Comparto 'Ideas Pedagógicas de San Agustin'

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UNIVERSIDAD NIHON GAKKO

Pensamiento
pedagógico y
educativo
Las ideas
pedagógicas de
San Agustín
San Agustín
Profesora: Cynthia Paola Pereira

Alumna: Jessica Espinola

Fernando de la Mora 2023


Pensamiento
sobre la ¿Qué dice San Agustín sobre la
educación
educación?
Según San Agustín, el concepto de la
enseñanza está esencialmente ligado
al concepto del lenguaje; puede
acontecer que no todo lenguaje sea
instrucción, pero jamás se puede dar
instrucción sin lenguaje, nadie puede
enseñar sin hablar, por eso el maestro
se debe de dirigir adecuadamente.
¿Qué es la pedagogía
Pedagogía agustiniana?
Agustiniana

La pedagogía agustiniana se basa en


un proceso integral (espiritual,
intelectual, moral y de la voluntad)
encaminado a hacer emerger y
dinamizar, mediante la fuerza cognitiva
del amor, todas las potencialidades
latentes en el alumno.
Principios
Pedagógicos

Partir de las necesidades reales del Convertir al alumno en el protagonista


alumno conectando con sus de su proceso de enseñanza y
aspiraciones e inquietudes más aprendizaje, respetando y estimulando
hondas, desarrollando un aprendizaje sus singularidades y adaptándose a
reflexivo y una escucha activa. su ritmo evolutivo.

Establecer la interioridad como un eje Fomentar un modelo basado en


fundamental para desarrollar la aprender a escuchar e interrogar,
capacidad de reflexión, poniendo el haciendo conectar el interior con la
énfasis en lo positivo y buscando la realidad exterior para así modelarla,
superación de lo negativo. interactuar y transformarla.
1 1.1. Necesidades reales La acción educativa gravita sobre el alumno
y se ha de ajustar a su perfil y a sus necesidades concretas. Entran
aquí las notas diferenciales de la cultura, el momento evolutivo y el
ambiente familiar y social que acompañan y singularizan a cada
persona.
1.2. Las inquietudes más hondas La finalidad de la educación para
San Agustín es despertar el “hombre interior” en los alumnos
cuando son estimulados y cuando se provoca en ellos el interés y la
curiosidad cognoscitiva.
1.3. Aprendizaje reflexivo/ escucha activa El aprendizaje reflexivo
busca desarrollar en el alumno la capacidad del diálogo interno para
entender y asimilar los conceptos que se reciben dentro y fuera del
aula. De este modo
2.1. El alumno como protagonista Protagonista es el personaje principal de la
acción. Desde una perspectiva agustiniana el alumno es el 10 Bases

2 pedagógicas agustinianas protagonista de la acción educadora, la persona que


desempeña el papel fundamental. Protagonista en la educación no hay más que
uno: el alumno. Toca a los educadores el papel de actores secundarios.
2.2. Las singularidades y el ritmo evolutivo del alumnado La pedagogía
agustiniana considera las distintas capacidades e idiosincrasias del alumno. Se
trata de una enseñanza que se adapta a las condiciones psicológicas, culturales
y sociales de cada uno para individualizar el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Este proceso de adaptación implica claramente una pedagogía no
abstracta, sino concreta porque para san Agustín todo lo que no sea una
educación que contemple la singularidad de cada alumno será como un
mensaje sin destinatario.
Es especialmente importante para la pedagogía agustiniana la consideración de
los distintos ritmos evolutivos del alumno. Los alumnos son seres humanos que
evolucionan y se hacen a sí mismos de forma diferente cada uno de ellos, con
su propia originalidad y desde sus propios dones y limitaciones. Para San
Agustín, la educación flexible, adaptada y sobre todo diversificada es la única
respuesta ante un entorno educativo variado. El mismo san Agustín no era
partidario de dar la misma lección a todos los alumnos y menos la elaboración
de modelos de lecciones que año tras año se repiten sin cambiar nada.
3.1. La Interioridad como eje para desarrollar la capacidad de reflexión El camino agustiniano

3 de la interioridad se caracteriza por tres momentos: No salir fuera de sí mismo, volver al corazón y
trascenderse. No salgas fuera de ti, significa no renunciar a ser uno mismo a pesar de las
distracciones exteriores. La interioridad es la capacidad de reconocer y juzgar desde uno mismo los
sentimientos interiores y las situaciones exteriores que uno está viviendo. La interioridad así
comprendida no desconecta al individuo de las situaciones en las que se encuentra inmerso, sino que
profundiza la perfección de estas situaciones: se vuelve capaz de comprender cómo afecta cada
situación a su vida y a la vida de los demás y del mundo. Buscar tiempo para estar y hablar consigo
mismo, no olvidar que somos la tarea y el proyecto más importante. Vuelve al corazón, entra dentro de
ti mismo, es una invitación a la reflexión sosegada, al encuentro con la verdad de uno mismo.

La convocatoria del corazón. Porque en la interioridad es donde el ser humano juzga, busca, decide su
propio destino. El corazón es el lugar del afecto pero también de la inteligencia y el talento. Trasciéndete a
ti mismo

Trascender es empeñarse en la construcción de quien todavía no somos. Es un camino de superación. El


ser humano aprende por sí mismo, mirando en su propia interioridad, ayudado por el educador. El hecho de
que el educador, en una perspectiva agustiniana, tenga la función de “matrona” , hace que la docencia se
convierta en alumbramiento de la verdad que cada uno descubre en su interior. Así pues, la meta de la
educación es despertar personas. Una persona se suscita por una llamada, no se fabrica por domesticación.
El ser humano alcanza su madurez cuando dialoga consigo mismo y se formula en su interior la pregunta
por el sentido de su existencia; pregunta que solo tiene respuesta en el encuentro último con el verdadero
maestro, con Dios.
La pedagogía del diálogo está basada en la mayéutica socrática donde educar
quiere decir “sacar fuera”. Agustín asumió la perspectiva de Sócrates de ayudar
a dar a luz la verdad que el hombre lleva dentro de sí. Para ello presenta el
4 diálogo como herramienta pedagógica para el aprendizaje sabiendo que la
verdad se busca y se construye a través de la discusión y mediante el uso de
preguntas.

4.1. Aprender a escuchar e interrogar El alumno es un ser activo que oye, que escucha. Para la pedagogía
agustiniana es vital el juego de las preguntas en la dinámica que se establece entre el alumno y el educador.
Corresponde al educador la capacidad de entregarle a cada estudiante una especie de hilo conductor e irlo
acompañando de tal manera que, en el proceso educativo el discípulo pueda descubrir lo que ya está en su
interior y así pueda captar lo que esté a su alcance, sobre todo el descubrimiento de sí mismo y el entramado de
las múltiples relaciones que pueda establecer. Para que esta dinámica sea eficaz es importante aprender a
dialogar porque el diálogo, dentro del marco de esta pedagogía, se erige como el gran protagonista del
aprendizaje humano y la convivencia

4.2. Conectar con la realidad exterior para modelarla, interactuar y transformarla Los alumnos interiorizan todo lo que observan y todo lo
que escuchan. La pedagogía agustiniana contempla un método reflexivo de comunicación. Este se basa en la escucha activa que realizan
los alumnos con respecto a los contenidos que van recibiendo de los educadores en el desarrollo de las materias. En esta escucha activa,
el oyente atiende a la persona que habla, al educador, y dialoga activamente con él de manera que este pueda comprender el modo en
que se ha entendido su mensaje. En este proceso de comunicación, y una vez que los aprendizajes se van interiorizando, se avanza un
paso más. San Agustín nos habla de las “experiencias transformadoras”. Estas experiencias son aquellas reflexiones interiores que deben
llevar a que los alumnos vean y entiendan las conexiones entre los diferentes mecanismos que integran el aprendizaje así como el vínculo
entre los conocimientos que se van dando y la vida que les rodea.
Principios Metodológicos

Desarrollo de destrezas didácticas Fomento de la autonomía personal en el


encaminadas a despertar el interés ante aprendizaje en sintonía con el educador que se
los propios deberes, y fomentar el diálogo convierte en impulsor, facilitador y mediador
en una relación fluida educador-alumno. del entusiasmo.

Adecuación del proceso de enseñanza-


Establecimiento del amor, la alegría, el
aprendizaje a las capacidades individuales
entusiasmo y la cercanía como elementos
de todos y cada uno de los alumnos
dinamizadores de una enseñanza positiva y
atendiendo a su diversidad y desarrollando
eficiente.
su propia personalidad.

Creación de un entorno cooperativo de


aprendizaje con un alto nivel de compromiso
interpersonal que impulse las expectativas
del alumno y del educador.
Agentes de la Educación

El educador. El educador agustiniano cree en el


hombre y en sus posibilidades, se considera
mediador y, desde una perspectiva alegre, humana y El alumno. El alumno agustiniano ama la verdad y por
comprensiva, suscita el diálogo que encamina al ello la busca desde la inquietud y la libertad
alumno hacia el conocimiento, hacia la verdad. Basa responsable. Humilde y receptivo pero dialogante y
su misión en la creencia absoluta de que el amor participativo, comienza su camino en el conocimiento de
potencia el conocimiento y el conocimiento potencia sí mismo para dirigir su vida con sentido trascendente.
el amor.

El entorno. El entorno de aprendizaje agustiniano propicia un clima


de seguridad y confianza que favorece las relaciones
interpersonales, que es edificante y fomenta la implicación de toda la
comunidad educativa. Se centra en un proceso formativo basado en
la amistad, la participación, la flexibilidad y el equilibrio humano y
material mediante una “ecología educativa” necesaria, discreta y
responsable.
San Agustín ¿Quién era San Agustín?

San Agustin nacio en Tagaste(Argelia


actual) el 13 de noviembre de 354 y
murió en Hipona el 28 de agosto de
430.
Fue el pensador mas destacado del
cristianismo y de la filosofía medieval
hasta el siglo XVIII.
Principales Obras
de San Agustín

• Confesiones: Es un libro que escribió San Agustín


acerca de su juventud pecadora y de como se
convirtió al cristianismo.
• La ciudad de Dios: Es una apología del cristianismo,
en la que se confronta la Ciudad celestial a la Ciudad
pagana.

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