Presidentes Final 3
Presidentes Final 3
Presidentes Final 3
Indice
Introducción 3
Francisco I. Madero 4
Pedro Lascuráin Paredes 8
Victoriano Huerta Ortega 9
Francisco S. Carvajal 14
Eulalio Gutiérrez 17
Roque González Garza 20
Francisco Lagos Cházaro 23
Venustiano Carranza 26
Venustiano Carranza 29
Adolfo de la Huerta 32
Álvaro Obregón 35
Plutarco Elías Calles 38
Emilio Portes Gil 41
Pascual Ortiz Rubio 44
Abelardo L. Rodríguez 47
Lázaro Cárdenas del Río 50
Manuel Ávila Camacho 53
Miguel Alemán Valdés 57
Adolfo Ruíz Cortines 60
Adolfo López Mateos 63
Gustavo Díaz Ordaz 66
Luis Echeverría Álvarez 69
José López Portillo 72
Miguel de la Madrid
Hurtado 75
Carlos Salinas de Gortari 78
Ernesto Zedillo Ponce de León 81
Vicente Fox Quesada 84
Felipe Calderón Hinojosa 87
Enrique Peña Nieto 90
Andrés Manuel López Obrador 93
Bibliografía 96
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Introduccion
En esta antologia se hace la recopilacion de los presidentes que los Estados Unidos
Mexicanos a tenido, esto comenzando desde Francisco I. Madero y terminando con el actual
prsidente el señor Andres Manuel Lopez Obrador.
El objetivo es conocer a los individuos que estuvieron a cargo en algun momento de nuestro
pais y como estos han cambiado para bien o para mal la nacion, asi mismo identificar una
posible evolucion en los gobiernos a partir de la Revoluciòn Mexicana y en que influyo la
Constitucion de 1917.
Los proximos mencionados –o al menos la mayoria- abran echo cambios que hasta el dia de
hoy estan demasiado presentes. Las decisciones que estos tomaron lo hicieron pensando en
una mejor sociedad, para ofrecer una mejor calidad de vida a los mexiacanos del futuro.
¿Lo lograron?, ¿Valio la pena?, ¿Hicieron bien?. Esto se deja a su criterio.
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Francisco I. Madero
Periodo: 1911-1913
Situación Política durante su gobierno:
De acuerdo con los relatos de testigos presenciales, México estaba
rebosante de alegría. Sin embargo, cuando Madero llegó a tomar
posesión de la silla presidencial (6 de noviembre de 1911), gran
parte de su coalición ya se había desintegrado. Él había
menospreciado al general Pascual Orozco, al no nombrarle para
ningún cargo ministerial, y peor todavía, se había deshecho de su
primer vice-presidente en favor de José Pino Suárez. Orozco y Emilio Vázquez Gómez
(hermano de Francisco) se rebelarían contra él. A pesar de todo, sin embargo, el público
mexicano estaba entusiasmado ante la perspectiva de una nueva época y aclamó al nuevo
presidente.
El gobierno de Francisco I. Madero sucedió al del dictador Porfirio Díaz en 1911, pues este
se vio obligado a renunciar el 25 de mayo. Madero fue electo en elecciones extraordinarias a
las que se presentó como candidato por el Partido Constitucional Progresista y asumió el
cargo de presidente el 6 de noviembre de 1911.
A pesar de sus intenciones de complacer al pueblo llano, sus reformas moderadas fueron
afines a las ideas liberales y constitucionalistas de su partido, pero provocaron el descontento
de los sectores más radicales de la Revolución mexicana que no vieron satisfechas las
demandas de cambio social.
Encabezó un gobierno democrático preocupado por las condiciones de vida del pueblo llano,
aunque no sabría satisfacer las aspiraciones de cambio social que tendrían las masas
revolucionarias, lo cual provocó alzamientos armados.
Este descontento se manifestó especialmente entre las masas del campo, que expresaron su
disconformidad ante el incumplimiento de la reforma agraria y de la devolución de tierras a
los campesinos y protagonizaron distintos alzamientos. Entre ellos se distinguieron los que
encabezaron Emiliano Zapata y Pascual Orozco. De todos modos, quien logró derrocar a
Madero fue el militar Victoriano Huerta mediante una conspiración que alcanzó el éxito el 19
de febrero de 1913.
Poco después de que Madero asumiera la presidencia, los partidarios de Emiliano Zapata se
levantaron en armas y proclamaron el Plan de Ayala. Esta proclama declaraba su lealtad a
Pascual Orozco en lugar de al presidente Madero. El Plan de Ayala se centraba
principalmente en la reforma agraria, por la cual las tierras despojadas por los usurpadores
serían restituidas a sus legítimos propietarios. Todos aquellos que tuvieran propiedades
podrían llevar sus reclamaciones ante tribunales especiales que se establecerían después
del triunfo de la rebelión. Asimismo, una tercera parte de todas las tierras serían devueltas a
los pueblos y aldeas de México para su propio uso.
El Plan recibió el apoyo de los estados de Morelos, Guerrero, Tlaxcala, Puebla, México y
partes de la capital. El ejército no logró suprimir el movimiento zapatista, el cual permaneció
como una amenaza constante durante la presidencia de Madero.
Madero, enfrentó una gran inestabilidad política que generó el distanciamiento de otros
líderes revolucionarios. Entre los días 9 y 18 de febrero de 1913, ocurrió un episodio conocido
como la “Decena Trágica” que fue un levantamiento militar para derrocar a Francisco I.
Madero de la Presidencia.
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El principal problema de Madero fue que, en su proceso de lograr cambios, pero de mantener
cierta afinidad con las élites, se hizo enemigo al mismo tiempo de las clases altas y bajas.
Por lo que, al intentar hacerse amigo de todos, tan solo tuvo enemistad.
Una de las razones de ello fue que tras la victoria contra Porfirio en la revolución maderista
dejó a su lado como ejército a las tropas que habían protegido a Porfirio y no a los soldados
revolucionarios, provocando que, desde el punto de vista de los soldados, el nuevo presidente
les hubiera dado de lado.
Los cambios realizados por Madero, y que hemos mencionado, no tardaron demasiado
tiempo en terminar, causando con ello la vuelta a la corrupción mexicana y una situación
lejana a la democracia.
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Pedro Lascurain
Presidente provisional / Interino
Periodo: 1913, 45 minutos.
El breve ascenso a la Presidencia de Pedro Lascuráin tuvo lugar
durante el golpe de estado conocido como la Decena Trágica.
Tras su asunción democrática al poder en 1911, Francisco I.
Madero había mantenido la estructura gubernamental porfirista. El
motivo principal de evadir cambios profundos, era mantener la
estabilidad producida por las inversiones extranjeras.
Sin embargo, tanto los movimientos de la población más desfavorecida, como los hacendados
que luchaban contra el zapatismo estaban inconformes con la templanza maderista.
Por ello, la oposición convocó a distintos mandos del ejército para asaltar el Palacio Nacional.
El evento fue encabezado por el general Manuel Mondragón, quien buscaba poner en libertad
a Bernardo Reyes y a Félix Díaz, ambos opositores de Madero. Además, contaron con un
férreo apoyo del gobierno estadounidense. El objetivo principal del golpe era llevar a Félix
Díaz, sobrino de Porfirio Díaz, al poder.
Con la hospitalización del maderista Lauro Villar, Victoriano Huerta asumió el cargo de
general, evento que aprovechó para consumar la traición contra Madero.
Tras apresar a Madero y a su vicepresidente José María Pino Suárez, Huerta exigió las
renuncias al gobierno a cambio de la su libertad. Una vez emitida la dimisión, el poder recayó
constitucionalmente sobre el secretario Pedro Lascuráin, quien había fungido como
salvaguarda de la vida de Madero.
Para aceptar el trámite, Pedro Lascuráin hizo jurar a Huerta ante una imagen guadalupana
que protegería la vida del presidente. El entonces secretario de relaciones exteriores fungió
como interpósita persona entre Madero y Huerta. Una vez entregadas las renuncias,
Lascuráin asumió constitucional y legítimamente la presidencia de las 17:15 a las 18:00 horas
del 19 de febrero de 1913.
Durante su gestión interina, Pedro Lascuráin designó a Victoriano Huerta como secretario de
Relaciones Exteriores, luego de lo cual renunció. Con ello, del mismo modo el poder pasó a
un presidente interino, mismo que duró un año.
el presidente Lascuráin vivió hasta los 96 años. Durante el resto de su vida defendió no ser
parte del complot contra Madero. Sobre ello declaró:
«Mi único propósito había sido obtener garantías que pusieran a salvo la vida del señor
Madero, el apóstol de la revolución. Fue el malvado engaño, porque muy pocas horas
después de serme garantizada la vida del presidente, era asesinado. No quiero añadir más.»
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Victoriano Huerta
Presidente Interino
Periodo:1913-1914
Situación Política durante su gobierno:
Al concluir la Decena Trágica, en febrero de 1913, Victoriano
Huerta ascendió a la presidencia de la República. Al no recibir
su gobierno el reconocimiento de los Estados Unidos y
extenderse la rebelión tanto en el campo como en la ciudad, optó
por implantar un gobierno militar. Los casi 33000 efectivos con
que contaba el ejército al inicio de su gestión, los elevó hasta 80000 y en los momentos de
desesperación anunció su intención de disponer de 150000 e incluso 250 000 efectivos para
aplastar la oposición. Lo anterior implicó aumentar los altos mandos del ejército hasta niveles
desconocidos. En este contexto, un grupo reducido de generales contribuyó a la militarización
del país vía la ocupación de las gubernaturas, y en calidad de senadores y diputados
federales. En el ámbito político, Huerta amenazó a los Estados Unidos con expropiar la
industria petrolera, e inclusive acudió al expediente de militarizar la burocracia y las escuelas
públicas. Para su fortuna, aun cuando en el ejército no hubo resquebrajamiento alguno, sí lo
hubo en la marina, pero fracasó. Al final de cuentas, la invasión norteamericana al puerto de
Veracruz inclinó la balanza en favor del movimiento constitucionalista y Huerta tuvo que
renunciar a la presidencia de la República y abandonar el país.
Arrancadas las renuncias de Madero y Pino Suárez, Victoriano Huerta, Félix Díaz y Manuel
Mondragón, con el aval del embajador Henry Lane Wilson, acordaron en la embajada
americana que Huerta encabezaría el nuevo gobierno, con el compromiso de convocar a
nuevas elecciones en las que el candidato oficial sería Félix Díaz. Una vez instalado en el
poder, Huerta buscó el reconocimiento de la comunidad internacional, el cual logró con la
notable excepción del gobierno norteamericano. En segundo lugar, obtuvo el apoyo de la
mayor parte de los gobernadores, excepto de los de Coahuila y Sonora. En particular, el de
Coahuila, Venustiano Carranza, se levantó en armas predicando el retorno a la legalidad.
Hasta aquí no existe nada nuevo y la historia es ampliamente conocida. Lo que aquí interesa
demostrar es que, ante la negativa de los Estados Unidos a reconocer a su gobierno, Huerta
modificó sus planes iniciales. Para contrarrestar la indiferencia del gobierno del vecino país
del norte, buscó la simpatía de Francia, Inglaterra, Alemania y Japón, entre otros. Por otra
parte, en lugar de limitarse a liquidar los brotes de insurgencia que proliferaron durante el
maderismo, tuvo que afrontar otros más que aparecieron en el norte del país cuya principal
bandera era su rechazo a los asesinatos de Madero y Pino Suárez, mezclados con diversas
aspiraciones sociales. Sin gran capacidad de negociar con los insurrectos, Huerta consideró
que no había alternativa más que la de aplastarlos militarmente. Para su fortuna, desde el
inicio tuvo el apoyo casi unánime de las fuerzas armadas. Sin embargo, el ejército federal era
obsoleto, estaba desorganizado y carecía del empuje necesario para doblegar a sus
opositores. Pruebas había más que suficientes: no pudo doblegar al ejército revolucionario
que derrocó a Porfirio Díaz ni la rebelión zapatista que cundió en el México central, así como
tampoco otros brotes menores como los encabezados por los Vázquez Gómez, sin olvidar la
creciente efervescencia social entre los trabajadores textiles, mineros, ferrocarrileros y
petroleros, entre otros. Como su única opción era la militar, Huerta buscó reorganizar al
ejército federal tanto en número como en armamento. Con el paso de los días, hizo todo lo
posible para formar un ejército federal gigantesco, más del doble de su tamaño original en los
primeros meses de gobierno,
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y en sus momentos de desesperación el quíntuple, y hasta siete veces más, lo cual implicó
varias cosas. En primer lugar, utilizó mecanismos coercitivos para reclutar a un número
creciente de personas y formar la base del ejército, lo que comúnmente se conoce como las
infanterías, y en segundo, aceleró la formación de cuadros de mando. Esta última tarea no
era tan sencilla y sus integrantes no podían ser extraídos del común del pueblo ni mediante
la leva. Su extracción debía ser de entre el propio ejército profesional con raíces porfiristas y
maderistas. Por supuesto que se trataba de personas con cierta preparación profesional en
el terreno de las armas, don de mando y manejo de personal militar.
Huerta instrumentó un plan de gobierno que contemplaba las siguientes coordenadas.
Primero premió a sus aliados en el golpe de Estado. En segundo lugar, erradicó la agitación
rural mediante sendos decretos de seguridad rural que contemplaban la formación de
guardias armadas en las haciendas y fábricas textiles. En tercer lugar, para enfrentarse a los
grupos rebeldes que pululaban en torno a Carranza, se abocó a aumentar los efectivos del
ejército federal hasta un tamaño hasta entonces desconocido. Asociado a lo anterior, llevó a
cabo un ascenso casi generalizado de los cuadros medios del ejército hasta conformar una
casta abultada de generales.
Durante sus primeros siete meses de gobierno, el presidente de la República conferenció en
Palacio Nacional con los hacendados de casi todo el país, quienes, a cambio de combatir a
los rebeldes, le ofrecieron apoyo político y económico. El apoyo provino de los hacendados
situados en 18 entidades federativas, a saber: Aguascalientes, Colima, Chiapas, Durango,
Guanajuato, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí,
Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Yucatán, Zacatecas, y por supuesto el Distrito Federal. Para
no exponerse a represalias de parte de los grupos levantados en armas, los hacendados de
la franja fronteriza del norte del país, prefirieron ser más cautos. Se trataba de la península
de la Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León. Lo mismo se advirtió entre
los hacendados de varias entidades situadas en el litoral del Océano Pacífico como Sinaloa,
Nayarit y Guerrero. Tampoco se advirtió la presencia en Palacio Nacional de los hacendados
de Veracruz, Campeche y Quintana Roo. Y de la parte cercana a la capital de la república
tampoco hubo apoyo alguno a Huerta de parte de los hacendados de Querétaro e Hidalgo.
Intentó mantener la presidencia del país implantando un gobierno militar, a través del
nombramiento de altos mandos del Ejército incluso al frente de los gobiernos estatales y como
senadores y diputados federales. Huerta reorganizó el ejército federal creando diez
divisiones, cada una al mando de un general de división, para hacer frente al peligro que
representaban los Constitucionalistas. Varias de éstas fueron específicamente diseñadas
para el Norte. Una de estas unidades fue la División Yaqui, de Torín, Sonora, bajo el mando
del general José María Mier.
Luego de varios incidentes provocados por Estados Unidos y los levantamientos armados en
diversos puntos del país, Huerta decidió renunciar a la Presidencia el 15 de julio de 1914.
“Todos ustedes saben las inmensas dificultades con que ha tropezado el gobierno con motivo
de la escasez de recursos, así como por la protección manifiesta y decidida que un gran poder
de este continente ha dado a los rebeldes”, expresó en su carta de renuncia.
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para dispersar a las comunidades indígenas. Zapata respondió con una escalada de la guerra
de guerrillas y comenzó una campaña de terror contra las fuerzas federales. Los dos bandos
vestían en ropa ordinaria, por lo que nadie sabía quién era quién, y muchos simplemente
huyeron a otros estados. El 2 de octubre de 1913, el presidente puso al general Adolfo
Jiménez Castro a cargo de Morelos, pero nadie fue capaz de arrebatarle el control a Zapata.
El presidente Huerta intentó negociar una paz con Zapata, pero éste continuó con la rebelión.
En febrero de 1913, Zapata atacó Tlalpan, en el Distrito Federal, diciendo a sus seguidores
que Huerta aparentaba negociar una paz, pero no tuvo más éxito que su predecesor. Para
septiembre de 1913, Huerta había perdido todo el control en las zonas rurales de Morelos.
La guerra entre los zapatistas y los federales de Huerta se tornó más violenta a medida que
los generales federales Juvencio Robles y Luis G. Cartón comenzaron a ahorcar a zapatistas.
En marzo de 1914, Zapata capturó a Cartón en Chilpancingo, Guerrero, y lo ejecutó como
represalia. En el verano de 1914 los zapatistas controlaban Morelos y vastos territorios en
otros estados cercanos, y ya tenían sus ojos puestos en la Ciudad de México.
Carranza decidió que atacar la Ciudad de México derrotaría a Huerta. Envió al general
Pancho Villa para tomar Torreón, Coahuila, un importante centro ferroviario, conectando la
Ciudad de México con los Estados Unidos en el norte y Guatemala en el sur. El 16 de marzo
de 1914, Villa marchó hacia el sur desde Chihuahua, con un ejército de 8.200 hombres bien
aprovisionados y armados y con 29 cañones fabricados en los Estados Unidos. Las tropas
federales, al mando del general José Refugio Velasco, habían estado fortificando la ciudad
desde que Huerta se había convertido en presidente.
El 20 y el 21 de marzo, las tropas de Villa y Velasco se enfrentaron en los puestos de
avanzadilla federal de Mapimí y Tlahualilo. Las tropas de Villa forzaron muy fácilmente a las
tropas federales a replegarse a Torreón. En la tercera escaramuza, las fuerzas de Villa se
tuvieron que replegar, pero tomaron la posición al día siguiente. Los Constitucionalistas
atacaron la propia Torreón durante la noche del 26 de marzo. La lucha duró cinco días con
un intenso combate casa por casa y bajas civiles de consideración. El 1 de abril, Villa cambió
de táctica y sus hombres se retiraron de la ciudad hacia los aledaños, rodeándola. Velasco,
aliviado por ese respiro, ordenó a sus hombres enterrar a sus muertos y a prepararse para
abandonar el lugar. Mientras las tropas federales estaban formando, Villa comenzó un
mortífero bombardeo de artillería, causando 1.000 muertos y 2.200 heridos. El victorioso Villa
sufrió 550 muertos y 1.150 heridos y sus tropas entraron triunfalmente en Torreón.
Cuando EE.UU. invadió Veracruz, Huerta replegó sus tropas a la Ciudad de México, por temor
a que EE.UU. continuara avanzando. Zapata y los otros revolucionarios se aprovecharon del
vacío de poder y tomaron el control de cuatro distritos federales a las fuerzas federales que
se estaban retirando. Zapata estaba enfurecido por la invasión, pero, al mismo, no se
imaginaba en una alianza con Huerta. En cambio, Zapata se comprometió a defender a la
república si fuera necesario. Cuando Huerta dimitió el 15 de julio de 1914, Zapata afirmó que
su revolución continuaría hasta que todos los hombres de Huerta dejaran sus puestos y
fueran reemplazados por un gobierno comprometido con el Plan de Ayala.
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ARTÍCULO 2o. La explotación del petróleo y demás sustancias a que se refiere la presente
ley se declara de utilidad pública; por tanto, se faculta a la federación para que, con arreglo a
la ley respectiva, expropie los derechos adquiridos con anterioridad por particulares o
compañías sobre aquellas sustancias, así como los terrenos de propiedad particular que
fueren necesarios para llevar a cabo la explotación.
ARTÍCULO 3o. El ejecutivo federal queda autorizado para explotar el petróleo y demás
sustancias objeto de esta ley, ya sea directamente por administración, ya celebrando
contratos de sociedad, ya dando en arrendamiento esta propiedad de la nación; pero en todo
caso dará cuenta al Congreso Federal, dentro de los seis meses siguientes, del uso que haga
en cada vez de la presente autorización.
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Francisco S. Carvajal
Presidente Interino:
Periodo: 1914
Situación Política durante su gobierno:
El presidente Francisco Carvajal nombró una comisión
encabezada por el ministro de Guerra, el general José
Refugio Velasco, para negociar un tratado de paz con los
constitucionalistas.
La comisión se constituyó el 13 de agosto de 1914 en
Teoloyucan, estado de México. Sin embargo, días antes el
general Velasco había sostenido conversaciones con los constitucionalistas.
El 10 de agosto, antes de la firma del tratado, Carvajal emitió un manifiesto a la nación
mexicana explicando su situación. En este expresó sus deseos de entregar el poder a los
constitucionalistas sin derramamiento de sangre de manera que se pudiera lograr la paz
verdadera para el país.
– Fue un gobierno efímero caracterizado por su disposición a la negociación y la conciliación
con los revolucionarios.
– Respetó lo establecido en la Constitución de México debido a su apego a la ley.
– Se inició un proceso de pacificación el país, pues dejó en libertad a los presos políticos y
prohibió fusilar a los prisioneros de guerra.
– Fue un gobierno respetuoso de la libertad de prensa y de las libertades ciudadanas
establecidas en la Constitución.
– Su primer acto de gobierno fue el nombramiento del general José Refugio Velasco al frente
de la Secretaría de Guerra. Inmediatamente inició negociaciones con Venustiano Carranza y
su movimiento constitucionalista, que exigía respetar la legalidad y la democracia.
– Su objetivo fue encontrar una fórmula que condujera al país a una transferencia del mando
en paz.
– Negoció con los revolucionarios constitucionalistas de Venustiano Carranza los Tratados
de Teoloyucan, que permitieron una transición en paz. Los tratados fueron firmados por los
generales Álvaro Obregón, en representación del Ejército Constitucionalista; y Gustavo A.
Salas, por el gobierno de Carvajal.
– Los Tratados de Teoloyucan fueron considerados como una victoria para las clases medias
y populares mexicanas en contra de las élites porfiristas.
– La disolución del Ejército Federal propició la posterior modernización e institucionalización
de la Fuerza Armada mexicana. Además, significó para la Revolución Constitucionalista su
triunfo definitivo, pues Carranza se mantuvo en el poder hasta 1920, cuando fue asesinado.
– A partir de la firma de los Tratados de Teoloyucan y la entrega pacífica del gobierno,
Venustiano Carranza fue designado presidente provisional de la República. Luego de este
episodio, México entró en un proceso de construcción de su democracia que puso fin a los
gobiernos militaristas.
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Venustiano Carranza
Periodo: 1914
Situación Política en su gobierno:
El 20 de agosto de 1914, Venustiano Carranza entró triunfante
a la Ciudad de México rechazando el título de presidente
interino, pero conservando aún el del Primer Jefe encargado
del poder ejecutivo.
Las desavenencias entre los caudillos revolucionarios y
Carranza los llevaron a pedir la destitución del Primer Jefe
para evitar una guerra civil, petición que fue rechazada.
Carranza convocó a una Convención Revolucionaria para
definir el rumbo del país el 1 de octubre de 1914 en la capital
de la República. El 31 de octubre, la Convención acordó destituir a Carranza y a Francisco
Villa como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo y jefe
de la División del Norte, respectivamente, por convenir así a la unidad revolucionaria. El 5 de
noviembre la Convención Revolucionaria envió un ultimátum a Carranza para que éste
abandonara los cargos que le confirió el Plan de Guadalupe y que le habían sido ratificados
por la Convención en la Ciudad de México. Carranza desconoció a la Convención y al
siguiente día se dirigió a Veracruz, donde estableció su gobierno, declarando al puerto capital
provisional del país.
En Veracruz, Carranza nombró a Álvaro Obregón como general en Jefe del Ejército de
Operaciones, con la misión de recuperar la capital del país, ocupada por el gobierno de la
Convención Revolucionaria. Asimismo, el 6 de enero de 1915 Carranza expidió la Ley Agraria,
obra de Luis Cabrera, secretario de Hacienda, mediante la cual se creó la Comisión Nacional
Agraria, las Comisiones Locales Agrarias y los Comités Particulares Ejecutivos, que
procederían según el caso, a efectuar los trámites tendientes a la restitución o dotación de
propiedades a los pueblos de campesinos. Luego de que el Ejército Constitucionalista
derrotara militarmente a las fuerzas de la Convención Revolucionaria, el 11 de octubre de
1915 Carranza salió de Veracruz rumbo a Tampico para iniciar un recorrido por los estados
del norte y centro del país. El destino final era la Ciudad de México.
Carranza creyó necesario convocar a un Congreso Constituyente para reformar la
Constitución de 1857, por lo cual realizó una convocatoria para la elección de diputados
constituyentes. El 1 de diciembre de 1916 dio inicio el Congreso Constituyente en la ciudad
de Querétaro, donde Carranza dio lectura a su proyecto de reformas. Las discusiones entre
los legisladores evidenciaron la necesidad de contar con un nuevo texto constitucional. El 31
de enero de 1917 se clausuraron las sesiones del Congreso Constituyente y el 5 de febrero
Venustiano Carranza promulgó en bando solemne la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos que reformaba la del 5 de febrero de 1857. Al siguiente día Carranza
promulgó en Querétaro la convocatoria para las elecciones de diputados y senadores de la
XXVII Legislatura y para elegir al presidente constitucional de la República, mismas que se
verificaron al siguiente mes, en las cuales triunfó el Primer Jefe.
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Eulalio Gutiérrez
Periodo: 1914
Situación Política en su gobierno:
El 21 de julio de 1914, ya como general de brigada, es
nombrado gobernador provisional y comandante militar
de San Luís Potosí. Desde ese cargo realiza algunas
obras públicas como la avenida "Venustiano Carranza",
que aún existe, y crea un Departamento de Trabajo para
mejorar la vida de los trabajadores. El 15 de septiembre
siguiente, decreta la Ley sobre Sueldos de Peones, que
estipula, por primera vez en la historia de México, la
jornada de 9 horas y el descanso dominical, el salario
mínimo, la desaparición de las tiendas de raya, la
prescripción de las deudas de los trabajadores después
de un año y el pago en efectivo de los anticipos por compra de cosechas.
Es entonces cuando la Convención de Aguascalientes determina que Eulalio Gutiérrez sea
presidente interino y que Villa y Carranza renuncien a sus cargos. Villa aceptará la decisión.
Pero Carranza considerará que la Convención es ilegal, se irá a Veracruz a establecer su
propio gobierno y sus seguidores abandonarán la Convención.
Comenta Martín Luis Guzmán (El Águila y la Serpiente): "Eulalio, al encarnar el noble impulso
de la Revolución, rudo e informe, sabía presentarlo con decoro: ni farsa, ni ramplonería; ni
blandura hipócrita, ni brutalidad. Y ello porque, contra las suposiciones de algunos necios de
entonces -y no pocos de otra hora-, en Eulalio no eran anatema su humilde origen ni sus
proezas de guerrillero: cumplía tan bien su cometido de presidente de circunstancias
excepcionales, como antes el de volar locomotoras y tener en jaque a las tropas huertistas.
Además de inteligente, se le veía -cosa rara entre los militares y políticos que nacen de la
espuma- sincero y humilde. No andaba queriendo trastrocar el mundo con sus ideas, ni
creyéndose genio, ni enmendándole la plana a Dios".
Eulalio Gutiérrez pretenderá conformar una tercera fuerza, distinta a la representada por
Carranza y Villa, por eso tratará de que todos los grupos revolucionarios estén representados:
constitucionalistas como Eugenio Aguirre Benavides y José Isabel Robles, de la División del
Norte; Lucio Blanco de la del Noroeste; Felícitos Villarreal, colaborador de Carranza; José
Vasconcelos, Pascual Ortíz Rubio y Vito Alessio Robles, maderistas; Manuel Chao, villista
independiente; Valentín Gama, Manuel Palafox y Rodrigo Gómez, zapatistas y otros más. Así
integrará su gabinete con Lucio Blanco en Gobernación; José Vasconcelos en Instrucción
Pública y Bellas Artes; Valentín Gama en Fomento; Felícitos Villarreal en Hacienda; José
Isabel Robles en Guerra y Marina; Manuel Palafox en Agricultura; Manuel Chao como
Regente del Distrito Federal; Mateo Almanza como comandante de la Guarnición de México
y Pánfilo Natera como presidente del Supremo Tribunal Militar.
Villa será nombrado jefe del Ejército convencionista, pero en la práctica dispondrá de mucho
mayor poder que el ejercido por el presidente provisional Eulalio Gutiérrez. A pesar de sus
esfuerzos, ni villistas ni carrancistas serán atraídos hacia el gobierno convencionista presidido
por Gutiérrez y permanecerán leales a sus respectivos jefes: Villa y Carranza. En la ciudad
de México, Gutiérrez prácticamente será prisionero de Villa y Zapata; entonces expedirá una
proclama, escrita por Vasconcelos, en la que les exigirá absoluta disciplina, ya que habían
impuesto el terror en la capital y se manejaban independientemente del presidente que ellos
mismos habían elegido.
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Después de rendir la protesta, González Garza explicó a la asamblea cuál sería su programa
de gobierno, así como también dio a conocer la sugestión del general Villa para que la capital
de la República fuera trasladada a una ciudad del norte del país, pero la asamblea se mostró
adversa a esta idea.
Los delegados zapatistas, sobre todo, hicieron ver la conveniencia de que la capital
continuara en la Ciudad de México, y que en caso necesario fuera cambiada a alguna ciudad
en el sur, donde las fuerzas del general Emiliano Zapata ofrecían todo género de seguridades.
Dos fueron los acuerdos expedidos por González Garza inmediatamente después de hacerse
cargo de la presidencia de la República.
El primero fue ratificar el nombramiento del general Francisco Villa como jefe de las
Operaciones Militares en toda la República. El segundo fue expedir un circular ordenando
que el más alto empleado de cada secretaría de Estado se hiciera cargo provisionalmente del
ministerio.
El nuevo Presidente quiso, con esta medida, reorganizar rápidamente la administración
pública, esperando organizar su gabinete definitivo hasta después de haber cambiado
impresiones con los principales elementos de la revolución.
Conforme a la circular expedida por el general González Garza el gabinete, integrado por
encargados del Despacho quedó organizado así: Alfredo Guichenne, encargado de la
Secretaría de Gobernación; licenciado
Ismael Palafox, encargado de la Secretaría de Relaciones Exteriores; J. Ramos Roa,
encargado de Educación Pública; licenciado Manuel Mendoza Sch., de Justicia; licenciado
Manuel Padilla, de Hacienda; ingeniero A. Castilla, de Comunicaciones; ingeniero Carlos
Patoni, de Fomento; general Alfredo Serratos, de Guerra y Marina, e ingeniero Adalberto
Hernández, de Agricultura
Y Fomento. Integrado el gabinete, el primer objetivo del presidente González Garza fue la
reorganización de la hacienda y los servicios públicos.
Situación Social en su gobierno:
Llegó a la Presidencia del país gracias a una actitud que sus contemporáneos calificaron de
gallarda, ante la caótica situación que provocara el vacío de poder dejado por Gutiérrez,
sumada a una correlación de fuerzas que resultó en la aprobación de su designación. Como
en pocas ocasiones en nuestra historia fueron premiados el mérito, la valentía y la
experiencia. Consiguió en una elección entre pares lo que otros habían logrado (y lograrían
todavía después) valiéndose de las armas.
Sin embargo, la misma situación excepcional que lo llevó al poder no podría mantenerlo por
mucho tiempo en ese sitio. La revolución y sus vaivenes le cumplieron el deseo que manifestó
al tomar posesión del Ejecutivo: "Anhelo estar en el puesto que me habéis conferido el menor
tiempo posible". Acosado por los enemigos carrancistas, carente del apoyo militar de Villa y
enfrentado a la animadversión de sus compañeros zapatistas, que pronto tomarían el control
de la Convención, González Garza apenas consiguió mantenerse en el poder cuatro meses
y 24 días. Había sido premiado por su gallardía, pero su premio era la indomable fiera que
Francisco I. Madero había soltado cinco años antes.
La primera acción que toma González Garza es decretar Ley Marcial y ordenar la movilización
de los 4 mil hombres de la División del Norte que están acantonados en la Hacienda del
Ahuehuete para que ayuden al restablecimiento del orden en la capital.
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Además, González Garza también abolió la esclavitud en México, una medida que había sido
solicitada por muchos líderes políticos y sociales en ese momento. Esta medida ayudó a
mejorar la situación de muchas personas que estaban siendo explotadas en condiciones de
servidumbre.
Los porcentajes que se obtienen son de 500%, 650%, 700%, 300% y 400%,
respectivamente; en consecuencia, el promedio del alza de los precios fue de 475%.
En cuanto a los sueldos y salarios, se sabe que los delegados a la Convención siempre
percibieron 25 pesos diarios;45 los directores de las oficinas de las secretarías de Estado,
22; los de la Universidad, 10; los de las primarias, 5, si eran hombres, y 3.30 si eran mujeres;
los profesores universitarios y los de las primarias, 3, pero cuando eran profesoras de primaria
sólo 2.50. Los conserjes y mozos de las secretarías de Estado habían logrado desde
mediados de mayo un aumento de 50 centavos diarios sobre sus respectivos sueldos de 4 y
1 peso; en cambio los de la Universidad se mantuvieron en 3 y 2.20.46 Por lo que respecta a
los trabajadores de las empresas privadas, su situación era peor puesto que casi todas
cerraron y ocasionaron el subsiguiente desempleo. A pesar de ser muy limitada la información
de que se dispone para calcular los salarios reales, se puede inferir que de julio de 1914 a
julio de 1915 se habían reducido aproximadamente a la tercera parte. La insuficiencia de los
salarios para hacer frente al alto costo de la vida provocó, por una parte, que se efectuaran
mítines de protesta en diversos teatros de la ciudad y, por la otra, que se presentaran muchas
solicitudes para que interviniera el departamento del Trabajo; éste, en la mayoría de los
casos, se limitó a prometerles a los trabajadores que haría “cuanto estuviera de su parte”.
Las peticiones más fuertes para conseguir mayores ingresos provinieron de los empleados
de la Compañía de Teléfonos Ericsson, ya que además de plantear una huelga a la empresa
lograron que el Sindicato Mexicano de Electricistas, dirigido por Luis N. Morones, les apoyara
con un paro general en las plantas, talleres y servicio de tranvías. El paro se efectuó el 15 de
mayo y sólo duró 24 horas porque González Garza intervino directamente y logró que los
huelguistas firmaran un convenio con la Ericsson. Por último, el 31 de mayo, el gobernador
ctel Distrito Federal Gildardo Magaña estableció el descanso dominical y la jornada máxima
de trabajo diario de nueve horas.
29
Venustiano Carranza
Periodo: 1917-1920
Situación Política en su gobierno:
Por su parte, y después de superar numerosos
enfrentamientos contra las fuerzas del Centauro del Norte
y del Caudillo del Sur, el Congreso de la Unión declaró a
Venustiano Carranza como presidente constitucional de la
República el 1ero de diciembre de 1916. Durante su
mandato, Venustiano Carranza se dedicó a pacificar al
país, a reorganizarlo y a volver efectiva la nueva
Constitución.
Una de las mayores aportaciones de Venustiano Carranza
fue crear la Constitución de 1917. Este documento marcó
el final de la Revolución Mexicana y se convirtió en el conjunto de leyes que, como mexicanos,
nos rige actualmente.
El objetivo era corregir los errores que existían en la Constitución de 1857. Para ello, Carranza
convocó al Congreso Constituyente en el que se incluía a gente que pertenecía a distintos
estratos sociales. Las reuniones se llevaron a cabo en el Gran Teatro en Querétaro.
Finalmente, la Constitución fue promulgada el 5 de febrero de 1917 y entró en vigor hasta el
1ero de mayo del mismo año. Cabe mencionar que, para su época, se convirtió en un
documento muy innovador pues fue el primero en establecer diversas garantías tales como
las jornadas laborales limitadas a 8 horas, el derecho a la libre expresión, limitar el periodo
presidencial, entre otras; Donde, se incluyeron los “derechos del hombre” y “derechos
sociales”; se decreta la no reelección, se ratifica la soberanía y la organización federal, se
instaura la libertad de culto y de expresión, la enseñanza laica y gratuita, convirtiéndose en
la más avanzada de su época, y siendo la Carta Magna regente del país desde febrero de
1917 hasta la fecha .
La nueva Constitución recogía las principales demandas de los actores sociales, nuevos
acuerdos en materia de derechos entre gobernantes y gobernados y, por lo tanto, la base
desde la cual se regularían el resto de las relaciones establecidas entre el Estado y la
sociedad. Desde esta perspectiva, este artículo analiza a los industriales en su primer
congreso nacional.
En abril de 1920, con la sucesión presidencial en puerta, Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías
Calles aliaron fuerzas y se levantaron en contra de Venustiano Carranza con el Plan de Agua
Prieta. Con ellos estaba Álvaro Obregón, quien fuera su general en jefe en los tiempos de la
Convención. Venustiano Carranza murió asesinado el 21 de mayo de 1920 .
En 1920, Carranza buscó imponer como sucesor presidencial a Ignacio Bonillas, lo cual causó
que diversos sectores del ejército y la sociedad se rebelaran contra su gobierno mediante el
Plan de Agua Prieta. El levantamiento obligó al presidente a abandonar la Ciudad de México
el 7 de mayo, para intentar instalar su gobierno en Veracruz.
Durante su gobierno preciso la política internacional que llevaría el país a través de la
“Doctrina Carranza”, que se basa en el respeto a la soberanía de los pueblos y de no
intervención, y exige a las empresas extranjeras someterse a las leyes mexicanas. Esta
doctrina es ampliada en 1930 por la “Doctrina Estrada” que ha sido la guía de nuestra política
exterior.
30
Adolfo de la Huerta
Periodo: 1920
Situación Política en su gobierno:
Fue presidente provisional desde el 1 de junio hasta el 30
de noviembre de 1920, y durante esos seis meses se
propuso reorganizar el gobierno, lograr la paz interna y
convocar a elecciones generales para renovar el poder
ejecutivo y legislativo.
De la Huerta adoptó una actitud conciliadora hacia los
grupos disidentes y reconoció la fuerza militar de quienes lo
apoyaron.
El gobierno de Adolfo de la Huerta fue de transición, y
confrontó a diversas rebeliones que surgieron en varios estados. Pancho Villa le comunicó al
presidente su decisión de rendirse, tras los tratados de Sabinas, que pusieron fin al
levantamiento villista.
De la Huerta adoptó una actitud conciliadora hacia los grupos disidentes y reconoció la fuerza
militar de quienes lo apoyaron.
Desconoce a los gobernadores carrancistas electos y cesa a los que ya ocupan el puesto, y
con un manejo austero y escrupuloso del presupuesto destinado a la pacificación y a cumplir
los compromisos contraídos, logra reorganizar la hacienda pública y un modesto superávit,
que desde el gobierno de Díaz no había existido.
También devuelve a los gobernadores la capacidad para dividir latifundios, crear la pequeña
propiedad y establecer nuevos centros de población. Expide la Ley de Tierras Ociosas para
poner a trabajar toda tierra cultivable. Alienta la organización de los campesinos en el Partido
Nacional Agrario del zapatista Soto y Gama y, por otra parte, es el primer presidente que
reconoce y estimula el movimiento obrero en apoyo del gobierno, e inclusive nombra a
dirigentes sindicales, como Morones, Gasca y Yúdico, en varios puestos de la administración
pública. Negocia 195 movimientos de huelga y funda el Departamento de Trabajo y Previsión
Social y reforma la Junta de Conciliación y Arbitraje, de modo que al término de su gobierno
no existen huelgas.
condiciones para volver a la vida pacífica, incluso con los carrancistas que fueron enjuiciados
por no evitar el asesinato de Carranza.
La negociación más importante que De la Huerta realizó fue pacificar a Francisco Villa, el
gran enemigo de Carranza y Obregón.
Villa se rindió, entregó las armas y aceptó las condiciones que le ofreció De la Huerta:
convertirse en un hacendado. Le entregaron la Hacienda de Canutillo, Durango, pagaron un
año el sueldo a sus soldados y le ofrecieron una escolta de 50 hombres para que le brindaran
seguridad. Son condiciones muy favorables para Villa quien, desde entonces, se convirtió en
un amigo muy cercano a Adolfo.
El gobierno De la Huerta se describe como “seis meses intensos e importantes” porque,
finalmente, después de diez años de guerra civil, se lograron asentar las bases de una
verdadera pacificación”.
Uno de los instrumentos que impulsó De la Huerta para lograr la pacificación de México fue
la Ley de Amnistía.
Fue la primera Ley de Amnistía de la época posrevolucionaria, ya con la Constitución, ya con
leyes fundamentales que prohibían la pena de muerte. Fue una primera Ley de Amnistía que
se dio en condiciones de pacificación, hubo anteriores leyes de amnistía en la Revolución,
pero favorecieron a algunos grupos rebeldes, para que se les perdonara que estuvieran en
armas o que hubieran cometido crímenes.
Expide la Ley de Tierras Ociosas para poner a trabajar toda tierra cultivable. Alienta la
organización de los campesinos en el Partido Nacional Agrario del zapatista Soto y Gama y,
por otra parte, es el primer presidente que reconoce y estimula el movimiento obrero en apoyo
del gobierno, e inclusive nombra a dirigentes sindicales, como Morones, Gasca y Yúdico, en
varios puestos de la administración pública.
De la Huerta, a pesar de que no es partidario de destruir los latifundios, reparte 165,974
hectáreas a 128 pueblos y restituye 44,582.19 hectáreas a sus dueños originales para
apaciguar a huicholes, coras, yaquis y mayos.
Ya hemos visto como don Adolfo de la Huerta, nombrado presidente interino por el Congreso
de la Unión, logro en cortos setenta días la completa pacificación de la republica, recurriendo
para ello a las buenas relaciones de amistad que tuvo con cuantos lo conocieron, a su
honrado propósito de buscar el bienestar del país, ante todo, y finalmente a maniobras
inteligentes y bien planeadas para rendir al ultimo rebelde.
Como presidente, emprende la pacificación con magnanimidad para unificar a los
revolucionarios alrededor del grupo sonorense. A los generales leales a Carranza los pone
en libertad para que partan al exilio los más importantes. A los zapatistas los incorpora al
Ejército Nacional como División del Sur y asciende a divisionario a Genovevo de la O, a quien
nombra comandante militar de Morelos. Aprueba el fusilamiento de Guajardo y perdona, pero
destierra a Pablo González, ambos autores del asesinato de Zapata.
Pero el presidente interino al tomar posesión de su alta investidura se encontró con un
problema pavoroso: El problema económico.
34
Álvaro Obregón
Periodo: 1920-1924
Situación Política en su gobierno:
El presidente Álvaro Obregón quería que México
reingresara al club de naciones después de su sangrienta
revolución y su lucha contra la gripe “española”. Él se dio
cuenta que restablecer relaciones con el vecino del norte,
defendiendo al mismo tiempo la soberanía mexicana, no
iba a ser fácil, pero al firmar los Acuerdos Bucareli en
1923, sentó las bases para unas mejores relaciones y paz
entre las dos naciones.
Su figura política y militar se acrecienta, sobre todo, por
haber enfrentado exitosamente a los caudillos
sublevados. Desafío a la iglesia católica que deseaba mantener privilegios y no reconocía la
Constitución Política.También buscó aplicar los contenidos avanzados, progresistas de la
Constitución Mexicana, en términos de la reforma agraria, en términos de derechos laborales.
Trato de comenzar la reglamentación de los artículos 27 y 123 para que fueran realmente
efectivos y aplicables, y de manera muy notable, Álvaro Obregón, puso los cimientos del
Estado corporativo que predominó a lo largo del siglo XX mexicano.
Estableció una alianza con el Estado surgido de la Revolución y las organizaciones
campesinas y trabajadoras que son los cimientos del Estado Corporativo Mexicano del siglo
XX que le dio legitimidad, estabilidad política y una enorme longevidad.
El jefe máximo militar nunca pactó negativamente en contra de los intereses nacionales a
cambio de ser reconocido por el gobierno de Estados Unidos.
Por todas sus cualidades y como jefe máximo de la revolución no le costó mucho trabajo
hacer que sus seguidores en el Congreso modificaran lo que era uno de los principios
fundamentales de la Revolución Mexicana: la no reelección.
Porque el sufragio efectivo y no reelección fue la consigna que detonó la revolución, y era un
principio casi sagrado y lo modificaron para permitir su reelección.
Como presidente electo, Obregón trató de obtener el reconocimiento del presidente Wilson,
a través de Luís N. Morones, lo que aumentó la sospecha del gobierno norteamericano de
que el nuevo mandatario era un “bolchevique” y por lo tanto, no obtuvo ese reconocimiento.
En los años siguientes, los republicanos norteamericanos presionarán a su gobierno para que
sólo reconozca a quien firme un tratado que garantice en México los derechos de propiedad
de los estadounidenses.
Para que nadie le disputara el poder, Obregón hizo perder relevancia al partido (PLC) que
formalmente lo había llevado a la presidencia y finalmente lo sustituyó por varios partidos
corporativos, los principales: el Partido Laborista de la CROM liderado por Luís N. Morones,
el Partido Cooperativista dirigido por Jorge Prieto Laurens y el Partido Nacional Agrarista
encabezado por Antonio Díaz Soto y Gama, todos leales a Obregón que para entonces se
había convertido en un caudillo.
36
Sin embargo, durante su mandato se respetó la libertad de expresión tanto en la prensa como
en las convenciones partidistas y desde luego en el Congreso de la Unión.
Promulgó la Ley Orgánica del Ministerio Público y el Código Penal y suprimió los jurados
populares; fue creada la Asociación Nacional de Protección a la Infancia; se implantó el
Servicio Industrial y de Protección Social y se inauguró el aeropuerto de la ciudad de México.
Asimismo, se emprendieron campañas antialcohólicas, contra el mal del pinto y la
onchocercosis. Dio asilo político a César Augusto Sandino, pero la policía mexicana protegió
a los asesinos de Julio Antonio Mella, fundador del Partido Comunista Cubano.
Quitó la protección oficial a la CROM, y hostigó a su líder Morones, y también a su partido, el
Partido Laborista Mexicano. De este modo, y ya sin el apoyo de Calles, la CROM y Morones
quedaron fuera del escenario político.
Otra tarea fundamental de Portes Gil fue organizar las elecciones presidenciales. En marzo
de 1929, declaró formalmente constituido el Partido Nacional Revolucionario, la gran creación
política de Plutarco Elías Calles, y el 25 de enero de 1930 dispuso que, como miembros
activos del nuevo partido, se descontaran a los empleados públicos siete días de sueldo al
año para su sostenimiento. El PNR apoyó la candidatura a la Presidencia de Pascual Ortiz
Rubio, mientras los intelectuales y estudiantes apoyaban a José Vasconcelos.
En enero de 1930, Portes Gil rompió relaciones diplomáticas con la Unión Soviética,
establecidas por Obregón, debido al fusilamiento del militante comunista Guadalupe
Rodríguez, quien habiendo combatido contra la rebelión escobarista, mantuvo su pequeña
tropa con la hoz y el martillo, muy probablemente con la idea de levantarse en armas; la
Tercera Internacional publicó un manifiesto en el que llamó a Portes Gil y a Calles “lacayos
del imperialismo” y que estaban de rodillas ante el Papa, lo que provocó una serie de
desencuentros que culminó con el rompimiento.
42
- Reforma Educativa: Lideró una importante reforma educativa que mejoró la calidad
de la educación en México.
Las demandas de la sociedad seguían siendo fuertes y el cambio no se detuvo, pero su ritmo
de desarrollo se volvió lento. En el programa que elaboró para el breve plazo de su interinato,
Emilio Portes Gil expresó que la tarea más importante de su gobierno consistiría en garantizar
la limpieza de las próximas elecciones presidenciales, y, consciente de que había ya un
camino trazado, se concretaría al estricto cumplimiento de la Constitución, en especial de los
artículos 27 y 123.
43
- Promulgó la Ley Federal de Trabajo uno de sus principales aportes al país mexicano.
Abelardo L. Rodríguez
Periodo: 1932-1934
Situación política en su gobierno:
Después de que Pascual Ortiz Rubio renunciara a la
presidencia (debido a la continua presión que el ex
presidente Calles ejercía sobre él), el Congreso de la
Unión designó a Abelardo L., entonces Secretario de
Guerra y Marino, para que ocupara el cargo de Presidente
Sustituto Constitucional
Abelardo L. Rodríguez aceptó el cargo y lo ocupó desde
el 4 de septiembre de 1932 hasta el 30 de noviembre de
1934.
Un dato curioso es que, durante su mandato se llevó a cabo el Informe Presidencial más largo
de la historia de México. Éste duró siete horas y 35 minutos. Posteriormente, entregó el cargo
el 1ero de diciembre de 1934 a Lázaro Cárdenas.
Después de dejar el máximo cargo del país, Abelardo L. Rodríguez fundó el Banco Mexicano,
el Crédito Central Mexicano, el Banco Mexicano de Occidente y diversas empresas enfocadas
en la pesca en el estado de Baja California. Después se convirtió en gobernador de Sonora
e impulsó la educación de una manera significativa.
En materia política, para promover la circulación de los políticos en los puestos de
representación popular y desvanecer toda duda sobre las intenciones del general Calles de
regresar a la presidencia, Abelardo L. Rodríguez decretó la reforma constitucional que
propuso el PNR. Se estableció el principio de la no reelección inmediata en todos los cargos
de elección popular: presidentes municipales, diputados locales, gobernadores, diputados
federales y senadores. Asimismo, la reforma constitucional ratificó la no reelección absoluta
del presidente de la República; amplió a tres y seis años el periodo de los diputados y
senadores respectivamente; normó el nombramiento de los presidentes interinos y prohibió
absolutamente que los presidentes permanecieran en el cargo una vez concluido el periodo
correspondiente. También amplió el periodo presidencial de cuatro a seis años.
Además, durante su gobierno, los conflictos con la iglesia católica se agudizaron porque
Narciso Bassols, secretario de Educación Pública, implantó la educación sexual en los dos
últimos años de la primaria y en la secundaria. Algunas de las manifestaciones de católicos
en contra de la medida fueron disueltas por la fuerza. Además, el 10 de octubre de 1934 se
aprobaron las reformas al Artículo 3° de la Constitución para establecer la educación
socialista, lo cual tensó nuevamente la relación iglesia católica- Estado.
En materia agraria, Abelardo L. Rodríguez reformó la Constitución, creó el Departamento
Agrario, promulgó la Ley de Crédito Agrícola y expidió el primer Código Agrario el 22 de marzo
de 1934. Reinició el reparto agrario y permitió que se organizara la Confederación Campesina
Mexicana, encabezada por el coronel Adalberto Tejada. Pero promovió que en los ejidos
fueran los individuos los dueños de la tierra y no las comunidades.
En política exterior, negoció el pago de la deuda externa, propugnó por el desarme de las
potencias y sostuvo el principio de igualdad entre el hombre y la mujer en las conferencias
internacionales. También promulgó la Ley del Servicio Exterior
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Lázaro Cárdenas
Periodo: 1934-1940
Situación política en su gobierno:
“En México no debiera haber magnates ni mendigos. Una
justa distribución de la riqueza pública daría bienestar a
todos los hogares y traería la paz al espíritu del pueblo
mexicano, cuyo temperamento no es para ver
pacientemente su miseria frente a la opulencia.”
Lázaro Cárdenas
Lázaro Cárdenas del Río fue uno de los presidentes más
destacados de la historia de México.
Para llevar a cabo su proyecto nacional, Cárdenas
necesitaba, además del apoyo del ejército y de la burocracia, de las masas organizadas de
trabajadores y campesinos. La política de masas comandada por el Estado para fortalecer al
gobierno y vencer las resistencias sociales y económicas a su ambicioso programa de
reformas llegó a su punto más alto en el sexenio de Cárdenas. El nuevo gobierno alentó la
organización, la lucha y la movilización de los trabajadores atendiendo sus demandas. El
presidente apoyó las demandas salariales, la sindicalización y los contratos colectivos que
establecían mejores condiciones laborales para los trabajadores y presionó a los patrones
para que cumplieran con esas peticiones. Este proceso culminó en 1936 en la creación de la
Confederación de Trabajadores de México (CTM), la cual, encabezada por el sindicalista
marxista Vicente Lombardo Toledano, se convirtió en la central obrera más fuerte del país y
en uno de los pilares centrales del régimen cardenista. Asimismo, la organización de los
campesinos se consolidó con la creación de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en
1938.
Sin embargo, el éxito de Cárdenas no se debió simplemente a la fuerte presión que pudo
ejercer desde la presidencia, sino al hecho de que su gobierno llevó a cabo una política obrera
y agraria que respondía efectivamente a las necesidades y demandas de las masas
trabajadoras y campesinas, mejorando de forma tangible sus condiciones de vida. Los
obreros obtuvieron incrementos salariales y contratos colectivos favorables mientras que los
campesinos recibieron tierras, asistencia técnica y créditos como nunca antes. Todo esto
sentó las bases para uno de los logros más destacados y trascendentales del cardenismo: la
expropiación petrolera, que nacionalizó lo que en ese entonces era la industria más
importante del país.
El proyecto nacional de Cárdenas significó un intento por fortalecer al Estado para lograr un
equilibrio entre los capitalistas y los trabajadores para reducir la desigualdad social y
económica. Las reformas cardenistas y las instituciones que él consolidó permitieron el
desarrollo económico y la relativa estabilidad política que gozó el país durante las décadas
posteriores. Es por estos logros extraordinarios que “la memoria de Cárdenas se formula
como una historia heroica como un relato mítico” y que el exmandatario “tiene una presencia
permanente en nuestra vida cotidiana, la realidad ofrece todos los días imágenes y
referencias al personaje.”
51
Este nuevo modelo educativo, que se denominó «socialista», promovía una instrucción a la
vez técnica, científica y humanística. Su foco estuvo puesto en la defensa del proletariado y
en el rol del sector agrario y la industria nacional como motores del crecimiento económico.
Como parte de esta política educativa, el gobierno cardenista fundó escuelas rurales, creó el
Instituto Politécnico Nacional y repartió libros con enfoques afines a su ideología política y
social.
Situación Económica en su gobierno:
El cardenismo se caracterizó por ser un gobierno nacionalista que defendía la necesidad de
un Estado fuerte, capaz de satisfacer las demandas populares que habían motivado la lucha
armada durante la época revolucionaria. En este sentido, promovió la intervención estatal en
la economía.
Durante el gobierno cardenista se nacionalizaron diversas empresas extranjeras,
especialmente las petroleras y los ferrocarriles. Además, se modificó la Ley agraria, se
ampliaron las carreteras y se incrementó el crédito para los sectores productivos. Esto
provocó un importante aumento del gasto público.
También se impulsó una reorganización de los sindicatos mediante la creación de la
Confederación de Trabajadores de México, que implicó un mayor control gubernamental
sobre la actividad sindical. Sin embargo, el nivel de gasto estatal y el boicot internacional
debido a la expropiación petrolera provocaron dificultades económicas que se hicieron
notorias al final del mandato de Cárdenas.
La nacionalización del petróleo
Una de las medidas más radicales del cardenismo fue la nacionalización en 1938 de la
industria petrolera, que hasta ese momento había estado en manos de empresas privadas
extranjeras, especialmente estadounidenses y británicas.
Luego de que las compañías petroleras se negaran a aumentar los salarios de sus
trabajadores, Cárdenas firmó el decreto de nacionalización, amparado en la Constitución de
1917, que reconocía la propiedad estatal de los recursos. Esto causó tensiones
internacionales, especialmente con Gran Bretaña, y varios países promovieron un boicot a la
economía mexicana: dejaron de comprarle plata y reclamaron una indemnización inmediata
para las compañías expropiadas.
Con la nacionalización se creó Petróleos Mexicanos (Pemex), una empresa estatal dedicada
a la producción, transporte, refinación y comercialización de hidrocarburos que sigue
existiendo en la actualidad.
A pesar del descontento internacional, el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial
provocó que el gobierno estadounidense mantuviera una relación de cooperación con México.
La intención era conservar el acceso al petróleo y evitar que se hicieran fuertes en México los
sectores opositores al gobierno de Cárdenas que parecían afines al nazismo y el fascismo.
53
Para regular las demandas, huelgas y el movimiento obrero en general, Ávila Camacho inició
la intervención gubernamental en los sindicatos por medio de la imposición de sus dirigentes.
Así, en la CTM, con el apoyo del gobierno, el grupo de Vicente Lombardo Toledano (enemigo
de Maximino, hermano del presidente) fue sustituido por el grupo de Fidel Velázquez. No
obstante, para aliviar la situación de los obreros, Ávila Camacho estableció el Instituto
Mexicano del Seguro Social IMSS, el 19 de enero de 1943, pese a los motines sangrientos
que provocaron grupos patronales y agrupaciones obreras que se opusieron a la medida.
De modo similar, mediante la CNC, se mediatizó la posible protesta campesina ante la
reforma del Código Agrario encaminada a fomentar la pequeña propiedad y disminuir el ritmo
del reparto de tierras. Pero no se retrocedió en el reparto, también se distribuyeron entre los
campesinos 5,286,636 hectáreas (una cuarta parte de las entregadas por Cárdenas), pero se
aumentó la parcela ejidal de 4 a 6 horas.
Para cerrar el conflicto con los empresarios, Ávila Camacho suprimió el impuesto sobre el
Superprovecho y decretó la Ley de Industrias de la Transformación; separó las Cámaras de
Comercio y de la Industria, y declaró: “el comunismo no prosperará bajo mi gobierno”. Con
los estímulos, exenciones y concesiones a los empresarios contemplados en la ley, se inició
lo que se conocería como “economía mixta”, compuesta por los sectores público y privado,
sin abandonar la idea de que la inversión pública debía ser el principal motor del desarrollo
sin recurrir a préstamos externos. Sin embargo, con la ratificación de Eduardo Suárez en la
secretaría de Hacienda se dio cierta continuidad a la política económica de Cárdenas.
Ante la inminente sucesión presidencial, Ávila Camacho prohibió mediante decreto del 3 de
diciembre de 1945, la participación política de los militares en activo y la asistencia de
militares uniformados a los actos políticos así tuvieran licencia; y el siguiente día 28 de
diciembre, abrogó la legislación de emergencia.
El 7 de enero de 1946, Ávila Camacho promulgó una nueva ley electoral que sustituyó la
vigente desde 1918, en la cual se centralizó el proceso electoral y se reguló la existencia de
los partidos políticos con el propósito de dar expresión institucional, sin perjuicio de la unidad
nacional, a todas las corrientes ideológicas que efectivamente representaran a grupos
importantes del electorado; se integró el Consejo del Padrón Electoral, y se crearon la
Comisión Federal de Vigilancia Electoral, las Comisiones Locales Electorales y los Comités
Distritales Electorales.
En prevención de que la guerra en Europa se extendiera al continente americano, en octubre
de 1941, se reformó el artículo 145 del Código Penal para integrar el delito de “disolución
social”, contra mexicanos o extranjeros que realizaran propaganda política, en las que se
difundieran ideas, programas o normas de acción de cualquier gobierno extranjero que
perturbaran el orden público o pusieran en riesgo la soberanía de la nación.
Situación Social en su gobierno:
Al siguiente año, México entró a la guerra. En respuesta al hundimiento de buques tanques
mexicanos por submarinos alemanes, Ávila Camacho propuso al Congreso que, a partir del
22 de mayo de 1942, se declarara “un estado de guerra entre nuestro país y Alemania,
Italia y Japón”.
La relación con los Estados Unidos se hizo más estrecha. En el comercio, la producción
mexicana se orientó al abastecimiento de materias primas y productos semi-manufacturados
y manufacturados en apoyo de los norteamericanos. En el campo, se optó por la iniciativa
privada como la única capaz de sacar adelante la producción requerida por el esfuerzo de
guerra. En la industria, se estableció una política que estimuló la entrada de capital extranjero
55
para fortalecer a los empresarios privados y por medio de la Nacional Financiera, la creación
de industrias básicas como la siderurgia, la de artículos eléctricos y la de fertilizantes, de
modo que permitieran sustituir importaciones que por la guerra ya no era posible realizar.
En material laboral, se estableció el programa de braceros mexicanos por el que más de 300
mil trabajadores se trasladaron a los Estados Unidos para laborar en los campos agrícolas,
en los ferrocarriles y en las industrias, en sustitución de los civiles norteamericanos
incorporados a las fuerzas armadas.
Además, la alianza militar con los Estados Unidos incluyó la integración de una comisión
conjunta de defensa, la entrega de implementos militares, la construcción de bases aéreas y
la instalación de líneas telefónicas y estaciones meteorológicas, así como el intercambio de
información político-militar. Asimismo, permitió que los ciudadanos de cada país residentes
en el otro, pudieran ser enrolados en el ejército respectivo, de modo que 14,449 mexicanos
combatieron bajo la bandera norteamericana; además, el Escuadrón 201 de la Fuerza Aérea
Mexicana participó en la guerra en el Pacífico.
En uso de las facultades extraordinarias otorgadas por el Congreso de la Unión, en 1943,
Ávila Camacho promulgó la ley de la Campaña Nacional contra el Analfabetismo, que obligó
a todos los mexicanos que supieran leer y escribir a enseñar a quien no supiera hacerlo. Al
efecto, se editaron 10 millones de cartillas y 10 millones de cuadernos de escritura. Por otra
parte, se estimuló la educación privada, como el Tecnológico de Monterrey y la Universidad
Iberoamericana; y se toleró la enseñanza religiosa y el restablecimiento de órdenes
monásticas. Además, Ávila Camacho declaró al periodista José C. Valdés: “ser católico no es
ser clerical ni fanático. Soy católico por origen, por sentimiento moral”; Así las procesiones y
manifestaciones religiosas volvieron a tomar las calles y dentro de este nuevo modus vivendi,
el propio arzobispo primado de México Luís María Martínez señaló: “es deber de los católicos
como ciudadanos cooperar sincera y eficazmente con el gobierno”. En diciembre de 1945, se
suprimió la educación socialista del Artículo 3º Constitucional.
Asimismo, Ávila Camacho estableció que el 1º de junio fuera dedicado al Día de la Marina;
creó la Comisión Impulsora y Coordinadora de la Investigación Científica y fundó el
Observatorio Astrofísico de Tonanzintla, el Instituto Nacional de Cardiología y El Colegio
Nacional.
Situación Económica en su gobierno:
La alianza militar también facilitó la solución de los conflictos existentes entre ambos países:
se firmó el Convenio del “buen vecino” por el que México pagó 40 millones de dólares para
liquidar las reclamaciones a los norteamericanos afectados por la revolución y se estableció
una Comisión Evaluadora Intergubernamental para estudiar las indemnizaciones que debían
otorgarse a las empresas petroleras expropiadas. Se suspendió el boicot comercial, cesaron
las presiones diplomáticas y se reanudaron las exportaciones de plata, se cancelaron casi
todos los intereses de la deuda externa mexicana y se negoció por primera vez, un trato justo
para los braceros. Los presidentes Franklin D. Roosevelt y Ávila Camacho se reunieron en
Monterrey el 20 de abril de 1943. Al otro día, Ávila Camacho devolvió la visita a Roosevelt en
la estación aeronaval de Corpus Christi, Texas, por lo que se convirtió en el primer presidente
en funciones que viajó al extranjero.
Por otro lado, con motivo de la guerra, se reanudaron las relaciones con Gran Bretaña,
suspendidas por la expropiación petrolera, así como con la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), a donde fue enviado como embajador Luis Quintanilla; asimismo, se
arregló con el Comité Internacional de Banqueros la deuda pública exterior, tanto directa
como de ferrocarriles, en condiciones favorables, de modo que fue emprendida la
56
rehabilitación de las vías férreas y se liquidó la administración obrera para que los ferrocarriles
contribuyeran eficazmente a la guerra.
El 11 de junio de 1942, se fundó el Consejo Nacional Obrero que tuvo por objeto la liquidación
de las pugnas intergremiales y el fortalecimiento de las asociaciones laborales; más tarde, el
8 de abril de 1945, el Consejo Nacional Obrero y las organizaciones patronales se unieron en
el pacto obrero-industrial, para cooperar en el desarrollo de la industria mexicana, sin
detrimento de los derechos y conquistas laborales. Además, se expidió el decreto de
compensación de salarios insuficientes por el alza del costo de la vida; se decretó la
congelación de rentas de casas habitación; se creó la Nacional Reguladora y Distribuidora
(después CEIMSA y CONASUPO) para el abastecimiento de los productos de primera
necesidad y el control y regulación de precios.
Paralelamente, se aceleraron las obras de infraestructura necesarias a la industrialización. Al
efecto se crearon varios organismos gubernamentales, como la Comisión Federal de
Planificación Económica y la Comisión de Tarifas Eléctricas.
Entre las principales obras públicas realizadas durante el sexenio destacan más de 11 mil
kilómetros de carreteras (México-Oaxaca-Tuxtla Gutiérrez-San Cristóbal de las Casas-
Comitán, Nogales-Guadalajara y México- Ciudad Juárez, etcétera); obras de pequeña y gran
irrigación que beneficiaron 683 826 ha.; incremento de la capacidad instalada de la industria
eléctrica en un 65%; construcción de hospitales, unidades rurales y ejidales, nosocomios
generales y centrales, conforme al primer plan de construcción de instalaciones de salud;
además, se creó el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas
CAPFCE que edificó miles de aulas y escuelas.
Para atenuar el alto costo de la vida provocado por el estado de guerra, se decretaron
aumentos salariales de emergencia y el control de los precios de los artículos básicos; se
fomentó el ahorro mediante la emisión y colocación de bonos y valores, y la acuñación de
monedas de oro y plata para retirar excedentes circulantes. Sin embargo, debido al estado
de guerra, se suspendieron las garantías individuales, de modo que el movimiento obrero
quedó en suspenso, y se respondió a las demandas laborales con la requisa o el despido,
como fue el caso de los trabajadores petroleros que exigían nivelación de salarios.
El gobierno de Ávila Camacho envió a la reunión a Eduardo Suárez, Secretario de Hacienda
y Crédito Público. Así, bajo la influencia aplastante de los Estados Unidos, se acordó la
creación de un sistema monetario internacional con un tipo de cambio fundado en el dominio
del dólar conforme a un patrón oro-divisas, de 35 dólares por onza. A partir de entonces,
todos los países fijarían el precio de sus monedas con relación al dólar y financiarían sus
déficits en sus balanzas de pagos mediante reservas internacionales o préstamos. Al efecto
se crearon el Banco Mundial BM y el Fondo Monetario Internacional FMI. Para tener acceso
a esos préstamos los países deben acordar sus políticas económicas con el FMI. El patrón
oro-divisas se mantendrá hasta 1971 y al ser abandonado por Estados Unidos provocará
grandes devaluaciones en las monedas de muchos países.
La guerra mundial favoreció la producción industrial en algunas ramas que contaban con
capacidad instalada para abastecer el mercado interno de productos que ya no era posible
importar por el conflicto. Con base en esta experiencia, al finalizar la contienda, México, como
otros países de América Latina.
57
Logra la firma del Tratado de Tlaltelolco que proscribe las armas nucleares en esa misma
región del continente, tratado propuesto durante el gobierno de López Mateos y que haría
merecedor a Alfonso García Robles del premio Nobel de la Paz. Además, defiende el principio
de no intervención, cuando “lamenta” la invasión norteamericana de la República Dominicana
y aboga por un pronto retiro de las tropas. En octubre de 1967, Díaz Ordaz viaja a Washington
para hablar ante el Congreso norteamericano y ante la Organización de Estados Americanos.
Asimismo, visita las seis repúblicas centroamericanas, con cuyos gobiernos suscribe
convenios de intercambio comercial y cultural.
Situación Social durante su gobierno:
En lo interno, enfrenta el descontento creciente de distintos grupos sociales, expresado en
los movimientos reivindicatorios de diferentes sindicatos y gremios, en algunas
manifestaciones de violencia en el campo, en la publicación de libros, revistas y artículos
críticos de algunos intelectuales y en general, en el crecimiento relativo de la oposición política
al gobierno priísta, todo lo cual ya le había tocado controlar y reprimir como Secretario de
Gobernación del presidente López Mateos.
Díaz Ordaz enfrenta las huelgas de médicos de hospitales públicos con el cese y reemplazo
con médicos militares, y las de estudiantes en Michoacán y Sonora con el Ejército; en tanto
que permite o promueve acciones como el motín que en 1966 provoca la renuncia del rector
de la UNAM, Ignacio Chávez.
Durante su gobierno, también reprime brotes guerrilleros fallidos, como el de Madera,
Chihuahua, y se inician los levantamientos armados de los maestros normalistas Genaro
Vázquez Rojas y Lucio Cabañas en tierras guerrerenses, quienes son perseguidos por el
Ejército sin que puedan asesinarlos. Así, el 24 de mayo de 1969, el gobierno de Díaz Ordaz
inicia la Operación Gran Rastrilleo, una “guerra sucia” que hará del Ejército Mexicano
despiadada fuerza antiguerrilla que asolará la Costa Grande del estado de Guerrero.
El 18 de septiembre de 1968, tras la agitación estudiantil que alcanza a muchos países y
también a México, casi en vísperas de los XIX Juegos Olímpicos cuya sede es la capital del
país, el Ejército ocupa la Ciudad Universitaria, luego de una larga huelga sostenida por
estudiantes universitarios y politécnicos. Asimismo, el Ejército toma el Casco de Santo
Tomás, edificio principal del Instituto Politécnico Nacional. La toma de los planteles
universitarios causa la renuncia de otro rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, que aunque
no le es aceptada, sí logra el desalojo de la tropa del campus universitario.
Pocos días después, el 2 de octubre del mismo año, el Ejército reprime sangrientamente en
Tlatelolco el movimiento estudiantil tras de que semanas antes Díaz Ordaz convocara, sin
respuesta, a un arreglo desde Guadalajara: “Una mano está tendida. Los mexicanos dirán si
esa mano queda tendida en el aire”.
La crisis de legitimidad provocada por la matanza de Tlatelolco determina toda la campaña
presidencial de Echeverría, realiza una exhaustiva gira a los rincones más apartados y
pronuncia innumerables y enérgicos discursos, en los que maneja los temas del cambio, de
la renovación y de la necesidad del diálogo, la crítica, la autocrítica y de la “apertura
democrática”, como una manera de distanciarse de Díaz Ordaz. Así, en la Universidad
Nicolaíta, Echeverría acepta guardar un minuto de silencio por los estudiantes y soldados
muertos en Tlatelolco. Con estos planteamientos, inusitados para la época, Echeverría trata
de atraer a los jóvenes y a los intelectuales. Además recibe el apoyo del Partido Popular
Socialista PPS y del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana PARM. Sólo se enfrenta al
panista Efraín González Morfín, quien trata de aprovechar el resentimiento juvenil y la reforma
que concedió el voto a los 18 años en enero de 1970.
68
Díaz Ordaz se esfuerza por preservar el llamado “milagro mexicano”, basado en el papel del
Estado como el principal agente del desarrollo nacional y de la justicia social, en el control
político mediante los cuasi monopolios del PRI y de los medios masivos de comunicación, así
como en la represión selectiva de los grupos e individuos extremistas, como los comunistas
y trostkistas. Sin embargo, durante el primer año de su gobierno, acepta que se intente una
reforma del Partido Revolucionario Institucional, PRI, por medio de su nuevo dirigente Carlos
A. Madrazo, quien finalmente renuncia sin haber podido efectuar cambios de relevancia.
Situación Económica en su gobierno:
Defiende reiteradamente la soberanía y economía nacionales, por ejemplo, cuando sostiene
que para estabilizar los precios internacionales de las materias primas, Estados Unidos debe
renunciar al principio de reciprocidad comercial y aceptar que sean los términos
preferenciales de intercambios los que rijan el comercio internacional, de modo que al
estimular el desarrollo de los países pobres.
De igual modo rescató y consolidó la industria petroquímica para que fuera desarrollada
exclusivamente por el estado mexicano.
En este mismo sentido, al amparo de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, el
presidente Díaz Ordaz logró la rescisión de contratos-riesgo que PEMEX había firmado con
varias compañías internacionales para explorar, perforar y explotar, reembolsándose sus
gastos, inversiones y utilidades con el propio petróleo que obtuvieran. Los contratos-riesgo
de tierras sumergidas abarcaban desde Santecomapan, Veracruz, hasta Puerto Real,
Campeche, y comprendían campos petroleros marinos que fueran explorados. Así la
explotación regresó a manos de los mexicanos.
Díaz Ordaz ratifica a Antonio Ortiz Mena como secretario de Hacienda, e intenta establecer
un impuesto global mediante la ley del 30 de diciembre de 1964 que suprime el sistema
cedular y crea los títulos de Impuesto al ingreso global de las empresas e Impuesto al ingreso
de las personas físicas. Da continuidad a la política económica del “desarrollo estabilizador”
y logra la menor tasa de inflación (2.6%) desde 1930 y el mayor crecimiento económico desde
1921 a una tasa promedio de 6.8%. Las actividades industriales que registran mayor
crecimiento son: electricidad 14.3%, manufacturas pesadas 11.6%, petróleo 9.2% y
construcción 8.4%. El comercio aumenta 7.4% y los transportes y comunicaciones, el 7.1%.
El producto por habitante, a precios constantes de 1960, crece 18.4%. Los salarios reales se
elevan y los servicios sociales y educativos aumentan, la población amparada por el IMSS se
incrementa en 50%, y la del ISSSTE en 113.7%; el número de trabajadores sindicalizados
crece 58%. La expectativa de vida llega a 63 años y desciende la mortalidad infantil.
En lo que corresponde al fomento de la industrialización se logra el renacimiento de la minería
que crece un promedio de 2.6% anual. Se constituyeron la Empresa Mexicana de Cobre, la
Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas y el Consorcio Minero de Peña Colorada. Se crea
el Instituto Mexicano del Petróleo, se construyen ocho plantas de refinación y se impulsa el
desarrollo de 217 plantas petroquímicas: 41 pertenecientes a PEMEX, 19 a Guanos y
Fertilizantes y 157 al sector privado. Asimismo, se amplía el servicio eléctrico a 2.5 millones
de nuevos consumidores y comienzan su funcionamiento las plantas de Malpaso,
Topolobampo, valle de México, Salamanca, Guaymas, Monterrey, La Laguna y Guadalajara,
entre otras. Además, se crea el Fondo de Promoción de la Infraestructura Turística.
Ante la contracción de la inversión extranjera en América Latina, promueve la Asociación
Latinoamericana de Libre Comercio, ALALC, para ampliar el mercado para las exportaciones
mexicanas.
69
Efectivamente, hasta mayo de 1981, México parece encaminarse a una era de bonanza sin
igual en su historia. Pero en ese trágico mayo, la gran crisis se precipita cuando J.A De
Oteyza, secretario de Patrimonio y Fomento Industrial, sube el precio del barril de petróleo
crudo a 32 dólares, tras provocar la renuncia de J. Díaz Serrano, director de PEMEX, que
había ordenado la baja de 34 a 30 dólares para ajustarse al mercado mundial. La nueva alza
no es bien recibida por el mercado y se pierden importantes clientes, bajan las ventas y la
necesidad de crédito externo se dispara. Así, México pierde en 1981 más de diez mil millones
de dólares.
El auge petrolero también hace posible intentar planes para reactivar sólidamente la
economía nacional y combatir la desigualdad, como la Alianza para la Producción, el Plan
Global de Desarrollo, el COPLAMAR para atender a los marginados, y el Plan Nacional de
Desarrollo Agropecuario y el Sistema Alimentario Mexicano SAM, para procurar la soberanía
alimentaria. Para aprovechar mejor la tecnología y los recursos, así como para generar
empleo y reordenar los asentimientos humanos, se formulan los Planes Nacionales de
Desarrollo Industrial, el de Desarrollo Urbano, el del Empleo y el de Turismo. La renta
petrolera permite reemprender las obras de infraestructura, -como refinerías y plantas de
petroquímica-, y al contrario de los gobiernos que vendrán después, (con la mitad de la renta
petrolera de que dispondrá el presidente Felipe Calderón, por ejemplo), López Portillo logra
mover la economía nacional. Así, se obtienen altas tasas de crecimiento económico, se
recuperan los salarios y el índice de desempleo se reduce de 8.1% a 4.5%, con la creación
de 4.2 millones de nuevos puestos de trabajo.
Desafortunadamente, la sobreoferta de los países productores y el ahorro de energía de los
países consumidores provocan, a partir de junio de 1981, el desplome de los precios del
petróleo que arrastra en su caída a la economía nacional petrolizada. Las importaciones
crecen a una tasa del 41.9%, en tanto que las exportaciones disminuyen; empiezan a
imponerse severas restricciones crediticias en el exterior y se desequilibran las finanzas
nacionales, al grado que en marzo de 1982, el Banco de México se retira del mercado de
cambios. Al mismo tiempo, las tasas de interés se disparan y al terminar el sexenio la deuda
exterior casi alcanza los cien mil millones de dólares, el tipo de cambio pasa de 26 a 70 pesos
por un dólar, la fuga de capitales es imparable y la incontenible inflación llega al 100%.
Estimulada por el optimismo gubernamental, la deuda externa de los empresarios privados
también se ha disparado.
9 de marzo de 1982 se pone en marcha el Programa de Ajuste a la Política Económica que
reduce el 3% al gasto público, mayor flexibilidad a las tasas de interés para promover el
ahorro, impedir la dolarización y la fuga de capitales, así como una nueva emisión de
petrobonos, entre sus medidas más relevantes.
También terminó el llamado milagro mexicano; “se puso fin a medio siglo de crecimiento
sostenido, iniciado con la recuperación de la Gran Depresión en 1932 y concluido en 1981,
último año del auge petrolero. Entre 1945 y 1982 el PIB per cápita mexicano, a precios
constantes, se triplicó. La población urbana en México superó por primera vez la rural,
pasando de 6.9 millones en 1940, a 44.2 millones en 1980. Incluso, la distribución del ingreso
mejoró notoriamente, pues el índice de Gini pasó de 0.52 en 1950, a 0.44 en 1984. Hasta
finales de la década de los setenta, los salarios industriales reales crecieron de forma continua
hasta prácticamente cuadruplicarse. Y pese al reconocimiento de estos avances, su
dimensión apropiada debe enmarcarse en los logros alcanzados por el resto del mundo y el
contexto de expansión económica global. Entre 1950 y 1982, el PIB per cápita mexicano se
multiplicó por 2.82.
75
Miguel de la Madrid
Periodo: 1982-1988
Situación Política en su gobierno:
En el ámbito político el gobierno de Miguel de la Madrid
fue conservador y no emprendió reforma
democratizadora alguna, salvo la que creó la figura de
regidores de representación proporcional en los
cabildos como resultado de la reforma al artículo 115
Constitucional. Pero se enfrentó al surgimiento del
“neopanismo” que en 1986 ganó las elecciones
municipales en las principales ciudades del estado de
Chihuahua; impuso como gobernador a Fernando
Baeza contra Francisco Barrio, pero surgió la acusación
de fraude y la legitimidad del sistema priísta comenzó a
desmoronarse. Por lo anterior, se expidió el Código Federal Electoral para otorgar mayor
control de los procesos electorales al gobierno y al PRI, si bien se amplió el número de
diputados de representación proporcional y se dispuso la renovación por mitad del Senado
cada tres años. Además se creó la Asamblea de Representantes en el Distrito Federal para
encauzar la participación política.
En 1987, ante la línea neoliberal adoptada por el presidente De la Madrid, el Partido
Revolucionario Institucional se dividió y los disidentes, encabezados por Cuauhtémoc
Cárdenas Solórzano, formaron el Frente Democrático Nacional. El PAN se fortaleció con su
carismático candidato presidencial Manuel J. Clouthier. El 3 de julio de 1988, tuvieron lugar
las elecciones presidenciales más impugnadas de los últimos 40 años por la “caída del
sistema” de cómputo electoral y la negativa gubernamental a abrir los paquetes electorales.
Pero De la Madrid prefirió el “sambenito del fraude” a ser “el presidente que perdió el poder”.
El 3 de julio de 1988, tuvieron lugar las elecciones presidenciales más impugnadas de los
últimos 40 años por la “caída del sistema” de cómputo electoral y la negativa gubernamental
a abrir los paquetes electorales. Pero De la Madrid prefirió el “sambenito del fraude” a ser “el
presidente que perdió el poder”.
El candidato presidencial oficial Carlos Salinas de Gortari, registró oficialmente el menor
porcentaje de votos desde la fundación del PNR, el mínimo necesario para obtener mayoría
absoluta de votos válidos: el 50.36% frente al 31.2% de Cuauhtémoc Cárdenas y el 17.07%
del panista Manuel Jesús Clouthier del Rincón. Para mucha gente quedó claro que quien
ganó la elección fue Cárdenas, quien hizo surgir el Partido de la Revolución Democrática PRD
que desencadenará la transición hacia la democracia. por todo lo anterior, Miguel de la Madrid
fue el primer presidente de las últimas décadas cuyo informe anual ante el Congreso de la
Unión se interrumpió por los diputados (el primero que lo interpeló fue Porfirio Muñoz Ledo)
para denunciar el fraude electoral y rechazar la política económica neoliberal contraria a los
intereses populares. Estas prácticas obligarían a los sucesivos presidentes a sólo enviar su
informe por escrito, con lo que terminaría la tradición priísta de hacer de cada 1° de
septiembre “el día del Presidente”, es decir, un homenaje público y festivo de las élites
gobernantes al presidente en turno.
Para dar credibilidad a la política de combate a la corrupción de Miguel de la Madrid, el ex
aspirante presidencial y ex director de Pemex, Jorge Díaz Serrano, fue desaforado el 30 de
julio de 1983 como senador de la República para ser juzgado por la adquisición con
sobreprecio de dos buques tanque y tras cinco años de cárcel fue liberado sin haberse
76
comprobado los cargos, pues al parecer se trató de una venganza de De la Madrid por
disputarle la candidatura a la presidencia de la República.
Por otra parte, México fue víctima de la incursión en su territorio de contingentes armados y
de aviones militares de origen guatemalteco que violaron su espacio aéreo, como efecto
colateral de las acciones represivas de la dictadura del general Efraín Ríos Montt. El problema
fue solucionado por la vía diplomática
Situación Social en su gobierno:
En el ámbito social, su gobierno enfrentó los sismos del 19 de septiembre de 1985 en la
ciudad de México, que ante la pasividad e ineficacia del gobierno de la ciudad encabezado
por Ramón Aguirre Velázquez, provocaron la organización popular del Distrito Federal, pues
durante las primeras horas posteriores al desastre, De la Madrid rehusó la ayuda internacional
y no permitió que el ejército colaborara en las labores de rescate, lo cual le mereció severas
criticas de la población.
También tuvo que resolver la destrucción de Cancún, Quintana Roo, por el huracán Gilberto.
En 1988 puso en marcha la planta nuclear de Laguna Verde, a pesar de la oposición popular
por sus altos riesgos.
En el sector de radiodifusión, De la Madrid integró el Canal 13, la Televisión de la República
Mexicana Canal 7 y PRONARTE en el Instituto Mexicano de la Televisión IMEVISION.
Simultáneamente, creo el Instituto Mexicano de la Radio IMER, para agrupar a las estaciones
propiedad del gobierno federal y el Instituto Mexicano de Cinematografía IMCINE, con
propósitos similares.
Durante su periodo, fueron asesinados varios periodistas, entre ellos Manuel Buendía por
denunciar la complicidad de funcionarios gubernamentales con el narcotráfico.
Asimismo, en 1985 tuvo lugar el secuestro y asesinato de Enrique Camarena Salazar, agente
de la DEA, que tensó las relaciones con los Estados Unidos y especialmente con su insolente
embajador.
A partir del asesinato de Camarena, "las actividades del narcotráfico empezaron a volverse
asunto más y más cotidiano.
Situación Económica en su gobierno:
Inició su gobierno durante una de las crisis económicas más importante del siglo XX. La caída
de los precios internacionales del petróleo en junio de 1981, trajo consigo la rápida reducción
de los ingresos de exportación, el aumento de la deuda exterior a más 80.000 millones de
dólares, la acelerada fuga de capitales, la pérdida de la reserva de divisas, la creciente
devaluación del peso y el incremento de la inflación ya cercana al 100%; a lo cual el gobierno
de José López Portillo había respondido con la moratoria en el pago de la deuda exterior, la
nacionalización de la banca privada y la implantación del control de cambios a partir del 1º de
septiembre de este mismo año.
En esta situación de “emergencia económica”, De la Madrid usó el control presidencial sobre
el aparato corporativo para iniciar el cambio hacia el neoliberalismo (que llamó “cambios
estructurales”), y confiar a la empresa privada, ya no al Estado, la responsabilidad de
promover el desarrollo nacional, así como abrir la economía mexicana al libre comercio
internacional mediante el ingreso al GATT (hoy Organización Mundial del Comercio), en
agosto de 1986. Así, su gobierno promovió la “reconversión industrial”, para establecer una
economía de exportación basada en la inversión extranjera, la mano de obra local barata y la
77
Carlos Salinas
Periodo: 1988-1994
Situación Política durante su gobierno:
Toma posesión en medio de protestas y
cuestionamientos acerca de su triunfo electoral por los
candidatos Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel J. Clouthier
y Rosario Ibarra, lo que lo coloca en posición de debilidad
y por lo que buscará negociar el apoyo del Partido
Acción Nacional y de la Iglesia Católica a cambio de
políticas favorables a sus intereses y del reconocimiento
de los triunfos electorales que logren los panistas, entre
ellos, las gubernaturas de Baja California, Chihuahua y
Guanajuato, así como presidencias municipales y
diputaciones, a veces mediante procedimientos poco
claros que la gente bautizará como “concertación”.
Para fortalecer el control político de su “grupo compacto”, Salinas luchará contra los dirigentes
sindicales corporativos opuestos a sus políticas neoliberales, como el líder petrolero Joaquín
Hernández Galicia, alias La Quina, quien será detenido y condenado a 35 años de prisión.
Simultáneamente, tratará de reformar al PRI que no fue capaz de darle una victoria clara,
mediante la sustitución del nacionalismo revolucionario por el “liberalismo social” con base en
algunas ideas de Jesús Reyes Heroles; debilitará sus sectores y fortalecerá su estructura
territorial y por lo tanto a los gobernadores priístas, establecerá la afiliación individual y
organizará una red de miles de activistas dedicados a promover el voto en sectores
tradicionalmente abstencionistas o no empadronados. Por otra parte, procederá a la
destitución de los gobernadores que contribuyeron a su derrota, como Luís Martínez Villicaña,
Xicoténcatl Leyva Mortera y Mario Ramón Beteta; y tratará de aislar y obstruir al Partido de
la Revolución Democrática, que organizará Cárdenas, etiquetándolo de “intransigente y
violento”.
El programa nacional de Solidaridad PRONASOL tendrá por objeto ayudar a los pobres a
sobrevivir a corto plazo para mantener la estabilidad política y a la vez será un instrumento
electoral de cooptación masiva de 17 millones de mexicanos en pobreza extrema para
generar apoyo al gobierno salinista. Enfocado en los individuos como ciudadanos y
consumidores, no en las comunidades, el programa será financiado con el ahorro en el pago
de intereses resultante de saldar deuda pública con el ingreso de la venta de empresas
estatales. La dotación de agua potable, drenaje, alumbrado, pavimentación, vivienda,
escuelas, clínicas, alimentación y becas permitirá al PRI recuperar el voto en las elecciones
de 1991.
Para reconstruir sus bases de apoyo político, emprenderá una reforma electoral que
culminará con el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE),
que creará el Instituto Federal Electoral (IFE) y el Tribunal Federal Electoral (TFE o TRIFE).
Además, suprimirá la cláusula de gobernabilidad para impedir que un solo partido pueda
realizar reformas constitucionales y ampliará el número de senadores de 64 a 128.
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Ernesto Zedillo
Periodo: 1994-2000
Situación política en su gobierno:
En lo político, el gobierno zedillista romperá con su
antecesor para librarse de su tutelaje. El acelerado
desplome del peso, también resultado de la decisión
de Salinas de no devaluar en año electoral para
asegurar el triunfo de Zedillo, será cargado al
expresidente. Zedillo iniciará una campaña de
desprestigio del gobierno de Salinas, en primer
lugar, para culparlo de la crisis económica y en
segundo término, para exhibir su corrupción,
mediante la puesta al descubierto de la cuantiosa
fortuna acumulada por su hermano Raúl Salinas,
acusado del asesinato de su cuñado José Francisco
Ruiz Massieu. El éxito de la campaña antisalinista
culminará con una huelga de hambre y el exilio voluntario del expresidente. “En México se
acabó la impunidad”. Así, para Krauze, Zedillo romperá de este modo la regla de intocabilidad
de los expresidentes y de sus familias que regía en el sistema político mexicano.
Zedillo tendrá una “sana distancia” con el Partido Revolucionario Institucional porque al
afectarse las bases económicas del régimen priísta con su política neoliberal, perderá control
sobre el priísmo; así se alejará del partido que lo llevó al poder. Sin embargo, mantendrá un
férreo control sobre la cúpula del partido, lo que le permitirá entregar, pacíficamente, al
término de su mandato, el poder presidencial a la oposición panista.
Para mantener su control y obligado por las circunstancias, removerá a diecisiete
gobernadores de doce entidades federativas, número superior al destituido por el presidente
Lázaro Cárdenas en 1935 para liberarse de la tutela del general Plutarco Elías Calles. Pero
su poder se verá afectado cuando el gobernador tabasqueño Roberto Madrazo Pintado se
niega a dejar su cargo a cambio de la secretaría de Educación Pública, para resolver la
acusación de fraude electoral que le hizo el candidato derrotado Andrés Manuel López
Obrador. A partir de entonces, se romperá la férrea autoridad presidencial y todos los
gobernadores priístas dejarán de ser incondicionales del presidente como antes lo habían
sido so pena de su remoción, y se esforzarán por desarrollar sus propias bases locales de
poder. Zedillo tendrá que emplear otros recursos para que los gobernadores Rubén Figueroa,
de Guerrero, acusado de complicidad en la matanza de Aguas Blancas, y Jorge Carrillo Olea,
de Morelos, implicado en escandalosos actos delictivos, dejen sus puestos de elección
popular. Por su parte, Manuel Bartlett, gobernador de Puebla, impondrá contra la voluntad de
Zedillo, una ley estatal de distribución de recursos federales entre los municipios, que era
fuertemente objetada por el PAN.
En 1995, Zedillo suscribirá con los cuatro partidos representados en el Congreso (PRI, PAN,
PRD y PT) un acuerdo para realizar una reforma electoral definitiva y terminar el problema de
los conflictos postelectorales, la cual culminará con la aprobación unánime por el Congreso
de la reforma de 19 artículos de la Constitución en 1996. Las elecciones de 1997 serán
realizadas ya conforme a la nueva legislación y por un IFE sin injerencia del gobierno. El
resultado será que por primera vez desde su nacimiento como PNR, el PRI perderá la mayoría
absoluta en la Cámara de Diputados y tampoco tendrá en el Senado la mayoría de dos tercios
necesaria para aprobar reformas constitucionales. El PAN ganará los gobiernos de Querétaro
82
y Nuevo León, que se agregarán a los ya panistas de Guanajuato, Jalisco, Chihuahua y Baja
California; y el PRD triunfará abrumadoramente en el Distrito Federal. En adelante, Zedillo se
verá obligado a gobernar con la oposición legislativa, a la que ignoró y a cohabitar con el
gobierno de Cárdenas en la capital de la República.
Situación Social en su gobierno:
No resolverá el problema de la guerrilla en Chiapas: romperá negociaciones con el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional EZLN y fracasará en desacreditar y aprehender al
subcomandante Marcos, cabecilla del mismo; aceptará la firma de los Acuerdos de San
Andrés, pero los interpretará a su manera, lo que provocará el rechazo de los indígenas; no
apoyará la iniciativa de ley indígena elaborada por la Comisión Parlamentaria de Concordia
y Pacificación, COCOPA, porque implica “desunión” y “desintegración”; por lo que mantendrá
el conflicto en suspenso, aunque continuará la militarización y el virtual estado de guerra en
Chiapas. En este contexto tendrá lugar la matanza de Acteal, que quedará sin castigo. “Es lo
más triste que ocurrió durante mi presidencia” declarará Zedillo.
La crisis agudizará la delincuencia, por lo que Zedillo creará la Policía Federal Preventiva PFP
en enero de 1999, cuya acción inaugural será la toma de la Ciudad Universitaria para terminar
la huelga estudiantil en la UNAM; “fue la aplicación irrestricta del estado de derecho” dirá
Zedillo. La PFP será más un cuerpo paramilitar represor hacia la sociedad civil, que un órgano
preventivo contra la delincuencia. Obviamente, este organismo no será capaz de enfrentar el
creciente narcotráfico ni el fortalecimiento de los cacicazgos que usan impunemente la
represión para acallar el descontento social, como sucederá en el sonado caso de la matanza
de Aguas Blancas en el Estado de Guerrero, que quedará impune. Tampoco podrá impedir
el surgimiento de nuevos grupos guerrilleros en las zonas más pauperizadas del país, como
el Ejército Popular Revolucionario EPR.
Por otra parte, Zedillo reformará la ley para que sea el Senado a propuesta del Ejecutivo, el
que designe al procurador general de la República, y el Consejo de la Judicatura, ya no la
Suprema Corte, el que nombre a los ministros de circuito y de distrito.
Situación Económica en su gobierno:
Su gobierno será la continuidad del salinismo, sin Salinas. La no ratificación del salinista
Pedro Aspe como secretario de Hacienda, y la duda de los inversionistas de que los nuevos
funcionarios hacendarios serán capaces de manejar la economía como lo habían hecho los
salinistas, contribuirán a desencadenar la caída estrepitosa del peso, conocida como el “error
de diciembre”, cuando en las primeras semanas de su gobierno, se registra una creciente
pérdida de reservas en el Banco de México motivada por la sobrevaloración del peso y la
acometida de los especuladores; de modo que el 22 de diciembre de 1994, Zedillo decidirá
la libre flotación de la paridad peso-dólar, lo que provocará una fuga masiva de capitales
especulativos y en menos de un año, el peso perderá el 60% de su valor. La inusitada
gravedad de la crisis mexicana, hará que por primera vez en la historia, tenga también
repercusiones en las bolsas de otros países en el llamado “efecto Tequila”.
Para enfrentar el derrumbe mexicano que amenaza a la economía mundial, el 21 de febrero
siguiente, el sistema financiero internacional, coordinado por el FMI y dirigido por el Tesoro
de Estados Unidos, aportará 51,000 millones de dólares. A cambio, el gobierno se obligará a
implantar un plan de austeridad que comprende el alza de los impuestos indirectos (aumento
del IVA del 10 al 15%) y de las tarifas de los servicios públicos, así como la contención de los
salarios por debajo de los nuevos precios. Además tendrá que depositar en un banco
norteamericano los ingresos de las ventas de petróleo y lo más grave, en la carta de intención
del FMI, se pactará apresurar la privatización de importantes empresas estatales.
83
Durante el sexenio de Vicente Fox también tuvo lugar una crisis diplomática entre México y
Venezuela.
Este conflicto diplomático se desarrolló durante noviembre de 2005 y resultó en el retiro mutuo
de los embajadores de ambos países.
La tensión diplomática entre Fox y su entonces homólogo de Venezuela, Hugo Chávez, inició
a causa del acuerdo multilateral Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), un proyecto
que incluía a EU y Canadá.
Tras la Cumbre de Mar de Plata celebrada en noviembre de ese año, Fox criticó la postura
de Chávez respecto del ALCA, al considerar que el venezolano “había llegado a extremos de
inconsistencia, falta de tolerancia y voluntad”.
Ante ello, Chávez respondió: ¡Qué triste que el presidente de un pueblo como el mexicano se
preste a ser un cachorro del Imperio! (…) México ha sufrido durante años el atropello del
imperialismo norteamericano”.
Después de las acusaciones, Fox y Chávez retiraron a sus embajadores, aunque su relación
antes había sido cordial
Situación Social y Económica en su gobierno:
Respecto a la situación de PEMEX y el sector eléctrico, Fox declara que no serán privatizados
pero sí recibirán capital privado, y en materia educativa ratifica su compromiso de respetar el
carácter laico, público y gratuito de la educación. Fue entonces cuando a una señal de la
diputada priísta Beatriz Paredes, que por cierto vestía de azul, los priístas se levantan al grito
de ¡Juárez¡ ¡Juárez¡ ¡Juárez¡ a los que para contenerlos se une el propio Fox burlonamente,
‘’¡Juárez, Juárez!...¡muy bien, jóvenes!’’.
Asimismo, en relación a la cuestión indígena, promete abrir paso a la construcción de los
marcos legales ‘’que garanticen, dentro del Estado nacional, el ejercicio pleno de su
autonomía y su libre determinación’’, así como enviar al Congreso la iniciativa de ley
elaborada por la Cocopa que recoge los Acuerdos de San Andrés. “En México y en Chiapas
hay un nuevo amanecer”.
También adelanta varias medidas que pondrá en práctica a favor de los pequeños
empresarios, de los estudiantes de escasos recursos y en general de la gente pobre y
marginada: “Estoy convencido de que la economía debe recuperar su dimensión moral y
humanista para darle sentido y rumbo. Estoy convencido, también, de que la calidad de vida
de una sociedad no se mide únicamente por su capacidad para generar riqueza sino, sobre
todo, por la equidad para distribuirla”.
Reconoce el transfondo social que tiene la delincuencia: “Las medidas policiacas
desvinculadas del contexto social corren el riesgo de tornarse en represión…no sirve
apostarle al autoritarismo cuando la criminalidad no es sólo producto de la debilidad de las
fuerzas de seguridad: No hay cuerpo policiaco capaz de contener hambre y desempleo”.
Se compromete a que “la represión nunca más será medio para resolver diferencias políticas.
Mi gobierno no distraerá a los órganos de seguridad para disuadir a sus críticos o para
neutralizar a sus opositores… Afirma que México no será ya más referencia de descrédito en
materia de derechos humanos, ‘’¡vamos a respetarlos como nunca!...Que respetará a la
prensa: Mi gobierno observará un absoluto respeto a esa libertad fundamental de informar y
disentir”. Contra la corrupción e impunidad, advierte que no habrá borrón y cuenta nueva,
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pero que ningún acto relacionado con el pasado estará ''inspirado por resentimientos,
venganzas, ansias de reivindicación personal o aspiraciones a reinterpretar la historia’’.
En el grito de independencia de 2001 lanzó vivas a la paz a solo cuatro días de los atentados
en Nueva York; también fue él quien por primera vez incluyó a Leona Vicario, una de las
primeras periodistas mexicanas con una participación importante en la lucha por la
independencia de México.
Luego, en 2006, durante su última celebración como presidente, no se dio en el Zócalo de la
Ciudad de México sino en Dolores Hidalgo, Guanajuato, en compañía del entonces
gobernador Juan Carlos Romero Hicks.
El contexto en el país, y en particular en la Ciudad de México, era complejo tras las elecciones
del 2006 en las que Felipe Calderón fue declarado presidente de México, además de que el
movimiento de Andrés Manuel López Obrador acusó fraude electoral y entre las personas
cuestionadas por eso fue el expresidente.
En la arenga, Fox dedicó sus vivas a los héroes patrios, a la democracia y las instituciones,
para entonces muy cuestionadas López Obrador.
En octubre de 2001, Fox, entonces presidente de México, había anunciado la construcción
de una nueva terminal aérea en la zona de Texcoco.
Su gobierno expropió 5,391 hectáreas que abarcaban los municipios de San Salvador Atenco,
Texcoco y Chimalhuacán, afectando a más de 4,000 familias.
Pero en 2002 y ante la presión de los ejidatarios de San Salvador Atenco, el gobierno federal
finalmente anunció la cancelación del megaproyecto y construyó una segunda terminal en el
AICM como solución a corto plazo.
Durante el gobierno de Fox también tuvo lugar el conflicto magisterial en Oaxaca. Dicho
conflicto inició el 22 de mayo de 2006 cuando maestros de la Sección 22 de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación, encabezados por Enrique Rueda Pacheco,
iniciaron un plantón exigiendo mejorar la calidad de las escuelas.
Cinco meses después, el presidente de México, Vicente Fox, ordenó el envío de fuerzas
federales a Oaxaca para poner fin al conflicto.
Los primeros policías llegaron en dos aviones, posteriormente, el Gobierno exigió a la
Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) “la entrega inmediata de las calles, plazas,
edificios públicos y bienes de propiedad privada” que tenían tomados en Oaxaca.
Con esta medida, el gobierno pretendió devolver la normalidad a la capital de Oaxaca, donde
se vivió una violenta jornada con tiroteos, estallidos de bombas molotov y quema de
vehículos.
Este conflicto dañó, sobre todo, a la industria del turismo de Oaxaca. Durante casi un año,
disminuyeron los ingresos, no sólo de los grandes hoteles, sino también de los pequeños
negocios familiares basados en el turismo. Esto no sólo afectó al escenario del conflicto de
Oaxaca, sino también a otros destinos turísticos del sur de México.
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Felipe Calderón
Periodo: 2006-2012
Situación política en su gobierno:
Calderón asume la presidencia en un escenario de seguridad
muy complicado: tiene que hacer frente al control territorial de
zonas del país por parte del narcotráfico; una guerra entre
cárteles de la droga; conflictos con Estados Unidos por la
narcoviolencia en la frontera; un flujo constante de drogas
hacia el país del norte y un aumento considerable del consumo
de drogas ilícitas en México. En ese contexto decide combatir
frontalmente al narcotráfico y reformar las instituciones del
Estado en materia de seguridad. Los resultados distaron mucho de ser exitosos, la violencia
escaló a niveles altísimos, el número de víctimas derivadas de aquélla también creció de
manera exorbitante y los carteles no se replegaron ni disminuyeron su ritmo de actividad.
Diversos hechos en el calderonismo estuvieron determinados por los actores privados que
asumieron funciones estatales y que se propusieron usar recursos políticos y económicos
para mantener sus privilegios y aumentar su extracción de rentas. Estos grupos eran los
grandes sindicatos corporativos, caciques regionales, empresas monopólicas y el crimen
organizado. Meyer afirma que el calderonismo no pudo dar forma a un proyecto político
atractivo para el público ni recuperar la confianza institucional de los ciudadanos. Concluye
que a partir de 2006 la democracia no sólo no se profundizó, sino que incluso hubo una
regresión, y que el regreso del PRI al poder “se debió menos al respaldo vigoroso de la
ciudadanía y más al fracaso del panismo”.
La alternancia política en el año 2000 abrió amplias expectativas en todos los ámbitos; el de
la administración pública no fue la excepción. Ya desde la administración de Vicente Fox, la
agenda de modernización administrativa fue muy ambiciosa y apostó por la Nueva Gerencia
Pública y la transformación de la relación del gobierno con los ciudadanos. El artículo de
María del Carmen Pardo analiza el proyecto de modernización administrativa del gobierno de
Felipe Calderón. La autora afirma que la complejidad del contexto político y económico no
permitió que dicho proyecto fuera prioritario en la agenda gubernamental. Tanto la crisis de
legitimidad derivada de los resultados electorales de 2006, como la crisis financiera mundial
de 2008 causaron que la política de austeridad administrativa opacara la posibilidad de que
la modernización administrativa se convirtiera en prioridad del gobierno calderonista.
De acuerdo con la autora, las medidas más destacadas en el ámbito de la Administración
Pública en ese periodo fueron la implementación del Sistema de Evaluación del Desempeño
y la Matriz de Indicadores para Resultados, pero señala que fueron más medidas aisladas
con un enfoque gerencial, que parte de un proyecto de largo aliento. Si bien los procesos de
cambio tuvieron como enfoque central el presupuesto, esto dio lugar a prácticas que tomaron
por sorpresa a los funcionarios, sobre todo porque aún no existe una cultura de la evaluación
consolidada en la administración pública en México.
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