Lógica I Prof - Monsalve

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A FT

Matemáticas Discretas
Volumen I

Prof. M. Monsalve Leal


DR
A FT
DR

Copyright © 2016 M. Dra. M. Monsalve Leal


P UBLISHED BY P UBLISHER
BOOK - WEBSITE . COM
POR LLENAR.
Borrador Octubre 2018
A mis tres herman@s: Belkis, Wilmer y Made.
Por estar siempre allí
(a pesar de mis rarezas).

A los Estudiantes:
Ojala y atesoren libros:
¡Siempre son necesarios
y nunca suficientes!

FT
A mi Hogar:
La UCV.

A
DR
DR
A FT
FT
Contenido

I
ALógica proposicional
1 Conceptos Básicos 9
1.1 Proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.2 Conectores lógicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3 Reglas de formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.4 Simbolización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
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2 Equivalencia lógica 29
2.1 Equivalencia y simplificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2.2 Circuitos lógicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2.3 Compuertas lógicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

3 Argumentación lógica 45
3.1 Premisas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.2 Reglas de inferencia lógica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
3.3 Métodos para probar validez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
3.3.1 Prueba por tablas de verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
3.3.2 Prueba por equivalencias lógicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
3.3.3 Prueba por argumentación directa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
3.3.4 Prueba condicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
3.3.5 Prueba por reducción al absurdo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
3.3.6 Prueba por casos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

Bibliografía 79

Índice 81
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A FT
I Lógica proposicional

AFT
1
1.1
1.2
1.3
1.4

2
Conceptos Básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Proposiciones
Conectores lógicos
Reglas de formación
Simbolización

Equivalencia lógica . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2.1 Equivalencia y simplificación
2.2 Circuitos lógicos
2.3 Compuertas lógicas
DR
3 Argumentación lógica . . . . . . . . . . . . . . . . 45
3.1 Premisas
3.2 Reglas de inferencia lógica
3.3 Métodos para probar validez

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Índice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
DR
A FT
FT
1. Conceptos Básicos

Deténgase a pensar en qué se diferencia un ave de un ser humano. Tal vez la respuesta le parecerá
A
obvia: una diferencia fundamental estriba en que los seres humanos somos animales racionales
y las aves no lo son. Desde ese punto de vista, eso de ser racionales es algo tan importante que
nos permite diferenciarnos del resto de los animales. Un ser racional es aquel que está dotado de
razón, o dicho de otro modo, es un ser que tiene la capacidad de razonar. Según la Real Academia
Española, razonar es “inferir, ordenando ideas en la mente para llegar a una conclusión”. Es decir,
dado un conjunto de hechos, el ser humano es capaz de ordenarlos y obtener una conclusión a partir
de esos hechos.
Entonces, es una verdad que los seres humanos razonamos1 . Ahora bien, ¿será que siempre
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razonamos de manera correcta?, es decir, dado un conjunto de hechos y luego de “ordenar las
ideas en la mente” para finalmente producir una conclusión, ¿será que siempre esa conclusión se
desprende de esos hechos iniciales”. La respuesta a esas preguntas es un rotundo NO. Teniendo
en cuenta lo anterior, surge la imperiosa necesidad de saber cuándo nuestros razonamientos son
correctos y cuándo no. La ciencia, cuyos objetos de estudio son los razonamientos, es justamente la
Lógica.
Definición 1.0.1 [Lógica]: Ciencia que proporciona principios y métodos que, aplicados a la
estructura de los razonamientos, nos permiten determinar si los mismos son correctos o no.

En realidad la definición anterior, es bastante restrictiva pero es un punto de partida simple


para nuestro objetivo: Dado un razonamiento, determinar si el mismo es correcto o no. Ahora
bien, cualquier lector sabe que los humanos venimos razonando hace mucho. Si por ejemplo
nos concentramos en las matemáticas, muchos son los resultados que han sido propuestos y
demostrados a través de la historia de la humanidad, incluso mucho antes que la lógica fuese
formalmente establecida.
Mucho ha sido el trabajo teórico para que la lógica pudiese ser entendida como un sistema de
cálculo. Es decir, como un sistema de reglas que nos permiten llegar a una conclusión de forma
mecánica partiendo de un conjunto de hechos preconcebidos como verdaderos. Note que en este
1 Aunque a veces uno siente dudas al respecto
10 Capítulo 1. Conceptos Básicos

escenario, es mucho más sencillo determinar si un razonamiento es válido o no; pues el proceso de
validación de la conclusión es mecánico e incluso programable.
Para lograr esa mecanización resulta obvia la necesidad de simplificar nuestro lenguaje natural
(lenguaje que usamos para comunicarnos) para poder expresar sin ambigüedades los elementos que
componen a un razonamiento (los hechos preestablecidos y la conclusión).
Aristóteles (384-322 A.C.)

Veamos un trozo de información que nos legó Aristóteles hace más de


2300 años sobre esas simplificaciones necesarias:

FT
“...ahora bien, no todo enunciado es asertivo, sino sólo aquel en que se
da la verdad o la falsedad; y no en todos se da. Por ejemplo: la plegaria
es un enunciado, pero no es verdadero ni falso. Dejemos, pues, de lado
esos otros –cuyo examen es más propio de la retórica o de la poética
–, ya que el objeto del presente estudio es el enunciado asertivo”.

Aristóteles es considerado el primer filósofo que inició un estudio sistemático de la


lógica como ciencia independiente. Sus ideas en este campo apuntaban a establecer
un conjunto de reglas para el razonamiento deductivo que pudiesen ser aplicadas a
cualquier rama del saber. Ahora bien, no se le ocurra pensar que antes de Aristóteles
no había “lógica” y por tanto los pensadores antiguos razonaban sin ningún tipo de método.
Consideremos por ejemplo a Pitágoras (569-475 A.C.), quien nació mucho antes que
A
Aristóteles. Pitágoras estableció y demostró la relación que existe entre la hipotenusa
y los lados de un triángulo rectángulo; en el famosísimo teorema que lleva su nombre.
Sin embargo, es Aristóteles quien inicia el estudio sistemático de la lógica. Más aún, lo
que hoy se conoce como teoría de la inferencia (que será estudiada en las dos primeras
parte de este libro) no son más que versiones modernas de muchas ideas enunciadas por
Aristóteles.

1.1 Proposiciones
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Como mencionamos anteriormente los objetos de estudio de la lógica son los razo-
namientos. Cuando razonamos, empleamos cierto tipo de oraciones de nuestro lenguaje natural que
nos permiten afirmar hechos, y a partir de la veracidad de los mismos tratamos de desprender otros
hechos (conclusiones). Este tipo de oraciones recibe el nombre de proposiciones, que no son más
que oraciones que pueden ser verdaderas o falsas (Recuerde lo que dijo Aristóteles).
Esta característica de las proposiciones, marca la diferencia fundamental con otro tipo de
oraciones tales como las preguntas, las órdenes, las exclamaciones, pues sólo las proposiciones
se pueden juzgar como verdaderas o falsas. Para aclarar más este punto considere las siguientes
oraciones:

(a) ¡Qué hermoso día! (d) Juan compró una casa.


(b) ¡Ponte a estudiar! (e) 4+3=8.
(c) ¿Qué hora es?

En primer lugar, observe que las oraciones (a), (b) y (c) son una exclamación, una orden y una
pregunta respectivamente, por lo tanto no es posible determinar si son verdaderas o falsas, es decir,
no son proposiciones. En contraparte, las oraciones (d) y (e) poseen un valor de verdad. En el caso
de la proposición (d), si realmente Juan compró la casa, la proposición será verdadera; y en caso
contrario será falsa. Por otro lado, la proposición (e) es obviamente una proposición falsa, pues no
es cierto que 4 + 3 sea igual a 8.
1.1 Proposiciones 11

Definición 1.1.1 [Proposición]: Cualquier oración que tenga la posibilidad de ser verdadera o
falsa se denomina proposición. Cuando la proposición es verdadera se dice que posee valor de
verdad verdadero (proposición verdadera) y cuando es falsa se dice que posee valor de verdad
falso (proposición falsa).

Cabe señalar que algunas preguntas de tipo “Si o No”, pueden usarse para establecer el valor
de verdad de una proposición lógica. Por ejemplo, considere la siguiente pregunta: ¿Ese carro
es de Carlos? En caso que la respuesta a dicha pregunta sea afirmativa, entonces la proposición
lógica “El carro es de Carlos”, posee valor de verdad verdadero, mientras que en caso contrario la

FT
proposición es falsa.

ATENCIÓN
Determine el valor de verdad de los siguientes proposiciones:

1. Esta proposición está escrita en Inglés. 3. Esta proposición tiene cinco palabras.
2. Esta proposición tiene cuatro palabras. 4. Esta proposición es falsa.

Observe que todas ellas son proposiciones que se auto referencian. Las dos primeras son
claramente falsas; la tercera es verdadera pero la cuarta nos coloca en un verdadero aprieto:
• Si la proposición es verdadera, entones la proposición debe ser falsa. Por otro lado,
• Si la proposición es falsa, entonces necesariamente es verdadera.
Esa cuarta proposición es una paradoja (expresión contraria a la lógica); y es una de las
A
múltiples formas de la llamada paradoja del mentiroso cuyo enunciado original se atribuye
al griego Eubulides (siglo IV A.C.): Lo que yo estoy diciendo ahora es una mentira. Más
adelante volveremos sobre ese tipo de proposiciones.

Notación 1.1 Emplearemos letras minúsculas para representar las proposiciones.

Denotemos por p a la proposición “Juan compró una casa” y por q a la proposición “Juan
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compró un carro”. Observe que a partir de estas dos proposiciones se pueden construir otras. Por
ejemplo:
• r : no p donde r se lee “Juan no compró una casa”.
• s : p y q donde s se lee “Juan compró una casa” y “Juan compró un carro”.
• t : p o q donde t se lee “Juan compró una casa” o “Juan compró un carro”.
• u : Si r entonces q donde u se lee como “Si Juan no compró una casa entonces Juan
compró un carro”.
En este ejemplo p y q son proposiciones simples o atómicas, mientras que r, s,t y u son proposi-
ciones compuestas:
• r es sencillamente la negación de p, sin embargo veremos a r como una proposición com-
puesta.
• Las proposiciones s, t y u se forman “conectando” otras proposiciones. Por ejemplo, la
proposición s está conformada por las proposiciones p y q conectadas a través de un “y”. La
proposición t está compuesta por p y q pero conectadas a través de un “o”. Por otro lado, la
proposición u conecta a las proposiciones r y q mediante una relación de causa-efecto.
Los valores de verdad de r, s, t y u dependen del valor de verdad de p y q. Por ejemplo, suponga
que tanto p como q son falsas, es decir, no es cierto que Juan compró una casa y también es falso
que compró un carro. En este caso, es puede correctamente inferir que valor de verdad de s es
también falso.
12 Capítulo 1. Conceptos Básicos

Definición 1.1.2 [Proposiciones simples y compuestas]: Toda proposición que no pueda subdi-
vidirse en otras proposiciones se denomina proposición simple. En caso contrario se denomina
proposición compuesta.

Como se mencionó anteriormente, el valor de verdad de una proposición compuesta depende


de los valores de verdad de las proposiciones simples que la conforman. Esta dependencia se puede
describir mediante una tabla que indique, para cada posible combinación de valores de verdad de
las proposiciones simples, cuál es el valor de verdad de la proposición compuesta. Estas tablas son
llamadas Tablas de verdad.

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Definición 1.1.3 [Tabla de verdad]: Una tabla de verdad de una proposición compuesta P,
formada por las proposiciones simples p1 , p2 , . . . , pn contiene:
1. Todas las posibles combinaciones de los valores de verdad de p1 , p2 , . . . , pn colocadas
por filas. Por lo tanto, si n es el número de proposiciones simples que componen a P,
entonces la tabla de verdad de P posee 2n filas.
2. El valor de verdad de P para cada una de las combinaciones anteriores.
Para indicar los valores de verdad, se utiliza el símbolo V ( o 1) para el valor de verdad verdadero
mientras que el valor de verdad falso se representa mediante una F (o 0).

Siguiendo el ejemplo de las proposiciones asociadas a Juan, observe que

s : Juan compró una casa y Juan compró un carro ,


| {z } | {z }
p q
A
es una proposición compuesta formada por dos proposiciones simples (p y q). De lo anterior se
desprende que la tabla de verdad de s posee 22 filas. Por otro lado, s será verdadera solamente
cuando, tanto p como q sean verdaderas. Es decir, basta que al menos una de las dos proposiciones
simples que conforman a s sea falsa, para garantizar que s también es falsa. Con esta información
se concluye que la Tabla 1.1, es la tabla de verdad de s.
s
z }| {
p q pyq
DR
V V V
V F F
F V F
F F F

Tabla 1.1: Tabla de verdad de la proposición s: “Juan compró una casa y Juan compró un carro”.

Para construir proposiciones compuestas requerimos de los llamados “conectores lógicos”, que
no son más que ciertas palabras, frases y/o símbolos de nuestro lenguaje natural que nos permitirán,
valga la redundancia, conectar proposiciones para crear otras nuevas. En la siguiente sección
explicaremos cuáles son algunas de esas palabras, frases y/o símbolos y cuáles son las reglas que
debemos seguir para garantizar que las proposiciones construidas sean correctas.

1.2 Conectores lógicos


Imagine por un momento la cantidad de palabras que existen en el Español que nos permiten
conectar dos proposiciones cualesquiera para formar una nueva proposición. Claramente son
muchas, sin embargo, en la lógica formal prestaremos especial importancia sólo a cinco palabras
y/o frases fundamentales2 : “no”, “y”, “o”, “si ...entonces...” y “si y sólo si”; y cada una de ellas
2 Como puede ver, el asunto es sencillo.
1.2 Conectores lógicos 13

estará asociada a un conector lógico: negación, conjunción, disyunción, condicional y bicondicional


respectivamente. A continuación se estudiarán en detalle cada uno de ellos.
Definición 1.2.1 [Negación]: Sea p una proposición. La proposición ¬p se denomina negación
de p. El conector ¬ se lee “no”; por lo tanto, ¬p se lee “no p”. La proposición ¬p posee valor
de verdad verdadero si p es falsa y posee valor de verdad falso cuando p es verdadera.

Dado que la negación no “conecta” dos proposiciones, es común que algunos autores se refieran
a la negación como el “conector unario”, más sin embargo, en este texto no se hará tal distinción.

FT
Ahora bien, dado que ¬p se considera una proposición compuesta, es posible definir una tabla
de verdad para dicha proposición, ver Tabla 1.2. Esa tabla se conoce como la Tabla de verdad de la
negación.

p ¬p
V F
F V

Tabla 1.2: Tabla de verdad de la negación.

IMPORTANTE
En Español puede haber varias maneras de indicar la negación de una
proposición. A continuación colocamos algunas expresiones de nuestro lenguaje que se
A
simbolizan como ¬p:

1. no p. 3. no es el caso que p.
2. no es cierto que p. 4. es falso que p.

Definición 1.2.2 [Conjunción]: Sean p y q dos proposiciones. La proposición compuesta p ∧ q


se denomina conjunción entre p y q. El conector ∧ se lee “y”; por lo tanto p ∧ q se lee “p y q”.
La proposición p ∧ q posee valor de verdad verdadero únicamente cuando, tanto p como
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q son verdaderas.

p q p∧q
V V V
V F F
F V F
F F F

Tabla 1.3: Tabla de verdad de la conjunción.

IMPORTANTE
Las siguientes expresiones en lenguaje natural se simbolizan como p ∧ q:

1. p y q. 3. p no obstante q.
2. p pero q. 4. p sin embargo q.

Por otro lado, tenga en cuenta que la palabra “y” no siempre denota una conjunción. Por
ejemplo, la palabra “y” en la frase “Carlos, María y Juan son amigos”, no denota una conjunción,
simplemente permite listar a una serie de personas que son amigos.
14 Capítulo 1. Conceptos Básicos

Definición 1.2.3 [Disyunción]: Sean p y q dos proposiciones. La proposición p ∨ q se denomina


disyunción de p y q. El conector ∨ se lee “o”, por lo tanto; p ∨ q se lee “p o q”. La proposición
p ∨ q posee valor de verdad falso únicamente cuando, tanto p como q poseen valor de
verdad falso.

p q p∨q
V V V
V F V

FT
F V V
F F F

Tabla 1.4: Tabla de verdad de la disyunción.

IMPORTANTE
Las siguientes expresiones se simbolizan como p ∨ q:
1. p o q.
2. p a menos que q: Note que la tabla de verdad del ∨ (ver Tabla 1.4) es prácticamente la
misma que la de p, sólo difieren en la tercera entrada. En ese caso, el valor de verdad
de p ∨ q debe ser el mismo que el de q, es decir, verdadero. Es por ello que decir “p o
A
q” es lo mismo que decir “p a menos que q”

Es importante señalar que una disyunción puede ser usada de manera inclusiva o exclusiva:
en la oración “llueve o hace frío” no se excluye ninguna de las dos posibilidades, es decir, puede
llover y hacer frío al mismo tiempo; en ese contexto la disyunción es inclusiva. Por otro lado, en la
oración “Carlos está muerto o desmayado”, es bastante obvio que ambas situaciones no pueden ser
verdaderas al mismo tiempo, por lo que la disyunción actúa de forma exclusiva.
La Tabla 1.4 está asociada al conector ∨ en el sentido inclusivo, pues tanto p como q pueden
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ser verdaderas al mismo tiempo (primera fila de la tabla). El conector ∨ en el sentido exclusivo se
denota por Y y su tabla de verdad está representada en la Tabla 1.5.

p q pYq
V V F
V F V
F V V
F F F

Tabla 1.5: Tabla de verdad de la disyunción exclusiva.

Note que la proposición p Y q es falsa cuando p y q son verdaderas o falsas al mismo tiempo.
Dicho de otro modo, si p y q poseen el mismo valor de verdad entonces p Y q es falsa. Veamos que
ese sentido exclusivo también puede ser expresado mediante una proposición compuesta. Para ello
considere a P definida como:

(1.1) P : (p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q).

Observe que la tabla de verdad de P, Tabla 1.6, coincide con la tabla del conector Y.
1.2 Conectores lógicos 15

p q ¬p ¬q p ∧ ¬q ¬p ∧ q P : (p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q)
V V F F F F F
V F F V V F V
F V V F F V V
F F V V F F F

Tabla 1.6: Tabla de verdad de P : (p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q).

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Es decir, de lo anterior podemos concluir que p Y q es, cierto sentido, lógicamente equivalente
a P. El término está en cursiva pues más adelante será aclarado con mayor precisión; pero debido
a esta similitud entre p Y q y P, tenemos que el conector Y puede escribirse en función de la
disyunción inclusiva (∨), la conjunción (∧) y la negación (¬).
Los Estoicos

Los Estoicos conformaban una Escuela Filosófica Griega, dirigida por Zenon
de Citio hacia el año 301 A.C. Los Estoicos desarrollaron sus ideas en lógica
de forma independiente a Aristóteles y muchas de sus ideas eran más simples
y fáciles de sistematizar que las expuestas Aristóteles. De hecho, hoy día se
sabe que los Estoicos fueron los primeros en definir la disyunción inclusiva y
exclusiva; e incluso usaron las ideas de las tablas de verdad en sus trabajos.
A
Definición 1.2.4 [Condicional]: Sean p y q dos proposiciones. La proposición p → q se deno-
mina condicional entre p y q. El conector → se lee “Si ... entonces ...”. Por lo tanto, p → q se lee
“Si p entonces q”. La proposición p → q posee valor de verdad falso únicamente cuando,
p es verdadera y q es falsa. La proposición p recibe el nombre de antecedente y/o condición
suficiente, mientras que q recibe el nombre de consecuente y/o condición necesaria.
DR
p q p→q
V V V
V F F
F V V
F F V

Tabla 1.7: Tabla de verdad del condicional.

ATENCIÓN
En relación al condicional conviene siempre tener en mente los siguientes
comentarios:
• La proposición p → q, indica que la proposición q es una conclusión derivada de p.
• La Definición 1.2.4 establece que p → q es falsa sólo cuando p es verdadera y q es
falsa, en cualquier otro caso p → q es verdadera.
• Los dos ítems anteriores permiten la siguiente interpretación: “Si razonamos correcta-
mente, NO es posible que hechos verdaderos nos lleven a una conclusión falsa”.
• Como veremos más adelante, el conector → es muy importante en la construcción de
razonamientos lógicos.
16 Capítulo 1. Conceptos Básicos

IMPORTANTE
Todas y cada una de las siguientes expresiones se simbolizan como p → q:

1. Si p entonces q. 7. No p a menos que q.


2. Si p, q. 8. q cuando quieras que p.
3. p implica q. 9. q siempre que p.
4. Para p es necesario q. 10. p sólo si q.
5. q es necesario para p. 11. q si p.

FT
6. p es suficiente para q.

A fin de ejemplificar cada una de las expresiones anteriores, vamos a suponer que p representa
a la proposición “María está embarazada” y q indica que “María tuvo relaciones sexuales”. En este
caso

La relación causa-efecto correcta que puede establecerse entre p y q es p → q, es decir,

“Si María está embarazada, entonces tuvo relaciones sexuales”

En el ejemplo, estamos obviando embarazos por vía artificial; científica o religiosa.

El caso q → p, es decir, “Si María tuvo relaciones sexuales, entonces está embarazada”; no expresa
A
una forma causa-efecto válida.

IMPORTANTE
Para ejemplificar la lista de expresiones que representan un condicional,
hemos elegido proposiciones p y q particulares que establecen una relación causa-efecto
obvia entre el antecedente (p) y el consecuente (q). Es decir, escogimos p y q tales que p → q
fuese verdadera; y que además, en lenguaje natural, resultase fácil establecer las relación
causa-efecto. Sin embargo, es importante resaltar que pudimos emplear “p : los elefantes
DR
vuelan” y “q : 2 + 2 = 4” pues en este caso p → q es también una proposición verdaderaa ,
aunque no existe ninguna relación causa-efecto, entre el antecedente y el consecuente.
a ¿Por qué?’

Ahora enunciaremos, en lenguaje natural, cada una de las expresiones que identifican al
condicional p → q para que el lector pueda familiarizarse con dichas frases. En algunos casos
haremos comentarios adicionales.
1. Si p entonces q.
Si |María está{z
embarazada}, entonces |tuvo relaciones
{z sexuales}.
p q

2. Si p, q.
Si |María está{z
embarazada}, |tuvo relaciones
{z sexuales}.
p q
En una proposición condicional, es posible que el antecedente se separe del consecuente
usando simplemente una coma.
3. p implica q.
El hecho que María esté embarazada implica que tuvo relaciones sexuales.
| {z } | {z }
p q
1.2 Conectores lógicos 17

4. Para p es necesario q.
Para que María esté embarazada es necesario que tenga relaciones sexuales.
| {z } | {z }
p q

5. q es necesario para p.
Tener
| relaciones
{z sexuales} es necesario para |que María esté embarazada .
{z }
q p

FT
6. p es suficiente para q.
El
| embarazo {z de María} es suficiente para |asegurar que tuvo{z
relaciones sexuales.
}
p q

ATENCIÓN
En relación a los ítems 4, 5 y 6: Para que una mujer esté embarazada
es necesario que tenga relaciones sexuales, pero no es suficiente. Esta condición queda
expresada en los ítems 4 y 5. Por otro lado, el hecho que una mujer esté embarazada es
suficiente para asegurar que mantuvo relaciones sexuales (ítem 6)a
a Nuevamente recuerde que estamos obviando embarazos por vía artificial.
A
7. No p a menos que q.
María no |estará embarazada
{z } a menos que |tenga relaciones sexuales.
{z }
p q

8. q cuando quieras que p.


María
| debe tener {z
relaciones sexuales}, cuando quiera |estar embarazada
{z }.
q p
DR
9. q siempre que p.
Es cierto que María tuvo relaciones sexuales, siempre que |esté embarazada
{z }.
| {z }
q p

10. p sólo si q.
María
| estará{zembarazada} sólo si |tiene relaciones
{z sexuales}.
p q

11. q si p.
María
| relaciones sexuales}, si quiere estar embarazada.
debe tener {z
| {z }
q p

Notación 1.2 Es común referirse a:


• p → q como la implicación directa.
• q → p como la implicación recíproca.
• ¬p → ¬q como la implicación contraria.
• ¬q → ¬p como la implicación contra recíproca.

Antes de continuar analicemos por un momento la tabla de verdad de la implicación directa y


de la contra recíproca:
18 Capítulo 1. Conceptos Básicos

p q p→q ¬q ¬p ¬q → ¬p
V V V F F V
V F F V F F
F V V F V V
F F V V V V

Tabla 1.8: Tablas de verdad de p → q y ¬q → ¬p.

Observe que p → q y ¬q → ¬p poseen la misma tabla de verdad, es decir, son proposiciones

FT
equivalentes. Del mismo modo las implicaciones recíproca y contraria, son también equivalentes.
Definición 1.2.5 [Bicondicional]: Sean p y q dos proposiciones. La proposición p ↔ q se
denomina bicondicional entre p y q. El conector ↔ se lee “si y sólo si”. Por lo tanto p ↔ q se
lee “p si y sólo si q”. La proposición p ↔ q posee valor de verdad verdadero únicamente
cuando, tanto p como q poseen el mismo valor de verdad.

p q p↔q
V V V
V F F
F V F
F F V
A Tabla 1.9: Tabla de verdad del Bicondicional.

IMPORTANTE
El bicondicional p ↔ q se puede expresar mediante las siguientes frases:

1. p si y sólo si q. 2. p es necesario y suficiente para q.


DR
La expresión “p es necesario y suficiente para q”, puede enunciarse más ampliamente como: “p
es necesario para q y p suficiente para q”. Esta última proposición compuesta se escribe de manera
simbólica como

(1.2) Q : (q → p ) ∧ ( p → q),
|{z} |{z}
cn cs
donde cn y cs denotan a la “condición necesaria” y a la “condición suficiente” respectivamente. De
este análisis podemos concluir que la tabla de verdad de la proposición (1.2) debe coincidir con la
tabla de verdad del conector ↔, tal y como se muestra en la Tabla 1.10.

p q q→ p p→q Q : (q → p) ∧ (p → q) p↔q
V V V V V V
V F V F F F
F V F V F F
F F V V V V

Tabla 1.10: Tablas de verdad de Q : (q → p) ∧ (p → q) y p ↔ q.

Por tanto, podemos concluir que p ↔ q es lógicamente equivalente a Q y claramente, el


conector ↔ se puede escribir en términos del condicional (→) y de la conjunción (∧).
1.3 Reglas de formación 19

Adicionalmente conviene señalar que el conector bicondicional corresponde a la negación de la


disyunción exclusiva, es decir, p ↔ q es lógicamente equivalente a ¬(p Y q). Para asegurarnos que
tal afirmación es cierta, tan solo basta comparar las tablas de verdad p ↔ q y de ¬(p Y q)

p q pYq ¬(p Y q) p↔q


V V F V V
V F V F F
F V V F F
F F F V V

FT
Tabla 1.11: ¬(p Y q) y p ↔ q son equivalentes.

Tablas de Verdad
La idea de la tablas de verdad también fue expuesta por el filósofo
y científico americano Charles Sanders Peirce (1839-1914), quien al
parecer había estudiado el trabajo en lógica de los Estoicos, lo cual no
era una actividad nada común en la época de Sanders. Sin embargo,
no fue sino hasta 1921 cuando se introdujo el formato actual de las
Tablas de Verdad. Fue Ludwing Wittgenstein (1889- 1951) filósofo,
matemático, lingüista y lógico austríaco; en su obra titulada Tractatus
logico-philosophicus quien introdujo el formato tabular. El Tractatus es
A
considerado una obra de gran influencia en el estudio de la lógica formal y la filosofía, pero
también es considerado un libro complejo y de difícil lectura.

Por otro lado, cabe mencionar que si bien es cierto fue gracias a la obra de
Wittgenstein que se popularizaron las tablas de verdad para determinar los
valores de verdad de una proposición compuesta; existe una publicación
científica, también del año 1921, del lógico matemático Emil L. Post (1897-
1964) de nacionalidad Polaca; en donde define, de forma independiente y
DR
paralela a Wittgenstein, las tablas de verdad.

1.3 Reglas de formación


Si bien es cierto que en las secciones anteriores ya hemos hecho uso de proposiciones compuestas
(por ejemplo, las proposiciones (1.1) y (1.2)), en esta sección explicaremos detalladamente cómo
emplear las proposiciones simples y los conectores lógicos para formar proposiciones compuestas
correctas. Para ello requerimos de la siguiente definición:
Definición 1.3.1 [Fórmula bien formada (fbf)]: Una fbf es una proposición lógica, que se forma
mediante alguna de las siguientes reglas:
1. Toda proposición simple p, q, r, . . . es una fbf.
2. Si P es una fbf, entonces ¬P es una fbf.
3. Si P y Q son fbf, entonces (P ∧ Q), (P ∨ Q), (P → Q) y (P ↔ Q) son fbf.

Por ejemplo, las siguientes expresiones son fórmulas bien formadas:

• p • ((p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q))


• (p ∧ q) ∨ s • (¬p ↔ r) ∨ (q → (r ∧ s)),

mientras que las siguientes no lo son:


20 Capítulo 1. Conceptos Básicos

• p∨ • ↔s
• p→∧ • p ↔ s ↔ ¬∨ p

La Figura 1.1 muestra paso a paso cómo se aplican las reglas descritas en la Definición 1.3.1,
para obtener la proposición

(1.3) ((p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q)).

FT
q p Regla 1: Proposiciones simples

p ¬q ¬p q Regla 2: Negaciones

(p ∧ ¬q) (¬p ∧ q) Regla 3: Conjunciones

((p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q)) Regla 3: Disyunción

Fig. 1.1: Proceso de formación de la proposición ((p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q))


A
A continuación haremos unos breves comentarios acerca del uso de los paréntesis en una
proposición. Para ello analizaremos las dos siguientes situaciones:

Situación 1: Observe con atención la siguiente proposición

(1.4) p ∨ q ∧ r.
DR
En este caso, la falta de paréntesis no permite determinar con exactitud cuál es la correcta inter-
pretación de (1.4), pues dicha proposición puede interpretarse como (p ∨ q) ∧ r pero también puede
leerse como p ∨ (q ∧ r). De lo anterior se concluye que (1.4) es una proposición ambigua. Lo
anterior suele ocurrir cuando no se escriben de forma explícita los paréntesis indicados en las
reglas de formación de una fbf.

Situación 2: Comparemos las proposiciones (1.1) y (1.3):

(p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q)
((p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q))

Ambas tienen el mismo significado, es decir, los paréntesis asociados a la disyunción de la segunda
proposición no son necesarios, pues no afectan su interpretación. Esto suele ocurrir cuando se
escriben de forma explícita los paréntesis indicados en las reglas de formación de una fbf.

ATENCIÓN
La situación con el uso excesivo de paréntesis puede ser más dramática. Por
ejemplo, la proposición
((¬p ∨ q) ↔ (¬s → (q ∧ p)))
1.3 Reglas de formación 21

, puede simplemente escribirse como

¬p ∨ q ↔ (¬s → q ∧ p).

Ambas proposiciones significan lo mismo, pero en la primera de ellas se emplearon 8


paréntesis, mientras que en la segunda se emplearon sólo 2.

De las dos situaciones anteriores podemos concluir que el uso excesivo de los paréntesis

FT
puede complicar el proceso de escritura y/o lectura de una fórmula bien formada, pero por otro
lado, “racionar” el uso de los mismos, nos puede llevar a expresiones ambiguas. Para evitar estas
situaciones, que en principio parecen contradictorias, en la Tabla 1.12 se establece una cierta
jerarquía entre los conectores lógicos.

Nivel Conector
1 ¬
2 ∧, ∨
3 →, ↔

Tabla 1.12: Jerarquía entre los conectores lógicos.

La Tabla 1.12 se interpreta de la siguiente manera:


A
• El conector del nivel 1 (negación) tiene más jerarquía que los del nivel 2.
• Los conectores del nivel 2 tienen más jerarquía que los del nivel 3.
• Evidentemente, por transitividad ocurre que el conector del nivel 1, tiene más jerarquía que
los del nivel 3.
Por lo tanto, cuando en una proposición compuesta aparezcan dos conectores de niveles
diferentes, ocurrirá que el conector de mayor jerarquía actuará sobre las proposiciones simples o
fbf más próximas a dicho conector. Por otro lado, si los conectores involucrados en la proposición
son del mismo nivel, entonces se hace necesario el uso de paréntesis para evitar ambigüedades.
DR
Para clarificar el tema, a continuación colocaremos una serie de proposiciones lógicas y en cada
caso comentaremos sobre la jerarquía establecida en la Tabla 1.12.
Comencemos con una proposición compuesta no muy compleja ¬p ∨ q. Observe que la ne-
gación pertenece al nivel 1, mientras que la disyunción pertenece al nivel 2. Por lo tanto, el conector
¬ tiene mayor jerarquía que el conector ∨, o lo que es lo mismo, el conector ¬ precede al conector
∨. En este caso, la negación actúa primero sobre la proposición simple o fbf más próxima, es decir,
la negación actúa sobre la proposición simple p . Luego, la negación de p se conecta, mediante
la disyunción, con la proposición q.

Volvamos a la proposición p ∨ q ∧ r de la Situación 1. Observe que los conectores usados


están en el mismo nivel, por lo tanto se hace necesario el uso de paréntesis para determinar el
alcance de cada conector y así evitar la ambigüedad. Por ejemplo, al colocar los paréntesis en
la proposición p ∨ q obtenemos (p ∨ q) ∧ r, que no es ambigua, pues dicho paréntesis nos indica
que la disyunción se realiza entre las proposiciones p y q (proposiciones simples inmediatas, por
derecha e izquierda, a ∨). En este caso, el conector ∧ actúa sobre la proposición simple inmediata
por la derecha (proposición r) y la fbf colocada entre paréntesis a la izquierda, es decir, la fbf (p∨q).

Consideremos la proposición p → ¬q ∨ t. Haciendo un análisis similar al realizado en el primer


ejemplo, tenemos que la negación actúa sólo sobre q. Por otro lado, la disyunción está en el nivel
2, mientras que el condicional está en el nivel 3, es decir, el conector ∨ precede al conector →.
22 Capítulo 1. Conceptos Básicos

Por lo anterior, en primer lugar se debe aplicar el conector ∨, es decir, la disyunción conecta a las
proposiciones ¬ q y t ; y en segundo lugar, el antecedente del conector → es la proposición p y su
consecuente viene dado por la fbf ¬q ∨ t.

Estudiemos la jerarquía de los conectores de la proposición:

FT
(p ∨ q) ∧ ¬p → (¬t → ¬(q → ¬s)).

Por ser una proposición más compleja, considere el diagrama de la Figura 1.2 que muestra paso a
paso cuál es el alcance de cada conector para entender cuál es la correcta interpretación de cada
uno de ellos en la proposición.

(p ∨ q) ∧ ¬p → (¬t → ¬(q → ¬s))


A
(p ∨ q) ∧ ¬p ¬t → ¬(q → ¬s)

p∨q ¬p ¬t ¬(q → ¬s)

p q p t q → ¬s
DR
q ¬s

Fig. 1.2: Proceso de formación de (p ∨ q) ∧ ¬p → (¬t → ¬(q → ¬s))

Leyendo la proposición de izquierda a derecha notamos que los primeros paréntesis limitan el
alcance del conector ∨ a las proposiciones p y q. Luego encontramos una conjunción que conecta a
la fbf p ∨ q con la proposición más próxima a este conector, que en este caso es la fbf ¬p. Siguiendo
con la lectura de la proposición, nos encontramos con el primer conector condicional. Dado que
la conjunción precede al condicional, se tiene que la proposición más cercana por la izquierda a
dicho condicional será el antecedente del mismo, mientras que proposición más cercana por la
derecha será el consecuente. Por lo tanto, el antecedente es la fbf (p ∨ q) ∧ ¬p (parte izquierda del
diagrama), mientras que el consecuente es la fbf (¬t → ¬(q → ¬s)) (parte derecha del diagrama).
Es importante destacar que los paréntesis en el consecuente son necesarios para evitar ambigüedad.
Se deja como ejercicio al lector el análisis de la proposición (¬t → ¬(q → ¬s)).
1.4 Simbolización 23

FT
Fig. 1.3: Primeros elementos de la lógica proposicional

En este punto ya tenemos establecidos los primeros elementos de la lógica proposicional,


ver Figura 1.3. A manera de resumen, recuerde que las proposiciones simples son oraciones de
nuestro lenguaje natural que bien pueden ser verdaderas o falsas. Estas proposiciones simples
se conectan entre sí mediante los conectores lógicos siguiendo ciertas reglas de formación para
crear proposiciones compuestas. Para evitar el uso de paréntesis innecesarios por la aplicación
explícita de las reglas de formación, establecimos cierta jerarquía entre los conectores.

1.4 Simbolización
A
El Español es un idioma muy rico en cuanto a la libertad que nos da para expresar una misma idea
de muchas maneras distintas. Como simple muestra recuerde todas las expresiones que analizamos
para sencillamente indicar la idea “Si p entonces q”, y no tenga dudas que existen muchas más. De
lo anterior podemos concluir que, “traducir” un texto en lenguaje natural al lenguaje de la lógica
proposicional no siempre es algo sencillo, es por ello que hemos decidido agregar una sección
dedicada a este proceso.
El proceso de “traducir” un texto en lenguaje natural a expresiones lógicas que sólo involucren
proposiciones y conectores, recibe el nombre de simbolización. La simbolización está estrechamente
DR
ligada al sentido que cada persona le da al texto en lenguaje natural, pues lo que el lector comprende
es lo que tratará de traducir al lenguaje de la lógica formal. Por lo tanto, simbolizar un texto requiere
de mucha práctica, pues no existen reglas fijas sobre cómo realizar este proceso; sin embargo,
resulta conveniente seguir las siguientes pautas para facilitar la simbolización.
• Leer con detenimiento el texto en lenguaje natural que se desea simbolizar, prestando
especial atención al sentido de cada frase.
• Identificar en la lectura del texto las proposiciones simples. Una forma rápida para
determinar si una expresión es o no una proposición consiste en convertir la expresión que
sospechamos es una proposición en una pregunta. Si dicha pregunta es de tipo “si o no”,
entonces la expresión identificada es una proposición. Por ejemplo, la frase “La madre de
Carlos es rubia”, es en efecto una proposición, pues si formulamos la pregunta “¿La madre
de Carlos es rubia?”, nos damos cuenta que dicha pregunta sólo admite un “si” o un “no” por
respuesta.
• Listar las proposiciones simples que hemos identificado, asignándole una letra a cada
una de ellas, cuidando que no existan letras repetidas. Por convención, las proposiciones
simples se identifican en forma afirmativa. Por ejemplo, si tenemos una frase como “el niño
no quiere comer”, se identifica como p al “el niño quiere comer” y la frase dada se simboliza
usando la negación, es decir, ¬p.
• Identificar las proposiciones compuestas, suprimiendo del texto todas aquellas palabras
que sólo permitan el hilo discursivo o la estructuración final del texto. Más adelante y
24 Capítulo 1. Conceptos Básicos

mediante un ejemplo explicaremos con más detalle este punto.


• Identificar los conectores existentes en las proposiciones compuestas. La identificación
de los conectores se realizará siguiendo la definición formal de los mismos y teniendo en
cuenta las frases asociadas a cada conector, ver Sección 1.2.
• Simbolización de las proposiciones compuestas. Una vez identificados los conectores, se
procede a escribir una fbf que represente a cada una de las proposiciones compuestas. Esta
fase, estará fuertemente ligada a la interpretación que le hemos dado al texto leído. Especial
atención requiere la simbolización de las expresiones condicionales.

FT
Ejemplo 1.1 Simbolice las siguientes proposiciones compuestas:
(a) Ni fumar ni beber es bueno para la salud.
En primer lugar debemos identificar las proposiciones simples:
p: Fumar es bueno para la salud; y q: Beber es bueno para la salud.
Recuerde que las proposiciones simples deben colocarse en forma afirmativa (aunque en
este ejemplo resulte algo desagradable).
Para identificar los conectores presentes en la frase, sencillamente nos valemos de nuestro
sentido común, pues como ya mencionamos no existen reglar fijas para el proceso de
simbolización. Teniendo lo anterior en mente, las palabras Ni.. ni de la frase apuntan a
las negaciones de las proposiciones simples que hemos previamente identificado, es decir,
requerimos de ¬p y de ¬q.
Por otro lado, aunque en el enunciado de la frase no aparece de forma explícita ninguna
A
palabra que identifique una conjunción; el sentido de la misma apunta a afirmar ambas
negaciones, es decir, la simbolización final de la frase es:

¬p∧¬q

(b) Se requiere valor y preparación para escalar una montaña.


Esta frase es simple pero interesante desde el punto de vista del proceso de simbolización.
En primer lugar, note que, si por ejemplo usted se hace la pregunta ¿Se requiere valor
DR
para escalar una montaña? y considera que la respuesta es de tipo “Sí o No”; entonces se
desprende que
p : Se requiere valor para escalar una montaña;
podría ser una de las proposiciones simples que componen a la frase dada; y siguiendo un
análisis similar, tenemos que
q: Se requiere preparación para escalar una montaña,
sería la otra proposición simple.
Ahora bien, es válido pensar que, en vista que ambas aptitudes (valor y preparación) son
requeridas para escalar una montaña, la simbolización final de la frase podría ser:

p∧q

Por otro lado, también podríamos parafrasear la proposición dada para tratar de captar
mejor su sentido. Por ejemplo, alguien podría pensar que la frase anterior dice que valor
y preparación son requisitos necesarios para escalar una montaña (pero claramente no
son suficientes. Por ejemplo, alguien puede tener el valor y la preparación pero si tiene
un pierna fracturada, es claro que no podrá escalar la montaña). Esta nueva forma de
interpretar la frase nos lleva a una proposición compuestas de tipo condicional, donde la
condición necesaria es que la persona tenga valor y preparación; mientras que la condición
1.4 Simbolización 25

suficiente es la capacidad que tiene la persona para escalar la montaña. Resumiendo,


necesitamos de tres proposiciones simples:
p: La persona tiene valor.
q: La persona tiene preparación.
r: La persona escala la montaña.
y la simbolización final de la frase sería

r
|{z} → p∧q
| {z }

FT
condición condición
suficiente necesaria

Ejemplo 1.2 Simbolice el siguiente texto:

“Si estudio Lógica, me aburro y acabo abandonando el curso. Pero si me aburro, o bien es que
me falta inspiración o es que no he abandonado el curso. Pero la verdad es que no me falta
inspiración. En consecuencia, no estoy estudiando Lógica.”

Antes de identificar las proposiciones simples, conviene observar que hay unos “puntos” (signos
A
de puntación) que separan el texto en frases. Esto nos permite identificar 4 frases principales, por
llamarlas de algún modo:
(P1 ) Si estudio Lógica, me aburro y acabo abandonando el curso.
(P2 ) PERO si me aburro, o bien es que me falta inspiración o es que no he abandonado el curso.
(P3 ) PERO la verdad es que no me falta inspiración.
(C) EN CONSECUENCIA, no estoy estudiando Lógica.
Las palabras resaltadas en mayúscula, sirven para conectar las frases entre si y darle con-
tinuidad y sentido al texto. Así, las tres primeras frases son una concatenación de hechos que
DR
se afirman y que llevan a la persona que redactó el texto a una conclusión, que en este caso
viene dada por la proposición C (obviamente, sin la frase en mayúscula sostenida). Estos co-
mentarios nos permiten tener una primera aproximación a la simbolización de todo el texto, que
esquemáticamente tendrá la siguiente forma:

P1 ∧ P2 ∧ P3 → C
Es decir, el texto nos dice que SI ocurren P1 , P2 y P3 , ENTONCES llegamos a la conclusión C.

Ahora solo tenemos que concentrarnos en la simbolización de las frases previamente identifi-
cadas. En primer lugar listemos las proposiciones simples:
p: Estudio Lógica.
q: Me aburro.
r: He abandonado el curso.
s: Tengo inspiración.
Note que el texto está narrado en la primera persona del singular (Yo) y por ello hemos
conservado el mismo sujeto en las proposiciones simples (aunque no se haga mención explícita
del sujeto “Yo”).
26 Capítulo 1. Conceptos Básicos

Pasemos a la simbolización de cada una de las frases que hemos denominado principales:
(P1 ) Si estudio Lógica, me aburro y acabo abandonando el curso.

p → q∧r

(P2 ) si me aburro, o bien es que me falta inspiración o es que no he abandonado el curso.

q → ¬s∨¬r

(P3 ) la verdad es que no me falta inspiración [Es decir, la persona tiene inspiración].

FT
s

(C) no estoy estudiando Lógica.


¬p
Finalmente, la simbolización final del texto es

(p → q ∧ r) ∧ (q → ¬s ∨ ¬r) ∧ s → ¬p
Observe que fue necesario el uso de paréntesis para obtener una fórmula bien formada que
estuviese acorde con el texto dado. 

Cerraremos con un ejemplo más complejo pero que nos permitirá ejemplificar completamente
A
la metodología propuesta para el proceso de simbolización.

Ejemplo 1.3 En este ejemplo simbolizaremos el siguiente párrafo:


“Para que nuestro sistema de justicia funcione, es necesario se luche contra el crimen. Ahora bien,
sólo habrá una lucha frontal contra el crimen si se investigan las denuncias y los responsables
de cometer algún delito van a la cárcel. Por otro lado, si la policía no actúa con celeridad
ante un hecho delictivo, no es posible enviar a los culpables a la cárcel. Así mismo, es lógico
DR
pensar que si la policía no cuenta con los recursos necesarios entonces no puede actuar con
celeridad; y es un hecho público y notorio que la policía no cuenta con los recursos necesarios
para su funcionamiento. De todo lo anterior se puede concluir que nuestro sistema de justicia no
funciona.”

1. Una vez leído con detenimiento el texto se deben identificar las proposiciones simples
mediante una letra. Cabe resaltar que en este proceso de identificación, no es necesario
utilizar las palabras textuales del párrafo analizado, sólo se requiere extraer el sentido de
las proposiciones. Note que todas las proposiciones poseen un sentido afirmativo.

p : El sistema de justicia funciona.


q : El sistema de justicia lucha contra el crimen.
r : La policía investiga las denuncias.
s : Los responsables de cometer delito van a la cárcel.
t : La policía actúa con celeridad.
u : La policía tiene de recursos.

En cada proposición se hace mención explícita al sujeto de la oración, aún cuando en el


texto inicial dicho sujeto sea tácito o implícito. Por ejemplo, en la frase "Para que nuestro
1.4 Simbolización 27

sistema de justicia funcione, es necesario se luche contra el crimen”; hemos identificado


dos proposiciones simples, p y q; y hemos hecho explícito al sujeto de ambas oraciones (el
sistema de justicia) aunque en el texto inicial el sujeto de la proposición q estaba tácito. Lo
anterior es una práctica ayuda a que cada proposición simple esté correctamente enunciada
(sobre todo cuando hay varios sujetos distintos en la lista de las proposiciones).
2. Luego es necesario identificar a las proposiciones compuestas. Con fines didácticos, es-
cribiremos nuevamente el texto a simbolizar pero identificando a dichas proposiciones. Así
mismo, resaltaremos en mayúscula sostenida ciertas palabras y/o frases que ya no serán
necesarias en el proceso de simbolización de las proposiciones compuestas y que por tanto

FT
serán descartadas temporalmente.

• Para que nuestro sistema de justicia funcione, es necesario que se luche contra el
crimen.

• AHORA BIEN, sólo habrá una lucha frontal contra el crimen si se investigan las
denuncias y los responsables de cometer algún delito van a la cárcel.

• POR OTRO LADO, si la policía no actúa con celeridad ante un hecho delictivo, no
es posible enviar a los culpables a la cárcel.

• ASÍ MISMO, ES LÓGICO PENSAR QUE si la policía no cuenta con los recursos
necesarios entonces no puede actuar con celeridad.
A
• Y ES UN HECHO PÚBLICO Y NOTORIO QUE la policía no cuenta con los recur-
sos necesarios para su funcionamiento.

• DE TODO LO ANTERIOR SE PUEDE CONCLUIR QUE, nuestro sistema de justi-


cia no funciona.
DR
3. Ahora se identificarán los conectores lógicos y recordemos que la negación es considero
un conector. Para ello, resaltaremos en negritas ciertas palabras, frases y/o símbolos de
los estudiados en la sección de 1.2. Para cada proposición compuesta se presentará su
respectiva simbolización.

• Para que nuestro sistema de justicia funcione, es necesario que el mismo luche
contra el crimen.
p→q
• sólo habrá una lucha frontal contra el crimen si se investigan las denuncias y los
responsables de cometer algún delito van a la cárcel.

q → r∧s

• si la policía no actúa con celeridad ante un hecho delictivo, no es posible enviar a los
culpables a la cárcel.
¬t → ¬s
• si la policía no cuenta con los recursos necesarios entonces no puede actuar con
celeridad.
¬u → ¬t
28 Capítulo 1. Conceptos Básicos

• la policía no cuenta con los recursos necesarios para su funcionamiento.

¬u

• nuestro sistema de justicia no funciona.

¬p

4. Para realizar la simbolización final tendremos en cuenta las frases en mayúscula sostenida
que descartamos temporalmente. Note que esas frases sirven para dar continuidad al hilo

FT
discursivo del texto. Especial interés tiene la última de ellas: “DE TODO LO ANTERIOR
SE PUEDE CONCLUIR QUE”. Esa frase nos indica que SI todos y cada uno de los
hechos narrados son verdaderos, ENTONCES se puede concluir que “nuestro sistema de
justicia no funciona (¬p)” (Recuerde por favor lo comentado acerca del significado de la
palabra razonar). Es decir, estamos en presencia de un razonamiento cuya conclusión es la
proposición ¬p. La forma de simbolizar este razonamiento es mediante gran condicional
cuyo consecuente es la proposición ¬p y cuyo antecedente es la conjunción de cada una
de las proposiciones compuestas identificadas (menos la última, claro está). Por lo tanto,
la simbolización final viene dada por

(p → q) ∧ (q → r ∧ s) ∧ (¬t → ¬s) ∧ (¬u → ¬t) ∧ ¬u → ¬p


Observe y analice en la simbolización final, la correspondencia entre las frases resaltadas
A
en mayúsculas y los conectores de mayor tamaño.


Para finalizar un breve comentario: Recuerde que el proceso de simbolización antes descrito, es
sólo un mecanismo aconsejado y no debe tomarse como una receta rígida. Más aún, con la práctica,
el lector notará que muchos de los pasos anteriormente descritos le resultarán redundantes.
DR
FT
2. Equivalencia lógica

Recordemos que en la Sección 1.2 se usó el término de equivalencia lógica para indicar que el
A
conector Y y la proposición (p ∧ ¬q) ∨ (¬p ∧ q) poseen la misma tabla de verdad, ver las Tablas
1.5 y 1.6. La misma acotación se hizo con el conector p ↔ q y la proposición (q → p) ∧ (p → q),
ver la Tabla 1.9.

Consideremos un tercer ejemplo. La Tabla 2.1, contiene las tablas de verdad de las proposiciones
p → q; ¬p ∨ q y (p → q) ↔ ¬p ∨ q.

p q p→q ¬p ¬p ∨ q (p → q) ↔ ¬p ∨ q
DR
V V V F V V
V F F F F V
F V V V V V
F F V V V V

Tabla 2.1: Tabla de verdad de p → q, ¬p ∨ q y (p → q) ↔ ¬p ∨ q

Nuevamente, p → q y ¬p ∨ q tienen la misma tabla de verdad, con lo cual podemos afirmar


que existe cierta equivalencia lógica entre las proposiciones en cuestión. Más aún, observe que
la proposición (p → q) ↔ ¬p ∨ q siempre será verdadera, independientemente de los valores de
verdad de p y q. Antes de definir formalmente equivalencia lógica, primero es necesario clasificar
a las proposiciones en función de sus posibles valores de verdad.

Definición 2.0.1 [Tautología]: Se dice que una proposición es una tautología, si es verdadera
para todas las posibles combinaciones de valores de verdad de las proposiciones simples que la
componen.

Por lo tanto, al observar la Tabla 2.1 podemos concluir que (p → q) ↔ ¬p ∨ q es una tautología.
30 Capítulo 2. Equivalencia lógica

Ejemplo 2.1 Consideremos la proposición ¬(p ∧ q) ∨ q y su tabla de verdad:

p q p∧q ¬(p ∧ q) ¬(p ∧ q) ∨ q


V V V F V
V F F V V
F V F V V
F F F V V

La tabla de verdad muestra que la proposición dada siempre es verdadera, independientemente

FT
de los valores de verdad de p y q. Por lo tanto, ¬(p ∧ q) ∨ q es una tautología.


Definición 2.0.2 [Contradicción]: Una proposición es una contradicción si es falsa para todas
las posibles combinaciones de valores de verdad de las proposiciones simples que la componen.

Ejemplo 2.2 Consideremos la proposición (p → q) ∧ p ∧ ¬q y su tabla de verdad:

p q p→q (p → q) ∧ p ¬q (p → q) ∧ p ∧ ¬q
V V V V F F
V F F F V F
F V V F F F
A F F V F V F

La tabla de verdad muestra que la proposición siempre es falsa, independientemente de los


valores de verdad de p y q. Por lo tanto, (p → q) ∧ p ∧ ¬q es una contradicción.


Definición 2.0.3 [Contingencia]: Una proposición que no es ni una tautología ni una contradic-
DR
ción se denomina contingencia.

Ejemplo 2.3 Consideremos la proposición ¬(p ∧ q) ∨ ¬q y su tabla de verdad:

p q p∧q ¬(p ∧ q) ¬q ¬(p ∧ q) ∨ ¬q


V V V F F F
V F F V V V
F V F V F V
F F F V V V

¬(p ∧ q) ∨ ¬q es una contingencia pues dicha proposición no es una tautología ni una contradic-
ción.


Con esta información, estamos en capacidad de definir formalmente uno de los conceptos más
importantes de la lógica formal. Nos referimos al concepto de equivalencia lógica:

Definición 2.0.4 [Equivalencia lógica]: Sean P y Q dos proposiciones cualesquiera (simples


y/o compuestas). Se dice que P y Q son lógicamente equivalentes, lo cual se denota por
P ≡ Q (o bien por P ⇔ Q), si la proposición P ↔ Q es una tautología.
31

Recordando la tabla de verdad del bicondicional (Tabla 1.9), se puede afirmar que una proposi-
ción del tipo P ↔ Q será una tautología siempre y cuando las tablas de verdad de P y Q sean las
mismas (que fue lo observado en los ejemplos iniciales). Teniendo en mente esta observación, es
posible dar una definición alterna para equivalencia lógica:

Definición 2.0.5 [Equivalencia lógica]: Sean P y Q dos proposiciones cualesquiera. Se dice


que P y Q son lógicamente equivalentes, lo cual se denota por P ≡ Q (o bien por P ⇔ Q),
cuando P y Q poseen la misma tabla de verdad. 

FT
IMPORTANTE
Tenga en cuenta que el símbolo ↔ representa un conector lógico que
recibe el nombre de bicondicional pero el símbolo ⇔ NO denota a un conector lógico.
Cuando se escribe P ⇔ Q, sencillamente se está indicando que P es lógicamente equiva-
lente a Q. O dicho de otra forma, el símbolo ⇔ nos indica que la proposición P ↔ Q es
una tautología.

Ejemplo 2.4 Las proposiciones p → q y ¬p ∨ q son lógicamente equivalentes. Para comprobar


lo anterior basta observar la Tabla 2.1 y darse cuenta que p → q y ¬p ∨ q poseen la misma tabla
de verdad y por tanto, la proposición (p → q) ↔ ¬p ∨ q necesariamente será una tautología. 
A
Ejemplo 2.5 Las proposiciones ¬(p ∧ q) y ¬p ∨ ¬q son lógicamente equivalentes. Para compro-
bar lo anterior se construirá la tabla de verdad de la proposición ¬(p ∧ q) ↔ ¬p ∨ ¬q.

p q ¬p ¬q (p ∧ q) ¬(p ∧ q) ¬p ∨ ¬q ¬(p ∧ q) ↔ ¬p ∨ ¬q
V V F F V F F V
V F F V F V V V
F V V F F V V V
DR
F F V V F V V V

En vista que ¬(p ∧ q) ↔ ¬p ∨ ¬q es una tautología, podemos decir que ¬(p ∧ q) y ¬p ∨ ¬q son
lógicamente equivalentes, lo cual se denota por ¬(p ∧ q) ⇔ ¬p ∨ ¬q. 

Claramente el procedimiento usado hasta ahora para determinar si dos proposiciones son lógica-
mente equivalentes plantea un problema práctico: Suponga que se desea verificar si una proposición
P es lógicamente equivalente a la proposición Q, sabiendo que P ↔ Q está compuesta por 15
proposiciones simples diferentes. Siguiendo el mecanismo usado en los Ejemplos 2.4 y 2.5]; la
tabla de verdad a construir posee, nada más y nada menos que, 215 = 32768 filas.
A fin de evitar la elaboración de tablas
de verdad para verificar si dos proposiciones
cualesquiera son equivalentes, se requiere
del uso de ciertas equivalencias lógicas bási-
cas, que son conocidas como las leyes de
equivalencia lógica. Cada una de estas leyes
está conformada por dos proposiciones que
son equivalentes, con la particularidad que
dicha equivalencia puede ser comprobada
Fig. 2.1: Equivalencia Lógica
muy fácilmente mediante el uso de tablas
de verdad. En la Tabla 2.2 se listan las de
32 Capítulo 2. Equivalencia lógica

mayor uso.
En líneas generales, la idea que nos permitirá verificar si dos proposiciones cualesquiera son
equivalentes, mediante el uso de las leyes de equivalencia, es la siguiente: Suponga que tiene dos
proposiciones, digamos P y Q y se quiere verificar si P ≡ Q. En este caso se elige una de las
proposiciones dadas como punto de partida, es decir, o bien partimos de P o bien de Q. Luego,
sobre la proposición elegida aplicaremos de forma sucesiva, una o más leyes de equivalencia lógicas
hasta deducir a la otra proposición, ver la Figura 2.1. Unos cuantos ejemplos permitirán aclarar el
proceso.

FT
Ley Nombre
p ≡ ¬(¬p) Doble negación
p ∧ ¬p ≡ F Ley de contradicción
p ∨ ¬p ≡ V Ley del tercero excluido

p ∧V ≡ p
Leyes de identidad
p∨F ≡ p
p∧F ≡ F
Leyes de dominación
p ∨V ≡ V
p∧ p ≡ p
Leyes de idempotencia
p∨ p ≡ p
A p∧q ≡ q∧ p
Leyes conmutativas
p∨q ≡ q∨ p
(p ∧ q) ∧ r ≡ p ∧ (q ∧ r)
Leyes asociativas
(p ∨ q) ∨ r ≡ p ∨ (q ∨ r)
p ∧ (q ∨ r) ≡ (p ∧ q) ∨ (p ∧ r)
Leyes distributivas
p ∨ (q ∧ r) ≡ (p ∨ q) ∧ (p ∨ r)
DR
¬(p ∧ q) ≡ ¬p ∨ ¬q
Leyes de De Morgan
¬(p ∨ q) ≡ ¬p ∧ ¬q
p ∧ (p ∨ q) ≡ p
Leyes de absorción
p ∨ (p ∧ q) ≡ p
p → q ≡ ¬p ∨ q Ley para la implicación
p → q ≡ ¬q → ¬p Ley de contraposición
p ∧ q → r ≡ p → (q → r) Ley de exportación/importación
p ↔ q ≡ (p → q) ∧ (q → p) Ley del bicondicional

Tabla 2.2: Leyes de equivalencia lógica.

Observe que las últimas cuatro leyes de la tabla de equivalencias lógicas están asociadas al
conector condicional y bicondicional. Esto es porque dichas leyes, son consideradas no básicas.
La ley del bicondicional permite escribir este conector en función del condicional; y la ley del
condicional permite definir al condicional usando la disyunción y la negación. Por lo tanto, estas
leyes es realidad son las definiciones de los conectores ↔ y → en función de los conectores ∨, ∧ y
¬. En este sentido, la negación, la disyunción y la conjunción son considerados conectores básicos.
Más aún, la ley de contraposición y la ley de exportación/importación, se pueden probar usando las
33

leyes básicas. Vemos por ejemplo, la ley de contraposición:

p → q ≡ ¬p ∨ q ≡ q ∨ ¬p ≡ ¬(¬q) ∨ ¬p ≡ ¬q → ¬p

Las justificaciones quedan como ejercicio al lector.

IMPORTANTE
Para enunciar las leyes de equivalencia lógica descritas en la Tabla 2.2,
se usaron letras minúsculas para representar a las proposiciones (p, q y r), sin embargo el
lector NO debe concluir que dichas proposiciones son necesariamente simples. Las leyes de

FT
equivalencia aplican para cualesquiera p, q y r bien sean simples o compuestas. Por ejemplo,
por la ley para la implicación se justifica que

r → s es equivalente a ¬r ∨ s

y también justifica que

p ∨ ¬q → (r ∧ p ↔ s) es equivalente a ¬(p ∨ ¬q) ∨ (r ∧ p ↔ s).

IMPORTANTE
Recuerde que estamos tratando con la lógica proposicional y en la
siguiente parte libro estudiaremos la lógica de predicados. Ambas son ejemplos de la
llamada lógica clásica o aristotélica, que se fundamenta en 4 principios:
A
Principio de identidad: Este principio en general afirma que Toda entidad es igual a
si misma. En el caso de la lógica proposicional se expresa mediante la tautología p ↔ p ≡ V .

Principio de bivalencia: Toda proposición es verdadera o falsa. Recuerden que está


bivalencia fue expuesta en el mismo concepto de proposición, ver la Definición 1.1.1.

Principio de no contradicción: No es posible que se de a la vez p y ¬p. Este principio


DR
se formula con la siguiente tautología ¬(p ∧ ¬p) ≡ V , que a su vez se puede escribir
como p∧¬p ≡ F; y que se corresponde con lo que hemos denominado Ley de contradicción.

Principio del tercero excluido: Si una proposición afirma algo y existe otra proposición
que la contradice, una de las dos debe ser verdadera y una tercera opción no es posible.
Este principio se formula con la siguiente tautología p ∨ ¬p ≡ V ; que se corresponde con lo
que hemos denominado Ley del tercero excluido.

Augustus De Morgan (1806-1871)

Augustus De Morgan fue un matemático y lógico británico de gran


influencia en el desarrollo de la lógica matemática. A pesar de lo anterior
nunca pude ser miembro de las famosas Universidades de Cambridge y
Oxford, pues se reusó a tomar un examen que para aquel entonces era
obligatorio: El Examen Religioso de la Iglesia de Inglaterra. De Morgan
fue el primer presidente de la London Mathematical Society fundada en
1865 y aún hoy, dicha Sociedad otorga la prestigiosa Medalla De Morgan
por logros en matemáticas, [1].
Sin embargo, lo que hoy se conocen como las Leyes de De Morgan no fueron descubiertas
34 Capítulo 2. Equivalencia lógica

por él. De Morgan se inspiró en ciertas leyes formuladas por otro (gran) matemático también
británico: George Boole (1815-1864), de quien comentaremos algunas otras cosas más
adelante.
Más aún, hoy se sabe que las equivalencias descritas en las leyes de De Morgan fueron formu-
ladas, en lenguaje natural, por el fraile franciscano, filósofo y lógico escolástico Guillermo
de Ockham (1280-1349) en su obra Summa Logicae. Ockham es considerado un intelectual
de la Edad Media (y obviamente por ser pensador en la Edad Media, fue acusado de herejía y

FT
encarcelado por varios años; mucha suerte tuvo que no terminó en una hoguera). Como dato
curioso, uno de los personajes principales –Guillermo de Baskerville– de la novela En el
nombre de la rosa del prestigioso escritor italiano Umberto Eco, está inspirado en Ockham;
justamente por la capacidad de deducción lógica del fraile.

Ejemplo 2.6 Se desea demostrar que p → ¬(q ∧ p) ⇔ ¬(p ∧ q).


En vista que se tienen pocas proposiciones simples, la equivalencia lógica se verificará mediante
tablas de verdad y también mediante el proceso descrito en la Figura 2.1.

1. Usando tablas de verdad. Denotemos por P a la proposición p → ¬(q ∧ p) y sea Q la


proposición ¬(q ∧ p). Observe que la proposición P ↔ Q está compuesta por dos proposiciones
simples, por lo tanto la tabla de verdad a construir posee 22 = 4 filas.
A
P Q
p q q∧ p ¬(q ∧ p) p → ¬(q ∧ p) ¬(q ∧ p) P ↔Q
V V V F F F V
V F F V V V V
F V F V V V V
F F F V V V V

Dado que P ↔ Q es una tautología, podemos concluir que P ≡ Q.


DR
2. Usando equivalencias lógicas. En este caso tomamos como punto de partida a la proposición
P y mediante el uso de las leyes de equivalencia lógica listadas en la Tabla 2.2, obtendremos a
la proposición Q.

p → ¬(q ∧ p) Justificación
≡ ¬p ∨ ¬(q ∧ p) Ley para la →
≡ ¬p ∨ (¬q ∨ ¬p) Ley de De Morgan para ∧
≡ ¬p ∨ (¬p ∨ ¬q) Ley conmutativa para ∨
≡ (¬p ∨ ¬p) ∨ ¬q Ley asociativa para ∨
≡ ¬p ∨ ¬q Ley de idempotencia para ∨
≡ ¬q ∨ ¬p Ley conmutativa para ∨
≡ ¬(q ∧ p) Ley de De Morgan para ∧
35

En cada paso hemos usado una ley de equivalencia lógica, lo cual nos permite garantizar que P
es lógicamente equivalente a Q, es decir, que P ≡ Q. 

ATENCIÓN
Según la Definición 2.0.4, las proposiciones P y Q son equivalentes cuando
P ↔ Q es una tautología. Por lo tanto, si mediante la aplicación de las leyes de equivalencia
lógica se logra establecer que P ↔ Q ≡ V, entonces se estaría demostrando que P ≡ Q.

FT
Teniendo en cuenta el comentario anterior, podemos probar la equivalencia del Ejemplo 2.6
probando que (p → ¬(q ∧ p)) ↔ ¬(p ∧ q) es una tautología. Veamos:

(p → ¬(q ∧ p)) ↔ ¬(p ∧ q) Justificación


≡ ¬p ∨ ¬(q ∧ p) ↔ ¬(p ∧ q) Ley para la →
≡ ¬p ∨ (¬q ∨ ¬p) ↔ ¬(p ∧ q) Ley de De Morgan para ∧
≡ ¬p ∨ (¬p ∨ ¬q) ↔ ¬(p ∧ q) Ley conmutativa para ∨
≡ (¬p ∨ ¬p) ∨ ¬q ↔ ¬(p ∧ q) Ley asociativa para ∨
≡ ¬p ∨ ¬q ↔ ¬(p ∧ q) Ley de idempotencia para ∨
≡ ¬(p ∧ q) ↔ ¬(p ∧ q) Ley de De Morgan para ∧
A ≡ V Def. de ↔

Note que, en el penúltimo paso de la demostración se tiene un bicondicional cuyo antecedente y


consecuente son la misma proposición lógica. Es decir, las tablas de verdad tanto del antecedente
como del consecuente son las mismas, y por tanto la proposición que involucra al bicondicional
será siempre verdadera. 
DR
Ejemplo 2.7 Demostrar que ¬[¬(p ∨ r) ∨ r] ∨ ¬(q → r) ≡ (p ∨ q) ∧ ¬r.

1. Usando tablas de verdad. Sea P la proposición ¬[¬(p ∨ r) ∨ r] ∨ ¬(q → r) y sea Q la


proposición (p ∨ q) ∧ ¬r. La proposición P ↔ Q está compuesta por tres proposiciones simples,
por lo tanto la tabla de verdad posee 23 = 8 filas.

p q r p∨r ¬(p ∨ r) ¬(p ∨ r) ∨ r ¬[¬(p ∨ r) ∨ r] ¬(q → r) P p∨q Q P ↔Q


V V V V F V F F F V F V
V V F V F F V V V V V V
V F V V F V F F F V F V
V F F V F F V F V V V V
F V V V F V F F F V F V
F V F F V V F V V V V V
F F V V F V F F F F F V
F F F F V V F F F F F V

Dado que P ↔ Q es una tautología, podemos concluir que P ≡ Q.

2. Usando equivalencias lógicas. Si mediante el uso de las leyes de equivalencia lógica,


podemos obtener a la proposición Q a partir de P (o viceversa), entonces habremos demostrado
que P ≡ Q. En este caso tomaremos como punto de partida a la proposición P.
36 Capítulo 2. Equivalencia lógica

¬[¬(p ∨ r) ∨ r] ∨ ¬(q → r) Justificación


≡ [ ¬[¬(p ∨ r)] ∧ ¬r ] ∨ ¬(q → r) Ley de De Morgan para ∨
≡ [(p ∨ r) ∧ ¬r] ∨ ¬(q → r) Doble negación
≡ [¬r ∧ (p ∨ r)] ∨ ¬(q → r) Ley conmutativa para ∧
≡ [ (¬r ∧ p) ∨ (¬r ∧ r) ] ∨ ¬(q → r) Ley distributiva para ∧
≡ [ (¬r ∧ p) ∨ F ] ∨ ¬(q → r) Ley de contradicción

FT
≡ (¬r ∧ p) ∨ ¬(q → r) Ley de identidad para ∨
≡ (¬r ∧ p) ∨ ¬(¬q ∨ r) Ley para la →
≡ (¬r ∧ p) ∨ ( ¬(¬q) ∧ ¬r ) Ley de De Morgan para ∨
≡ (¬r ∧ p) ∨ (q ∧ ¬r) Doble negación
≡ (¬r ∧ p) ∨ (¬r ∧ q) Ley conmutativa para ∧
≡ ¬r ∧ (p ∨ q) Ley distributiva para ∧
≡ (p ∨ q) ∧ ¬r Ley conmutativa para ∧

Dado que en cada paso hemos usado una ley de equivalencia lógica, podemos garantizar que P
es lógicamente equivalente a Q, es decir, P ≡ Q. 
A
Dadas dos proposiciones P y Q, a simple vista no es fácil determinar si son equivalentes. Más
aún, si en efecto ocurre que P y Q son equivalentes, no sabemos a ciencia cierta cuales son las
leyes que nos llevarán de P a Q (o de Q a P). Ahora bien, ¿existe algún mecanismo que nos
permita determinar si P y Q no son equivalentes? Noté que la respuesta a la pregunta anterior
nos evitaría iniciar un proceso de prueba de equivalencia entre P y Q. La respuesta la podemos
encontrar analizando la Definición 2.0.5. Veamos:
DR
IMPORTANTE
La Definición 2.0.5 nos dice que si para todas y cada una de las combi-
naciones de valores de verdad de las proposiciones que componen a P y Q ocurre que
el valor de verdad de P es la mismo que el de Q, entonces P y Q son equivalentes, es
decir, P ≡ Q. Por lo anterior podemos afirmar que, si existe al menos una combinación tal
que, el valor de verdad de P es diferente al de Q, entonces P y Q no serán lógicamente
equivalentes, es decir, P 6≡ Q.

Por ejemplo, la proposición p → q no es equivalente a ¬p ∧ q, pues cuando tanto p como q son


verdaderas, entonces ocurre que p → q es verdadera mientras que ¬p ∧ q es falsa. Por la tanto, NO
es posible que (p → q) ↔ ¬p ∧ q sea una tautología. Observe que no fue necesario construir toda
la tabla de verdad de p → q y de ¬p ∧ q, sino simplemente se identificó una entrada de la tabla en
la que ocurre que p → q es verdadera y ¬p ∧ q es falsa:

p q ¬p p→q ¬p ∧ q (p → q) ↔ ¬p ∧ q
V V F V F F

Tabla 2.6: Entrada de tabla de verdad que verifica que p → q y ¬p ∧ q no son equivalentes.
2.1 Equivalencia y simplificación 37

2.1 Equivalencia y simplificación


Como vimos en la sección anterior, las leyes de equivalencia lógica son de mucha utilidad para
establecer si una proposición P es lógicamente equivalente a una proposición Q. Ahora bien,
suponga que P es una proposición compuesta por un cierto número de proposiciones simples y
conectores. Si mediante la aplicación de leyes de equivalencia sobre P obtenemos una proposi-
ción Q que, además de ser lógicamente equivalente a P, también posee un número menor de
proposiciones simples y/o conectores que P; entonces en este caso podemos afirmar que Q es una
simplificación de P. Veamos algunos ejemplos.

FT
Ejemplo 2.8 Simplifique la proposición (p ∧ q → t) → p ∧ q ∧ t.

Tomaremos como punto de partida a la proposición dada y usando las leyes de equivalencia
lógica se encontrará una proposición equivalente más simple.

(p ∧ q → t) → p ∧ q ∧ t Justificación
≡ ¬(p ∧ q → t) ∨ (p ∧ q ∧ t) Ley para la →
≡ ¬(¬(p ∧ q) ∨ t) ∨ (p ∧ q ∧ t) Ley para la →

Ley de De Morgan para ∨ y


≡ ((p ∧ q) ∧ ¬t) ∨ (p ∧ q ∧ t)
Doble negación
≡ ((p ∧ q) ∧ ¬t) ∨ ((p ∧ q) ∧ t) Ley asociativa para ∧
A ≡ (p ∧ q) ∧ (¬t ∨ t) Ley distributiva para ∧
≡ (p ∧ q) ∧ V Ley del tercero excluido
≡ p∧q Ley de identidad para ∧

Finalmente se puede concluir que


DR
(p ∧ q → t) → p ∧ q ∧ t ≡ p ∧ q .
| {z } | {z }
P Q

Observe que P posee 3 proposiciones simples y 5 conectores lógicos, mientras que Q posee 2
proposiciones simples y tan sólo 2 conectores. 

Ejemplo 2.9 Simplifique la proposición [(p → p) ∨ q] ∧ [¬q ∨ (r ∧ q)] ∧ [p → (p ∨ ¬q)].

Observe que la proposición dada está compuesta por tres proposiciones que pueden simplifi-
carse por separado:

(p → p) ∨ q ¬q ∨ (r ∧ q) p → (p ∨ ¬q)
≡ (¬p ∨ p) ∨ q ≡ (¬q ∨ r) ∧ (¬q ∨ q) ≡ ¬p ∨ (p ∨ ¬q)
≡ V∨q ≡ (¬q ∨ r) ∧ V ≡ (¬p ∨ p) ∨ ¬q
≡ V ≡ ¬q ∨ r ≡ V
38 Capítulo 2. Equivalencia lógica

Las justificaciones anteriores quedan como ejercicio al lector. En este punto sabemos que la
proposición dada es equivalente a V ∧ (¬q ∨ r) ∧V y por la ley de identidad del ∧ se obtiene que:

[(p → p) ∨ q] ∧ [¬q ∨ (r ∧ q)] ∧ [p → (p ∨ ¬q)] ≡ ¬q ∨ r .


| {z } | {z }
P Q

Observe que P posee 3 proposiciones simples y 10 conectores lógicos, mientras que Q posee 2
proposiciones simples y tan sólo 2 conectores.


FT
Conviene comentar algunos aspectos del proceso de verificación de equivalencia lógica y del
proceso de simplificación.
1. En los Ejemplos 2.6 y 2.7 se verificaba que la proposición P fuese lógicamente equivalente
a Q, de dos formas distintas: usando tablas de verdad y usando leyes de equivalencia lógica.
En estos ejemplos, tanto P como Q estaban dadas.
2. En el proceso de simplificación el objetivo es, dada la proposición P hallar una proposición
Q, tal que P ≡ Q y además Q debe poseer menos proposiciones simples y/o conectores
que P. Es decir, en el proceso de simplificación, la proposición Q no está dada, por el
contrario debe encontrarse.
3. Teniendo en cuenta lo anterior, el uso de las tablas de verdad en el proceso de simplificación
no es del todo viable, pues no se tiene una expresión para Q. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que siempre es posible “conjeturar”, es decir, el lector puede proponer una expresión
para Q (más simple que P) y luego, siguiendo alguno de los dos procedimientos descritos
A
en los Ejemplos 2.6 y 2.7, demostrar que P ≡ Q. Las desventajas de este enfoque resultan
más que obvias.

2.2 Circuitos lógicos


Una aplicación importante del proceso de simplificación de expresiones
lógicas, es la simplificación de circuitos lógicos. Como hemos mencionado,
una proposición p es una oración que, o bien es verdadera o bien en falsa.
DR
Esta dualidad la podemos asociar con un interruptor (o conmutador) que bien
puede estar encendido o apagado. En la Figura podemos observar que la
única manera que el bombillo se encienda es que el interruptor esté pulsado.
Ahora bien, podemos asociar el interruptor con una proposición p cualquiera,
y acordar que estará pulsado cuando la proposición p posea valor de verdad verdadero. Del
mismo modo, si p es falsa el circuito estará abierto y por tanto el bombillo se mantendrá apagado.
Bajo esta nueva interpretación, es posible asociar a cada conector lógico un circuito en particular,
analizaremos los circuitos básicos de negación, conjunción y disyunción.

Circuito negación
Para construir el circuito asociado a un conector, simplemente dicho
circuito debe recrear la tabla de verdad del conector. El caso de la negación
es el más simple, pues sencillamente debemos asociar el conmutador de la
Figura anterior con la proposición ¬p. En este caso, para lograr encender
el bombillo es necesario que ¬p sea verdadera o lo que es lo mismo p
debe ser falsa.
2.2 Circuitos lógicos 39

Circuito conjunción
En este caso se tienen dos interruptores que representaremos por las proposi-
ciones p y q respectivamente. Tal y como se muestra en la Figura de la
izquierda, la corriente fluirá por el circuito solamente cuando la proposición
compuesta p ∧ q sea verdadera, en caso contrario, el bombillo permanecerá
apagado. Recuerde que la proposición p ∧ q es verdadera si y sólo si tanto
p como q son verdaderas al mismo tiempo, es decir, para que haya flujo de
corriente es necesario que ambos interruptores estén activados en un mismo
instante tiempo. Este tipo de circuito recibe el nombre de circuito serial.

FT
Circuito disyunción
Al igual que en el circuito conjunción, en este caso también son necesarios
dos interruptores, representados por las proposiciones p y q respectiva-
mente. En la Figura de la derecha se observa que para que la corriente
fluya por el circuito basta con que al menos uno de los dos interruptores
esté activado, es decir, basta que la proposición compuesta p ∨ q sea ver-
dadera, en caso contrario, el bombillo permanecerá apagado. Recuerde
que la proposición p ∨ q será verdadera cuando alguna de las dos proposi-
ciones sea verdadera. Este tipo de circuito recibe el nombre de circuito
paralelo.
A
Teniendo en cuenta que cada conector básico tiene asociado un circuito, es claro que todo
circuito, por muy complejo que sea, tiene una expresión lógica asociada y viceversa, es decir,
toda proposición lógica tiene asociado un circuito. En ambos casos, es posible que la proposición
lógica sea redundante en cuanto a proposiciones simples y conectores. Sin embargo, como vimos
en la Sección 2.1, esta redundancia puede eliminarse mediante el proceso de simplificación de
expresiones lógicas. Por ejemplo, considere el circuito de la Figura 2.2, que en líneas generales
está compuesto por 3 circuitos paralelos organizados de forma serial.
DR

Fig. 2.2: Circuito lógico original.

Específicamente, la expresión lógica asociada a dicho circuito es


Serial
z }| {
(2.1) (p ∨ (¬q ∧ r)) ∧ (p ∨ t ∨ ¬q) ∧ (p ∨ ¬t) .
| {z } | {z } | {z }
paralelo 1 paralelo 2 paralelo 3

Ahora, tratemos de encontrar una proposición equivalente a (2.1) pero más simple:

(p ∨ (¬q ∧ r)) ∧ (p ∨ t ∨ ¬q) ∧ (p ∨ ¬t) Justificación


≡ p ∨ [ (¬q ∧ r) ∧ (t ∨ ¬q) ∧ ¬t ] Ley distributiva para ∨
≡ p ∨ [ (¬q ∧ r) ∧ [¬t ∧ (t ∨ ¬q)] ] Ley conmutativa y Ley asociativa para ∧
≡ p ∨ [ (¬q ∧ r) ∧ [(¬t ∧ t) ∨ (¬t ∧ ¬q)] ] Ley distributiva para ∧
≡ p ∨ [ (¬q ∧ r) ∧ [F ∨ (¬t ∧ ¬q)] ] Ley de contradicción
40 Capítulo 2. Equivalencia lógica

≡ p ∨ [(¬q ∧ r) ∧ (¬t ∧ ¬q)] Ley de identidad para ∨


≡ p ∨ [r ∧ ¬t ∧ (¬q ∧ ¬q)] Ley conmutativa y Ley asociativa para ∧
≡ p ∨ [r ∧ ¬t ∧ ¬q] Ley de idempotencia para ∧
≡ p ∨ [r ∧ (¬t ∧ ¬q)] Ley asociativa para ∧
≡ p ∨ [r ∧ ¬(q ∨ t)] Ley de De Morgan para ∨

Con esto se ha establecido que la proposición (2.1) es equivalente a

FT
(2.2) p ∨ [¬(q ∨ t) ∧ r],

es decir, se demostró que (p ∨ (¬q ∧ r)) ∧ (p ∨ t ∨ ¬q) ∧ (p ∨ ¬t) ≡ p ∨ [¬(q ∨ t) ∧ r]. Finalmente
en la Figura 2.3 se observa el circuito construido a partir de la proposición (2.2).

Fig. 2.3: Circuito lógico reconstruido.


A
El nuevo circuito es equivalente al circuito original, con la salvedad que éste posee 4 conectores
mientras que el original posee 10.

2.3 Compuertas lógicas


Antes de continuar con algunos otros ejemplos de simplificación de circuitos quisiéramos comentar
sobre las compuertas lógicas, que no son más que dispositivos electrónicos que implementan una
operación lógica y que son de suma importancia para el diseño de microchips; que a su vez son
DR
usados en prácticamente cualquier aparato electrónico. Existen compuertas lógicas básicas para lo
que hemos denominado circuito de negación, conjunción y disyunción, y comúnmente se conocen
como compuertas NOT, AND y OR. La compuerta OR está asociada a la disyunción inclusiva,
pero además existe la compuerta XOR que implementa la disyunción exclusiva p Y q. Ver 1.5
para recordar la tabla de verdad del conector Y. En la Figura 2.4 se pueden observar las imágenes
estándar que identifican a cada una de estas compuertas.

(a) NOT (b) AND (c) OR (d) XOR

Fig. 2.4: Compuertas básicas: NOT, AND, OR y XOR.

Aparte de las compuertas anteriores existen las llamadas compuertas negadas, denominadas
NAND, NOR, XNOR, que implementan las funciones lógicas de ¬(p ∧ q), ¬(p ∨ q) y ¬(p Y q)
respectivamente. En la Figura 2.5 se pueden observar las imágenes estándar que identifican a cada
una de estas nuevas compuertas.
Lo interesante de las compuertas NAND y NOR es que cualquier otra compuerta (básica o
negada) puede simularse sólo usando compuertas NAND o sólo usando compuertas NOR. A manera
2.3 Compuertas lógicas 41

(a) NAND (b) NOR (c) XNOR

Fig. 2.5: Compuertas negadas: NAND, NOR y XNOR.

de ejemplo, usemos la compuerta NAND para simular la negación, la disyunción y la conjunción.

FT
Para facilitar la escritura, usaremos la siguiente notación:

¬(p ∧ q) := NAND(p, q)

Negación: ¬p ≡ ¬p ∨ ¬p ≡ ¬(p ∧ p).

Por lo tanto,

(2.3) ¬p ≡ NAND(p, p).


A
Fig. 2.6: Negación simulada con compuerta NAND

Disyunción: p ∨ q ≡ ¬(¬p) ∨ ¬(¬q) ≡ ¬[¬p ∧ ¬q].

Ahora bien, usando (2.3) sabemos que NAND(p, p) := ¬p y NAND(q, q) := ¬q; por tanto
DR
p ∨ q ≡ NAND(NAND(p, p), NAND(q, q)).

Fig. 2.7: Disyunción simulada con tres compuertas NAND

P P
z }| { z }| {
Conjunción: p ∧ q ≡ (p ∧ q) ∨ (p ∧ q) ≡ ¬[¬(p ∧ q) ∧ ¬(p ∧ q)].

Por lo tanto,
p ∧ q ≡ NAND(NAND(p, q) , NAND(p, q)).
| {z } | {z }
P P

Fig. 2.8: Conjunción simulada con dos compuertas NAND


42 Capítulo 2. Equivalencia lógica

Si denotamos por ¬(p ∨ q) := NOR(p, q), de forma similar se puede probar que

¬p ≡ NOR(p, p).
p ∧ q ≡ NOR(NOR(p, p), NOR(q, q)).
p ∨ q ≡ NOR(NOR(p, q), NOR(p, q)).

Finalmente, en la Figura 2.9) se puede observar el circuito correspondiente a la expresión lógica


(2.2), que a su vez es la simplificación de (2.1); construido a partir de una compuerta NOR, una

FT
AND y una OR.

Fig. 2.9: Circuito lógico asociado a p ∨ [¬(q ∨ t) ∧ r].

Conviene mencionar que el uso de las compuertas lógicas, junto con las leyes de equivalencias
permiten diseñar cualquier circuito lógico. Por ejemplo, por la ley para la implicación sabemos
que p → q es lógicamente equivalente a ¬p ∨ q; por lo tanto podemos diseñar una compuerta que
A
recree al conector p → q, ver Figura 2.10.
DR
Fig. 2.10: Compuerta diseñada para p → q.

Esto nos permite mayor flexibilidad al momento de diseñar circuitos más complejos. Por
ejemplo, en el circuito asociado a la expresión

(2.4) (p → q) ↔ ¬r ∧ s,

se puede usar la compuerta condicional de la Figura 2.10. Además, de la Tabla 1.11 sabemos que
p ↔ q ≡ ¬(p Y q), y por tanto es claro que podemos usar una compuerta XNOR para simular el
conector bicondicional de (2.4). En la Figura 2.11 se encuentra el circuito completo asociado a
(2.4).

Fig. 2.11: Circuito lógico asociado a la proposición (p → q) ↔ ¬r ∧ s.


2.3 Compuertas lógicas 43

Compuertas lógica/Microchip

Charles S. Peirce (1839-1914) es considerado un muy importante inte-


lectual norteamericano; que desarrolló ideas en matemática, lógica y
filosofía; siendo sus trabajos en lógica simbólica los más importantes.
Peirce fue de uno de los primeros matemáticos que logró definir los conec-
tores básicos de la lógica simbólica en función de lo que hoy conocemos
como compuertas NAND y NOR; sentando las bases teóricas para la
programación de los Microchips.

A FT
DR
DR
A FT
FT
3. Argumentación lógica

A
Ya anteriormente hemos mencionado que los objetos de estudio de la lógica son los razonamientos.
Específicamente, el principal objetivo de esta ciencia es establecer mecanismos que permitan
determinar cuándo un razonamiento es correcto o no. Desde el punto de vista meramente intuitivo,
podemos decir que razonar es el proceso por el cual concluimos ciertos hechos (no necesariamente
verdaderos) a partir de hechos ya preestablecidos. El objetivo central de este capítulo es determinar
si los hechos concluidos se desprenden de los hechos preestablecidos. Iniciamos la discusión con la
definición más simple que podamos dar de argumento lógico1 .
Definición 3.0.1 [Argumento]: Considere la siguiente estructura
DR
p1
(3.1) p2
..
.
pn
∴q

donde p1 , p2 , . . . , pn son proposiciones lógicas llamadas premisas, el símbolo ∴ se lee como


“por lo tanto”, y finalmente q es otra proposición denominada conclusión. La estructura (3.1)
recibe el nombre de argumento lógico.

Notación 3.1 La estructura (3.1) también se escribe como

p1 , p2 , . . . , pn ∴ q

Tanto las premisas como la conclusión pueden ser simples o compuestas. Es importante señalar
que las premisas representan esos “hechos preestablecidos” a los cuales hicimos mención.

1 En este libro, la palabra razonamiento se emplea como sinónimo de argumento.


46 Capítulo 3. Argumentación lógica

Recuerde que nuestro principal interés radica en determinar cuándo razonamos correctamente
o cuándo no. Apliquemos un poco de sentido común para tratar de discernir entre un argumento
válido y uno inválido. Supongamos que tiene un conjunto de premisas todas verdaderas, y que
usted aplica un razonamiento que considera perfecto y obtiene una conclusión. Ahora imagine que
la conclusión a la cual usted llegó es falsa. Seguro que ya estará pensando que eso es imposible, a
menos que su línea de razonamiento no haya sido tan correcta como usted inicialmente supuso.

De lo anterior podemos obtener una aproximación inicial a los conceptos de invalidez y validez
de un argumento. Podemos decir que, razonamos de forma incorrecta cuando desprendemos hechos

FT
falsos, a partir de hechos preestablecidos verdaderos. O dicho de otra manera, razonamos de forma
correcta si es imposible que la conclusión del argumento sea falsa cuando sus premisas se suponen
verdaderas. Algunos ejemplos simples de argumentos inválidos y válidos nos permitirán clarificar
mejor estas ideas.

Ejemplo 3.1 Considere el siguiente argumento: “Si llueve, Carlos usa el paraguas; pero no está
lloviendo. Por lo tanto, Carlos no usará el paraguas”. En primer lugar observe que el argumento
puede escribirse de la siguiente manera

p1 : Si llueve, Carlos usa el paraguas


p2 : No está lloviendo
∴ q : Carlos no usará el paraguas
A
Este razonamiento es incorrecto (no válido) pues es posible que, sus premisas sean verdaderas y
su conclusión sea falsa al mismo tiempo. Veamos:
1. Suponga que el día está espléndidamente soleado, es decir, la segunda premisa es verdadera.
2. Observe que si p2 es verdadera, entonces la primera premisa es también verdadera: La
premisa p1 es una proposición condicional cuyo antecedente viene dado por ¬p2 , es decir,
p1 es un condicional con antecedente falso, por lo tanto p1 es verdadera, independiente-
mente de si Carlos usa el paraguas o no.
3. Considere el escenario en que Carlos está usando el paraguas, es decir, la conclusión es
DR
falsa.
4. El argumento dado es inválido, pues hemos encontrado un escenario donde todas las
premisas son verdaderas al mismo tiempo; mientras que la conclusión es falsa.

El argumento planteado en este ejemplo es inválido pero lamentablemente es muy común


cometer el error de aceptarlo como válido. Es tan común que se conoce como la falacia de
negación del antecedente. Más adelante, en la Sección 3.2 volveremos a conversar sobre éste y
otros argumentos falaces. 

Ejemplo 3.2 Considere el siguiente argumento: “Si llueve, Carlos usa el paraguas; y de hecho
está lloviendo. Por lo tanto, Carlos usará el paraguas”. El argumento puede escribirse como

p1 : Si llueve, Carlos usa el paraguas


p2 : Está lloviendo
∴ q : Carlos usará el paraguas

Este razonamiento es correcto (válido) pues no es posible que sus premisas sean verdaderas y su
conclusión sea falsa:
1. Suponga que está lloviendo, es decir, la segunda premisa es verdadera.
47

2. Observe que la primera premisa será verdadera única y exclusivamente en el caso en que
Carlos use el paraguas: La premisa p1 es una proposición condicional cuyo antecedente es
p2 , que ya está supuesta como una proposición verdadera. Ahora bien, el consecuente de
p1 no puede ser falso, pues esto haría de p1 una premisa falsa.
3. El consecuente de p1 es a su vez la conclusión del argumento. Por lo tanto, para este
argumento no es posible que sus premisas sean verdaderas y su conclusión sea falsa.
4. El argumento es válido, pues siempre que sus premisas son verdaderas, la conclusión
también lo es.


FT
En este punto conviene considerar la siguiente pregunta, ¿De los Ejemplos 3.1 y 3.2 se puede
afirmar que es necesario que la conclusión de un argumento sea verdadera para que dicho argumento
sea válido?. La respuesta es NO. La validez de un argumento sólo nos permite afirmar que la
conclusión del argumento no puede ser falsa si todas las premisas se asumen verdaderas. Analizando
algunos ejemplos es posible clarificar un poco más el comentario.

Ejemplo 3.3 Considere el siguiente argumento:

Si la luna es de queso entonces los gatos vuelan


La luna es de queso
∴ Los gatos vuelan

Sabemos que los gatos no vuelan, con lo cual la proposición que actúa como conclusión del
A
argumento es falsa pero debe tenerse en cuenta que no estamos interesados en el valor de verdad
de la conclusión como una proposición aislada. La validez o no del argumento sólo nos permite
determinar si dicha conclusión se desprende o no de la veracidad de las premisas. En este ejemplo,
en el caso hipotético en que todas las premisas del argumento se asuman verdaderas NO
es posible que la conclusión del mismo sea falsa, con lo cual el razonamiento es válido. 

Ejemplo 3.4 Considere el siguiente argumento:


DR
Si los elefantes son rosados entonces el cielo es azul
Los elefantes son rosados
∴ El cielo es azul

En este caso la conclusión es totalmente verdadera, pero nuevamente tenga en cuenta que esa
información es irrelevante en relación a la validez o no del argumento. En este nuevo ejemplo,
vuelve a ocurrir que en el caso en que se asuman todas las premisas como verdaderas, el
argumento resulta válido. 

IMPORTANTE
Si un argumento es válido entonces no es posible que sus premisas sean
verdaderas y su conclusión sea falsa al mismo tiempo. Sin embargo, conviene destacar
que, desde el punto de vista de la lógica formal, lo más importante no es determinar si
la conclusión es verdadera o falsa. Nuestro interés radica en establecer si la conclusión
realmente se desprende de las premisas de dicho argumento, es decir, si la conclusión es
consecuencia lógica de las premisas.
48 Capítulo 3. Argumentación lógica

Definición 3.0.2 [Consecuencia lógica]: Sean p y q dos proposiciones cualesquiera, se dice que
q es consecuencia lógica de p (o p implica lógicamente a q), lo cual se denota por p ⇒ q, si y
sólo si la proposición p → q es una tautología.

IMPORTANTE
Tenga en cuenta que el símbolo → representa a un conector lógico que
recibe el nombre de condicional, así p → q es una proposición lógica. Por otro lado, el
símbolo ⇒ NO es un conector lógico y cuando se escribe p ⇒ q se está indicando que la

FT
proposición p → q es una tautología, lo cual significa que la proposición q es consecuencia
lógica de p, o equivalentemente que p implica lógicamente a la proposición q.

Con todos estos elementos, ya podemos de escribir una definición muy importante en el contexto
de la lógica formal, ahora ya tenemos la capacidad de definir formalmente cuando estamos en
presencia de un argumento válido.
Definición 3.0.3 [Argumento válido]: Un argumento es válido si la conclusión es consecuencia
lógica de la conjunción de las premisas o equivalentemente, si la conjunción de las premisas
implican lógicamente a la conclusión. Es decir, el argumento (3.1) es válido si p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧
pn ⇒ q.
A
IMPORTANTE
El lector no debe confundir los términos válido/inválido con ver-
dadero/falso: Los argumentos son válidos o inválidos. Sólo las proposiciones son verdaderas
o falsas.

Claramente existe una relación importante entre la validez/invalidez de un argumento y el


conector condicional. Es por ello que conviene recordar la tabla de verdad de ese conector para
realizar algunos comentarios de interés.
DR
P Q P →Q
Caso 1 V V V
Caso 2 V F F
Caso 3 F V V
Caso 4 F F V

Tabla 3.1: Tabla de verdad del Condicional.

• En este contexto, supongamos que P es la conjunción de las premisas del argumento y Q es


la conclusión, es decir, P : p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn y Q : q. Recuerde que q puede ser simple o
compuesta.
• De la definición de argumento válido se desprende que, si al menos una de las premisas es
falsa entonces P será una proposición falsa y en este caso la proposición P → Q será una
tautología, independientemente del valor de verdad de Q (Casos 3 y 4 de la Tabla 3.1). Por
lo tanto, basados en la Definición 3.0.3, podemos afirmar que un argumento que posea al
menos una premisa falsa, es válido.
• En el caso en que TODAS las premisas sean verdaderas, se tiene P → Q será una tautología
(y por tanto el argumento asociado será válido), única y exclusivamente cuando la proposición
Q también sea verdadera (Caso 1 de la Tabla 3.1).
• Finalmente, cuando todas las premisas son verdaderas, y Q es una proposición falsa se tiene
que P → Q es una proposición falsa (Caso 2 de la Tabla 3.1) y este es el único caso en que
49

podemos asegurar que el argumento es inválido.


• Teniendo el cuenta la última observación podemos concluir que, para identificar si un
argumento es inválido, simplemente debe encontrarse al menos una combinación de valores
de verdad de las proposiciones simples que conforman al argumento, tal que P : p1 ∧ p2 ∧
· · · ∧ pn (conjunción de premisas) sea una proposición verdadera y Q (conclusión) sea falsa.
• Si a simple vista no podemos encontrar la combinación antes mencionada, tampoco podemos
afirmar que el argumento es válido. Para afirmar la validez, tendríamos que estudiar todas las
posibles combinaciones de valores de verdad para garantizar que, siempre que las premisas
sean verdaderas la conclusión también lo es.

FT
• Del ítem anterior nos queda claro que, la inspección de valores de verdad no es un proce-
dimiento práctico para probar la validez de un argumento2 . Es por ello que, más adelante,
estudiaremos mecanismos para establecer la validez de un argumento que no dependen
directamente de los valores de verdad de las proposiciones presentes en él (tablas de
verdad).
A continuación retomaremos los argumentos de los Ejemplos 3.1, 3.2, 3.3 y 3.4 para demostrar
formalmente y con las herramientas que hasta ahora tenemos, la validez o invalidez de los mismos.

Ejemplo 3.5 Considere el argumento del Ejemplo 3.1 y redefinamos las proposiciones simples
como: p : “Está lloviendo” y q : “Carlos usa el paraguas”, entonces el argumento se escribe como

p→q
¬p
A ∴ ¬q

Como ya mencionamos, el argumento anterior es inválido. Para probarlo se debe encontrar al


menos una combinación de valores de verdad de p y q tales que (p → q) ∧ ¬p (conjunción de
premisas) sea verdadera y ¬q (conclusión) sea falsa. Lo anterior nos asegura que la proposición
(p → q) ∧ ¬p → ¬q no es una tautología. Una combinación es a :

p q p→q ¬p (p → q) ∧ ¬p ¬q (p → q) ∧ ¬p → ¬q
DR
F V V V V F F

Sin embargo, con la intención de hacer unos comentarios de interés, escribiremos toda la tabla de
verdad.

Premisas Conclusión
p q p→q ¬p (p → q) ∧ ¬p ¬q (p → q) ∧ ¬p → ¬q
V V V F F F V
V F F F F V V
F V V V V F F
F F V V V V V

Lo importante de observar aquí, es que (p → q) ∧ ¬p → ¬q NO es una tautología, por lo


tanto el argumento dado NO es válido. O dicho de otro modo, existe al menos una combinación
de valores de verdad para la cual todas las premisas son verdaderas y conclusión es falsa.

2 Recuerde lo tedioso que resulta elaborar una tabla de verdad de una proposición compuesta que involucra muchas

proposiciones simples.
50 Capítulo 3. Argumentación lógica

El hecho que exista una combinación de valores de verdad de las proposiciones simples para
la cual, tanto las premisas como la conclusión son verdaderas al mismo tiempo (cuarta fila de la
Tabla), no es suficiente para garantizar la validez del argumento. 

a Para este Ejemplo, de hecho sólo hay una combinación, pero en general pueden existir más de una.

Ejemplo 3.6 Considere el argumento del Ejemplo 3.2 y nuevamente usemos las proposiciones p :
“Está lloviendo” y q : “Carlos usa el paraguas”. En este caso, el argumento se escribe como

FT
p→q
p
∴q

Como ya se mencionó, este argumento es válido. Para probarlo formalmente se debe establecer
que q es consecuencia lógica de (p → q) ∧ p, es decir, se debe probar que (p → q) ∧ p → q es una
tautología. Por ahora, tenemos dos maneras de hacer esta prueba, la primera es usando tablas de
verdad y la segunda usando leyes de equivalencia lógica.
1. Usando tablas de verdad.
Premisas Conclusión
p q p→q (p → q) ∧ p q (p → q) ∧ p → q
V V V V V V
V
A V
F
F
V
F
V
F
F
F
V V
F F V F F V

Dado que (p → q) ∧ p → q es una tautología, podemos escribir que (p → q) ∧ p ⇒ q, y por tanto


concluir que el argumento es válido.

2. Usando equivalencias lógicas. Se debe demostrar mediante las leyes de equivalencia lógica
que (p → q) ∧ p → q ≡ V.
DR
(p → q) ∧ p → q Justificación
≡ (¬p ∨ q) ∧ p → q Ley para la →
≡ ¬[(¬p ∨ q) ∧ p ] ∨ q Ley para la →
≡ [ ¬(¬p ∨ q) ∨ ¬p ] ∨ q Ley de De Morgan para ∧
≡ [ (¬(¬p) ∧ ¬q) ∨ ¬p ] ∨ q Ley de De Morgan para ∨
≡ [ (p ∧ ¬q) ∨ ¬p ] ∨ q Doble negación
≡ [ (¬p ∨ p) ∧ (¬p ∨ ¬q) ] ∨ q Ley distributiva para ∨
≡ [ V ∧ (¬p ∨ ¬q) ] ∨ q Ley del tercero excluido
≡ (¬p ∨ ¬q) ∨ q Ley de identidad para ∧
≡ ¬p ∨ (¬q ∨ q) Ley asociativa para ∨
≡ ¬p ∨V Ley del tercero excluido
≡V Ley de dominación para ∨
3.1 Premisas 51

Se ha demostrado que (p → q) ∧ p → q ≡ V, es decir, p ∧ (p → q) → q es una tautología, con lo


cual podemos escribir que (p → q) ∧ p ⇒ q, y por tanto concluir que el argumento es válido. 

Una forma alterna para la prueba de validez del Ejemplo 3.6, mediante equivalencias lógicas,
se presenta a continuación:

(p → q) ∧ p → q Justificación
≡ ¬[(p → q) ∧ p] ∨ q Ley para la →
≡ [ ¬(p → q) ∨ ¬p ] ∨ q Ley de De Morgan para ∧

FT
≡ ¬(p → q) ∨ (¬p ∨ q) Ley asociativa para ∨
≡ ¬(p → q) ∨ (p → q) Ley para la →
≡V Ley del tercero excluido

Note que en el Ejemplo 3.6 se estableció formalmente la validez del argumento


p→q
(3.2) p
∴q
y dicha prueba no dependió en absoluto del significado de las proposiciones p y q.
A
Más aún, si simbolizamos los argumentos de los Ejemplos 3.2, 3.3 y 3.4, donde p y q se definen
según la Tabla 3.4 es bastante obvio que todos los argumentos se simbolizan como (3.2). Además,
todos y cada uno de esos argumentos son válidos ya que sencillamente son el mismo argumento y,
como acabamos de mencionar, la prueba de validez presentada en el Ejemplo 3.6 no dependió del
significado de las proposiciones p y q.

Proposiciones
p q
DR
3.2 “Está lloviendo” “Carlos usa el paraguas”
Ejemplo

3.3 “La luna es de queso” “Los gatos vuelan”


3.4 “Los elefantes son rosados” “El cielo es azul”

Tabla 3.4: Proposiciones simples para los argumentos de los Ejemplos 3.2, 3.3 y 3.4

IMPORTANTE
Luego de probar la validez de un argumento (sin tomar en cuenta el
significado de las proposiciones envueltas en el mismo) se obtiene una gran ventaja: La
prueba se realiza UNA SOLA VEZ y luego podemos usar el mismo argumento en infinidad
de contextos diferentes sin temor a equivocarnos en la argumentación.

3.1 Premisas
Hemos dicho que un argumento con al menos una premisa falsa es válido, pero en realidad ese
tipo de argumentos no tienen interés práctico: En esos casos el valor de verdad de la conclusión es
irrelevante y por tanto podemos concluir lo que nos venga en gana.
52 Capítulo 3. Argumentación lógica

Ahora bien, ¿qué significa que una premisa sea falsa cuando el resto de ellas son verdaderas?
Un ejemplo nos ayudará a responder la pregunta. Suponga que las siguientes proposiciones son
premisas de un cierto argumento:
1. Juan dijo que el día del crimen, él estaba en Caracas.
2. María dijo que estuvo con Juan en Mérida el día del crimen.
Es claro que estas declaraciones no son consistentes, es decir, son contradictorias, no pueden ser
verdaderas al mismo tiempo.
Definición 3.1.1 [Premisas inconsistentes]: Un conjunto de premisas p1 , p2 , . . . , pn es inconsis-

FT
tente si la conjunción dichas premisas implican lógicamente una contradicción, es decir, si
p1 ∧ p2 ∧ . . . ∧ pn ⇒ c, donde c es una contradicción.

Según la definición anterior, es necesario estudiar el condicional

(3.3) p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → c

para establecer la consistencia o no de las premisas. Por lo tanto, las premisas p1 , p2 , . . . , pn serán:
• Inconsistentes: Si al menos una de las premisas es falsa. Pues, en vista que el consecuente
de (3.3) es una contradicción, la única manera que (3.3) sea una tautología es que al menos
una premisa sea falsa:
p ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → |{z}
c ,
|1 {z }
f also f also
A
• Consistentes: Si encontramos al menos una combinación de valores de verdad de las
proposiciones simples presentes en el argumento, tal que todas las premisas sean verdaderas
al mismo tiempo. En este escenario, (3.3) NO puede ser una tautología:

p ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → |{z}
c
|1 {z }
verdad f also

Ejemplo 3.7 Demuestre que el siguiente conjunto de premisas es consistente:


DR
p1 : p → q
p2 : q → r
p3 : ¬p ∧ r

Las premisas p1 , p2 y p3 serán consistentes si se logra encontrar al menos una combinación de


valores de verdad de p, q y r tal que p1 , p2 y p3 sean TODAS verdaderas al mismo tiempo.

Premisa 1 Premisa 2 Premisa 3


p q r p→q q→r ¬p ∧ r
F V V V V V

De la tabla anterior se puede concluir que el conjunto de premisas es consistente. 

ATENCIÓN
El lector no debe perder de vista que establecer la inconsistencia de las
premisas p1 , p2 , . . . , pn , es equivalente a demostrar la validez del siguiente argumento
lógico:

(3.4) p1 , p2 , . . . , pn ∴ c.
3.1 Premisas 53

donde c es una contradicción.

Ejemplo 3.8 Demuestre que las siguientes premisas son inconsistentes: p1 : p → q, p2 : r → ¬q


y p3 : p ∧ r.
Como se mencionó anteriormente, para probar la inconsistencia de las premisas, se debe
establecer la validez del siguiente argumento:

p→q

FT
r → ¬q
(3.5)
p∧r
∴c

donde c ≡ F. Siguiendo el Ejemplo 3.6, para establecer la validez de este argumento se debe
probar que p1 ∧ p2 ∧ p3 → c es una tautología. Por ahora, tenemos dos maneras de hacer esta
prueba, la primera es usando tablas de verdad y la segunda usando leyes de equivalencia lógica.

1. Usando tablas de verdad.


p1 p2 p3 Premisas Conclusión
p q r p→q r → ¬q p∧r p1 ∧ p2 ∧ p3 c p1 ∧ p2 ∧ p3 → c
V V V V F V F F V
V V F V V F F F V
V
AF V F V V F F V
V F F F V F F F V
F V V V F F F F V
F V F V V F F F V
F F V V V F F F V
F F F V V F F F V

Dado que (p → q) ∧ (r → ¬q) ∧ (p ∧ r) ⇒ F se puede concluir que el argumento (3.5) es válido,


DR
y por tanto las premisas p1 , p2 y p3 son inconsistentes. Note que no existe una sola combinación
de valores de verdad de p, q y r para la cual la conjunción de las premisas (p1 ∧ p2 ∧ p3 ) sea
verdadera.

2. Usando equivalencias lógicas. En este caso se deben emplear las leyes de equivalencia lógica
para probar que
p1 ∧ p2 ∧ p3 → F ≡ V.
Ahora bien, observe que la única manera que dicha equivalencia se satisfaga, es que el antecedente
de la proposición anterior sea lógicamente equivalente a falso, pues el consecuente de dicho
condicional es una contradicción. Por lo tanto se debe probar que

(p → q) ∧ (r → ¬q) ∧ (p ∧ r) ≡ F.

Para hacer más breve la prueba, se aplicará más de una ley por cada línea de demostración.

(p → q) ∧ (r → ¬q) ∧ (p ∧ r) Justificación
54 Capítulo 3. Argumentación lógica

Ley conmutativa para ∧


≡ (p → q) ∧ [(p ∧ r) ∧ (¬r ∨ ¬q)] Ley asociativa para ∧
Ley para la →
≡ (p → q) ∧ [(p ∧ r ∧ ¬r) ∨ (p ∧ r ∧ ¬q)] Ley distributiva para ∧

Ley conmutativa para ∧


≡ (p → q) ∧ [(p ∧ (r ∧ ¬r)) ∨ ((p ∧ ¬q) ∧ ¬r)]
Ley asociativa para ∧
Ley de contradicción

FT
≡ (p → q) ∧ (p ∧ ¬q) ∧ ¬r Ley de dominación para ∧
Ley de identidad para ∨
Doble negación
≡ (p → q) ∧ ¬(¬p ∨ q) ∧ ¬r
Ley de De Morgan para ∨
Ley asociativa para ∧
≡ [(p → q) ∧ ¬(p → q)] ∧ ¬r
Ley para la →
≡ F ∧ ¬r Ley de contradicción
≡F Ley de dominación para ∧

Dado que (p → q) ∧ (r → ¬q) ∧ (p ∧ r) ≡ F, se puede concluir que las premisas p1 , p2 y p3 son


inconsistentes. 
A
ATENCIÓN
Dado un argumento cualquiera:
1. Si las premisas son inconsistentes entonces el argumento es válido, pues al menos
una de las premisas es falsa y por tanto p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → q ≡ V para cualquier
proposición q.
2. Si las premisas son consistentes, no se puede decir nada acerca de la validez del
argumento, ya que pueden ocurrir los dos casos: premisas consistentes y argumento
DR
válido, o premisas consistentes y argumento inválido. 

Demostraciones en Matemáticas y Euclides (325-265 A.C.)

Probar la validez de un argumento no es más que demostrar que la conclusión se desprende


de las premisas. En matemáticas probar un Teorema consiste en implicar lógicamente la
tesis (conclusión) de las hipótesis (premisas) de dicho teorema.
Las matemáticas se pueden comparar con un gran edificio donde cada ladrillo empleado en
el proceso de construcción, no es más que un resultado que ha sido previamente probado.
La humanidad tiene siglos construyendo dicho edificio y es imposible
determinar quién o quiénes colocaron los primeros ladrillos; lo que en
nuestra analogía equivaldría a preguntarse ¿Cuál es la prueba matemática
más antigua? La respuesta precisa se pierde en el pasado, pero por mucha
suerte sí sabemos de algunos matemáticos antiguos que colocaron las
primeras piedras o bases del edificio (lo cual fue un proceso anterior a
colocar el primer ladrillo).
Uno de ellos fue sin duda alguna Euclides de Alejandría, hoy conocido
como el Padre de la Geometría. Fue Euclides quien primero organizó
3.2 Reglas de inferencia lógica 55

la “forma de trabajo” que aún hoy día se sigue usando en matemáticas. Antes de demostrar
ningún resultado se dio a la tarea de definir los objetos que le permitirán enunciar sus
axiomas y teoremas, es decir, las Definiciones establecían el lenguaje para enunciar sus
ideas. Ahora bien, para probar los futuros teoremas enunció los llamados Axiomas, que
son proposiciones formuladas en términos de las definiciones previamente establecidas y
que además no requieren demostración por ser evidentes. También expuso una serie de
Postulados que son proposiciones no necesariamente son evidentes ni de aceptación universal

FT
pero que son admitidas sin demostración. Finalmente, expuso y demostró ciertos Teoremas.
El trabajo monumental de Euclides se encuentra en su famosa obra Los Elementos (publicado
hacia el año 300 A.C., es decir, hace más de 2300 años. La imagen es una edición en Español
que data de 1576). A manera de recordatorio, aquí están los 5 postulados de la Geometría
Euclidiana, que es probablemente la geometría que nos resulta más común y cotidiana.

Por dos puntos pasa una recta

Una recta se puede extender indefinidamente


A Se puede trazar una circunferencia dados un centro y un radio cualquiera

Todos los ángulos rectos son iguales entre sí.

Si una recta corta a otras dos, de tal manera que la suma de los
dos ángulos interiores del mismo lado sea menor que dos ángu-
DR
los rectos; las dos rectas prolongadas indefinidamente se cortan
por el lado en el que están los ángulos menores que dos rec-
tos.

Como comentaremos más adelante, el estudio en detalle del quinto postulado generó, aparte
de las llamadas geometrías no euclidianas, una necesidad en la comunidad científica de una
revisión profunda de los fundamentos de la lógica.

3.2 Reglas de inferencia lógica


Volvamos a la tarea de tratar de establecer cuándo un argumento es válido. Hasta ahora, sabemos
que:
1. Un argumento es válido si la conclusión es consecuencia lógica de la conjunción de las
premisas.
2. Si al menos una de las premisas es falsa (inconsistencia), el argumento es válido.
3. En el caso que las premisas sean consistentes, las tablas de verdad y las leyes de equivalencia
lógica son mecanismos que nos permiten establecer la validez de un argumento. Claramente,
el uso de las tablas de verdad no es un método práctico.
4. Una vez que probamos la validez de un argumento, dicho argumento puede reutilizarse en
diversos contextos, pues la prueba de validez no depende del significado de las premisas.
56 Capítulo 3. Argumentación lógica

Este último comentario, nos permite el siguiente pensamiento: Podemos probar la validez de
un conjunto de argumentos muy simples, y luego usarlos para probar la validez de argumentos más
complejos. Esta simple idea describe la esencia del proceso de inferencia lógica. Los argumentos
simples válidos mencionados constituyen las llamadas Reglas de inferencia lógica. En la Tabla 3.6
se listan las reglas de inferencia más comunes.

Regla Nombre

FT
p∧q ⇒ p
Simplificación
p∧q ⇒ q
p ⇒ p∨q
Adición
q ⇒ p∨q
p, q ⇒ p ∧ q Conjunción

(p → q) ∧ p ⇒ q Modus ponendo ponens

(p → q) ∧ ¬q ⇒ ¬p Modus tollendo tollens

(p ∨ q) ∧ ¬p ⇒ q
Silogismo disyuntivo
(p ∨ q) ∧ ¬q ⇒ p
A
(p → q) ∧ (q → r) ⇒ (p → r) Silogismo hipotético
(p → q) ∧ (r → s) ∧ (p ∨ r) ⇒ q ∨ s Dilema constructivo
(p → q) ∧ (r → s) ∧ (¬q ∨ ¬s) ⇒ ¬p ∨ ¬r Dilema destructivo

(p ↔ q) ∧ (q ↔ r) ⇒ p ↔ r Transitividad para el bicondicional

Tabla 3.6: Reglas de inferencia lógica


DR
ATENCIÓN
En el Ejemplo 3.6 se demostró que la regla de inferencia conocida como el
modus ponendo ponens (cuarta regla de la Tabla 3.6) es en efecto un argumento válido.

IMPORTANTE
Para enunciar las reglas de inferencia, descritas en la Tabla 3.6, se
usaron letras minúsculas, pero recuerde que las reglas aplican para proposiciones sim-
ples o compuestas. Por ejemplo, por la regla del modus tollendo tollens se justifica que
(r → s) ∧ ¬s implica lógicamente a ¬r y también por esa misma regla se justifica que
(p ∨ ¬q → r ∧ s) ∧ ¬(r ∧ s) ⇒ ¬(p ∨ ¬q).

Equivalencias e Implicaciones
Recuerde que si P ≡ Q entonces P ↔ Q ≡ V .
Por ley del bicondicional esto último se escribe como (P → Q) ∧ (Q → P) ≡ V de donde
se desprende que, tanto P → Q como Q → P son tautologías. Por lo tanto, cuando
P ≡ Q se cumple que P ⇒ Q y Q ⇒ P. De este análisis podemos concluir que:
3.2 Reglas de inferencia lógica 57

Toda ley de equivalencia lógica está constituida por dos reglas de inferencia.

El proceso de inferencia lógica nos asegura que, toda proposición que se obtenga por la
aplicación de una regla de inferencia o ley de equivalencia sobre otras proposiciones; será
consecuencia lógica de dichas proposiciones. Por lo tanto, si por la aplicación de estas reglas a las
premisas de un argumento se obtiene la conclusión del mismo, ésta será consecuencia lógica de
las premisas; y por tanto el argumento será válido, ver Figura 3.1. Note que cualquier proposición
derivada por la aplicación de una ley de equivalencia o regla de inferencia que no sea la conclusión

FT
del argumento, es considerada como una conclusión parcial que puede ser reutilizada, junto con
las premisas, para continuar el proceso de inferencia en la búsqueda de la conclusión.

A
Fig. 3.1: Proceso de inferencia lógica

Las reglas de inferencias son argumentos simples muy intuitivos y por tanto fáciles de recordar.
Incluso es altamente probable que usted los utilice en su vida cotidiana sin necesariamente saber
DR
que está usando una regla de inferencia. Por ejemplo, suponga que usted ayer fue al cine y luego
cenó con algunos amigos. Ahora suponga que una persona le pregunta ¿Qué hiciste ayer?, usted
bien puede responder que fue al cine o bien fue a cenar con algunos amigos. En ambos casos su
respuesta será correcta: ¡Usted respondió basado en la regla de simplificación! (primera regla de la
Tabla 3.6).
Tal vez lo anterior la parezca en exceso trivial, pero a veces razonamos equivocadamente
en situaciones muy simples. Les resumo un ejemplo: hace un tiempo, oyendo un programa de
radio 3 , escuché una conversación entre dos de los comentaristas del programa. A groso modo la
conversación fue la siguiente:
Comentarista A: Cuando la Vinotinto4 gana, Venezuela está contenta.
Comentarista B: ¡Eso explica mi profunda tristeza! La Vinotinto perdió ayer.
Aunque parezca que la razón de la tristeza del comentarista B está bien argumentada, no es así.
El comentarista B razonó de manera incorrecta, de hecho cometió la llamada falacia de negación
del antecedente.

ATENCIÓN
En lógica, una falacia es un argumento que en lenguaje natural parece válido,
pero al realizar una prueba formal de validez resulta inválido.

3 Uno de esos donde se supone que deben resumir las noticias del día.
4 Se referían a la selección de fútbol de Venezuela
58 Capítulo 3. Argumentación lógica

Para entender las razones de la equivocación conviene imaginar la línea argumentativa del
comentarista B. Para facilitar la discusión, asumamos que el comentarista razonó mediante el
siguiente esquema:
1. Cuando la Vinotinto gana, Venezuela está contenta5 y dado que la Vinotinto perdió, puedo
concluir que Venezuela está triste.
2. Como soy Venezolano, es normal que esté triste.

IMPORTANTE
Queremos indicar que la correcta descripción del argumento del comen-

FT
tarista B requiere de conceptos relativos a la lógica de predicados, tópico que será tratado a
posterior. Sin embargo, a efecto de mostrar donde ocurre la falacia, nos concentraremos en
el primer ítem, que puede simbolizarse usando sólo elementos de la lógica proposicional.

Si consideremos los proposiciones p : “La Vinotinto gana” y q : “Venezuela está contenta”,


tenemos que (3.6) representa el primer ítem del razonamiento realizado por el comentarista B. Para
realizar otros comentarios de interés, consideremos también los argumentos (3.7), (3.8) y (3.9)
(ver Tabla 3.7), que no son más que otros posibles razonamientos que pudo haber realizado el
comentarista B.
Falacia de negación del antecedente Modus ponendo ponens

p1 : p → q p1 : p → q
(3.6) p2 : ¬p (3.7) p2 : p
A ∴ ¬q ∴q
Falacia de afirmación del consecuente Modus tollendo tollens

p1 : p → q p1 : p → q
(3.8) p2 : q (3.9) p2 : ¬q
∴p ∴ ¬p

Tabla 3.7: Cuatro posibles formas de argumentar del Comentarista B


DR
Como ya mencionamos, la simbolización nos permite abstraernos del significado de las proposi-
ciones simples involucradas en el argumento, lo que a su vez nos permite aplicar reglas matemáticas
sin ninguna pérdida de generalidad. En ese orden de ideas, si leemos el argumento (3.6) en lenguaje
natural, nos podría parecer un argumento correcto pero, una vez simbolizado, es muy sencillo
darse cuenta que es inválido: La combinación de valores p ≡ F y q ≡ V , nos garantiza que las
premisas p1 y p2 de (3.6) son verdaderas mientras que la conclusión es falsa. En el Ejemplo 3.1 ya
habíamos comentado sobre la invalidez de la falacia de negación del antecedente, mientras que en
el Ejemplo 3.5 se realizó una prueba más detallada de dicha invalidez.

Volviendo al lenguaje natural...


Ahora ya sabemos que NO es correcto inferir nada
con respecto al estado de ánimo que existe en Venezuela luego de una derrota de la
Vinotinto, si hemos aceptado como cierto el hecho que “cuando la Vinotinto gana, Venezuela
está contenta”.
Por otro lado, si la Vinotinto hubiese ganado entonces es totalmente válido afirmar que el
estado de ánimo en Venezuela es de alegría. Podemos llegar a esa conclusión aplicando el
argumento (3.7), que no es más que la regla de inferencia del modus ponendo ponens.

5 Afirmación realizada por el comentarista A.


3.2 Reglas de inferencia lógica 59

Otro argumento incorrecto pero que también muchas veces es aceptado como válido es la lla-
mada falacia de afirmación del consecuente (argumento 3.8). Para mostrar esta falacia, supongamos
que en efecto habrá un partido de la Vinotinto y asuma como cierta la afirmación del comentarista A,
es decir, es cierto que “Si la Vinotinto gana, entonces Venezuela está contenta”. Luego del partido
(del cual no sabe el resultado) usted observa y afirma que Venezuela está contenta. Le pregunta es,
¿se puede afirmar que la victoria de la Vinotinto es la causa de dicha alegría? Responder a dicha
pregunta de forma afirmativa, es equivalente a razonar de manera incorrecta. Más aún, no podemos
afirmar nada acerca del resultado del juego de la Vinotinto.
En primer lugar, note que la respuesta a la pregunta se obtiene al estudiar la validez o no del

FT
argumento (3.8). Ahora bien, tomando nuevamente p ≡ F y q ≡ V , tenemos que las premisas p1
y p2 de (3.8) son verdaderas mientras que la conclusión es falsa, es decir, (3.8) es un argumento
invalido y por tanto no podemos afirmar que p sea consecuencia lógica de (p → q) ∧ q. Más sin
embargo, el uso del lenguaje natural nos puede dar la idea, totalmente errada, de que estamos ante
un argumento válido.

Volviendo al lenguaje natural...


Si hay partido de la Vinotinto y aceptamos como
cierto que “cuando la Vinotinto gana, Venezuela está contenta”, ahora sabemos que NO es
correcto inferir nada con respecto al resultado del partido, aunque estemos observando que
Venezuela está contenta.
Por otro lado, si luego del partido observamos que Venezuela NO está contenta entonces es
totalmente válido afirmar que la Vinotinto perdió el juego. Podemos llegar a esa conclusión
A
aplicando el argumento (3.9), que no es más que la regla de inferencia del modus tollendo
tollens.

Dedicamos especial atención a las reglas del modus ponens y tollens, y a las posibles falacias
que se pueden obtener por la mala aplicación de estas reglas, porque estos simples argumentos
son muy usados en varios de los métodos de prueba de validez que estudiaremos en la próxima
sección. Más aún, conviene que el lector tenga en cuenta que algunas otras reglas de inferencia no
son más que formas alternas de enunciar, o bien el modus ponens o bien el modus tollens. Veamos
DR
un ejemplo.

Ejemplo 3.9 Demuestre que la regla de inferencia del silogismo disyuntivo puede enunciarse
mediante la regla del modus ponendo ponens o del modus tollendo tollens.

La regla del silogismo disyuntivo (p ∨ q) ∧ ¬p ⇒ q representa la validez del siguiente


argumento:

p1 : p ∨ q
(3.10) p2 : ¬p
∴q

Ahora bien, por la ley para la implicación se tiene que la premisa p1 de (3.10) es equivalente,
o bien a ¬p → q o bien a ¬q → p. Por tanto, (3.10) se puede reescribir como cualquiera de los
dos siguientes argumentos:

p1 : ¬p → q p1 : ¬q → p
(3.11) p2 : ¬p (3.12) p2 : ¬p
∴q ∴q
Note que la validez de (3.11) se obtiene por la aplicación de regla del modus ponens mientras
60 Capítulo 3. Argumentación lógica

que la validez de (3.12) se garantiza por la regla del modus tollens. 

Volviendo al lenguaje natural...


Si bien es cierto que el silogismo disyuntivo puede
escribirse como el modus ponens o el modus tollens, conviene resaltar que el silogismo
disyuntivo es mucho más amigable de comprender, en lenguaje natural, que las reglas del

FT
modus ponens o tollens.
Por ejemplo, suponga que usted está reunido con las personas A y B y supongamos que A
afirma: “Tenemos dos posibilidades o vamos al cine o vamos a la playa”, y luego B dice:
“Imposible que vayamos a la playa! Anunciaron mal tiempo”. Sin duda usted concluirá que
irán al cine. Usted razonó correctamente, y con poco chance de aplicar una falacia, mediante
la aplicación del silogismo disyuntivo.

Los Silogismos Categóricos

Como ya mencionamos, Aristóteles es considerado uno de los primeros filósofos en estu-


diar la lógica como una ciencia independiente. Aristóteles dedicó especial atención a los
A
silogismos; especialmente a los que hoy se conocen como silogismos categóricos que son
argumentos de tres proposiciones categóricas, donde una de ella es la conclusión. Las
proposiciones categóricas principales (definidas por Aristóteles) son:

A: Todo P es Q I: Algún P es Q
E: Ningún P es Q O: Algún P no es Q

Note que una vez definidos P y Q es posible determinar el valor de verdad de las proposi-
DR
ciones anteriores, pero este análisis se llevará a cabo en la segunda parte del libro, pues
este tipo de proposiciones son objetos de estudio de la lógica de predicados. Sin embargo
algunos silogismos categóricos son bastante intuitivos y es no es difícil darse cuenta de su
validez. Veamos un ejemplo:

Todos los hombres son mortales.


Todos los griegos son hombres.
∴ Todos los griegos son mortales.

Lamentablemente, el estudio de los silogismos de Aristóteles es tan detallado que puede


resultar algo pesado para el lector actual. Por ejemplo, en la lógica Aristotélica se identifican
256 tipos de silogismos de los cuales solo 19 resultaban válidos (Detalles en la Disertación
acerca del arte combinatorio de G. W Leibniz (1666)).
Luego de Aristóteles, hay una gran desconocimiento sobre los avances en el estudio de la
lógica por la falta de registros escritos sobre el tema (destruidos o perdidos). No olvide
que la humanidad pasó por una época de oscurantismo, donde la religión era el aspecto
predominante de la vida cotidiana; y por tanto la búsqueda de la verdad a través del estudio
científico, era una actividad realmente peligrosa. Sin embargo, la influencia de los trabajos
de Aristóteles fue tal, que prácticamente durante toda la Edad Media (Aproximadamente
época entre 1285-1350), la lógica que se estudiaba era la Aristotélica.
3.3 Métodos para probar validez 61

3.3 Métodos para probar validez


En primer lugar recordemos que la validez del argumento p1 , p2 , . . . , pn ∴ q se establece probando
que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → q es una tautología, es decir, debemos probar que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn ⇒ q,
para poder afirmar que el argumento es válido.
En esta sección estudiaremos algunos métodos para establecer la validez de un argumento
lógico que hacen uso, tanto de las leyes equivalencias como de las reglas de implicación lógica.
A continuación presentamos una lista de los métodos de prueba de validez a considerar en las
siguientes secciones:

FT
1. Prueba por tablas de verdad. 4. Prueba condicional.
2. Prueba por equivalencias lógicas. 5. Prueba por casos.
3. Prueba por argumentación directa. 6. Prueba por reducción al absurdo.

Si bien es cierto que ya hemos utilizado los dos primeros, conviene iniciar la discusión real-
izando un breve resumen de dichos métodos.

3.3.1 Prueba por tablas de verdad


Como ya mencionamos, este tipo de prueba fue una de los empleadas en los Ejemplos 3.6 y
3.8 y consiste en construir la tabla de verdad de p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → q. Si se verifica que esta
A
proposición es una tautología, entonces se puede decir que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn ⇒ q, y por lo tanto
el argumento es válido. Nuevamente, tenga en cuenta que este método resulta útil cuando el
argumento involucra pocas proposiciones simples; pues como se recordará, si el argumento está
compuesto por n proposiciones simples, la tabla de verdad a construir posee 2n filas.

Ejemplo 3.10 Demuestre la validez del siguiente razonamiento usando tablas de verdad

q→r
DR
p
p→q
∴r

Para demostrar la validez del argumento, se debe construir la tabla de verdad de


(q → r) ∧ p ∧ (p → q) → r y si esta proposición es una tautología, entonces
(q → r) ∧ p ∧ (p → q) ⇒ r

Premisas
p q r q→r p→q (q → r) ∧ p ∧ (p → q) (q → r) ∧ p ∧ (p → q) → r
V V V V V V V
V V F F V F V
V F V V F F V
V F F V F F V
F V V V V F V
F V F F V F V
F F V V V F V
F F F V V F V

Por la tabla de verdad se verifica que (q → r) ∧ p ∧ (p → q) ⇒ r, con lo cual el argumento es


válido. 
62 Capítulo 3. Argumentación lógica

3.3.2 Prueba por equivalencias lógicas


Este tipo de prueba también fue usada en los Ejemplos 3.6 y 3.8. Como se recordará, la idea es
emplear las leyes de equivalencia lógica (Tabla 2.2) para establecer que
p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → q ≡ V,
pues lo anterior comprueba que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → q es una tautología y por tanto el argumento
asociado es válido.
Ejemplo 3.11 Demuestre que (s → t) ∧ ¬t ⇒ ¬s, usando leyes de equivalencia lógica.

FT
(s → t) ∧ ¬t → ¬s Justificación
≡ ¬[(s → t) ∧ ¬t] ∨ ¬s Ley para la →
≡ [¬(s → t) ∨ ¬(¬t)] ∨ ¬s Ley de De Morgan para ∧
≡ [¬(s → t) ∨ t] ∨ ¬s Doble negación
≡ ¬(s → t) ∨ (t ∨ ¬s) Ley asociativa para ∨
≡ ¬(s → t) ∨ (¬s ∨ t) Ley conmutativa para ∨
≡ ¬(s → t) ∨ (s → t) Ley para la →
≡V Ley del tercero excluido
A
Hemos demostrado que (s → t) ∧ ¬t → ¬s ≡ V, lo cual quiere decir que hemos comprobado
que (s → t) ∧ ¬t ⇒ ¬s y por lo tanto podemos afirmar que el argumento s → t, ¬t ∴ ¬s es
válido. 

ATENCIÓN
Note que la prueba de validez presentada en el ejemplo anterior corresponde
a la prueba de validez de la regla de inferencia lógica del modus tollendo tollens.
DR
3.3.3 Prueba por argumentación directa
En este tipo de prueba se aplican, de manera sucesiva, leyes de equivalencia y/o reglas de inferencia
sobre las premisas y sobre las nuevas proposiciones obtenidas por la aplicación de dichas leyes y/o
reglas; con la idea de obtener la conclusión del argumento. La aplicación de las leyes y/o reglas
garantiza que cada nueva proposición es consecuencia lógica de las premisas. Por lo tanto, cuando
se obtiene la conclusión del argumento, se puede afirmar que la misma es consecuencia lógica de
las premisas y así, el argumento dado es válido.

La prueba por argumentación directa puede compararse con una partida de ajedrez: Las
premisas del argumento representan una configuración inicial del tablero. Asumamos que dicha
configuración inicial es válida6 . Encontrar la conclusión del argumento es equivalente a realizar el
jaque mate al rey contrario y cada vez que se mueve una pieza se debe seguir una regla de juego
válida. En nuestra analogía, realizar un movimiento válido sobre una pieza significa la aplicación de
una ley de equivalencia o una regla de inferencia sobre las proposiciones presentes en el argumento.

En el ajedrez, cada vez que se mueve una pieza se obtiene una nueva configuración en el tablero
de juego, y sobre esta nueva configuración se pueden aplicar otros movimientos válidos hasta lograr
6 Por ejemplo, no es posible tener tres caballos de un mismo color en el tablero
3.3 Métodos para probar validez 63

el jaque mate. Lo mismo ocurre con la prueba por argumentación directa, cada vez que se aplica
una ley de equivalencia o regla de inferencia, se obtiene una conclusión parcial y luego es posible
aplicar otras leyes o reglas hasta obtener la conclusión del argumento. Veamos un ejemplo sencillo.
Suponga que desea probar la validez del siguiente argumento:

p1 : p → (¬s → q)
p2 : ¬(r → s)
(3.13)
p3 : r → p
∴ p∧q

FT
IMPORTANTE
Antes de iniciar una prueba de validez, lo conveniente es asegurarse que
las premisas del mismo son consistente. Para el argumento (3.13) en efecto las premisas son
consistentes. Una combinación de valores de verdad de p, q, r y s que lo garantiza es:

p q r s p → (¬s → q) ¬(r → s) r→p


V V V F V V V

Veamos en la Tabla 3.9 las “jugadas” que nos permitirán logran un jaque mate, es decir, las
veamos cómo hallar p ∧ q (conclusión del argumento).
A Conclusión ¿Cómo obtenerla?
Paso Proposición Regla y/o Ley
1) Hallar p Por resolver
I p∧q 2) Hallar q Por resolver
3) p∧q Conjunción entre 1) y 2)
1) r→p Premisa p3
II p 2) Hallar r Por resolver
DR
3) (r → p) ∧ r Conjunción entre 1) y 2)
4) p Modus ponens en 3)
1) ¬(r → s) Premisa p2
2) ¬(¬r ∨ s) Ley para la → en 1)
III r 3) ¬(¬r) ∧ ¬s Ley de De Morgan para ∨ en 2)
4) r ∧ ¬s Doble negación en 3)
5) r Simplificación en 4)
1) p → (¬s → q) Premisa p1
2) p ∧ ¬s → q Ley de Exp/Imp. en 1)
VI q 3) Hallar p ∧ ¬s Por resolver
4) (p ∧ ¬s → q) ∧ (p ∧ ¬s) Conjunción entre 2) y 3)
5) q Modus ponens en 4)
1) Hallar p Ver II
2) Hallar ¬s Por resolver
V p ∧ ¬s 3) p ∧ ¬s Conjunción entre 1) y 2)
1) r ∧ ¬s Paso 4 de III
VI ¬s
2) r Simplificación en 1)

Tabla 3.9: Jugadas para hallar la conclusión del argumento (3.13)


64 Capítulo 3. Argumentación lógica

En el primer renglón de la Tabla 3.9 (identificada por I) está la descripción de la “jugada” que
nos permitirá construir esa proposición. Note que la estrategia elegida7 requiere de “dos jugadas
adicionales”: Una para hallar p (renglón II) y otra para hallar q (renglón V I).
No olvide que en este punto debemos lograr que tanto p como q sean consecuencia lógica de
las premisas del argumento. Es decir, tanto p como q son conclusiones parciales que debemos
derivar para luego obtener la conclusión del argumento original. Es claro que para hallar estas
proposiciones debemos realizar “otras jugadas intermedias”. Por ejemplo, en la Tabla 3.9 se observa
que r es una conclusión intermedia para hallar p, mientras que p ∧ ¬s es una conclusión intermedia
para hallar q. No es necesario mostrar con tanto detalle cada jugada. En este primer ejemplo, los

FT
detalles son presentados para que el lector se familiarice con la prueba. De hecho, la prueba formal
de validez que presentaremos se reducirá a una versión compacta de las pasos descritos en la Tabla
3.9. Más aún, luego de realizar unas cuantas pruebas de validez, el lector notará que las tablas de
análisis se “armarán” automáticamente en su cabeza, tal y como le suele ocurrir a un jugador de
ajedrez con un mínimo de experiencia.
Cabe señalar que el análisis presentado en la Tabla 3.9 es sólo una forma de estructurar la
prueba, es decir, existen otras formas de análisis e incluso el lector puede idear alguna otra que le
parezca más adecuada. Por ejemplo, la Figura 3.2 es una versión gráfica, mucho más compacta, del
análisis realizado en la Tabla 3.9, en dicha figura las premisas originales están resaltadas en azul,
las conclusiones parciales en verde; mientras que la conclusión final del argumento en rojo.
A
DR

Fig. 3.2: Esquema gráfico de la prueba del argumento (3.13)

Ahora describiremos el formato que emplearemos en el resto del libro para presentar una prueba
formal de validez que, como ya mencionamos, es un resumen del análisis realizado. La prueba
7 No necesariamente es la única jugada
3.3 Métodos para probar validez 65

formal consta de una tabla con tres columnas tituladas Paso, Proposición y Justificación: En cada
paso de la prueba, se debe indicar qué proposición se obtuvo. Así mismo, se debe justificar qué
ley y/o regla lógica se aplicó para obtener dicha proposición y se debe indicar sobre cuál o cuáles
proposiciones8 se está aplicando la mencionada ley y/o regla. Los primeros pasos de la prueba de
validez siempre serán las premisas del argumento. En la Tabla 3.10 se presenta una prueba formal
de validez para el argumento (3.13). Compare esta prueba con el análisis previamente realizado.

Paso Proposición Justificación


1) p → (¬s → q) Premisa 1

FT
2) ¬(r → s) Premisa 2
3) r→p Premisa 3
4) ¬(¬r ∨ s) Ley para la → en 2)
5) ¬(¬r) ∧ ¬s Ley de De Morgan para ∨ en 4)
6) r ∧ ¬s Doble negación en 5)
7) r Simplificación en 6)
8) (r → p) ∧ r Conjunción entre 3) y 7)
9) p Modus ponens en 8)
10) p ∧ ¬s → q Ley de Exp/Imp en 1)
11) ¬s Simplificación en 6)
A 12) p ∧ ¬s Conjunción entre 9) y 11)
13) (p ∧ ¬s → q) ∧ (p ∧ ¬s) Conjunción entre 10) y 12)
14) q Modus ponens en 13)
15) p∧q Conjunción entre 9) y 14)

Tabla 3.10: Prueba formal de validez del argumento (3.13)


DR
ATENCIÓN
La Tabla 3.10 representa una prueba formal de validez: puede haber más de
una. En el ajedrez ocurre lo mismo: No existe un único camino para llegar al jaque mate.

La prueba por argumentación directa puede usarse para establecer la inconsistencia de un


conjunto de premisas. De la Sección 3.1 sabemos que un conjunto de premisas p1 , p2 , . . . , pn será
inconsistente si se logra probar la validez de
p1 , p2 , . . . , pn ∴ c
donde c es una contradicción. Esta prueba de validez puede realizarse por argumentación directa.
Por ejemplo, la prueba por argumentación directa presentada en la Tabla 3.11 nos permite asegurar
que las premisas


 p1 : p → q
p2 : q → r

(3.14)
p : s → ¬r
 3


p4 : p ∧ s
son inconsistentes, pues p1 ∧ p2 ∧ p3 ∧ p4 ⇒ r ∧ ¬r y claramente r ∧ ¬r es una contradicción.

8 Proposiciones obtenidas en pasos anteriores de la prueba.


66 Capítulo 3. Argumentación lógica

Paso Proposición Justificación


1) p→q Premisa 1
2) q→r Premisa 2
3) s → ¬r Premisa 3
4) p∧s Premisa 4
5) s Simplificación en 4)
6) (s → ¬r) ∧ s Conjunción entre 3) y 5)

FT
7) ¬r Modus ponens en 6)
8) (p → q) ∧ (q → r) Conjunción entre 1) y 2)
9) p→r Silogismo disyuntivo en 8)
10) p Simplificación en 4)
11) (p → r) ∧ p Conjunción entre 9) y 10)
12) r Modus ponens en 11)
13) r ∧ ¬r Conjunción entre 12) y 7)

Tabla 3.11: Prueba de la inconsistencia de las premisas (3.14)

Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716)


A Luego de Aristóteles, se considera que el siguiente gran
avance en lógica estuvo a manos del matemático y filósofo
Alemán, Gottfried Wilhelm Leibniz con dos ideas impor-
tantes: Characteristica universalis y Calculus Ratiocinator.
Leibniz tuvo la idea de crear un lenguaje universal y formal
que permitiese expresar ideas matemáticas (y científicas en
general); ese lenguaje se conoce como Characteristica uni-
versalis. Esa idea empezó a figurase en uno de los primeros
DR
trabajo formales en matemáticas de Leibniz: Disertación ac-
erca del arte combinatorio, publicada en 1666 (Leibniz con-
taba con apenas 20 años). Conviene comentar que cuando
Leibniz escribió este trabajo se encontraba cursando estudios
de derecho. Como dato curioso, en la Disertación, Leibniz
incluyó una demostración sobre la existencia de Dios.
Por otro lado, con el Calculus Ratiocinator Leibniz pretendió crear un marco universal para
realizar inferencias lógicas a través de un proceso mecánico (algoritmo).
Para Leibniz, algunos silogismos podían escribirse mediante ecuaciones matemáticas con
lo cual, derivar la conclusión de las premisas era algo que sencillamente obedecía a ma-
nipulaciones algebraicas. Tomemos por ejemplo el silogismo sobre los hombres, griegos y
mortales. Para Leibniz, este silogismo es de la forma

Todos los B son C y se puede representar medi- (1) B = BC


Todos los A son B ante ecuaciones: (2) A = AB
∴ Todos los A son C ∴ A = AC

Ahora bien, observe que al sustituir (1) en (2) se obtiene que A = ABC; lo cual, por
la asociatividad de la multiplicación, se puede escribir como A = (AB)C pero de (2)
se sabe que AB = A; y por tanto se concluye que A = AC. Y como Leibniz dijo:
3.3 Métodos para probar validez 67

la inferencia de la conclusión se realizó por manipulaciones algebraicas, , ver [3].


Esta idea de Leibniz era realmente novedosa, pues ya no se estudiaba la validez de
los silogismos de forma particular sino que se lograba mediante un proceso mecánico.

Conviene señalar que Leibniz no solo se dedicó al estudio de la lógica


sino que cultivó muchas otras áreas del conocimiento humano. Entre
sus grandes logros figura nada más y nada menos que la creación del

FT
Cálculo Infinitesimal. Este trabajo lo desarrolló de forma independi-
ente a Isaac Newton (1642-1727) y no está demás decir que Leibniz
y Newton mantuvieron una dura polémica por llevarse el crédito del
descubrimiento. Hoy día se atribuye a ambos, pero la notación que
actualmente usamos es la deZ Leibniz. La de Newton es mucho más compleja. El famoso
símbolo para las integrales , se lo debemos a Leibniz. Por otro lado, Leibniz perfeccionó
el Sistema de Cálculo Binario (actualmente usado por las computadoras). Leibniz también
sugirió la posibilidad de construir una maquina que pudiese chequear la validez de una
deducción lógica, idea que luego fue seguida por Charles Babbage (1792-1871) uno de
los precursores en el diseño de computadores. En Filosofía, Leibniz desarrolló una gran
cantidad de ideas, muchas de ellas influidas por su gran optimismo llegando incluso a afirmar
que Vivimos en el mejor de todos los mundos posible; lo cual le acarreó gran cantidad de
A
criticas de personas muy influyentes, como por ejemplo el gran filósofo francés Voltaire
(1694-1778) quien escribió un cuento llamado Cándido, el optimista que era una sátira hacia
la filosofía de Leibniz.

3.3.4 Prueba condicional


La prueba condicional se aplica cuando la conclusión del argumento es una proposición condicional.
Específicamente, suponga que se quiere probar la validez de un argumento con la siguiente
estructura,
DR
(3.15) p1 , p2 , . . . , pn ∴ q → s
Asumiendo todas las premisas verdaderas, es decir, asumiendo consistencia en las premisas,
analizaremos con detalle el argumento (3.15). Note que si la proposición q es falsa entonces q → s
es verdadera, independientemente del valor de verdad de s y bajo este escenario, (3.15) es un
argumento válido:
f alsa
z}|{
p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → ( q → s) .
| {z } | {z }
verdad verdad
Ahora bien, si todas las premisas son verdaderas y q es una proposición verdadera, el valor de
verdad de s indica la validez o no del argumento (3.15):
• Si s es falsa, el argumento es inválido:
verdad f also
z}|{ z}|{
p ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → ( q → s ) .
|1 {z } | {z }
verdad f also

• Si s es verdadera, el argumento es válido:


verdad verdad
z}|{ z}|{
p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn → ( q → s ) .
| {z } | {z }
verdad verdad
68 Capítulo 3. Argumentación lógica

Teniendo en cuenta los comentarios anteriores asumamos q verdadera (pues como ya dijimos si q
es falsa entonces (3.15) es válido); y consideremos un nuevo argumento:

(3.16) p1 , p1 , . . . , pn , q ∴ s

FT
En (3.16) la proposición q, que es el antecedente de la conclusión de (3.15), es una nueva premisa;
mientras que s, que es el consecuente de la conclusión de (3.15), es la nueva conclusión. En (3.16)
es claro que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn ∧ q es una proposición verdadera, por lo tanto, si se logra probar que
p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn ∧ q ⇒ s (argumento válido) se está garantizando que s es verdadera, lo que a su
vez nos garantizaría que (3.15) es un argumento válido.

ATENCIÓN
Resumiendo, para probar la validez de (3.15) se procede como sigue:
1. Se asume a la proposición q como verdadera.
2. Se construye el argumento (3.16).
3. Se prueba la validez (invalidez) de (3.16):
Si (3.16) resulta válido (inválido), entonces (3.15) también será válido (inválido).
A
Note que cualquiera de los métodos de prueba pueden emplearse para establecer la validez
de (3.16).

A manera de ejemplo, probemos la validez de


DR
p1 : p → q ∨ r
p2 : ¬q
(3.17)
p3 : ¬p → s
∴ ¬r → ¬p ∧ s

usando la prueba condicional. En primer lugar se construye, a partir de (3.17), el argumento alterno

(3.18) p1 ∧ p2 ∧ p3 ∧ ¬r ∴ ¬p ∧ s,

es decir, para crear (3.18) se asume a ¬r como una nueva premisa, que será denominada premisa
condicional, y ahora el objetivo es concluir ¬p ∧ s. Se empleará la prueba por argumentación
directa para probar la validez. En la Tabla 3.12 se da un esquema de prueba para el argumento
(3.18). Este esquema es menos detallado y por tanto más simple que los presentados anteriormente.
3.3 Métodos para probar validez 69

Conclusión
¿Cómo obtenerla?
buscada
I ¬p ∧ s ¬p, s ⇒ ¬p ∧ s por Conjunción

Al hallar ¬(q ∨ r) y usando p1 :


II ¬p (p → q ∨ r) ∧ ¬(q ∨ r) ⇒ ¬p
por Conjunción y Modus tollens

¬q, ¬r ⇒ ¬q ∧ ¬r por Conjunción

FT
III ¬(q ∨ r)
¬q ∧ ¬r ≡ ¬(q ∨ r) por Ley de De Morgan para ∨
IV ¬q Premisa p2

V ¬r Premisa condicional

Al hallar ¬p y usando p3 :
VI s
(¬p → s) ∧ ¬p ⇒ s por Modus ponens
V II ¬p Ver II

Tabla 3.12: Esquema de prueba para el argumento (3.18)

En el Tabla 3.13 se presenta la prueba formal de validez del argumento (3.17) que claramente
A
está basada en el esquema de prueba presentado para el argumento alterno.

Paso Proposición Justificación


1) p → q∨r Premisa 1
2) ¬q Premisa 2
3) ¬p → s Premisa 3
4) ¬r Premisa condicional
DR
5) ¬q ∧ ¬r Conjunción entre 2) y 4)
6) ¬(q ∨ r) Ley de De Morgan para ∨ en 5)
7) (p → q ∨ r) ∧ ¬(q ∨ r) Conjunción entre 1) y 6)
8) ¬p Modus tollens en 7)
9) (¬p → s) ∧ ¬p Conjunción entre 3) y 8)
10) s Modus ponens en 9)
11) ¬p ∧ s Conjunción entre 8) y 10)
12) ¬r → ¬p ∧ s Prueba condicional

Tabla 3.13: Prueba formal de validez del argumento (3.17) mediante al argumento (3.18)

Hemos colocado la premisa condicional exactamente después de las premisas originales del
argumento pero esto no es necesario, pues la premisa condicional se puede agregar en cualquier paso
de la prueba. Por otro lado, note que en el paso 11 de la Tabla 3.13 se obtuvo la proposición ¬p ∧ s,
que es la conclusión del argumento alterno (3.18) y que también es el consecuente de la conclusión
del argumento original (3.17). Así mismo, observe que en el paso final de la demostración se colocó
la conclusión del argumento inicial y este paso se justifica mediante la prueba condicional. Esto
último es un formalismo para no perder de vista a la conclusión del argumento inicial.
70 Capítulo 3. Argumentación lógica

ATENCIÓN
En lo sucesivo sólo se colocará la prueba formal de validez. Sólo se presen-
tarán partes parciales del esquema de prueba en caso de ser necesario para aclarar algún
punto de interés.

Por un momento considere este contexto: Suponga que está en medio de una prueba de validez
usando cualquier método de prueba de su preferencia. Ahora suponga que una de las conclusiones
parciales que usted requiere para continuar el desarrollo de la prueba es una proposición condicional.

FT
La pregunta es, ¿puede usted usar la prueba condicional para continuar?. La respuesta es SI. Con
algunos ejemplos explicaremos mejor la respuesta. Considere el argumento:

p1 : p → q
p2 : p ∧ q → r ∨ s
(3.19) p3 : r ∨ s → ¬t
p4 : (p → ¬t) → u
∴u

La conclusión de este argumento es u y una forma de hallarla es derivando la conclusión parcial


p → ¬t para luego aplicar la regla del modus ponens con la premisa p4 , es decir,

((p → ¬t) → u) ∧ (p → ¬t) ⇒ u.


A | {z
p4
} | {z }
conclusión
parcial

Dado que la conclusión parcial que se desea obtener es una proposición condicional, es posible
asumir al antecedente p como premisa condicional y el nuevo objetivo es lograr que el consecuente
¬t sea consecuencia lógica de las premisas iniciales y de la nueva premisa agregada al argumento.
En la Tabla 3.14 se muestra la prueba completa.
DR
Paso Proposición Justificación
1) p→q Premisa 1
2) p∧q → r∨s Premisa 2
3) r ∨ s → ¬t Premisa 3
4) (p → ¬t) → u Premisa 4
5) p Premisa condicional
6) q Modus ponens entre 1) y 5)
7) p ∧ q → ¬t Silogismo hipotético entre 2) y 3)
8) p∧q Conjunción entre 5) y 6)
9) ¬t Modus ponens entre 7) y 8)
10) p → ¬t Prueba condicional
11) ((p → ¬t) → u) ∧ (p → ¬t) Conjunción entre 4) y 10)
12) u Modus ponens en 11)

Tabla 3.14: Prueba formal de validez del argumento (3.19)


3.3 Métodos para probar validez 71

ATENCIÓN
Preste atención al paso 6 de la prueba anterior. Note que hemos indicado los
pasos donde se encuentran las proposiciones sobre las cuales se aplica la regla de inferencia.
Con lo anterior evitamos conjunciones innecesarias.

Conviene mencionar que, dentro de una prueba condicional es posible utilizar otra prueba
condicional para derivar una conclusión parcial. Veamos un ejemplo muy simple, para ello
considere el siguiente argumento:

FT
p1 : p ∧ q → r
(3.20)
∴ p → (q → r)

Dado que la conclusión es p → (q → r) es posible emplear la prueba condicional que nos permite
asumir p como una nueva premisa del argumento y nuestra conclusión parcial será q → r. Ahora
bien, dado que la nueva conclusión parcial es un condicional, es posible volver a aplicar la prueba
condicional y en ese caso, q será una nueva premisa y la nueva conclusión parcial será r. Es decir,
nuestro argumento alterno es:

p1 : p ∧ q → r
p2 : p Premisa condicional 1
p3 : q Premisa condicional 2
A ∴r

y claramente la prueba del argumento alterno es muy simple, ver la Tabla 3.15.

Paso Proposición Justificación


1) p∧q → r Premisa 1
2) p Premisa condicional 1
3) q Premisa condicional 2
DR
4) p∧q Conjunción entre 2) y 3)
5) r Modus ponens entre 1) y 4)
6) q→r Prueba condicional 2
7) p → (q → r) Prueba condicional 1

Tabla 3.15: Prueba formal de validez del argumento (3.20)

Para concluir quisiéramos hacer algunos comentarios generales sobre la equivalencia existente
entre los argumentos (3.16) y (3.15). Hasta ahora es bastante claro que la validez (invalidez) de
(3.16) garantiza la validez (invalidez) de (3.15) pero más aún, el recíproco también es cierto; es
decir, la validez (invalidez) de (3.15) garantiza la validez (invalidez) de (3.16). Para establecer
ambas equivalencias, sin involucrar posibles valores de verdad de las proposiciones involucradas en
los argumentos, considere la siguiente notación.
Notación 3.2 Sean p1 , p2 , . . . , pn proposiciones cualesquiera. La conjunción de dichas proposi-
n
ciones (p1 ∧ p2 ∧ . . . ∧ pn ) se denotará por ∧ pi .
i=1
72 Capítulo 3. Argumentación lógica

Teniendo en cuenta la nueva notación, se puede probar (ver la Tabla 3.16), que
n n
(3.21) ∧
i=1
pi → Q ≡ ∧ pi → (p j → Q)
i=1
j6=i

n
∧ pi → Q
i=1
Justificación
n

FT
≡ ∧ pi ∧ p j → Q
i=1
Definición de ∧
j6=
i 
n
≡ ¬  ∧ pi ∧ p j  ∨ Q Ley para la →
i=1
 j6=i 
n
≡ ¬ ∧ pi ∨ ¬p j  ∨ Q Ley de De Morgan para ∧
i=1
j6=i
n
≡ ¬ ∧ pi ∨ (¬p j ∨ Q) Ley asociativa para ∨
i=1
j6=i
n
≡ ¬ ∧ pi ∨ (p j → Q) Ley para la →
i=1
j6=i
A ≡
n
∧ pi → (p j → Q) Ley para la →
i=1
j6=i

Tabla 3.16: Prueba de la equivalencia (3.21)


Ahora bien, note que la equivalencia (3.21) nos permite asegurar que
(3.22) p1 , . . . , pn ∴ Q
DR
y
(3.23) p1 , . . . , p j−1 , p j+1 , . . . , pn ∴ p j → Q,
son en realidad el mismo argumento, independientemente de los valores de verdad de las proposi-
ciones p1 , . . . , pn (premisas) y de Q (conclusión). Teniendo en cuenta esta afirmación, considere el
siguiente ejemplo.

Ejemplo 3.12 Demuestre que la regla del dilema constructivo, enunciada en la Tabla 3.6 como
(p → q)∧(r → s)∧(p∧r) ⇒ q∧s, se puede escribir como (p → q)∧(r → s) ⇒ (p∧r) → (q∧s).

La formulación original de la regla nos permite asegurar la validez de

(3.24) (p → q), (r → s), (p ∧ r) ∴ q ∧ s .


| {z } | {z } | {z } |{z}
p1 p2 p3 Q

Ahora bien, este último argumento tiene la forma (3.22) y su validez nos garantiza la validez de:

p2 , p3 ∴ p1 → Q
p1 , p3 ∴ p2 → Q
p1 , p2 ∴ p3 → Q
3.3 Métodos para probar validez 73

que no son más que tres posibles argumentos de la forma (3.23), obtenidos a partir de (3.24).
Note que el último de estos argumentos nos permite afirmar que

(3.25) (p → q) ∧ (r → s) ⇒ p ∧ r → q ∧ s .
| {z } | {z } |{z} |{z}
p1 p2 p3 Q

Un análisis similar se puede realizar para la forma alterna del dilema constructivo (p →
q) ∧ (r → s) ∧ (p ∨ r) ⇒ q ∨ s, y para las reglas del dilema destructivo. 

FT
ATENCIÓN
Algunos autores formulan la regla del dilema constructivo como (3.25).
Hemos preferido la formulación (3.24) pues nos parece más intuitiva, sobre todo si el lector
desea hacer uso de un ejemplo en lenguaje natural para ayudarse a comprender el por qué
de la validez del dilema constructivo.

Para finalizar esta sección quisiéramos comentar que si bien es cierto que la prueba condicional
es un mecanismo útil para derivar conclusiones condicionales, iniciales o parciales, su uso no es
mandatorio. Por ejemplo, en la Tabla 3.17 presentamos una prueba directa alterna para el argumento
(3.19).

Paso Proposición Justificación


A 1) p→q Premisa 1
2) p∧q → r∨s Premisa 2
3) r ∨ s → ¬t Premisa 3
4) (p → ¬t) → u Premisa 4
5) p ∧ q → ¬t Silogismo hipotético entre 2) y 3)
6) q ∧ p → ¬t Ley conmutativa para ∧ en 5)
DR
7) q → (p → ¬t) Ley de Exp/Imp en 6)
8) p → (p → ¬t) Silogismo hipotético entre 1) y 7)
9) p ∧ p → ¬t Ley de Exp/Imp en 8)
10) p → ¬t Ley de identidad para ∧ en 9)
11) u Modus ponens entre 4) y 10)

Tabla 3.17: Prueba de validez alterna para el argumento (3.19)

3.3.5 Prueba por reducción al absurdo


En la prueba condicional, la validez o invalidez de un argumento inicial se demostraba construyendo
un razonamiento alterno. La misma idea se usará en la prueba por reducción al absurdo. Como
punto de partida considere el argumento inicial:
(3.26) p1 , p2 , . . . , pn ∴ Q
Recuerde que nos concentraremos en el caso en que todas las premisas son verdaderas, pues si al
menos una de ellas es falsa, necesariamente el argumento inicial es válido. Así que, supongamos
que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn es una proposición verdadera y además considere el siguiente razonamiento
alterno:
(3.27) p1 , p2 , . . . , pn , ¬Q ∴ c
74 Capítulo 3. Argumentación lógica

donde c es una contradicción, es decir, c ≡ F. Observe que (3.27) posee una premisa adicional: la
negación de la conclusión del argumento inicial. Si se logra establecer que (3.27) es un argumento
válido, es decir, si se logra probar que la proposición

(3.28) p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn ∧ ¬Q → |{z}
c
f also

es una tautología, necesariamente debe ocurrir que el antecedente de (3.28) es falso. Ahora bien,
en vista que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn es una proposición verdadera podemos afirmar que ¬Q es falsa, es

FT
decir, Q es una proposición verdadera; y por tanto se concluye que el argumento inicial (3.26)
es válido. De la misma manera, si (3.27) es inválido, entonces el antecedente de (3.28) debe ser
verdadero, es decir, que p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn ∧ ¬Q debe ser verdadera; de donde se desprende que
¬Q es verdadera y por tanto Q es falsa; con lo cual se concluye que el argumento inicial es inválido.

Tenga en cuenta que, todo el análisis anterior se desprende con mucha más elegancia de la
siguiente equivalencia lógica9
n n
(3.29) ∧
i=1
pi → Q ≡ ∧ pi ∧ ¬Q → c
i=1

donde c es una contradicción; puesto que (3.29) nos permite afirmar que (3.26) y (3.27) son en
realidad el mismo argumento.
A n
∧ pi ∧ ¬Q → c Justificación
i=1
n
 
≡ ¬ ∧ pi ∧ ¬Q
i=1
∨c Ley para la →
n
 
≡ ¬ ∧ pi ∧ ¬Q
i=1
Ley de identidad para ∨
n
≡ ¬ ∧ pi ∨ ¬(¬Q) Ley de De Morgan para ∧
DR
i=1
n
≡ ¬ ∧ pi ∨ Q Doble negación
i=1
n
≡ ∧ pi → Q
i=1
Ley para la →

Tabla 3.18: Prueba de la equivalencia (3.29)

A manera de ejemplo, usemos la prueba por reducción al absurdo para demostrar la validez

p1 : p → q
p2 : r ∨ ¬q
(3.30)
p3 : ¬(p ∧ r)
∴ ¬p

En este caso se asume el negado de la conclusión como una nueva premisa, es decir, p será una
nueva premisa ya que ¬(¬p) ≡ p. Ahora debemos probar que esta nueva premisa junto con las
premisas iniciales implican lógicamente una contradicción. La prueba completa de validez se
encuentra en la Tabla 3.19, suponiendo que deseamos concluir r ∧ ¬r.

9 Tenga en cuenta la notación definida en 3.2


3.3 Métodos para probar validez 75

Paso Proposición Justificación


1) p→q Premisa 1
2) r ∨ ¬q Premisa 2
3) ¬(p ∧ r) Premisa 3
4) p Premisa 4 (Negación de la conclusión)
5) q Modus ponens entre 1) y 4)
6) r Silogismo disyuntivo entre 2) y 5)

FT
7) ¬p ∨ ¬r Ley de De Morgan para ∧ en 3)
8) ¬r Silogismo disyuntivo entre 7) y 4)
9) r ∧ ¬r Conjunción entre 8) y 11) Contradicción
10) ¬p Prueba por reducción al absurdo

Tabla 3.19: Prueba formal de validez del argumento (3.30)

IMPORTANTE
En la prueba del argumento (3.30) se obtuvo la contradicción r ∧ ¬r, más
sin embargo es importante destacar que cualquier otra contradicción sirve para probar la
validez del argumento. Por ejemplo, considere esta demostración alterna, también por
reducción al absurdo:

Paso
A Proposición Justificación
1) - 6) Mismos pasos de la prueba 3.19
7) p∧r Conjunción entre 4) y 6)
8) (p ∧ r) ∧ ¬(p ∧ r) Conjunción entre 7) y Premisa 3 Contradicción
9) ¬p Prueba por reducción al absurdo
DR
Tercer excluido, reducción al absurdo e intuicionismo

La prueba por reducción al absurdo (RAA) está estrechamente ligada al principio del tercero
excluido:

Si una proposición afirma algo y existe otra proposición que la contradice, una
de las dos debe ser verdadera y una tercera opción no es posible

Dado el argumento p1 , p2 . . . , pn ∴ Q y asumiendo todas las premisas verdaderas; la prueba


por RAA se reduce a probar la validez de p1 , p2 , . . . , pn , ¬Q ∴ c, donde c ≡ F. La validez de
este último argumento nos asegura que P ∧ ¬Q → c ≡ V; y por tanto P ∧ ¬Q ≡ F, donde
P : p1 ∧ p2 ∧ · · · ∧ pn ; Recuerde que P ≡ V. Más aún,

F ≡ P ∧ ¬Q ≡ V ∧ ¬Q ≡ ¬Q

Es decir, lo único que podemos asegurar es que ¬Q ≡ F. Ahora bien, por el principio del
tercero excluido sabemos que, dadas Q y ¬Q una de ellas debe ser verdadera y no hay una
tercera opción; con lo cual, si ¬Q ≡ F, podemos entonces concluir sin dudas que Q ≡ V;
y esto último nos garantiza la validez del argumento inicial. Pero dos preguntas de interés
surgen:
76 Capítulo 3. Argumentación lógica

¿Qué ocurre si en efecto es posible una tercera opción?


¿Qué ocurre si lo que estamos tratando de probar es la misma existencia de Q?

Estas criticas fueron son analizadas por el matemático y filósofo holandés,


Luitzen Egbertus Jan Brouwer (1881-1966); quien fue el fundador
de una filosofía sobre los fundamentos de la matemática llamada In-

FT
tuicionismo. Para los intuicionistas, la mente humana crea objetos
matemáticos y solo al presentar una forma rigurosa de construcción del
mismo, se puede afirmar que dicho objeto existe. Por ejemplo, todos tenemos la intuición de
lo que significa el número uno (1) (tomemos esta existencia como un axioma). Ahora bien,
el siguiente número puede ser construido agregando 1 al anterior, y así sucesivamente.
Los intuicionistas rechazaban la prueba por RAA (al menos para probar existencia) pues
alegaban que suponer la no existencia de un objeto y derivar una contradicción, no es
suficiente para garantizar la existencia de dicho objeto. Como dato curioso, Brouwer
desarolló el muy conocido teorema del punto fijo de Brouwer; sin embargo, para probar la
existencia de esos llamados “puntos fijos”, Brouwer utilizó la prueba por RAA, lo cual le
llevó a rechazar su propio trabajo. Para detalles ver [2].
Conviene finalmente señalar que hoy día existen diferentes concepciones de la lógica, en las
A
cuales el principio del tercer excluido no tiene cabida. Por ejemplo, en la llamada lógica
difusa, donde los valores de verdad se distribuyen en el intervalo real [0, 1].

3.3.6 Prueba por casos


La prueba por casos se aplica cuando alguna de las premisas del argumento es una disyunción
q ∨ r, donde q y/o r pueden ser proposiciones simples o compuestas. Conviene recordar que toda
proposición obtenida luego de aplicar cualquier ley o regla de inferencia durante una prueba formal
DR
de validez, puede ser considerada como una nueva premisa del argumento. Con lo cual, si en
algún paso intermedio de una prueba formal se obtiene una proposición q ∨ r, es posible emplear la
prueba por casos para continuar con la prueba inicial. Así, sin pérdida de generalidad, considere el
siguiente argumento

(3.31) p1 , p2 , . . . , pn , (q ∨ r) ∴ s

para el cual todas las premisas se asumen verdaderas. Podemos explicar coloquialmente la prueba
por casos en estos términos: Si q ∨ r es verdadera, entonces, o bien q es verdadera o bien lo es r (o
ambas a la vez). Dado que es imposible determinar a priori cuál de ellas es verdadera, la prueba
por casos sencillamente nos garantiza que, bien sea q verdadera, o bien sea r verdadera, siempre
es posible concluir s. En términos formales, estamos afirmando que la validez de (3.31) se puede
establecer probando la validez de los dos siguientes argumentos:

Caso 1: p1 , p2 , . . . , pn , q ∴ s Caso 2: p1 , p2 , . . . , pn , r ∴ s

La prueba por casos puede explicarse mediante la regla de inferencia del dilema constructivo
sobre ciertas proposiciones. Para iniciar la discusión, simplifiquemos la notación y denotemos a las
premisas p1 , p2 , . . . , pn sencillamente por p; con lo cual, los argumentos denominados Caso 1 y
Caso 2 se pueden reescribir como p, q ∴ s y p, r ∴ s respectivamente. Suponga que en efecto
3.3 Métodos para probar validez 77

ambos argumentos son válidos, lo cual nos asegura que las proposiciones

(3.32) p∧q → s
(3.33) p ∧ r → s,

son tautologías. Ahora consideremos ciertas leyes y/o reglas lógicas aplicadas a (3.32) y (3.33), ver
la Tabla 3.20.
Paso Proposición Justificación

FT
1) p∧q → s Tautología (3.32)
2) p∧r → s Tautología (3.33)
⇒ 3) (p ∧ q → s) ∧ (p ∧ r → s) Conjunción entre 1) y 2)
⇒ 4) (p ∧ q) ∨ (p ∧ r) → s ∨ s Dilema constructivo en 3)
⇔ 5) p ∧ (q ∨ r) → s ∨ s Ley distributiva para ∧ 4)
⇔ 6) p ∧ (q ∨ r) → s Ley de idempotencia para ∨ en 5)

Tabla 3.20: Leyes y/o reglas lógicas aplicadas a (3.32) y a (3.33)

Veamos algunos comentarios sobre la Tabla 3.20:


1. La regla del dilema que hemos aplicado en el paso 4 fue la formulación (3.25) obtenida en el
A
Ejemplo 3.12.
2. Hemos colocado el símbolo ⇒ o ⇔ al lado izquierdo de la columna Paso tan sólo para
indicar si se está aplicando una regla de inferencia o una ley de equivalencia.
3. Note que el sexto paso, nos garantiza que p ∧ (q ∨ r) → s es una tautología y por tanto, el
argumento p, (q ∨ r) ∴ s es válido. O dicho con mayor detalle:

La validez de los argumentos p, q ∴ s y p, r ∴ s garantiza la validez de


DR
p, (q ∨ r) ∴ s .

4. El lector debe estar muy atento a esta otra verdad:

La validez de p, (q ∨ r) ∴ s NO garantiza la validez de p, q ∴ s y p, r ∴ s a .


a ¿Por qué?

Usemos ahora la prueba por casos para demostrar la validez del siguiente argumento:

p1 : s → t
p2 : p ∨ s
(3.34) p3 : ¬q → ¬p
p4 : q → t
∴t

En vista que la premisa p2 es una disyunción explícita, se empleará la prueba por casos. Para ello
probaremos las validez de los argumentos (3.35) y (3.36) que nos permitirá garantizar la validez de
(3.34).
78 Capítulo 3. Argumentación lógica

p1 : s → t p1 : s → t
p2 : p p2 : s
(3.35) p3 : ¬q → ¬p (3.36) p3 : ¬q → ¬p
p4 : q → t p4 : q → t
∴t ∴t

Tabla 3.21: Casos a considerar para probar la validez del argumento (3.34)

FT
Las pruebas de validez de los argumentos anteriores se encuentra en la Tabla 3.22.

Prueba del argumento (3.35) Prueba del argumento (3.36)


Paso Proposición Justificación Paso Proposición Justificación
1) s→t Premisa 1 1) s→t Premisa 1
2) p Premisa 2 2) s Premisa 2
3) ¬q → ¬p Premisa 3 3) ¬q → ¬p Premisa 3
4) q→t Premisa 4 4) q→t Premisa 4
5) (¬q → ¬p) ∧ p Conjunción 3) y 2) 5) (s → t) ∧ s Conjunción 1) y 2)
6) ¬(¬q) Modus tollens en 5) 6) t Modus ponens en 5)
7) q Doble negación en 6)
8) (q → t) ∧ q Conjunción 4) y 7)
9) t Modus ponens en 8)
A
Tabla 3.22: Pruebas de validez de los argumentos (3.35) y (3.36)

Ambas pruebas poseen varios pasos en común, por lo cual es posible realizar una prueba
resumida, ver la Tabla 3.23. Esta versión resumida es lo que se conocerá como la prueba por casos
del argumento (3.34).

Paso Proposición Justificación


DR
1) s→t Premisa 1
2) p∨s Premisa 2
3) ¬q → ¬p Premisa 3
4) q→t Premisa 4
5) p Prueba por casos, en 2)
6) ¬(¬q) Modus tollens entre 3) y 5)
7) q Doble negación en 6)
8) t Modus ponens entre 1) y en 7)
9) s Prueba por casos, en 2)
10) t Modus ponens entre 1) en 9)

Tabla 3.23: Prueba de validez por casos del argumento (3.34)

Recuerde que, tanto las pruebas mostradas en la Tabla 3.22 como la versión resumida de la
Tabla 3.23, nos garantizan que p1 ∧ p ∧ p3 ∧ p4 ⇒ t, y que p1 ∧ s ∧ p3 ∧ p4 ⇒ t; por lo tanto se
puede asegurar que p1 ∧ (p ∨ s) ∧ p3 ∧ p4 ⇒ t.

Conviene aclarar que no es mandatorio usar la prueba por casos cuando alguna de las premisas
78 Capítulo 3. Argumentación lógica

del argumento es una disyunción. Por ejemplo, para el argumento (3.34) se puede usar la prueba
directa o la prueba por reducción al absurdo. Ver las Tablas 3.24 y 3.25 respectivamente.

Paso Proposición Justificación


1) s→t Premisa 1
2) p∨s Premisa 2
3) ¬q → ¬p Premisa 3
4) q→t Premisa 4

FT
5) p→q Contraposición en 3)
6) p→t Silogismo hipotético entre 5) y 4)
7) p∨s → t ∨t Dilema constructivo entre 6) y 1)
8) p∨s → t Ley de idempotencia para ∨ en 7)
9) t Modus ponens entre 8) y 2)

Tabla 3.24: Prueba de validez del argumento (3.34) por prueba directa

Paso Proposición Justificación


1) s→t Premisa 1
2) p∨s Premisa 2
A 3) ¬q → ¬p Premisa 3
4) q→t Premisa 4
5) ¬t Premisa 5 (Negación de la conclusión)
6) ¬q Modus tollens entre 4) y 5)
7) ¬p Modus ponens entre 3) y 6)
8) ¬s Modus tollens entre 1) y 5)
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9) ¬p ∧ ¬s Conjunción entre 7) y 8)
10) ¬(p ∨ s) Ley de De Morgan para ∨ en 9)
11) (p ∨ s) ∧ ¬(p ∨ s) Conjunción entre 2) y 10) Contradicción

Tabla 3.25: Prueba de validez del argumento (3.34) por reducción al absurdo

Queremos finalizar el estudio de la prueba por casos recordando que toda proposición condi-
cional es un disyunción implícita ya que la ley para la implicación nos garantiza que p → q ≡ ¬p ∨ q.
Por lo tanto, siempre que una premisa sea un condicional, es factible aplicar la prueba por casos.
Veamos un ejemplo, probando la validez del argumento (3.37) que no posee premisas que sean
disyunciones explícitas.

(3.37) ¬q, ¬s ∧ ¬m → q, ¬q ∧ s → t, ¬q ∧ m → t ∴ t

En la Tabla 3.26 se pueden observar los 6 primeros pasos de la prueba (directa) del argumento
(3.37).

Paso Proposición Justificación


1) ¬q Premisa 1
2) ¬s ∧ ¬m → q Premisa 2
3.3 Métodos para probar validez 79

3) ¬q ∧ s → t Premisa 3
4) ¬q ∧ m → t Premisa 4
5) ¬(¬s ∧ ¬m) Modus tollens entre 2) y 1)
6) s∨m Ley de De Morgan para ∧ y Doble negación en 6)

Tabla 3.26: Seis primeros pasos de la prueba directa del argumento (3.37)

Ahora bien, en este punto podemos continuar con la prueba directa o bien se puede aplicar la

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prueba por casos ya que en el sexto paso hemos obtenido la disyunción explícita s ∨ m. Veamos en
la Tabla 3.27 la continuación usando la prueba por casos.

Paso Proposición Justificación


7) s Prueba por casos, en 6)
8) ¬q ∧ s Conjunción entre 1) y 7)
9) t Modus ponens entre 3) y 8)
10) m Prueba por casos, en 6)
11) ¬q ∧ m Conjunción entre 1) y 10)
12) t Modus ponens entre 4) y 11)

Tabla 3.27: Continuación de la demostración de la Tabla 3.26, usando prueba por casos
A
Observe que en el paso 7 de la Tabla 3.27 se asumió s como verdadera, y en el paso 9 fue
posible derivar la conclusión del argumento (proposición t). Así mismo, en el paso 10 se asumió a
m como verdadera y en el paso 12 fue posible derivar a t.

Para finalizar, en la Tabla 3.28 se puede ver la continuación de la demostración de validez del
argumento (3.37) mediante la prueba directa.
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Paso Proposición Justificación
7) (¬q ∧ s) ∨ (¬q ∧ m) → t ∨ t Dilema constructivo entre 3) y 4)
8) ¬q ∧ (s ∨ m) → t ∨ t Ley distributiva para ∧ en 7)
9) ¬q ∧ (s ∨ m) → t Ley de idempotencia para ∨ en 8)
10) ¬q → (s ∨ m → t) Ley de Exp/Imp en 9)
11) s∨m → t Modus ponens entre 10) y 1)
12) t Modus ponens entre 11) y 6)

Tabla 3.28: Continuación de la demostración de la Tabla 3.26, usando prueba directa


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A FT
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Bibliografía

[1] David M. Burton. The History of Mathematics: An Introduction, Sixth Edition, chapter 12:
A
Transition to the Twentieth Century: Cantor and Kronecker.

[2] Steven G. Krantz. The History and Concept of Mathematical Proof, 2007.

[3] Michael Walicki. The History of Mathematical Logic (vastly abbreviated and horribly simpli-
fied), 1997.
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