Practica Constitucional

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

● ASIGNATURA:

□ DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

● TEMA:
● PRACTICA CALIFICADA
● DOCENTE:

□ GABRIELA FERNANDA PINARES PAYNE

● ALUMNOS:

□ MEDALY NICOL CHAIÑA QUISPE

□ ANNY BRENDA ORTIZ CORVACHO

□ HAXEL OCHOA OJEDA

CUSCO-2023
Analizar y resolver casos prácticos sobre procesos constitucionales de derechos
para comprender su aplicabilidad y fundamentos.

El señor Juan Pérez descubrió que un periódico local ha publicado detalles íntimos
de su vida privada sin su consentimiento, dañando su imagen y la de su familia.

¿Qué proceso constitucional puede interponer el señor Pérez y cómo debe


fundamentarlo?

El proceso constitucional que debe interponer el Señor Juan Pérez es el proceso de


Habeas Data.

El proceso de habeas data es empleado para proteger dos derechos específicos: el acceso
a la información pública y la autodeterminación informativa. El primero, implica que
toda persona puede solicitar sin expresión de causa la información que requiera y
recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal. El segundo derecho protege este
proceso constitucional a que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o
privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.

Ello implica, según lo dispuesto por el artículo 61° del Código Procesal Constitucional,
conocer, actualizar, incluir y suprimir o rectificar la información o datos referidos a su
persona que se encuentren almacenados o registrados en forma manual, mecánica o
informática, en archivos, bancos de datos o registros de entidades públicas o de
instituciones privadas que brinden servicio o acceso a terceros.

Asimismo, el derecho antes señalado implica también hacer suprimir o impedir que se
suministren datos o informaciones de carácter sensible o privado que afecten derechos
constitucionales.

Derecho a la privacidad y la autodeterminación informativa

El término privacidad se deriva de lo privado. “Dícese de lo que tiene carácter particular


(…). Personal, confidencial. Todo lo que concierne al llamado derecho privado” (Flores,
1987, p. 435). Lo conforman aquellas acciones propias, particulares y personales de los
individuos, correspondiéndole solo al titular decidir sobre ellos. Constituye uno de los
valores más importantes de respeto al ser humano.

La privacidad, término castellanizado que proviene de la palabra anglosajona “privacy”,


constituye el conjunto de actividades que el hombre desarrolla en la colectividad y en
grupos reducidos pero que desea preservar del conocimiento ajeno y, de su tratamiento
informatizado, porque si bien podrían parecer informaciones inofensivas e
intrascendentes para la persona afectada, la utilización y tratamiento informático de las
mismas puede transformarla en comprometedoras para el libre desarrollo de la
personalidad del individuo (Marecos, 2011, p.53).

El derecho a la privacidad se define como la libertad, la facultad que toda persona tiene
de desenvolverse en el ámbito social, familiar o personal, de acuerdo a sus propios
patrones de conducta, hábitos o costumbres. Por lo que nadie debe inmiscuirse en ella,
si no es con su autorización. El derecho a decidir en qué medida compartirá con los
demás sus pensamientos, sus sentimientos y los hechos de su vida personal, comprende
los aspectos muy particulares de la identidad individual, la voz, la imagen, la edad, la
nacionalidad, la salud, los hábitos sexuales, las ideas religiosas, políticas, filosóficas, la
situación patrimonial, financiera; en suma, sus datos estrictamente personales. Por otro
lado, la imparable revolución de las TIC ha dado lugar a que este derecho se regule
jurídicamente a fin de proteger la libertad y la intimidad, amenazados por el acopio de
datos y la existencia de sofisticados sistemas de registros automatizados en entidades
públicas y privadas.

La influencia de los avances tecnológicos es sin duda un elemento determinante para la


protección de la privacidad de todas las personas, que plantea diariamente nuevos
desafíos, en los cuales es necesario lograr un equilibrio entre la tecnología y la
protección de los datos personales, con la ayuda de herramientas jurídicas y
tecnológicas. (Viega y Baladán, 2014, p. 180).

El bien tutelado es la reserva de la intimidad, que no haya injerencia por parte del
Estado ni de particulares; se protege a través de la acción judicial de Hábeas Data. La
base legal se encuentra en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).

Artículo 12.- Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su


familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación.
Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Y, en la Constitución Política del Perú de 1993.

Artículo 2. Toda persona tiene derecho:


Inc. 6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no
suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.

Inc. 7. Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar así como a


la voz y a la imagen propias. Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o
agraviadas en cualquier medio de comunicación social tiene derecho a que éste se
rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las
responsabilidades de ley.

Límite entre el derecho a la información y el derecho a la privacidad

Cabe precisar que, si bien es cierto que el derecho a la información forma parte de los
derechos fundamentales de tercera generación, cuya base es el principio de solidaridad,
su límite es el derecho a la privacidad e intimidad de las personas. “…por ser derechos
subjetivos, no son derechos absolutos que pueden ejercitarse sin ninguna limitación”
(Pauner, 2014, p. 97). Nos encontramos así frente a dos derechos humanos
aparentemente en pugna; por un lado, el derecho a la información, que constituye un
elemento esencial para el desarrollo de la persona y de la sociedad; y por el otro, el
derecho a la privacidad de todo ser humano que merece respeto y garantía de mantener
su propio espacio de privacidad e intimidad libre de injerencias; particularmente, frente
al abuso que pudiera cometer la informática en el acceso, distribución y manipulación
de datos personales, por las enormes posibilidades de almacenar, procesar y transmitir
una ilimitada cantidad de información, que podría causarle daño. “… como internet,
donde la información circula por canales no protegidos, encriptados, que a su vez,
generan grandes y complejos problemas de seguridad y confidencialidad” (Flores, 2011,
p. 58). Esta realidad exige crear una serie de mecanismos preventivos y de control, que
limiten, regulen y sancionen el accionar de las entidades públicas y privadas cuando
tengan relación directa con el tratamiento de datos e información de índole personal,
buscando un equilibrio entre estos dos derechos.

Autodeterminación informativa

Otro de los derechos fundamentales que se desprende del derecho a la privacidad, y que
tiene relación directa con el Hábeas Data es la autodeterminación informativa, que es un
derecho de tercera generación, cuya característica esencial es la solidaridad, ya que para
su real garantía exige la acción mutua, tanto de la persona, el Estado y las entidades
públicas y privadas. “Encontramos en la solidaridad la razón de ser de los derechos de
tercera generación, como en su momento lo fue la libertad y la igualdad para los
derechos de primera y segunda generación respectivamente” (Marecos, 2011, p.50).

La justicia alemana lo denominó por primera vez como la “autodeterminación


informativa”, dicho principio fue enunciado en una célebre sentencia del Tribunal
Constitucional alemán de Karslruhe el 15 de diciembre de 1983… La sentencia sostuvo
lo siguiente: que dicho derecho supone la facultad del individuo de disponer y relevar
datos referentes a su vida privada, en todas las fases de elaboración y uso de datos, o
sea, su acumulación, su transmisión, su modificación y su cancelación (Pulgar, 2006, p.
96).

Es el derecho que tiene toda persona de acceder y controlar la información personal


registrada en bancos de datos públicos o privados, es el único que ejerce las facultades
de: a) Solicitar la corrección, rectificación, actualización o modificación de datos
inexactos. B) Solicitar la cancelación de datos obsoletos, inapropiados o irrelevantes. C)
Facultad de solicitar la cancelación de datos personales obtenidos por procedimientos
ilegales. C) Facultad de exigir que se adopten medidas suficientes para evitar la
transmisión de datos a personas o entidades no autorizadas.

Como tal, faculta a los individuos decidir qué datos son los que pueden o no ser
conocidos, autorización que debe ser expresa, porque es ella quien controla la
información o los datos que se refieren a su persona, que no es más que la forma de
preservar su privacidad, frente al peligro de las bases de datos y al uso de las nuevas
tecnologías y sus potentes herramientas de acopio y procesamiento, que ha generado
nuevas modalidades de amenaza y agresión a los derechos y libertades, tipificados como
delitos informáticos. Por los que toda persona debe contar con efectivas garantías
legales que protejan el tratamiento de sus datos personales. Es así que, “Las nuevas
condiciones de ejercicio de los derechos humanos han determinado una nueva forma de
ser ciudadano en el Estado de Derecho de las sociedades tecnológicas (…) (Marecos,
2010, p. 52).

Datos sensibles

Se denomina así a todos aquellos datos personales estrictamente reservados que


caracterizan la individualidad y la personalidad de los sujetos y, como tal, forman parte
de su privacidad. Lo conforman: el origen étnico, las opiniones políticas, convicciones
religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o
la orientación sexual. Si éstos han sido registrados en el cumplimiento de determinados
fines, para la investigación, censos estadísticos, estudios científicos, para fines oficiales
del Estado, solucionar problemas de salud, etc. Deben ser con su consentimiento
expreso y merecen una especial protección jurídica, tal como lo manda la ley, para
evitar daños y perjuicios a la persona, como puede ser la discriminación, lo advierte
Velezmoro (2006): “de un tiempo a esta parte se ha llamado la atención sobre las
posibilidades de que el tratamiento automatizado de datos pueda ser perjudicial para la
persona; de hecho, la facilidad de la recolección, tratamiento y entrecruzamiento de
datos es notoria con el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación.”
(p.159).

Es así que los datos sensibles solo pueden ser acopiados cuando existan o se justifiquen
razones de interés general, por mandato judicial, para fines estadísticos o científicos. En
caso de registrarlos a través de medios digitales, las entidades públicas y privadas están
obligadas de contar con políticas de privacidad, plasmadas en documentos que señalen
con claridad los mecanismos de protección en el manejo de la información de sus
clientes, usuarios, proveedores y empleados.

Protección de datos personales

“Datos personales. Toda información sobre una persona natural que la identifica o la
hace identificable a través de medios que pueden ser razonablemente utilizados” (Ley
N° 29733, Artículo 2. 4). La protección de datos personales está íntimamente
relacionada con la autodeterminación informativa, la privacidad y con el proceso de
agravio constitucional de Hábeas Data. Su reconocimiento se encuentra en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Las leyes sobre la materia en
esta parte de América Latina, han sido influenciadas por el Modelo Europeo,
particularmente por la directiva europea 95/46 (Vásquez, 2012, p. 33). Uno de los
últimos países en aprobar la Ley de Protección de Datos Personales, Ley N° 29733
(2011), ha sido el Perú, dos años después se aprobó el Reglamento que entró
plenamente en vigencia el año 2015. Es de notar que en la sociedad y en casi todas las
organizaciones públicas y privadas, es aún incipiente la cultura de protección de datos
personales, la ciudadanía desconoce que forma parte de sus derechos fundamentales y
que tiene la titularidad sobre ellos, cuyo registro, manipulación y transferencia sin su
consentimiento, en particular con las nuevas tecnologías de la información, puede
ocasionar daños y perjuicios con graves repercusiones en su vida personal, social o
profesional. “Cuanto más avanza la sociedad de la información, más se sabe, cada día,
acerca de nosotros” (Corte Suprema de Justicia, 2010, p. 15).

Como se evidencia la protección datos no es de hoy, esta ha sido de gran importancia en


la sociedad postindustrial, ya que para cualquier actividad, sea en la realidad virtual o en
la realidad tangible, permanentemente se están brindando datos personales. Hoy en día
se necesita cantidad de datos para abrir una cuenta de banco, para una rifa, para pagar
una factura o para registrarse en una cuenta de una red social, por lo tanto toda esta
información que se entrega es reflejo de quienes somos, es reflejo de la personalidad de
cada uno, y debe ser protegida, resguardada (Agencia Española de protección de datos,
p. 5).

El contenido de los datos personales lo conforma todos aquellos que lo identifique, del
cual se obtiene un perfil de la persona a través del origen étnico, nombre, sexo,
domicilio, nacionalidad, profesión, estado civil, créditos, situación crediticia,
enfermedades, orientación política, religión, filosofía, etc.

Son los antecedentes que permiten conocer a un individuo desde diversos ámbitos.
“Cuanto más avanza la sociedad de la información, más se sabe, cada día, acerca de
nosotros” (Corte Suprema de Justicia, 2010, p. 15).

El recurso de agravio constitucional de Hábeas Data, es una garantía contenida en la


Constitución Política del Perú de 1993, protege dos derechos fundamentales, el acceso a
la información y la autodeterminación informativa o protección de datos personales.
Estos, son derechos humanos de tercera generación, cuyo principio es la solidaridad, en
la que intervienen, las personas, el Estado y las empresas privadas. Esta garantía surge
como respuesta al avance imparable de las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones, que, acopian, registran y procesan ingentes cantidades de datos
personales, que si no son protegidos de acuerdo a los tratados internacionales y a las
normas internas de cada país, pueden constituir un grave riesgo a la privacidad de los
individuos.

Luisa Fernández fue detenida por la policía mientras participaba en una


manifestación pacífica. A pesar de no haber cometido ningún delito, fue retenida
durante 48 horas sin una orden judicial
¿Qué proceso constitucional puede interponer Luisa Fernández y cuál sería el
fundamento de su acción?

Tienes derecho a reunirte pacíficamente sin armas según el Artículo 2 numeral 12 de la


Constitución Política del Perú y el Artículo 15 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

Derecho a la protesta en Perú, a pesar de no estar expresamente comprendido en la


Constitución, está reconocido por el TC como un derecho fundamental no enumerado,
respaldado por el artículo 3 de la Constitución.

La protesta pacífica es un derecho. La detención solo cabe cuando afectas el derecho de


terceros, la propiedad privada o si realizas actos de violencia contra la autoridad.

Según la Constitución Política del Perú, el plazo máximo de detención es de 48 horas,


pero eso no quiere decir que las autoridades deban esperar dicho plazo. La policía y el
Ministerio Público deben definir la situación política en el menor tiempo posible.

Los adolescentes mayores de 14 años solo pueden ser detenidos por la policía si
cometen un delito flagrante (evidente).

Este problema nos lleva a qué se estaría infringiendo contra nuestro

Derecho a la movilización pública que manifiesta lo siguiente:

Tienes derecho a reunirte pacíficamente sin armas según el Artículo 2 numeral 12 de la


Constitución Política del Perú y el Artículo 15 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

La protesta pacífica es un derecho. La detención solo cabe cuando afectas el derecho de


terceros, la propiedad privada o si realizas actos de violencia contra la autoridad.

Según la Constitución Política del Perú, el plazo máximo de detención es de 48 horas,


pero eso no quiere decir que las autoridades deban esperar dicho plazo. La policía y el
Ministerio Público deben definir la situación política en el menor tiempo posible.

Los adolescentes mayores de 14 años solo pueden ser detenidos por la policía si
cometen un delito flagrante (evidente).

Recomendaciones para participar en una movilización pacífica

Si al asistir a la marcha lanzan gases lacrimógenos, ten en cuenta lo siguiente:


Lleva un pañuelo con vinagre para cubrirte la nariz y boca. Debes colocarlo encima de
la mascarilla.

Lleva una botella de agua con bicarbonato. Enjuagarte la boca con esto te ayudará frente
a los gases lacrimógenos.

Cubre tus brazos y piernas. Evita telas como franela pues tu sudor potencia el efecto del
gas.

Si tienes cabello largo, hazte una cola o usa una gorra o pañuelo. El gas se impregna en
el cabello.

Lleva tu DNI o cualquier otro documento de identificación.

Puedes llevar impreso un hábeas corpus para solicitar tu libertad si eres detenido.
También puedes solicitar el hábeas corpus de manera verbal.

Comparte tu ubicación con algún familiar o amigo, y avisa a tu entorno de tu


participación.

Si te detienen durante la movilización pacífica:

La policía está obligada a informar sobre tu detención a tus familiares, amigos o


abogado, si van a preguntar por ti en la comisaría.

Nadie (ni la policía) te puede obligar a declarar.

Tienes derecho a llamar a tus familiares y/o abogado.

Tienes derecho a solicitar la presencia de un abogado. No deben imponerte uno, tú


tienes la libertad de elegirlo. Si no cuentas con uno, tienes derecho a solicitar un
abogado de oficio.

No firmes documentos ni actas sin antes leerlos. Si no estás de acuerdo con el texto del
documento, nadie puede obligarte a firmar.

Identifica a los policías que te detienen. Pide sus nombres y apellidos. Sus nombres o su
negativa de identificarse deben ir en tu declaración.

Si has sido maltratado, debes decirlo y denunciarlo. Es necesario que esto aparezca en tu
declaración y en el acta de detención.
Tienes derecho a ser examinado por médicos legistas. Si has sido maltratado o
golpeado, debes informarlo. Si eres mujer, tienes derecho a que una enfermera esté
presente durante la revisión.

No declares sin la presencia de un fiscal. Además, deberá estar presente tu abogado


defensor.

Pide el nombre del fiscal a cargo o, en todo caso, el número de fiscalía. Tu abogado
puede llamar a la fiscalía.

Nadie puede revisar tus conversaciones (celular) sin tu autorización o una orden
judicial.

Tu familia debe acreditar que tu libertad no es un riesgo a través de documentos que


prueben que trabajas o estudias o incluso recibos de luz, agua o teléfono del lugar donde
vives.

Si eres testigo o víctima de violación de derechos humanos durante una manifestación


pacífica, puedes denunciar ante la Defensoría del Pueblo.

María González, defensora de derechos ambientales, ha recibido amenazas por parte de


una empresa que desea construir una planta industrial en una zona protegida. Ella teme
por su integridad y la de su familia.

Ante la amenaza inminente sobre sus derechos fundamentales, ¿qué proceso


constitucional podría interponer María González?

El proceso constitucional que interpone sería el de amparo puesto que protege la


libertad personal y derechos conexos como la vida integridad física para ello antes tiene
que agotarse las vías posibles de solución de conflicto como la vía penal.

Identificando el proceso el proceso de amparo ya que protege la libertad de los derechos


conexos es decir la vida y como fin principal del estado o la defensa de la persona
humana y respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del estado en
concordancia con el artículo 25 de la constitución toda persona tiene derecho a un nivel
adecuado que asegure así como a él y a su familia la salud y bienestar y en especial la
alimentación el vestido y la vivienda la asistencia médica y los servicios sociales
accesorios.
Para empezar la zona protegida es intangible y no se puede transgredir la fauna y flora
de dicha zona pero frente a ello si se llega a construir y recibe las amenazas se debería
tomar en cuenta primigeniamente la vía penal conforme con el artículo 171 inciso 1 del
código penal peruano que tipifica La amenaza como delito frente a ello habiendo una
sentencia si puede tomar en cuenta el proceso constitucional de amparo ya que protege
la libertad personal y derechos conexos como la vida integridad física en concordancia
en el artículo 25 de la Constitución que hace mención que toda persona tiene derecho a
un nivel adecuado que asegure así como a él y a su familiar la salud el bienestar y en
especial alimentación el vestido y la vivienda así como la asistencia médica y los
servicios sociales accesorios.

Así que lo que debe de hacer ella es presentar un Hábeas corpus restringido: Empleado
cuando la libertad física es objeto de molestias, incomodidades o perturbaciones y que
configuran una limitación en menor grado.

Carlos Ramírez es un paciente con una enfermedad crónica que requiere


medicación especializada. El hospital público local, argumentando falta de
recursos, ha negado el suministro de su medicación.

¿Qué proceso constitucional puede interponer Carlos Ramírez para garantizar su


derecho a la salud?

La Constitución Política de 1993 y el proceso de amparo

La Constitución Política de 1993 ha mantenido el proceso constitucional de amparo,


reconocido, por vez primera en el ordenamiento peruano, en la Constitución de 1979.
En efecto, señala el inciso 2 del artículo 200° de la Constitución que procede la acción
de amparo contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o
persona que vulnera o amenaza los derechos fundamentales, distintos de los que
protegen el hábeas corpus y el habeas data. Agrega que el amparo no procede contra
normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de un procedimiento regular.

Objeto de protección: derechos protegidos por el proceso de amparo

El proceso de hábeas corpus protege la libertad individual y los derechos conexos, como
la prohibición de la prisión por deudas, prohibición de la servidumbre, entre otros,
reconocidos en el artículo 2 inciso 24 de la Constitución. El habeas data, por su parte,
tutela dos derechos específicos, el acceso a la información pública y la
autodeterminación informativa, reconocidos en los incisos 5 y 6 del artículo 2 de la
Carta constitucional.

El proceso de cumplimiento cautela el derecho a la eficacia de las normas legales y de


los actos administrativos que se desprenden de la interpretación unitaria de los 3 y 43 y
de la Constitución.

Los derechos fundamentales no mencionados en el párrafo precedente son tutelados por


el proceso de amparo. Este protege los otros derechos reconocidos en el artículo 2 de la
Constitución, entre los que se encuentran: el derecho a la vida, el derecho al libre
desarrollo de la personalidad, a la libertad de conciencia y religión, el derecho a la
igualdad y no discriminación, las libertades de expresión e información, la libertad de
contratación, la libertad de trabajo, el derecho de propiedad y herencia, identidad, medio
ambiente, el trabajo, la salud, la educación y la seguridad social, así como la libertad de
empresa, etc. Además, el artículo 37 del CPConst. enunciativamente complementa y
precisa este listado de los derechos protegidos por el proceso de amparo.

Cabe precisar que esta no es una lista cerrada, porque el artículo 3 de la Constitución
establece que los derechos fundamentales reconocidos en su artículo 2 […] no excluye
los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se fundan
en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado
democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno».

Además, su Cuarta Disposición Final y Transitoria señala que las disposiciones que
reconocen derechos y libertades «[…] se interpretan de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las
mismas materias ratificados por el Perú». Esta disposición es reiterada por el artículo V
del Título Preliminar del CPConst., que establece: «El contenido y alcances de los
derechos constitucionales protegidos por los procesos regulados en el presente Código
deben interpretarse de conformidad con la Declaración Universal de Derechos
Humanos, los tratados sobre derechos humanos, así como de las decisiones adoptadas
por los tribunales internacionales sobre derechos humanos constituidos según tratados
de los que el Perú es parte».

Entonces, mediante el proceso de amparo se protegen los derechos fundamentales


reconocidos por el bloque de constitucionalidad. Este bloque alude a una suma de
normas que, a pesar de no tener rango constitucional desde una perspectiva formal,
materialmente son normas de contenido constitucional.

Al respecto, los tratados de derechos humanos contienen normas constitucionales,


puesto que reconocen los derechos básicos de la persona. Entre estos instrumentos
internacionales tenemos a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto
Infernacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana de Derechos
Humanos, el Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos en
materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, etc. De igual manera, las
decisiones que emitan los órganos de control de dichos instrumentos, como la Corte
Interamericana de Derechos Humanos respecto de la Convención Americana de
Derechos Humanos, sirven como material interpretativo de las disposiciones
constitucionales que reconocen derechos fundamentales con la finalidad de ampliar su
contenido esencial.

En esa misma dirección, algunas normas de rango legal son materialmente


constitucionales en tanto regulan contenidos de los derechos fundamentales, como la
Ley General de Educación y la Ley Universitaria, en tanto regulan diversos aspectos del
derecho fundamental a la educación.

En este bloque también podemos considerar a la jurisprudencia del propio TC, en tanto
sus sentencias de inconstitucionalidad de la ley y sus precedentes desarrollan diversos
aspectos de los derechos fundamentales. Por ejemplo, la sentencia sobre la reforma del
régimen de pensiones del Decreto Ley 20530 desarrolló diversos aspectos de la garantía
institucional a la seguridad social y del derecho a la pensión (sentencia del Exp. 0050-
2004- PI/TC y otros expedientes acumulados); la sentencia sobre el amparo en materia
laboral desarrolló los aspectos constitucionales del derecho al trabajo (sentencia del
Exp. 0206- 2005-PA/TC); la sentencia que a propósito de la declaración como zona
rígida del Centro Histórico de Lima desarrolló el derecho de reunión (sentencia del Exp.
4677-2004-PA/TC), entre otras muchas,

Por lo señalado, la jurisprudencia del TC, junto a los otros instrumentos normativos, se
integra al material interpretativo para determinar el contenido esencial o
constitucionalmente protegido de los derechos.

LA SALUD COMO DERECHO


Los derechos humanos han recibido diversas denominaciones a través del tiempo:
derechos del hombre, garantías Individuales o Sociales, derechos naturales, derechos
innatos, derechos esenciales, libertades públicas, derechos de la persona humana,
derechos públicos subjetivos y derechos fundamentales (4). Los derechos se
singularizan de acuerdo a sus principios: universalidad, historicidad, progresividad,
aspecto protector, indivisibilidad y eficacia directa. La Declaración Universal de los
Derechos Humanos reconoce que: /… Toda persona tiene derecho a un nivel de vida
adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y bienestar, y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales
necesarios… El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(12), señala el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud
física y mental. Alcántara (13) sostiene que la salud es un hecho social tanto material
como inmaterial, por ello, es multidimensional y multicausal, desbordando así la
competencia médica. Para Ferrajoli (14) los derechos fundamentales conforman tres
criterios axiológicos: el nexo entre derechos humanos y paz (garantizando los derechos
fundamentales para conservar la paz), el nexo entre derechos e igualdad (igual
valoración para todos), y el papel de la ley del más débil en alternativa a la ley del más
fuerte.

La Organización Mundial de la salud define a la salud como «un estado de completo


bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de dolencia o enfermedad»
(párr. 1). Esta definición nos señala que el bienestar humano no solamente se refiere al
ámbito puramente físico, sino que comprende otros, como el biológico, el social o el
cultural, factores que deben tomarse en su conjunto, porque cuando hay un desequilibrio
en estos podemos caer enfermos.

El Tribunal Constitucional, en el Expediente n. o 2064-2004-PA, nos indica que el


derecho a la salud, previsto en el artículo 7 de la Constitución de 1993, comprende no
solo el derecho al cuidado de la salud personal, sino también el acceso a condiciones
mínimas de salubridad a fin de vivir una vida digna.

Así, afirma que el derecho a la salud abarca, por un lado, la atención de salud oportuna
y apropiada; y, por otro, los factores que determinan la buena salud, tales como el agua
potable, la nutrición, la vivienda y las condiciones ambientales y ocupacionales
saludables, entre otros (Tribunal Constitucional, 2005, fundamento 2).
Al respecto, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(PIDESC, 1966) ha delineado el contenido minimo del derecho a la salud -que incluye
el derecho a entornos saludables- precisando que el mejoramiento de todos los aspectos
de la higiene ambiental e industrial entraña, en particular, la necesidad de velar por el
suministro adecuado de agua limpia potable y la creación de condiciones sanitarias
básicas; la prevención y la reducción de la exposición de la población a sustancias
nocivas, tales como la radiación y sustancias quimicas nocivas u otros factores
ambientales perjudiciales que afectan directa o indirectamente a la salud de los seres
humanos (art. 12, numeral 2, literal c).

En consecuencia, el derecho a la salud se entiende no solo como el derecho al cuidado


de la salud personal, sino, sobre todo, como el derecho a vivir en condiciones de higiene
ambiental, lo que se logra proporcionando a los individuos educación y condiciones
Sanitarias básicas.

Por las razones expuestas, el derecho a la salud requiere del goce de las condiciones o
factores biológicos, sociales y culturales, así como el acceso a los bienes y servicios
sanitarios, solo así se podrá alcanzar el disfrute adecuado de la salud.

Naturaleza jurídica del derecho a la salud

El articulo 1 de la Constitución Politica del Estado ha determinado que «La defensa de


la persona humana y el respeto a su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del
Estado». Mientras que el Tribunal Constitucional (2004b) establece que el principio de
dignidad irradia en igual magnitud a toda la gama de derechos, ya sean los denominados
civiles y politicos, como los económicos, sociales y culturales, toda vez que la máxima
eficacia en la valoración del ser humano solo puede ser lograda a través de la protección
de los distintos elencos de derechos, en forma conjunta y coordinada.

Vivimos en un Estado social y democrático de derecho que tiende a asegurar la


posibilidad de hacer una vida digna, asegura e impone que los poderes públicos trabajen
y faciliten ello. En tal sentido, la vida ya no puede entenderse solo como un limite al
ejercicio del poder, sino, fundamentalmente, como un objetivo que guía la actuación
positiva del Estado Dichos postulados propenden a la realización de la justicia, que
avala los principios de dignidad humana y solidaridad y traspasa el reducido marco de la
legalidad con el que se identificaba la noción clásica de Estado de derecho (Tribunal
Constitucional2004b. fundamento 25).

De otro lado la salud es un derecho fundamental por su relación inseparable con el


derecho a la vida; y la vinculación entre ambos es irresoluble, ya que la presencia de
una enfermedad o patología puede conducirnos a la muerte o, en todo caso, desmejorar
la calidad de la vida. Entonces, es evidente la necesidad de efectuar las acciones para
instrumentalizar las medidas dirigidas a cuidar la vida, lo que supone el tratamiento
destinado a atacar las manifestaciones de cualquier enfermedad para impedir su
desarrollo o morigerar sus efectos tratando, en lo posible, de facilitar al enfermo los
medios que le permitan desenvolver su propia personalidad dentro de su medio social
(Tribunal Constitucional, 2004b, fundamento 27).

En este contexto, el articulo 1 de la Constitución señala que todos tenemos derecho a la


vida y el articulo 7 determina que todos tenemos derecho a la protección de nuestra
salud. Entonces, como se ha visto, el derecho a la salud es indesligable del derecho a la
vida y ambos constituyen derechos fundamentales, por lo que una vida digna real e
integral depende especialmente del goce de una efectiva salud. Asimismo, si bien el
derecho a la salud es un derecho social, se trata, en esencia, de un derecho fundamental
y asi lo dispone la Constitución Politica del Estado de 1993.

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