Neurovet Vol6N4 Miopatiasinflamatorias1
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Fernando Pellegrino
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Volumen 6 | Nº 4 | 2018
NEUROVET | 11
Nota del editor
Los objetivos de la Asociación Argenti- gía Veterinaria se transforme en el futuro
na de Neurología Veterinaria incluyen, en- en una publicación de referencia en este
tre otros, promover la difusión y actualiza- campo del conocimiento. Para lograr este
ción de los conocimientos de este campo objetivo necesitamos la colaboración de
del conocimiento; establecer un nexo de todos nuestros lectores. Esperamos que
comunicación fluida y permanente para todo aquel que tenga alguna información
el intercambio de informaciones, conoci- o experiencia para compartir, lo haga a
mientos y experiencias entre los integran- través de nuestra revista. Debemos dejar
tes de la asociación; y asistir a los socios de ser meros espectadores para comen-
en su función educativa e intelectual. zar a producir conocimientos; en nuestro
Dentro de esta idea marco de cono- medio contamos con profesionales y cien-
entre nuestros destinatarios a todos los a que la Revista Argentina de Neurolo- Editor Responsable
Pellegrino, Fernando C*
* MV, PhD, Profesor Titular Facultad de Ciencias Veterinarias- UBA
En los desórdenes miopáticos, la alte- quelético (Engel et al. 1994). En humanos, (MIF) que afecta selectivamente a los
ración de la membrana muscular afecta las MIs se dividen en 3 grandes grupos: músculos inervados por el nervio mandi-
su función reduciendo la cantidad de Dermatomiositis, Polimiositis y Miositis por bular del trigémino, incluyendo los ma-
unidades motoras funcionales. De este Cuerpos de Inclusión (Engel y Hohlfeld seteros, temporales, pterigoideos, tensor
modo, las unidades que aún conservan 2004). del tímpano, tensor del velo del paladar y
su capacidad intacta recargan su trabajo En los perros se han descrito los siguien- porción rostral del digástrico. Es la forma
para mantener la contracción muscular, lo tes grupos de MIs: (a) Focales, que inclu- clínica más común y es la más estudiada
que provoca su rápida fatiga al iniciar el yen la Miositis de Músculos Masticatorios de las MIs en los perros (Orvis y Cardinet
ejercicio, con la debilidad episódica sub- Canina (MMMC), y la Miositis Extraocular 1981; Shelton 1987).
secuente. Uno de los grupos de enferme- (MEO); y (b) Generalizadas, que inclu- Históricamente ha sido denominada
dades que con más frecuencia afectan yen la Polimiositis Canina Inmunomediada miositis eosinofílica o miositis atrófica y,
a los músculos son las enfermedades in- (PMC), la Dermatomiositis Canina Familiar aunque los términos sugieren una patogé-
flamatorias, que resultan de la infiltración (DCF), la DCF-símil y la Paraneoplási- nesis diferente, probablemente represen-
de células inflamatorias en el interior del ca (Evans et al. 2004). También se ten la fase aguda y crónica de la MMMC
músculo estriado, asociada o no con una ha descrito una Miositis Vacuolar seme- (Shelton 1989).
causa subyacente (Pellegrino 2014). jante a la miositis por cuerpos de inclusión Alguna vez se pensó que la MMMC era
Las miopatías inflamatorias (MIs) son de los humanos en un Pointer alemán de una forma de polimiositis, pero investiga-
relativamente comunes en perros (Evans pelo corto de 11 años (King et al. 2009). ciones posteriores demostraron que esta
et al. 2004). Los patrones histológicos de En una comunicación se ha sugerido que, enfermedad representa una miopatía úni-
infiltración celular son similares a los de en algunos gatos, la causa del síndrome ca (Melmed et al. 2004). Esta particulari-
los humanos, y se reconocen distintos ti- de hiperestesia felina (o síndrome de con- dad está relacionada a las propiedades
pos de MIs en base a la distribución de los tracción de la piel) podría ser una miopatía bioquímicas e histológicas distintivas de
músculos afectados, la presencia o ausen- con cambios vacuolares semejantes a las los músculos masticatorios, que las di-
cia de lesiones cutáneas, la presencia o que se observan en la miositis por cuerpos ferencia de las de los músculos de los
ausencia de autoanticuerpos específicos de inclusión de los humanos (March et al. miembros. Mientras que estos últimos
musculares, y las causas subyacentes. 1999). contienen las clásicas fibras tipo 1 y tipo
Las MIs se dividen primariamente en 2 2A, el grupo de los músculos masticato-
grandes grupos, las MI inmunomediadas rios contiene fibras tipo 2M y una variante
y las MI infecciosas. En este artículo nos
Miositis inflamatorias de las fibras tipo 1. El patrón de tinción
referiremos solamente a las MI inmunome- inmunomediadas focales histoquímica de las fibras 2M difiere de
diadas. las fibras tipo 2 de los músculos apen-
Las miopatías inflamatorias inmuno- Miositis de músculos diculares cuando se emplea la reacción
mediadas (MIs) son un grupo heterogé- masticatorios canina de ATPasa miofibrilar. Las isoformas de
neo de trastornos caracterizados por la La Miositis de Músculos Masticato- la miosina de los músculos masticatorios,
infiltración asupurativa del músculo es- rios Canina (MMMC) es una MI Focal y la composición de las cadenas livianas
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NEUROLOGÍA | Miopatías inflamatorias inmunomediadas
y pesadas de la miosina también difieren rados en respuesta a un agente infeccio- en mecanismos de mimetismo molecular
en ambos grupos musculares (Pumarola so que reacciona en forma cruzada con entre agentes infecciosos y el huésped
et al. 2004). Esta composición distinti- autoantígenos. En este escenario, los antí- (Pumarola et al. 2004).
va probablemente esté relacionada a la genos bacterianos podrían tener una con- Es interesante destacar que, aunque los
inervación diferencial que se produce formación estructural semejante a algunos signos clínicos son diferentes, el fenotipo
durante el desarrollo embrionario a partir componentes de las miofibras tipo 2M, y de las células infiltradas y la distribución
del mesodermo del primer par de arcos los anticuerpos que generan podrían reac- perivascular de los infiltrados celulares
banquiales (Shelton et al. 1988). cionar en forma cruzada con estas miofi- son similares a lo que se observa en la
bras (Shelton 1987). En medicina humana dermatomiositis humana. La MMMC pue-
Etiología este fenómeno se ha documentado para de proveer un modelo animal adecuado
En perros con MMMC se ha demostrado anticuerpos contra Streptococcus pyoge- para el estudio de las características de
la presencia de autoanticuerpos dirigidos nes redirigidos hacia el músculo cardíaco las MIs mediadas por células B.
específicamente contra la isoforma de o esquelético (Kresher 1985).
miosina de las fibras tipo 2M que se une a Un estudio reciente sugirió que también Signos clínicos
la proteína C (de su sigla en inglés, MyBP- puede existir un microambiente inmunoló- Los signos clínicos están bien descritos
C) (Wu et al. 2007). Estos anticuerpos no gicamente diferente en los músculos mas- e incluyen restricción severa de la movili-
se encuentran en perros con PMC, aun ticatorios, en comparación a los de los dad de la mandíbula con intenso dolor, y
cuando la infiltración celular y el daño en músculos apendiculares, que refuerza la atrofia o inflamación restringida a este gru-
las miofibras están claramente presentes teoría del mimetismo molecular. El estudio po muscular. La presentación clásica de
en los músculos masticatorios de estos de los linajes de los infiltrados celulares ha la MMMC consiste en la incapacidad de
pacientes (Shelton et al. 1987; Evans et demostrado prominente infiltración de cé- abrir la boca (trismus), dolor mandibular, e
al. 2004; Melmed et al. 2004). Las fibras lulas B, linfocitos T CD3+, células CD4+ en inflamación o atrofia de los músculos mas-
tipo 2M son selectivamente destruidas por mayor número que células CD8+, células ticatorios (Melmed et al. 2004) (fig. 1). El
la respuesta autoinmune. Sin embargo, el dendríticas y macrófagos en mayor canti- promedio de edad de inicio de los signos
estímulo antigénico que la desencadena dad que células T. Los linfocitos T presen- clínicos es de 3 años, aunque se han co-
es desconocido, al igual que el motivo por tes se unen tanto a receptores αβ como municado casos en los que comienzan a
el cual se dirige específicamente contra γδ. La adventicia vascular, las células en- partir de los 4 meses (Gilmour et al. 1992).
este tipo de fibras (Melmed et al. 2004). doteliales y los infiltrados celulares se ti- No se ha encontrado predilección sexual
ñen intensamente para el Complejo Mayor (Shelton et al. 1987).
Prevalencia de Histocompatibilidad tipo II (CMH II), lo La MMMC presenta una fase aguda y
En un trabajo se comunicó que la MMMC que sugiere una presentación antigénica una fase crónica. Los perros que se pre-
se encontró en el 22.5% de las miopatías local (Pumarola et al. 2004). Los recep- sentan en la fase aguda muestran trismus,
inflamatorias de los perros y, combinada tores γδ se expresan en una población inflamación y dolor en los músculos mas-
con PMC, en el 1.5% de los casos (Evans minoritaria de linfocitos T periféricos que ticatorios. Los perros reaccionan con gra-
et al. 2004). Las razas grandes parecen carecen de las moléculas de superficie dos variables de resistencia a la palpación
estar más predispuestas, con una sobre- CD4 y CD8 (también se encuentran en de los músculos de la cabeza y a los inten-
rrepresentación de perros de raza Pastor una pequeña proporción de timocitos, en tos por abrir la boca, a causa del intenso
alemán, Labrador, Dobermann pinscher linfocitos de epitelio intestinal y en algu- dolor (Taylor 2000; Podell 2002; Braund
y Retriever dorado (Melmed et al. 2004). nas células dendríticas epidérmicas). La 2003). Los signos son usualmente bilate-
Parece haber una predisposición genética función de este tipo celular no está bien rales, pero pueden parecer unilaterales
para la MMMC en Cavalier King Charles caracterizada, aunque se cree que juegan cuando el compromiso es asimétrico y uno
spaniel (Shelton 2004). En el estudio de un importante papel en las enfermedades de los lados está más comprometido. Los
Evans et al. (2004), si bien no se encontra- autoinmunes. Las funciones atribuidas a signos clínicos pueden variar en el ritmo
ron diferencias significativas, el Retriever los linfocitos T γδ incluyen actividad cito- de progresión y en la gravedad. Los sig-
dorado, el Labrador, los mestizos y el Rott- tóxica, secreción de múltiples citocinas y nos oculares se observan en casi el 50%
weiler fueron las razas más frecuentemen- actividad colaboradora para la producción de los perros, con exoftalmos en la fase
te afectadas (Evans et al. 2004). de inmunoglobulinas. La mayoría de estas aguda a causa de la inflamación de los
células reconoce antígenos, independien- músculos pterigoideos detrás de los ojos
Fisiopatología temente de las moléculas del CMH o en (Gilmour et al. 1992). Si la inflamación es lo
En la MMMC se encuentran consisten- asociación con moléculas no clásicamen- suficientemente severa, el exoftalmos pue-
temente anticuerpos contra las fibras tipo te ligadas al CMH. Las células γδ proliferan de producir estiramiento del nervio óptico
2M de los músculos masticatorios, aun- frente a algunos microorganismos como el y ceguera subsecuente. Este tipo de pa-
que se desconoce cuál es el estímulo que Mycobacterium tuberculosis, y han sido cientes debe ser diferenciado de aquellos
desencadena la respuesta autoinmune. relacionadas a fenómenos autoinmunes con miositis extraocular (Carpenter et al.
Algunas teorías sugieren que el mimetis- debido a su activación por las proteínas 1989; Melmed et al. 2004). Durante la fase
mo molecular podría desempeñar algún de choque térmico o proteínas de res- inicial (1 a 3 semanas) se han comunica-
papel, con células T o anticuerpos gene- puesta al estrés, moléculas implicadas do casos de hipertermia y linfoadenopatía
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Miopatías inflamatorias inmunomediadas | NEUROLOGÍA
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NEUROLOGÍA | Miopatías inflamatorias inmunomediadas
Diagnóstico diferencial
Existen muchas causas que pueden
producir dolor mandibular y trismus, como
PMC, traumatismos de la articulación tem-
poro-mandibular, fusión por enfermedad
articular crónica, tétanos, osteopatía cra-
neo-mandibular, abscesos retrobulbares,
miositis extraocular, enfermedades mus-
culares congénitas (como distrofias), o
cuerpos extraños. El empleo de corticos-
teroides puede resultar en atrofia de los
músculos masticatorios, por lo que debe
ser considerado en la evaluación inicial.
Se debe hacer un completo examen
físico en busca de evidencia de traumas
que pudieran provocar fractura o luxa-
ción de la articulación; ante esta sospe-
cha es conveniente realizar diagnóstico Figura 2. A) Imagen microscópica de una biopsia muscular (25 X)
por imágenes (radiografía de cráneo o correspondiente a un perro con una miositis de músculos masticato-
tomografía computada). En ocasiones,
rios en fase crónica. Obsérvese la atrofia muscular, el reemplazo de
para hacer una revisación completa
las miofibras por tejido conectivo fibroso, escasas fibras musculares
es necesaria la sedación o anestesia
del animal; típicamente, en la MMMC
remanentes y mínima infiltración celular. B) Imagen ampliada (100 X).
se mantiene la incapacidad de abrir la
boca durante la anestesia (Taylor 2000).
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Miopatías inflamatorias inmunomediadas | NEUROLOGÍA
Las masas retrobulbares pueden causar (por el riesgo de supresión de la médula de los músculos extraoculares, estrabis-
inflamación o fístulas detrás del cuarto ósea), y hepatogramas (por el riesgo de mo divergente y dificultad para el cierre
premolar. La atrofia de los músculos mas- hepatotoxicidad). palpebral (Ramsey et al. 1995; Williams
ticatorios de rápida progresión también Si no se trata en la fase aguda, o se 2008).
puede producirse a partir de cualquier en- lo hace en forma inapropiada (dosis ba- La primera descripción corresponde a
fermedad que afecte al nervio trigémino, jas, retiro prematuro del corticosteroide o 2 perros sin relación entre ellos en el año
particularmente la neuritis del trigémino y ambas), el paciente afectado por MMMC 1989 (Carpenter et al. 1989); desde enton-
los tumores periféricos de vaina nerviosa. progresa a la fase crónica. Si bien la pred- ces, los reportes en medicina veterinaria
Los pacientes con neuritis del trigémino nisona o prednisolona han probado ser han sido limitados. En 1995 se comunica-
generalmente no presentan dolor y el tono útiles en esta fase reduciendo la fibrosis, ron las características de la MEO en una
mandibular se encuentra normal a flácido, se deben utilizar en dosis más bajas (Car- serie de 35 perros (Ramsey et al. 1995),
mientras que los perros con MMMC tiene penter et al. 1989). y en 2008 se publicó una serie de 37 ca-
un tono mandibular rígido y no pueden Los perros con trismus mandibular pue- sos provenientes de distintos centros de
abrir la boca (Melmed et al. 2004). den requerir dietas de avena para mante- atención (Williams 2008). En el año 2000
ner una nutrición adecuada. Una forma de se comunicaron 10 perros con MEO y es-
Tratamiento fisiatría consiste en alentarlos a masticar trabismo restrictivo (Allgoewer et al. 2000)
La base del tratamiento exitoso consiste juguetes o huesos para promover el ejer- con una presentación clínica diferente,
en una terapia inmunosupresora, instau- cicio de los músculos masticatorios. La que podría representar un estadio crónico
rada lo más rápidamente posible. Se re- retracción manual de la mandíbula está de MEO, o bien podría ser un síndrome
comienda administrar prednisona o pred- absolutamente contraindicada por el daño distinto.
nisolona 2 mg/kg cada 12 horas vía oral traumático que puede producir sobre la No se han comunicado otras especies
durante la fase aguda, manteniendo esta articulación (Gilmour et al. 1992). distintas al perro con esta misma condi-
dosis hasta que la función mandibular se ción.
normalice. Posteriormente se va reducien- Pronóstico
do gradualmente hasta lograr la dosis mí- El pronóstico está determinado por el Etiología
nima efectiva que impida el retorno de los grado de fibrosis y por la respuesta a la La respuesta a la terapia esteroidea
signos clínicos (Mastaglia y Ojeda 1984). terapia inmunosupresora. El tratamiento sugiere una base inmunomediada para la
Este proceso es lento y gradual, y puede agresivo durante la fase aguda general- MEO. Al igual que sucede en la MMMC,
llevar varios meses, con una disminución mente resulta en un buen pronóstico. Si en los músculos extraoculares se han
no mayor al 50% cada mes hasta lograr bien los pacientes pueden desarrollar descrito tipos de fibras que difieren de las
la menor dosis de mantenimiento posible. atrofia muscular, la remisión llega a ser que se encuentran en los músculos apen-
Un problema habitual es utilizar dosis ba- completa con retorno a la normal función diculares y en los músculos masticatorios
jas de corticosteroides, o hacerlo por poco mandibular. Se debe tener en cuenta que (Ramsey et al. 1995). Aunque no se han
tiempo. Generalmente la MMMC responde el fracaso del tratamiento o las recidivas caracterizado completamente, estas fi-
inicialmente a la terapia esteroidea, pero resultan de una inadecuada inmunosupre- bras únicas podrían explicar el compromi-
si el tratamiento se discontinua prematu- sión y de una apresurada discontinuación so selectivo y la destrucción de músculos
ramente la recidiva es rápida y violenta. de los corticosteroides. Los pacientes que extraoculares específicos (Allgoewer et al.
Algunos pacientes logran discontinuar la se tratan en la fase crónica tienen un pro- 2000). La respuesta inmune podría estar
terapia, pero algunos requieren tratamien- nóstico más incierto, aunque si la fibrosis dirigida contra antígenos únicos asocia-
to de por vida (Melmed et al. 2004). extensiva no alcanza a producir una dis- dos a este grupo muscular.
Debido a los efectos adversos de los función mandibular la terapia puede tener
corticosteroides (polifagia, poliuria, po- un éxito razonable. Los propietarios deben Prevalencia
lidipsia, predisposición a infecciones, ser informados acerca del hecho que la La MEO es de rara presentación. Las
gastroenteritis), y al hecho que su uso función mandibular puede mejorar pero publicaciones que documentan esta con-
prolongado puede producir atrofia de los no normalizarse por completo, y acerca dición pueden contarse con los dedos
músculos masticatorios, se debe consi- de la persistencia de la atrofia muscular de una mano (Williams 2008). En una
derar el empleo de otros agentes inmu- (Melmed et al. 2004). revisión clínico-patológica de 200 casos
nosupresores alternativos. La azatioprina, de miopatías inflamatorias, solamente
aunque generalmente no se incluye en Miositis extraocular 2 perros presentaron MEO, uno de los
la terapia inicial para MMMC, puede ser La Miositis Extraocular (MEO) es una cuales era un Retriever dorado (Evans
usada en conjunto con la prednisona o MIF de rara presentación, con signos clí- et al. 2004). La mayoría de los casos se
prednisolona. Se utiliza en dosis de 2 mg/ nicos restringidos exclusivamente a los han comunicado en América y Europa, y
kg cada 24-48 horas hasta que se esta- músculos extraoculares. Afecta a los pe- el mayor porcentaje de perros afectados
bilice el corticocosteroide en las dosis de rros, y el único signo clínico que se obser- son Retriever dorado, Labrador o sus cru-
mantenimiento. Entonces se comienza a va en la MEO es una exoftalmia bilateral zas, generalmente jóvenes y hembras en
reducir la azatioprina. Su utilización re- sin protrusión de la membrana nictitante su mayoría (Ramsey et al. 1995; Evans et
quiere hemogramas completos periódicos que se produce a partir de la inflamación al. 2004; Williams 2008). En Argentina se
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NEUROLOGÍA | Miopatías inflamatorias inmunomediadas
comunicaron 3 casos, uno de los cuales traoculares en relación a otros músculos bulbar (quemosis) (Williams 2008). Se ha
era un Retriever dorado (Herrera et al. esqueléticos (Gopinath et al. 2006), que comunicado la presencia de exoftalmos
2011). En Africa se describió un caso en se observa en el suero del 75% de los pa- unilateral y deficiencias visuales por au-
un mestizo de menos de 1 año de edad cientes humanos que tiene enfermedad mento de la presión intraocular, aunque
(Adegboye 2015). de Graves con oftalmopatía, comparado no son signos frecuentes (Ramsey et al.
con el 5% de aquellos que no presenta 1995). En un perro se han descrito altera-
Fisiopatología oftalmopatía (Tani y Wall 2006). En ese ciones de la visión (Adegboye 2015), atri-
La etiopatogenia de la MEO es desco- grupo de pacientes se han encontrado buidas a la compresión del nervio óptico
nocida en la actualidad, pero la condición autoanticuerpos, pero se desconoce si su debido al estiramiento de los músculos ex-
histopatológica dominante de infiltración presencia es la causa de la miopatía o es traoculares en la fosa posterior, tal como
celular mononuclear (linfocitos CD3+ e el resultado de la liberación de antígenos puede ocurrir en la MMMC (Carpenter et
histiocitos) sugiere que probablemente producida por la lesión de los músculos al. 1989; Melmed et al. 2004). En el mis-
se deba a un mecanismo inmunomedia- extraoculares (Mizokami et al. 2004). A mo animal, hacia el final del tratamiento,
do (Carpenter et al. 1989; Ramsey et al. pesar de las diferencias en la presenta- se comunicó una leve ptosis bilateral del
1995; Evans et al. 2004). En los estudios ción clínica, en la respuesta al tratamien- párpado inferior; fue atribuida a la exce-
histológicos se observó que los músculos to y en la etiopatogenia inicial, la MEO se siva distensión previa debido a la exoftal-
extraoculares más afectados fueron los presenta potencialmente como un valioso mia y a la rápida reducción en respuesta
rectos y los oblicuos, con aspecto normal modelo para los cambios que ocurren en al tratamiento, que provocó un ritmo des-
del retractor del globo ocular (Ramsey et la oftalmopatía asociada a la enfermedad igual de retracción entre el globo ocular y
al. 1995). de Graves (Williams 2008). el tejido elástico del párpado inferior; este
En los humanos, las oftalmopatías aso- signo resolvió espontáneamente (Adegbo-
ciadas a la tiroides son una manifestación Signos clínicos ye 2015).
común de enfermedad tiroidea autoinmu- La MEO suele afectar a perros jóvenes En una serie de 10 perros con MEO se
ne (Bartalena et al. 2004), presentándo- de algunas razas, muy especialmente Re- describió un cuadro clínico que puede ser
se en el 25-50% de los pacientes con triever dorado, Labrador y cruzas de estas una enfermedad diferente (Allgoewer et
tiroiditis de Graves y en una pequeña razas. Un porcentaje considerable (43%) al. 2000). Los perros afectados tenían una
proporción de los que padecen tiroiditis se presenta en hembras de Retriever do- edad media de 21.9 meses, pero las razas
de Hashimoto (Mizokami et al. 2004). En rado sometidas a algún factor estresante eran significativamente distintas; solamen-
estos pacientes puede ocurrir una oftal- unos días antes de establecerse el cuadro te había un Retriever dorado, 3 Lobero ir-
mopatía congestiva o una miopatía of- ocular. En general, la edad media de pre- landés, 3 Akita inu, 2 Shar pei y 1 Dálmata.
tálmica. Esta última resulta de un ataque sentación es de 2 años, con un rango de Los signos clínicos consistieron en enoftal-
inmunomediado dirigido contra los mús- 6 meses a 11 años. En el Retriever dorado mos y estrabismo ventral, ventromedial o
culos extraoculares. Se ha propuesto que la edad media de presentación es de 17 medial. La biopsia mostró atrofia miofibri-
este último síndrome podría ser la clara meses, con una mediana de 12 meses. lar, mionecrosis, infiltración celular y fibro-
contraparte de la MEO canina (Williams Las hembras se afectan mucho más que sis. Se sugirió que estos signos correspon-
2008). Antígenos compartidos entre la los machos, con una probabilidad 4 veces dían a una secuela fibrótica crónica de lo
tiroides y los músculos extraoculares po- mayor de padecer MEO, y las hembras que podríamos denominar “MEO clásica”.
drían ser la explicación para la fisiopa- enteras parecen tener una mayor predis- Sn embargo, estos perros no tenían una
togenia de la oftalmopatía asociada a la posición (Williams 2008). historia de fase exoftálmica aguda, y todos
tiroides (Mizokami et al. 2004; Tani y Wall Los signos clínicos característicos con- los casos fueron unilaterales. La terapia
2006). Se ha comunicado la presencia de sisten en marcada exoftalmia bilateral sin médica no fue efectiva, y se requirió ciru-
un receptor tirotrópico en la grasa orbita- dolor, no necesariamente simétrica, y difi- gía para normalizar la posición del globo
ria y en los músculos extraoculares (Tani cultad para cerrar los párpados (Ramsey ocular. Aunque ese trabajo describió una
y Wall 2006), hacia el que estaría dirigida et al. 1995) (fig. 3). Es importante destacar MEO, muy probablemente se trataba de un
la reacción inmune inicial. Otra hipótesis la ausencia de protrusión de la membra- síndrome diferente (Williams 2008).
sostiene que los autoanticuerpos dirigi- na nictitante (Ramsey et al. 1995; Williams
dos contra antígenos intrínsecos de los 2008). El exoftalmos se caracteriza por un Diagnóstico
músculos extraoculares son claves en incremento en la exposición de la escleró- En la mayoría de los casos, el diagnós-
la oftalmopatía asociada a la tiroides. El tica, predominantemente dorsal o ventral, tico se basa en la sola apariencia del ani-
origen embriológico único de este gru- acompañada a veces por estrabismo late- mal (Williams 2008). Se puede visualizar
po muscular como condensaciones in- ral (exotropía). La exoftalmia también pue- la inflamación mediante métodos de diag-
dividuales de tejido con una inervación de observarse en la MMMC pero, cuando nóstico por imágenes. La ultrasonografía
específica les otorgaría una expresión está presente, es el resultado de la infla- orbitaria de alta resolución (10 Hz) puede
antigénica diferente a la del resto de los mación de los músculos pterigoideos y ser muy útil, pero en algunos casos no se
músculos (Porter et al. 2001). La calse- no de los extraoculares (Carpenter et al. puede evidenciar al aumento de volumen
questrina es una proteína que se expresa 1989; Melmed et al. 2004). Algunos ani- de los músculos extroculares porque el
casi 5 veces más en los músculos ex- males presentan edema de la conjuntiva aumento generalizado de la ecogenicidad
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Miopatías inflamatorias inmunomediadas | NEUROLOGÍA
Tratamiento
El tratamiento con prednisolona sistémi-
ca es exitoso cuando se utiliza a dosis de
1-2 mg/kg cada 12 horas. La recidiva de
los signos ocurre cuando la dosis inicial
se reduce en menos de 21 días o cuando
el intervalo entre dosis se incrementa; en
estos casos el 80% de los perros tienen
recidivas, y el 10% tiene más de una re-
cidiva (Williams 2008). La duración total
del tratamiento oscila entre 2 y 3 meses en
función de cada caso particular (Ródenas
2012). Algunos oftalmólogos utilizan aza-
tioprina de preferencia, aunque en general
Figura 3. Perra de raza indefinida, de 8 meses de edad, con exoftal- este fármaco se usa cuando no se toleran
mia bilateral. El diagnóstico fue mositis de músculos extraoculares. los efectos adversos de los corticoisteroides
Tomado con autorización de Selecciones Veterinarias 2011;19(3):47. (Williams 2008).
Gentileza del Dr. Andrés Patricelli.
Pronóstico
El pronóstico generalmente es favora-
ble, aunque las recidivas son posibles.
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NEUROLOGÍA | Miopatías inflamatorias inmunomediadas
debido a su relación con otros trastornos La ocurrencia en gatos es considerada tromales. La PMC podría proveer un mo-
inmunomediados, la existencia de autoan- más rara (Taboada 2001), y su prevalencia delo animal espontáneo para la miopatía
ticuerpos, genes de histocompatibilidad, real es desconocida (Dickinson y LeCou- inflamatoria mediada por células T.
la presencia de células T en el tejido mus- teur 2004). Un estudio mostró que, de 624 Aunque hay características clínicas,
cular y la respuesta a la inmunoterapia. biopsias musculares felinas, casi 3% pre- histológicas e inmunohistoquímicas que
Sin embargo, aún no se han identificado sentaron evidencia de miopatía inflamato- distinguen la PMC de otras miositis foca-
antígenos diana específicos (Milisenda et ria (Ginman et al. 2009). les, como la MMMC, se requieren otras
al. 2013). metodologías para identificar nuevos as-
La PMC es una enfermedad inflamatoria Fisiopatología pectos de la patogénesis de estas MIs.
de los músculos esqueléticos no relacio- La heterogeneidad clínica e histopa- El análisis de la expresión génica se ha
nada a otra enfermedad sistémica o in- tológica de las MIG sugiere que podrían utilizado para distinguir varias miopatías
fecciosa, y de causa desconocida (Podell existir diferentes mecanismos patogéni- incluyendo distrofias y otros grupos de
2002; Braund 1986), aunque la respues- cos moleculares que predominan en los MIs humanas y para evaluar el efecto de
ta a la terapia inmunosupresora sugiere distintos subgrupos de miositis. Los sub- la terapia en MIs y Dermatomiositis juvenil.
fuertemente, al igual que en los humanos, grupos también podrían diferenciarse en Este tipo de estudios puede identificar una
un componente inmunomediado (Braund base a su patrón de anticuerpos (Love et expresión génica diferencial, marcadores
1986; Smith 1989). Los factores desenca- al. 1991). La respuesta a la terapia tam- genéticos para el análisis de la respues-
denantes se desconocen, aunque en al- bién es variable, lo que sustenta la hipó- ta al tratamiento y posibles dianas para
gunos casos se ha visto asociada a otros tesis que la fisiopatología es distinta en las intervenciones terapéuticas en este
trastornos inmunomediados como lupus los diferentes subgrupos de enfermedad tipo de trastornos, a veces tan difíciles de
eritematoso sistémico (Krum et al. 1977), a (Lundberg et al. 2014). tratar (Shelton et al. 2006). En un trabajo
la administración de fármacos como peni- En medicina humana, se comunicó se utilizaron perfiles de expresión génica
cilamina, cimetidina o sulfonamidas en pe- que la prevalencia de autoanticuerpos para esclarecer la inmunopatogénesis de
rros (Podell 2002; Cerda-Gonzalez 2010; específicos de miositis en 222 pacientes las MIs inmunomediadas en perros. Se en-
Vite 2006) o a neoplasias como el timoma fue de 34.4%, mientras que los autoanti- contró que varios genes involucrados en
en gatos (Carpenter y Holzworth 1977). cuerpos asociados a las miositis se ha- la inmunidad innata y adaptativa estaban
En los gatos se ha descrito la presen- llaron en el 41.4% de los pacientes. Los altamente sobrerregulados, incluyendo
cia simultánea de polimiositis y polineuritis autoanticuerpos encontrados con más aquellos que participan en la activación y
(Ginman et al. 2009). frecuencia fueron anti-Ro-52 (36.9%), migración de macrófagos y células dendrí-
anti-Jo-1 (18.9%) y anti-Mi-2 (8.1%). ticas, y la presentación y el procesamiento
Prevalencia La distribución de estos anticuerpos antigénico. Otros genes también estaban
En un trabajo se comunicó que la PMC fue comparable entre las polimiositis y sobrerregulados, incluyendo los que par-
se encontró en el 63% de las miopatías dermatomiositis, excepto por la mayor ticipan en el crecimiento, desarrollo, mi-
inflamatorias de los perros y, combinada prevalencia de anti-Jo-1 en polimiositis gración y activación de células B, genes
con MMMC, en el 1.5% de los casos. El y anti-Mi-2 en dermatomiositis. Los au- inmunoglobulina, genes que participan en
Boxer y el Terranova estuvieron sobrerre- toanticuerpos anti-Ro-52 estuvieron fuer- vías proinflamatorias y antiinflamatorias, y
presentados en este estudio, y el Airedale temente asociados a anti-Jo-1 en ambas genes involucrados con la remodelación
terrier, Akita inu, Pastor de Brie, Spaniel enfermedades (Cruellas et al. 2013). En tisular. Esta activación génica es similar a
británico, Chihuahua, Bull dog inglés, Fox un estudio se observaron anticuerpos la que se ha descrito en la respuesta in-
terrier, Alaskan malamute, Mastín inglés, contra un antígeno no identificado en el mune en miositis humanas y otras enfer-
Terranova, Pit bull terrier y Weimaraner sarcolema de casi el 50% de perros Te- medades inmunomediadas (Shelton et al.
fueron razas que mostraron signos clíni- rranova con PMC, pero en ninguno de los 2006).
cos a edades significativamente menores casos se encontraron autoanticuerpos
que las demás, particularmente el Terra- para las fibras tipo 2M, como ocurre en Signos clínicos
nova, raza en la que el inicio puede em- la MMMC (Evans et al. 2004; Hankel et La edad promedio de inicio de los sig-
pezar a partir de los 6 meses (Evans et al. al. 2006). nos clínicos en la PMC es de 5.09 ± 2.6
2004). En otro estudio, el Bóxer representó De forma similar a la Polimiositis de los años, aunque puede aparecer en cual-
el 28.5% de los perros afectados por PMC humanos, el análisis del linaje de los infil- quier momento. No parece haber predi-
(Pumarola et al. 2004). Otros autores han trados celulares en la PMC ha demostrado lección sexual (Evans et al. 2004). Los
comunicado una aparente susceptibili- la infiltración de fibras musculares apa- signos son variables y pueden ser intermi-
dad en el Pastor alemán (Taylor 2000). De rentemente no necróticas con mayoría de tentes al principio. Puede observarse una
acuerdo a la experiencia del autor, la PMC linfocitos T CD8+, en los que predomina la progresiva intolerancia al ejercicio, con
en los perros constituye el 36% de los ca- expresión de receptores tipo TCRαβ, así una exacerbación aguda de la debilidad.
sos neuromusculares, y el 2% de todos como también ausencia de linfocitos B La marcha se caracteriza por una marca-
los casos neurológicos, sin observar una (Pumarola et al. 2004). También se halló da rigidez e hipometría, como si el perro
raza con mayor prevalencia (Pellegrino et una intensa expresión del CMH II en los “caminara sobre cáscara de huevo” (Po-
al. 2011). infiltrados leucocitarios y en las células es- dell 2002). La palpación muscular genera
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Miopatías inflamatorias inmunomediadas | NEUROLOGÍA
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en los signos clí-
nicos, los análisis de sangre, los estudios
electrofisiológicos y los resultados de la
biopsia muscular.
Los criterios para el diagnóstico de
PMC están bien definidos y han sido
extrapolados de aquellos utilizados
en medicina humana (Kornegay et al.
1980); incluyen la presencia de al menos
3 de los siguientes signos, incluyendo
una biopsia muscular positiva: (a) los
signos clínicos de debilidad muscular,
Figura 4. A) Perro macho, Bóxer, de 4 años de edad, con una polimio-
rigidez en la marcha y atrofia muscular;
sitis inmunomediada. Nótese la severa atrofia muscular generalizada.
(b) concentraciones séricas elevadas de
creatincinasa (CK); (c) alteraciones en
B) Perro macho, raza indefinida, de 7 años de edad, con una polimio-
el EMG (fig. 5); (d) serología negativa sitis inmunomediada. En este caso no predominaba la mialgia sino la
para las enfermedades infecciosas; y (e) debilidad generalizada, manifestada por largas horas de estar echado.
confirmación histológica de infiltrados
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NEUROLOGÍA | Miopatías inflamatorias inmunomediadas
Fig. 5A Fig. 5B
Fig. 5C Fig. 5D
linfocitarios en el músculo esquelético este hecho no descarta el diagnóstico de musculares más comprometidos previa-
(Podell 2002; Evans et al. 2004) (fig. 6). PMC. Por otra parte, la CPK puede estar mente a la biopsia. Cuando se localiza
La actividad sérica de CPK puede es- levemente aumentada en ausencia de en- un músculo severamente afectado se re-
tar incrementada entre 5 a 10 veces sus fermedad muscular relacionada a factores comienda que la biopsia se realiza en el
valores de referencia, principalmente al como el ejercicio, el decúbito prolongado mismo grupo muscular del otro lado para
inicio de la afección (Platt y Garosi 2004). o el trauma (por ejemplo, inyecciones), y evitar artefactos provocados por la aguja
Niveles elevados de AST, ALT y LDH tam- también puede estar notoriamente eleva- de EMG. Las alteraciones en el EMG pue-
bién son compatibles con enfermedad da en gatos anoréxicos (Blot 1995; Cardi- den incluir actividad insercional prolonga-
muscular pero son inespecíficas y pueden net 1997). da, ondas agudas positivas, potenciales
tener valores normales (Cardinet 1997). Cuando sea posible debe realizarse de fibrilación y descargas bizarras de alta
Sin embargo, la CPK puede ser normal EMG para documentar anormalidad en frecuencia (Cuddon 2002; Taylor 2000)
en presencia de enfermedad muscular, y varios músculos e identificar a los grupos (ver fig. 5).
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positivo es evidencia de infección, pero tintas neoplasias en el tiempo (linfoma que han mostrado cierta eficacia son el
no de enfermedad. Un título alto (>1/800) en la mayoría de ellos), lo que indicaría metotrexato, que inhibe la quimiotaxis
acompañado de signos clínicos compa- una susceptibilidad incrementada en y la liberación de mediadores proinfla-
tibles es suficiente para el diagnóstico esta raza. Curiosamente, las células tu- matorios (Weinblatt 1995; Callen 2000);
de neosporosis (Pellegrino 2014b). La morales no se hallaron en las biopsias la azatioprina, un inmunosupresor con
detección de antígenos específicos de originales, sino en muestras repetidas efecto adicional en la transmisión neuro-
N. caninum o anticuerpos en el LCR de tejido muscular más de 12 meses muscular (Griggs et al. 1993; Mastaglia
puede ser más adecuado (Gaitero et al. después de realizado el diagnóstico de y Zilko 2003); la ciclosporina, que inhibe
2006). Al igual que en toxoplasmosis, la MI (Evans et al. 2004). En la experiencia la activación de la células T y la subse-
biopsia muscular puede contribuir a la del autor, la polimiositis paraneoplásica cuente producción de citocinas (Griggs
identificación de bradizoítos o taquizoí- representa el 6% de las enfermedades et al. 1993; Kirschner et al. 2010); el in-
tos (fig. 8), pero la diferenciación entre neuromusculares y el 0,4% de todos fliximab (Dalakas et al. 1993), que inhibe
ambos protozoos requiere pruebas in- los casos neurológicos (Pellegrino et al. el NF-kB ; y el rituximab, que inhibe las
munohistoquímicas (Gaitero et al. 2006). 2011). células B (Majmudar et al. 2009). Este
Las técnicas de PCR en suero, LCR o último parece ser el tratamiento más pro-
músculo han demostrado una gran sen- Tratamiento misorio. Otras nuevas posibilidades son
sibilidad para demostrar la presencia de La terapia se focaliza en la inmunosu- la inhibición de las células T con aba-
Neospora (Nghiem y Schatzberg 2010). presión, el alivio del dolor y los cuidados tacept; el bloqueo de la interleucina-1
Los síndromes paraneoplásicos re- de soporte. Los glucocorticoides se han con anakinra; la interleucina-6 con toci-
presentan una constelación de signos utilizado para tratar las miopatías inflama- lizumab y el interferón tipo I con sifali-
que resultan de efectos distantes al tu- torias por más de 50 años (Reeves et al. mumab, aunque se necesita una mayor
mor. Estos efectos se pueden dar en va- 2012). Se recomienda iniciar el tratamien- cantidad de estudios (Lundberg et al.
rios órganos y sistemas y son indepen- to con prednisona o prednisolona a dosis 2014).
dientes de las manifestaciones dadas de 2 mg/kg 2 veces por día hasta la remi- En los perros, en los casos de intole-
por el tumor en sí mismo o por sus me- sión de los signos, para ir disminuyendo rancia a los glucocorticoides, cuando no
tástasis. Los mejor caracterizados son la dosis progresivamente (Podell 2002; se obtiene una respuesta adecuada a
los producidos por tumores secretantes Ródenas 2012). La eficacia clínica de los la terapia, o hay recidivas de los signos
de alguna hormona polipeptídica, por glucocorticoides se debe a la transrepre- clínicos se ha empleado azatioprina (2
ejemplo ACTH o PTH, que se distribuyen sión de genes proinflamatorios a través mg/kg/día) hasta la remisión para dismi-
por la circulación y actúan en el órgano de la inhibición de factores de transcrip- nuir luego a 0.5-2 mg/kg cada 48 horas
diana, lejos del cáncer que las produjo. ción inflamatorios como NF-kB (factor nu- (Podell 2002). En un perro se comuni-
También pueden deberse al desarrollo clear potenciador de las cadenas ligeras có la asociación de ciclofosfamida con
de autoinmunidad o a otros mecanismos kappa de las células B activadas) o AP-1 prednisona, sin resultados satisfactorios
hasta el momento desconocidos. A pe- (proteína activadora); sus efectos adver- (Smith 1989).
sar de su baja frecuencia, su importan- sos son atribuidos a la transcripción de Durante la década pasada se incre-
cia radica en que su aparición puede ser los genes diana mediados por el recep- mentó el interés en el desarrollo de los
el primer signo de un proceso maligno, tor de glucocorticoides (RG) (transacti- moduladores del RG, que mantienen
ya que frecuentemente preceden en me- vación). La terapia con corticosteroides las propiedades antiinflamatorias pero
ses o años al diagnóstico del tumor (Dal- debe ser prolongada, y a veces de por carecen de la respuesta transcripcional
mau y Posner 1999). Evidencias recien- vida, para evitar las recidivas. dependiente del RG, brindando una al-
tes han confirmado una asociación entre En la actualidad los glucocorticoides ternativa segura a los glucocorticoides
malignidad y miopatías inflamatorias en son motivo de controversia debido a los tradicionales. Muchos de estos com-
humanos. En perros, unas pocas comu- significativos efectos adversos asocia- puestos análogos o “disociativos” (por
nicaciones han asociado a las miopatías dos a un tratamiento crónico. Por ese ejemplo, AL-438, Compuesto ZK, LGD-
inflamatorias con neoplasias tales como motivo se han empleado muchos otros 5552, compuesto A, compuesto RU, la-
carcinoma broncogénico, leucemia mie- agentes inmunosupresores alternativos zaroides) se muestran como muy promi-
loide, carcinoma tonsilar y otras neopla- para disminuir sus dosis y aliviar los sorios en estudios in vitro, pero fracasan
sias malignas (Evans et al. 2004) (fig. 9); efectos adversos, tanto en medicina en los ensayos clínicos en seres huma-
el timoma ha sido asociado a polimiositis humana (Reeves et al. 2012) como en nos (Reeves et al. 2012).
inmunomediada en gatos (Carpenter y medicina veterinaria (Podell 2002). Sin Se ha comunicado que la incorpora-
Holzworth 1977). En un trabajo se comu- embargo, no hay acuerdo acerca del ción de un programa de ejercicio al tra-
nicó que los síndrome paraneoplásicos mejor protocolo de drogas inmunosupre- tamiento inmunosupresor conduce a una
que provocan miopatías generalizadas soras para usar en pacientes miopáticos mejoría en la fuerza y en el rendimiento
en los perros constituyen el 8.5% de las (Reeves et al. 2012). Los medicamen- muscular. Cada vez hay más evidencias
MI inmunomediadas. En este grupo, el tos antiinflamatorios específicos que se acerca de la seguridad del ejercicio fí-
25% de los Bóxer diagnosticados con han utilizado en polimiositis y dermato- sico en las miopatías inmunomediadas.
polimiositis idiopática desarrollaron dis- miositis autoinmunes en los humanos, y El ejercicio demostró una mejoría en la
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Miopatías inflamatorias inmunomediadas | NEUROLOGÍA
Fig. 9A Fig. 9B
Fig. 9C Fig. 9D
Figura 9. A) Rx simple L-L del tórax de un Pit bull terrier macho con una polimiositis inmunome-
diada de varios meses de evolución. Se observan imágenes múltiples de masas intratorácicas. Estas
imágenes fueron visualizadas después de 4 meses de realizar Rx de tórax sucesivas mensuales.
Tomado con autorización de Pellegrino F.: Las claves del diagnóstico neurológico para el veterinario
clínico. Buenos Aires; Intermédica 2014. B) Rx simple L-L de la columna lumbosacra de un perro
de raza indefinida, con una polimiositis inmunomediada. La imagen muestra una imagen en sacabo-
cado que compromete el sacro y la vértebra L-7. Los signos de cauda equina comenzaron 3 meses
después del diagnóstico de polimiositis. C) Imagen microscópica de una biopsia muscular (25 X)
correspondiente a un perro con una polimiositis debido a un síndrome paraneoplásico. D) Imagen
ampliada (100 X) que muestra el infiltrado de tipo linfocítico. Obsérvese la similitud morfológica con
la imagen de la figura 6.
NEUROVET | 15
NEUROLOGÍA | Miopatías inflamatorias inmunomediadas
capacidad aeróbica del músculo y una de Shetland (Hargis et al. 1985; Ferguson les de los miembros. Los signos incluyen
reducción en su discapacidad (Lund- et al. 2000). La DCF-símil se ha descrito atrofia, dificultad para aprehender el ali-
berg et al. 2014). en Chow chow, Corgi galés de Pembroke, mento y deglutir, y disminución del reflejo
Se recomienda la utilización de anal- Pastor alemán, Kuvasz, Schnauzer minia- del vómito. Signos clínicos más severos
gésicos (por ejemplo, parches de fenta- tura, Dachshund, Fox terrier, Beauceron, consisten en megaesófago asociado a re-
nilo) durante 72 horas para el alivio del Pastor ganadero australiano, Lakeland te- gurgitación, polimiositis con marcha rígida
dolor (Podell 2002; Ródenas 2012). rrier y mestizos (White et al. 1992; Gross et y atrofia generalizada (Gross et al. 2005).
al. 2005; Vite 2006). En general, el Pastor de Shetland presenta
Pronóstico En una revisión clinicopatológica de 200 mayor compromiso cutáneo, mientras que
El pronóstico para la PMC es general- casos de miopatías inflamatorias (Evans el Collie, además de la dermopatía, tiene
mente bueno en perros y gatos; sin em- et al. 2004), no se encontraron casos de una mayor predisposición a presentar in-
bargo, la presencia de megaesófago y/o DFC, la DFC-símil fue la causa del 1.5% de flamación muscular (Wahl et al. 2008).
disfagia es un factor desfavorable (Cerda- los perros afectados.
Gonzalez 2010). Si existiera megaesófago Diagnóstico
deben implementarse cambios apropia- Fisiopatología El diagnóstico presuntivo se basa en
dos en la alimentación para impedir la La etiopatogenia, tanto en perros como la reseña y el reconocimiento de los
neumonía por aspiración. En caso que en humanos, es básicamente desconoci- cambios típicos en piel.
la neumonía por aspiración ya estuviera da (Hargis et al. 1984; Larsson et al. 1993; Los niveles séricos de IgG se encuen-
presente deben tomarse precauciones Scoot et al. 1996; Gross et al. 2005); se tran muy aumentados, y pueden ser
cuando se implementa la terapia inmuno- sospecha de una patogénesis inmuno- detectados previamente al inicio de los
supresora; es aconsejable comenzar con mediada con depósito de complejos in- signos clínicos; tienen una correlación
antibióticos bactericidas apropiados 24 munes, aunque los antígenos diana espe- positiva con la severidad de la enferme-
horas antes del tratamiento con corticos- cíficos no se han identificado. Puede ser dad, y disminuyen cuando el paciente
teroides cuando existe esta complicación. inducida por fármacos, infecciones (es- entra en remisión (Napoleone 2015). En
pecialmente virales), toxinas e, inclusive, los perros más severamente afectados
puede ser una manifestación paraneoplá- puede observarse anemia no regenera-
Dermatomiositis canina
sica. Los signos clínicos relacionados a tiva debido a la inflamación crónica. Los
familiar DCF están generalmente relacionados a niveles séricos de CPK son variables y,
La Dermatomiositis Canina Familiar
un evento iniciador como el estro, el parto, aunque usualmente son normales, pue-
(DCF) es una enfermedad inflamatoria ge-
la lactancia, traumas o exposición excesi- den estar aumentados (Braund 2003).
neralizada, de naturaleza autoinmune, que
va al sol (Machado et al. 2009; Rondelli et El diagnóstico definitivo se obtiene
afecta la piel, el músculo esquelético y la
al. 2011). por examen histopatológico mediante
vasculatura (Hargis et al. 1984; Haupt et
biopsia de fragmentos cutáneos con
al. 1985a, 1985b). Fue descrita inicialmen-
te en Collie (1984) y Pastor de Shetland
Signos clínicos lesiones alopécicas y eritematosas. La
Los signos clínicos se inician entre los biopsia muscular y el EMG pueden con-
(1985) (Larsson 1993). Se han descrito
2 meses y los 6 meses de edad (Grossa y tribuir al diagnóstico pero no se realizan
casos esporádicos en otras razas (White
Kunkle 1987; Podell 2002; Braund 2003); de forma rutinaria. Pueden observarse
et al. 1992; Gross et al. 2005), con aspec-
menos frecuentemente se observan severas potenciales de fibrilación, ondas agudas
tos clínicos e histopatológicos semejantes
lesiones cutáneas en perros adultos, asocia- positivas o descargas bizarras de alta
a la DCF; esta variante se denomina DCF-
das a situaciones estresantes o exposición frecuencia (Braund 2003). La biopsia
símil (Scoot et al. 1996).
prolongada a la luz solar. No se ha comu- muscular muestra mionecrosis multifo-
Si bien aún no se ha comunicado en pe-
nicado predilección sexual. Las lesiones cal, internalización de los núcleos mus-
rros, la dermatomiositis asociada a malig-
consisten en áreas focales costrosas, de culares, atrofia, fibrosis y regeneración,
nidad es un hallazgo frecuente en medici-
descamación, que se instalan más común- y moderados a severos infiltrados celula-
na humana (Buchbinder y Hill 2002; Engel
mente en la cara, en la punta de las orejas res inflamatorios intersticiales y perivas-
y Hohlfeld 2004).
y de la cola, y en las prominencias óseas culares (linfocitos, neutrófilos, células
de los miembros (fig. 10). Con el transcurso plasmáticas y macrófagos). Los peque-
Etiología de la enfermedad las costras se hacen más ños nervios intrafasciculares pueden
La DCF es una genodermatosis autosómi- notorias y se observan áreas de alopecia y estar rodeados de células inflamatorias.
ca dominante, de expresividad variable. En eritema (Gross et al. 2005). Puede observarse vasculitis necrotizan-
cambio, en la DCF-símil, no hay evidencias Las lesiones musculares representan tes en las pequeñas vénulas y arteriolas
de participación genética (Scoot et al. 1996). una forma más agresiva de la DCF y se de la piel, el músculo, y ocasionalmente
manifiestan posteriormente a la derma- en otros tejidos (Napoleone 2015).
Prevalencia titis (video 1 y video 2). Los músculos El diagnóstico de DFC se ha extrapo-
Las DFC es una alteración poco fre- temporales generalmente son el primer lado de los criterios usados en medicina
cuente, que afecta más comúnmente a grupo afectado, y el que muestra mayor humana e incluye: (a) la presencia de
todas las variedades de Collie y al Pastor compromiso junto con los músculos dista- atrofia muscular simétrica; (b) biopsia
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Miopatías inflamatorias inmunomediadas | NEUROLOGÍA
muscular con evidencia de miositis mul- 4. Basso W, Venturini MC. Capítulo 39: La
tifocal; (c) cambios en EMG sugestivos toxoplasmosis en los animales domés-
de miopatía, y (d) características derma- ticos y silvestres criados en cautiverio:
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alfabéticamente según el apellido del primer autor. Las citas de un mismo autor se ordenarán cronológicamente, y
las de un mismo año se distinguirán mediante letras (1985 a, 1985 b, etc.).
Ejemplos:
a. Artículos en revistas:
Olby N., Blot S., Thibaud J.L., Phillips J., O’Brien D.P., Burr J., Berg J., Brown T., Breen M., 2004. Cerebellar
cortical degeneration in adult American Staffordshire Terriers. J. Vet. Int. Med. 18:201-208.
Las abreviaturas de las publicaciones periódicas deberán ajustarse a las normas internacionales. Un listado
amplio de abreviaturas se encuentra en el “Serial Sources for the Biosis Data Base” del Biological Abstracs.
Dewey C.W., Fletcher D.J. 2008. Head Trauma Mangement, En: Dewey C.R. (ed.), A practica! guide to canine
and feline neurology (2nd ed.), pp 221-236. Wiley-Blackwell, Singapur. 706 pp.
Dewey C.R. 2008. A practical guide to canine and feline neurology (2nd ed.). Wiley-Blackwell, Singapur. 706 pp.
Pellegrino F.C. 2003. Estandarización de los patrones electroencefalográficos de los caninos. Tesis doctoral.
Universidad de Buenos Aires.
Schermerhorn T., Center S.A., Rowland P.J. et al. 1993. Characterization of inherited portovascular dysplasia in
Cairn terriers. Proceedings of the llth American College of Veterinary Internal Medicine Forum, Washington DC, p 949.
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