Como Vivimoa La Eucaristia
Como Vivimoa La Eucaristia
Como Vivimoa La Eucaristia
En la ltima catequesis destaqucomo la Eucarist nos introduce en la comuni real con Jess y su misterio. Ahora podemos hacernos
algunas preguntas sobre la relaci entre la Eucarist que celebramos y nuestra vida como iglesia y como cristianos individuales Co vivimos
nosotros la Eucarist? Co vivimos la Misa, cuando vamos a Misa los domingos? Es so un momento de fiesta? Es una tradici, bien
establecida, que se hace? Es una ocasi para encontrarnos o para sentirnos bien, o es algo m?
Hay seles muy especicas para averiguar co vivir esto. Co vivimos la Eucarist. Seles que nos dicen si vivimos la Eucarist bien, o no la
vivimos tan bien... El primer indicador es la manera en que vemos y consideramos a los dem. En la Eucarist, Cristo siempre actualiza el
don de smismo que hizo en la Cruz. Toda su vida es un acto de total compartir, darse por amor; por eso amaba estar con sus disculos
y las personas que conoc. Esto significaba para compartir sus deseos, sus problemas, le conmovn sus almas y sus vidas. Ahora,
cuando nosotros participamos en la Santa Misa, nos encontramos con hombres y mujeres de todo tipo: jenes, ancianos, nis; pobres y
ricos; originario del lugar y extranjeros; en compaa de familiares o solos... Pero la Eucarist que celebro, me lleva a sentirlos de verdad a
todos, como hermanos y hermanas? Crece en mla capacidad de alegrarme con los que est alegres y de llorar con los que lloran? Me
empuja a ir hacia los pobres, los enfermos, los marginados? Me ayuda a reconocer en ellos el rostro de Jess?
Todos vamos a misa porque amamos a Jess y queremos compartir su Pasi y su Resurrecci en la Eucarist Pero amamos, como Jess
quiere que amemos a aquellos hermanos y hermanas necesitados? Por ejemplo, en Roma, en estos ds, hemos visto muchos problemas
sociales, o por la lluvia que ha causado tantos das a barrios enteros, o por la falta de trabajo ante esta crisis social en todo el mundo...
Me pregunto, todos preguntonos: "Yo, que voy a misa, co vivo esto? Me preocupo de ayudar, de acercarme, de rezar por ellos, que
tienen este problema? O soy un poco indiferente? O tal vez me preocupo de chismorrear: "Viste co iba vestida aquella, como iba vestido
aqu?".... A veces se hace esto despu de la misa, o no? Se hace! Y esto no se debe hacer! Debemos preocuparnos por nuestros
hermanos y hermanas que tienen una necesidad, una enfermedad, un problema. Pensemos nos harbien a hacerlo hoy! en estos
hermanos y hermanas que tienen problemas hoy aqu en Roma, problemas por la lluvia, por esta tragedia de la lluvia, por los problemas
sociales del trabajo y pidamos a Jess, este Jess que recibimos en la Eucarist, que nos ayude a ayudarlos.
Un segundo indicador, muy importante, es la gracia de ser perdonados y perdonar. A veces alguien pregunta: "Por quhay que ir a la
iglesia, si los que participan regularmente en la Misa son pecadores como los dem?". Cutas veces hemos oo esto! En realidad, quien
celebra la Eucarist no lo hace porque cree o quiere aparentar m que los dem, sino porque se reconoce siempre con la necesidad de ser
aceptado y regenerado por la misericordia de Dios, hecha carne en Jesucristo. Si cada uno de nosotros no se siente con la necesidad de
la misericordia de Dios, no se siente un pecador, es mejor que no vaya a misa! Porque vamos a Misa, porque somos pecadores y
queremos recibir el perd de Jess, participar en su redenci, en su perd. Ese "confieso", que decimos al principio no es algo "formal", es un
verdadero acto de penitencia! Yo soy pecador y confieso! Asda inicio la Misa. No debemos olvidar nunca que la tima Cena de Jess tuvo
lugar "la noche en que fue traicionado" (1 Cor 11,23). En el pan y el vino que ofrecemos y en torno al cual nos reunimos se renueva cada
vez el don del Cuerpo y la Sangre de Cristo para la remisi de nuestros pecados. Debemos ir a Misa humildemente, como pecadores y el
Ser nos reconciliar
Un ltimo y valioso indicador nos lo ofrece la relaci entre la celebraci eucartica y la vida de nuestras comunidades cristianas. Debemos
tener siempre presente que la Eucarist no es algo que hacemos nosotros; no es una conmemoraci nuestra de lo que Jess dijo e hizo. No
Es propiamente una acci de Cristo! Es Cristo quien los realiza, que esten el altar! Y Cristo es el Ser. Es un don de Cristo, que se hace
presente y nos rene en torno a , para alimentarnos con su Palabra y con su vida. Esto significa que la misi y la misma identidad de la
Iglesia fluyen a partir de ah de la Eucarist, y allsiempre toman forma. Una celebraci puede llegar a ser impecable en tminos de
apariencia, hermosima, pero si no nos lleva al encuentro con Jess, puede que no comporte ningn alimento a nuestro coraz y a nuestra
vida. A trav de la Eucarist, en cambio, Cristo quiere entrar en nuestra existencia e impregnarla de su gracia, para que en cada
comunidad cristiana haya coherencia entre liturgia y vida: esta coherencia entre liturgia y vida.
El coraz se llena de fe y de esperanza, pensando en las palabras de Jess recogidas en el Evangelio: "El que come mi carne y bebe mi
sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaren el ltimo d. (6, 54). Vivamos la Eucarist con espitu de fe y de oraci, de perd, de penitencia,
de alegr en comn, de preocupaci por las necesidades de tantos hermanos y hermanas, con la certeza de que el Ser cumplirlo que ha
prometido: la vida eterna! Assea.