Confeccion de Plantillas Ortopedicas Modulo 1
Confeccion de Plantillas Ortopedicas Modulo 1
Confeccion de Plantillas Ortopedicas Modulo 1
ORTOPÉDICAS
TIPO LELIÉVRE
MÓDULO I
Las anomalías ortopédicas del pie causan gran afección a nivel del aparato
locomotor, produciendo una alteración en la marcha. Consecutivo de esto, pueden
producir alteraciones mecánicas de la extremidad inferior de gran magnitud y
pueden desencadenar en alteraciones ortopédicas que en evolución terminan
resolviéndose con cirugías.
Las Plantillas Ortopédicas tipo Leliévre son productos orto-protésicos indicadas de
primera elección por Médicos Traumatólogos gracias a su efectividad.
El pie del ser humano, con sus 28 huesos, 55 articulaciones, múltiples ligamentos y
músculos, es una estructura perfectamente adaptada para cumplir con las múltiples
exigencias de apoyo y locomoción del cuerpo humano, así como para la realización
de los movimientos más complejos.
Desde un punto de vista funcional podemos dividir las funciones del pie en:
El retropié, que está constituido por el astrágalo, que se articula con el calcáneo y
forma la articulación subastragalina (punto de apoyo posterior).
El medio pie, integrado por el escafoides, que se articula con la cabeza del
astrágalo, el cuboides que se articula con el escafoides y las bases de los
metatarsianos.
El arco externo incluye a tres huesos: el quinto metatarsiano, sobre cuya cabeza
descansa el apoyo anterior; el cuboides, que se encuentra en suspensión y sin
contacto con el suelo, y el calcáneo cuyas tuberosidades posteriores constituyen el
punto de apoyo posterior. Este arco es mucho más rígido que el arco interno, lo que
le permite transmitir adecuadamente el impulso motor del tríceps sural, potenciado
en su mayor parte por el gran ligamento calcáneo cuboideo plantar, cuyos fascículos
profundo y superficial impiden que las articulaciones calcáneo-cuboidea y cuboideo-
metatarsiana se entreabran por su parte inferior bajo la influencia del peso del
cuerpo.
• Los arcos permiten que exista el espacio suficiente para que coexistan tejidos
blandos, tejidos necesarios para amortiguar los impactos a los que
sometemos a nuestros pies.
El arco anterior o transverso tiene como puntos de apoyo las cabezas del primer y
quinto metatarsiano, con lo cual las cabezas de los otros tres metatarsianos
normalmente no tienen contacto con el suelo. Sin embargo, en muchas patologías
en las que existe un desbalance entre los músculos intrínsecos del pie, se ocasiona
el aplanamiento de este arco, lo que contribuye a la formación de los dedos en garra
y a la aparición de callosidades plantares de dolor variable. La transmisión de los
impulsos mecánicos se puede leer por la disposición de las trabéculas óseas donde
las trabéculas que nacen de la cortical anterior de la tibia recorren oblicuamente
hacia abajo y atrás para diseminarse en el abanico subtalámico en dirección al
estribo posterior del arco, mientras que aquellas que se originan de la cortical
posterior de la tibia se orientan hacia abajo y hacia adelante en el cuello y cabeza
del astrágalo para atravesar el escafoides, la cuña y el primer metatarsiano
El estudio biomecánico, también, nos sirve para la evaluación pre y post tratamiento
de diversas patologías: después de la realización de una cirugía, después de un
proceso de rehabilitación, etc.
El peso en los pies es uno de los mayores problemas, y es que, aunque muchos
crean que el peso que se carga en la espalda solo la afecta a ella, lo cierto es que
acaba repercutiendo en todo el cuerpo. Las personas suelen soportar un gran peso
diario en la espalda, ya sea por mochilas, bolsos o macutos. Esta costumbre tan
habitual supone un gran esfuerzo para el cuerpo y sobre todo para los pies.
La repercusión variará en función de:
Aunque pudiera parecer que los pies están muy lejos de la espalda, lo cierto es que
todo lo que hagamos en el cuerpo acabará repercutiendo en ellos, dado que son el
soporte de este. El pie es una estructura compleja formada por huesos, músculos y
ligamentos que trabajan en equipo para repartir la carga del propio cuerpo y así
poder accionar el proceso de locomoción. Por ello, cuando se aumenta la carga, se
produce un incremento en el estrés de la estructura plantar, que puede llegar a
provocar problemas y cambios en la pisada si este peso se reitera en el tiempo.
Para evitar o mitigar los daños que provoca el peso excesivo es necesario llevar la
carga de la manera más correcta posible si no se puede evitar. Los bolsos para ir al
trabajo o las odiadas mochilas escolares son elementos de uso diario que no
pueden evitarse, ya que se hacen necesarios para las actividades cotidianas.
MOTORES PRINCIPALES EN LOS MOVIMIENTOS DEL PIE
Nuestros pies realizan trabajos forzados, son mucho más que una simple
plataforma, ya que gracias a sus diferentes estructuras ayudan en a trasladarnos a
todas partes mientras transportan toda la carga del cuerpo. Los músculos pequeños
y grandes del pie se pueden dividir en músculos dorsales y plantares.
Todos los músculos que se encuentran en la zona plantar del pie son compatibles
con los otros músculos y realizan importantes tareas de estabilización del pie. Por
ejemplo, los músculos lumbricales soportan el movimiento de los dedos y permite
que los mismo se junten, además, aumentan la estabilidad de todo el pie. Los
demás músculos de la región plantar del pie garantizan la interacción activa en el
pie que permiten sentarse, absorber golpes y repeler la fuerza ejercida sobre ellos
y le dan al arco plantar soporte y resistencia.
Están constituidas por dos extremos óseos más un tipo de tejido que une a estos
elementos y que mantiene la rigidez entre las piezas óseas. Este tipo de
articulaciones se encuentran en el cráneo y en los huesos largos en crecimiento.
Las sinartrosis constituyen puntos en donde se produce crecimiento óseo. En
relación con el tipo de tejido dispuesto entre los huesos la sinartrosis se divide en:
sinfibrosis o suturas, en las cuales hay tejido fibroso interpuesto, ejemplo, la sutura
interparietal o sagital y las sincondrosis en las que hay tejido cartilaginoso
interpuesto, ejemplo, la articulación occípito-esfenoidal o la unión diáfisis-epífisis de
un hueso largo. En los sujetos adultos estas sinartrosis sufren procesos de
osificación constituyendo las llamadas sinostosis.
Permiten leves movimientos y se reconocen dos tipos: las sínfisis, donde los
extremos óseos están unidos por un disco de tejido fibrocartilaginoso, ejemplo, la
sínfisis púbica o las articulaciones entre los cuerpos vertebrales y las sindesmosis,
donde las piezas óseas son mantenidas en posición por una membrana o ligamento
interóseo de tipo fibroso, ejemplo, la articulación tibio-fibular distal.
Los movimientos que presenta una diartrosis están supeditados a la forma de las
superficies articulares y los ligamentos. Estos movimientos son: flexión, movimiento
que disminuye el ángulo formado por el eje de dos huesos; extensión, antagónico
al anterior, en que aumenta el ángulo formado por el eje de los huesos; abducción,
movimiento en el cual el eje del hueso se aleja de la línea media; aducción,
antagónico al anterior, en el cual el eje del hueso se acerca a la línea media;
rotación, movimiento en el cual el hueso gira alrededor de su eje central;
circunducción, movimiento complejo en el cual el hueso va pasando sucesivamente
por los movimientos anteriores, describiendo durante su acción un cono con sus
bordes.
Sin embargo, en los miembros existen algunos movimientos que ha sido útil
describir y denominar en forma especial. Supinación: movimiento de rotación en el
cual la superficie ventral del miembro superior es llevada hacia adelante (por
ejemplo, al llevar la mano hasta la posición anatómica). Pronación: movimiento de
rotación que lleva la superficie ventral del miembro hacia dorsal, antagonizándose
al anterior. Eversión; es un movimiento en el cual la planta del pie se inclina hacia
lateral mientras que, en la inversión, la planta del pie se inclina hacia medial.
Tróclea astragalina
En el plano longitudinal, las caras laterales son muy diferentes: la interna se halla
poco desarrollada y su arco total es ligeramente inferior al de la externa. Esta última
es mucho más amplia y su arco es superior; su radio de curvatura es mayor que el
de la interna. Esta morfología hace que, cuando existe un movimiento de flexo
extensión en el plano sagital, haya otro de aducción-abducción en el plano
transversal.
Mortaja tibioperonea
Está formada por la parte más distal de los huesos de la pierna. Por parte de la tibia
intervienen 2 superficies articulares: la cara inferior de su extremidad distal, que, al
igual que la tróclea astragalina, es más ancha por delante que por detrás y la cara
externa del maléolo tibial para articularse con la cara interna del astrágalo. Por parte
del peroné interviene la parte interna del maléolo peroneal, que se articula con la
carilla correspondiente del astrágalo.
Talón
Visto por detrás, el talón debe seguir la línea de Helbing (vertical que pasa por el
centro del hueco poplíteo y por el centro del talón), o bien desviarse en unos 5 o de
valgo, lo cual contribuye a amortiguar el choque del talón con el suelo durante la
marcha.
Fórmula digital.
Según la longitud relativa de los dedos, los pies se clasifican en pie griego, cuando
el dedo gordo es más corto que el segundo y cada uno de los siguientes va
haciéndose más corto con relación al segundo; pie cuadrado, cuando el dedo gordo
es aproximadamente igual al segundo y los demás van decreciendo en longitud, y
pie egipcio, cuando el dedo gordo es más largo que el segundo y los demás
progresivamente más cortos.
Fórmula metatarsal.
Articulaciones de acomodación
Por la parte interna se halla formado por la cara articular anterior de la cabeza del
astrágalo, de forma esférica, y por la carilla articular posterior del escafoides, de
forma cóncava. Esta última ve ampliada su superficie articular en la parte inferior
por el ligamento calcaneoescafoideo plantar o ligamento en hamaca, que constituye
un importante soporte plantar para la cabeza del astrágalo e impide su caída. En la
parte interna y plantar se encuentra también el fascículo directo del tendón tibial
posterior que, al insertarse en el tubérculo del escafoides, contribuye a estabilizar la
cabeza del astrágalo en posición. En la artritis reumatoidea se afecta
frecuentemente la articulación astragaloescafoidea y el tendón del tibial posterior.
La lesión de estas estructuras provoca la caída de la cabeza del astrágalo lo que da
lugar a la formación de un pie planovalgo característico de esta enfermedad. En la
parte externa de la cabeza del astrágalo se halla el ligamento en Y de la articulación
de Chopart, el cual está formado por 2 fascículos de origen común en la porción
dorsal de la apófisis mayor del calcáneo; el interno se dirige al escafoides y el
externo, al cuboides, manteniendo la estabilidad de la articulación. Algunos autores
denominan a este conjunto de estructuras que forman la articulación
astragaloescafoidea coxa pedis, por su semejanza con la articulación de la cadera.
Los movimientos de la articulación subastragalina se realizan en torno al eje de
Henke, que penetra por la cara superointerna del cuello del astrágalo, pasa a través
del seno del tarso y sale por la parte posteroexterna del calcáneo. Forma un ángulo
de 16o con el plano longitudinal y de 42o con el transverso.
Las articulaciones del tobillo, subastragalina y de Chopart, tal como dice Inmann,
trabajan de forma conjunta. Se puede comparar la articulación subastragalina con
una bisagra que conecta un elemento vertical (la pierna) con uno horizontal (el pie).
La rotación interna de la pierna se acompaña de una eversión del pie, y la rotación
externa, de una inversión.
Los haces trabeculares del astrágalo están en conexión con los sistemas
trabeculares del calcáneo descritos por
ARANDES y VILADOT (1) y con los del
escafoides, de tal forma que las fuerzas
recibidas por el astrágalo desde la tibia son
transmitidas al resto del pie a través de las
articulaciones subastragalina anterior,
posterior y la articulación astrágaloescafoidea.
Distribución de las cargas
En situación de apoyo bipodal el 75% de la carga se transmite al calcáneo y el 25%
al antepie.
Cinemática
Cinética
Articulaciones entre los huesos del tarso anterior. Corresponden al grupo de las
artrodias, tienen muy poca movilidad sólo algún movimiento de deslizamiento y su
función es de mera adaptación.
Cinemática
La posibilidad de movimiento en la articulación de Lisfranc media es mucho más
limitada que la de las articulaciones de Lisfranc laterales. La central sería
prácticamente rígida, en tanto que la externa y la interna tendrían una amplia
movilidad hacia abajo y hacia dentro. La central actúa como el cuerpo de un pájaro;
las laterales, como las alas. Estas últimas tendrían un efecto estabilizador. El primer
metatarsiano y los 2 últimos se dirigen hacia abajo cuando levantamos el pie del
suelo, mientras que se colocan en el plano horizontal cuando se carga el pie. Por
esto, con el pie en descarga bajan más el primero y el quinto metatarsianos,
apareciendo el arco trasverso, cosa que no ocurre con la bipedestación.
Cinética
La cara anterior del calcáneo articula con el hueso cuboides, estando su mayor parte
recubierta por cartílago. La cara superior también tiene un alto porcentaje de su
superficie recubierta por cartílago, ya que es la zona de contacto con el astrágalo.
La articulación entre calcáneo y astrágalo se conoce como articulación subtalar y,
aunque su rango de movimiento no es excesivamente amplio, tiene una función
importante a la hora de estabilizar la marcha. Especialmente al caminar por terrenos
irregulares. La parte posterior del hueso se conoce como tuberosidad del calcáneo
y en ella se inserta el tendón de Aquiles, transmitiendo las fuerzas ejercidas por el
gemelo para realizar el movimiento de flexión plantar (ponerse de puntillas).
Cinemática
Según la altura del arco, tradicionalmente se han identificado tres tipologías de pie:
normal, plano y cavo. Pies planos y cavos se han reconocido como factores
predisponentes de lesiones, sobre todo durante la práctica de actividad física y
deportiva (Razeghi & Batt, 2002; Shiang et al., 1998; Kulthanan et al., 2004), ya que,
según la altura del arco, se modifican las áreas de apoyo plantar y con eso también
el patrón de distribución de presiones. Un pie plano centra las presiones sobre el
hueso navicular, factor predisponente a fracturas por estrés (Chuckpaiwong et al.,
2008). Un arco elevado también tiene mayor relación con lesiones, provocadas
principalmente por el aumento de presión sobre los puntos de apoyo y por el
aumento de tensión en la fascia plantar (Burns et al., 2005; Hreljac et al., 2000).
https://www.medigraphic.com/pdfs/orthotips/ot-2010/ot104c.pdf
https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-reumatologia-29-articulo-
alteraciones-boveda-plantar-13055069
https://www.exapuni.com/carreras/apunte/Universidad%20de%20Buenos%20Air
es/Medicina/Anatom%C3%ADa/Boveda%20Plantar%20Kapandji/897/0
https://g-se.com/huella-plantar-biomecanica-del-pie-y-del-tobillo-propuesta-de-
valoracion-bp-b57cfb26db4ec3
http://articulos.sld.cu/rehabilitacion-bio/category/mecanica-del-pie/
https://repositorio.unican.es/xmlui/handle/10902/7078
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ortopédico. Federación Mundial de Hemofilia.
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Elsevier Health Sciences España.
(https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-
95022017000100015