Pronunciamiento 2022 076
Pronunciamiento 2022 076
Pronunciamiento 2022 076
DGDDH/076/2022
Ciudad de México a 19 de octubre de 2022
Este Organismo Nacional lamenta que las voces de diversos actores sociales no hayan sido
escuchadas ni se haya abierto el debate sobre este tema, indispensable para la construcción
de una sociedad igualitaria, justa y equitativa, fuera de estigmas y prejuicios sociales, de
discursos que alienten el odio y la violencia hacia determinadas poblaciones y bajo conceptos
sexistas, sin perjuicio de las acciones o medidas que resulten necesarias para cerrar brechas
de desigualdad, ahí donde realmente las hay, con base en criterios razonables, justos y
proporcionales, por lo que reitera su llamado al Ministro Presidente para que las voces de
todas y todos puedan ser escuchadas.
Asimismo, la CNDH refrenda su compromiso con la protección y defensa del interés superior
de la niñez y adolescencia, y condena toda forma de violencia que les afecte en cualquier
ámbito, incluido el familiar, reconociendo que todas las personas, sin distinción de sexo o
género, tienen el derecho de vivir libres de violencia, y en el caso de niñas, niños y
adolescentes ameritan protección reforzada.
Esta Comisión Nacional recuerda que, en el año 2001, se reformó la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos en su artículo primero, adicionando, en ese entonces, un
párrafo tercero (ahora quinto), donde se introduce la llamada cláusula antidiscriminatoria,
que prohíbe la discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana
y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
Es bien sabido que en esas brechas de desigualdad están inmersos grupos de personas o
colectivos que históricamente han sido colocados en desventaja social, precisamente con
base en tales prejuicios y estigmas sociales, lo que ha implicado generar una serie de medidas
o acciones (afirmativas, de nivelación, de inclusión) que permitan cerrar esas brechas y
acabar con las desigualdades sociales.
Es a través de esas medidas como se ha legislado en la materia. Así, contamos con una Ley
Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, una Ley General de Acceso de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia y una Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres,
que han dado lugar a la creación de instituciones que permitan materializar y concretar
dichas leyes, como un Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, una Comisión
Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y un Instituto Nacional de
las Mujeres. Tales leyes e instituciones buscan generar las condiciones en las que las mujeres
puedan acceder al goce y ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales.
Por lo tanto, la igualdad en el trato y en las oportunidades implica que todas y todos
tengamos los mismos derechos, partiendo del reconocimiento de las diferencias, y
desventajas, y es por ello que se hace necesario establecer las prioridades específicas que se
requieren atender en el diseño e implementación de medidas y estrategias que permitan
que todas las personas, sin excepción alguna, alcancen niveles óptimos de desarrollo y
bienestar; y que tanto las mujeres como los hombres accedan, con las mismas posibilidades
y oportunidades, al uso, control y beneficio de bienes, servicios y recursos de la sociedad, así
como a la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida social, económica, política,
saludable, cultural y familiar.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos seguirá trabajando por la igualdad entre
mujeres y hombres, amparada en nuestra Constitución, y por ende, por la protección de los
derechos de todas y todos, sin distinción, restricción o exclusión alguna. Y en este caso en
particular seguirá pugnando por privilegiar el interés superior de las niñas, niños y
adolescentes.
¡Defendemos al pueblo!
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