Reporte de Lectura Unidad 2 y 3

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

UNIVERSIDAD POPULAR AUTONOMA DE VERACRUZ

LICENCIATURA EN DERECHO
GRUPO 601
JOSE LUIS MONTOYA BARRAGAN
DERECHO DE AUTOR PROPIEDAD INTELECTUAL E
INDUSTRIAL.
LIC. SANTIAGO TOLEDO GONZALEZ
REPORTE DE LECTURA:
UNIDAD 2. OBJETO DEL DERECHO DE AUTOR
2.1. SUJETOS PROTEGIDOS POR LA LEY FEDERAL DEL DERECHO DE
AUTOR
2.2. OBRAS PROTEGIDAS
2.3. OBRAS ORIGINARIAS
2.4. OBRAS DERIVADAS
2.5. EL TÍTULO
2.6. OTRAS FIGURAS CONTEMPLADAS EN LA LEY FEDERAL DEL
DERECHO DE AUTOR (DERECHOS CONEXOS, RESERVAS, DERECHO DE
IMAGEN)
UNIDAD 3: TITULARES, CONTENIDO, DURACIÓN Y TRANSMISIÓN DE
LOS DERECHOS DE AUTOR.
3. TITULARES DEL DERECHO DE AUTOR
3.1. AUTORÍA Y TITULARIDAD
3.2. COAUTORÍA
3.3. TITULARES ORIGINARIOS
3.4. TITULARES DERIVADOS
3.5. TITULARIDAD DE LAS OBRAS ANÓNIMAS Y SEUDÓNIMAS
3.6. TITULARIDAD DE LA OBRA POR ENCARGO
3.7. TITULARIDAD DE LAS OBRAS AUDIOVISUALES
16 DE MAYO 2021.
UNIDAD 2. OBJETO DEL DERECHO DE AUTOR.

Sujetos protegidos por la Ley Federal del Derecho de Autor. A


continuación, se resumen los puntos clave:

Definición de autor: Según la ley, el autor se refiere a la persona física


que crea una obra y es considerado el titular originario de los derechos sobre
dicha obra.

Titulares derivados: Los herederos o causahabientes del autor original


son considerados titulares derivados de los derechos de autor.

Titulares de obras derivadas: Además de los autores originales, los


titulares de obras derivadas también están protegidos por la ley. Estos titulares
incluyen intérpretes o ejecutantes, editores de libros, productores de
fonogramas y videogramas, así como los organismos de radiodifusión.
También se les denomina poseedores de los derechos conexos o derechos
accesorios, ya que necesitan una obra original para ejecutarla o interpretarla.

Autor original y titulares derivados: El autor original de una obra, como


un personaje o una canción, es quien da a conocer la existencia de la obra
para que un intérprete pueda encarnar el personaje o cantar la canción. En
este sentido, los intérpretes o ejecutantes, editores de libros, productores de
fonogramas y videogramas, así como los organismos de radiodifusión, son
considerados titulares derivados de los derechos conexos.

Obras protegidas: La ley establece que las obras protegidas son


aquellas de creación original que pueden ser divulgadas o reproducidas en
cualquier forma o medio.

Tipos de obras protegidas: Según la ley, las obras pueden clasificarse de


la siguiente manera:
a) Según su autor: conocidas, anónimas y seudónimas.
b) Según su comunicación: divulgadas, inéditas y publicadas.
c) Según su origen: primigenias y derivadas.
d) Según los creadores que intervienen: individuales, de colaboración y
colectivas.

Momento de protección: La protección de los derechos de autor se


otorga desde el momento en que las obras son fijadas en un soporte material,
sin importar el mérito, destino o modo de expresión. No se requiere registro ni
documento adicional para el reconocimiento de los derechos de autor.

Protección para extranjeros: Los extranjeros autores o titulares de


derechos y sus causahabientes gozan de los mismos derechos que los
nacionales, de acuerdo con la Ley Federal del Derecho de Autor y los tratados
internacionales en materia de derechos de autor y derechos conexos suscritos
y aprobados por México.

Protección internacional: Los artistas intérpretes o ejecutantes, editores,


productores de fonogramas o videogramas y los organismos de radiodifusión
que hayan realizado sus obras fuera del territorio nacional también están
protegidos por la ley y los tratados internacionales en materia de derechos de
autor y derechos conexos.

Ramas de obras protegidas: La ley reconoce los derechos de autor


respecto a obras literarias, musicales.

Obras originarias: Son aquellas creadas sin basarse en obras


preexistentes. La titularidad del derecho de autor recae en el autor original.

Obras derivadas: Son aquellas que se basan en obras preexistentes o


en hechos y datos preexistentes, pero que presentan una expresión creativa
original. Algunos ejemplos de obras derivadas son las traducciones, los
arreglos musicales, las adaptaciones, las compilaciones y las parodias.
Traducciones: Para ser consideradas obras derivadas, las traducciones
deben transmitir el sentido de la obra original y los valores culturales que esta
busca expresar.

Arreglos musicales: La consideración de un arreglo musical como obra


protegida por el derecho de autor depende de su originalidad creativa.
Actividades técnicas simples no son consideradas aportes creativos protegidos
por el derecho de autor, pero las variaciones en la armonía o la melodía sí
pueden constituir obras derivadas.

Adaptaciones: Las adaptaciones implican cambios en la forma de


expresión de una obra original, o la incorporación de elementos técnicos y
artísticos de otro género. Ejemplos de adaptaciones incluyen la adaptación de
una novela para la televisión o la versión juvenil de una obra.

Coautoría: Cuando una obra es creada por varios autores, se les


denomina coautores. La titularidad y los derechos de los coautores pueden
variar según las relaciones y la participación de cada autor en la obra.

Título: El título original de una obra pertenece al autor que la creó. Los
derechos morales del autor son intransferibles, incluso si cede los derechos
patrimoniales de la obra.

Otras figuras contempladas en la ley: Además de las obras originarias y


derivadas, la ley de derecho de autor contempla otras figuras como los
derechos conexos, las reservas de derechos al uso exclusivo y el derecho de
imagen.

Limitaciones del derecho de autor: Se menciona una limitación por causa


de utilidad pública, que permite la publicación o traducción de obras necesarias
para el avance de la ciencia, la cultura y la educación, cuando no sea posible
obtener el consentimiento del titular de los derechos patrimoniales.
Reservas de derechos al uso exclusivo: Se establece la posibilidad de
realizar reservas de derechos para proteger títulos, nombres, denominaciones,
características distintivas, personajes, actividades artísticas y promociones
publicitarias. Se detallan los procedimientos y requisitos para obtener y renovar
las reservas de derechos.

3. TITULARES DEL DERECHO DE AUTOR.

Titularidad de los derechos morales y patrimoniales: Según el derecho


de autor, la titularidad de los derechos morales y patrimoniales corresponde a
los autores de las creaciones realizadas en la UNAM, siempre y cuando estén
vinculados profesionalmente con la universidad.

La Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) otorga a los autores


independientes el privilegio de ser los titulares primigenios de sus obras, lo que
les permite explotarlas y protegerlas de modificaciones.

Sin embargo, en el caso de los autores ligados laboralmente a la UNAM,


la LFDA concede solo los derechos morales sobre sus obras debido al vínculo
laboral con la universidad. Los derechos patrimoniales son titularidad de la
universidad, y al autor le corresponde una compensación en forma de pago de
regalías.

Coautoría: La coautoría se da cuando dos o más autores contribuyen


conjuntamente en la creación de una obra literaria o artística, combinando sus
esfuerzos y talentos.

En las obras en colaboración, varios autores trabajan juntos o por


separado, pero sus contribuciones se combinan para formar una unidad que se
explota en conjunto.

En las obras colectivas, las contribuciones de los autores se fusionan de


tal manera que no se pueden atribuir los derechos de cada uno sobre la obra
en su conjunto. En estos casos, la titularidad originaria se atribuye a la persona
o entidad que coordina y crea la obra colectiva.
Titulares originarios: Las obras originarias son aquellas en las que
participa un elevado número de autores y es difícil identificar a cada uno y sus
respectivos aportes.
La ley mexicana establece que el titular de los derechos de autor en las
obras originarias será el editor o la persona jurídica o natural que coordine,
divulgue y publique la obra bajo su nombre.

Algunos ejemplos de obras originarias son los diccionarios,


enciclopedias, programas de computación y bancos electrónicos de datos, en
los que intervienen múltiples autores.

Titulares derivados: Los titulares derivados son aquellos que adquieren


los derechos de autor mediante actos entre vivos, como personas jurídicas o
cesionarios.

Las personas jurídicas pueden ser titulares de los derechos


patrimoniales de autor a través de transferencias establecidas por ley o por
contratos.

Los cesionarios adquieren la titularidad de los derechos patrimoniales


mediante actos jurídicos en los que el autor o el titular les ceden los derechos
de la obra.

Los autores que crean obras bajo relación laboral también pueden ser
titulares derivados, ya que, aunque están en una relación de subordinación, la
creación y expresión se atribuyen al autor asalariado y no al empleador.

Titularidad de las obras anónimas y seudónimas: La titularidad de las


obras anónimas y seudónimas presenta desafíos debido a la falta de
conocimiento sobre la identidad del autor original. A pesar de ello, es necesario
atribuir a alguien la titularidad de los derechos patrimoniales y la
responsabilidad de proteger los derechos morales, los cuales son
intransferibles y siempre corresponden al autor de la obra.

En Colombia, las obras anónimas son protegidas a favor del editor, pero
si el autor revela su identidad, la protección pasa a favor de este último. En
México, el editor ejerce los derechos de las obras anónimas hasta que el autor
decida salir del anonimato. En el caso de las obras seudónimas, el editor tiene
los derechos patrimoniales, a menos que el seudónimo esté registrado de
acuerdo con las disposiciones legales, en cuyo caso los derechos
corresponden al autor. Si el seudónimo no genera dudas sobre la verdadera
identidad del autor, la autoría y titularidad recaen en dicho autor.

Además, la legislación mexicana establece que las obras folclóricas y


tradicionales de autores desconocidos pertenecen al dominio público.

Titularidad de la obra por encargo: La obra por encargo se diferencia


de la obra creada bajo relación laboral, ya que no implica una relación de
subordinación o empleo, y no se aplica la legislación laboral. El autor de una
obra por encargo generalmente crea la obra con sus propios medios y
elementos.

En cuanto a la titularidad de los derechos, la Decisión 351 de 1993


establece que las personas naturales o jurídicas ejercen la titularidad originaria
o derivada de los derechos patrimoniales de las obras creadas por encargo, a
menos que exista prueba en contrario. La Ley 23 de 1982 complementa esta
regulación al establecer que, mediante un contrato de servicios, los autores
transfieren los derechos patrimoniales sobre la obra al encargante, pero
conservan los derechos morales para reclamar la paternidad de la obra y
oponerse a modificaciones que afecten su honor, reputación o la calidad de la
obra.

Es importante destacar que la ley no otorga al autor de una obra por


encargo otras prerrogativas morales, como conservar la obra inédita o retirarla
de circulación, debido a que se considera que la obra por encargo es
concebida previamente por el encargante, quien invierte económicamente y
remunera al autor para su explotación y comercialización.

La titularidad de las obras audiovisuales se regula en México


mediante la Ley 23 de 1982. Las obras audiovisuales son consideradas obras
colectivas en las que participan varias personas físicas, cada una con su
contribución identificable.

De acuerdo con la ley, el productor cinematográfico es reconocido como


titular de los derechos patrimoniales sobre la obra audiovisual, a menos que se
establezca lo contrario. Esto se establece en el artículo 97 y el artículo 98 de la
ley.

La legislación mexicana también identifica a los autores de la obra


cinematográfica, que incluyen al director o realizador, al autor del guion o
libreto cinematográfico, al autor de la música y al dibujante o dibujantes en
caso de tratarse de un diseño animado. El director o realizador es designado
como titular de los derechos morales de la obra, sin perjuicio de los derechos
correspondientes a los demás autores, artistas, intérpretes o ejecutantes que
hayan participado en la obra en relación con sus propias contribuciones.

En conclusión, la Ley 23 de 1982 en México establece que el productor


cinematográfico posee los derechos patrimoniales sobre las obras
audiovisuales, mientras que el director o realizador es el titular de los derechos
morales. Los demás autores y participantes también tienen derechos
relacionados con sus contribuciones específicas en la obra audiovisual.

También podría gustarte