La Guerra Perdida
La Guerra Perdida
La Guerra Perdida
—¡Vámonos, Bucéfalo!
—le dijo a su caballo (que así se llamaba)—,
aquí no nos entienden.
Cruzó montañas, desiertos y valles
hasta que un día llegó al mar.
—Tal vez la guerra se fue a otra parte
—dijo, y galopó con su caballo mar adentro,
tan convencido estaba de sus palabras.
A la mañana siguiente,
el general divisó la silueta
de un barco de guerra.
Desde el barco,
el almirante, único tripulante
a bordo, sintió curiosidad
y enfiló la proa para acercarse.
—¿Qué hacéis, tú y tu caballo en el medio del mar? —preguntó.
—Cruzo el océano —dijo el general
sin detener su paso—. Estoy buscando una guerra perdida.
Agustín Comotto
La guerra perdida
Barcelona: Thule, 2008