Salmo 3
Salmo 3
Salmo 3
Salmo 3:1 ¡Oh Jehová , cuá nto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se
levantan contra mí.
Salmo 3:2 Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvació n en Dios. Selah
Salmo 3:3 Mas tú , Jehová , eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi
cabeza.
Salmo 3:4 Con mi voz clamé a Jehová , Y él me respondió desde su monte santo. Selah
Salmo 3:5 Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.
Salmo 3:6 No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí.
Salmo 3:7 Levá ntate, Jehová ; sá lvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos
en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.
Salmo 3:8 La salvació n es de Jehová ; Sobre tu pueblo sea tu bendició n. Selah
Introducció n:
El salmo 3 es considerados como “lamentos del escritor”. Es necesario llegar a entender
que ninguno de nosotros por cerca que estemos de Dios, estamos excentos de alguna
prueba difícil, de una adversidad ó de un momento dificil.
Este Salmo fue escrito por David cuando huía de su propio hijo Abasaló n, relato que se
encuentra en 2 Samuel 15:14-17.
2 Samuel 15:14 Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y
huyamos, porque no podremos escapar delante de Absaló n; daos prisa a partir, no sea que apresurá ndose él
nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada.
2 Samuel 15:15 Y los siervos del rey dijeron al rey: He aquí, tus siervos está n listos a todo lo que nuestro
señ or el rey decida.
2 Samuel 15:16 El rey entonces salió , con toda su familia en pos de él. Y dejó el rey diez mujeres
concubinas, para que guardasen la casa.
2 Samuel 15:17 Salió , pues, el rey con todo el pueblo que le seguía, y se detuvieron en un lugar distante.
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La salida de David de su propio palacio con unos cuantos de sus fieles no ha de haber sido
nada agradable, lo peor de todo que el enemigo que le perseguía era su propio hijo.
Huye a pie, sin su gente de a caballo, sin las armas que siempre habían utilizado para
combatir, lo había perdido todo…solamente llevaba algo con él, su confianza en Dios y Sus
Promesas y unos cuantos fieles que le seguían.
Este Salmo nos servirá a todos aquellos que cuando vienen adversidades, nos abandonan
menos DIOS… El nos ha prometido estar con nosotros siempre!
Son muchos los enemigos que tengo, entre ellos mi propio hijo.
Las amenazas de los enemigos son Fuertes, pero no lo suficiente para que David pierda
su confianza en Dios.
Probablemente esta batalla Hera má s fuerte que la que tuvo con Goliat.
No se olvidó quién le había dado la Victoria en ese entonces.
El rey se quejó con quien tenía que hacerlo.
El rey se quejó con el UNICO que verdaderamente le oiría.
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3. La Fe Triunfante del rey:
Salmo 3:7 Levá ntate, Jehová ; sá lvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos
en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.
Salmo 3:8 La salvació n es de Jehová ; Sobre tu pueblo sea tu bendició n. Selah