Unidad 3 - Compendio

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TRABAJO SOCIAL EN LÍNEA

TEORÍAS Y PROCESOS DE TRABAJO SOCIAL CON COMUNIDAD


4 créditos

Profesora Autora:

Lic. Yuliana Betzabé Vélez Ozaeta

Titulaciones Semestre

• TRABAJO SOCIAL EN LÍNEA Quinto

Tutorías: Los horarios de conferencias se indicarán en la sección Cronograma de


Actividades en el entorno virtual de aprendizaje (online.utm.edu.ec).

PERÍODO OCTUBRE 2023 – ENERO 2024


Índice

Resultado de aprendizaje de la asignatura ...................................................................... 2

Unidad 3: Método y técnicas del Trabajo Social con comunidades .................................. 2

Tema 1. Fundamentos teóricos que orientan y sustentan el método ............................... 3

Intervención comunitaria desde el Trabajo Social ......................................................... 3

Proceso metodológico de la intervención comunitaria .................................................. 7

Tema 2: Técnicas aplicadas al Trabajo Social Comunitario ........................................... 16

Trabajo Social y aplicación de técnicas ...................................................................... 16

Técnicas grupales y de participación comunitaria ....................................................... 29

Referencias Bibliográficas.............................................................................................. 37

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Resultado de aprendizaje de la asignatura
Analizar y comprender los elementos teóricos, metodológicos y técnicos del Trabajo
Comunitario, aplicándolos a las distintas realidades sociales mediante trabajos de
investigación, valorando las características, organización social y participación de los
actores sociales con propuestas de cambio hacia un desarrollo integral de la población.

Unidad 3: Método y técnicas del Trabajo Social con comunidades

Resultado de aprendizaje de la unidad: Aplicar el proceso metodológico de intervención


comunitaria a un contexto urbano o rural con sus respectivas técnicas e instrumentos.

Introducción

En esta unidad se abordan los fundamentos teóricos que orientan y sustentan el método,
el proceso metodológico de la intervención comunitaria, las técnicas aplicadas al Trabajo
Social Comunitario y de la misma forma, las técnicas grupales y de participación
comunitaria; estos temas brindarán a los estudiantes, una base de conocimientos teóricos
que les permitirá apropiarse de las herramientas teórico-metodológicas necesarias en la
solución de los problemas que el contexto comunitario les plantea.

Ejes temáticos

• Fundamentos teóricos que orientan y sustentan el método


• Proceso metodológico de la intervención comunitaria
• Técnicas aplicadas al Trabajo Social Comunitario
• Técnicas grupales y de participación comunitaria
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Tema 1. Fundamentos teóricos que orientan y sustentan el método

Intervención comunitaria desde el Trabajo Social


La intervención comunitaria desde el Trabajo Social no puede ofrecer respuestas a
necesidades, problemas y aspiraciones de manera parcial o funcional, por el contrario, es
necesaria encarar de forma la comunidad, con sus dificultades y oportunidades, desde un
enfoque estratégico y participativo concordancia con un marco Teórico-conceptual
metodológico y explicito, de contrario sería un mero activismo comunitario.

Se presenta el proceso metodológico vinculado con un Trabajo Social con comunidades


centrado en el modelo de desarrollo local estratégico, integral y sostenible. Precisar las
bases sobre las que se favorece la construcción y validación de modelos teóricos desde
la misma práctica, aspecto fundamental en la construcción de toda diciplina (Reid, 2003,
Pastor et.al,2013). Por ello necesario el proceso metodológico mediante la integración de
diferentes enfoques teóricos y metodológicos adaptando estos a la idiosincrasia del
contexto, momento, proceso de análisis e intervención y sentido de resultado de la acción
profesional.

En sentido estricto, la teoría se define por su capacidad para explicar y predecir. Es


posible, como señala Thompson (1995), categorizar la teoría mediante la distinción entre
teorías de gran, medio y corto alcance. Las primeras ofrecen explicaciones generales de
la sociedad (marxismo, psicoanálisis, sistemas); mientras que las de alcance medio tratan
de explicar campos limitados de fenómenos (desigualdades, opresión, exclusión). Por
último, las teorías de corte alcance se encuentran orientadas a explicar, conceptualizar y
dar sentido a estrategias concretas de intervención (directiva no directiva, motivación,
necesidades colectivas, oportunidad, capacidades).

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El marco teórico referencial que sustenta el proceso metodológico que se propone se basa
en la integración de diferentes enfoques teóricos y metodológicos, concretamente: la
teoría ecosistémica (teoría de sistemas, ecológica y redes sociales), la integración de las
aportaciones del enfoque de potenciación, defensa, influencia social, y poder/
capacitación y educación socializante. Actualmente se están desarrollando
fundamentalmente dos perspectivas como base teórica para el trabajo social con
comunidades:

La primera, basada en los sistemas sociales, trata sobre las interacciones funcionales de
las organizaciones, las burocracias y las comunidades, con especial énfasis en las
distintas funciones de los sistemas, la adaptación y el crecimiento, el logro de objetivos,
el mantenimiento del sistema y la integración/ cohesión.

El segundo enfoque se basa en una perspectiva ecológica que permite una visión holística
e integradora de la comunidad. Vinculado a esta última, la teoría de redes sociales nos
proporciona el marco apropiado para realizar un análisis e intervención comunitaria
integradora de los diferentes elementos y relaciones existentes o potenciales en una
comunidad.

La intervención comunitaria basada desde estos fundamentos teóricos se orienta a


satisfacer las necesidades sentidas, convirtiéndose éstas en verdaderos “motores” de la
sensibilización/ concienciación individual, grupal y comunitaria y su transferencia a una
acción colectiva. Un trabajo social con comunidades centrado en los procesos y en las
tareas de los grupos y las organizaciones comunitarias se orienta en dos direcciones:

a.- Consecución de una adecuada cohesión interna (proceso), contribuyendo a que los
grupos y las organizaciones encuentren cauces de conciliación entre objetivos y
necesidades individuales y grupales, mediante estrategias de dinámica de grupos –
intragrupales –, por tanto, orientado a la construcción de contextos competentes, a
recuperar confianzas, desarrollar la innovación, crear solidaridades, generar capacidades
y liderazgos endógenos – una red de desarrollo local.
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b.- Realización de acciones dentro de un marco temporal determinado, orientado a la
consecución de objetivos (tareas), apoyando a los grupos y organizaciones para
conseguir una productiva proyección externa, mediante estrategias intergrupales y de
influencia en procesos políticos tangibles (Pastor, 2010a, 2010b).

La planificación se basa en un marco teórico conceptual que proporciona un modelo de


intervención comunitaria orientado a transferir los conocimientos formales a las personas,
grupos y organizaciones comunitarias para que éstas adquieran las capacidades y
habilidades necesarias para:

● Identificar las causas del malestar o hechos detonantes.

● Definir las necesidades, atribuyendo significado a las causas de las dificultades.

● Buscar soluciones a sus problemas.

● Valorar y elegir la más adecuada.

● Determinar cómo se organizará la acción.

● Ejecutar lo planeado.

● Evaluar el grado de satisfacción respecto a los objetivos alcanzados.

● Innovar acciones futuras desde el aprendizaje deliberativo de lo realizado.

El empowerment comunitario

Se propone una metodología que apuesta por el cambio social sostenible a través de la
investigación-acción participativa de los actores implicados, en particular, y de la
ciudadanía, en general. Metodológicamente la acción participativa es un proceso circular
y complejo en el que, de forma espiral y continua, en cada una de las fases, se desarrolla
un proceso secuencial, deliberativo y circular de planificación/acción/obtención de
información sobre la acción desarrollada. La comunidad, grupos y organizaciones pasan
a ser sujetos activos y reflexivos-creativos de la investigación, planificación y acción social.

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Para el adecuado desarrollo de este proceso es necesario partir del estudio de las
necesidades sentidas por los miembros de la comunidad y de una continua y sincera
comunicación entre/con y para los sujetos (ciudadanos y sus representaciones). El estudio
requiere enfatizar prácticas y técnicas cualitativas que permitan el conocimiento de la
realidad social y su transformación, poniendo el acento en la participación en todo el
proceso y en el estilo del profesional en su quehacer cotidiano, de una manera sustantiva
para provocar un desarrollo verdadero, humano y sostenible. El concepto operativo del
empowerment resume y, a la vez, complejiza un modelo de intervención comunitaria
basado en los procesos de capacitación y transferencia de conocimientos, capacidades y
habilidades a la población.

El proceso de intervención comunitaria recurre a una voluntad y compromiso de


concertación; y a la creación y fortalecimiento de redes sólidas y sostenibles. Para ello es
fundamental adoptar posiciones claras y positivas del conflicto y la negociación para su
inclusión transversal. El tratamiento adecuado de los conflictos comunitarios y con las
autoridades permite el desarrollo y crecimiento de las redes comunitarias. La práctica
comunitaria requiere comprender que no todas las relaciones se basan en un objetivo e
interés compartido. Con frecuencia y normalidad, los grupos tienen objetivos opuestos o
distintos y no responderán, únicamente, mediante destrezas tales como la empatía. El/la
trabajador/a social en la intervención colectiva adopta múltiples roles para adaptarse a los
ritmos y rostros: defensor, mediador, coordinador, planificador, motivador. Todo ello
representa la versatilidad necesaria para interactuar con una comunidad compleja, donde
el trabajo social debe equiparse de un discurso integrado e integrador de las
características y dinámicas de la población, los grupos y los momentos; a la vez que con
técnicas y habilidades innovadoras que puedan contribuir a construir caminos que, con la
lógica participativa, se encuentran sin prescribir y que requieren ser competentes en el
caos del complejo universo relacional.

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Proceso metodológico de la intervención comunitaria
El proceso metodológico se presenta mediante fases centrado en el modelo de desarrollo
local estratégico, integral, sostenible y organizado, en torno a:

1. Caracterización y enlace con la comunidad

2. Análisis estratégico

3. Formulación y formalización de la intervención

4. Implementación de la propuesta de intervención comunitaria

5. Evaluación, validación y/o reformulación del modelo de intervención.

El proceso metodológico se plantea a partir de objetivos centrados en la tarea y en el


proceso. Los primeros orientados a la consecución de tareas con resultados tangibles y
los segundos vinculados a la creación e impulso de estructuras y dinámicas comunitarias
que permitan su autodeterminación, en este caso denominado “grupo/red motor del
desarrollo local”, en donde él o la Trabajadora Social está siempre detrás del equipo de
organización comunitaria.

Caracterización y enlace con la comunidad

Se propone un proceso de investigación acción sistemático, creativo/innovador


y reflexivo/deliberativo que incorpora las diversas perspectivas que configuran la realidad
social, relacional e institucional de una determinada comunidad y proporciona los
elementos suficientes para analizar e interpretar la realidad (diagnóstico), además de
facilitar la toma de decisiones para el posterior diseño de la intervención (líneas posibles
de intervención). Se diseñan unas líneas estratégicas progresivas y flexibles de
acercamiento a la realidad comunitaria en íntima relación con los actores sociales que
interactúan y construyen la comunidad que deseamos conocer. Es un estudio basado en
un conocimiento cuantitativo y cualitativo de la realidad de la comunidad, sus
interrelaciones, tendencias, centros de interés, recursos existentes y potenciales,

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potencialidades y dificultades. El reto se centra en el diseño de estrategias que permitan
la máxima diversidad en la audición, incorporando al proceso, la compleja red de actores
e interrelaciones que coexisten en la comunidad. El proceso de aproximación a las
realidades comunitarias conlleva básicamente dos estrategias simultáneas:

a. Exploración y descripción de la comunidad a través de un procedimiento indirecto de


recogida de información.

b. Identificación de las necesidades sentidas y de las redes relacionales existentes en el


territorio, articuladas mediante un proceso concreto centrado en las manifestaciones de
sus actores respecto de ésta.

En un primer momento, se elaborará un perfil de la comunidad en torno a la información


más externa (procedimiento indirecto), objetiva (haré) cuantificable y cuantificada. Para
ello se utilizarán técnicas de conocimiento como la observación y el análisis documental,
tanto de fuentes internas de los servicios (informes, demandas registradas, evaluación,
programas y proyectos realizados) como externas. Simultáneamente, se desarrollan las
entrevistas informales o contactos, lo que favorecerá la progresiva aproximación a la
información subjetiva (sofá), basada en el discurso de profesionales, personas clave,
líderes y ciudadanos, mediante técnicas más cualitativas.

Ambas actuaciones se enriquecen/ retroalimentan mutuamente, dado que el primero


permite identificar a actores y redes sociales; a la vez el contacto con éstos permitirá
identificar las necesidades sentidas y focalizar progresivamente la investigación-acción.
Impulsar un trabajo social en perspectiva comunitaria supone organizar el servicio y el
trabajo cotidiano de manera muy diferente al “tradicional”. En muchas ocasiones, existirán
obstáculos institucionales y poblaciones para estructurar el servicio y la actividad
profesional con una perspectiva comunitaria. Los responsables institucionales, grupos,
organizaciones y personas han adquirido, de manera general, una imagen del servicio y
de la actividad profesional más cercana a lo individual, paliativo y asistencial.

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Con el paso del tiempo se ha construido una representación social de nuestro rol,
cometidos y objetivos no acordes, en la mayoría de las ocasiones, a un trabajo con
dimensión comunitaria y, por ello, cuando se pretende dar un giro a este estilo profesional
se debe re-construir de “nuevo” esta imagen y expectativas desde la “palabra”, pero
también desde la “acción”. Se persigue identificar los centros de interés, oportunidades y
situaciones de dificultad que puedan convertirse en punto de partida de análisis e
intervención comunitaria. Para ello es necesario que sean percibidas/sentidas como
importantes y vitales por los propios interesados, en un doble sentido:

a) Provocar insatisfacción o malestar en la población (personas, grupos y organizaciones)

b) Ser capaces de movilizar a personas y grupos a encontrar soluciones colectivas y


provocar cambios en la realidad comunitaria.

La investigación-acción se inicia con un proceso constante de contacto con el territorio y


sus habitantes, en un doble sentido: objetivo e intersubjetivo que se conoce mediante la
aproximación directa a los espacios públicos y privados. De esta manera se puede
identificar dos objetivos generales, por una parte, los de conocimiento (tarea) y, por otra,
los de proceso. Respecto de los primeros interesa conocer: las necesidades sentidas de
la población, cómo las prioriza ella misma, las soluciones que considera para resolver las
necesidades, a quienes responsabiliza de las soluciones y a qué se compromete para
resolver esos problemas.

En relación a los objetivos de proceso se hace referencia a: iniciar la toma de conciencia


individual y colectiva acerca de las necesidades identificadas y compartidas, incorporar a
las personas al proceso de participación, desarrollar capacidades y habilidades para que
definan y prioricen necesidades y, ofrecer nuevos patrones de interrelación colectiva. En
la estrategia de aproximación, es necesario cuidar el proceso de captación y acercamiento
de/a los informantes, siendo recomendable realizarlo a través de las propias redes
sociales que configuran su contexto natural, dado que favorecerá la interacción

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conversacional y la “semilla” para crear el grupo/ red de desarrollo local, que asumirá el
proceso.

Este grupo/red de desarrollo local supone un reconocimiento y un compromiso de todos


aquellos que pueden y desean contribuir eficazmente al proyecto de acción y
transformación de la comunidad. Un grupo/red diverso (incorpora personas, grupos y
entidades dispuestas a colaborar en diferente grado), inclusivo (abierto a la incorporación
de nuevos actores en el proceso), sostenible (autogestionada por la misma red), flexible
y abierto (estructurada en torno a una red vinculada entre sí, utilizando el grupo
representativo y su conexión a las organizaciones y grupos).

Este grupo/red motor se iniciará con su presentación institucional y pública – que


reconozca la labor a desarrollar por las personas y entidades integrantes y el compromiso
de las autoridades locales para su impulso y apoyo. Se constituirá el Consejo Ciudadano,
u otro mecanismo de participación que permita la organización coordinada de la
comunidad para la acción colectiva, sobre la articulación en torno a comités-comisiones
en función de intereses y necesidades. La comunidad debe sentir que es ella y no los
profesionales, quien asume las responsabilidades.

Análisis estratégico

Supone un proceso que implica identificar y conceptualizar las necesidades sentidas por
la comunidad, sus causas y evolución a lo largo del tiempo, así como los factores
condicionantes y de riesgo, sus tendencias previsibles y las potencialidades de desarrollo.
Es un proceso que permite la jerarquización de las necesidades y el establecimiento de
prioridades y estrategias de intervención, de manera que pueda determinarse con
anterioridad a la elaboración de planes, programas y proyectos, los grados de viabilidad y
factibilidad de los mismos, atendiendo a los medios disponibles, las fuerzas y actores
sociales involucrados, así como los obstáculos previsibles con los que nos podemos
encontrar en el camino. Ello requiere dos estrategias concatenadas: la primera, orientada
a la jerarquización de los problemas que nos permita focalizar y construir los escenarios
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de intervención y, la segunda, destinada a analizar la viabilidad de las alternativas de
intervención antes de la programación.

Analizar la viabilidad de las estrategias con el grupo/red motor, supone revisar si las
alternativas seleccionadas son viables en la práctica, valorar la efectividad de que una
idea sea llevada a la práctica, considerando los obstáculos presentes y potenciales. En
definitiva, supone un proceso participativo de análisis, reflexión, discusión y toma de
decisiones. Pero esta “fase” tiene como objetivo de proceso el consolidar el grupo motor,
de manera que favorezca la emergencia de líderes endógenos, permita que los miembros
identifiquen sus diferencias y reconozcan el papel de protagonistas, creen comités o redes
específicas que fomenten el compromiso, mantengan el interés, establezcan marcos
temporales y aporten retroalimentación etc. Es el momento de la “fusión” entre el grupo
motor y el resto de grupos e instituciones locales.

Formulación y formalización de la intervención

El objetivo es diseñar y formalizar con el grupo/red motora el Plan, Programas y/o


Proyectos de gestión e intervención comunitaria integrados en clave estratégica. Se trata
de articular y acordar los fines y objetivos a los que se dirige la intervención en un proceso
en el cual se “seleccionan, ordenan y diseñan las acciones que deben realizarse para el
logro de determinados propósitos, procurando una utilización racional de los recursos
disponibles” (Suarez; Diéguez, 2002, p.84). El/a trabajador/a social formalizará
conjuntamente con los sujetos sociales la intervención a realizar, a partir de la operatividad
del grupo/red. Las condiciones para elaborar una adecuada planificación podemos
sintetizarlos en:

a) Objetivos posibles, medibles, específicos, concretados en acciones, temporalizados y


con responsables de ejecución.

b) Medios y recursos disponibles y eficaces.

c) Acciones integrales y transversales.

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d) Precisión en el sistema de evaluación e indicadores que permitan retroalimentar la
investigación-acción y adoptar decisiones.

e) Favorecimiento de la participación.

f) Mejoramiento del bienestar y los procesos de desarrollo local.

Es fundamental que el diseño de la planificación sea formalizado por el grupo/red,


mediante compromisos y acuerdos programáticos que establecen mecanismos de
seguimiento y evaluación de responsabilidades compartidas, acciones previstas y
realizadas, así como de los resultados obtenidos, pero, la programación, más allá del
objetivo centrado en la tarea, persigue capacitar a los líderes, grupos y organizaciones
locales para que puedan promover cambios de forma autónoma y resolver por si mismos
las situaciones que surjan.

El grupo motor debe percibir que no se trata de establecer un “contrato” con el profesional
o con una determinada institución, sino con ella misma y la comunidad a la que pretende
servir. Se trata, por tanto, de “compromisos-contratos-acuerdos” entre los grupos y redes
locales, donde el profesional se sitúa en un rol de asesoramiento técnico cuando este es
preciso. En este sentido, es fundamental que el grupo/red de desarrollo se estructure y
organice en torno a redes centradas en la tarea, siendo liderados por miembros
pertenecientes al propio grupo motor (liderazgo endógeno).

El grupo/ red de desarrollo debe liderar la presentación pública de los proyectos a


emprender, con una doble finalidad, legitimar y protagonizar al propio grupo/red y a los
subgrupos, y a la vez comprometer a sus miembros ante la comunidad. Por su parte, la
comunidad, se convierte en sujeto de intervención al conocer de antemano las acciones
a emprender y disponer de canales de participación en las mismas. No se trata de
“preparar a la comunidad”, como usualmente se señala, sino de involucrarla en el proceso.

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Implementación de la propuesta de intervención comunitaria

El objetivo es impulsar, fortalecer y consolidar procesos y cauces de participación


ciudadana, organización comunitaria, coordinación interinstitucional y gestión e
intervención colectiva de las situaciones de dificultad. Se trata de poner en marcha las
estrategias, los programas y/o proyectos planteados con sus “gentes”, fortalecer la
identidad y sentido colectivo de la comunidad, consolidar el grupo/red de desarrollo
organizando y consolidando grupos productivos y líderes endógenos mediante procesos
de autocapacitación.

La intervención comunitaria debe caracterizarse, a su vez, por influir en los procesos y en


las políticas, de manera a promocionar un modelo de desarrollo sostenido y duradero,
orientado a introducir cambios en los procesos sociales, desde un punto de vista tanto
preventivo como de inserción social, y a la vez influir en decisiones institucionales y
políticas mediante acciones de organización de la comunidad y coordinación de esfuerzos
y recursos. Es un nivel de “acompañamiento” – supervisión y coordinación de grupos y
procesos, evitando duplicidades, activismos, prácticas puntuales e inconexas. Las
actividades a emprender en esta fase serán tan diversas como sean los proyectos que se
vayan a implantar.

El profesional social trabajará con los subgrupos y redes, así como con el grupo/red motor,
proporcionándoles el apoyo técnico para asegurar el componente técnico-científico del
trabajo que se realiza respecto a organización, planificación y evaluación. Desempeñará
múltiples actuaciones, entre ellas: entrevistas, encuentros, asambleas comunitarias –
sectoriales o zonales –, talleres comunitarios de sensibilización, movilización y
solidaridad; actuará en la formación de líderes, mediación comunitaria e intercultural, en
la organización y dinamización de las formas organizativas colectivas (comisiones,
comités, redes temáticas etc.) y en la creación de grupos de apoyo mutuo y autoayuda
(poner en contacto las personas entre sí, apoyar a los que apoyan, generar contactos).
Además, gestionará la concertación y administración de recursos, sensibilización y

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divulgación en medios de comunicación local, seguimiento y supervisión de grupos y
redes, evaluación de las formas organizativas y sus resultados, formalización y
consolidación grupos productivos.

Evaluación, validación y/o reformulación del modelo de intervención

El objetivo es evaluar la intervención comunitaria y elaborar un modelo de gestión e


intervención comunitaria sostenible y duradero, a partir del escenario inicial y el logrado.
La evaluación de la práctica comunitaria es un proceso continuo que se encuentra
presente en todo el proceso – al finalizarla evaluamos el proceso y resultados obtenidos
con el fin de aprender de la práctica y transferir, nuevamente, ese conocimiento a la
comunidad local y científica. La evaluación tiene que ser: útil, práctica, realista,
participativa, creativa y objetiva.

Los indicadores tienen que presentar constantes tales como: - pertinencia, es decir reflejar
la situación o el fenómeno que van a mediar; - adaptabilidad – utilización diversa de datos
y fuentes y - sencillez – comprensible para todos los actores con independencia de su
cualificación. Por tanto, el proceso de evaluación debe ser lo más sencillo, flexible y ligero
posible, evitando las operaciones que sólo sirven para medir los procedimientos y los
programas y dejan en segundo plano los objetivos de proceso, ya que la evaluación tiene
objetivos de resultados (tareas) y de proceso.

Es importante realizar una evaluación de las transacciones del grupo/red de desarrollo


entre sí y con el entorno. Se evaluará la evolución y cambios de los objetivos de los grupos
productivos, la naturaleza de los lazos creados por la red entre cada una de las
instituciones entre sí y con otras, las alianzas y las redes de cooperación y solidaridad que
han emergido con la intervención comunitaria. En el proceso de intervención aparecen
obstáculos que pueden dificultar el logro de los cambios previstos en el entorno. Es
importante revisar completamente los objetivos y las actuaciones, una vez que se evaluará
por qué las actividades no han alcanzado los propósitos planteados.

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El cuestionamiento debe contribuir a que el grupo/red valore fracasos y éxitos y aprenda
de ellos. Podemos distinguir dos tipos de evaluación: interna y externa. En la interna es
imprescindible que participen los actores sociales involucrados en el proceso, dado que
de esta manera atenderemos a objetivos de tarea (evaluar las acciones emprendidas por
cada grupo y red productiva y por el mismo grupo motor) y de proceso (reconocer las
posibilidades de cambio local, liderar nuevos procesos).

Es aconsejable, en ocasiones, realizar una evaluación externa, tanto desde la opinión de


expertos ajenos al proceso como de los ciudadanos locales. La evaluación interna y
externa no deben reflejarse en meros “Informes Evaluadores”, sino en la configuración de
un proceso socioeducativo de retroalimentación de ambas evaluaciones y entre actores,
por medio de reflexión y debate/deliberación grupal sobre lo realizado y las acciones
siguientes y la validación de un modelo de intervención construido a partir de prácticas
comunitarias (auto-evaluación).

Es fundamental, de nuevo, reconocer y recompensar los esfuerzos y las actuaciones


emprendidas por las personas y entidades involucradas, fortaleciendo así el sentimiento
de la comunidad e incentivando la emergencia de nuevos proyectos y líderes. El éxito
logrado, por pequeño que sea, proporciona un sentido de realización, una nueva
percepción del problema y una confianza renovada en su capacidad para manejar
problemas futuros. El reconocimiento tiene el propósito de producir sentimientos positivos
de logro. El grupo/red motor de desarrollo local protagonizará, de nuevo, la presentación
del “producto” del proceso: el Informe Final de Resultados.

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Tema 2: Técnicas aplicadas al Trabajo Social Comunitario

Trabajo Social y aplicación de técnicas


El trabajo con/de/en grupos son todas aquellas acciones y actividades que se llevan a
cabo de manera colectiva. Es decir, para que exista un trabajo grupal (en grupos, con
grupos o de grupo, las expresiones son intercambiables), sólo es necesario que las
acciones se desarrollen colectivamente. Esto significa que, para llevar a cabo un trabajo
en grupo, no se necesita de la existencia de un animador o coordinador, ni del uso de
técnicas, u otro tipo de cosas. Basta con la realización colectiva de una acción, dentro del
marco de la interacción mutua. Ahora bien, si lo que se pretende es realizar un trabajo en
grupo eficaz, entonces se tiene que saber que existe una serie de técnicas o
procedimientos que nos pueden ayudar a lograr con mayor eficacia los objetivos que el
grupo se haya propuesto. Las técnicas grupales, de forma genérica, se pueden definir
como los instrumentos que, aplicados al trabajo en grupo, sirven para desarrollar su
eficacia y hacer realidad sus potencialidades.

Con un alcance más concreto y práctico, se puede definir las técnicas grupales como un
conjunto de medios y procedimientos que, aplicados en una situación de grupo, sirven
para lograr un doble objetivo: productividad y gratificación grupal. Dicho, en otros términos,
el uso de técnicas grupales sirve para facilitar y estimular la acción del grupo en cuanto
conjunto de personas (lograr gratificación) y para que el grupo alcance los objetivos y las
metas que se ha propuesto de la manera más eficaz posible (lograr productividad grupal).
Se emplean en diversas situaciones para desarrollar una mayor actividad de los mismos
con un menor esfuerzo y mayor economía. Las técnicas de grupo son técnicas para
comunicarse, para organizar mejores relaciones humanas. Las técnicas proporcionan al
grupo una cierta base de organización para que el grupo funcione realmente como tal.

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Entrevista

La entrevista se define como "una conversación que se propone con un fin determinado
distinto al simple hecho de conversar". Es un instrumento técnico de gran utilidad en la
investigación cualitativa, para recabar datos. El presente artículo tiene como propósito
definir la entrevista, revisar su clasificación haciendo énfasis en la semiestructurada por
ser flexible, dinámica y no directiva. Asimismo, se puntualiza la manera de elaborar
preguntas, se esboza la manera de interpretarla y sus ventajas. Finalmente, por su
importancia en la práctica médica y en la educación médica, se mencionan ejemplos de
su uso.

Otro antecedente histórico de la entrevista se encuentra en la práctica de la "confesión"


realizada por las instituciones religiosas y los tribunales, por medio de la cual los individuos
revelan sus actos ante una figura de autoridad que prescribe y proscribe los
comportamientos sociales. La confesión, que durante mucho tiempo se enfocó en la
práctica de la penitencia, a partir del siglo XIX se utilizó en diversas relaciones sociales:
niños y padres, alumnos y pedagogos, enfermos y psiquíatras. La confesión ha
evolucionado desde el deber "decir todo", a la codificación clínica del "hacer hablar", hasta
el indagar la verdad, la interpretación e intervención por diversos medios: interrogatorio,
hipnosis, asociaciones libres, cuestionarios y lo que hoy en día identificamos como
entrevista en el campo de la ciencia

La entrevista es muy ventajosa principalmente en los estudios descriptivos y en las fases


de exploración, así como para diseñar instrumentos de recolección de datos (la entrevista
en la investigación cualitativa, independientemente del modelo que se decida emplear, se
caracteriza por los siguientes elementos: tiene como propósito obtener información en
relación con un tema determinado; se busca que la información recabada sea lo más
precisa posible; se pretende conseguir los significados que los informantes atribuyen a los
temas en cuestión; el entrevistador debe mantener una actitud activa durante el desarrollo
de la entrevista, en la que la interpretación sea continua con la finalidad de obtener una

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compresión profunda del discurso del entrevistado). Con frecuencia la entrevista se
complementa con otras técnicas de acuerdo a la naturaleza específica de la investigación

Tipos de entrevista

La clasificación más usual de las entrevistas de acuerdo a su planeación corresponde a


tres tipos:

*Entrevistas estructuradas o enfocadas: las preguntas se fijan de antemano, con un


determinado orden y contiene un conjunto de categorías u opciones para que el sujeto
elija. Se aplica en forma rígida a todos los sujetos del estudio. Tiene la ventaja de la
sistematización, la cual facilita la clasificación y análisis, asimismo, presenta una alta
objetividad y confiabilidad. Su desventaja es la falta de flexibilidad que conlleva la falta de
adaptación al sujeto que se entrevista y una menor profundidad en el análisis.

*Entrevistas semiestructuradas: presentan un grado mayor de flexibilidad que las


estructuradas, debido a que parten de preguntas planeadas, que pueden ajustarse a los
entrevistados. Su ventaja es la posibilidad de adaptarse a los sujetos con enormes
posibilidades para motivar al interlocutor, aclarar términos, identificar ambigüedades y
reducir formalismos.

*Entrevistas no estructuradas: son más informales, más flexibles y se planean de


manera tal, que pueden adaptarse a los sujetos y a las condiciones. Los sujetos tienen la
libertad de ir más allá de las preguntas y pueden desviarse del plan original. Su desventaja
es que puede presentar lagunas de la información necesaria en la investigación.

Se considera que las entrevistas semiestructuradas son las que ofrecen un grado de
flexibilidad aceptable, a la vez que mantienen la suficiente uniformidad para alcanzar
interpretaciones acordes con los propósitos del estudio. Este tipo de entrevista es la que
ha despertado mayor interés ya que "... se asocia con la expectativa de que es más
probable que los sujetos entrevistados expresen sus puntos de vista... de manera
relativamente abierta, que en una entrevista estandarizada o un cuestionario". Las

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siguientes recomendaciones para llevar a cabo entrevistas semiestructuradas tienen
como base la propuesta de Miguel Martínez:

● Contar con una guía de entrevista, con preguntas agrupadas por temas o categorías,
con base en los objetivos del estudio y la literatura del tema.

● Elegir un lugar agradable que favorezca un diálogo profundo con el entrevistado y sin
ruidos que entorpezcan la entrevista y la grabación.

● Explicar al entrevistado los propósitos de la entrevista y solicitar autorización para


grabarla o video-grabarla.

● Tomar los datos personales que se consideren apropiados para los fines de la
investigación.

● La actitud general del entrevistador debe ser receptiva y sensible, no mostrar


desaprobación en los testimonios.

● Seguir la guía de preguntas de manera que el entrevistado hable de manera libre y


espontánea, si es necesario se modifica el orden y contenido de las preguntas acorde al
proceso de la entrevista.

● No interrumpir el curso del pensamiento del entrevistado y dar libertad de tratar otros
temas que el entrevistador perciba relacionados con las preguntas.

● Con prudencia y sin presión invitar al entrevistado a explicar, profundizar o aclarar


aspectos relevantes para el propósito del estudio.

Ventajas de la entrevista

Por otra parte, entre las ventajas del empleo de la entrevista se encuentran las siguientes

● Amplio espectro de aplicación, ya que es posible averiguar hechos no observables como


pueden ser: significados, motivos, puntos de vista, opiniones, insinuaciones, valoraciones,
emociones.

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● No se somete a limitaciones espacio-temporales: debido a que es posible preguntar por
hechos pasados y también por situaciones planeadas para el futuro.

● Posibilidad de centrar el tema, es decir, orientarse hacia un objetivo determinado o


centrarlas en un tema específico.

● Observación propia y ajena, porque da la posibilidad de averiguar tanto informaciones


propias (opiniones, motivos, motivaciones del comportamiento), como observaciones
realizadas referentes a un suceso o a otra persona.

Observación

La observación es la técnica de recogida de la información que consiste básicamente, en


observar, acumular e interpretar las actuaciones, comportamientos y hechos de las
personas u objetos, tal y como las realizan habitualmente. En este proceso se busca
contemplar en forma cuidadosa y sistemática como se desarrolla dichas características
en un contexto determinado, sin intervenir sobre ellas o manipularlas. También se conoce
a este término como la nota escrita que explica, aclara o corrige un dato, error o
información que puede confundir o hacer dudar. Por lo general, esta aclaratoria se
encuentra en libros, textos o escritos.

Tipos de observación

Existen muchas clasificaciones posibles para la observación. En primer lugar, se puede


distinguir entre:

● La observación directa. Que se produce cuando el investigador está en contacto sin


intermediarios con el fenómeno observado;

● La observación indirecta. En la que es imposible estar en contacto con el fenómeno,


pero se lo puede observar a través de otros elementos cercanos o a través de su contexto.

Por otro lado, dependiendo del grado de intromisión del investigador en lo que observa,
podemos diferenciar:
20
● La observación no participante. En la que el investigador no interviene en lo
observado, y su presencia no necesita ser tomada en consideración en el análisis de la
información obtenida;

● La observación participante. En la que el investigador sí interviene y forma parte de


lo observado, alterando la información recogida y debiendo ser tomado en cuenta en el
análisis.

También es posible clasificar la observación de acuerdo a los protocolos que la rigen y al


nivel de sistematicidad que la rige, de la siguiente manera:

● La observación asistémica. Por un lado, no sigue ningún sistema ni método, sino que
se basa en la apreciación libre del fenómeno por parte del investigador.

● La observación semisistémica. Involucra ya un cierto nivel de predeterminación en lo


observado, es decir, que ciertos elementos se fijan a priori, y se sabe qué cosa se busca
observar; pero los datos obtenidos no están aún categorizados, sino que siguen siendo
libres.

● La observación sistémica. Por último, es aquella que intenta agrupar la información


obtenida mediante la observación de acuerdo a criterios fijados a priori, aplicando una
metodología y con un horizonte de resultados esperados.

Finalmente, otros tipos posibles de observación son los que distinguen en dónde se
produce la observación:

● La observación de campo o naturalista. En primer lugar, se produce directamente en la


naturaleza, o en el contexto dado del fenómeno que se observa;

● La observación de laboratorio o controlada. En cambio, se lleva a cabo en un ambiente


controlado en el que las variables que intervienen en el fenómeno están conocidas de
antemano y pueden ser modificadas a voluntad, o sea, un laboratorio.

21
La observación en la investigación la observación constituye el primer peldaño de todas
las metodologías de investigación, en las que necesariamente se inicia recopilando
información sobre aquello que se desea estudiar. Dicho proceso de recolección de datos
variará dependiendo del tipo de investigación a la que pertenezcan:

● En la investigación cuantitativa. La observación se centra en la obtención de datos


que describan de manera objetiva el fenómeno observado, generalmente expresándolo
en cifras y relaciones lógico-formales. Para ello emplea métodos de análisis numéricos,
estadísticos o métodos de medición sistemáticos.

● En la investigación cualitativa. En cambio, la observación se lleva a cabo a través de


métodos más propensos a la subjetividad del investigador, cuando no a la experiencia
sensible, ya que la naturaleza del análisis aspira a descubrir tendencias, sentidos y
significados, más que realidades expresables numéricamente.

La encuesta – cuestionario

La encuesta es una técnica especializada de investigación social y el cuestionario el


instrumento de recogida estandarizada de datos. Un tipo de interacción entre
encuestador/entrevistador y encuestado/entrevistado que difiere en su calidad a la de una
conversación convencional, requiriéndose de cierta cualificación. En su realización es
necesario ganarse la confianza del entrevistado, hacerse entender y establecer sintonía.
De ahí que deban considerarse factores intrínsecos a la relación comunicativa, pero
también aspectos ambientales.

La encuesta mediante muestreo, permite proyectar los datos obtenidos de una parte al
conjunto del universo con relación a la cual aquella es representativa. En el Trabajo Social
con comunidades, las encuestas pueden proporcionar un conocimiento preciso y sintético
de una comunidad (localidad, barrio, pedanía, diputación, etc.,) y de las necesidades
sentidas de la población y de los grupos que la integran. Ofrecen una enorme variedad y
flexibilidad en sus aplicaciones al ámbito comunitario como contrastar y comparar
resultados entre áreas, sectores de población y zonas geográficas.
22
Otra virtud es la de ofrecer resultados a gran velocidad al encontrarse muy vinculada con
los avances tecnológicos. Su precisión y óptima relación coste eficiencia requiere, en todo
caso, de una adecuada programación y experiencia profesional. El proceso de
estructuración y elaboración del cuestionario es una tarea a realizar rigurosamente para
obtener la información que se desea.

El proceso de elaboración de las encuestas se puede dividir en nueve pasos, debiendo


tener presentes algunas consideraciones en el mismo, tal y como se describe a
continuación:

1. Identificación del propósito - fines, objetivos institución que la demanda, límites y


entorno social en el que se desarrolla la investigación. Atendiendo al propósito o
aplicación que se dará a los resultados, se puede diferenciar dos tipos de
encuestas, las estratégicas y las tácticas. Las primeras son de carácter exploratorio
o descriptiva, proporcionando información amplia acerca de un aspecto yo área de
actuación concreta, facilitando el diseño de estrategias planes. Las segundas son
de carácter explicativo o especifico, proporcionando resultados concretos que
permiten emitir informes concluyentes. Estas últimas pueden estar orientadas à
proporcionar información específica para el diseño, implantación y desarrollo de
programas v proyectos concretos de actuación, o bien, pena el seguimiento y
evaluación de programas, proyectos, servicios, centros, etc., aportando elementos
para una nueva fase de investigación.
2. Identificar las necesidades de información a recopilar. Según el nivel de
conocimiento que se pretende alcanzar podemos distinguir cuatro tipos de
encuesta: exploratorias (aproximan a la comunidad, identificando características o
fenómenos generales, usualmente se utilizan preguntas abiertas), descriptivas
(caracterizan a la comunidad, identifican y cuantifican fenómenos), explicativas
(describe frecuencia e intensidad con que ocurre un fenómeno asociado a otro) y
causales (establecen relaciones causales entre las variables) (López, 1998).

23
3. Elección del tipo de entrevista: personal -casa por casa, centros de afluencia,
telefónica, postal, correo electrónico. En el Trabajo Social comunitaria, la habitual
es la encuesta personal, realizada en el hogar de la persona o in situ (lugar de
encuentro entre persona y profesional: servicio.
4. Definir los grandes bloques de información: Seleccionar y enunciar los principales
temas que han de ser tratados en la investigación en razón de los objetivos de ésta.
5. Enunciar el contenido de las preguntas y redactar las mismas.
6. Analizar las posibles dificultades para responder las preguntas.
7. Estructurar y secuenciar adecuadamente el cuestionario.
8. Elaborar el formato y presentación del cuestionario y decidir el material auxiliar.
9. Realizar el pretest o prueba del cuestionario.

Respecto de los tipos de cuestionarios, podemos distinguir básicamente tres: a) no


estructurados; b) semiestructurados; y c) estructurados. Los no estructurados, se emplean
cuando se van a desarrollar investigaciones de tipo exploratorio, en nuestro caso en la
fase de audición de la comunidad -caracterización y enlace con la comunidad-, dado que
no disponemos de conocimientos suficientes como para la elaboración de otro tipo de
cuestionario.

Su objetivo no es el tratamiento estadístico ni inferencial, sino un conocimiento de la


comunidad en su vertiente más cualitativa, permitiendo identificar los principales aspectos
que ayudarán a realizar la programación de la investigación que conduzca a la
delimitación y caracterización de la comunidad y, por tanto, recoger información que se
empleará, en su caso, para diseñar cuestionarios estructurados. Los semiestructurados,
se aplican cuando se desea una mayor variedad de respuestas, o cuando éstas no pueden
preverse totalmente. Se utilizan técnicas de muestreo. La información se puede analizar
cuantitativamente y tiene sentido inferir sus resultados. Por último, los estructurados, se
aplican en investigaciones de tipo descriptivos y explicativos, se utiliza muestreo y es
posible analizar cuantitativamente la información e inferir sus resultados.

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En el Trabajo Social con comunidades los principales destinatarios son: a) personas
físicas, ciudadanos de una comunidad; b) personas clave, es decir representativas por su
conocimiento, opinión, cargo, representación, u otro aspecto de relevancia en la
comunidad; c) grupos u organizaciones privadas no lucrativas, es decir los grupos
informales de ayuda mutua o autoayuda, asociaciones sin ánimo de lucro, fundaciones,
congregaciones religiosas, cooperativas de iniciativa social y otras de análogo carácter;
d) empresas con carácter lucrativo, ubicadas en la comunidad o bien con importante y
contrastada proyección comercial en ella; e) entidades y administraciones públicas.

Como conclusión, los cuestionarios deben ser comprensibles para los sujetos a los que
se destinan. No deben contener palabras complicadas y han de estar formuladas de forma
clara y concisa. En ocasiones podrá tomarse como base cuestionarios ya elaborados y
validados, pero no siempre pueden aplicarse directamente debido a las diferencias de las
situaciones en que se pretende aplicar. Es una técnica fundamental en el paquete técnico
a utilizar por el trabajador social en contextos comunitarios.

Los testimonios orales. La historia oral y de vida

La historia oral y de vida son técnicas que usan y analizan los testimonios orales, desde
un enfoque biográfico y cualitativo; destinadas a la obtención de información sobre
acontecimientos y experiencias que no pueden observarse directamente. Ambas
enfatizan la mirada, la escucha y el registro cualitativo. Con ellas se recogen la versión de
los hechos y de las circunstancias que rodearon a los acontecimientos, así como los
sentimientos y creencias existentes en tales circunstancias. La memoria es uno, no el
único, de los más ricos archivos de la historia popular, especialmente es relevante en
algunos sectores y grupos sociales, que preservan y recrean los elementos esenciales de
su cultura e historia y, por lo tanto, de su memoria colectiva y social.

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La historia oral pretende lograr aproximaciones cualitativas de los procesos y fenómenos
tanto individuales como colectivos, en escalas y niveles locales, permitiendo conocer la
historia social- local desde lo “oral». Una práctica historiográfica enfocada a los
acontecimientos y fenómenos pasados, inmediatos o contemporáneos. La naturaleza de
la materia prima es el testimonio, el relato, la narración, el recuerdo, la memoria, el olvido,
la vivencia; es decir un conjunto de elementos subjetivos de difícil manejo científico. Tiene
que ver con tradiciones, gustos y estilos de vida, aspectos que pueden encontrarse
condicionados en su relato por las instituciones y profesionales que utilizan esta técnica
para el análisis de la realidad social. Con ella se puede realizar el estudio de la historia de
grupos y comunidades por voz propia de los sujetos, siendo útil para detectar y acceder a
nuevas fuentes de investigación. Pero como advierte Aceves (1998), hacer historia oral,
significa, producir conocimientos históricos, científicos y no una simple relatoria
sistemática de la vida y experiencia de los otros.

Las historias de vida, por su parte, son consideradas como estudios de casos,
consistentes en la narración de la experiencia de vida de una persona. Son relatos auto-
biográficos, obtenidos mediante entrevistas sucesivas, con el propósito de mostrar el
testimonio de una persona, en los que se recogen acontecimientos y valoraciones que
dicha persona hace de su propia existencia (Pujadas, 1992). Permiten profundizar en
algún aspecto problemático. indagar cualitativamente sobre asuntos concretos; a la vez
que, para detectar nuevas líneas de investigación, e incluso para verificar hipótesis
específicas.

Es con la entrevista cualitativa como se permite la libre manifestación de los sujetos


entrevistados, al permitir dejar hablar a éstos sobre si mismos, sobre su entorno, sobre su
pasado, presente y futuro: Permite mostrar las vivencias y relaciones que no pueden
observarse, ni tampoco identificarse a partir de las encuestas. La autobiografía (en las
historias de vida) es el documento central de análisis, al ser el que reproduce la interacción
entre profesional / investigador y narrador/ informante.

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De esta forma y en función del planteamiento del problema o tema central de estudio, se
distinguen dos tipos de proyectos de investigación basados en los testimonios orales. Por
una parte, los centrados en la historia oral temática (estudia un problema o tema concreto)
y los centrados en las historias de vida (investiga casos particulares de forma intensiva y
en profundidad).

Los estudios de comunidad, barrio, un sector poblacional de una localidad, característicos


en el Trabajo Social con comunidades, se utilizan ambas técnicas, aunque de manera
prioritaria y más comúnmente la historia oral temática. Con ella se puede iniciar la
investigación, accediendo a un determinado conjunto de informantes que nos pueden
proporcionar una aproximación cualitativa de la realidad comunitaria. Si se opta por
estudios focalizados de carácter intensivo mediante la utilización de la historia de vida,
realizaremos estudios de familias, de trayectorias ocupacionales, de personajes
relevantes o muy particulares.

El proceso de aproximación comunitaria centrado en los testimonios orales se sintetiza en


tres fases:

1. Programación de la investigación (etapa de preparación). Supone formular el proyecto;


seleccionar el asunto, aspecto o problema a estudiar; explicitar el marco teórico que
orientará el estudio y su posterior análisis; determinar los objetivos generales y específicos
y precisar los pasos metodológicos. A continuación, se seleccionan los informantes,
siendo importante utilizar criterios que permitan aglutinar aspectos como: exclusión social
(personas pertenecientes a colectivos vulnerables, los «no escuchados»), excelencia
(personas con importante experiencia biográfica) y normalidad (personas que representan
el tipo estándar en una determinada comunidad). Posteriormente se seleccionan,
preparan y elaboran instrumentos (guía temática, fichas, etnográficas, diario y libreta de
campo, equipo de registro/grabación); y, finalmente, se elabora y calendariza el programa
de trabajo.

27
2. Trabajo directo de campo (etapa de innovación: Etapa intensiva de trabajo de campo
mediante entrevistas. Supone: elaborar el directorio de informantes clave; localizarlos
cartográfica; calendarizar entrevistas y recopilar los testimonios orales.

3. Análisis de los testimonios orales y emisión de resultados. Proceso de análisis y síntesis


que facilita una interpretación y explicación del tema, aspecto o problema estudiado
(enfoque hermenéutico). Requiere: transcribir los materiales grabados - trascritos,
elaborando el relato final; analizar la información-contenido oral recabado (controlar-
contrastar que los relatos sean fieles a la propia experiencia y conocimiento de la persona;
detectar los temas centrales del conjunto de las entrevistas realiza das codificar y clasificar
los contenidos para facilitar su interrelación y contextualizar la información obtenida); y,
por último, difundir-devolver la información.

En este último sentido, concretamente para el análisis contextual se pueden utilizar


diferentes variables:

a) Espacios comunitarios donde se han desarrollado las entrevistas (espacios públicos o


privados, especificidad de los mismos: parques, despachos).

b) Intensidad, referida a la experiencia o historia que se trata de evocar y relatar.

c) Duración, ciclos históricos locales y etapas vitales personales involucradas.

d) Proximidad o distancia entre el presente y el momento de la situación recordada. La


profundidad histórica.

e) Sentido, el aspecto simbólico o cultural del acontecimiento o vivencia, así como las
modificaciones experimentadas a través del paso del tiempo, tanto respecto al informante
como al grupo social de referencial.

f) Trascendencia, el impacto, los efectos y las consecuencias.

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g) Pertenencia social, en cuanto a las formas de insertarse en la experiencia colectiva y
formas de asumirse socialmente. Historia compartida y asumida como proceso colectivo.

h) Condición física-emotiva, presente y ausente en la historia personal y en el proceso


discursivo del informante. La calidad narrativa.

Recuperar la memoria colectiva es un reto del Trabajo Social con comunidades. Como
señala (Aceves, 1998, p. 233-234), la manera como la gente recuerda el pasado, describe
su presente o considera el futuro, está enmarcado por el contexto social de sus
experiencias y su ubicación en la sociedad. El pasado siempre filtrado por el presente y
es constantemente revaluado, reasumido y reinterpretado, y lo es mediante un proceso
activo de la colectividad. A través de la pertenencia a determinado grupo social, los
individuos son capaces de adquirir, ubicar y evocar sus memorias, en un proceso
reconocido como memoria colectiva, que además es un recurso para la formación de
grupos y para su cohesión, al explicar la historia común, las experiencias compartidas y
la trayectoria de la colectividad.

La memoria colectiva ofrece a los grupos vulnerables, símbolos y mitos que proveen de
sentido al presente y permiten afrontar el futuro. Así mismo, los acontecimientos
compartidos en el pasado y las interpretaciones colectivas sobre los mismos, permiten
una construcción colectiva de la identidad. De esta forma, las narrativas populares son,
por ello, alternativas de explicación e interpretación del pasado, que pueden afectar la
misma percepción del presente y aún condicionar la acción a futuro.

Técnicas grupales y de participación comunitaria


Las técnicas grupales permiten en el Trabajo Social con comunidades obtener información
del entorno comunitario, de las relaciones grupales y de las redes existentes y potenciales;
intercambiar opiniones y puntos de vista en el análisis; identificar y jerarquizar
necesidades; sensibilizar a la población a través de los grupos de la comunidad acerca
de las problemáticas que acontecen en ésta: identificar propuestas estratégicas que
faciliten la adopción de prioridades de acción para la resolución de las necesidades
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colectivas; analizar la viabilidad de las estrategias de intervención; elaborar programas y
proyectos; implementar actuaciones y evaluar la eficacia de las políticas, programas y
servicios que se emprenden; promover la participación ciudadana.

Las técnicas grupales permiten incrementar el número de sujetos involucrados e


introducen efectos multiplicadores tanto en el proceso como en la tarea, así como construir
grupos productivos y cooperadores con la colectividad, pero a pesar de estas importantes
ventajas, es conveniente estar atentos a situaciones y procesos menos positivos, como
son: la sensación de gastar demasiado tiempo en reuniones consideradas de escasa
productividad; el acaparamiento de la dinámica del grupo por un reducido número de
personas; la existencia de conflictos no revelados en el grupo (entre personas,
intergrupos). Estas y otras situaciones requieren del Trabajador Social de habilidades y
destrezas en su «manejo», Estas técnicas conforman un paquete técnico fundamental
para el Trabajo Social Comunitario. Son tan flexibles y numerosas como contextos y
propósitos de aplicación; se hará referencia sucintamente a algunas de ellas.

El grupo de discusión

Es una técnica de investigación social de carácter cualitativo -dispositivo conversacional


(Rossi, 1998, p.83)-, que trata de llevar a una parte de la sociedad a conversar en una
situación artificial o de laboratorio. Es una herramienta para construir discursos sociales a
través del diálogo entre un grupo de sujetos. De esta forma, según J. Ibáñez, el grupo de
discusión se diferencia de otras técnicas grupales en que, en ésta, se persigue
esencialmente la discusión, siendo el elemento clave para la constitución, desarrollo y
finalización del grupo. Otra diferencia radica en su dinámica: dado que en el grupo de
discusión existe un grupo en una situación discursiva y un investigador, que no participa
en la conversación, pero que la determina (González, 1997, p.142).

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Es una técnica de obtención de información cuyo propósito es determinar las
percepciones, sentimientos y maneras de pensar de colectivos específicos; generando
datos cualitativos que aportan conocimientos sobre actitudes, percepciones y opiniones
de los participantes. No se halla orientada a la búsqueda de soluciones consensuadas
como otras.

El proceso que requiere el diseño y trabajo de campo del grupo de discusión es el


siguiente:

1) Determinar y seleccionar a los participantes y a los «tipos» sociales que se desea


configuren el grupo, es decir, qué «tipo» de personas se desea escuchar (personas
mayores, mujeres, personas con discapacidad). Suelen utilizarse criterios
sociodemográficos combinados con otras características relevantes en relación a los
temas a analizar.

2) Construir un grupo de heterogeneidad inclusiva. Se persigue una composición


heterogénea, que permita el intercambio de discursos, una riqueza en el análisis de los
mismos, pero que a su vez dicha heterogeneidad no debe ser excesiva. En relación al
número de grupos a constituir para un estudio, éstos no deben ser muy numeroso.

3) Convocar a los actuantes. Para ello se utilizan las redes de relaciones, bien las
naturales, primarias o preexistentes y/o las artificiales o secundarias. Se puede realizar
una distinción entre públicas y privadas; las primeras, son las utilizadas para responsables
públicos y las privadas, son las relacionadas con familiares, vecinos, amigos.

4) Seleccionar el local en donde se desarrollará el grupo y disponer adecuadamente del


espacio y sus componentes. El local debe reunir condiciones de neutralidad,
confortabilidad, y no interrupción mientras dure la sesión.

5) Reproducir el texto (registrar en video u otro soporte).

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6) Interpretación y análisis del discurso. Desde una doble perspectiva interrelacional:
lingüística y psicosocial-contextual.

En síntesis, el objeto del grupo de discusión no tiene como finalidad el consenso sino
provocar sensaciones y sentimientos que el asunto en cuestión evoca en los participantes.
Interesa igualmente conocer como respondería el grupo a una situación particular, sus
actitudes hacia una institución o programa y la forma en que se expresan respecto al
mismo.

Los grupos de discusión tienen una enorme importancia en el proceso metodológico del
Trabajo Social, en el ámbito comunitario. De manera secuenciada podemos distinguir las
diferentes aplicaciones prácticas:

*Fase de Aproximación a la realidad comunitaria. El trabajador social emplea los grupos


de discusión para la: recogida de información de la comunidad, diseñar el proceso de
caracterización de la comunidad, identificar y analizar necesidades sociales, valorar la
viabilidad de la puesta en marcha (ubicación, fines, personal) de centros, servicios y
programas. Los principales objetivos de un grupo de discusión para el análisis de las
necesidades de una población son: determinar áreas de preocupación de la comunidad,
identificar marcos de referencia y perspectivas que afectan a las necesidades y proponer
soluciones y prioridades de las acciones a llevar a cabo.

*Fase de Implantación. Una vez los centros, servicios y programas se han creado, los
grupos de discusión pueden contribuir a la realización de evaluaciones parciales y
específicas acerca de los mismos, lo que permitirá introducir modificaciones desde una
perspectiva flexible y de continua revisión.

*Fase de consolidación y confrontación de cambios. Los grupos de discusión permiten la


evaluación final de los centros, servicios y programas implantados.

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Técnica Delphi

Es una técnica cualitativa recomendable para la recogida de información especialmente


en estudios aplicados a la adopción de decisiones concretas, o bien para determinar las
estrategias de actuación a emprender más conveniente. Pretende conocer el futuro a
través de una serie de cuestionarios aplicados en un proceso de concreción al mismo
grupo de personas, las cuales nunca se ponen directamente en contacto entre ellas. Este
grupo conoce los resultados de los cuestionarios precedentes, en un proceso de
concreción. No se realiza discusión alguna, aunque se alcanzan consensos.

Técnica de Brainstrorming o tormenta de ideas

Útil para generar ideas encaminadas a la identificación de necesidades y soluciones, en


relación con la situación planteada, sin importar, inicialmente la viabilidad de las
alternativas generadas.

Entre sus ventajas destaca la rápida y sencilla forma de realizar una aproximación a un
determinado problema y favorecer la participación de los actores en la generación de
ideas innovadoras.

Técnica de grupo nominal

Una técnica cualitativa sencilla y eficaz. Se trata de reunir entre seis y diez personas
cualificadas, con objeto de generar un gran número de opiniones acerca de las
necesidades de la población, su priorización y las alternativas de solución.

Técnicas orientadas a la construcción de escenarios comunitarios

Conferencia

Consiste en traer a una persona cualificada en un determinado asunto para que exponga
ante un público. Es de utilidad para ofrecer información compleja y precisa sobre un tema
de interés comunitario. El inconveniente radica en establecer una comunicación
unidireccional entre el emisor y el receptor, enfatizándose la distancia entre el experto y
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los no cualificados. Puede ser utilizado como técnica preliminar ofrecer información
objetiva- de otras más participativas. Precisa del conferenciante de ciertas competencias
en tono al asunto y a la didáctica a emplear. Es importante que el público se encuentre
previamente informado y sensibilizado por el contenido de la conferencia. Es conveniente
apoyarse en la exposición de: soportes audiovisuales, discusiones en grupos reducidos y
otras similares.

El panel o tribuna libre

Consiste en situar a varios «conferenciantes» ante un determinado público, abordando


diferentes facetas de un mismo asuntos y debidamente moderados. Es importante, que
exista al menos un encuentro previo entre los que van a intervenir para poner en común
los aspectos que abordará cada participante y la metodología a seguir en las
exposiciones. Al igual que la técnica anterior, presenta el inconveniente de distanciar los
que saben -oradores- y de los que no saben - público/ciudadanos-, convirtiéndose éstos
últimos en meros consumidores de información.

Mesa Redonda

Permite un intercambio, un diálogo entre las diversas personas alrededor de un tema


previamente definido. Es menos informativa que la tribuna abierta y la conferencia,
permitiendo problematizar acerca del asunto de que se trate, mediante la expresión de
opiniones o posiciones contrarias. El moderador es menos directivo que en las dos
anteriores técnicas, su papel es presentar a los participantes de la mesa redonda, recordar
el asunto, mantener calidad en los intercambios y al finalizar resaltar los puntos de
encuentro y las divergencias. Permite organizar reuniones dinámicas y requiere de
capacidades y habilidades de improvisación.

Soportes escritos, audiovisuales y en internet

Estos soportes pueden reemplazar o completar las técnicas anteriores. Las personas,
grupos y organizaciones pueden involucrarse activamente en la elaboración y difusión de

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este tipo de soportes, responsabilizándose de su proyección y eficacia. De esta manera,
se consigue el objetivo de informar a la población en general, a la vez, que involucrar
activamente a la población en la identificación y resolución de necesidades colectivas.
Entre los soportes escritos se destacan los folletos, los carteles, los paneles, los boletines
informativos, los papelógrafos. Entre los audiovisuales destacar la utilización de la radio y
la televisión local, las fotos, las transparencias, las diapositivas, los videos. Por último, los
soportes en internet producen efectos multiplicadores en la información y en recibir
opiniones y sugerencias, sin tiempo ni espacio que lo condiciones.

La discusión de grandes grupos

Se puede simultanear a otras técnicas informativas, como la: conferencia, mesa redonda,
etc. En un debate pueden plantearse diferentes tipos de preguntas: clarificadoras,
contributivas, problematizadoras y sistemáticas. El profesional en Trabajo Social debe
favorecer el debate, discusión, libre expresión de los miembros, y evitar enfrentamientos
y la monopolización de la palabra por algún miembro.

La comisión - comités o taller

Se trata de dividir al grupo en cinco o seis subgrupos más reducidos, cada uno común
moderador y portavoz, elegido por sus miembros, o bien designado por los organizadores.
Para que los intercambios en comisión sean productivos para el grupo «grande, deben se
organizados previamente. Ello puede realizarse de diferentes maneras. Es una técnica
que favorece la participación, genera encuentros entre los subgrupos, crea dinámicas
creativas en las reuniones; aunque requiere de habilidades para su manejo por parte del
equipo organizador que deberá repartir roles, responsabilidades y elaborar consignas y
reglas precisas.

La discusión en 66 o Philips 66

Es una técnica de discusión que permite identificar y analizar necesidades y adoptar


decisiones al respecto en un breve período de tiempo. Permite fragmentar un grupo

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grande en subgrupos de seis o siete personas durante seis minutos para tratar un asunto
concreto, para posteriormente cada subgrupo informar de los resultados de la discusión
al grupo grande. Favorece la participación ordenada, centrada en la tarea, la expresión
de todos y, a la vez, selectiva con los acuerdos adoptados.

Sesiones plenarias

Utilizada en la comunicación de los subgrupos al grupo grande, tal y como hemos descrito
con anterioridad en las técnicas de discusión, en 66 o en el trabajo en comisiones. La
dinámica de los subgrupos es productiva y enriquecedora tanto para los participantes, el
proceso, como para la productividad (tareas). Por el contrario, cuando la comunicación se
traslada al plenario puede resultar menos satisfactoria (largas, aburridas, poco atractivas).
Para evitar estas situaciones que pueden derrumban el trabajo realizado en los
subgrupos, debemos adoptar algunas precauciones. En primer lugar, es necesario que
los subgrupos y sus portavoces dispongan de las consignas claras orientadas a realizar
exposiciones concretas y dinámicas. Durante la sesión de comunicación plenaria los
portavoces se ubican frente al público y realizan la exposición; existiendo diferentes
procedimientos para ello.

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