentido interno, la imaginación y la percepción.
El conocimiento opera con síntesis que unifican lo múltiple de la intuición sensible. De manera que
sin objetos (sin intuición) no tiene significación las categorías, pero, al mismo tiempo, los objetos
no categorizados no sintetizados y esquematizados, son una multiplicidad caótica, carente de
significado. Los principios son, pues, reguladores a priori (transcendental) de la síntesis.
Cuando Kant habla de las «experiencias posibles» lo hace desde la Revolución copernicana por lo
que se refiere a la experiencia sintetizada. Lo que regula la síntesis son reglas o principios
supremos.
Kant enumera más principios como los matemáticos o dinámicos.
Los principios matemáticos rigen en la intuición de manera necesaria y son apodícticamente ciertos,
poseen una certeza intuitiva; también son composición de lo homogéneo. Los principios
matemáticos regulan la síntesis de las magnitudes extensivas y tienen aplicación como axiomas de
la intuición.
Los pirncipios dinámicos se refieren a la experiencia y no tienen el grado de evidencia, la sensación
no puede ser anticipada, no puede ser conocida a priori.
5. Analogías de la experiencia
El principio de la analogía de la experiencia es: “La experiencia solo es posible mediante la
representación de una necesaria conexión de las percepciones”. En filosofía se entiende por
analogía la relación en sentido regulador, quiere decir, no se determinan ni anticipan magnitudes,
sino la relación temporal entre percepciones.
1º Analogía: “En todo cambio de los fenómenos permanece la sustancia, y el quantum de la misma
no aumenta ni disminuye en la naturaleza”.
Para Kant las percepciones se amontonan de forma puramente accidental y pueden formar
conocimiento a través de los conceptos, es decir, a priori. Como los tres modos de tiempo son
permanencia, sucesión y simultaneidad, habrá también tres reglas que determinarán a priori la
experiencia de los fenómenos con respecto al tiempo que además son aprehensiones de los
fenómenos que van cambiando por lo que tiene que haber algo que permanezca. Esto que
permanece es la sustancia y lo que cambia en los cambios son los accidentes.
2º Analogía: “Todos los cambios tienen lugar de acuerdo con la ley que enlaza causa y efecto”.
Aquí no se percibe lo permanente, sino los cambios de los accidentes. Pero la relación objetiva de
los fenómenos obligaba a concluir en la sustancia. Aquí nos encontramos con dos estados, uno de
los cuales sigue al otro generando una relación objetiva, una función sintetizadora, la cual enlaza
necesariamente, por medio del esquema de la imaginación, y que produce el concepto que liga
causa y efecto. De esta manera, la sucesión subjetiva, arbitraria, tendrá que ser determinada por la
sucesión objetiva.
3º Analogía: “Todas las sustancias, en la medida en que podemos percibirlas como simultáneas en el
espacio, se hallan en completa acción recíproca”. Acude así Kant a una categoría para extraer de
ella sola todo lo que se refiere a la simultaneidad. Hacen falta percepciones pero el orden temporal
de las mismas tiene que estar determinado por una regla que es la acción recíproca de la sustancia.