Este poema es una carta de un feto a sus padres biológicos expresando su tristeza y dolor por haber sido abortado. El feto recuerda cómo su madre se enteró del embarazo y sintió náuseas y rabia, y cómo su padre se mostró nervioso e inquieto ante la noticia pero al final lo abandonó en el hospital. El feto lamenta haber nacido en este mundo y haber sido rechazado por sus propios padres, pero al final los perdona y promete velar por ellos y sus herman
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Este poema es una carta de un feto a sus padres biológicos expresando su tristeza y dolor por haber sido abortado. El feto recuerda cómo su madre se enteró del embarazo y sintió náuseas y rabia, y cómo su padre se mostró nervioso e inquieto ante la noticia pero al final lo abandonó en el hospital. El feto lamenta haber nacido en este mundo y haber sido rechazado por sus propios padres, pero al final los perdona y promete velar por ellos y sus herman
Este poema es una carta de un feto a sus padres biológicos expresando su tristeza y dolor por haber sido abortado. El feto recuerda cómo su madre se enteró del embarazo y sintió náuseas y rabia, y cómo su padre se mostró nervioso e inquieto ante la noticia pero al final lo abandonó en el hospital. El feto lamenta haber nacido en este mundo y haber sido rechazado por sus propios padres, pero al final los perdona y promete velar por ellos y sus herman
Este poema es una carta de un feto a sus padres biológicos expresando su tristeza y dolor por haber sido abortado. El feto recuerda cómo su madre se enteró del embarazo y sintió náuseas y rabia, y cómo su padre se mostró nervioso e inquieto ante la noticia pero al final lo abandonó en el hospital. El feto lamenta haber nacido en este mundo y haber sido rechazado por sus propios padres, pero al final los perdona y promete velar por ellos y sus herman
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¿PLATICAMOS, PAPA?
La que pasea opulenta por las
calles y nos mira (Fidencio Escamilla Cervantes) Como una vez miraron los nazis la Papá; quiero decirte que tu piel judía; lenguaje es muy extraño, La que escarnia, veja, viola, roba y A veces no te entiendo y no es asesina culpa de mis cortos años; Los últimos latidos de decencia Tú dices que actúo como lo hacen que se abrigan. mis hermanos Tú me hablabas de paz, papá. ¡Pues Y que sigo sus pasos, por eso no nada es cierto! entiendo lo que hablamos. Vi en las noticias que en Libia hay Papá; ven, siéntate ¿Porqué no muchos muertos platicamos? A causa de un simple desacuerdo Yo también puedo aconsejarte ¿calamos? Por una frontera que limita en el desierto. Como dos amigos, hombre, sin molestarnos. Irán y Paquistán están ardiendo,
¡Vamos! Siéntate cómodo. Ciudades enteras se han estado
¿Empezamos? destruyendo,
Las vidas humanas ya no tienen
precio, Papá; tú me has enseñado a decir verdades, jamás mentiras, Y tú dices que hay paz en el mundo
Me haz enseñado a caminar y a mi ¡Y me lo dices riendo!
lado tú caminas, Te haz puesto pálido, papá ¿Qué Pero me has negado una verdad. pasa? ¡La de la vida! ¿Te afectó lo que te dije? ¡Y lo que La estricta realidad; la otra cara. falta! ¡La que extermina! Las malas noticias siempre avanzan Y se filtran hasta los últimos que perdió a su hijo en un asalto? rincones de las casas. ¿Sirve de algo la protesta de un Yo pensé que preparaban la vida niño transformado en llanto? para otra nueva raza, ¿Sirve de algo la protesta del que Sin sobresaltos ni violencia, bajo abre una misma causa: los surcos con el pie descalzo? Pensando en los niños de hoy como ¿Sirve de algo la protesta de la única esperanza esposa Para cambiar un mundo que hacia en espera del ansiado abrazo? su fin avanza. ¿Sirve de algo la protesta avalada ¡Qué distancia abismal los crudos hechos! por el tiempo y la luz de los ancianos? Los proverbios de paz y de amor ya son recuerdos, ¿Sirve de algo la protesta del obrero No hay la amistad ni bondad, ni el entendimiento, que con sus hermanos se vuelve solidario? Sólo el alma homicida y su cruel cerebro. ¿Sirve de algo la protesta de aquellos Es la herencia de ustedes y orgullosos están de ello que por hambre han robado?
Porque día tras día se pelean por ¿Sirve de algo la protesta de la
dar novia
La noticia al mundo entero; que recibe un cuerpo destrozado?
¿Qué importa para ustedes el ¿Sirve de algo mi protesta, para
llanto y el desasosiego? por el sólo echo de ser un SER ¿Sirven de algo las protestas de humano? un mundo envuelto en medio? Antes que tú, que yo, y que muchos ¿Sirve de algo la protesta de una otros madre ¿Cuántos más habrán ya protestado?
Y te pregunto, papá, inspirado en
mi niñez;
¿Ha servido de algo?
No me contestes ahorita;
Tú dices que el hombre debe
meditar,
¿Te parece bien mañana, papá, tus
besos dame,
buenas noches hoy; después...
quién sabe?! Un mensaje a los que que estabas triste, te sentías mal, temerosa. debieron ser mis padres. Sentí que él se quedó inquieto, quiso llorar, quedó en silencio, Papitos: no sé si deba llamarlos así te vio con ansia, te vio con miedo; porque en realidad nunca lo fueron; ¡él me quería!, casi estoy cierto, cuando descubriste, mamita, que ¡iba en su vida, en su pensamiento!. estaba en ti sentiste náuseas, pretextos mil Mas el demonio pudrió su mente, que papito y tú me destruyeron. le dio egoísmo, le dio veneno; sentí temor, me quedé pendiente, Aún recuerdo con vasta pena escuché llantos y gritos fuertes, hace seis meses que tú, mamita, tantos reproches que se dijeron. en una noche te diste cuenta que estaba envuelto en tu placenta Mi fetal alma ya comprendía y te dio rabia, mucha, infinita. todos los gritos, ¡falsas palabras! pensé en vivir, que me salvarían, Sentí algo amargo, ¡más qué que antes que nada sí me querían, importaba! que estaban limpias aún sus almas. uno en el vientre vive tranquilo; el sexto hijo era yo, ¡cuánto te Iba a ser bueno con mis papitos, amaba! no lloraría en toda la noche, sumaba días, multiplicaba, me aguantaría, sería un hombrecito, el mismo mes me parecía un siglo. no lanzaría siquiera un grito para evitarme cualquier reproche. Soñaba tanto con ver las flores, la luz del día, mis hermanitos...; Cuando acostaron a mis hermanos sería bueno con mis mayores, sentí bonito, quise ir con ellos, todos mis actos serían mejores eran tan buenos, ¿no había lugar? por ver alegres a mis papitos. y que importaba, así chiquito me conformaba con estar cerca, Soñaba tanto en aquel momento, yo dormiría en el suelo. en el instante en que me tendrías; me veía envuelto, cubierto a besos, Escuché entonces, papá, tu voz tú siempre, siempre me arrullarías quebrada y mi papá me diría: “¡Travieso!”. por el cansancio o por el desvelo, que era imposible que yo llegara; Mas esa noche, ¡ay!, que bien más importante era que te recuerdo, compraras llegó papá, te miró nerviosa, un coche azul último modelo. corriste, y en aquel encuentro, hablaste de mi, que me llevabas Sentí morirme, lloré en silencio dentro, ¿Eso es ser padres?, ¡yo les pregunto! ¿no me querían?, ¡¡¡por qué me hicieron!!! Mi cuerpecito aún caliente ¡yo no pedí venir a este mundo ! quedó en un frasco, ya estaba muerto, Al día siguiente, muy de mañana, el doctor dijo que próximamente al hospital se fueron dispuestos; sería usado en experimentos. miré por última vez aquella casa, ¡¡¡la que iba a ser mi casa!!! Perdí mi cuerpo mas no mi alma, a mis hermanos, tranquilos, quietos, que ahora descansa junto al no imaginaban lo que pasaba creador, los niños sólo somos traviesos. y hoy, a casi un año de aquella infamia, Miré aquel cuarto impecable, yo los recuerdo con mucho amor. blanco, y una mirada implacable, fría, Y aunque soy ángel, a veces sufro y sentí miedo, te di un abrazo, al ver que a solas lloran y gimen, busqué a papito, busqué una huída, al acordarse a cada segundo grité, lloré, me hice pedazos de aquel aborto que fue su crimen. porque atentaban contra mi vida. Se acordarán de mi por todo un Vi a mi papito, ¡lo vi temblando! siglo cuando pasábamos en la camilla; en cualquier parte, en cualquier le vi una lágrima en la mejilla lugar, ¡sí me quería!, ¡estaba llorando! cuando descubran a cualquier niño que va en los brazos de sus papás. ¡Sálvame!, ¡sálvame! te gritaba te vi indeciso por un instante Yo ya los he perdonado pero a medida que nos llevaban papá, mamá, aunque en realidad tú, mi papaíto, me abandonaste. nunca lo fueron prometo velar por ustedes y por Cerraron puertas y te durmieron mis hermanitos; y quedé solo, aislado, preso; adiós les dice para siempre: iba a morir, lo sabía, ya no ¡EL QUE PUDO HABER SIDO imploraba; SU HIJO! ¿para qué? ninguna súplica serviría de nada. Fidencio Escamilla Cervantes Sentí un dolor agudo aquí, en mi pecho, solo un ratito y después, nada... ¡nada!.