Tesis Sobre Hospital de Los Bethlemitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD

DEL CUSCO
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA PROFESIONAL DE HISTORIA

Análisis del impacto socio – económico de la


Congregación Bethlemita en el Cusco (1698 – 1740)

TESIS PRESENTADA POR:


Bachiller. Sergio Xavier Arana Alvaro.

Para optar el título profesional de:


LICENCIADO EN HISTORIA.

ASESOR:
Doctor. Eleazar Crucinta Ugarte.

FINANCIADO POR:
UNSAAC

CUSCO – 2019
Dedicatoria

A Dios nuestro Señor por haberme dado la vida, y a mis padres por haberla forjado con tanto

esmero, amor y sacrificio.

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Agradecimiento

Debo agradecer, principalmente a mi familia por darme el aliento de haber comenzado una

carrera universitaria, y que está continuara hasta llegar aquí, la tesis. Principalmente agradecer a

mi querida hermana Ruth, por darme su apoyo desde que era un infante y mucho más en mi periodo

escolar secundario y universitario, solo ella sabe lo mucho que dio por mí, y lo eternamente

agradecido que estoy y estaré con ella. A mis dos sobrinas Damaris y Joselyn que, junto a mi padre,

son mi compañía de mí día a día, y el único sostén emocional, que tengo en esta vida. También

debo agradecer a mis compañeros y amigos, de toda la vida universitaria, Brian y Jonathan, que

juntos compartimos muchas experiencias en las aulas universitarias, y que hasta ahora siguen

apoyándome, en especial Brian, muchas gracias. Agradecimientos debo, a mis maestros

universitarios; al Dr. Eleazar Crucinta, mi director de tesis, al Dr. Francisco Medina, al Mgt. Darío

Mormontoy, a la Mgt. Ena Aragón, al Dr. Jorge Escobar, al Lic. Jorge Olivera, maestros y amigos

míos, que me dieron su apoyo moral y consejos para la realización de esta tesis. Debo agradecer

también al Archivo Regional del Cusco que, sin este repositorio documental, no sería posible la

realización de este tipo de investigaciones, a la biblioteca del Centro Bartolomé de las Casa, que

con su cuantiosa información hizo posible la realización de este trabajo de tesis. Agradecer a

CONCYTEC y muy especialmente a la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco que

mediante, el Vicerrectorado de Investigación, y su programa Yachayninchiq Wiñarinampaq,

subvencionaron los gastos que conlleva este trabajo de investigación. Gracias a todos.

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2. Índice

1. Firma de dictaminantes _____________________________________________________ i


Dedicatoria __________________________________________________________________ ii
Agradecimiento ______________________________________________________________ iii
2. Índice ___________________________________________________________________ iv
3. Resumen ________________________________________________________________ vi
4. Introducción ____________________________________________________________ viii
5. Problema de investigación __________________________________________________ 1
5.1. Planteamiento del problema __________________________________________________ 1
5.2. Formulación del problema ____________________________________________________ 1
5.2.1. Problema general.________________________________________________________________ 1
5.2.2. Problemas específicos _____________________________________________________________ 1

6. Objetivo de la investigación _________________________________________________ 2


6.1. Objetivo general ____________________________________________________________ 2
6.2. Objetivos específicos _________________________________________________________ 2
7. Marco teórico ____________________________________________________________ 2
7.1. Antecedentes de la investigación _______________________________________________ 2
7.2. Base teórica ________________________________________________________________ 2
8. Hipótesis de la investigación ________________________________________________ 9
8.1. Hipótesis general ____________________________________________________________ 9
8.2. Hipótesis especificas _________________________________________________________ 9
9. Metodología de la investigación _____________________________________________ 10
9.1. Tipo y nivel de investigación _________________________________________________ 10
9.2. Materiales ________________________________________________________________ 11
9.2.1. Equipos. _______________________________________________________________________ 11
9.2.2. Software: ______________________________________________________________________ 11

9.3. Métodos __________________________________________________________________ 11


10. Resultados y discusión __________________________________________________ 13
Capítulo I __________________________________________________________________ 13
1. Generalidades _______________________________________________________________ 13
1.1. Surgimiento de la Congregación Bethlemítica en el nuevo mundo. ________________________ 13

4
1.2. Los barbones en el virreinato del Perú. _______________________________________________ 17
1.3. Llegada y establecimiento de los Bethlemitas en el Cusco. _______________________________ 19

Capitulo II _________________________________________________________________ 27
2. Impacto social de la congregación Bethlemita en la población cusqueña colonial de inicios
del siglo XVIII ___________________________________________________________________ 27
2.1. El Convento – Hospital de Nuestra Señora de la Almudena de la religión Bethlemítica. ______ 34
2.1.1. Un nuevo hospital en la ciudad del Cusco. ________________________________________ 38
2.1.2. La farmacia de los Bethlemitas. _________________________________________________ 45
2.1.3. El noviciado de la religión Bethlemita. ___________________________________________ 56
2.2. Los Bethlemitas brindan enseñanza a los niños gentiles de extramuros de la ciudad del Cusco. 63
2.2.1. La escuela de los Bethlemitas. __________________________________________________ 67

Capitulo III_________________________________________________________________ 69
3. Un breve panorama de la economía del Virreinato del Perú, para inicios del siglo XVIII _ 69
3.1. Las haciendas de los Bethlemitas en la región del Cusco. ________________________________ 71
3.1.1. Sillque principal sostén económico de los Bethlemitas y de su hospital en el Cusco. _____ 81
3.1.2. Haciendas de auto abastecimiento de los Bethlemitas. ______________________________ 85

11. Conclusiones y recomendaciones __________________________________________ 90


12. Referencia ____________________________________________________________ 91
13. Apéndice y anexos ______________________________________________________ 94

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3. Resumen

La congregación Bethlemita fue una de las tantas órdenes religiosas existentes en el mundo

cristiano católico, no obstante, con una pequeña particularidad en comparación a las demás, que

esta se originó en el continente americano, se instituyó en la actual ciudad de Guatemala en la

segunda mitad del siglo XVII, para luego expandirse sustancialmente en México y Perú. La

principal labor en la que se enfocaron los Bethlemitas fue el cuidado y atención de enfermos,

seguido de la educación de menores en pequeñas escuelas constituidas junto al hospital y en otros

casos (Cusco) instalada al interior del hospital. Cabe destacar que, dichas obras de caridad eran

realizadas en bien de la población cusqueña; por lo que, surgen las interrogantes con relación a su

patrocinio ¿cómo eran sostenidas?, ¿con qué subvención? Para remediar los cuantiosos gastos, los

Bethlemitas tuvieron que idear numerosas formas de ingresos económicos, uno de ellos fue la

producción y comercialización de alimentos de pan llevar, esencialmente la producción de maíz,

el cual era cultivado en las propiedades de la congregación, los cuales fueron obtenidos

mayoritariamente por donación, otras por compra y raras veces por usurpación, creándose un

ambiente de autoabastecimiento y mercantilización.

Palabras claves.

Bethlemitas, hacienda, economía, caridad, hospital y escuela.

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PISIYACHIYNIN

Bethlemita t’aqa nisqa, teqsemuyuntinpi católico kaqmanta kausaqmi paqariran haqay América

suyu nisqapi, Kunan Guatemala sutiyoq llaqtapi.; qhepakunapitaq México llaqtapi Perú suyupi

ima mast’arikuran. Kay Bethlemita t’aqaqa llank’aran onqoq runakunanata qhawarinanapaq,

yanapananpaq, chaypas erqekunata yanapaqku yachayta chaskinankupaq. Chaypaqmi

yachaywasikunata oqarichiriranku hanpina wasiwan kuskalla kananpaq.

Chayqa, kay allin runa masinchiskunaq ruwayninkuqa, allin qhawarisqan karan kay Qosqo

llaqtanchispi, haqay ñaupaq pachamantaraq.

Ichaqa, tapukunkichischa: Ima qolqewansi? ¿Piqpa yanapasqanwanmi kay Bethlemitas t’aqa, kay

llank’aykunata ruwan?

Chaypaqmi runankuna imaymana ruwanakunata sonqonqopi, umankupi hamut’aqku. Chaypi

paykunaqa, mikhunapaq llank’ aqku chajrankuta. Chay sara llank’asqankuwanmi paykunaqa

kawsaqku, waqcha llaqtamasinchiskuna yanapanankupaq.

Chay chajrakunapas, runa khuyapayakuq runa masinchismi qoyapuranku wiñaypaq kay

Bethlemitas t’aqaman, wakin allpatataqmi rantiranku qolqe huñukusqankuwan; chaywan

yanapananakunankupaq; Chaywanmi paykunalla imatas llank’akuqku kikin Hacienda Bethlemita

nisqapi.

Taripay rimaykuna:

Bethlemita, ayllu, qolqechaq, ayni, hanpina wasi, yachay wasi.

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4. Introducción

El templo de la Almudena es uno de los tres templos coloniales del distrito de Santiago de la

ciudad del Cusco, también recinto de una hermosa escultura, de la mamita Nati, llamada así por la

mayoría de sus devotos, pero siglos antes conocida como Nuestra Señora de la Almudena, al

visitarla en su festividad el 8 de setiembre de cada año, casi la mayoría de parroquianos que entran

a ese monumento colonial ignora; ¿cuándo fue construida?, ¿quién los mando a construir? y si

saben que es de la época colonial, ¿por quién estuvo habitado en ese tiempo?. Pues esta

investigación busca difundir de alguna manera el legado histórico, desde cuando fue habitado por

la congregación Bethlemita y estudiar a la orden religiosa en sí. Esta orden religiosa fue importante

para esta ciudad por el servicio caritativo que brindó a los moradores del Cusco colonial, ya sea

en su hospital, escuela o por el servicio de asilo que dio a los ancianos religiosos y laicos, esta

orden religiosa para brindar estos servicio tuvo que manejar una economía agrícola, la

investigación “Convento Hospital de la congregación Bethlemitas en el Cusco 1698 – 1720”

busca estudiar ese tipo de economía que se estableció en el Convento – Hospital en relación a las

propiedades rurales que obtuvieron.

La presencia del Doctor Don Manuel de Mollinedo y Angulo y de su Sobrino el Licenciado

Andrés de Mollinedo y Rado, no solo beneficio como sabemos en el crecimiento y afloramiento

del arte en el Cusco, sino que también beneficio brindando apoyo a la sociedad de manera

humanitaria. Pues el obispo Mollinedo es uno de los pocos españoles que vino a esta parte del

mundo para invertir de su propio peculio en mejora del Cusco. Es así que gracias a la buena

voluntad de dicho clérigo y su sobrino es que se hace posible el establecimiento de la congregación

Bethlemita en el Cusco, luego de un largo trámite realizado por los mencionados clérigos y además

8
la donación de una propiedad que costó de su propio dinero al Licenciado Mollinedo y Rado, esto

dice mucho para saber cuánto quiso el obispo Mollinedo a esta gran ciudad del Cusco cabeza de

estos reinos del Perú.

En el primer capítulo, titulado generalidades, tratamos de abordar, desde los comienzos y

fundación de la Congragación Bethlemita, en la localidad de Guatemala, por Fray Pedro de

Betancourt; su llegada y asentamiento en el virreinato del Perú, desde su arribo en el puerto de

Paita, su primera fundación fue en la ciudad de Trujillo, para después dirigirse a la ciudad de los

Reyes, en donde toman posesión del Hospital del Carmen bajo el auspicio del virrey Conde de

Lemos, este convento – hospital sería el hospital matriz de toda la congregación Bethlemita en el

Perú. En el presente capitulo también se relata la llegada de estos clérigos a la ciudad del Cusco

en el año de 1690 y su establecimiento en 1698, bajo el auspicio de doctor, Don Manuel de

Mollinedo y Angulo y su sobrino el párroco del hospital de los Naturales, el licenciado Andrés de

Mollinedo y Rado.

En el segundo capítulo, se estudia el impacto social que tuvo está orden religiosa en la ciudad

del Cusco, a través del funcionamiento de un hospital, y la pequeña escuela para menores, esto en

el convento – hospital de Nuestra Señora de la Almudena. Como fue el manejo de las instituciones

y como influyo en los ciudadanos de ese entonces. También se ve el funcionamiento del noviciado,

donde se formaban nuevos clérigos de la Congregación Bethlemita. Y como fue el proceso de

formación de estos novicios y que requisitos tenían que cumplir para ser admitidos dentro de esta

orden.

En el tercer capítulo, de igual manera que en el segundo, se estudia el impacto que esta

congregación religiosa causo en la ciudad del Cusco, pero esta vez en el aspecto económico. Como

corto preámbulo, damos un panorama de la economía del virreinato del Perú de esos años, y como

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esta influyo en la economía de la orden Bethlemita, también hacemos estudio de las haciendas que

tuvieron en la región del Cusco, y como estas influyeron en relación al abastecimiento del convento

– hospital de Nuestra Señora de la Almudena. Principalmente nos referimos a la hacienda Sillque

ya que esta fue la más provechosa propiedad que tuvieron los Bethlemitas para el sostén de su

orden en la región del Cusco. Tuvieron muchas propiedades, pero la mayoría de estas, fueron

adquiridas fuera de los años de estudio de esta tesis. Por tal nos abstenemos en su estudio.

Sin mayor preámbulo, damos por introducida dicha tesis de investigación y pedimos las

disculpas del caso si hubiera lagunas historiográficas, pues pensamos que estas serían una seña,

para próximas investigaciones, por parte de nuevas generaciones de historiadores.

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5. Problema de investigación

5.1. Planteamiento del problema

Como se sabe las órdenes religiosas tuvieron un rol importante en la sociedad colonial peruana

y de América por el manejo de bienes a su cargo, como son; propiedades, haciendas y demás

bienes, en las cuales producían, utilizando mano de obra aborigen, el cual jugó un papel importante

en el aspecto social y económico de sus habitantes de la sociedad en la que residían. Por la cual se

plantea las siguientes preguntas.

5.2. Formulación del problema

5.2.1. Problema general.

❖ ¿Cuál fue el impacto socio-económico de la Congregación Bethlemita en el Cusco,

desde su establecimiento hasta sus próximos cuarenta años?

5.2.2. Problemas específicos

❖ ¿Qué efecto social causó en la población cusqueña de ese entonces la presencia de esta

nueva orden religiosa, designada a la prestación de servicios hospitalarios y caritativos,

respecto al bienestar saludable de aquellos habitantes?

❖ ¿Cuál fue el tipo de economía que esta congregación manejó en sus bienes inmuebles

obtenidos en sus treinta primeros años y cómo lo emplearon para la subsistencia de su

Convento-Hospital?

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6. Objetivo de la investigación

6.1. Objetivo general

❖ Analizar y explicar el impacto socio – económico de la Congregación Bethlemita en el

Cusco desde su establecimiento hasta sus próximos cuarenta años.

6.2. Objetivos específicos

❖ Conocer el efecto social causado en la población Cusqueña de ese entonces la presencia

de esta nueva orden religiosa designada a la prestación de servicios hospitalarios y

caritativos.

❖ Explicar el tipo de economía que esta congregación manejo en sus bienes obtenidos en

sus cuarenta primeros años y como lo emplearon para la subsistencia de su convento

hospital.

7. Marco teórico

7.1. Antecedentes de la investigación

Los antecedentes de esta investigación de donde nace la idea de esta tesis, principalmente son:

➢ Estructura agraria y vida rural en una región andina, Ollantaytambo entre los siglos XIV Y

XIX”.

La tesis de licenciatura

➢ “Los Bethlemitas en el Cusco (1698 – 1823)”.

Las investigaciones del Dr. Horacio Villanueva Urteaga acerca de los Bethlemitas, etc.

7.2. Base teórica

En postrimería del siglo XVII, el Cusco vio asentarse a una congregación que tuvo muchos

beneficios para la ciudad del Cusco ya que acogía a los más necesitados y pobres de esta ciudad,

2
nos referimos a la Congregación Bethlemita que inició su vida institucional en estos lares, en el

año de 1698 por gestión realizada del Doctor Don Manuel de Mollinedo y Angulo, obispo del

Cusco de esa época, y de su sobrino el Licenciado Don Andrés de Mollinedo y Rado. Esta nueva

orden se funda en tierras americanas “Los Bethlemitas se funda en Guatemala (centro américo)

denominada primeramente como: congregación Belemitas, fundada por el hermano Pedro Joseph

Bethancourt, el año de 1653” (Covarruvias Pozo J. , 1958, pág. 275). Esta orden llega al virreinato

del Perú, estableciendo su hospital en la ciudad de Lima, llamado el Carmen.

En 1690 dos clérigos de la orden de Bethleem arriban a la ciudad del Cusco los cuales llevaban

por nombres fray Miguel y Antonio de la Concepción, el motivo de su presencia en el Cusco es la

de recolectar limosnas y recurrir a la caridad para la reconstrucción de su convento, que se

encontraba en ruinas luego de sufrir un terremoto que golpeo a la ciudad de Los reyes capital del

Virreinato del Perú en el año de 1687.

Fueron los hermanos Miguel y Antonio de la Concepción que viajando por Jauja y

Huamanga llegaron al Cusco en el año de 1690, como hemos dicho, para recaudar fondos.

En cusco fueron muy recibido, y alojados en el Convento de Santo Domingo. (Angles

Vargas, 1983, págs. 522-524)

El obispo del Cusco sabiendo de la fructífera y beneficiosa labor que esta orden realizaba,

aprovecho la presencia de Fray Miguel y Antonio de la Concepción en el Cusco, para proponer y

sugerirles que establecieran un convento – hospital regentado por la orden Bethlemita, para el

servicio de los pobladores del Cusco.

Fray Miguel de la Concepción, después de oír al obispo parece que no encontró oportuno

el proyecto y le manifestó que creía difíciles nuevas fundaciones de su religión por cuanto

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parecía pendiente el pleito que en Madrid sostenía Fray Rodrigo de la Cruz, Prefecto

General, por el paso de los Breves Apostólicos que conformaban la Orden de Belén,

afirmando además que, por esta razón, era imposible que el Prefecto Mayor de Lima Padre

de la Encarnación diera licencia alguna (Villanueva Urteaga, Historia de la Fundacion del

Hospital y Convento de Nuestra Señora de la Almudena del Cuzco, 1948, pág. 5)

Luego de un largo proceso que acarreo casi una década de años en gestiones del obispo para el

establecimiento de esta orden en el Cusco, se logró en 1698 la aprobación del Padre General Fray

Rodrigo de la Cruz, ya que el Padre Mayor de Lima ponía diferentes obstáculos para que los

hermanos de Bethleem pudieran venir y hacer una vida de caridad en la Cuidad del Cusco. El

prefecto general fray Rodrigo de la Cruz, junto con diez hermanos de su congregación se

encaminaron desde la ciudad de los reyes hacia la ciudad del Cusco, para poder fundar el hospital

tan anhelado por el obispo Mollinedo, llegando así un 29 de junio de 1698. “Grande fue el alboroto

con el que el vecindario celebro la llegada de la tan deseada nueva orden.” (Villanueva Urteaga,

Historia de la Fundacion del Hospital y Convento de Nuestra Señora de la Almudena del Cuzco,

1948, pág. 9).

El establecimiento y fundación de esta congregación se consiguió por un concierto realizado el

29 de agosto de 1698 entre el obispo Mollinedo y el Padre Prefecto general de la congregación

Bethlemita Fray Rodrigo de la Concepción que se encontraba en la ciudad del Cusco.

Años atrás el sobrino del obispo Mollinedo el Licenciado Andrés de Mollinedo y Rado, había

construido un edificio en su jurisdicción eclesiástica que era la parroquia del Hospital de Naturales.

Dicho hospital había sido construido por las adversidades que vivían los pobladores de ese lugar,

el párroco Andrés de Mollinedo da cuenta al señor obispo que los naturales que se encuentran a la

margen derecha del rio Chunchulmayo, son impedidos por razones de la naturaleza y la lejanía,

4
para que estos puedan asistir a misa todos los domingos y fiestas de guardar y además no recibían

los sagrados sacramentos que la iglesia debería de darles en el proceso de evangelización que se

estaba dando en este nuevo reino.

La dicha fundación se hizo sobre las tierras cedidas por el referido Obispo, al otro lado del

rio Chunchulmayo, tierras de Chaquilchaca, términos de la parroquia de Santiago y junto

al campo santo, parajes habitados por numerosos indios, que vivían en apartados lugares

de la parroquia, que no podían recurrir a las prácticas religiosas, de oír misa los domingos

y recibir los auxilios divinos, ni mucho menos, cumplir debidamente, su párroco con la

sagrada misión de suministrar los Sagrados Sacramentos, por las dificultades materiales,

de tener que atravesar larga distancia, donde vivían los dichos naturales. (Covarruvias Pozo

J. , 1957, pág. 372)

El licenciado Andrés de Mollinedo y Rado construye con su propio peculio un edificio religioso

en la localidad antes mencionada que constaba de un templo y una casa, para que haga la función

de semi parroquia del Hospital de los Naturales, dicha semi parroquia funciona como tal con la

colaboración de la hermandad y esclavitud de nuestra señora de la Almudena. hasta ante que fue

donada a los Bethlemitas. La que estará regida por las Constituciones de la Hermandad y

Esclavitud de Nuestra Señora, con constancia de sus inventarios de bienes, habidos desde su

fundación y la bendición de sus campanas (Covarruvias Pozo J. , 1957, pág. 373).

Pasando casi sesenta días de la llegada de Fray Rodrigo de la Cruz y su delegación al Cusco un

29 de agosto de 1698 es que se hace la donación de este recinto religioso por parte del Obispo

Mollinedo y su sobrino Andrés de Mollineo y Rado, para que la congregación Bethlemita haga

uso en beneficio de los naturales.

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La escritura de donación del santuario, casa y vienes del Almudena a los padres de Belén,

fue firmada por el obispo el 29 de agosto de 1698, y la posesión judicial les fue otorgada

en la persona del Reverendo Padre Prefecto General de la orden Fray Rodrigo de la Cruz,

por D. Juan Fernando Calderón de la Barca Justicia Mayor del Cuzco, el 19 de setiembre

del mismo año. (Villanueva Urteaga, Historia de la Fundacion del Hospital y Convento de

Nuestra Señora de la Almudena del Cuzco, 1948, pág. 10)

Desde ese momento toman posesión los hermanos de Belén, el templo y casa que esta y seguirá

estando bajo la advocación de nuestra Señora de la Almudena, para establecerse y empezar su

labor hospitalaria a la ciudad del Cusco.

El templo y casa que se construyó el sector de Chaquilchaca, fue fundada y comenzó a funcionar

bajo la advocación de Nuestra Señora de la Almudena, cosa que no cambió cuando lo Bethlemitas

se establecieron sobre dicho recinto, pues esto sucedió por una cláusula que se dio en el concierto

de donación de parte del obispo Mollinedo, en la cual dice que no debe cambiarse el nombre de la

advocación de este sitio. “El nombre del sitio y de las imágenes nunca se ha de mudar y siempre

se ha de llamar Nuestra Señora de la Almudena” (Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág.

31).

Después de ya haberse instalado los padres Bethlemitas en los aposentos donados por el obispo

Mollinedo, estos religiosos buscan la forma de como poder solventarse en su vida institucional,

tenemos que tener presente que también la labor que realizaban que era la de dar salud y bienestar

a los naturales, acarreaba un fuerte gasto, era imposible pensar que con tan solo las limosnas que

se recolectaba pudieran solventarse, ellos mismo y su hospital y mucho más si se quería mejorar

su economía.

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La congregación Bethlemita, como casi todas las órdenes religiosas de la colonia tuvieron una

economía agrícola, esto con lleva a la venta de productos de pan llevar que fue muy rentable en

sus épocas, para la producción masiva o en cantidad de estos productos, estos clérigos estaban a la

expectativa de obtener mayor cantidad de bienes inmuebles, ya sean haciendas, terrenos en grandes

y pequeñas proporciones y demás, que sirvan para poder florecer en esta económica.

La obtención de bienes inmuebles por parte de la congregación Bethlemita no se hace esperar

mucho podríamos decir que comienza de inmediato, pues estando todavía en la ciudad del Cusco

el padre prefecto general de esta orden fray Rodrigo de la Cruz es que se obtiene propiedades como

podemos ver que el 13 de junio de 1699 obtiene por compra seis solares en los alrededores de su

convento, podríamos decir que estas compras se hace para expandir los territorios adyacentes al

hospital y templo de la Almudena.

El padre Fr. Rodrigo de la Cruz compra de Don Lucas Tisoc Sairi -Topa, hijo y heredero

de Don Francisco Tisoc Sairitupac, inca principal y gobernador de la parroquia del Hospital

de Naturales, seis solares que lindan por tres partes, con calles reales y frente a la portería

de Convento que están en la plazuela, heredados del dicho su padre, como consta de la

cabeza y pie del testamento otorgado, el 13 de junio de 1688. (Villanueva Urteaga, 1948,

pág. 377)

La forma de adquisición de bienes no solo fue por una vía de compra, es más este tipo de

adquisición fue el menos utilizado, ya que la gran mayoría de obtención de bienes fue a través de

donaciones, pues en la mayoría de historiografía revisada se indica que estos clérigos tuvieron una

prospera económica por las grandes donaciones que recibieron de distintos donantes. “Entre los

años de 1699 a 1750, los Bethlemitas adquirieron con mayor intensidad, numerosas tierras y

7
haciendas, como indicamos anteriormente, ya sea por donación o por compra” (Pereira Nina &

Guzman Villafuerte, 1996, pág. 35)

Al parecer a la congregación Bethlemita le fue muy bien en sus actividades económicas, ya que

obtuvo grandes propiedades en la localidad de Ollantaytambo, Anta y otros, además el hospital

administrado por esta congregación eran uno de los que mayor lujo gozaba.

Entre los conventos- hospitales tanto de Lima, Trujillo y Cajamarca, observamos que el

Convento – Hospital de Nuestra Señora de la Almudena, es la que poseía mayor solvencia

económica, debido a la buena gestión y eficiencia de los prefectos, quienes, a través del

trabajo, ejecutado por los naturales en las haciendas obtenían diversos productos de pan

llevar los cuales eran comercializados. (Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág. 11)

Esto se debe a que las ganancias obtenidas por todas las haciendas de propiedad de los

Bethlemitas eran destinadas para la solvencia del hospital de la Almudena de la ciudad del Cusco.

Y además de ganancias también eran abastecidas con productos de pan llevar. “Estas haciendas

cumplieron funciones especializadas y complementarias. Sillque cuyo funcionamiento

estudiaremos en detalle, producía maíz esencialmente como mercancía, un conjunto muy variado

de alimentos con los que se abastecía el hospital” (Glave & Remy, ESTRUCTURA AGRARIA Y

VIDA RURAL EN UNA REGION ANDINA; OLLANTAYTAMBO ENTRE LOS SIGLOS

XIV-XIX, 1983, pág. 284).

Dentro de las haciendas con mayor producción y por lo tanto con mayores ingresos económicos

era la hacienda denominada Sillque que tenía como ubicación la localidad de Ollantaytambo y fue

obtenida en el año 1698. Esta hacienda que era productora netamente de maíz, seguramente por

estar ubicada en el valle sagrado de los incas daban un buen producto que era muy bien apreciado

8
en el mercado, junto a esta encontramos la de Cachiccata y Pachar también ubicadas en

Ollantaytambo, que aunque producían otra variedad de productos estas tres eran un eje muy

importante ya que por estar ubicadas en una cercanía muy pequeña se puede observar la dinámica

con la que funcionaban estas haciendas que no solo eran abastecedoras de productos a los demás

sino que estas eran auto abastecidas por la variedad de producción que se daban.

8. Hipótesis de la investigación

8.1. Hipótesis general

➢ Los primeros años de la Congregación Bethlemita en el Cusco, luego de

establecerse un primero de setiembre de 1698 por petición del Doctor Don Manuel

de Mollinedo y Angulo. Estos clérigos ofrecen sus servicios de socorro a los

enfermos y sacerdotes ancianos de esta ciudad, pero para prestar estos servicios,

dicha congregación tuvo que obtener recursos para solventarse en estos

quehaceres, y la forma de dar solución a esto, se hizo por medios de una economía

agrícola que era muy rentables en esa época, y más aun siendo estos frailes uno de

los más grandes productores de maíz en la región del Cusco.

8.2. Hipótesis especificas

➢ La presencia de la congregación Bethlemita en el Cusco aumento la mejora de

la atención en el ámbito de la salubridad para los pobres convalecientes de esta

ciudad, ya que en el Cusco existió muy pocos nosocomios de atención para los

naturales, pues esta nueva congregación religiosa apoyo directamente al hospital

de naturales del Cusco, ya que sus principales patrones con la que fue creada tenían

9
dirección a realizar este tipo de labor, dar ayuda a los más pobres de las colonias

conquistadas y servir a los sacerdotes ancianos.

➢ Desde el momento que se establecieron estos clérigos, llegaron a obtener bienes

inmuebles ya sea por donación o por compra. Los padres Bethlemitas, tuvieron

que manejar un tipo de economía mayormente agrícola, ya que estas donaciones y

compras en su mayoría son haciendas con extensas tierras de cultivo, como

tenemos en el caso de la hacienda Sillque que fue el eje económico más importante,

que se utilizó en el sustento y manejo de su institución en el Cusco que estaba al

servicio de la ciudadanía Cusqueña. Pues el convento-hospital de los Bethlemitas

en el Cusco, a comparación de los otros recintos administrados por la misma

congregación en el Perú, los del Cusco fueron los que poseían mayor solvencia

económica.

9. Metodología de la investigación

9.1. Tipo y nivel de investigación

En esta investigación longitudinal de evolución, el espacio histórico estudiado es el Cusco.

Donde se estudiará a la orden Betlemita incidiendo en su impacto social y económico, entre 1698

y 1740. El fenómeno a estudiar es histórico, consiguientemente la observación es indirecta a través

de fuentes indirectas, fundamentalmente de tipo documental, de archivo y bibliotecas.

El nivel de la investigación es descriptivo para saber cómo fue el impacto social y económico

en el Cusco de ese entonces; y explicativo para exponer los efectos sociales y económicos que

tuvieron estoy frailes en el Cusco.

10
9.2. Materiales

9.2.1. Equipos.

El uso de ordenadores de cómputo en la recolección y/o acopio de información tanto en el

Archivo Arzobispal como en el Archivo Regional de Cusco, y para la redacción en el proceso de

elaboración de la tesis.

El uso de cámaras fotográficas digitales y otros aparatos como scanner, etc. en la digitalización

de documentos.

9.2.2. Software:

Softwares especializados para la redacción, digitalización, acopio y almacenamiento de textos

y documentos como son: Microsoft Office 2016, Nitro Pro 12, ABBYY Fine Reader 12, Tropy

Beta, Calibre E-book, etc.

9.3. Métodos

✓ El método científico

Método que ayudará a la investigación a tener pasos ordenados y

sistematizados en los procedimientos sucesivos de la investigación.

✓ El método histórico

Método que nos permitirá el acopio o recolección de información sistemática

de los datos encontrados en las fuentes primarias como secundarias de los

distintos repositorios de información que servirán al desarrollo de esta tesis.

✓ El método analítico.

Método que se empleará en el análisis minucioso de los datos recaudados en

los repositorios de información.

11
✓ El método heurístico.

Método que se utilizará para localizar las fuentes en diferentes repositorios y

proceder luego a la recolección de la información, haciendo uso de los

instrumentos técnicos pertinentes.

✓ El método hermenéutico.

Método que se utilizará para la interpretación de la información histórica.

12
10. Resultados y discusión

Capítulo I

1. Generalidades

1.1. Surgimiento de la Congregación Bethlemítica en el nuevo mundo.

El nuevo mundo, América, vio nacer en sus entrañas a una nueva orden religiosa profesante de

la doctrina cristiana-católica, el cual llegó a este lado de la tierra con el advenimiento de Colón, el

12 de octubre de 1492. El continente americano fue proveedora de los foráneos y terruño de los

oprimidos, es en ese contexto donde nace la orden Bethlemita, que en un primer momento quiso

autodenominarse Compañía Bethlemítica; sin embargo, por evitar pleitos y altercados con los de

la Compañía de Jesús, quienes defendían a capa y espada su denominación de compañía, los frailes

Bethlemitas optaron por designarse congregación Bethlemita o religión Bethlemítica. Palma

(1964) refiere que “de todas las órdenes monásticas y religiosas que pueblan la cristiandad solo de

los Belethmitas o Barbones puede considerarse como originaria de América” (pág. 43).

Así pues la mencionada congregación, ignorada por las instancias correspondientes1, dio inicio

a su vida institucional el año de 1653 en Centroamérica (Guatemala), con el venerable Pedro

Bethancourt, quien al tomar los hábitos de la congregación Bethlemita llegó a denominarse Pedro

de San Joseph, personaje que crea y pone los cimientos de la Congregación Bethlemita, más a su

1
O sea, clandestinamente sin bula papal o breves apostólicos, ni autorización alguna del rey de España.

13
muerte en 1667, le impide ver cómo su institución llegó a la formalidad al ser aprobada por los

entes correspondientes y su consecuente prosperidad.

Pedro Bethancourt recibió la educación de los jesuitas, mas no llegó a inmiscuirse en la

formación clerical de mencionada orden religiosa; después, pasó a ser hermano tercero de la orden

de San Francisco, pero tampoco formó parte de las filas de los franciscanos como clérigo, más

bien como laico perteneciente a una orden tercera. De los Bethancourt, no fue el único de la familia

que pisó suelo americano, por el contrario, dos de sus hermanos habían partido hacia América del

Sur un año antes que él; uno se dirigió hacia Quito como prelado y el otro ejerció un cargo en la

administración pública en virreinato del Perú, Palma (1964) afirma: “Don Fernando y don Jacinto

de Bethancourt, hermanos de nuestro don Pedro vinieron al Perú por los años de 1648, alcanzando

el primero a investir la dignidad de canónigo en Quito y el segundo llego a desempeñar alto empleo

en las cajas reales” (pág. 439).

Pedro de San Joseph mucho antes de denominarse como tal, y fundar la congregación

Bethlemítica, ya había empezado con su actividad de ayudar a los más convalecientes de la ciudad

de Guatemala, “Cerca de la Capilla del Calvario y allí abrió un pequeño hospital y una escuela

para niños, que habían de ser las dos obras fundamentales de la Orden” (Vargas Ugarte, 1960, pág.

44). También en sus actividades cotidianas este supo ganarse la fama de un mediador con los

espíritus del más allá.

Se atribuyen al venerable Bethancout, del que se cuenta que tenía largas pláticas con las

ánimas benditas y que una de estas para poner término a la curiosidad del belethmita por

saber lo que pasa en el otro barrio se mostazo hasta el punto de decirle; amiguito, amiguito

en el otro mundo se hila muy delgadito; tengo para mí que en nuestro siglo de espiritismo

y de espiritistas, habría sido Bethancourt un excelente médium. (Palma, 1964, pág. 439)

14
A la muerte de Bethancourt el año de 1667, le sucede en el cargo como cabeza y máximo

regente de los Bethlemitas, fray Rodrigo de la Cruz, cuyo nombre civil fue Rodrigo Arias

Maldonado quien asumiría el cargo alrededor de 1663. Ugarte refiere que “El 2 de febrero de 1668,

en presencia del Deán, D, Pedro del Castillo Cárcamo y Valdés se verifico la elección y al siguiente

año fue nuevamente nombrado prefecto” (Vargas Ugarte, 1960, pág. 45). De la Cruz será quien

eleve a los Bethlemitas al estatus de Orden Religiosa sacándolos de la clandestinidad en la que se

encontraban; asimismo, consolida los cánones que su antecesor había dejado en borradores, ya

que, para ser reconocidos como Orden Religiosa, primero debían de tener la aprobación de su

santidad el Papa, Clemente Décimo; De la Cruz, logra obtener la aprobación de los estatutos de la

congregación por bula papal, el 2 de mayo de 1672. “De esta manera, si la cuna del instituto fue la

ciudad de Guatemala, en Lima, y con el apoyo del Conde de Lemos, se fraguo su consolidación”

(Vargas Ugarte, 1960, pág. 47).

Se debe hacer notar que, el conde de Lemos prestó servicio a favor de la congragación

manifestando cartas para el Rey y para su Santidad, a fin de que fray Rodrigo de la Cruz, pueda

hacer aprobar sus normativas que servirían para la legalización de su Orden.

15
PREFECTO GENERAL
(Sede Guatemala)

VICE PREFECTO GENERAL


(Guatemala)

PREFECTO MAYOR
(Lima)

PREFECTO
(Provincia)

FRAILES NOVICIOS SERVIDUMBRE

Figura I. Organigrama de la estructura administrativa de los Bethlemitas


Fuente (Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág. 8).

16
1.2. Los barbones en el virreinato del Perú.

Cuando uno se refiere a “los barbones” en el virreinato, nos referimos a los hermanos de la

congragación Bethlemita, ya que, una característica propia de los betlemitas fue el aspecto facial,

pues llevaban una larga barba con relación a las otras órdenes religiosas que existían en la sociedad

del virreinato peruano; se debe destacar que, en la Constitución de estos clérigos, se establecía el

tener dicho aspecto, pues de esa manera serían diferenciados de otros clérigos.

En las actas municipales de la sagrada religión Bethlemítica, efectuadas en el convento-hospital

de Nuestra Señora del Carmen en la ciudad de Lima, el año de 1721. Asimismo, en una

transcripción fiel encontrada en el Archivo Regional de Cusco (ARC), se puede leer con exactitud

cómo estos religiosos, por norma interna de la institución debían tener el semblante con la barba

larga como parte de su atuendo, pues a la letra se suscribe lo siguiente: “El que fuere notado de los

nuestros que se quita la barba será castigado con la pena de culpa grave” (Anonimo, 1698)

Los barbones o Bethlemitas llegaron al Perú en su afán expansionista y con una particularidad

que los diferenciaba de las demás órdenes religiosas, debido a que practicaban un cuarto voto, el

de hospitalidad. Consecuente, de Guatemala pasan al virreinato de Nueva España (México), para

luego incursionar en tierras del virreinato peruano, específicamente al puerto de Paita en Piura, el

15 de octubre de 1671 continuando así su obra piadosa de hospitalidad. Hicieron su ingreso los

hermanos, Andrés de San José, José de Villela y Alonso de la Encarnación, este último fue uno de

los gestores para que se fundase el convento-hospital de Nuestra Señora de la Almudena; además

posteriormente sería el primer prefecto que tuviera referido convento.

17
Después de llegar a Paita pasaron a la ciudad de Trujillo donde fueron recibidos por el obispo,

Juan de la Calle, este que había oído de la labor a la que se dedicaban los Bethlemitas quiso que

se hicieran cargo de un hospital en la ciudad de Trujillo.

Se comenzó a tratar de la entrega del Hospital, que estaba sujeto al Cabildo secular. Se

ofrecieron algunas dificultades y Fray Rodrigo manifestó al Obispo que sería mejor fundar

uno nuevo que ellos administrarían según sus constituciones y a fray Juan de la Calle le

pareció bien. (Vargas Ugarte, 1960, págs. 45, 46)

Así fue como los Bethlemitas fundaron el primer hospital en el Perú, similar situación sucedió

en Lima, donde se les solicitó la ocupación de un hospital, al que se rehusaron por tener a cargo

una cuantiosa renta, según Vargas Ugarte (1960) refiere:

El hospital es de los más hermosos que tiene esta ciudad. Tiene más de 300 camas y nueve

salas grandes y tres pequeñas y muy lindas pilas de agua en las oficinas y claustros y solo

por no hacerme cargo de 25.000 pesos de renta que tiene, rehusé con todo empeño

admitirlo. (pág. 46)

El virrey Conde Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro Andrade y Portugal, les dio

la posesión del Hospital del Carmen, el cual sería el eje principal de la provincia Bethlemítica en

Perú y Bolivia; al año de establecidos en el Perú, se sumaron once hermanos más a la congregación,

a esto se añadiría el número de donados que aumentarían a seis, logrando tener un buen comienzo

en territorio peruano.

Con el pasar del tiempo, los Bethlemitas administraron alrededor de 10 hospitales,

conjuntamente que los conventos, centros de formación educacional para niños y al mismo tiempo

lugar de instrucción clerical, pues en el moraban hermanos y padres betlemitas. Las ciudades que

18
contaron con el servicio de hospitalidad Bethlemítica fueron: Lima, que fue sede de la provincia

Bethlemítica en el año de 1672, para luego pasar a Cajamarca en 1680, para el año de 1683 se

fundaron los convento-hospitales en Chachapoyas, Trujillo y Piura, Vargas Ugarte (1960) afirma:

Tras la fundación se siguieron las de Chachapoyas, Trujillo y Piura. A la primera de estas

ciudades llegaron los Bethlemitas en el año 1683 y su primer prefecto fue Fr. Baltazar de

San Ignacio. Aunque han transcurrido tantos años de esta fundación todavía subsisten el

Hospital fundado por estos religiosos y aun la iglesia, que es posterior, aunque bastante

deteriorada. A Trujillo acudió el mismo Fray Rodrigo, a su vuelta de Cajamarca, en

compañía de cuatro hermanos. (pág. 49)

En 1698 el obispo de Cusco, Dr. Don Manuel de Mollinedo y Angulo, invita a fray Rodrigo de

la Cruz para que pueda visitar la ciudad de Cusco, quien acepta ir y en compañía de diez hermanos

más, entre ellos Miguel de la Concepción que se convertiría en el primer Prefecto del convento-

hospital de Nuestra Señora de la Almudena; poco después de la importante fundación, tema que

será abordado en el siguiente subtema, se prosiguieron a fundar los conventos-hospitales en

Moquegua y Potosí.

1.3. Llegada y establecimiento de los Bethlemitas en el Cusco.

El 20 de octubre de 1687, acaeció en Lima, un terremoto de grandes magnitudes que derrumbó

templos, conventos, monasterios y edificios civiles; unos quedaron con graves dañados, otros

quedaron sumidos en escombros. La población limeña padeció múltiples necesidades, entre ellas

la de vivienda, ya que sus moradas tenían que ser reparadas y en otras vueltas a ser reconstruidas.

De la misma forma, algunas entidades eclesiásticas sufrieron grandes pérdidas y no contaban con

el suficiente peculio para correr con los gastos, a ello se sumó la escasez y el alza de los víveres

19
de consumo diario. Las congregaciones religiosas que recibían ayuda monetaria por parte de

grandes potentados económicos de la ciudad, redujeron sus aportes, igualmente los pagos de

censos y capellanías tuvieron atrasos; todo eso impulsó a que órdenes religiosas como los

Bethlemitas solicitaran ayuda a personalidades de otras ciudades, si era necesario traspasar

fronteras para remediar las necesidades, pues se tenía que viajar

La recolección de ayuda no fue suficiente para subsanar los daños, es así como en 1690 en

afanes de recolectar limosnas y donaciones para las enormes necesidades que tenían, es que

llegaron a la ciudad de Cusco, pues así lo refiere Villanueva Urteaga (1948)

Ingresaron a la sierra estos dos religiosos en pos de su misión por la vía de Jauja y

Huamanga, llegando en el año de 1690 al Cuzco donde fueron recibidos con singulares

muestras de contento y distinción por parte de las autoridades y de todo el vecindario,

habiendo sido alojados en el convento de Santo Domingo”. (pág. 4)

Los hermanos Bethlemitas que tuvieron la labor de llegar a ciudades de los andes del Perú,

fueron: fray Miguel de Concepción y fray Antonio de la Concepción, tal como lo suscriben Glave

& Remy (1983) “Fray Alonso de la Encarnación autorizo a Miguel y Antonio de la Concepción

para marchar al Cusco y en el camino ir recolectando fondos de ayuda para la construcción de los

edificios arruinados en Lima” (pág. 277). Mencionados clérigos llegaron en el tiempo en que se

hallaba como Obispo de Cusco, el doctor Don Manuel de Mollinedo y Angulo (1673-1699).

El obispo Mollinedo enterado de la labor hospitalaria que realizaban los betlemitas, les pidió

fundar un hospital en la ciudad, para el bienestar de los vecinos cusqueños, pero sobre todo para

mejorar la salubridad de los naturales de dicha ciudad. Se recuerda que, en el Cusco existió el

20
Hospital de los Naturales y que al mismo tiempo tuvo función de parroquia; actualmente se le

conoce como el templo de San Pedro.

El hospital de ese tiempo, ya había colapsado por la tanta cantidad de pacientes que atendía a

diario, asimismo eran constantes las quejas que se escuchaban de este nosocomio; además se tenía

pendiente la fundación de un hospital para sacerdotes ancianos convalecientes, proyecto que se

inició mucho antes de la llegada del Dr. Don Manuel de Mollinedo y Angulo, el cual obtuvo

donaciones de distintas personas entre ellas clérigos, como la donación del cura de la parroquia de

San Blas, don Juan Alonso Navarro, quien donó 1200 pesos tal como consta en su testamento:

“Habiendo el licenciado Juan Alonso Navarro cura de la parroquia de san Blas de esta ciudad

dejado ordenado en su testamento que de sus bienes se diesen 1200 pesos para la fundación de una

hospitalidad de señores sacerdotes seculares” (Lopez de la Cerda, Fundación para el Hospital de

Sacerdotes Convalecientes, 1698). El proyecto de fundación de un hospital para sacerdotes

convalecientes merecía ser apoyado, mucho más si estaría a cargo de la orden Bethlemita, además

urgía subsanar los problemas habidos en el Hospital de los Naturales.

A continuación, después de escuchar la petición del Obispo, los hermanos Bethlemitas iniciaron

su marcha hacia la ciudad de Lima para formular dicho proyecto al prefecto mayor, fray Alonso

de la Encarnación, y pudiese autorizar la fundación de un nuevo hospital en la ciudad de Cusco;

pero tal fue la sorpresa de los hermanos Miguel y Antonio de la Concepción al enterarse de

respuesta del prefecto mayor, quien no quiso aceptar la formulación del proyecto de fundación de

un hospital, los motivos los suscribe Villanueva Urteaga (1948) quien suscribe lo siguiente:

Podríamos decir que se trataba de un impasse en el seno de la misma institución. Cuando

el Padre Rodrigo de la Cruz logro obtener en España la aprobación de los Breves

Apostólicos de su Orden, dispuso que viniese con ellos a América Fray José de la Soledad

21
a quien instituyo para que diese la profesión de los votos religiosos al Padre Prefecto Mayor

de Lima quien debería a su vez, otorgarla a los demás religiosos. Fray Alonso de la

Encarnación, que hacían trece años ejercía la prefectura, no quiso admitir esta comisión

argumentando que los Breves no habían sido pasados por el Consejo. Como el comisionado

padre de la Soledad solo estaba autorizado a dar la profesión a la persona del Prefecto

mayor de Lima y este no quería admitirla, no pudo, como lógica consecuencia, producirse

la profesión de los demás religiosos originándose entonces un serio conflicto que mantenía

el disgusto de la comunidad. (pág. 7)

No obstante, transcurridos ocho largos años de gestión por parte de fray Miguel de la

Concepción en Lima y por el obispo Mollinedo, y con la llegada del prefecto superior fray Rodrigo

de la Cruz de la península Ibérica, es que recién se concretiza la idea de tener un nuevo hospital

en la ciudad del Cusco. Con la llegada De la Cruz a Lima, la congregación Bethlemita experimenta

varios cambios, como el retiro del prefecto mayor, asumiendo este cargo fray Blas de Santa María,

quien hasta entonces ocupaba el cargo de prefecto del convento de Cajamarca. A continuación,

enterado el Prefecto General de las buenas intenciones del obispo Mollinedo sin más preámbulo

ni reparo alguno, pone en marcha dicho proyecto, idea que de alguna u otra forma beneficiaba los

afanes expansionistas de los Bethlemitas en relación al virreinato del Perú y América del Sur.

Pereira Nina & Guzman Villafuerte (1996) refieren:

Obtenida la autorización, los frailes Bethlemitas emprendieron su viaje hacia la ciudad del

Cusco, llegando el 29 de junio de 1698 encabezado por el Fray Rodrigo de la Cruz, Miguel

de la Concepción y nueve frailes quienes fueron recibidos por Andrés de Mollinedo

(sobrino del obispo), brindándoles hospedaje en su casa de recreo. (pág. 30)

22
La congregación Bethlemita toma posesión formalmente del bien inmueble donado por el

obispo y su sobrino, un lunes primero de setiembre de 1698, como se muestra en el concilio

realizado el veinte nueve de agosto del mismo año ante el escribano Pedro López de la Cerda en

la ciudad del Cusco.

Es necesario realizar un pequeño prontuario del edificio que el obispo del Cusco donó a los

Bethlemitas, el edificio era de propiedad del sobrino del obispo, el Licenciado Andrés de

Mollinedo y Rado. Este edificio tenía la función de sub parroquia del Hospital de los Naturales a

la llegada del prefecto superior Bethlemita, no solo era un edificio civil sino que adyacente a este,

existía un templo, construido en el antiguo barrio de chakillchaca en la localidad de Chimba actual

barrio de la Almudena en el distrito de Santiago, Anglés Vargas (1983) nos dice:

La iglesia de la Virgen de la Almudena fue fundada y edificada a sus propias expensas, por

el Lic. Andrés de Mollinedo y Rado, en 1683, siendo su tío el ilustrísimo Dr. Don Manuel

de Mollinedo y Angulo obispo de la diócesis. El Sr. Obispo, por su parte, aporto dineros

contribuyendo a la fábrica la misma que alcanzo a cincuenta mil pesos. (pág. 521)

Según la documentación revisada en el Archivo Regional de Cusco, la extensión de la donación

que realizó el sobrino del obispo donó a los Bethlemitas se incrementó por las distintas donaciones

realizadas por los fieles como es el caso de:

Don Juan Santoyo en consorcio de su mujer doña María de Fuentes hicieron donación a

favor de este convento y la cofradía de nuestra señora de la Almudena de un topo de tierras

otorgada en 12 de junio de 1686 ante Pedro López de la Cerda escribano público en los

apuntes de la fundación se dice que este espacio de tierras que esta junto a la iglesia nueva

que hoy es cebadal saliendo de ella calle abajo y vuelve atravesando sobre mano izquierda

23
hasta el bordo de las otras tierras por donde viene a juntarse a las cercas del convento y que

aunque la donación fue de un topo, como nunca se había limpiado parecía poco y cercado

como esta hay más de cuatro topos. (Perez Bastidas, 1667)

También encontramos donaciones a la misma sub-parroquia, pero eran inmuebles no

colindantes al templo de nuestra Señora de la Almudena como es el caso del heredero de un clérigo

que donó tierras en la localidad de Huarocondo, en el año de 1695.

El licenciado Don Diego de Pezo de Vera se presentó ante el general Don Josef de Lizarazu

corregidor de Aymaraes, diciendo que por muerte del maestro Don Andrés de Mendoza

cura de Paucartambo había heredado todos sus bienes por igual partes en concurso de dos

primos que son don Agustín Xaja de la Serda y Don José de Castro y que era su voluntad

ceder y donar las partes que le tocaba a dicho licenciado a la Virgen Nuestra Señora de la

Almudena y para que su recaudación se diese un testimonio de esta donación hecha en toda

forma a derecho al licenciado Don Andrés de Mollinedo cura de la parroquia del hospital

su fecha 25 de Junio de 1695 y el año de 1698 en 26 de junio ante Pedro López de la Cerda

se halla la aceptación hecha por dicho cura. (Lopez de la Cerda, 1698)

Sin embargo, que este tipo de donaciones no llegaron a manos de los Bethlemitas, porque en el

contrato realizado para la entrega del edificio del obispo a la congregación religiosa, no figura

ninguna otra tierra que no estuviese dentro del área donada en el barrio de la Almudena, copia de

dicho documento de donación se encuentra en el anexo N°3.

El templo de nuestra señora de la Almudena es un bello monumento que tiene como descripción

arquitectónica según Chara Zereceda & Caparó Gil (1998):

24
Una planta en forma de cruz latina imafronte y espadaña campanario, construida en piedra,

cal y canto, las bóvedas son de ladrillo, cinco de ellas son de aristas que están en la única

nave, tres más corresponden a los brazos y cabecera. (pág. 77)

El crucero, se levanta sobre arcos formeros, cuatro pechinas, sobre las que descansa un

cimborrio de piedra con contrafuertes, que soporta una cúpula semi esférica o de media

naranja, que a su vez sostiene una linterna monóptera. (pág. 77)

En los transeptos del evangelio y de la epístola existen altares de buena fábrica, como

también en el presbiterio, un altar de características agradables. En el cuerpo de la nave y

sobre pedestales hay adosados altares de fábrica muy simple. (pág. 77)

El imafronte o parte frontal, está el muro del evangelio, tiene su única puerta con arcos de

medio punto, sobre éste, se encuentra una moldura y hornacina, que tiene pináculos

empotrados en los costados. (pág. 77)

El primero de mayo de 1686, se entronizó a la virgen nuestra señora de la Almudena en el altar

mayor, donde siglos más tarde tendrá la denominación de virgen Natividad Real de la Almudena.

Dicha escultura es una de las más bellas obras de arte de la imaginería de la ciudad del Cusco, fue

tallada por el artista cusqueño; escultor, dorador, ensamblador, retablista, Juan Tomas Tuyro

Tupaq Inka quien realizó el trabajo por encargo del mecenas del Cusco, el Dr. Don Manuel de

Mollinedo y Angulo. Esta imagen sería la patrona del templo, pues así lo reafirmó el Obispo en el

contrato que se realizó, en la entrega del inmueble. “Lo primero que el nombre del sitio y de la

imagen nunca sea de mudar porque siempre sea de llamar nuestra señora de la Almudena” (Lopez

de la Cerda, 1698).

25
Hasta nuestros días la virgen Natividad o llamada también por sus fieles, mamita Nati es muy

venerada; su festividad es una de las más grandes en la ciudad del Cusco, todo esto, por el cariño

que se tiene a la imagen por las bondades y milagros que percibe sus fieles.

26
Capitulo II

2. Impacto social de la congregación Bethlemita en la población cusqueña colonial de

inicios del siglo XVIII

La ciudad del Cusco para el siglo XVIII había sufrido cambios desde la época prehispánica,

cambios que fueron radicales con la presencia española. Se recuerda que, la rebelión de 1536 –

1537 causó varios estragos tanto en la demografía de la ciudad como en la destrucción de las

construcciones que tuvo el Cusco de antaño. “La temprana ciudad colonial, la capital

administrativa del sur, jamás recuperó la riqueza u opulencia del centro incaico, pero el núcleo

urbano no fue demolido del todo” (Cook, 2013, pág. 275). Para el año de 1700 la ciudad del Cusco

estaba dividida por parroquias, estas fueron: Santiago, Belén, Hospital de Naturales (hoy San

Pedro), San Cristóbal, Santa Ana, San Blas, el Sagrario, San Sebastián y San Jerónimo, el convento

– hospital de Nuestra Señora de la Almudena tenía la categoría de semi-parroquia, o sea tenía la

función de anexo de la Parroquia del Hospital de los Naturales actual templo de San Pedro, esta

denominación y función de semi-parroquia se da mucho antes de la llegada de los Bethlemitas al

Cusco.

El licenciado Andrés de Mollinedo y Rado, quien, en aquel entonces era cura de la

parroquia del hospital de los naturales de esta ciudad. Al ver a los naturales de Picchu;

Puquin y aledaños, que atravesaban una serie de malestares para llegar al hospital de los

Naturales y por ende recibir atención médica, razón por la cual solicito permiso para crean

una semi parroquia, ante el señor obispo del Cusco. (Pereira Nina & Guzman Villafuerte,

1996, pág. 15)

27
De esa manera se da la creación de la semi-parroquia de Nuestra Señora de la Almudena. De

todas las parroquias el hospital de los Naturales cobraba mayor importancia por encontrarse allí

un hospital, “En él se encontraban todas las posadas para los indios viajantes, las casas en las que

alquilaban cuartos solo a indios, zona donde se realizaba la feria de productos, San Pedro fue

durante la colonia un barrio exclusivamente indios” (Aramburú de Olivera & Remy S., 1983, pág.

6).

Se debe tener en cuenta que la presencia española en el territorio peruano, no fue bien recibida

por la violencia que infundían a los oriundos de estas tierras, asimismo, trajeron consigo patologías

que los habitantes del antiguo Tawantinsuyo no fueron inmunes; se dice que la población perdida

durante la invasión española, fue en un porcentaje del 90% a causa de epidemias que sufrieron los

naturales, y un 10% por la violencia provocada por el posicionamiento de estas tierras por la corona

española, Mörner (1975) nos dice:

En 1693, “notable esterilidad de la tierra y escases de los frutos”, por lo cual los pobres

tenían que comer toda clase de yerbas”. Luego corría por toda la sierra una epidemia de

sarampión, “con general infección y gran mortalidad. En 1701, hubo otra epidemia menos

mortífera de disentería. El verdadero desastre sobrevendría en 1720, una epidemia cuya

naturaleza no se conoce con certeza, pero que, como se sabe, desolaría toda la región

andina. (pág. 8)

En estas fechas la congregación de los Bethlemitas participó activamente en la ciudad del

Cusco.

Un dato curioso es que, en el año 1693, hubo una epidemia de sarampión en el Cusco, y el

obispo Mollinedo escribió con ímpetu el año 1695 al hermano de la Concepción en Lima para que

28
los Bethlemitas establecieran en el Cusco un nuevo hospital, como se muestra en las cartas

enviadas por el obispo del Cusco, publicadas por la revista del Archivo Regional de Cusco en el

año 1963, una de las cartas dirigida al prefecto superior suscribe:

Que cosas grandes a avido asta aora que no se aian conseguido a vista de muchas

dificultades: V, Rd. Rma. llegue a Lima desde allí ablaremos en lo que tanto deseo para

lustre y aumento de esa sta. religión y bien de esta ciudad”. (Pacheco B., 1963, pág. 148)

Entonces se puede analizar que el virreinato del Perú y en particular la región del Cusco fue un

territorio que sufrió varias oleadas de epidemias que atacaban a los pobladores naturales, frente a

esa situación el obispo del Cusco se encontraba en la obligación de construir un hospital para

sacerdotes convalecientes, responsabilidad que dejó su antecesor, el Obispo Bernardo de Izaguirre

Reyes, proyecto que era reclamado por la sociedad diocesana y regular, además el hospital de

Nuestra Señora de los Remedios más conocido como el hospital de los Naturales, había colapsado.

La necesidad de la fundación de un nuevo hospital en la ciudad del Cusco, era la oportunidad que

el Dr. Don Manuel de Mollinedo y Angulo estaba esperando, como dice el dicho popular; “le cayó

como piedra en ojo de tuerto”, más aún con la buena fama que esta orden religiosa tenía en la

administración y atención en hospitales y escuela para niños, el obispo del Cusco no perdió la

oportunidad de fundar un nuevo hospital.

El señor obispo del Cusco tenía la información necesaria y conocía las condiciones de su

obispado, porque el año 1674 hizo un reconocimiento completo de todas parroquias pertenecientes

a la diócesis del Cusco tal cual lo hizo el virrey Toledo en la segunda mitad del siglo XVI, y en

los años de 1689 y 1690 ordenó a todos los párrocos que hicieran un informe minucioso sobre las

condiciones en la que se encontraban sus parroquias, la calidad de vida que llevaban los naturales

y los europeos, la cantidad de haciendas y empresas de captación de riquezas que habían en sus

29
parroquias, todo esto para tener una mejor estrategia de adoctrinamiento en todo su territorio

episcopal, y también tener información demográfica de las personas, esto para un mejor control

de la misma.

A la llegada de los hermanos Bethlemitas al Cusco, la población del Cusco estaba atravesando

un proceso de recuperamiento demográfico, Aramburú de Olivera & Remy S. (1983) nos detalla

con mayor sustento:

Hacia 1650 termina el descenso y la población entra en un periodo de relativa estabilidad

y con tendencia a subir. La recuperación demográfica de la segunda mitad del siglo XVII

y siglo XVIII, no se debe únicamente a la población indígena. Hay que considerar el factor

de la migración de europeos y en mucha menor escala la de africanos y el mestizaje. La

población española era muy reducida en principios, pero poco a poco va aumentando

conforme el virreinato se consolida y las actividades económicas (agricultura minería

comercio) se incrementan. (pág. 10)

Por los datos ofrecidos por (Mörner, 1975) se tiene que la población de la ciudad del Cusco en

el año de 1690 fue de 13,600 (trece mil seiscientos) personas y teniendo una tasa de crecimiento

por año del 0.9 %, hasta 1786, año en que la tasa de crecimiento disminuye al -0.4% o sea no tiene

nada de crecimiento, en vez de eso disminuye, pero desde 1680 hasta 1786 la tasa de crecimiento

fue estable aunque con poca expectativa pero se mantuvo.

Aplicando el método aritmético del análisis del crecimiento poblacional, buscamos informarnos

sobre la cantidad de población que encontró la congregación Bethlemita en el año de 1698.

30
Método aritmético de Crecimiento Poblacional.

𝑃𝑑 = 𝑃𝑎 + 𝑟. 𝑡

Dónde:
Pd: Población de diseño (hab)
Pa: Población actual (hab)
r: Taza de Crecimiento (hab./año)
t: Periodo de diseño (años)

Remplazando los valores a nuestro caso se puede decir: la Población de diseño es la población

que deseamos saber para los años de 1698, año en que se establecen los hermanos Bethlemitas en

el Cusco; población de entonces, es la población que vinculamos con el número de demográfico

que nos da (Mörner, 1975) para los años de 1690 que el de 13.600; la tasa de crecimiento es el

resultado de habitantes por año, para se debe tener las cantidades de la población de dos fechas

distintas; y el periodo de diseño es de 8 (ocho), ya que desde 1690 hasta 1698 cuentan los

mencionados años.

Remplazamos las variables:

Pd =?
Pa = 13600
r = 14,572
t=8
𝑃𝑑 = 𝑃𝑎 + 𝑟. 𝑡

𝑃𝑑 = 13600 + 191.5 ∗ 8

𝑃𝑑 = 14,572

31
Tabla 1
Tasa de crecimiento de la población

Localidad Tasa promedio (hab/año)

➢ Cusco cercado 191.5

La tasa de crecimiento se calcula teniendo el tamaño de la población en dos tiempos distintos.

Tabla 2
Población aritmética según el diseño

Localidad Años

Cusco cercado 1690 1698

13,600 14,572

La diferencia entre las dos cantidades de las fechas establecidas es el crecimiento demográfico que
sufrió la ciudad del Cusco a través de esos años.

Con el resultado obtenido a través del método aritmético de análisis de crecimiento poblacional,

nos damos cuenta que la población de Cusco en ocho años, aumentó en número de 972 personas

llegando a ser para el año de 1698, en número de 14,572.

La iglesia a comienzos del siglo XVIII estaba más consolidada que en sus inicios, habían pasado

168 años de la presencia española en tierras americanas, el gobierno del episcopologio ya había

sido ocupado por trece prelados, según Escobar Medrano (2004) “El treceavo obispo de la diócesis

del Cusco fue el insigne Dr. Don Manuel de Mollinedo y Angulo, entre los años de 1673 hasta

1699” (pág. 9).

Las disputas que hubo entre el clero secular y el clero regular fueron muy evidentes en la

sociedad virreinal del Cusco, las órdenes religiosas pretendían sobresalir y competir con los

32
religiosos diocesanos, por otra parte, los diocesanos no dejaban de subestimar a las órdenes

religiosas. “Esto se puede apreciar cuando los Jesuitas tratan por todos los medios que su iglesia

sea elevada a la jerarquía de catedral y que aquella que había sido consagrada y que se estaba

edificando no lo sea” (Escobar Medrano, 2004, pág. 9), esta disputa por tener más espacio social

y de influencias dentro del territorio colonial cusqueño, hace pensar que fue para obtener más

predominio económico, pues teniendo más fieles y seguidores de su orden religiosa tendrían así

más donaciones que favorezcan a sus grupo religioso, los aspirantes a noviciado serían más, por

lo tanto, las dotes por parte del novicio o por la familia sería con mayor frecuencia.

Un claro ejemplo fueron los Bethlemitas, orden que llegó a ser lo que fue, gracias a las

donaciones principalmente de sus devotos, que a la adquisición por sus propios medios a través de

la compra. A su llegada inicial, los Bethlemitas obtuvieron una gran donación por parte del cura

de Ollantaytambo, que fue la fuente principal para su sostenimiento económico en el periodo que

estuvieron en la región del Cusco, esta donación fue la hacienda de Sillque, que en el siguiente

capítulo se explicará con más detenimiento y también la gran donación que hizo el obispo

Mollinedo y su sobrino, un edificio y un templo, el cual fue la matriz de su religión en el Cusco.

Con todos estos antecedentes obtenidos de la sociedad cusqueña virreinal de postrimerías del

siglo de XVII e inicios del siglo XVIII, tanto en su aspecto demográfico como en las situaciones

que atravesaba la ciudad del Cusco en relación con la iglesia, las condiciones de vida que llevaban

en torno a las epidemias que esta sociedad sufría. Nos hacen pensar que a la sociedad en la que

arribaron los Bethlemitas, no fue una sociedad fácil de conducir e incluirse en ella, por la que

seguramente no la vieron de colores sus primeros años, pero esto no fue así por mucho tiempo ya

con el gobierno del segundo prefecto provincial, fray Joseph de la Soledad entre 1702 hasta 1720.

La congregación Bethlemita logró su auge más notable en su vida institucional en el Cusco.

33
2.1. El Convento – Hospital de Nuestra Señora de la Almudena de la religión

Bethlemítica.

La ciudad del Cusco ha sido desde sus primeros años de vida virreinal, una de las ciudades con

mayor importancia geopolítica, para el Virreinato del Perú. Recordando que el primer obispado de

toda Sudamérica es creado en esta ciudad, por bula papal de Paulo III, el 13 de enero de 1537 y

que “Los límites de este territorio de la diócesis del Cusco se iniciaban en Nicaragua y terminaban

en Cabo de Hornos y del Pacífico al Atlántico” (Escobar Medrano, 2004, pág. 7). Fue el eje del

poder religioso y de evangelización en toda América del Sur, en sus inicios de la vida virreinal en

América. Desde aquí salieron las más grandes e importantes expediciones de adoctrinamiento al

vasto territorio de la diócesis del Cusco.

Como se sabe la primera orden en hacerse presente en la antigua capital del Tawantinsuyo, fue

la orden de los predicadores más conocidos como la orden de Santo Domingo de Guzmán

“Dominicos”, esto por la presencia del clérigo fray Vicente de Valverde, que estuvo con la

expedición del adelantado Francisco Pizarro, que hicieron su ingreso en el Cusco un 15 de

Noviembre de 1533 celebrando la primera misa en el año de 1534, en el espacio destinado para un

templo católico que en ese tiempo fue el Suntur Wasi y que hoy es el templo del Triunfo que se

encuentra al flanco izquierdo de la Catedral del Cusco.

Después de la presencia de los dominicos en el Cusco, arribaron las demás órdenes religiosas,

como es el caso de la orden mendicante de San Francisco de Asís en 1534, la orden dedicada a

redención de Cautivos más conocidos como la orden de la Nuestra Señora de la Merced. “En 1536,

la del Cuzco y la de Lima, puntos estratégicos desde los cuales iniciaron su expansión” (Borges,

1992, pág. 42). Y posterior a estas estuvo la orden de San Agustín “Tras ceder a la comprensible

34
tentación de establecerse en ciudades como Trujillo (1558) y Cuzco (1560)” (Borges, 1992, pág.

109). Ya es posterior a estas órdenes mencionada la llegada de la orden de la Compañía de Jesús,

que se hizo presente en el Cusco el año de 1571.

Se debe tener en cuenta que en el Cusco existieron y aún existen las congregaciones religiosas

femeninas, como es el caso de la fundación del primer convento del Cusco y también es, “El

convento de clausura más antiguo de América del Sur” (Burns, 2008, pág. 15). El convento de

Santa Clara en el año de 1551, otro convento femenino es de Santa Catalina que fue fundado medio

siglo después del primero, en 1601, y el tercer convento fundado fue el de Santa Teresa en el año

de 1673. Estos tres conventos de clausura fueron el centro de enseñanza de la cultura y costumbres

de la península ibérica, para poder garantizar la permanencia de esta, en las nuevas tierras

invadidas, a la par de esto también estuvo la enseñanza de la doctrina cristiana.

También hubo centros de menor rango que los grandes conventos para la crianza de mujeres

naturales en cuestión a su formación religiosa y captación de costumbres hispanizantes, estos

centros religiosos fueron los beaterios y recogimientos, que según (Borges, 1992) son centros de

vida religiosa no institucionalizada.

La orden Bethlemita fue una de las últimas órdenes en llegar al territorio cusqueño, llegaron

en el año de 1698. Pero no con menor importancia, Escobar Medrando (2004) nos indica. “La

importancia que adquirieron los de la Orden de los Betlemitas, que fue introducida en esta ciudad

por el Obispo Mollinedo, la cual tuvo un ingente poder económico, social y aun político” (pág. 9).

Como se mencionó en el capítulo anterior, la orden de los Bethlemitas o Congregación

Bethlemítica se estableció en la ciudad del Cusco, el jueves, 01 de setiembre de 1698 después de

haber celebrado el contrato, con el obispo Mollinedo y su sobrino, el 29 de agosto del mismo año,

ante el escribano de su majestad y público, Don Pedro López de la Cerda. Con este hecho inicia la

35
mencionada orden, su labor asistencial en la ciudad del Cusco, nos referimos como orden

asistencial porque según Borges (1992). “Denominamos órdenes o congregaciones religiosas

asistenciales a aquellas cuyos miembros se dedicaban a la asistencia o cuidado de los enfermos”

(pág. 219).

La descripción arquitectónica del Convento – Hospital de Nuestra Señora de la Almudena

según, Pereira Nina & Guzmán Villafuerte (1996) es la siguiente:

Las oficinas del convento se componen de un claustro de dos plantas, con una extensión de

52 varas en cuadro (208 m2). La segunda planta compuesta de 10 celdas, cuyo pasadizo

está conformado por 80 arcos de piedra de sillería con columnas labradas y en la primera

planta cuarenta arcos del mismo material, los interiores son de paredes de adobes

blanqueadas y pintadas. Sobre las bóvedas de la enfermería, se hallan 60 arcos de cal y

ladrillo, todo enteramente concluido con sus suelos enladrillados, las paredes y techos

donde se hallan veinticinco celdas. (págs. 49-51)

Este es el edificio que había construido con sus propias expensas y propio peculio el Licenciado,

Andrés de Mollinedo y Rado, y esta fue la casa matriz y cabeza de la mencionada orden, en toda

su vida institucional del Cusco, el Convento – Hospital de Nuestra de la Almudena, fue la parte

final de toda la labor realizada por la mencionada orden, su mantenimiento y abastecimiento, fue

la razón para que funcionara toda esta máquina llamada economía Bethlemita, que se abordará

más adelante.

36
SILLQUE
(INGRESO
MONETARIO)

PARCAY
CACHICATA
(GANADO
(GANADO
LANAR,
LECHERO)
LEÑA)

CASA
HOSPITAL DE
LA
ALMUDENA

PACHAR
HUANCARO
(MAÍZ Y
(ALFALFA)
TRIGO)

PICHO
(MAIZ DE
OTRA
CALIDAD)

Figura II. Elaboración propia del autor El Convento – Hospital de Nuestra


Señora de la Almudena, fue el eje de toda actividad de los hermanos
Bethlemitas, ya que todas sus propiedades tenían que abastecer de distinto
modo al convento.

En la figura I tratamos de explicar cómo el Convento – Hospital de Nuestra Señora de la

Almudena - es el centro de toda actividad que realizaban los Bethlemitas en todas sus propiedades.

Ponemos Sillque como fuente de ingreso monetario, porque la producción de estas extensas tierras

en Ollantaytambo eras exclusivamente destinadas para su comercio, esto por la calidad del

producto que estas tierras ofrecían, los productos de las demás propiedades en algunos casos eras

expendidas, pero en su mayoría era para el abastecimiento directo del Convento – Hospital, como

para el abastecimiento de la hacienda Sillque. En las alturas de Ccachiccata se criaba el ganado

vacuno abastecedor de leche. En la hacienda Pachar la producción de maíz también fue expendida

en forma parecida que a la producción de la hacienda Sillque, pero también para el consumo,

Huancaro que fue una propiedad relativamente cerca de la casa matriz, está junto a otra propiedad

llamada la hacienda Zarzuela, fueron proveedores de alfalfa para alimentar a su ganado de carga

“mulas”, ya que como la mencionada orden se dedicaba al expendio del maíz el número de ganado

37
equino era bastante para el transporte del producto. Parcay que fue una propiedad en la localidad

de Paruro era una hacienda que proveía al Convento – Hospital de distintas maneras, como maíz

de diferente calidad a la de Sillque y Pachar, la leña y también lana de oveja para que fuera

empleada de distinto modo.

Estas propiedades son algunas de la tantas que tuvieron los Bethlemitas en la región del Cusco,

sin embargo, se pone como ejemplo para poder esclarecer la importancia que tuvo el Convento –

Hospital de Nuestra Señora de la Almudena y que se abordará más adelante.

Entre los Conventos – Hospitales en Lima, Trujillo y Cajamarca, observamos que el

convento – Hospital de Nuestra Señora de la Almudena, es la que poseía mayor solvencia

económica, debido a la buena gestión y eficiencia de los prefectos, quienes, a través del

trabajo, ejecutado por los naturales en las haciendas obtenían diversos productos de pan

llevar los cuales eran comercializados. (Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág. 11)

2.1.1. Un nuevo hospital en la ciudad del Cusco.

La urbe del Cusco, desde sus inicios en su vida virreinal tuvo la necesidad de contar con un

centro de salud para el bienestar de los pobladores de esta ciudad, porque este territorio se

encontraba en plena disputa por invasores e invadidos, y ocurrían sangrientos enfrentamientos

cada momento, ante virus traídos de otra parte del mundo, causando patologías en los cuerpos de

los naturales y cuando esto se produce en masa son denominadas epidemias.

Solo pasaron unos cuantos años desde la presencia de los ibéricos, para que se fundase un centro

de salud en la Ciudad del Cusco. Ese fue San Lázaro.

38
Se hallaba ubicado en el sitio en que se encuentra el templo de San Francisco i gozaba de

las indulgencias antiguamente concedidas a San Juan de Letrán. Se clausuro antes del año

1549, en que paso a ser propiedad de los religiosos franciscanos. (Herrera, 1920, pág. 17)

Con este hospital se dio mayor importancia a temas de salubridad en la ciudad del Cusco,

después de este primero, hubo otros hospitales que cronológicamente se nombrará; en 1538, el

Hospital de San Juan de Dios que después se denominó San Bartolomé, hospital del Espíritu Santo,

más conocido como el Hospital de los Naturales, que fue fundado el 27 de marzo de 1556, hospital

de la caridad de San Andrés que fue fundado para la atención de damas españolas, del cual no se

conoce la fecha de fundación, pero se sabe que estaba en funcionamiento, para la epidemia que

asoló la urbe del Cusco en 1614.

Los antecedentes para la fundación del nuevo Hospital que llevó la advocación de Nuestra

Señora de la Almudena y que estuvo bajo el cuidado de la orden Bethlemita, fue un proyecto que

se realizó en el gobierno episcopal del obispo Dr. Don Bernardo de Izaguirre para sacerdotes

pobres y naturales convalecientes, proyecto que no se había dado inicio hasta la llegada del obispo

Mollinedo, quien con apoyo y dinero logró que se concretara este proyecto. Un claro ejemplo de

este apoyo fue del sacerdote de la parroquia de San Blas, Juan Alonso Navarro, que dono tras su

fallecimiento 1200 pesos para esta causa, pero como el obispo Izaguirre antecesor a Mollinedo,

nunca concreto el proyecto de construcción, la obra quedó en la nada. Un documento que se

encuentra en el Archivo Regional del Cusco nos muestra los siguientes datos:

Habiendo el licenciado Juan Alonso Navarro cura de la parroquia del San Blas de esta

ciudad dejado ordenado en su testamento que de sus bienes se diesen 1200 pesos para la

fundación de una hospitalidad de señores sacerdotes seculares a disposición del señor

obispo y habiendo venido a esta ciudad el ilustrísimo señor doctor don Manuel de

39
Mollinedo hallo haberse perdido los cinco mil de dicha fundación y haber quedado solo la

de 78. Y nombrando administrador. Adelanto estos 1859 pesos con los corridos que se

estaban debiendo y deseando vuestra santa ilustrísima la estabilidad de dicha obra pía trajo

a esta ciudad a vuestro reverentísimo padre fray Rodrigo de la Cruz y otros religiosos y le

entrego dicha cantidad de 8859 pesos para la curación de los señores sacerdotes. Pobres

enfermos; mas, aunque se hace referencia de estar sobre fincas dicha cantidad nos la

expresa su fecha en 1 de Setiembre de 1698 ante Pedro López de la Cerda escribano de su

majestad y público. (Lopez de la Cerda, 1698)

Es así que, con el establecimiento de los Bethlemitas, el primero de Setiembre de 1698, se

concretiza la fundación del hospital para sacerdotes, y no solo para ellos también es un nuevo

centro de salud que brinda servicios a los naturales de la región del Cusco al igual que el Hospital

de los naturales en la parroquia del mismo nombre. El espacio que ocupo el nuevo hospital de

Nuestra Señora de la Almudena, fue el mismo edificio que también fue ocupado por el convento

de esta orden religiosa, por eso es que se le denomina como Convento-hospital, este edifico antes

de la ocupación de los bethlemitas fue la casa – recreo del Licenciado Andrés de Mollinedo y

Rado, que esta adosado al templo de la Almudena, actualmente, este local es propiedad de la

Beneficencia Pública del Cusco, que es utilizado por distintas oficinas administrativas de su

institución, esto después de haber servido en varios usos que con el tiempo se le dio, como centro

penitenciario del Cusco, hospital mental, etc.

En la primera constitución aprobada en 1667, por el rey Felipe II, la misma que es ratificada en

1717, la labor de los Bethlemitas es muy clara, el prestar servicio primordialmente de caridad, y

ocuparse con bastante selo y cuidado en las obras de misericordia y como todo clérigo que lleva

una vida consagrada teniendo muy en cuenta sus votos que profesó al iniciarse en la carrera

40
apostólica, y deben tener muy en cuenta en toda su existencia, estos votos son: de obediencia,

pobreza y castidad, a estos votos los Bethlemitas añadieron un en particular para su congregación

Religiosa, ese fue, el de Hospitalidad. Además de todo eso las constituciones de los mencionados

religiosos señala el fraile Bethlemita debería tener las siguientes cualidades:

El religioso Betlemita debe ser en la iglesia y en el coro, devoto; en los dormitorios y

claustros, silencioso; en la celda recogido; en las enfermerías, oficiosamente piadoso; en

las calles y plazas, modesto, penitente y edificativo; de cuyas preciosas propiedades

depende la existencia y firmeza de estado, el aprovechamiento espiritual, el estimativo

honor de las repúblicas. (Borges, 1992)

Estas virtudes de los clérigos Bethlemitas, hicieron posible que los servicios prestados por esta

congregación religiosa en el campo de la salud sean reconocidos, como lo que menciona Fajardo

Ortiz (2002). “El binomio filosófico característico del siglo XVI: prestación gratuita – servicio

útil” (pág. 261) hicieren que su servicio fuere de mucho reconocimiento, no en vano en cada ciudad

que se iba a establecerse fueron muy bien recibidos y su bienvenida era motivo de festejo. “Grande

fue el alborozo con el que el vecindario celebró la llegada de la tan deseada nueva orden todas las

calles en las que pasaron los religiosos estaban adornadas de multitud de arcos triunfales”

(Villanueva Urteaga, 1948, pág. 27).

Para el funcionamiento del hospital de Nuestra Señora de la Almudena, el obispo del Cusco,

pidió autorización al rey para que este nosocomio estuviere en el marco legal, obteniendo licencia

por parte del monarca el 15 de agosto de 1700.

Reverendísimo padre obispo de la iglesia catedral de la ciudad del Cuzco en las provincias

del Perú de mi consejo. Hace recibido una carta de 10 de mayo de[l] año pasado del 1696

41
en que proponéis conceda licencia par[a] fundar hospital de convalecientes en esa ciudad,

a los hermanos de la compañía Bethlemítica, por no haberle en ella para los indios,

proponiendo por muy a propósito para este ministerio la casa e iglesia de nuestra señora de

la Almudena que tiene oficinas suficientes para hospital y curación de sacerdotes pobres,

diciendo los medios que aplicariades a su manutención y habiéndose visto en mi consejo

de indias, he venido en conceder la licencia que pedís para la fundación de hospitales de

convalecientes en ella que este a cargo de los religiosos Bethlemitas con calidad de que el

patronato real no sea perjudicado y quedando debajo de la real protección y con las mismas

condiciones que están prevenidas en las demás fundaciones de hospitales de esos reinos de

que estaréis advertido para que se ejecute en esta conformidad. (Carta de licencia del Rey

para funcionamiento del hospital, 1700)

Para el año 1700 el dato que tiene sobre el hospital de Nuestra Señora de la Almudena, es que

prestaba con un servicio, de doscientas camas, en las dos salas, con un área de 50 varas de largo

de dimensión, un altar, que los religiosos lo denominaron, el de la Soledad, además tuvieron una

pequeña sala, que tenía la capacidad para cinco camas, esta sala fue destinada exclusivamente para

sacerdotes enfermos y pobres, y así con esto se concretiza la ayuda hospitalaria para los clérigos

que precisaban de una labor de caridad, y que la causa inicial para que existiera este hospital fuera,

dar un servicio hospitalario a los clérigos pobres, corroboramos la información escrita.

Constaba de una oficina de dos salas de fábrica exquisita de bóvedas de cal de buena calidad

y se hallaban distribuidas en ella 48 camas de bajo de la bóveda cada una con su cortina

con tablas y las más renovadas todas las tarimas con sus coronaciones las ventanas con

rejas de madera y bastidores toda la enfermería sobre bóveda existe una sala de pobres

enfermos y la sala de sacerdotes dentro del hospital. (Inventario de la enfermeria, 1710)

42
El hospital de Nuestra Señora de la Almudena estuvo atendido en su totalidad por frailes

pertenecientes a la Congregación Bethlemita, claro está que un inicio el personal que atendía en

este hospital fueron advenedizos de otras ciudades, pero con el pasar del tiempo hubo gente nacida

en la región del Cusco que llegaron a formar parte de las filas de la mencionada congregación,

estos en el periodo de noviciado por el cual pasaban, estos novicios eran instruidos además de la

doctrina católica y sagrada teología, en formación como enfermeros, ya que los Bethlemitas era

una orden asistencial.

Parece que los instructores más reconocidos de novicios en formación, pasaban de convento en

convento, por un cierto tiempo, encargándose de la formación de los nuevos enfermeros, que luego

prestarían asistencia médica en sus conventos correspondientes; encontramos el caso de un fraile

Bethlemita que muere en el Cusco, y es reconocido por una larga labor a través de los años en

distintos conventos que estuvo.

…tomo el avito de nuestra sagrada religión en nuestra casa de lima por los años de nueve

o diez según el concepto y fue remitido por la obediencia a nuestro convento de potosí

donde le asignaron el ejercicio de enfermero que ejercito catorce años con puntualidad y

caridad tan exhausta que fue ejemplo de enfermeros para nuestra religión, pues sucediendo

la peste tan nombrada de los años de 19 y 20 el solo suplico… (De la Soledad, 1720)

…fue remitido a este hospital el año de 30 en donde se mantubo con el respeto de muy

religioso, y con la experiencia a[d]quirida a su aplicación, le dé el señor tantas acurtos en

la medicina y cirugía, que era el total alivio de los pobres que arto tenían que llorarle, fue

muy obediente y casto y en la pobreza muy ejemplar pues rara era la semejanza que no

manifestase sus cortas alajas que se componen de un estuche de cirujia, un libro y otros

apuntes y no tubo mas en vida ni se le hallo mas en muerte… (De la Soledad, 1720)

43
El hospital de Nuestra Señora de la Almudena causó un impacto positivo en la sociedad

Cusqueña de ese entonces, ya que el servicio médico mejoró en buena proporción, esto por la labor

que brindaban el personal del Hospital Bethlemita. Los que estuvieron más beneficiados fueron

los naturales del Cusco, que en su mayoría eran atendidos de forma gratuita, estos actos de caridad,

hicieron que la gente de esta ciudad, ya sea porque alguna vez fueron atendidos en este nosocomio

o por tener conocimiento de tan grande labor que estos realizaban en su hospital, llegaron a tener

afecto a esta institución, llegaban a donar bienes materiales y dejaban en sus testamentos algún

beneficio para el hospital como es el caso de.

Iten, tenemos obligación de dar misa domingos o fiestas en la enfermería en el altar de la

soledad a los enfermos de aquella sala del viernes de los dolores una cantada con ministros

y música, por vente pesos que dono de seis que tenía en la legitima de doña Maria Ignacia

de Oquendo esposa de don Vicente de Mendoza… (Carta sin autor, 1719)

44
2.1.2. La farmacia de los Bethlemitas.

El funcionamiento oficial de la botica en el Convento – Hospital de Nuestra Señora de la

Almudena, fue después de medio siglo de su establecimiento en el Cusco. “El 14 de abril de 1754

se creó oficialmente la botica Bethlemita a cuyo cargo se encontraba el Padre prefecto general

Fray Antonio del Rosario” (Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág. 72). Cuando nos

referimos a oficial, se intenta decir que recién desde la fecha indicada prestó servicios a la sociedad,

sin embargo antes existió una botica en el hospital para uso interno, esta botica interna funcionó

desde su fundación, porque la medicina, para ese tiempo requería de componentes, estos

componente químicos fueron: “el bálsamo, sprint nitrio, sprint de azufre, etc.” (Pereira Nina &

Guzman Villafuerte, 1996, pág. 74), pero los medicamentos más utilizados, fueron los

medicamentos caseros, que para la fecha eran de muy buena ayuda, no solo en los hospitales sino

también en los hogares. Estos medicamentos caseros fueron “jarabe de miel de abeja, jarabe de

miel de lagarto, aceite de azufre, aceite de algodón, aceite de azucenas, sal de amoniaco, raíz de

valeriana, hinojo, lechuga, polvo de manzanilla, ungüento de sacarais, ungüento romano, etc.”

(Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág. 73)

Decimos que la botica, funcionó antes de que le dieran su licencia oficial en la fecha indicada,

porque en el Archivo Histórico del Cusco encontramos un documento de mandato del padre

prefecto superior Fray Rodrigo de la Cruz al padre boticario, sobre aspectos de cuidado de

información logística y administrativa de la mencionada botica. Analizando cronológicamente el

cargo que ocupó el padre Rodrigo de la Cruz, como prefecto general, fue desde los años de 1667

hasta 1716, quiere decir que estuvo en el cargo cuando se fundó el hospital de Nuestra Señora de

la Almudena, entonces a la fundación del hospital o pocos años posterior a este, existía una botica

y esta proveía medicamentos a la ciudad.

45
…prefecto general fray Rodrigo de la Cruz estando de visita en este convento ordena y

manda al padre boticario que es o fuere, ponga todo cuidado en escribir en este libro las

memorias de medicamentos que para el surtimiento de la botica se le entregasen guardado

la misma puntualidad en los apuntes de gastos que será muy fácil por los recetarios de la

enfermería y gastos de la comunidad y si se vendiese para la ciudad o fuera de ella cada

mes sumara lo que importase y se lo entregara al padre provincias para que puesta la partida

en el libro general de recibo conste asi lo mando proveyó y rubrico… (De la Cruz, 1701)

En la revista universitaria encontramos un inventario de la botica que fue de la propiedad de la

Compañía de Jesús, dicho inventario se realizó después de que esta orden religiosa, había sido

expulsada de los dominios de la corona española, en 1776; el mencionado inventario es realizado

por la Real Junta de Temporalidades, esta organización es la que se hace cargo de todos los bienes

civiles de los Jesuitas a su expulsión, para que puedan ser administrados.

En una comparación cronológica, la botica de los Jesuitas dio servicio, en la misma fecha que

la botica de los Bethlemitas, y con una sociedad con las mismas necesidades y con muy parecidas

dolencias, es posible afirmar que la botica de los Jesuitas estuvo de igual manera implementada

que de los Bethlemitas, es más se puede decir que la botica de los Bethlemitas estuvo más

equipada, porque fue una de las mejores farmacias en la ciudad del Cusco.

La mencionada lista de medicamentos que fue encontrada en la botica de los Jesuitas, es la

que se detallará continuación:

46
Aceites destilados

▪ Aceite de tomi. ▪ Espíritu de sal ▪ Aceite de petrolos

▪ Aceite de pino amoniaco orinoso ▪ Aceite de gomma

▪ Aceite de sabina ▪ Aceite de junípero galdano

▪ Aceite de bujo ▪ Espíritu de sal ▪ Aceite de alusema

▪ Aceite de jabon amoniaco anisado ▪ Aceite de asar

▪ Aceite de cardo ▪ Aceite de leño ▪ Aceite de spica

santo rodino ▪ Aceite de polio

▪ Bálsamo de ▪ Espíritu de alucema ▪ Aceite de petito

antimonio ▪ Aceite por sucsino

▪ Aceite de polco expresión de ▪ Spiritu de tártaro

▪ Aceite de será mosmoscada ▪ Tintura de asafran

▪ Aceite de ajenjos ▪ Aceite esecencial ▪ Aceite de

▪ Aceite de clavo de sabia manzanilla

▪ Espíritu de sal ▪ Aceite de trentina destilada

dulce ▪ Aceite de tártaro ▪ Aceite de goma

▪ Aceite de conejo ▪ Tintura liquida de anmoniaco

▪ Aceite de cortaza láudano de sedinar ▪ Aceite de sarsafran

de sidra ▪ Tintura de sucsino ▪ Aceite de antus

▪ Aceite de ruda ▪ Aceite de hierba ▪ Aceite de oregano

buena escencial ▪ Aceite de tomillo

47
Hierbas
▪ Semillas de sabina ▪ Raiz de contra ▪ Raíz de peonia

▪ Semilas de yerba ▪ Raiz de enula

verdolagas ▪ Raíz de brusco ▪ Raíz de aristoloquia

▪ Semilla de cuscuta ▪ Raiz de elebro larga

▪ Mostaza de blanco ▪ Raíz de aristoloquia

berberia ▪ Raíz de elebero redonda

▪ Adormineras negro ▪ Raíz de lirios de

negras ▪ Corteza de costo Florencia

▪ Simiente de sidra arábigo ▪ Raíz de sro

▪ Simiente de ▪ Raíz de dictamo ▪ Raíz de serpentoria

calabazo blanco ▪ Raiz de brionia

▪ Semillas de sandilla ▪ Raiz de baleriano ▪ Hierba sabina

▪ Semiente de sauco ▪ Raíz de benorinetal ▪ Hierba de tosilago

▪ Madre de robles ▪ Raíz de azaro ▪ Hierba calemanta

▪ Visco corsimo ▪ Raíz de heredos ▪ Folio indico

▪ Raíz de consolida ▪ Raiz de cúrcuma ▪ Hierba saturegia

▪ Raíz de consolida ▪ Raíz de viztarta ▪ Papa de meca

mor ▪ Raíz de turbit ▪ Hierba fumaria

▪ Caramo aromatico ▪ Raiz de asucena ▪ Flor de tomillo

▪ Raíz de serpentina ▪ Turbit en polvo ▪ Hierba eufracia

▪ Corteza de ▪ Raíz de galanga ▪ Laurel

alcaparra menor ▪ Flor de cantueso

▪ Raíz de zeduadia ▪ Flor de balaustrias

48
▪ Cubelas ▪ Simiente ▪ Agallas de elefante

▪ Semilla de girobalsamo ▪ Agallas de cipres

estaphisagria ▪ Baias de laurel ▪ Polvos de marfil

▪ Cardamomo mayor ▪ Noes vómica ▪ Marfil en bruto

▪ Amomo verdadero ▪ Been blanco ▪ Testículos de

▪ Granos de been castoria

Emplastos

▪ Emplastos de ▪ Emplasto de esper ▪ Emplasto de

musilagos de ballena triafarmaco

▪ Emplasto de ▪ Emplasto de ▪ Emplasto de jabon

marmajita diapalma de castilla

▪ Emplasto de ▪ Emplasto melilito ▪ Tamarindos

almasiga ▪ Emplasto magistral ▪ Criaca romana

▪ Emplasto guillen de contra rutura ▪ Confeccion del

serber emplasto ▪ Emplasto de alkermes

ocsierosio estomaticos de ▪ Ytipe mineral

▪ Emplasto sicuta lemor ▪ Alumbre

▪ Emplasto divino ▪ Emplasto ▪ Alumbre quemado

▪ Emplasto de confortativo de

aforico vigo

▪ Emplasto de ramas ▪ Emplasto de benica

con duplicado de ▪ Emplasto de

mercurio aquilón

49
Sales

▪ Nitro antimonial ▪ Sal de toronjil ▪ Esmeralda

▪ Sal de junípero ▪ Sal de rosa preparado

▪ Tártaro saluble ▪ Sinabrio nativo ▪ Cochinilla kermes

▪ Sal de sentaura ▪ Marfil preparado ▪ Granates en bruto

▪ Anteetico de ▪ Flores marciales ▪ Perlas preparadas

potasio ▪ Succino preparado ▪ Besuardico mineral

▪ Sal de artemisa ▪ Polvo de ▪ Piedra rubies

▪ Sal de ajenjos amrgaritun ▪ Matites

▪ Sal de Saturno ▪ Polvo de arridon ▪ Polvos de castor

▪ Sal de Inglaterra ▪ Polvo de sangre de ▪ Simiente de belena

▪ Sal de vitriolo dragon ▪ Estracto de jalapa

▪ Sal deTamarindo ▪ Asafran de marte ▪ Cantarías

▪ Sal de chicoria astrengente ▪ Diente de jabalí

▪ Sal de marte ▪ Cascaraguebos preparado

▪ Christal tártaro preparado ▪ Polvos de Juan

▪ Sal de coral

Cajoncitos

▪ Píldoras de arnes ▪ Bálsamo de tolu ▪ Espodio

▪ Masa de píldoras de ▪ Trosisco de ▪ Trosisco de

ruivarvo coloquíntidas alquigenje

▪ Piedras de asaharel ▪ Trosisco de víbora ▪ Píldoras de sapata

▪ Píldoras de agarico ▪ Píldora de cinoclos ▪ Trosisco de opatrio

50
▪ Trosisco de tierra ▪ Spiritu de cocrialia ▪ Mirabolano

serada ▪ Spiritu de nitro chelubis

▪ Troasisco de mirio ▪ Spiritu de tártaro ▪ Mirabolanos

▪ Trosisco de compuesto indicus

benveros ▪ Agua del reino de ▪ Mirabolanos

▪ Agarico en polvo hungria beléricos

▪ Elixer ▪ Licor de nitro fijo ▪ Mirabolanos

▪ Alixer propietatis ▪ Agua triacal sitrinos

sin asido alcanforada ▪ Mirabolanos

▪ Elixer de Inglaterra ▪ Spiritu de vitriolo invelicos

▪ Elixer de la vida ▪ Agua destilada ▪ Acasias en flor

matiolo ▪ Mijo del sol ▪ Pimienta larga

▪ Tintura de marte ▪ Goma galbano ▪ Flor de borrajas

▪ Tintura de laurano ▪ Goma amoniaco ▪ Polvos de paraíso

▪ Sal volátil sucsino ▪ Goma asaphatida ▪ Semilla de cuvenas

▪ Sal volátil de orina ▪ Goma serafino ▪ Semillas de pulte

▪ Sal volátil de ▪ Comino rustucus ▪ Rasura de cuerno

cuerno se siervo ▪ Algue jorjos de siervo

▪ Spiritu de sal de ▪ Asaro ▪ Simiente de sidra

amoniaco ▪ Goma carave ▪ Alumbre de pluma

▪ Spiritu divino ▪ Insencio gota ▪ Cortesa de leño

sulfonado ▪ Vitriolo blanco fracsino

▪ Spiritu fuligenes

51
▪ Semilla de ▪ Goma sagapeno ▪ Electurio rosado

adormidera ▪ Goma tuliganta ▪ Electuario apronum

▪ Semilla de canela ▪ Vitriolo de cipres ▪ Electuario de

de las montañas de ▪ Triaca celeste tártaro

las indias ▪ Confeccion de ▪ Electuario de tres

▪ Hierba lobdono jacintos sandalon

▪ Nitro depurado ▪ Hierolagodion ▪ Colar blanco

▪ Hermo dátiles ▪ Confecccion gentil ▪ Abas de la mar

▪ Calamo aromarico ▪ Caonfeccion ▪ Ojos de cangrejo

▪ Raíz de galanga anacardica preparado

▪ Oregano ▪ Terodio romano ▪ Cristal preparado

▪ Pimienta blanca ▪ Philonio pérsico ▪ Coral preparado

▪ Saragotona ▪ Electuariun ▪ Cuerno de siervo

▪ Gueso de gibia puerorun preparado

▪ Dictamo blanco ▪ Electuario de ▪ Atutía preparado

▪ Flores de violeta afericon ▪ Sal de prunela

▪ Goma bedelio ▪ Electuario de ▪ Flor de asufre

▪ Flores de petimo ruivarvo ▪ Tierra sellada rubia

▪ Vercotilia ▪ Electurio benedicta preparada

▪ Goma de infortio ▪ Electuario arnex ▪ Tierra sellada

▪ Goma tragacanto ▪ Electuario indum blanca

▪ Goma oponax ▪ Electuario elactario ▪ Tierra lennea

▪ Goma bedelio ▪ Elctuario metrigato preparada

52
▪ Tierra de san pablo ▪ Sitrato de briona ▪ Polvos de leboro

▪ Piedra besuar ▪ Sitrato de ruivarvo blanco

▪ Piedra iman ▪ Sangre de macho ▪ Polvos de leboro

preparada preparado negro

▪ Piedra ▪ Polvos de serapaqui ▪ Polvos de paradiso

medicamentosa ▪ Polvos de armenia

▪ Polvos de raíz de ▪ Polvos de piedra de

china aguila

Aguas comunes destiladas

▪ Agua rosada ▪ Agua segunda de ▪ Agua de borrajas

▪ Agua de azar cal ▪ Suero destilado

▪ Agua de verdolagas ▪ Vinagre rosado ▪ Agua de cardosanto

▪ Aguardiente ▪ Vino emetico ▪ Agua de manzanilla

alcanforado ▪ Agua primera de ▪ Agua de

▪ Agua de enojo cal escorzonera

▪ Spiritu de vino ▪ Vinagre selitico ▪ Agua de verbena

▪ Agua de toronjil

53
Jarabes

▪ Jarabe de limones ▪ Jarabe de ▪ Arrope de vino

▪ Jarabe del rey cardosanto ▪ Jarabe de arrope

▪ Jarabe de chicoria ▪ Jarabe de cascarilla ▪ Jarabe de atraseno

▪ Jarabe de agras ▪ Jarabe de ▪ Jarabe de magistral

verde membrillo ▪ Jarabe de

▪ Miel rosada ▪ Jarabe dos raíces martursillo

▪ Miel rosada de con acido ▪ Jarabe de acido de

llagas ▪ Jarabe de tabaco cidra

▪ Jarabe de corteza ▪ Jarabe de manzana ▪ Jarabe de sarsa

de cidra ▪ Jarabe de pitimo ▪ Jarabe de

▪ Jarabe de cinco ▪ Jarabe de cantueso escorzonera

raíces ▪ Jarabe violado ▪ Bálsamo católico

▪ Jarabe de hierba ▪ Jarabe de ajenjo ▪ Bálsamo anodino

buena ▪ Jarabe de rosa seca ▪ Colirio blanco

▪ Jarabe de nueve ▪ Miel de abejas ▪ Bálsamo de meca

infecciones ▪ Jarabe de verdolaga ▪ Aceite esencial de

▪ Jarabe de calibiado ▪ Jarabe de borraja junípero

▪ Jarabe metico ▪ Jarabe de ▪ Aceite de epericon

▪ Jarabe de arrayan adormidera blanca ▪ Aceite de salvia

▪ Jarabe de ▪ Jarabe de fumaria ▪ Aeite de cacapucio

culantrillo ▪ Jarabe de lentejas ▪ Aceite de enojo

▪ Jarabe de chicoria ▪ Jarabe de guindas

54
▪ Aceite de ▪ Aceite de laurel ▪ Hojas de olivo

alcaparras ▪ Aceite de ▪ Verdulaga

▪ Aceite de Aparicio membrillo ▪ Flor de claveles

▪ Aceite de nueces ▪ Aceite violado ▪ Raíz de perejil

▪ Aceite de castor ▪ Aceite de hierba ▪ Raíz de alechuana

▪ Aceite de buena ▪ Mostaza

sesacmino ▪ Aceite de asafran ▪ Chochor

▪ Aceite de spica ▪ Aceite de ruda ▪ Pheligrana

mixto ▪ Aceite de almasiga ▪ Asofrifar

▪ Aceite de kerva ▪ Aceite verde ▪ Polvos de

▪ Aceite de auforvio ▪ Aceite destilado de almártaga

▪ Aceite papaderino ladrillos ▪ Alholvas

▪ Aceite edeldo ▪ Aceite destilado de ▪ Linasa

▪ Aceite de petróleo ▪ Cremortartaro

almendras ▪ Aceite de arrayan ▪ Sal amoniaco

▪ Aceite de asucenas ▪ Aceite de azar

▪ Aceite de lombrices ▪ Aceite de sapo

55
2.1.3. El noviciado de la religión Bethlemita.

La iglesia católica se divide en clero secular y clero regular, los clérigos seculares se

forman en un seminario perteneciente a los diocesanos, en cambio los del clero regular se

forman en sus noviciados. Todas las órdenes religiosas que llegaron a establecerse en la

ciudad del Cusco, tuvieron estos centros de formación de frailes, tanto en las órdenes

religiosas masculinas como en las órdenes religiosas femeninas, el ingreso a cada una de

estas fue regulado por cada orden religiosa, como es el caso para el ingreso de los

monasterios de religiosas, el ingreso tenía que ser con una dote, o el caso de los Jesuitas

que tenían que tener los aspirantes a novicios, estudios superiores en alguna universidad.

Se le denominaba noviciado, “A todo el periodo de la instrucción en normas y costumbres

que cada orden religiosa establecía y a su preparación exhaustivamente en las reglas y

práctica de su orden” (Burns, 2008).

El noviciado de la Orden Bethlemita, fue el centro de formación y crianza de religiosos

Bethlemitas en: doctrina cristiana, Sagrada teología, y medicina elemental, según lo que

indica las actas municipales de los Bethlemitas respecto a novicios, es que el noviciado

debe estar en el convento donde se encuentran los frailes Bethlemitas, esto para la mejor

comodidad de los novicios, además los novicios no podían convivir con frailes ya

consagrados y tenían su espacio alejado de los religiosos conventuales. La crianza y

formación de los novicios estaba a cargo de un clérigo, al cual se le denominaba, maestro

de novicios, este era nombrado por el prefecto general. El prefecto no tenía la potestad de

determinar nada acerca de los novicios, sino es por consulta y parecer del maestro, el cual

tenía la entera libertad para uso y ejercicio de su autoridad en la crianza de los que tenía a

56
su cargo, de lo contrario hubiera habido intromisiones de los demás religiosos conventuales

y tal vez hasta falta de respeto de los que estaban siendo formados.

A los pretendientes que solicitaban ingresar a orden Bethlemita y tomar su santo habito,

eran examinados por el prefecto según las constituciones, y debía cumplir una serie de

requisitos:

Lo primero seis(ser) de buenas y honestas costumbres si acaso a sido o es facineroso

si se tiene alguna enfermedad oculta o contagiosa y las fuerzas y salud competentes

para los ministerios a que se han de dedicar a la religión. (Cartas sin autor, 1698)

Segundo si a cometido alguno de los delitos de hurto homicidio o(u) otros

semejantes de que haya sido infamado o se haya hecho judiciaria inquisición o ha

sido castigado judicialmente o se tema con razón que por ello aya de ser preso o

castigado con las penas correspondientes a los delitos. (Cartas sin autor, 1698)

Tercero se está obligado a dar algunas cuentas por las cuales se toma que después

de haber entrado padecerá molestia el monasterio o religión (Cartas sin autor, 1698).

Cuarto si tiene más deudas de las que puede satisfacer (Cartas sin autor, 1698).

Quinto si quiere recibir el habito con verdadero ánimo de recibir a Dios o es por

librarse de algunos de los inconvenientes sobre dichos (Cartas sin autor, 1698).

Sexto si [él] o sus padres están notados de alguna infamia (Cartas sin autor, 1698).

Séptimo si es descendientes de padres, abuelos y bisabuelos hasta la cuarta

generación que hayan sido esclavos o inficionados con alguna ce[x]ta de judíos,

57
moros o herejes o de otra ce[x]ta reprobada o si han sido por ellos penitenciados o

condenados por los inquisidores de la herética gravedad. (Cartas sin autor, 1698)

Octavo si es nacido y procreado de legitimo matrimonio o si esta maculada su

sangre con la de negro mulato e indio o(u) otra cualquiera raza de la que degenera

de la limpieza y requisitos necesarios (Cartas sin autor, 1698).

Noveno si sus padres padecen pobreza o probablemente se crea que la vendrán a

tener de suerte que se pueda a tener con razón padecerán perturbación e inquietud

en la religión (Cartas sin autor, 1698).

Decimo si está probado con matrimonio, si [h]a tenido el habito de alguna religión

o congragación y si sabe leer y escribir y no de otra manera (Cartas sin autor, 1698).

A estas preguntas a de añadir el secretario el inquirir de los testigos que tiempo ha

de conocer al pretendiente y el modo como saben lo que declara si es de

conocimiento o de publica voz y fama la edad del testigo y si le tocan alguna de los

generales impedimentos de el derecho y que depongan debajo de juramento lo que

dijeren. (Cartas sin autor, 1698)

Después de haber pasado por este filtro y haber aprobado su calificación, el prefecto se

juntaba, con el maestro de novicios, y se le daba el visto bueno para que el aspirante a

novicio pueda vestir el hábito Bethlemita. Según las constituciones, se podía pasar por alto

el no saber leer ni escribir del postulante, pero con la condición de que en su formación

como fraile Bethlemita debía de aprender y remediar dicha falencia; de seguro que su

formación tardaría más en comparación con los demás aspirantes que si tenían esa

58
habilidad. “Si se diere el hábito a alguno que no sepa escribir adviértasele que no ha de

profesar sin que primero aprenda suficientemente” (Cartas sin autor, 1698).

Uno de los requisitos que, si era bien examinado, y que no debería pasar por alto, era la

situación del linaje, cumpliéndose estrictamente que el postulante debería de cumplir hasta

el cuarto grado de parentesco, de no tener vínculo alguno con; moros, judíos y herejes o

protestantes, de comprobarse esto, él postulante debía dejar el noviciado de inmediato.

Declaramos para guarda de los estatutos apostólicos que siendo el impedimento por

ser descendiente dentro del cuarto grado de linaje de moros judíos o herejes

condenados por el santo oficio la profesión si la hicieren es nula y luego que se sepa

será expelido de la religión y esto se les advierte a los novicios antes de la profesión.

(Cartas sin autor, 1698)

Cumpliendo los requisitos de probatoria, y teniendo su fe de bautismo, el padre prefecto,

los religiosos conventuales y el maestro de novicios, elegían para que el pretendiente a

novicio pueda tomar el santo habito, el acto de elección se realizaba de la siguiente manera;

los que estaban a favor de que el aspirante a novicio, tome los hábitos Bethlemitas eligieran

poniendo habas blancas, en una bolsa, este tipo de voto es favorable para el aspirante, de

lo contrario, los religiosos elegían poniendo habas negras.

Para que un religioso conventual pueda participar en este acto de aprobación al novicio,

debía ser religioso conventual, con más de tres años y dos meses, después de haberse

recibido como fraile Bethlemita, de lo contrario, si este fuese en contra de esta norma, ya

sea por alguna razón que la hubiere, esto será considerado como falta grave. El ingreso de

los novicios era registrado en un libro, tomando en cuenta la fe de bautismo según los

59
decretos pontificios, se registraba la hora y fecha del acto, y al final del escrito, lo firmaban

el prefecto, los religiosos conventuales más antiguos y el secretario que daba fe de lo

redactado.

La ropa y vestidos que utilizaba el novicio, lo proveía el convento, para tal caso, el

maestro de novicios tenía un ropero en el noviciado, debidamente abastecido por estos

enseres. Según las constituciones de esta orden religiosa, el prefecto del convento, no podía

disponer de los novicios, en ninguna actividad dentro ni fuera del convento, es más, estos

no podían salir del lugar asignado para su noviciado, ningún religioso conventual podía

hablar con un novicio, esto también era considerado como falta grave, de igual manera

ningún novicio podía hablar con un clérigo sin autorización de su maestro, estos jóvenes

novicios, no estaban al servicio del hospital, ni de la Escuela, todo el transcurrir del periodo

de su noviciado se la pasaban en su correcta formación como fraile Bethlemita.

El aprendiz al ser aceptado y para que pueda cumplir con su noviciado, primero tenía

que pasar por un año de prueba dentro de la preparación, en el cual se le evaluaría, primero,

su vocación, si el novicio tenía predisposición para la vida consagrada, también se le veía

sus virtudes para llevar una vida de caridad y hospitalidad. “A los diez meses cumplidos

del noviciado y esta antes que se pase a votarlo en el mismo capítulo el que ha de profesar

de rodillas implorando el nombre del señor con rendimiento sumiso” (Carta sin autor,

1698). Esto lo hacía el novicio prestando la enmienda de sus defectos, y ser aceptado en la

continuación de su formación como fraile.

Hecha la última aprobación del novicio y testamento cumplido al año y día de su

noviciado y los diez y siete de su edad y estando enterado de todas su reglas y

constituciones de la doctrina cristiana y de las ceremonias de nuestra religión para

60
lo cual ha de ser examinando y aprobado por el religioso o religiosos que señalare

el prefecto se le dara la profesión por el mismo, guardando la forma que se ordena

en nuestro ceremonial y la profesión se ha de asentar en un libro destinado para este

fin y la ha de firmar el profesante el prefecto y otros tres religiosos que sirvan de

testigos y el secretario que la autorice. (Carta sin autor, 1698)

Después del año de prueba los novicios, entraban en una etapa del noviciado, esta etapa

se le denomina como Joverado, que tiene la duración de tres años, en la que se consolidaba

su formación. “Reconociendo al maestro en todo como a su inmediato prelado siguiendo

los ejercicios espirituales de mortificación y oración que se acostumbran para que arraiguen

y macicen en la virtud costumbres y ceremonias de nuestra religión” (Carta sin autor,

1698).

Los jóvenes han de tener tres días en la semana capítulo de culpas en su noviciado

pero ha de ser con intervención de los novicios y procurando en cuanto se pueda y

el que estén segregados unos de otros y que nunca si no es en las recreaciones o en

presencia de su maestro hablen unos con otros y que sea ley inviolable la del silencio

para todos. (Carta sin autor, Ingreso de Novicios a la Congregación Bethlemita,

1698)

Para recibirse como fraile Bethlemita, el novicio debía que haber cumplido diecisiete

años de edad, el cual hacía constar con la partida de bautizo que presentaba al noviciado,

existen los casos donde podían ingresar menores de diecisiete años, como consta en un

documento encontrado en el Archivo Regional del Cusco.

61
En siete días del mes de Setiembre de mil seiscientos y noventa y ocho los con

licencia de nuestro reverentísimo padre prefecto de este convento de hospitalidad

de nuestra señora de la Almudena vesti el habito de nuestra sagrada religión

bethlemitica a Ambrosio García Menacho natural de esta ciudad del Cusco hijo

legitimo de Juan García Menacho y de doña Bernarda Manzuelo dio las

informaciones necesarias de su limpieza y se nombra en la religión Fray Ambrosio

de Jesús y según nuestra constitución y la fe de bautizo que trajo empezara a correr

su año de probación y noviciado el día siete de abril del año venidero de mil y

setecientos porque entonces tendrá diez y siete años cumplidos. Para que conste lo

firme con el maestro de novicios. (Carta sin autor, 1698)

NOVICIADO

Año de probanza Joverado

• Duracion de un año y un • Duracion de tres año.


día. • Tiene que tener más de 17 años
• Puede tener menos de 17. • Consolidación en virtudes, constumbres y
• Tener conocimiento de las ceremonias de la religion Bethlemita.
reglas y constituciones de • Despues de los tres años son consagrados
la doctria cristiana, como frailes Bethlemitas.

Figura III. Elaboración propia del autor El noviciado de un fraile


Bethlemita, tenía que cumplir estrictamente con el proceso impuesto en
sus constituciones, la cual tuvo dos facetas, las que se representa en la
actual figura.

62
2.2. Los Bethlemitas brindan enseñanza a los niños gentiles de extramuros de la

ciudad del Cusco.

La historia de la educación en la ciudad del Cusco, se da inicios en la primera mitad del siglo

XVII con la creación del Colegio de San Bernardo y el de San Borja, uno para españoles y criollos,

y el otro para los hijos de las elites indígenas, respectivamente. Desde luego que la educación en

la colonia fue de manera clasista, es así que los naturales no pertenecientes a las clases de la elite

indígena, tenían restringida el beneficio de la educación, ya que esto se considera de ese modo,

“Los caciques veían en estos colegios reales un reconocimiento de su nobleza, un honor que se

traducía por el uniforme que llevaban y la dirección de sus estudios confiaba a la compañía, de

excelente reputación pedagógica” (Alaperrine-Bouyer, 2007, págs. 293-294).

El proyecto de colegios para nobles naturales en el virreinato del Perú, nació todavía en la

segunda mitad del siglo XVI con el padre Acosta donde indicaba.

En la primera congregación convocada en Lima el día 16 de enero de 1576, el tema de la

pastoral indígena es capital. Acosta define la tarea diciendo que se puede ayudar a los

naturales, de cuatro maneras: “… haciendo de curas en las doctrinas, dando misiones entre

ellos. abriendo residencia en los lugares donde es crecido su número, entablando colegios

para los hijos de caciques. (Leuridan Huys, 1997, pág. 72)

Pero porque solo se establecería el beneficio de la educación para los nobles naturales, es claro

que con este beneficio la corona española buscaba un instrumento más de dominio de los naturales.

Si tenía a los nexos entre españoles y naturales que eran los caciques, con mayor instrucción en su

lenguaje, en sus costumbres y con más conocimientos que los demás naturales en la doctrina

63
cristiana, sería más hacedero, el manejo y dominio de las masas oriundas, Alaperrine-Bouyer

(2007) nos apunta. “Los colegios de caciques resultaron de un proyecto político de evangelización

que se justifica por el poder y la gran influencia que tenía los curacas sobre los indios” (pág. 292).

La enseñanza en los colegios para nobles naturales, tenía que estar basada en la doctrina

cristiana – católica, es por eso que, los colegios.

Para los caciques había que empezar por modificar las costumbres, educar a los niños en

los buenos usos a la vez que enseñarles la doctrina. Lo que llamamos aculturación era,

según las palabras del padre Acosta, “curar el veneno de la perversa costumbre con el

antídoto de la otra costumbre”. (Alaperrine-Bouyer, 2007, pág. 273)

Pues al parecer estos colegios funcionaban, a manera de monasterio de monjas, si las hijas de

los naturales nobles eran preparadas en los monasterios, siendo instruidas en las costumbres

europeizantes, y en doctrina cristiana, de igual manera los colegios de caciques era la institución

encargada de modificar el pensamiento y el hábito de vida de los jóvenes, descendientes de nobles

naturales. Pero cabe resaltar que los hijos de los caciques no eran aculturados de una manera total,

sino más bien de un modo parcial. Alaperrine-Bouyer (2007) afirma:

La aculturación no debía ser total en la mente de los fundadores. El padre acosta considera

que no se debería hacer de ellos españoles lo que era imposible a su modo de ver, sino

guardar de sus costumbres lo que era compatible con la religión cristiana. (pág. 274)

Hicimos un preámbulo, a manera de saber que en la colonia si hubo una educación para los

naturales, pero solo para una clase privilegiada. Ahora los demás gentiles oriundos de estas tierras,

acaso no merecían ese beneficio como se consideraba en ese tiempo, que era la educación.

64
En lo que toca a la imagen del indio, podía variar dentro de un mismo espacio de tiempo

según los individuos: unos religiosos lo consideraban capaz y digno de recibir la mejor

enseñanza, mientras otros, por el contrario, lo veían rudo, vicioso y hasta peligroso.

(Alaperrine-Bouyer, 2007, pág. 271)

Es así que los hermanos de la Congregación Bethlemita, se interesan en este problema, por la

educación de los naturales del común, estableciendo escuelas junto a sus hospitales para la

preparación de estos impúberes, a la adaptación de la nueva cultura establecida en estas tierras.

La Congragación Bethlemita establece escuelas y educación para los niños, desde inicios de su

aparición como orden asistencial, claro es esto, por lo que se puede encontrar en las constituciones

de esta Orden Religiosa.

El piadoso y necesario misterio que dejo introducido nuestro venerable padre Pedro de San

Jose, de enseñar a los niños pobres a leer, escribir y contar y la doctrina cristiana, escuela

particular que debe haber en cada hospital. Y será maestro uno de los religiosos, advirtiendo

que este sea tal que a cuya virtud pueda confiarse la buena educación y enseñanza de los

pobres, y eso graciosamente, sin recibimiento de alguna paga o estipendio. (De la Cruz,

1702)

Si realizamos una inexpresiva comparación con el colegio de caciques de San Borja del Cusco,

se percata que la educación es del mismo modo, porque en ambos colegios se enseñan las mimas

materias, como son: leer, escribir, contar y como no podía faltar, la doctrina cristiana, pues “No

hay saber que saber pueda llamarse si no se emplea en Dios con firme instancia” (Alaperrine-

Bouyer, 2007, pág. 278). Solo que San Borja estaba regido por frailes Jesuitas y estos tenían la

fama de excelentes pedagogos tanto en Europa como en América y además de esto el colegio de

65
San Borja es el colegio de “nobles ingas”, y tiene la categoría de colegio real de caciques, en

cambio la escuela de los Bethlemitas es una escuela para naturales pobre, sin ningún título ni algo

más por el que presumir.

Ya establecidos los Bethlemitas en el Cusco, como ya indicamos en el año de 1698, de

inmediato establecen la escuela para niños de los naturales de extramuros de la ciudad del Cusco,

esto dando cumplimiento a lo establecido en sus constituciones, de instaurar una escuela para niños

conjuntamente con el hospital. Pereira Nina & Guzman Villafuerte (1996) nos indica:

“Establecidos los Bethlemitas en el local de Nuestra Señora de la Almudena, inmediatamente

pusieron a disposición un ambiente para el funcionamiento de una escuela de infantes” (pág. 65).

Es así que se da inicio a la labor educadora en la ciudad del Cusco, por parte de la Congregación

Bethlemita, como indica Pereira Nina & Guzman Villafuerte (1996) “De esta manera menguaron

en algo a la discriminada educación, que se practicaba hasta antes de su llegada” (pág. 65).

66
2.2.1. La escuela de los Bethlemitas.

Como ya mencionamos anteriormente, la escuela de la Congregación Bethlemita estaba ubicada

en el edificio donado por el licenciado, Andrés de Mollinedo y Rado conjuntamente con su tío el

obispo Mollinedo, que tiene por nombre el de Nuestra Señora de la Almudena, conjuntamente con

el hospital y el convento de estos frailes, su ubicación exacta esta: “Entre las dos puertas de la

portería con sus asientos de madera en ambos lados con sus dos ventanas con rejas de hierro” (De

la Soledad F. , 1715). Y por otro documento encontrado en el Archivo Regional del Cusco, se sabe

la manera de como estuvo implementado este mencionado centro de estudios, había:

Una mesa grande, con un cajón y llaves, una silla, siete mesas en la que escribían los

muchachos, dos lienzos pequeños, una de nuestra señora de la Almudena, y otro de San

Juan, cuatro campanas para el uso de la comunidad y una para la escuela. (Lopez de la

Cerda, 1698)

De esta manera se deduce que la mencionada escuela no tuvo exorbitantes estudiantes, dentro

de sus aulas, esto por el bajo número de inmobiliario que se encontró en el inventario, pero por eso

no quiere decir que esta escuela estuvo atendida de cualquier modo y descuidada. Cuando los

bienes de la congregación Bethlemita pasan a manos de los de la orden de San Juan de Dios, en

inicios de la república, se puede notar que la mencionada escuela estuvo implementada de una

forma muy útil para la enseñanza de estos menores. “A comienzos del siglo XIX, el local destinado

para la escuela se encontraba implementado con ambientes más adecuados para el proceso de

aprendizaje – enseñanza de los niños” (Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág. 66).

Tengamos en cuenta que la orden Bethlemita, para inicios de la república no estaba atravesando

por sus mejores épocas, como fue durante toda la primera mitad del siglo XVIII y primero años de

67
la segunda mitad del mismo siglo. Entonces resaltamos que la buena implementación de sus aulas

fue producto de sus años de riqueza y buena estabilidad que tuvo en el mencionado tiempo.

En el colegio de San Borja, la mayoría de los estudiantes tenían alojamiento y alimentación en

el mismo centro de estudios, “…se precisa que los niños debían comer “cada uno en su plato”, que

debían tener manteles y servilletas, y se precisa también que debían dormir “cada uno por si en

una cama” el tiempo que se les enseñare…” (Alaperrine-Bouyer, 2007, pág. 274). En la escuela

de los Bethlemitas de la misma manera, se brindaba el servicio de alimentación y alojamiento a

los jóvenes que eran parte de este centro de estudios, “…para que no tengan la incomodidad de ir

a sus casas a comer y volver a su ejercicio, siendo lo más cierto que no hallaran alimento por la

misma pobreza y así solo volverán a sus moradas a dormir…” (De la Soledad J. , 1698). Los

Bethlemitas preocupados por la buena asimilación de los estudiantes brindaban estos servicios, y

todo esto de manera gratuita.

68
Capitulo III

3. Un breve panorama de la economía del Virreinato del Perú, para inicios del siglo

XVIII

La principal actividad económica del virreinato peruano fue la minería, actividad que a

su vez sugestionó a otras actividades como la agricultura y la producción de textiles,

desarrollándose conjuntamente, O'phelan Godoy (1988) afirma: “Durante el siglo XVIII la

economía del virreinato del Perú se desarrolló a partir de la explotación de tres tipos de

centros productivos: minas, obrajes o talleres textiles, y haciendas” (pág. 27). Ahora bien,

Chevalier (citado por O’phelan Godoy, 1988, pág. 28) señaló que “las minas fueron el

nervio de la colonización”, en efecto, a raíz de la explotación minera más y más se

desarrolló la colonización y con ello una economía activa.

Se debe hacer notar que la minería también se llevó a cabo en Nueva España, pues

Sempat Assadourian (1999) refiere que: “En la nueva España, entre 1530 y 1580, el

desarrollo de la economía europea estuvo fuertemente centrado en la minería de la plata y

el sector ganadero” (pág. 55). En el Perú, “La economía de las colonias fue organizada en

función a las necesidades e intereses comerciales, financieros y fiscales de la metrópoli. En

este sentido, en el virreinato del Perú el funcionamiento del polo minero exigía una fuente

estable de alimentos, medios de transporte animal y otros bienes”. (Garcés Davila, 1992,

pág. 50)

La actividad minera formó una ruta comercial entre las principales ciudades del

virreinato, ya que “Al tiempo y por el hecho de generar efectos de arrastre directos, Lima

69
y Potosí provocan una segunda onda cuyos flujos llevan a la estructura general del espacio

peruano” (Sempat Assadourian, 1982, pág. 115). “Indudablemente los complejos mineros

al igual que los principales centros urbanos, se convirtieron durante el periodo colonial en

los pilares el mercado interno” (O'phelan Godoy, 1988, pág. 22).

Cusco fue un centro urbano con mucha transitoriedad, debido a que se encontraba dentro

de la ruta comercial del sur andino, abasteciendo a la villa rica de Potosí. Se debe tener en

cuenta que, Cusco fue importante por su posición geográfica dentro de la ruta Lima - Potosí,

pues fue sendero obligatorio para llegar a los yacimientos mineros de la Villa Rica, por lo

que, la economía que se generaba dentro de las minas de Potosí, influenciaba de manera

directa ya sea positiva o negativamente en la economía de la ciudad; del mismo modo,

Cusco al poseer microclimas, obtuvo una producción agrícola múltiple, Gutiérrez y otros

(1984) manifiestan que: “La región del Cusco presenta un conjunto de características

topográficas y climáticas, que enriquecen y jerarquizan las posibilidades de desarrollo

integrado y complementario a la producción” (pág. 8). También se debe destacar, que en

Cusco se encontraba una de las siete Cajas Reales que hubo en el sur andino del virreinato

peruano, pues, “La decisión acerca de donde establecer una caja real dependía mucho del

número de minas que operaban en determinada provincia” (O'phelan Godoy, 1988, pág.

34).

Líneas arriba se manifestó que la agricultura fue otras de las actividades económicas

que se desarrolló paralelo a la minería, en ese entender, la producción agrícola, se

desenvolvió en las haciendas y en las plantaciones , las haciendas eran las productoras de

las mercancías de pan llevar, como son: el maíz, la papa, el trigo, el ají, el chuño; mientras

que las plantaciones se dedicaban a la producción de la caña de azúcar (posteriormente

70
surgiría el azúcar) y la hoja de coca. (O'phelan Godoy, 1988). La mayoría de los ingenios

azucareros se extendieron a lo largo de la costa, pero la sierra no fue ajena a ello, ya que

hubo plantaciones en “Abancay, Curahuasi y Huanpaca (Cusco), que eran productoras de

azúcar, y las de coca en los valles de Paucartambo.

3.1. Las haciendas de los Bethlemitas en la región del Cusco.

Las órdenes religiosas, en su mayoría fueron poseedores de considerables cantidades de

tierras, viviendas, además de una diversidad de bienes inmuebles; la congregación

Bethlemita no fue ajena a ello, vale la pena señalar que, no habrán tenido colosales

cantidades de propiedades con relación a las demás, pero de que demostraron gran

patrimonio empresarial no cabe duda.

Los Bethlemitas fueron grandes proveedores de productos de pan llevar, sus cosechas eran

efectuadas en terrenos de sus haciendas; en relación con las haciendas, Pablo Macera

(citado por Gutiérrez y otros, 1984), refiere que las haciendas “Eran dominantemente

empresas económicas-sociales, y el goce suntuario del dominio era accesorio en el papel

de las mismas (pág. 9), sobre el mismo tema, Macera (como citó en Gutiérrez y otros, 1984)

complementando la idea suscribe que “Su modo de producir le exigía el cumplimiento de

funciones religiosas, demográficas y fiscales que la convertían en una compleja entidad

social dentro de una rivalidad a la vez sustitutoria y complementaria de la ciudad española

y el pueblo de indios. (pág. 9)

Ahora bien, el hecho de que una hacienda produjese y abasteciese el mercado de una

determinada localidad, implicaba relacionarse con la sociedad. En esos tiempos, los

Bethlemitas respecto a los otros grupos religiosos, no tenían tanto el afán de crecer entre la

71
sociedad como personas acaudaladas, pero sí de asegurar el crecimiento económico de su

congregación para poder autoabastecerse y cubrir las funciones de caridad que

desempeñaban dentro de la sociedad cusqueña como: adoctrinar y amparar, las labores

asistenciales de los Bethlemitas y juandediosanos, eran cubiertos con los dividendos de la

comercialización de los productos de sus haciendas, y utilizados para la manutención de

sus hospitales.

Por otra parte, Pablo Macera explica, las formas de acceso a la propiedad de tierras durante

el periodo virreinal, entre ellas se hallan los siguientes:

Mercedes de tierras

Composición de tierras

Compra y venta de tierras

Otorgamiento de tierras baldías

Sucesión hereditaria

Donaciones

De manera general, se procederá a explicar cada uno de las formas de adquisición de tierras,

las mercedes de tierras fueron reparticiones de tierras de parte del rey hacia los

conquistadores por servicios prestados a la corona; “Así chacras, estancias y tierras de labor

constituyeron la forma inicial de acceso a la propiedad de la tierra que, por la legislación

en vigencia, era genéricamente de la corona en España quien ejercía la potestad de

distribuirla” (Gutiérrez, y otros, 1984, pág. 21). La composición de tierras “Era pues el

pago de derechos que significaba la adquisición de tierras sin título y generalmente mal

habidas” (Gutierrez, y otros, 1984, pág. 21), dándole validez jurídica a la posesión que

72
algunos obtuvieron, por usurpación de tierras u obtenidas por merced de tierras. La compra

y venta de tierras en su mayoría se efectuaban para acrecentar las propiedades, tal es el

caso, de los Bethlemitas, que, al llegar y establecerse en Cusco, tuvieron la intención de

extender los linderos de su propiedad matriz, el cual lo habían obtenido por donación.

Nuestro reverentísimo padre fray Rodrigo de la Cruz compro a Don Lucas Tisocsayretopa

hijo y heredero de don Francisco tisocsayretopa inga Principal y gobernador de la parroquia

del Hospital. Seis solares que lindan por tres partes con calles reales frente de esta portería

que ya hoy están de plazuela libres de censo y heredados del dicho su padre, como se

manifiestan por la cabeza y pie de dicho testamento que se halla aquí inserto su fecha trece

de junio de 1688 en precio de 250 pesos de contado fecha de dicha venta dos de octubre de

1699 ante Pedro de la Cerda escribano publico hallase inserta la posesión que tomo dicho

nuestro Reverentísimo de las expresadas tierras con once planas útiles. (Lopez de la Cerda,

1699)

El otorgamiento de tierras baldías o reclamo de tierras desocupadas, fue otra modalidad

de obtener tierras, y como indican Gutierrez, y otros (1984): “Muchas veces la vacancia no

fue natural sino, inducida mediante el aprovechamiento de tierras que pertenecían a los

mitayos que iban a Potosí (y con frecuencia no regresaban), mediante el traslado de indios

por los encomenderos o finalmente las fugas cuando no estaban en condiciones de afrontar

tributos”. Continuando con la adquisición de tierras, la sucesión hereditaria, fue la forma

más común que hubo en la obtención de tierras, pero no la más indicada para de acrecentar

las propiedades, en caso de ser varios los beneficiaros se procedía a repartirse entre los

73
sucesores, sin embargo, también existían casos de enlaces matrimoniales que al unirse, el

sucesor extendía su propiedad.

Por último, las donaciones fueron la manera más frecuente de obtener tierras, más por parte

de las congregaciones religiosas, tal es el caso que: “El 11 de abril de 1706, el doctor Pedro

de la Vega, donó tierras ubicado en las alturas de San Blas” (Lopez de la Cerda, 1706), y

así en su mayoría, en el caso de la congregación Bethlemita conformó su patrimonio

inmueble de acuerdo con esta forma de obtención de tierras. Ahora bien, después de haber

entendido cada una de las formas de adquisición de propiedades, se procederá a ampliar

específicamente el tema de donaciones, y complementariamente las de compra venta.

Los inmuebles obtenidos por los Bethlemitas, en su mayoría fueron por donación, entre

ellos la hacienda Sillque, tema que será abordado desde su adquisición, producción y como

dicha hacienda benefició al convento-hospital de Nuestra señora de la Almudena; además

de la donación del inmueble de la casa-hacienda y el templo de Nuestra Señora de la

Almudena, que fue la casa matriz y corazón de toda obra benéfica de la congregación

Bethlemita, donación del licenciado Andrés de Mollinedo y Rado, el año de 1698, cuyo

documento notarial se realizó ante el escribano público, Pedro López de la Cerda, bajo las

siguientes condiciones.

En la gran ciudad del Cusco del Perú a veinte y nueve días del mes de agosto de mil

seiscientos noventa y ocho años ante mí el escribano y testigos estando en las casas

episcopales parecieron el ilustrísimo señor doctor don Manuel de Mollinedo y Angulo

obispo de esta dicha ciudad y su obispado del consejo de su majestad y el licenciado don

Andrés de Mollinedo su sobrino cura propio de la parroquia del hospital de los Naturales

de esta ciudad y comisario del santo oficio de la inquisición en ella su partido a quienes

74
doy fe que conozco y dijeron que por cuanto reconociendo cuan del servicio de Dios

nuestro señor y de su agrado era el que en el santuario y casa de nuestra señora de la

Almudena que está en la otra banda de la dicha parroquia del hospital de los naturales que

edifico a su costa el dicho licenciado don Andrés de Mollinedo se funde la hospitalidad de

señores clérigos sacerdotes pobres enfermos y la convalecencia de indios y que los padres

Belemitas según su instituto se habían dedicado a este servicio y ejercicio por cartas que

su santa ilustrísima se sirvió de escribir al reverentísimo padre fray Rodrigo de la Cruz

general de la dicha orden lo envió a llamar ofreciéndole dar dicha casa santuario para dicho

efecto y su reverentísima mediante dicha promesa vino a esta ciudad con algunos religiosos

que le acompañaron y así para que cuanto antes tenga afecto dicha fundación otorgaron

que hacían gracia y donación intervalos y partes presentes con las insinuaciones y firmeza

en derecho para su validación necesarias a la dicha religión de Belemitas y en su nombre

al dicho reverentísimo padre fray Rodrigo de la Cruz su general que está presente del dicho

santuario y casa de nuestra señora de la Almudena para la dicha fundación de dicha

hospitalidad de señores clericós sacerdotes podres y enfermos y para la convalecencia de

indios con las calidades condiciones siguientes: (Lopez de la Cerda, 1698)

La donación de mencionado inmueble se realizó bajo los esquemas con los cuales se fundó en

un primer momento, por ejemplo, el de seguir siendo, semiparroquia de la jurisdicción de la

parroquia del hospital de los Naturales, en la que se pregonaba misas dominicales, del mismo

modo, la administración de sacramentos; y con el advenimiento de la congregación Bethlemita, se

dará inicio al funcionamiento del hospital. La siguiente imagen muestra la fachada exterior de lo

que fue el hospital de los Bethlemitas.

75
Portada del ingreso del antiguo convento de nuestra señora de la Almudena.

Imafronte del actual templo de nuestra señora de la Almudena.

76
Con relación a las demás propiedades, se clasificarán según las funciones que tenían, entre ellas:

la captación del bien monetario para la congregación Bethlemita, ya que “Las instituciones

religiosas capitalizaron sus ingresos de todo tipo; por ejemplo, en censos, capellanías, obras pías

en general, casas y tiendas en la ciudad, además de haciendas agrícolas y empresas rurales” (Glave

& Remy, 1983, pág. 282)

Las propiedades de producción agropecuaria.

Las propiedades de abastecimiento.

Las propiedades para rentarlas.

Dichas propiedades de producción, eran esenciales para la subsistencia de las órdenes religiosas,

para el caso de los Bethlemitas, Pereira Nina & Guzman Villafuerte (1996): refieren: “Entre los

años de 1699 a 1750, los Bethlemitas adquirieron con mayor intensidad, numerosas tierras y

haciendas” (pág. 35), así es el caso, de la donación del “Ingenio azucarero, nombrado Nuestra

Señora de la Soledad, en los términos de la provincia de Abancay (Covarrubias Pozo, 1958, pág.

278), en el año de 1699. A continuación, la hacienda Parcay, que les fue donado en 1718, “Además

de ganado lanar, producía un bien importante y de difícil acceso para el hospital: la leña” (Glave

& Remy, 1983, pág. 284).

Las haciendas de Cachiccata y Pachar, al igual que Sillque estuvieron situadas en Ollantaytambo,

zona apropiada para la producción del maíz; la obtención de las dos primeras haciendas fue de

mucha importancia, ya que con estas dos haciendas engrandecerían la hacienda Sillque que más

adelante llegará de denominarse hacienda Sillque-Cachiccata-Pachar.

77
Por otra parte, la hacienda Pichoc, se ubicó en Anta, provincia que perteneció antiguamente a la

jurisdicción de Abancay como registra en la documentación del Archivo Regional del Cusco, “Fue

donada por Don Bernardino Mejia de Zuniga con casas bien construidas, el 28 de enero de 1741”

(Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, pág. 36), esta hacienda, “Producía un maíz de diferente

calidad al de Sillque y tenía un molino muy activo que completaba la labor del molino de Pachar”

(Glave & Remy, 1983, pág. 284).

Respecto a las haciendas que abastecían a la congregación, la más importante fue la hacienda

de Huancaro, esta hacienda abastecía alfalfa que era el alimento indispensable de las acémilas, que

en el periodo virreinal era el único medio de transporte de carga. La producción de alfalfa se

complementó con la producción de la hacienda Zarzuela, que fue adquirida por compra y por

usurpación.

La finca Zarzuela era también de importancia menor, pero estaba cerca de la casa – hospital y tenía

una mayor extensión, por lo que fue asimismo de mayor interés para los frailes, al punto que la

tuvieron mucho tiempo sin ser dueños del dominio directo de la hacienda sino solo del dominio

útil, hasta que, por anexiones que hicieron al “cuerpo principal”, se la apropiaron. (Glave & Remy,

1983, págs. 283-284)

Las propiedades que dieron un estipendio por alquileres a la Congregación Bethlemita, a

comparación de la ordenes femeninas, particularmente a las monjas de Santa Clara, que estas

rentaban propiedades casa y tiendas dentro de la ciudad. Los Bethlemitas rentaron haciendas fincas

recreo, particularmente, nos referimos a Tambillo y Cotohuincho uno en el Cusco y otra en la

provincia de Urubamba, respectivamente. “Ambas fincas eran de recreo y estuvieron normalmente

arrendadas. Igualmente, ambas fueron donaciones de Benefactores” (Glave & Remy, 1983, pág.

238)

78
Una de las fuentes de ingresos de las congregaciones religiosas fue el alquiler de bienes, por

ejemplo, la orden de Santa Clara rentaba casas y tiendas que se encontraban dentro de la ciudad;

los Bethlemitas alquilaron haciendas fincas recreo, como las haciendas de Tambillo ubicada en el

Cusco y Cotohuincho en Urubamba, “Ambas fincas eran de recreo y estuvieron normalmente

arrendadas. Igualmente, ambas fueron donaciones de Benefactores” (Glave & Remy, 1983, pág.

238)

79
Tabla 3

Propiedades Bethlemítica en Cusco (haciendas)

Hacienda Año de adquisición Valor (Fines del Siglo XVIII)

Sillque 1698 82,250

Huancaro 1698 11,000

Zarzuela 1715 5,560

Parcay 1718 23,050

Tambillo 1720 1,600

Cotohuincho 1720 2,500

Cachiccata 1723 5,050

Pachar 1728 25,000

Pichoc 1738 12,450

Umuto 1788 28,000

TOTAL 196,460

Fuente: (Glave & Remy, Estructura agraria y vida rural andina: Ollantaytambo entre los siglos

XVI-XIX, 1983, pág. 282)

80
3.1.1. Sillque principal sostén económico de los Bethlemitas y de su hospital en el

Cusco.

Como se mencionó anteriormente la donación de la hacienda Sillque realizada por Juan Centeno

Fernández, párroco de Ollantaytambo, fue un suceso favorable para los Bethlemitas, porque la hacienda

Sillque tenía una amplia extensión de terrenos, como refiere: Glave & Remy (1983) “Recordemos que

cuando don Juan Centeno Fernández de Heredia adquiere Sillque, es decir, las tierras ubicadas en la banda

derecha del río del mismo nombre (o “rio que baja de Ancascocha”), adquiere una hacienda de dimensiones

considerable” (pág. 313). Cuando los Bethlemitas toman posesión de esta hacienda en 1698, la hacienda no

era la misma que había adquirido Juan Centeno, pues en el transcurso de su periodo como párroco de

Ollantaytambo este clérigo acrecentó las dimensiones de esta hacienda, “ya desde 1688 Juan Centeno había

empezado a formar un patrimonio personal en la banda izquierda del rio” (Glave & Remy, 1983, pág. 314).

Cuando se refiere a la margen o banda izquierda del rio (rio Sillque), se indica a la zona denominada

Utquibamba que los Bethlemitas en sus documentos de administración de sus bienes, la denominaran,

pampa de los vecinos.

Es necesario enfatizar, como fue el proceso de tenencia de la hacienda Sillque desde la presencia de los

españoles en esta zona. El visitador Alonso Maldonado de Torres, en 1595 entregó el título de propiedad

por linaje de procedencia a Melchor Carlos Inca, por ser nieto en línea directa de Cristóbal Paullo Inca.

Sillque pasó a manos de Pedro de Soria Fernández de Heredia, abuelo materno de Juan Centeno, sin

embargo, Juan Centeno no obtiene la hacienda Sillque por herencia. A la muerte de Pedro de Soria el hijo

Alonso de Soria Fernández de Heredia, reclama como herencia la hacienda de Sillque alegando ser único

hijo varón del matrimonio de Pedro de Soria con Juana Fernández de Heredia; a la muerte de Alonso de

Soria su esposa ingresa al monasterio del Prado de Lima entregando como dote la hacienda Sillque. Las

nuevas dueñas de la hacienda de Sillque fueron las religiosas del monasterio del Prado de Lima, al perecer

nunca conocieron esta hacienda, es más parece que nunca la trabajaron ni sacaron usufructo de estas,

“Cuando Juan Centeno compró Sillque en estado de abandono” (Glave & Remy, 1983, pág. 283). Es así

81
como Don Juan Centeno, compró la hacienda al Monasterio del Prado, el cual se aclara en el concierto de

donación:

La cual compre de la Madre Maria Antonia de la Cruz religiosa profesa del convento de nuestra señora de

prado de la cuidad de los reyes es por escritura ante Antonio Perez de Bargas escribano publico y de cabildo

de esta ciudad que me la vendió el capital Juan de Espinoza en virtud de poder de la dicha religiosa Maria

Antonia con el cargo de seis mil Pesos de principal. (ARC, Protocolos Notariales, leg.140 fol. 832)

Posteriormente la hacienda cae en manos de la Congragación Bethlemita, por donación y estuvo en su

posesión hasta inicios de la época de la republicana.

• Obtiene por
Melchor Carlos consideraciones a
Inca su linaje.

Pedro de • Obtiene por


Soria compra.

Alonso de Soria • Obtiene por


Fernández de herencia.
Heredia

Monasterio • Obtiene por


del Prado dote.

Juan Centeno • Obtiene


Fernadez de por
Heredia. compra.

• Obtienen por
Los Bethlemitas donacion

Figura IV. Elaboración propia del autor. Proceso se tenencia de la hacienda Sillque
desde Melchor Carlos Inca, que la obtiene en 1595, hasta la obtención de los
Bethlemitas en el año de 1698.

La donación de la hacienda de Sillque se hizo en el año de 1968 o 1698 ante Pedro López de la Cerda

en la ciudad del Cusco, y como representante de los Bethlemitas, estuvo fray Rodrigo de la Cruz, Prefecto

82
General de esta Congregación: “Donación el doctor don Juan Centeno Fernández de Heredia a la religión

de las Bethlemitas y en su nombre al reverendísimo padre fray Rodrigo de la Cruz” (ARC, Protocolos

Notariales, leg.140 fol. 832).

Antes de la donación a los Bethlemitas, la hacienda de Sillque fue propiedad del doctor Juan Centeno,

que había adquirido en su cargo de párroco de Ollantaytambo, para incrementar la extensión de la hacienda

compró a las monjas del convento de Prado de Lima, una de esas tierras anexadas en Mescay. “La primera

compra importante que realiza Centeno es Mescay (o Huayllabamba), una pequeña hacienda con maizales

y punas, ubicada rio abajo de Sillque y Utquibamba” (Glave & Remy, 1983, pág. 314), y también esta tierra

denominada Mescay es donadas a los Bethlemitas juntamente con Sillque como consta en el concierto de

donación de la misma.

“Así mismo hago donaciones una nombrada Mecchai (Mescay) y otros nombres que compre del convento

de nuestro padre San Agustín de esta ciudad la cual esta libre de senso empeño hipotecario otra enajenación

especial ni general que no la tiene como consta de la escritura de venta que me otorgo el dicho convento y

su prior que en la ocasión era el reverendo padre maestro fray Francisco de Oserin ante Pedro de Caceres

escribano publico de esta ciudad. (ARC, Protocolos Notariales, leg.140 fol. 832)

Glave & Remy (1983) menciona lo siguiente: “Lo que los Bethlemitas recibieron como donación de

Centeno en Ollantaytambo: una propiedad centralizada en el piso del valle, prácticamente libre de censos,

preparada para una alta producción de maíz, territorios de pastos naturales y de tierras de cultivos” (pág.

315), por eso compartimos la Hipótesis de que la donación de esta hacienda fue un suceso favorable a la

economía de los Bethlemitas en su llegada al Cusco. Como se verá más adelante, la producción y

comercialización de maíz cultivadas estas tierras, fueron principalmente la causa de su subsistencia de esta

orden religiosa en el Cusco.

Como toda hacienda, Sillque contaba con una logística completa que ayudaba al proceso complicado de

producción de maíz principalmente y de otros productos. Dentro de las tierras de Sillque, existía la casa

83
hacienda, que, al presente, aún existen ruinas de la residencia, que está ubicada en la margen derecha del

rio Sillque, era un monumento amurallado de dos plantas, de material de adobe con un patio donde se

podían apreciar hermosas arquerías de medio punto, todo el edificio estaba cubierto por tejas. Dentro de

este complejo existieron pinturas murales, que en la actualidad todavía se puede apreciar. “El lamentable

estado en que se encuentra la mansión señorial no oculta los restos de punturas murales” (Glave & Remy,

1983, pág. 413). Los inventarios que se realizaron en diferentes fechas muestran que en esta hacienda existió

una carpintería, una herrería y una ranchería; la ranchería de la hacienda, estuvo ubicada en la parte trasera,

contraria a la puerta principal, más cerca del rio Sillque.

La producción y venta del maíz, fue la fuente principal de los ingresos de las haciendas Bethlemitas,

para su congregación. “Sillque, entre 1701 y 1726 aporto el 54 % o de lo ingresos brutos de la

“Hospitalidad”; el 77 % entre 1729 y 1736” (Glave & Remy, 1983, pág. 474), con este dato se demuestra

que la hacienda Sillque, en los años estudiados por este trabajo, desde 1701 hasta 1736 aporto siempre con

más del 50 % de los ingresos que generaban las haciendas Bethlemitas para su congregación. Además de

eso Sillque no solo era una fuente de ingreso monetario para la congregación a través de la venta de maíz

que se realizaba, sino, que también abastecía juntamente con otras haciendas, productos para su sustento

del hospital, escuela, noviciado y el mismo sustento de los curas Bethlemitas.

84
3.1.2. Haciendas de auto abastecimiento de los Bethlemitas.

Las congregaciones religiosas, tanto masculinas como femeninas, construían su patrimonio e

ingresos, “De todo tipo en censos, capellanías y obras pías en general, casa y tiendas en la ciudad,

haciendas agrícolas y empresas rurales, joyas y muy eventualmente dinero” (Glave & Remy, 1983,

pág. 282), y los Bethlemitas no fueron la excepción de esto, al margen de que también tenían

propiedades y bienes rurales en las provincias del Cusco, no descuidaron por ningún motivo, sus

propiedades en la zona Urbana, ni el trabajo que realizaban en estas, al contrario impulsaron de

una manera increíble y fueron un factor fundamental, para la subsistencia de esta congregación.

Como ya vimos anteriormente, la hacienda Sillque fue un pilar muy importante en el

abastecimiento de la congragación Bethlemita en el Cusco, sin embargo existieron otras haciendas

que aportaron en la articulación económica de la congregación, “Sillque, la primera y más

importante propiedad Bethlemita en el Cusco, y secundariamente Pachar” (Glave & Remy, 1983,

pág. 474), con la información mostrada en la cita, la hacienda Pachar fue la que seguía a Sillque,

y estas dos están ubicadas en el valle Sagrado de los Incas, estas haciendas tuvieron una

extraordinaria producción. La hacienda Pachar llegó a formar parte de la congregación Bethlemita,

después de la donación de Sillque. Otras propiedades anexadas fueron: Cutija, Huairancalla,

Camicancha y Cachiccata, también ubicados en la zona de valle sagrado de los incas, en el actual

distrito de Ollantaytambo.

En la actual provincia de Paruro, también existieron propiedades de la congregación

Bethlemita, como la hacienda Parcay, esta hacienda fue adquirida por compra en el año de 1718,

por el valor de 23, 050. De igual manera en la Provincia de Anta y en la región de Apurímac se

encontraba la hacienda Pichoc, -en tiempos de la colonia la provincia de Abancay actual capital

de la región Apurímac, perteneció a la jurisdicción de Cusco- estas haciendas fueron nombradas

85
en un subtítulo anterior, pero las volvemos a nombrar para poder ver como influyeron en el

abastecimiento de la Congragación Bethlemita.

El autoabastecimiento, se define como el estado en el que únicamente, el abastecimiento de

bienes, depende de uno mismo. Recordemos que los Bethlemitas tuvieron a su cargo, un hospital,

y una escuela para niños, además debían hacerse cargo de las necesidades de los novicios, frailes

y sacerdotes pertenecientes a la congregación, por lo que debían de proporcionar alimentación,

casa y vestido para todas estas almas.

El abastecimiento de la casa matriz de la Almudena - dentro de esta las obras de caridad que

tenían, como el hospital y la escuela- estamos hablando de un tipo autoabastecimiento, pero

también hablamos de otro tipo de abastecimiento que fue el abastecer a la hacienda en sí. Podemos

indicar que este tipo de abastecimiento es algo parecido al alcance que nos da el Doctor Jorge Polo

y la Borda, en la hacienda Pachachaca: Autoabastecimiento y Comercialización, donde se plantea

el autoabasteciendo de la hacienda por las mismas propiedades cercanas, de un solo dueño.

Indicamos que es algo parecido; primero, porque en la hacienda Pachachaca la producción que

esta daba para su comercialización, fue el azúcar, en cambio la producción que la hacienda

Bethlemita daba, el maíz, y segundo la ganancia monetaria que adquiría la hacienda Pachachaca,

era para el beneficio del hacendado, en cambio los dividendos que se obtenía de la hacienda

Bethlemita era para el sostén de las obras de caridad que tenían los Bethlemitas en el Cusco.

Según Polo y la Borda (1976) nos dice “El buen administrador es el que no gasta dinero”, el

que no gasta dinero en el salario del personal, alimentación de la misma, herramientas, semillas, y

otros elementos que conllevan gastos en la empresa agrícola. Pero sería algo utópico pensar que

no haya gastos en una empresa, entonces nos estaríamos contradiciendo al decir que fue sistema

de autoabastecimiento, pues a simple panorama, parece ser así, pero cuando Polo y la Borda se

86
refiere que el buen administrador es el que no gasta, a nuestro entender, trata de decir que el buen

administrador es el que gasta menos, porque en la empresa Bethlemita sí, hubieron gastos, pero

estos eran cada vez más reducidos con lo que daba la misma hacienda, por ejemplo, para la

alineación del ganado vacuno, que fue de gran refuerzo para las actividades agrícolas, como el

arado de la tierra, el guano que este proporcionaba para fertilizar la tierra y por último la misma

carne que este dejaba al morir, esto servía de alimentación para los trabajadores de la hacienda o

mandar al Cusco para el hospital y escuela. El pasto para la alimentación de estos animales, se

cultivaba en las punas de las haciendas de valle, ya que este valle era exclusivamente para la

producción de maíz, y así se suplía el gasto de alimentación del ganado vacuno, claro que aparte

también se le alimentaba con chala del maíz y demás, que también eran producidos por la misma

hacienda. Como el caso de la producción de alfalfa, que se producía como su mismo nombre lo

dice, en el alfalfar, la congregación Bethlemita, dio un espacio particular a este recurso, por la

importancia que tenía la alfalfa en la alineación de las acémilas de carga, que era de mucha

importancia en el transporte de productos que se llevaban a comercializar. Él espacio más extenso

para el cultivo de la alfalfa, era la hacienda Huancaro y la hacienda Zarzuela, que estas estaban

ubicadas a muy pocas leguas de la ciudad del Cusco, es más la hacienda Zarzuela estaba anexada

a la casa matriz de la Almudena. Pereira Nina & Guzman Villafuerte (1996) afirman sobre

Huancaro: “Alfarfar de Huancaro, pues, en ella solamente se realizaba el cultivo del alfalfar, que

servía para la alimentación de sus innumerables ganados, como: vacuno, ovino, auquénidos etc.”

(pág. 80).

Para explicar los aportes que las diferentes haciendas realizaban a la casa matriz de Almudena,

se iniciará con las propiedades ubicadas en las zonas casi urbanas de la ciudad del Cusco, decimos

casi, porque en la colonia esas propiedades se encontraban en extramuros de la ciudad del Cusco,

87
y en la actualidad son parte de la ciudad. Zarzuela, ubicada en el distrito de Santiago, en el barrio

del mismo nombre. Pereira Nina & Guzmán Villafuerte (1996) nos explica lo siguiente:

Hacienda ubicada cerca al convento-hospital, compuesta de una extensión considerable de tierras

que fue de mayor interés para los frailes. Cuya adquisición se hizo el 10 de julio de 1718 a Don

Julián Tupayachi a un precio de 428 pesos. (pág. 81)

Con esta información se puede afirmar que la hacienda Zarzuela fue adquirida por compra, esto

se realizó para poder expandir su casa matriz, y así poder aprovechar de las tierras de cultivo, y

que el producto de estas actividades sea de fácil transporte al convento. Además, las tierras de la

hacienda Zarzuela, contaba con abundante agua por estar ubicada en una zona con manantiales,

que hasta la fecha se pueden observar, dando un alto valor a estas tierras. Los padres Bethlemitas

daban a la hacienda Zarzuela una función específica, pues en esta hacienda se cultivaba “cebada,

trigo y paja con la cual proveía al convento y a su vez era comercializada” (Pereira Nina & Guzmán

Villafuerte, 1996, pág. 81).

A lo largo del tiempo en que estuvo dicha hacienda en manos de los Bethlemitas, esta hacienda

no solo fue trabajada por dichos religiosos. Documentos encontrados en el Archivo Regional del

Cusco, nos muestran que esta hacienda también fue alquilada a otros clérigos y en este documento

menciona a un clérigo dominico. Dicho documento encontrado en el mencionado archivo, trata del

alquiler de la hacienda Zarzuela a un clérigo de la orden de Santo Domingo:

Sepan los que la presente vieren como yo el reverendo padre maestro Andrés de Cárdenas de la

horden de predicadores en esta gran ciudad de cusco del Peru: dijo que por cuanto el reverendo

padre Fray Joseph de la Soledad prefecto de la religión y hospitalidad Bethlemítica de ella me

arrendo las tierras y haciendas nombradas la sarsuela con sus casas de vivienda que están en la

88
jurisdicción de la parroquia de nuestra señora de Belén y sus punas nombradas haquira

pertenecientes a dicha su religión sin aperos ningunos sino solamente tierras mondas por tiempo y

espacio de seis años precisos que empezaron a correr desde el día nueve de febrero del año pasado

de mil setecientos y diez y ocho en precio de quinientos pesos. (Fiz, 1719)

Otra hacienda que podemos llamarla urbana, pero que también en tiempo de la colonia, se

encontraba fuera de extramuros, es la hacienda de Tambillo. La hacienda Tambillo, más que una

hacienda de productividad, era una propiedad de recreo, “inclusive cuando llegaban los frailes de

otras regiones se hospedaban en la finca. Aproximadamente a partir del año de 1779 lo arrendaron

y se mantuvo así hasta la decadencia” (Pereira Nina & Guzman Villafuerte, 1996, págs. 81 - 82)

Las haciendas que mayores beneficios dieron a la congregación Bethlemita en el Cusco, fueron

las haciendas ubicadas en provincias, esto puede ser porque fueron de mayor tamaño, por tanto,

los cultivos se daban en mayor cantidad. Glave & Remy (1983) nos indica: “Solo la hacienda

Sillque, principal abastecedora de la casa cusqueña”. (pág. 303), y también nos dice Glave & Remy

(1983) “Sillque era la propiedad fundamental; sus rentas representaban por lo menos, la mitad de

los ingresos cuando no un porcentaje superior al 60 %” (pág. 305)

Gracias a estos datos se puede afirmar que las haciendas agrícolas ubicadas en provincias fueron

centros de producción importantes para proveer alimentos y dinero a la congregación Bethlemita,

como es el caso de la hacienda de Sillque donde se producía maíz de calidad y comercializado en

el mercado peruano producía buenos ingresos a la congregación.

89
11. Conclusiones y recomendaciones

• Con la llegada y el establecimiento permanente de la congragación Bethlemita en el Cusco

en el año de 1698 y con esta la apertura del hospital y de la escuela. Mejoro la calidad de

vida de los cusqueños de este periodo colonial. Y la buena administración de sus bienes

hizo que muchos aborígenes que laboraban en estas haciendas tuvieran del mismo modo,

una mejor economía en sus hogares.

• El convento – hospital de nuestra señora de la Almudena, fue uno de los mejores

nosocomios de la ciudad del Cusco, donde prestaban muy buen servicio hospitalario y este

ayudo a suplir la falta de espacio y servicio del hospital de los naturales, la cual beneficio

de cuantiosa manera a la población cusqueña y con la apertura de la escuela para menores,

beneficio a los niños que jamás habrían tenido la posibilidad de alcanzar una educación

básica.

• La buena administración de sus bienes, en todo el tiempo de su estadía en la región del

Cusco, los llevo a ser el mejor convento de toda la provincia Bethlemita del Perú, ya que

esta ostentaba de las mejores lajas y el mejor hospital en relación a los demás conventos

Bethlemitas. Gozaban de un buen ingreso económico, que abastecían de una buena forma

a su hospital y escuela, y eso beneficiando de una manera positiva a los pobladores

cusqueños de ese tiempo.

90
12. Referencia

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92
93
13. Apéndice y anexos

Anexo 1.- Fotografías de la imafronte del templo de Nuestra Señora de la Almudena del Cusco y
del antiguo convento de la Congregación Bethlemita.

94
Fotografía 1.- Fachada del Templo de Nuestra Señora de la Almudena, donde lo más resaltante
es su espadaña adosada al muro del evangelio, está constituida en tres tramos.

Fotografía 2.- Imafronte del antiguo convento de la congregación Bethlemita, actualmente está
ocupado por la Sociedad de Beneficencia Pública del Cusco

95
Anexo 2.- Fotografías de la antigua hacienda Sillque, ubicada en el valle sagrado de los inkas, en
el actual distrito de Ollantaytambo.

96
Fotografía 1.- Frontis de la antigua casa hacienda de Sillque.

Fotografía 2.- Portón adintelado de la entrada a la caca hacienda de Sillque.

97
Fotografía 3.- Arcos de medio punto, que sostenían el segundo nivel, que existió, en la casa
hacienda de Sillque.

Fotografía 4.- Exteriores de la casa hacienda de Sillque, donde se puede apreciar los grandes
muros que aun todavía se mantiene en pie.

98
Anexos 3.- Concierto celebrado entre el Doctor Don Manuel de Mollinedo y Angulo, obispo del
Cusco y el padre prefecto superior de la Congragación Bethlemita, fray Rodrigo de la Cruz,
donando el convento hospital de nuestra señora de la Almudena.

99
[Sumilla] Fundacion de la Almudena y Hospital de señores Sacerdotes por el
Ilustrisimo Señor Doctor Don Manuel de Mollinedo y Angulo Obispo del
Cuzco.

1 En la gran ciudad del Cuzco del Peru


2 a veinte y nueve dias del mes de agosto de mill seiscientos
3 noventa y ocho años ante mi el escrivamo y testigos
4 estando en las casas episcopales parecieron el ilustrisimo señor
5 doctor Don Manuel de Mollinedo y angulo. Obispo de esta
6 Dicha ciudad y su obispado del conselo de su magestad.
7 Y el Licenciado Don Andres de Mollinedo su sobrino
8 cura propio de la parroquia del ospital de los natu
9 rales de esta ciudad y comisario del santo oficio de la
10 inquisision en ella y su partido a quienes doy fe que
11 conosco, y dejeron que por cuanto reconociendo cuan
12 del servicio de Dios nuestro señor y de su agrado era
13 el que ene el santuario y casa de nuestra señora de la
14 almudena que esta en la otra banda de la dicha parro
15 quia del ospital de los naturales que edifico a sus costa el
16 dicho licenciado Don Andres de Mollinedo se funde la hos
17 pitalidad de señores clerigos sacerdortes pobres enfermos
18 y la combalecencia de indios. Y que los padres Belemi
19 tas, segun sus instituto se avian de dedicado a este servicio y
20 ejercicio por cartas que su santa ilustrisima se sirvio de escrivir
21 al reverendisimo padre fray Rodrigo de la Cruz
22 general de la dicha orden lo embio a llamar. ofrecien
23 dole. dar. dicha cassa santurio para dicho efecto y su re
24 verendisima, mediante dicha promesa vino a esta
25 ciudad con algunos religiosos que le acompañaron. y asi
26 para que cuantos antes tenga efecto dicha fundaciones. otor
27 garon que hacian gracia y donacion ytervivos y
28 partes presentes con las insignuaciones y firmezas
29 en derecho para su balidacion necesarias. a la dicha
30 religion de Belemitas y en su nombre al dicho reverendisimo pa
31 dre. fray Rodrigo de la Cruz su general que esta presente
32 del dicho santuario y casa de nuestras señora de la Al
33 mudena para la dicha fundasion de dicha hospitalidad

100
1 de señores clericós sacerdotes podres y enfermos y
2 para la combalecencia de indios con las calidades
3 y condiciones siguientes:
4 1. Lo primero que el nombre del sitio y de la imagen
5 nunca sea de mudar porque siempre sea de llamar
6 nuestra señora de la Almudena.
7 2. Lo segundo que no se a de derribar cosa ninguna de la
8 casa que hay hoy si no es que sea necesario para su
9 uso o mejorandola en la fabrica para su duración
10 y permanencia según la necesidad injuria de los
11 Tiempos.
12 3. Lo tercero que el agua de las pilas de adentro siempre
13 a de correr a fuera sus remanentes para el pueblo
14 y la pila que esta en la plazuela en frente de la
15 iglesia de nuestra señora a de correr continuamen-
16 te agua para el pueblo.
17 Lo cuatro que todos los días de fiestas de indios y espa-
18 ñoles y los domingos siempre a de haber misa para
19 que la oiga la gente del pueblo para que no a podido ir a la
20 iglesia principal por lo cual se a de decir ahora com-
21 petente que solo para esto se hizo la dicha capilla por
22 que como vive en aquel barrio retirado mucha gente
23 pobres la más se quedaba sin oír misa principalmente
24 en tiempo de aguas y esta misa se a de costear la limosna
25 de los efectos de la cofradía mientras no hubiere renta
26 impuesta para este efecto como hasta aquí se ha costeado.
27 5. Lo quinto que respecto de que los dichos religiosos bele
28 mitas no admiten hacerse cargo de la administra
29 ción de la cofradía que esta fundada en la conformidad
30 que consta de su erección en dicha capilla de nuestra señora
31 de la Almudena porque no le sirva de embarazo
32 para los ministerios de sus instituto y de menos cabo
33 a las limosnas que han de pedir para la curación y
34 sustento de los enfermos obligándose indispensa-
35 blemente a solicitar y cobrar las limosnas que con-
36 tribuyen los esclavos de nuestra señora y así se a de
37 nombrar un mayordomo clérigo o secular por los
38 mismos hermanos de la cofradía en cuyo poder
101
1 [h]an de entrar las limosnas que se juntasen
2 y el procedido de las rentas que en adelante tu_
3 bieren y a de ser obligacion de los dichos religiosos be_
4 lemitas todas las alajas y ornamentos que al pre_
5 sente tiene nuestra señora su hubieren resivido o re_
6 civieren quando les entreguen la casa para la fiesta
7 y funciones cotidianas que tuvieren dicha cofradia en
8 dicha yglesia o capilla de nuestre señora.
9 Lo sexto que todo lo que [h]ay en la capilla casa y sacris_
10 tia. Lo han de recibir por ynvetario: y si fueren
11 por algun accidente o desampararen la dicha capilla
12 y casa [h]an de entregar al cura que es o fuere de la dicha
13 parroquia del hospital de los naturales, todo lo que
14 [h]an recivido y asi mesmo lo que en adelante dieren
15 por devocion a nuestra señores para su culto y adorno
16 del altar, o se hicieren con plata de su cofradia la
17 qual entrega a se ser en presencia del señor provi_
18 sor de este obispado que es o fuere o de quien su ilustrisima
19 ordenare a sus subsesores o cede bacante porque se
20 continue la yglesia o capilla de nuestra señora de la
21 almudena con el culto y devocion que hasta aqui
22 se a tenido.
23 Los se[p]timo que se [h]an de mantener continuamente
24 los dichos religiosos Belemitas en buena y amiga_
25 ble correspondencia con los curas de la dicha parro_
26 quia del [H]ospital de los naturales prestandose
27 los unos a los otros las alajas y ormamentos
28 que ubieren menester para sus yglesias y festivi_
29 dades y no podran dichos religiosos prestar nada de [e]s_
30 tas cosas que al presente se les [h]an de entregar a
31 otras yglesias o combentos.
32 Lo octavo que desde luego que hubieren disposision
33 de enfermeria para dichos señores clarigos sacerdo_
34 tes y los suficientes para su curacion y regalo [h]an de
35 poner corriente dicha enfermeria y lo propio

102
1 sea de ejecutar en las que se [h]an de tener para
2 indios combalecientes aunque sea con las limoz_
3 nas en lo que alcansaren para dichos efectos
4 segun su instituto y [h]an de curar a dichos sacerdotes
5 en la casa que [h]ay [h]oy en dicha almudena o a donde
6 mejores tuvieren en la nueva fabrica y para ello
7 [h]an de correr dichos religiosos con las rentas que [h]oy
8 tiene dicho [h]ospital de sacerdotes y con las que en ade_
9 lante tuviere segun se dispondra en la escritura
10 que en este particular se [h]a de otorgar .
11 Lo noveno que todos los meses se [h]a de decir al
12 principio de cada uno una misa cantada de
13 requien con vigilia por su ilustrisima y por el dicho
14 licenciado Don Andres de Mollinedo por [h]aver edi
15 ficado a su costa la dicha casa y capilla. El dicho
16 Don Andres de Mollinedo.
17 Lo decimo que el primer patron a de ser su ilustrisima
18 y el segundo el dicho Licenciado Don Andres de Mo_
19 llinedo; y despues de este, lo [h]an de ser Don Manuel
20 Joseph de Mollinedo su sobrino hijo lejitimo
21 de su hermano lejitimo el general Don Tho_
22 mas de Mollinedo cavallero del orden de San_
23 tiago difunto y de Doña Gabriela Josepha Pala_
24 cios Azaña y Valdes su mujer a quien [h]an de seguir
25 en dicho patronato los hijos lejitimos del dicho
26 Don Manuel y sus descendientes precediendo
27 el mayor al menor y el varon a la muger
28 con calidad que sean lejitimos y a falta de esta
29 descendencia a de entrar el dicho patronato
30 Doña Juana de Mollinedo hermana lejitima
31 de dicho Don Manuel de padre y madre. Y a esta
32 [h]an de suceder en el mismo derecho sus hijos
33 y descendientes en la misma forma que ba
34 expresado, y si faltaren tambien de esta linea
35 [h]an de entrar por patronos los que vinieren
36 de españa hijos lejitimos y descendientes
37 tambien lejitimos de Don Luis de Mollinedo

103
1 Ortes de Valasco hermano legitimo y mayor
2 de los dichos Don Andres y Don Thomas de Mo_
3 llinedo y de su muger Doña Agueda de Rado y para
4 entrar en dicho patronato estos a de ser suficiente
5 para legitimar sus personas la informacion que
6 trajeren hecha en España con su fee de Bautismo
7 sin que se les obligue a hacer otra en paraje tan re_
8 moto el dicho Don Luis de Mollinedo fue vesino y
9 natural del Real valle de mena en las montañas
10 de Burgos de los concejos de bortedo y san sante silla
11 teniendo sus casas solariegas e infansonas en los
12 pueblos de barzena en el barrio de la quintana
13 y del Berron de dichos concejos que [h]oy los posee su
14 hijo seglar mayor Don Manuel Francisco de Mo_
15 llinedo Ortes de Velasco y quando no se hallaren
16 es estos reynos del Peru herederos en quien deva
17 legitimamente recaer este patronato como
18 se suso se prebiene a de poder heredarle los que se ha_
19 llaren en lso reynos de Castilla o en otras partes
20 fuera de los y justificaren deven ser subcesores
21 y herederos de dichos patronatos y bastara para que
22 le reconoscan los Belemitas por legitimos y ver_
23 dadero patron aquel sujeto que les embiare infor_
24 macion e instrumento competente de ser legitimo
25 sucesor y faltando totalmente subcesion asi de va_
26 ron como de muger de esta casa y apellido estinguien_
27 dose absolutamente a de recaer y recaiga dicho pa_
28 tronato en los señores obispos que perpetuamente
29 fueren de este obispado del Cuzco y cede bacante.
30 Yten que sean de poner las armas del rey nuestro señor
31 en la capilla mayor en el mejor lugar y mas pa_
32 tente sin embargo de estas puestas en el puerta.

104
1 de la iglesia y en otro lugar inferior las de su ilustrisima
2 con las insignias de obispo como se acostumbra
3 y por que a de ser necesario fabricar de nuevo en_
4 fermerias para los señores sacerdotes y conmbalecen_
5 cia de indios y otras yglesias como de hecho sea da_
6 do principio se declara que la patrona de dicha nueva
7 yglesia y hospital a de ser nuestra señora de la Almu_
8 dena que [h]oy esta en su capilla de la casa que se les a de
9 entregar y se a de colocar con su retablo en el altar
10 mayor de dicha nueva yglesia conservandola en el lugar
11 preheminente que [h]oy tiene como titular y patro_
12 na donde se [h]an de continuar todas las condiciones
13 y puntos que continuare la escritura de patronato
14 que se a de otorgar observando a la letra y reconociendo
15 al patron como tal ejecutando sus clausulas en la
16 nueva fabrica asi en la dicha yglesia como en toda
17 la demas que perpertuamente se hiciere.
18 Con las quales dichas calidades y condiciones hacen u otor
19 gan esta donacion y renuncian la ley de las dona
20 ciones ynmensas y generales y la de los quinientos
21 sueldos aureos que el derecho permite que tan sola
22 mente se pueda donar por tener como tiene su santisima
23 ilustrisima en al renta que le corre y vienes congrua bastante
24 para el lucimiento con que hasta aqui se a portado
25 y su familia segun sus dignidad. Del dicho licen_
26 ciado Don Andres de Mollinedo su sobrino con el
27 dicho su beneficio segun su estado y calidad
28 y por ser una obra tan pia y del servicio de
29 Dios y de su agrado como dicho es y [ha]berse fabricado con
30 este fin de que se emplease en cosa tan necesaria para
31 el vien y al uso asi de dichos señores sacerdotes po
32 bres enfermos como en el de la combalecencia
33 de indios pues a permitido su divina mages_
34 tad que en este tiempo en que gobierna su ilustrisima
35 se [h]aya logrado su buen deceo y el de el dicho licenciado
36 Don Andres de Mollinedo en esta nueva fundacion
37 y asi caso que esta donacion exceda de dichos quinientos
38 sueldos aureos, otras tantas donaciones buelven a
39 hazer de nuevo con las mismas fuerzas y firmezas
40 que este y declaran que no es inmensa ni general de

105
1 y todos sus vienes porque con el favor de Dios nuestro señor
2 les quedan otros como dicho es; y por quanto las dona_
3 ciones para ser valederas [h]an y deven ser insignuadas
4 y legitimamente manifestadas y para que esta lo sea
5 la [h]an por insignuada y lejitimamente manifestada
6 y dan poder cumplido a dicho reverendisimo padre
7 para que la presente ante cuales quier justicias y jue_
8 ces de su magestad para que la insignuen y ayan por
9 insignuada e interpongan su autoridad segun dere_
10 cho, y se obligan a no la revocar reclamar ni contra_
11 decir por testamento cobdisilio ni por otro nin_
12 gun instrumento porque la hacen y otorgan de
13 sus libres y expontaneas voluntades y desde luego
14 se desisten quitan y apartan del derecho y accion propie_
15 dad y señorio que a dicho santuario sus casas y a todo
16 lo que le pertenece [h]avian y tenian y todo ello lo se_
17 den renuncian y traspasan a dicha hospitalidad de
18 señores clerigos sacerdotes enfermos y para dicha com_
19 balecencia de indios y a dicha religion de Belemitas
20 para dicho efecto para que dicho reverendisimo padre general
21 en virtud de esta donacion pueda tomar y aprender
22 la tenencia y posesion del sitio casas santuario y
23 demas vienes de nuestra señora de la almudena y en
24 señal de posesion y verdadera tradicion otorgan esta
25 escritura para que por ella o su traslado sea visto aberla
26 adquirido sin otro acto alguno de aprehencion. Y es_
27 tando como dicho es presente a lo contenido en esta es_
28 critura el dicho reverentisimo padre general Fray Rodrigo
29 de la Cruz, otorgo que por si y en nombre de sus sub_
30 cesores y de la dicha religion y hospitalidad la ace[p]ta se_
31 gun y como en ella se contiene y agradece a su señoria
32 ylustrisima la buena obra que por ella hace. y al
33 dicho licenciado Don Andres de Mollinedo su sobrino
34 y que fia en su divina majestad los premiara por obra
35 tan pia; y se obliga. por si u por los dichos subcesores
36 a que guardaran cumpliran y ejecutaran todas las
37 calidades y condiciones suso referidas segun y como

106
1 en ella se contiene. sin y[n]nobarlas ni alterarlas
2 en cosa alguna de su tenor y forma. y a la firmeza
3 y cumplimiento de lo que dicho es su señoria ilustrisima
4 y el dicho licenciado Don Andres de Mollinedo obliga_
5 ron los vienes que conforme a derecho pueden y deven
6 obligar y el dicho reverendisimo padre general
7 Fray Rodrigo de la Cruz los que conforme a sus constitu_
8 ciones debe obligar [h]avidos y por [h]aver y para la ejecu_
9 cion de ello dieron poder cumplido a las justicias y
10 jueces que conforme a derecho de las causas de cada uno
11 puedan y devan conoser de cuaquier parts y luga_
12 res que sean para que a ello les compelan y apremien
13 como si esta escritura y lo en ella contenido fuese sen_
14 tencia pasada en autoridad de cosa jusgada y [h]an por
15 suplido cualquier defecto de requisito renunciacion
16 o solemnidad que para mayor validacion y cumplido
17 efecto de esta escritura se requiera. y asi lo otorgaron y
18 firmaron siendo testigos. El doctor Don Gaspar
19 de la cuba maldonado cura propio de la parroquia
20 de San Blas de esta ciudad cantificador del santo oficio
21 de la Inquisision en ella y su partido. El licenciado
22 Don Juan Antonio de Yturrizarra cura rector de
23 la santa iglesia Cathedral y visitador de este obispado
24 y el doctor Don Sebastian de Mazedo cura propio de la
25 Do[c]trina de Yaurisque en la provincia de Chil_
26 quez y masques. presentes. e mandado. lificad. valga

Manuel obispo del Cusco

Licenciado Andres de Mollinedo Fray Rodrigo de la Cruz


prefecto

Ante mi
Pedro Lopez de la Cerda
Escribano de su Majestad y Publico

107
Anexo 4.- Concierto celebrado entre el doctor Don Juan Centeno Fernández de
Heredia y el padre prefecto general de la Congregación Bethlemita, sobre la donación
de la hacienda Sillque.

108
[Sumilla] Donacion el doctor don Juan Centeno Fernandes de Heredia
a la Religion de los Beleemitas y en su nombre al reverendísimo padre
Fray Rodrigo de la Cruz

1 Sepan los que la presente vieren


2 como yo el doctor don Juan Centeno
3 Fernandez de Heredia cura propio
4 de la doctrina de Ollantaytambo en
5 la provincia de Calca y Lares y comi_
6 sario del santo oficio de dicha provin_
7 cia y la de Vilcabamba residente
8 al presente es esta gran ciudad del
9 Cuzco del Perú. Digo que por cuanto
10 a honra y gloria de Dios nuestro señor
11 y reconociendo ser servicio y agrado
12 de su divina e majestad para que por
13 medio de la obra propia que ira declarada
14 consiga perdón de mis culpas y tenga
15 efecto mi buen intento quiero hace
16 donación como por la presente
17 otorgo que la hago buena pura me_
18 ra perfecta a acabada e irrevoca_
19 ble de las que el derecho llama fecha inter_
20 vivos y partes presentes con las in_
21 sinuaciones y firmezas en derecho
22 necesarias y que por a su mayor valida_
23 ción y cumplido efecto se requieran
24 a la religión de Belemitas y en
25 su nombre al reverendísimo pa_
26 dre fray Rodrigo de la Cruz prefecto
27 general de dicha religión que está pre_
28 sente y para las hospitalidades de seño_
29 res clérigos seculares enfermos y conva_
30 lecencia de indios de ambos texsos ya para
31 en caso que sea y a de hacer y fundar de
32 españoles y otro genero de personas sin
33 excluir ningunos según sus constata_
34 ciones en la casa y convento de
35 nuestra señora de la Almudena y santo rey San
36 Fernando que esta en la otra banda de
37 la parroquia del hospital de los natu_
38 rales de esta ciudad según dicha consti_

109
39 tuciones que se han de formar para eje_
40 cución y cumplimiento de ello en ellas contenido

110
1 en razón de las posiciones de que hago
2 esta donación que son las siguientes:
3 Primeramente de unas haciendas
4 nombradas sillque que están en
5 términos de dicho mi beneficio con
6 todas las tierras que he agregado al
7 cuerpo de la hacienda principal la cual
8 compre de la Madre Maria Antonia
9 de la Cruz religiosa profesa del con_
10 bento de nuestra señora de prado de la
11 cuidad de los reyes es por escritura ante
12 Antonio Perez de Bargas escribano pu_
13 blico y de cabildo de esta ciudad que me la
14 vendió el capital Juan de Espinoza
15 en virtud de poder de la dicha reli_
16 giosa Maria Antonia con el cargo de
17 seis mil Pesos de principal que hoy tie_
18 ne en favor de la suso dicha de resuel_
19 ta de mayor cantidad de censos que de
20 redimido y han quedado tan solamen_
21 te en dichos seis mil pesos cuyos corridos tengo
22 pagados y asi mismo tengo dispo_
23 sición de poderlos redimir cuanto
24 antes para que dicha hacienda sin gra_
25 vamen alguno pueda entrar en la pro_
26 piedad y goce de ella dicha religión y en
27 el interin que los redimo me obligo
28 a pagar sus réditos a la dicha ma_
29 dre Maria Antonia de la Cruz
30 sin que la dicha religión tenga
31 obligación de pagar cosa alguna
32 porque la dicha hacienda se la doy
33 y dono realenga. Y las que sean
34 agregado a esta dicha hacienda prin_
35 cipal de que asi mismo hago donacion_

111
1 tros nombres que compre del conven_
2 to de nuestro padre San Agustín
3 de esta ciudad la cual esta libre
4 de senso empeño hipotecario otra
5 enajenación especial ni gene_
6 ral que no la tiene como consta de
7 la escritura de venta que me
8 otorgo el dicho convento y su prior
9 que en la ocasión era el reverendo
10 padre maestro fray Francisco de
11 Oserin ante Pedro de Caceres escri_
12 bano publico de esta ciudad.
13 Y asi mismo de otras que también
14 están agregadas a dicha hacienda
15 principal que compre del Doña Bea_
16 triz Rrubio como tutora curadora
17 de los menores hijos legítimos
18 y herederos de Nicolás Días Rubio
19 difunto habiendo precedido para
20 la venta de ellas todas las diligencias
21 dispuestas por le derecho como cons_
22 ta de la escritura y demás títulos
23 que tengo en mi poder y también
24 otros pedazos que he comprado de
25 diferentes personas en las cuales
26 dichas haciendas principales y en
27 las demás he hecho casas ranche_
28 rías trojes y ha pesado las de todo
29 lo necesario aun en mas de lo
30 que han necesitado y con sus pu_
31 nas nombradas chilipagua que
32 están en la jurisdicción de la do[c]_
33 trina de guarocondo, ancascocha
34 que están en la jurisdicción de
35 la dicha mi doctrina de Ollantay_
36 tambo y pampa cavanaquesca
37 y otros nombres que son perte_
38 necientes a las dichas haciendas

es una nombrada Mecchai y o_


112
1 que asi compre de la dicha madre
2 Maria Antonia de la Cruz y del
3 dicho convento de San Agustín
4 y de los herederos de dicho Nicolás
5 Rubio con todo el ganado vacu_
6 no y ovejuno que tengo en ellas que
7 son trescientas cabezas de ganado
8 vacuno entre chicas y grandes y un
9 mil cabezas cabezas de ganado ovejuno
10 entre chicas y grandes que estas
11 están en guaypar en tierras arren_
12 dadas por convenio que hecho con
13 el padre Fray Luis Henriques del
14 orden de nuestra señora de la
15 Merced y quinientos y ochenta bueyes
16 de arar entre los cuales hay algunos
17 novielos y están en otra estan_
18 cia nombrada acas pertenecien_
19 te a la dicha hacienda que asi com_
20 pre de dicho convento de San Agus_
21 tín nombrada Mecchay de setenta
22 a ochenta mulas de carga las cua_
23 renta a parejadas de reata bajo,
24 ciento y cincuenta cabras poco
25 mas y menos vente y dos rejas
26 de cubo, cincuenta cincuenta coronas, dos
27 barretas la una grande y una
28 fragua de herrero con toda su
29 herramienta y los pedados
30 que asi agregue a dichas haciendas
31 suso referidas el uno es de
32 cinco topos con su casita que

113
1 compre de doña María de Urbina
2 difunta y este es de sembrar maiz
3 y otros que compre de doña Francisca
4 Corso de sembrar maiz trigo
5 y otra semilla que están proin_
6 diviso y de partir con los demás
7 coherederos de la susodicha con de_
8 claración que aunque compre de
9 la dicha doña Maria de Urbina
10 con dichos cinco topos un solar en
11 el pueblo de Tambo desde dicho so_
12 lar tengo hecha una donación a una
13 criada mia india llamada Ver_
14 narda el cual queda exceptuado
15 para la susodicha. Y asi mismo
16 entra en esta donación una casa
17 que tengo en el pueblo de Maras
18 marquesado de Oropesa con dos
19 trojes grandes donde se encierra
20 el maiz y demás semillas que
21 se traen de dichas haciendas las
22 cuales casas me perteneces por
23 haberlas comprado juntamente
24 con tres fanegadas de tierras
25 de sembrar trigo por bienes
26 de Luis de Zuñiga cura que fue de
27 dicha villa de Maras por eje_
28 cución en ellas hechas por prin_
29 cipal y corridos de un censo im_
30 puesto en favor de las comuni_
31 dades de indios y caja de ellos
32 que se me remataron en publico
33 pregón en la cantidad que consta
34 por dicho remate que pague
35 de contado quedando libre del
36 dicho censo y sus corridos sien_
37 do en la ocasión juez de dichos censos

114
1 el capitán Don Juan Antonio Fer_
2 nández de Guevara contador
3 juez oficial que fue en esta
4 ciudad y de dichas tres fanegadas
5 de tierras tengo hecha donación
6 a la cofradía del santísimo sacra_
7 mento fundado en la iglesia de
8 dicha villa de maras las cuales
9 se exceptúan de esta porque son de
10 dicha cofradía.
11 Y así mismo hago donación a dicha
12 religión de una casa de vivienda
13 que tengo y poseo en esta ciudad en
14 la calle como se va a la parroquia
15 de señora santa Ana que lindan
16 que lindan por parte de arriba con casas
17 y panadería que fueron de doña
18 Francisca Bela y Cordova y por la
19 de abajo con las de Felipe Farfán
20 de los Godos vecino y regidos de esta
21 ciudad, y por delante calle real
22 con su pila de agua corriente dentro
23 de ellas compuesta con la cuidad las
24 cuales me pertenecen por [h]aberlas
25 comprado en publico remate
26 por ejecución hechas en ellas hecha a pe_
27 dimento del administrador
28 que fue del hospital de San Andres
29 de esta cuidad Don Martin de Ugarte
30 del orden de Santiago difunto por
31 el principal y corridos de unos cen_
32 sos impuestos sobre ellas las cuales

115
1 compre en seis mil y quinientos pe_
2 sos los quinientos pesos de contado
3 y los seis mil a censo y de ellos re_
4 dimir los cuatro mil los tres mil
5 al dicho hospital de San Andrés
6 y las un mil al monasterio de re_
7 ligiosas de Santa Catalina de Sena
8 de esta ciudad y los dos mil pesos
9 restantes al cumplimiento de
10 dichos seis mil y quinientos pesos
11 que están solamente que han quedado a
12 censo en favor de Doña Josepha de
13 Lozado Monja Profesa en dicho
14 monasterio de Santa Catalina los
15 cuales me obligo redimirlos cuan_
16 to antes para que queden realengas
17 y sin este graciamen para la dicha
18 religión y hospitalidades cuyos
19 corridos tengo pagados hasta
20 veinte y dos de setiembre de este pre_
21 sente año de mil y seiscientos y
22 noventa y ocho y después que com_
23 pre dichas casas las he mejorado
24 haciendo una troje grande en
25 alto y diferentes aposentos y
26 reparos de suerte que el día de [h]oy
27 valen mas de ocho mil pesos y en
28 ellas estan seis barros para el
29 acarreto del maiz a la plaza y los
30 demas aperos y bienes que se halla_
31 ren dichas haciendas tierras
32 y punas que van expresadas constaran
33 por el recibo que se diere al tiempo
34 de la posesión de ellas la cual donación
35 la hago y otorgo de mi libre y agradable

116
1 voluntad porque todos los dichos
2 bienes son comprados con mi dinero
3 sin ayuda intervención ni pacto
4 con otra alguna persona y con el favor
5 de Dios nuestro señor tengo congrua
6 bastante con el dicho mi beneficio y otros
7 bienes que me quedan para según mi
8 estado y calidad mantenerme con des_
9 cencia sin necesitar de cosa alguna
10 de todo lo que así mismo hago donación y así lo
11 juro a Dios y a una señal de cruz in
12 verbo sacerdotis puesta la mano so_
13 bre el pecho en forma de derecho. Y
14 me obligo de la haber por firme
15 en todo tiempo y de no la revocar
16 reclamar ni contradecir por
17 mi testamento cobisilio ni
18 por otro algún instrumento
19 publico ni secreto aunque de de_
20 recho me sea permitido y a
21 causa legitima para ello ni ale_
22 gare que para la hacer fui enga_
23 ñado leso damnificado enorme
24 ni inormisimamente ni que
25 solo dio causa al contrato
26 ni que por hacerla vive en in_
27 opia pobreza porque es como dicho
28 es declaro tengo bastante con_
29 grua con dichos bienes y que así
30 me quedan y con dicho mi bene_
31 ficio y ser mi determinada volun_
32 tad en darlo todo desde luego a dicha

117
1 religión para que se emplee en
2 lo que según las constituciones que
3 sean de tracer que han de ir firmadas
4 de mi y del dicho reverendísimo
5 padre general en nombre de la dicha
6 su religión y suyo para su obser_
7 vancia y perpetuidad y sin em_
8 bargo de que en dichas constituciones
9 a de ir prevenido y expresado el que
10 se han de señalar y nombrar seis clé_
11 rigos sacerdotes que sirvan de
12 capellanes a dichas hospitalidades
13 y a la dicha religión en dicho con_
14 vento de nuestra señora de la Al_
15 mudena a los cuales se les a de dar
16 de comer y vestir según dichas cons_
17 tituciones acudiendo a todo
18 lo que según ellas se contuviere
19 los cuales han de tener obligación
20 alternativamente a cantar las
21 misas del santísimo sacramen_
22 to los jueves de cada semana
23 y las de las renovaciones de cada
24 mes con el santísimo sacra_
25 mento descubierto aplicándo_
26 las por mi alma y las de mi in_
27 tención sin que se les haya de dar _
28 limosna alguna por ellas y el
29 dicho convento a de poner la será
30 y todo lo demás necesario y se
31 entiende que no es mas de una
32 misa cada jueves. Y otra de re_
33 novación cada mes. Esta dona_
34 ción que así hago de todo lo referi_
35 do es para que se gaste todo el uso fruto
36 de dichas haciendas estancia y casas

118
1 en el sustento y vestuario de dichos
2 señores capellanes según la con_
3 grua honesta y como se le señalara
4 en dichas constituciones y lo que
5 sobrare sea para el sustento de los
6 religiosos Beleemitas de dicho
7 convento de nuestra señora de la
8 Almudena curación de señores
9 sacerdotes enfermos y demás
10 personas que se curaren o conva_
11 lecieren en la dicha hospitalidad
12 para las demás necesidades que
13 según su instituto y regla y cons_
14 titución de dicha religión fue_
15 ren necesarias y si lo que Dios no
16 permita en algún tiempo por al_
17 gún accidente que suceda desam_
18 pararen dichos religiosos Belemi_
19 tas las dichas hospitalidades las di_
20 chas haciendas estancias y casas
21 y sus rentas han de quedar perpe_
22 tuamente para el sustento y ves_
23 tuario de los dichos capellanes y su
24 residuo para la curación de los
25 dichos señores sacerdotes enfermos
26 que entraren en dicho hospital
27 a curarse y para los demas enfer_
28 mo y convalecientes que hubiere
29 en dicho hospital sin que los dichos
30 religioso puedan elevar a otra
31 parte cosa alguna y si en algún
32 tiempo se reconociere algun menos
33 cabo o deterioración en cualquiera

119
1 de las posiciones de esta donación
2 y viere ser útil y conveniente
3 el que se vendan y con su procedido
4 se compren otras que sean de mas
5 utilidad se pueda enajenar pre_
6 cediendo primero información
7 de utilidad y licencia y aproba_
8 cion del prefecto general de dicha
9 religión consultada con sus asis_
10 tentes generales para que siempre
11 haya fincas seguras en lugar de las
12 que así se enajenasen para la perma_
13 necía y ejecución de lo contenido
14 en esta escritura y en las constitucio_
15 nes que sean de formas y de con_
16 trario cualquiera enajenación
17 que se hiciere de dichas posesiones
18 sea nula y de ningún valor o efec_
19 to para que no valga ni haga fe en
20 juicio ni fuera de el tenga siempre
21 derecho la dicha religión sacer_
22 dotes capellanes y hospitalidades
23 a entrarse en ellas como si tal escri_
24 tura de venta o enajenación de
25 trueco venta o cambio no se hubie_
26 ra hecho. Y en esta conformidad
27 me desisto quito y aparto del
28 derecho y acción propiedad y se_
29 ñorío titulo voz y recurso que
30 a las dichas haciendas punas
31 casa aperos y todo lo demás que
32 va referido tenia y todo ello con
33 ellas lo sedo renuncio y tras_
34 paso en la dicha religión cape_
35 llanes y hospitalidades para que
36 desde luego para siempre jamás
37 entren a gozarlas y poseerlas como

120
1 cosa propia habidas y adquiridas
2 con justo y derecho título de donación
3 y buena fe como esta lo es así
4 de fecho como de derecho y en señal
5 de posesión tradición y entrega_
6 miento otorgo esta escritura para
7 que por ella o su traslado cual
8 mas quisiere pueda dicho re_
9 verendísimo padre general fray
10 Rodrigo de la Cruz en nombre
11 de la dicha su religión capella_
12 nes y hospitalidades tomar y apre_
13 hender la tenencia y posesión de
14 los bienes donados para que se pon_
15 gan en ejecución cuanto antes
16 lo contenido en esta escritura
17 y en las constituciones que como dicho
18 es sean de hacer. Y por esta donación
19 excede al número de los quinientos
20 sueldos áureos que el derecho per_
21 mite que tan solamente se pue_
22 dan donar y por esta razón tan_
23 tas cuantas veces excediere tan_
24 tas donaciones y una más vuel_
25 vo hacer con las mismas fuer_
26 zas y firmezas que esta que quiero
27 valgan y sean firmes como si fueran
28 fechas en tiempos diferentes y an_
29 te diversos escribanos y por
30 causas justas como las de suso
31 referidas y por cuanto las
32 donaciones por [h]acer valederas
33 [h]an y deben ser insinuadas y le_
34 gitimamente manifestadas
121
1 ante juez competente desde luego
2 la insinuó y pido y suplico
3 a cuales quier justicias de su
4 majestad que presentando
5 se la [h]ayan por insinuada
6 y legítimamente manifestada
7 e interpongan en ella su auto_
8 ridad y decreto judicial se_
9 gún derecho; y renuncio la
10 ley de la insinuación y ma_
11 nifestación y la que dice que la
12 donación inmersa o general
13 no valga para que pueda con_
14 seguir mi buen intento y el
15 ánimo que [h]e tenido de que las
16 posiciones que llevo referi_
17 das tengan el buen logro que
18 deseo por redundar en servi_
19 cio y agrado de Dios nuestro
20 señor y de su bendita madre
21 la virgen Santa María seño_
22 ra nuestra y en bien de la di_
23 cha religión y de los pobres
24 a que se dedican por su insti_
25 tuto y regla y tenga yo el
26 merito de que su divina ma_
27 jestad tenga misericordia
28 de mi alma. Y estando como
29 dicho es presente a lo contenido
30 en esta escritura yo el dicho
31 reverentísimo padre gene_
32 ral fray Rodrigo de la Cruz o_
33 torgo que por mi y en mi nombre de
34 mis sucesores y de la dicha mi
35 religión capellanes y hospitali_

122
1 dades la acepto según y como
2 en ella se contiene y agradezco
3 al dicho doctor Don Juan Cen_
4 teno Fernández de Heredia la
5 buena obra que por ella hace
6 que fio en su divina majestad
7 le premiara por obra tan pia
8 y me obligo y obligo a los que me
9 sucedieren a que guardare
10 guardaran cumplirán y eje_
11 cutaran todo lo contenido
12 en esta escritura de dona_
13 ción y las calidades que se
14 contuvieren en las constitu_
15 ciones que se han de hacer sin
16 i[n]novarlas ni alterarlas sin cosa
17 alguna de su tenor y forma
18 y a la firmeza paga y cum_
19 plimiento de todo lo que di_
20 cho es obligamos yo el di_
21 cho doctor Don Juan Centeno
22 Fernández de Heredia mis
23 bienes espirituales
24 y temporales e yo el dicho
25 reverendísimo padre
26 general Fray Rodrigo
27 de la Cruz los de la dicha
28 mi religión según mis
29 constituciones puedo y
30 debo obligar y de ambos
31 habidos y por haber y para
32 la ejecución de ello damos
33 poder cumplido a las

123
1 a las justicias y jueces que con_
2 forme a derecho de las
3 causas de cada uno pueden
4 y deban conocer de cuales quie_
5 ra parte y lugares que
6 sean a el fuero y jurisdi_
7 [c]ción de las cuales y de cada
8 una de ellas nos somete_
9 mos y le someto y renun_
10 ciamos el mío y suyo pro_
11 pio domicilio y vecin_
12 dad la ley que dice que
13 el actor debe seguir el
14 fuero del reo para
15 que [h]a todo lo que dicho
16 es las dichas justicias
17 y cuales quiera de ellas
18 me compelan y le compe
19 lan y apremien como
20 si esta escritura y lo
21 en ella contenido fuese
22 sentencia pasada en
23 cosa juzgada sin defe[c]to
24 alguno sobre que re_
25 nunciamos todas leyes
26 de mi favor suyo y la
27 general y derechos de
28 ella y en especial yo
29 el el dicho doctor Don Juan
30 Centeno Fernández de
31 Heredia renuncio

124
1 al capitalo oduardus deso_
2 lucionibus suan de penis se_
3 gún y como en el se contiene
4 en cuyo testimonio
5 otorgamos la presente
6 y en esta gran ciudad
7 del Cuzco del Perú en
8 primero dia del mes de
9 diciembre del mil y seis_
10 cientos y noventa y ocho años
11 y los otorgante[s] y ace[p]tante[s]
12 a quien es y al presente escri_
13 bano doy fe que conozco los fir_
14 maron siendo testigos el
15 licenciado Don Andres de Molli_
16 nedo cura propio de la dicha parro_
17 quia del [h]ospital de los naturales
18 y comisario del santo oficio de la
19 inquisición en esta ciudad y su
20 partido y visitador de [e]ste obispado
21 el licenciado Francisco de Sosa presbítero
22 y Don Francisco Lopes presentes.
23 baen mentado =y porque= valga= y testado.
24 A=d=s=mo=no valga

Don juan de centeno fray Rodrigo de la Cruz


prefecto

Ante mi

Pedro López de la Cerda


Escribano de su majestad y público

125

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