Corriente Marina
Corriente Marina
Corriente Marina
Corrientes
marinas en la superficie de los océanos y mares. Se representan de rojo las
corrientes marinas cálidas; en amarillo el afloramiento de aguas profundas y frías
en costas occidentales continentales; en verde las corrientes que este
afloramiento origina; y en morado la capa superficial de hielo oceánico. La
dirección de las corrientes aparece indicada en flechas de color negro.
Una corriente oceánica o corriente marina es un movimiento de las aguas en
los océanos y, en menor grado, de los mares más extensos. Estas corrientes
tienen multitud de causas, principalmente, el movimiento de rotación terrestre (que
actúa de manera distinta y hasta opuesta en el fondo del océano y en la
superficie), así como el movimiento de traslación de la Tierra, la configuración de
las costas y la ubicación relativa de los continentes. En cambio,
los vientos constantes o planetarios constituyen prácticamente una causa
inexistente, ya que algunas coincidencias entre las corrientes y los vientos
planetarios se deben a que comparten una causa común, es decir, los
movimientos astronómicos de la Tierra.
Así pues, suele quedar entendido que el concepto de corrientes marinas se refiere
a las corrientes de agua en la superficie de los océanos y mares (como puede
verse en el mapa de corrientes) mientras que las corrientes submarinas no serían
sino movimientos de compensación de las corrientes superficiales. Esto significa
que si en la superficie las aguas superficiales van de este a oeste en la zona
intertropical por inercia (debido al movimiento de rotación terrestre, que es de
oeste a este), en el fondo del océano, las aguas se desplazarán siguiendo ese
movimiento de rotación de oeste a este. Sin embargo, hay que tener en cuenta
que las aguas en el fondo submarino se desplazan con la misma velocidad y
dirección que dicho fondo, es decir, con la misma velocidad y dirección que tiene
la superficie terrestre por debajo de las aguas oceánicas. En el fondo oceánico, la
enorme presión de las aguas es lo que origina una temperatura uniforme de
dichas aguas en un valor que se aproxima a los 4 °C, que es cuando el agua
alcanza su máxima densidad. Como resulta lógico, no existirá ningún
desplazamiento relativo entre el fondo del océano y las aguas que lo cubren
porque en dicho fondo, tanto la parte terrestre como oceánica, se desplazan a la
misma velocidad. Sin embargo, se presenta una excepción en las corrientes frías
de la zona intertropical, lo que se debe a la surgencia o ascenso de aguas frías del
fondo submarino cuando llegan al talud continental cerca de la costa.
Origen[editar]
Duration: 3 minutos y 3 segundos.3:03Las líneas blancas marcan
aproximadamente las corrientes superficiales de los mares y océanos del globo
terrestre y sus variaciones en el tiempo (de enero de 2005 a octubre de 2007). A
grandes rasgos, coinciden bastante bien con el mapa de corrientes de 1943,
aunque sus diferencias en detalle resultan mucho mayores. Esta animación
corresponde a un estudio muy completo realizado por la NASA.
Desde hace unas cuantas décadas se sabe que la estructura de las corrientes
marinas a escala global es tridimensional, con movimientos horizontales en la
superficie, en los que el viento y, sobre todo, la inercia producida por la rotación
terrestre, juegan un importante papel y con movimientos verticales, en los que la
configuración del relieve submarino y de las costas modifican los efectos de la
rotación de la Tierra, que crea una fuerza centrífuga tendente a «abultar» el nivel
oceánico a lo largo de la circunferencia ecuatorial. Se trata de la corriente
ecuatorial que se dirige, por inercia, en sentido contrario a la rotación terrestre.
En el fondo submarino tanto del océano Atlántico como del Pacífico, el agua
acompaña a la litosfera en el movimiento de rotación terrestre y ello se debe a la
enorme presión que soportan esas aguas abisales. Pero al llegar a las costas
occidentales de los continentes, el talud continental, que constituye un plano
inclinado, actúa como una especie de "ascensor" para elevar esas aguas
profundas, haciéndolas subir y creando lo que se denomina surgencia de aguas
frías, lo que viene a ocasionar una corriente, esta vez superficial, que se desplaza
hacia el ecuador a lo largo de esas costas occidentales y al llegar a la zona
ecuatorial son desviadas por la fuerza centrífuga del movimiento de
rotación terrestre hasta tomar la dirección contraria a la que tenían las aguas
profundas, es decir, de este a oeste.
De esta manera se originan en las costas occidentales de los continentes
corrientes de aguas sumamente frías (con relación a la temperatura atmosférica)
ya que emergen de gran profundidad: recordemos que las aguas profundas del
océano se encuentran a una temperatura aproximada de 4 °C, ya que a esta
temperatura es cuando alcanzan su densidad máxima.
Los vientos[editar]
Esquema de los vientos monzónicos en
la India, mostrando el monzón de verano, entre junio y agosto (lluvioso)
procedente del suroeste, indicado con flechas rojas y la trayectoria del monzón de
invierno, seco, del noreste, en color verde.
La creencia de que las corrientes marinas son ocasionadas por los vientos es muy
antigua aunque incorrecta, a pesar de que a grandes rasgos suelen coincidir los
patrones generales de dirección de los vientos con las direcciones y trayectorias
de las corrientes marinas, pero esa coincidencia es aparente (en detalle se
diferencian bastante) y se debe, como es lógico, a que tanto los vientos como las
corrientes marinas responden a los mismos motivos ocasionados por las
respuestas de dos fluidos (aguas marinas y aire atmosférico) a los movimientos de
traslación y sobre todo, de rotación, de nuestro planeta. El ejemplo más claro de
esta idea se puede ver en los vientos monzónicos entre Asia y el océano Índico:
son vientos estacionales que van del Índico al continente asiático (es decir, de sur
a norte) en la época de calor y de norte a sur durante la época de frío, mientras
que las corrientes marinas en la zona intertropical del océano Índico van de este a
oeste todo el año.
Sin embargo, hay que señalar un caso muy frecuente que ocurre en las bandas en
las que se mueven los vientos del oeste (que son vientos constantes o
planetarios). Dichos vientos pueden acelerar las olas cuando se acercan a las
playas orientales de países y continentes en las latitudes medias. Dicha
aceleración se produce por la rotación terrestre más que por el viento: las olas de
oscilación que se forman en alta mar se convierten en olas de traslación cuando
llegan a una playa, donde la profundidad disminuye bruscamente. Cuando esto
ocurre la cresta de la ola avanza hacia la playa y cae sobre el agua que se
desplaza sobre la arena hacia mar adentro (lo que se llama resaca). Pero incluso
con el viento contrario al mar (de la tierra al océano) aunque dicho viento sea muy
débil y solo rice el agua, provoca un ascenso de las aguas más frías del fondo
(aun si se trata tan solo de una profundidad de un par de metros) al empujar mar
adentro el agua superficial de dicha resaca.
Un análisis con cierto detalle del mapa de corrientes de 1943 nos mostrará lo
valioso de un esfuerzo que, aunque era apresurado (los Estados Unidos
participaban en la Segunda Guerra Mundial, primero como colaborador de las
potencias aliadas y después como participante activo) era esencial para dicho
país, que tenía que desarrollar una flota nueva de guerra, de transporte de
alimentos y de suministros militares y necesitaban conocer urgentemente los
patrones de las corrientes marinas para tomar ventaja de dicho conocimiento.
Pero la animación de dichas corrientes, realizada por la NASA y que desarrollan
las corrientes oceánicas durante un lapso de unos tres años, representa una
mejora sustancial con respecto al mapa citado. Un ejemplo servirá para establecer
las diferencias: el mapa de 1943 muestra la corriente de Humboldt como una
prolongación de la corriente del Pacífico Sur, lo cual aparece repetido en la
mayoría de referencias bibliográficas que tratan el tema de las corrientes. En
cambio, la animación realizada por la Nasa nos muestra que se trata de dos
corrientes distintas cuyo origen es también distinto. También la imagen satelital
del hemisferio occidental (América y océano Pacífico) nos muestra los efectos de
la nubosidad que acompaña a la corriente meridional del Pacífico y la falta de
nubes en las costas septentrionales de Chile y las del Perú donde la corriente de
Humboldt, que es de aguas frías y que va de sur a norte, deja una imagen libre de
nubes tanto mar adentro como en la zona costera de dichos países, lo cual nos
aclara que se trata de dos corrientes distintas, una cubierta de nubes y la otra sin
ellas por la mayor frialdad relativa de sus aguas.
Efecto Coriolis[editar]
Artículo principal: Efecto Coriolis
Concepto[editar]
El análisis del movimiento del péndulo de Foucault sirve para entender claramente
el concepto de las corrientes marinas y de los vientos planetarios como un efecto
inercial del movimiento de rotación terrestre. Ello se debe a que tanto el péndulo
de Foucault como el agua oceánica y el aire atmosférico se mueven en un espacio
tridimensional, que es imposible simplificar cuando hablamos de un plano y un
radio de giro en un plano bidimensional. Tratemos de entender la complejidad de
un movimiento en un espacio tridimensional: la idea de Foucault fue sostener un
péndulo de grandes dimensiones de un punto a gran altura (casi 60 m) con el fin
de "aislar" la dirección inicial del péndulo del movimiento de la superficie terrestre.
Como consecuencia de ello, dicha dirección inicial se mantiene mientras el
péndulo siga oscilando: el hecho de que el péndulo derribe los pines o esferas
siempre hacia la izquierda (mirando desde el propio centro de gravedad del
péndulo) nos demuestra que no es que el péndulo vaya desviándose hacia la
izquierda, sino que es el círculo donde se ubican los pines o esferitas que
progresivamente serán derribadas por el propio péndulo, el que se mueve girando
de derecha a izquierda, es decir, en sentido antihorario (nos referimos al
hemisferio norte, ya que en el hemisferio sur el sentido de giro es inverso, es decir,
en sentido horario, de izquierda a derecha). La diferencia entre el efecto
antihorario en el hemisferio norte y el efecto horario en el hemisferio sur se debe,
evidentemente, a que mientras que la dirección norte-sur se encuentra en el
mismo sentido en los dos hemisferios, el desplazamiento del péndulo siempre es
de oeste a este en ambos hemisferios, lo que significa la diferencia en cuanto al
avance horario en el sentido de giro opuesto en los dos hemisferios. Todo esto ha
sido suficientemente estudiado y descrito en multitud de trabajos, por lo que no
tiene mucho sentido explicarlo aquí.
Solo queda añadir que el círculo donde se mueve el péndulo da dos vueltas cada
día (una alrededor de la Tierra sobre el paralelo de latitud donde se encuentra el
círculo y otra alrededor del centro del mismo círculo). Y en cada oscilación del
péndulo, el centro de gravedad del mismo se irá desplazando poco a poco de
oeste a este, es decir, en sentido antihorario en el hemisferio norte y en sentido
horario en el hemisferio sur.
Tratemos de explicar esta idea que viene constituyendo unos procesos que no
suelen ser tomados en cuenta en algunas obras de oceanografía: como el agua
del mar alcanza su mayor densidad a los 4 °C, toda el agua oceánica tendrá esa
misma temperatura después de cierta profundidad, no solo adonde ya no llegan
los rayos solares, sino más abajo, donde la presión de la propia columna de agua
obliga a alcanzar esa temperatura. Dicho en otras palabras: el agua de la
superficie oceánica puede tener una temperatura superior a 0°, pero a cierta
profundidad solo puede tener 4°. Si el agua superficial alcanza menos de 4°,
flotará (el caso extremo es la temperatura de 0°, en la que no solo se encontrará
en la superficie, sino que se convierte en hielo, cuya densidad es bastante menor
que la del agua líquida). Hay que aclarar, que en condiciones normales, el agua
superficial no se congela exactamente a 0°, sino unos 2 grados por debajo del
punto de congelación, debido a los minerales disueltos que contiene (sales y
otros). Este hecho se conoce desde muy antiguo y se solía utilizar en las fiestas
campestres para tener helados recién hechos durante el verano con el empleo de
una centrifugadora metálica donde se coloca la leche, azúcar y sabores que se
hace girar a gran velocidad sobre pedazos de hielo con abundante sal: el hielo no
se funde a 0 °C sino a casi 2 °C bajo cero y esa diferencia enfría a los ingredientes
de la mezcla hasta congelarlos.
Una conclusión se deriva de lo dicho: tanto las mayores temperaturas del agua
oceánica como las menores se alcanzan en la superficie oceánica y cuando se
alcanzan los 4° (bien sea por calentamiento del agua con temperatura entre 0° y
4° o por el enfriamiento de las aguas con temperaturas superiores a dicha cifra), el
agua se hunde a cierta profundidad, hasta alcanzar la zona con temperatura
uniforme (4 °C aproximadamente). Como es natural, las corrientes cálidas que se
dirigen hacia las zonas polares (o mejor dicho, hacia la zona polar ártica, ya que
en la zona antártica, la corriente circumpolar impide que las corrientes más o
menos cálidas lleguen a la Antártida), se introducirán por debajo del hielo cuando
se vayan enfriando (o calentando, según su temperatura inicial) hasta alcanzar los
4 °C (más exactamente, 3,8 °C).
Fosas oceánicas
Dorsales oceánicas
Llanuras abisales
Cordilleras submarinas
Plataforma continental
Talud continental
Sin embargo, con la excepción de las dos últimas formas del relieve submarino,
dichas formas no ejercen prácticamente ninguna acción sobre la dirección o
intensidad de las corrientes marinas (entendidas como corrientes superficiales).
En el caso de la plataforma continental, su escasa profundidad (menos de 200 m)
logra disipar gran parte de la energía producida por las corrientes, sobre todo en
las costas más irregulares. Y en el caso del talud continental, su acción no se
realiza directamente sobre las corrientes en superficie, sino sobre las aguas más
profundas que se mueven al unísono con la litosfera sobre la llanura abisal. Pero
al llegar a dicho talud continental en las costas occidentales de los continentes, las
aguas más profundas son obligadas a ascender, actuando dicho talud continental
como una cinta transportadora que eleva esas aguas profundas hacia la costa
dando origen a una surgencia de aguas frías que constituyen las corrientes frías
de las zonas intertropical y subtropical.
Sin embargo, la idea de que el viento es el motor de las corrientes marinas está
muy arraigada en todo el mundo a pesar de que desde hace unos 500 años se ha
podido comprobar que esa es una correlación prácticamente inexistente. Por
ejemplo, Seager y otros afirman que: Here (es decir, en el artículo) it is shown that
the principal cause of this temperature difference is advection by the mean winds.
South-westerlies bring warm maritime air into Europe and north-westerlies bring
frigid continental air into north-eastern North America. Further, analysis of the
ocean surface heat budget shows that the majority of the heat released during
winter from the ocean to the atmosphere is accounted for by the seasonal release
of heat previously absorbed and not by ocean heat-flux convergence (Seager et
al.2). Al respecto es necesario decir que:
Por último, en la tercera frase se afirma que la mayor parte del calor liberado por el
océano en la atmósfera procede del calor previamente absorbido (también por el
océano, se entiende) y no por la convergencia del flujo de calor oceánico. En esta
frase se explica algo que está mucho mejor desarrollado en el artículo sobre
la diatermancia donde se señala que las aguas oceánicas, debido a su mayor
calor específico, aunque tardan mucho más tiempo en absorber el calor
procedente de la radiación solar, también tardan más tiempo en liberarlo,
regulando la temperatura a lo largo del año y de las distintas estaciones
geoastronómicas. Y esta regulación de la temperatura es la característica
fundamental de los climas marítimos típicos de la Europa noroccidental (islas
británicas, por ejemplo).
Corrientes de marea, son corrientes periódicas con ciclo diario que son
producidas por la atracción lunar y en menor grado, del sol. Son
corrientes superficiales de las aguas del mar y, por lo tanto, involucran
en su mayor parte, aguas cálidas. Aunque poco estudiadas, estas
corrientes de marea involucran enormes desplazamientos de agua
del hemisferio norte al sur y viceversa. Obviamente, si la posición del sol
y la luna coinciden en el mismo hemisferio (durante la luna llena o luna
nueva en el verano del hemisferio norte), las mareas resultantes atraen
una gran cantidad de agua que puede cruzar el ecuador terrestre en
el océano Pacífico y más aún, en el océano Atlántico, debido en este
último caso a la configuración de las costas sudamericanas, que
desvían la corriente ecuatorial y por ende, las mareas vivas hacia el
noroeste, a lo largo de la costa sudamericana del noreste del Brasil, de
las Guayanas, de Venezuela y de las Antillas. Y durante el invierno en el
hemisferio norte ocurre el proceso inverso.
Corrientes de oleaje, son las que modifican en gran parte el litoral y
son producidas por los vientos, en especial, por las tempestades
o huracanes que se asocian al movimiento de las masas de aire tanto
de origen continental como marítimo.
Desviación hacia el
noroeste de gran parte de la corriente ecuatorial del sur, al encontrarse el cabo
San Roque, punta más oriental de la América del Sur, unos 5° de latitud al sur del
ecuador terrestre, que es la línea que pasa por la desembocadura del río
Amazonas junto a la isla de Marajó.
Temperaturas
superficiales del océano Pacífico correspondientes al 16 de septiembre de 2013.
Puede verse que las mayores temperaturas no se corresponden con el ecuador
geográfico sino con el paralelo de 10° N, lo cual se debe a la influencia de las
aguas frías de la corriente de Humboldt, justo al sur del ecuador.
2. A lo largo del ecuador, donde las corrientes frías pueden encontrarse junto a
corrientes más cálidas con la misma dirección este a oeste, pero de otro
hemisferio. En este caso, a lo largo del ecuador existe una misma corriente
ecuatorial pero donde coexisten aguas de muy distinta temperatura, como puede
verse en el cartograma de las temperaturas superficiales del océano Pacífico.
3. A lo largo del círculo polar ártico, donde las corrientes procedentes del océano
Ártico hacia el sur son de aguas muy frías (menos de 4 °C) y por lo tanto son
superficiales al tener menor densidad (recordemos que la mayor densidad del
agua se presenta en torno a los 4 °C). De hecho, la corriente de Groenlandia
Oriental trae hacia el sur una gran capa de hielo flotante, lo que explica que la
costa oriental de Groenlandia esté prácticamente despoblada. En cambio, en la
costa occidental de Groenlandia emergen aguas profundas que, por definición,
tienen una temperatura en torno a los 4 °C, lo que explica que sea una costa libre
de hielos y, en consecuencia, concentre la casi totalidad de la población de
Groenlandia.
Consecuencias[editar]
Clima seco en las costas occidentales de la zona intertropical o subtropical que
están bañadas por corrientes frías y clima más cálido y húmedo en las costas
occidentales de los continentes en las latitudes medias y altas, debido a la enorme
cantidad de energía que transportan desde la zona intertropical. A grandes rasgos,
las direcciones de las corrientes oceánicas coinciden con la de los vientos
planetarios por los mismos motivos que éstos.