Constitucional e Internacional

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 39

Sentencia T-010/15

JURISDICCION ESPECIAL INDIGENA-Protección


constitucional e internacional

El reconocimiento en la Constitución de 1991 de una jurisdicción especial


y una autonomía para los pueblos indígenas, en consonancia con tratados
internacionales sobre la materia, constituye un paso de reivindicación
social, de gran importancia para el derecho constitucional en cuanto a la
protección de las minorías indígenas se refiere. Antes de 1991, los pueblos
indígenas se habían visto sometidos a procesos de colonización y a-
culturización y “en mayor o menor medida, habían venido perdiendo su
identidad y su cohesión interna y habían permitido que sus sistemas jurídicos
tradicionales cayesen en desuso y fuesen sustituidos por el de la cultura
nacional”. A contrario sensu, la Carta Fundamental de 1991, con la
consagración de facultades para que los pueblos indígenas puedan
establecer autoridades judiciales internas y normas y procedimientos
propios, materializó principios definitorios de la Constitución como el
pluralismo (art. 1 C.P.) y la diversidad étnica y cultural (art. 7 C.P.) y, así,
en cierta medida, revirtió el proceso discriminatorio para proteger el
multiculturalismo y las diferentes cosmovisiones de la sociedad.

JURISDICCION ESPECIAL INDIGENA-Alcance y límites

JURISDICCION INDIGENA-Principios

PRINCIPIO DE MAXIMIZACION DE LA AUTONOMIA


INDIGENA-Naturaleza/PRINCIPIO A MAYOR
CONSERVACION DE LA IDENTIDAD CULTURAL,
MAYOR AUTONOMIA-Naturaleza

PRINCIPIO DE MAYOR AUTONOMIA PARA LA


DECISION DE CONFLICTOS INTERNOS-Naturaleza

VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO


PERTENECIENTES A PUEBLOS Y COMUNIDADES
INDIGENAS-Aplicación de enfoque diferencial o étnico

El enfoque diferencial como desarrollo del principio de igualdad, en


tanto trata diferencialmente a sujetos desiguales, busca proteger a las
personas que se encuentren en circunstancias de vulnerabilidad o de
debilidad manifiesta, de manera que se logre una verdadera igualdad
real y efectiva, con los principios de equidad, participación social e
2

inclusión. Dentro del enfoque diferencial, se encuentra el enfoque étnico,


el cual tiene que ver con la diversidad étnica y cultural, de tal manera
que teniendo en cuenta las particularidades especiales que caracterizan
a determinados grupos étnicos y el multiculturalismo, se brinde una
protección diferenciada basada en dichas situaciones específicas de
vulnerabilidad, que en el caso de las comunidades étnicas, como lo son
las comunidades indígenas, afro, negras, palanqueras, raizales y Rom, se
remontan a asimetrías históricas. Dicho principio, permite visibilizar las
vulnerabilidades y vulneraciones específicas de grupos e individuos, por
lo que partiendo del reconocimiento focalizado de la diferencia se
pretenden garantizar los principios de igualdad, diversidad y equidad.

VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO


PERTENECIENTES A PUEBLOS Y COMUNIDADES
INDIGENAS-Aplicación del Decreto ley 4633 de 2011

El Decreto-Ley 4633 de 2011, consagra una serie de principios y


derechos a las comunidades indígenas, reconociendo la unidad, la
autonomía, la cultura y el territorio, como principios rectores en la
implementación de medidas de protección: colectiva, individual y
especial. Igualmente, los artículos 23 y 54 disponen, como parte de un
diálogo intercultural, que se debe garantizar la participación efectiva de
las autoridades indígenas y de las mujeres, en los procesos de
esclarecimiento, investigación y actuación administrativa y/o judicial, así
como en las medidas de protección que se desarrollen. Por tanto, las
entidades del Estado encargadas de desarrollar y ejecutar seguimiento
de estas medidas y mecanismos deben trabajar “de manera armónica y
respetuosa con las autoridades indígenas.”

INDEMNIZACION ADMINISTRATIVA PARA VICTIMAS


DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO-Beneficiarios

INDEMNIZACION ADMINISTRATIVA PARA VICTIMAS


DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO PERTENECIENTES
A PUEBLOS Y COMUNIDADES INDIGENAS-Vulneración por
UARIV al solicitar escritura pública de sucesión para
reconocimiento de indemnización de beneficiaria de la víctima, sin
tener en cuenta que pertenece a comunidad indígena

La Sala debe precisar que cuando una persona fallece y posteriormente


es reconocida como destinataria, dentro de un trámite de reparación por
vía administrativa, las autoridades no pueden exigir para el
reconocimiento del porcentaje asignado al causante, que sus parientes
cercanos aporten la sentencia o escritura pública de sucesión, en cuanto
3

a los miembros de las comunidades indígenas se refiere. En el caso sub


examine, de manera inconstitucional la entidad accionada requirió a la
accionante, en respuesta al derecho de petición, para que con el fin de
ser reconocida como beneficiaria de la indemnización, allegara
sentencia o escritura pública de sucesión. Lo anterior, se constituye en
un requisito excesivo para miembros de comunidades indígenas, toda vez
que desconoce la diversidad étnica y cultural de la Nación, la
jurisdicción especial indígena, el debido proceso y el pluralismo,
principios axiológicos de la Constitución de 1991. Evidentemente, frente
al reconocimiento de los beneficiarios de una indemnización
administrativa, constituida en favor de una víctima del conflicto,
pertenecientes a una comunidad indígena, las autoridades
administrativas y/o judiciales no pueden imponer a los miembros de los
pueblos indígenas un requisito imposible de cumplir, toda vez que su
jurisdicción especial difiere de la común; lo cual se traduce en que no se
compone de un cuerpo de operadores judiciales que emiten providencias
judiciales (jueces) ni de otro cuerpo de funcionarios públicos que dan fe
de las escrituras públicas (notarios).

JURISDICCION ESPECIAL INDIGENA E


INDEMNIZACION ADMINISTRATIVA PARA VICTIMAS
DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO PERTENECIENTES
A PUEBLOS Y COMUNIDADES INDIGENAS-Orden a UARIV
solicite a la autoridad de la comunidad indígena una certificación de
quienes son los destinatarios de la indemnización, de acuerdo con
las normas tradicionales de parentesco del pueblo indígena, y
proceda a su pago

Referencia: expediente T-4.481.449

Acción de tutela instaurada por


Luzmila Cabrera Guerrero contra la
Unidad para la Atención y Reparación
Integral a las Víctimas

Magistrada (e) Ponente:


MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ

Bogotá, D.C., dieciséis (16) de enero de dos mil quince (2015)

La Sala Octava de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los


Magistrados Luis Ernesto Vargas Silva, María Victoria Calle Correa y
4

Martha Victoria Sáchica Méndez, quien la preside, en ejercicio de sus


competencias constitucionales y legales, específicamente, las previstas en
los artículos 86 y 241 numeral 9º de la Constitución Política, así como en
los artículos 33 y siguientes del Decreto 2591 de 1991, ha proferido la
siguiente:

SENTENCIA

Dentro del proceso de revisión del fallo de tutela proferido el 26 de junio


de 2014, por el Juzgado Cuarenta y Cuatro (44) Civil del Circuito de
Bogotá D.C., que negó en primera instancia el amparo deprecado.

I. ANTECEDENTES

1.1 Hechos

1.1.1 La accionante, Luzmila Cabrera Guerrero, pertenece a la etnia


Uitoto y es miembro activo de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés,
parte de la Organización Zona Central Indígena de Mitú - Ozcimi. Sus
hijos, Estefanía Veloz Cabrera, Maximiliano Veloz Cabrera, Miguel
Bernardo Veloz Cabrera, María Isolina Veloz Cabrera y Luz Mila
Yugupó Veloz Cabrera, fueron procreados junto con Maximiliano Veloz
García y forman parte del mismo pueblo indígena, bajo la etnia
Carapana.

1.1.2 Indica en el libelo de la demanda que su compañero permanente,


Maximiliano Veloz García, ex Alcalde de Mitú, fue víctima de secuestro
el día 23 de abril de 2004 por parte de la guerrilla de las FARC. Para esa
época, se desempeñaba públicamente como líder indígena y candidato a
la Gobernación de Vaupés.

1.1.3 Afirma que durante el cautiverio contrajo esclerosis lateral y otras


enfermedades por las cuales le diagnosticaron un año de vida. Una vez
recobro la libertad, rindió declaración juramentada con el fin de ser
reconocido como víctima y obtener la reparación por los daños causados.
Sin embargo, debido a la patología adquirida, falleció el 1º de febrero de
2006, sin que para esa fecha Acción Social se hubiese pronunciado sobre
su solicitud.

1.1.4 Con posterioridad al fallecimiento, Acción Social emitió acto


administrativo el 20 de octubre de 2011, en el cual reconoció a
Maximiliano Veloz García la calidad de víctima directa y una reparación
individual por vía administrativa por la suma de $21.424.000. No
obstante, la indemnización fue registrada erróneamente, pues en ella se
5

benefició al señor Maximiliano Muñoz García. El error se enmendó con


la devolución de lo entregado.

1.1.5 Por el reconocimiento como víctima de secuestro y pago de la


indemnización a favor de su compañero permanente, la tutelante solicitó
a la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas -en
adelante UARIV-, el reconocimiento de la anterior indemnización al
grupo familiar, en calidad de sucesores y destinatarios de la misma.
Como respuesta, emitida el 30 de junio de 2012, por la Directora General
de la UARIV, Paula Gaviria Betancur, se indicó que “ya fue otorgada
indemnización solidaria como medida de reparación” (…) “el giro se
hizo a las personas que realizaron la solicitud de reparación, en su
condición de beneficiarios de la víctima y en porcentaje
correspondiente”-folio 5-.

1.1.6 A pesar de ello, el 11 de septiembre de 2012, la misma directora de


la UARIV ofreció disculpas ya cometió un “error involuntario” en la
respuesta dada anteriormente al informar sobre la entrega del monto
asignado por concepto de reparación, señaló que “el trámite que debe
efectuarse cuando una persona que ha sido reconocida como
destinatario dentro de un trámite de reparación por vía administrativa
fallece y con el objetivo de que sea estudiado el reconocimiento de sus
sucesores dentro del proceso de pago del porcentaje asignado al
causante (persona fallecida), se deberán allegar a esta entidad los
siguientes documentos: 1. Sentencia o Escritura Pública de sucesión y 2.
Copia del Registro Civil de Defunción del destinatario reconocido” -
subrayado fuera de texto, folio 6-.

1.1.7 Como respuesta a las anteriores condiciones, el 4 de enero de


2013, la accionante manifestó que no le era posible allegar sentencia o
escritura pública de sucesión, “habida consideración que siendo nuestra
procedencia de raigambre indígena, no está dentro de nuestros usos,
tradiciones y costumbres este tipo de procesos” -folio 8-. Con respecto a
la segunda exigencia, remitió nuevamente el registro civil de defunción,
informando que había sido enviado en memorial de 17 de abril de 2010.

1.1.8 En posterior derecho de petición suscrito por la accionante el 23 de


julio de 2013, solicitó nuevamente el pago de la reparación individual por
vía administrativa a su nombre. Indicó que no ha recibido respuesta a la
petición del 4 de enero de 2013 y que agradece tener en cuenta la
condición de indígenas para realizar el pago (…), “ante la dificultad que
tenemos para obtener sentencia o escritura pública de sucesión” -folio
9-.
6

1.1.9 En respuesta de 20 de septiembre de 2013, la UARIV, por


intermedio de la Personería Municipal de Mitú, indicó a la accionante
que la calidad de familiar de una víctima de hechos distintos al homicidio
y a la desaparición forzada no da lugar a la indemnización a su nombre,
debido a que la focalización del programa de reparación por vía
administrativa se dirige a otras víctimas. “…Por tanto, no es viable
acceder a su solicitud, porque la indemnización por vía administrativa
para ese hecho está consagrada en favor de la víctima directa” -folio
17-.

1.1.10 Finalmente, en respuesta al derecho de petición fechado el 15 de


noviembre de 2013, allegado a la accionante a través de la Personería
Municipal de Mitú, se informó que, “la Unidad para la Atención y
Reparación Integral a la Víctimas, procedió a realizar la
correspondiente valoración del caso radicado (…) y decidió de fondo
reconocer la calidad de víctima al señor MAXIMILIANO VELOZ
GARCÍA por el hecho victimizante de SECUESTRO”. De acuerdo con
lo anterior, la Unidad realizó los trámites administrativos para hacer
efectivas las medidas de reparación y por ello, se efectuó giro a su
nombre, el 31 de octubre de 2011, por el 100% de la indemnización en
la sucursal del Banco Agrario municipio VAUPEZ – MITU” - negritas
fuera de texto, folio 15-.

1.2 Solicitud de tutela y contestación de la demanda

1.2.1 Luzmila Cabrera Guerrero interpuso acción de tutela contra la


UARIV, por considerar vulnerados sus derechos fundamentales de
petición, a la igualdad, a la reparación integral, a la jurisdicción indígena,
a la diversidad étnica y cultural, así como a la autonomía indígena, ante
la negativa en el reconocimiento y pago de la reparación administrativa
que considera tiene derecho como destinataria, en calidad de compañera
permanente de Maximiliano Veloz García, víctima del conflicto armado
interno. Como consecuencia, solicita ordenar a la entidad accionada para
que conteste los derechos de petición radicados y proceda, dentro del
término más pronto posible, al reconocimiento como beneficiaria de la
indemnización administrativa, sin imponer restricciones contrarias a sus
usos y costumbres indígenas.

1.2.2 Notificada la demanda de tutela en debida forma1, la entidad


accionada guardó silencio.

1.3 Decisión judicial objeto de revisión

1
Ver folios 44, 45 y 60.
7

1.3.1 Decisión de Primera Instancia

El Juzgado Cuarenta y Cuatro Civil del Circuito de Bogotá, mediante


fallo del 26 de junio de 2014, negó el amparo solicitado bajo el
argumento de que la accionada realizó los trámites administrativos para
hacer efectivas las medidas de reparación, al punto de haber efectuado un
giro el 31 de octubre de 2011 en favor de la actora, proceder que
considera suficiente.

Según el juez a quo si lo que pretendía la accionante era el amparo de los


derechos de petición, elevados el 4 de enero y el 23 de junio de 2013, ello
se obtuvo con las respuestas recibidas por la accionada, que además de
orientar, informaron completamente sobre el pago de la indemnización.

No obstante, es de resaltar que el fallo se circunscribió exclusivamente


sobre el derecho fundamental de petición, ya que para el juzgador no se
evidenció dentro del expediente prueba de otra afectación, “lo cierto es
que, ningún reproche en particular se formuló frente a éstos, sin que se
evidencie dentro del expediente prueba de la afectación, por lo que su
inconformidad, exclusivamente recae en la falta de una respuesta de
fondo, a la petición que elevó por lo que, a éste derecho se contraerá la
decisión respectiva” -folio 60-.

1.4 Pruebas documentales que obran en el expediente

1.4.1 Copia de información de pago, de octubre 20 de 2011, suscrito por


el Subdirector de Atención a Víctimas de la Violencia de Acción
Social, en él se indica a Maximiliano Muñoz García (radicado
306789) que puede acercarse al Banco Agrario del municipio de
MITU para reclamar el dinero girado en favor, sin considerar su
fallecimiento (fl. 3).

1.4.2 Documento de Acción Social donde consta que el radicado número


306789 corresponde a la víctima Maximiliano Veloz García (fl. 4).

1.4.3 Copia de comunicación de junio 30 de 2012, suscrita por la


Directora General de la UARIV. Se advierte que ya fue otorgada
indemnización solidaria como medida de reparación de acuerdo a
lo previsto en el Decreto 1290 de 2008. “El giro se hizo a las
personas que realizaron la solicitud de reparación, en su
condición de beneficiarios de la víctima y en el porcentaje
correspondiente” (fl. 5).
8

1.4.4 Copia de comunicación de septiembre 11 de 2012, suscrita por la


Directora General de la UARIV. Se indica que en la respuesta de
junio 30 de 2012 a la petición presentada se cometió un error
involuntario al informar sobre la entrega del monto asignado por
concepto de reparación (caso 306789). En vista de ello se aclaró la
situación y se señalaron unos requisitos a cumplir para acceder al
beneficio en representación de la víctima directa (fl. 6-7).

1.4.5 Copia de petición suscrita por la accionante, de fecha enero 4 de


2013, dirigida a la Directora General de la UARIV, en la que la
actora explica por qué no puede cumplir con uno de los requisitos
exigidos para acceder a la reparación (fl. 8).

1.4.6 Copia de petición suscrita por la accionante, de 23 de julio de


2013, dirigida a la Directora General de la UARIV, en la que se
insiste que el grupo familiar del fallecido tenía derecho a ser
beneficiario de la indemnización. Solicitó además considerar la
calidad de indígenas que ostentan (fl. 9).

1.4.7 Copia de comunicado de prensa de 10 de mayo de 2004, emitido


por la Defensoría del Pueblo en el cual reclama a las FARC la
liberación de 7 indígenas secuestrados en Vaupés. (fl. 10).

1.4.8 Copia comunicado de 3 de mayo de 2004 suscrito por el abogado


asesor de la Defensoría del Pueblo, Seccional Vaupés y dirigido al
Secretaria General de la Defensoría del Pueblo. En él se informa
que miembros del Frente Primero Armando Ríos de las FARC
secuestraron el 22 de abril de 2004 a varios ciudadanos, entre los
cuales se encuentra Maximiliano Veloz García, indígena, ex
Alcalde de Mitú y candidato a la Gobernación (fl. 11-12).

1.4.9 Copia de comunicado de 27 de abril de 2004, suscrito por el


Alcalde Municipal Encargado de Carurú, Vaupés, dirigido al
Gobernador Encargado de Vaupés. Señaló que desde la semana
anterior, varios ciudadanos fueron retenidos por las FARC en
cercanías de la comunidad del Palmar, entre los cuales figura
Maximiliano Veloz García (fl 13).

1.4.10 Copia de acta de declaración juramentada tomada por el Notario


Único del Círculo de Mitú, el 6 de marzo de 2013. En ella Martha
Patricia Ortiz Glostoza y Selva Rosa Ebratt afirmaron conocer a
Luzmila Cabrera Guerrero y saber que vivió en unión libre con
Maximiliano Veloz García, fallecido. De esa unión resultaron 5
hijos, a la fecha, ninguno menor de edad (fl 14).
9

1.4.11 Copia de respuesta de 20 de septiembre de 2013 al derecho de


petición bajo radicado 20137115296962. Suscrito por la Directora
Técnica de Reparación de la UARIV y dirigido a la Personería
Municipal de Mitú para ser comunicado a la accionante. En él se
solicitó a tal entidad comunicar el contenido del documento a la
actora, quien no suministro debidamente dirección de
correspondencia. Se indicó que la calidad de víctima de hechos
distintos al homicidio y a la desaparición forzada no da lugar a la
indemnización a su nombre, debido a la focalización del programa
de reparación por vía administrativa. (fl.17-18).

1.4.12 Copia de respuesta de 15 de noviembre de 2013 al derecho de


petición bajo radicado 20137115296962, suscrito por la Directora
Técnica de Reparación de la UARIV y dirigido a la Personería
Municipal de Mitú para ser comunicado a la accionante. En él se
solicitó a tal entidad comunicar el contenido del documento a la
actora, quien no suministro debidamente dirección de
correspondencia. Se informó que se reconoció la calidad de
víctima del señor Maximiliano Veloz García, por el hecho
victimizante de secuestro. Por ello, se adelantaron los trámites para
hacer efectivas las medidas de reparación, por lo que se giró a
nombre de este el 31 de octubre de 2011 el 100% de la
indemnización (fl 15-16).

1.4.13 Copia de Registro Civil de Defunción del señor Maximiliano


Veloz García, fecha de defunción 01 de febrero de 2006 (fl 19).

1.4.14 Copia de cédula de ciudadanía de Luzmila Cabrera Guerrero (fl


20).

1.4.15 Copia de Registro Civil de Nacimiento de Luzmila Cabrera


Guerrero (fl 21).

1.4.16 Copia de certificado de 14 de junio de 2014, suscrito por el


Capitán de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés. Da certeza
que la señora Luzmila Cabrera Guerrero pertenece a la etnia Uitoto
y es miembro activo de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés
(fl 22).

1.4.17 Copia de cédula de ciudadanía de Maximiliano Veloz Cabrera (fl


23).
10

1.4.18 Copia de partida de nacimiento de Maximiliano Veloz Cabrera


suscrita el 27 de noviembre de 1980 por Fernando A Méndez,
Corregidor Comisarial (fl 24).

1.4.19 Copia de certificado de 14 de junio de 2014, suscrito por el


Capitán de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés. Da certeza
que el señor Maximiliano Veloz Cabrera pertenece a la etnia
Carapana y es miembro activo de la Comunidad Indígena de
Puerto Vaupés (fl 25).

1.4.20 Copia de cédula de Estefanía Veloz Cabrera (fl 26).

1.4.21 Copia de Registro Civil de Nacimiento de Estefanía Veloz


Cabrera (fl 27).

1.4.22 Copia de certificado de 14 de junio de 2014, suscrito por el


Capitán de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés. Da certeza
que la señora Estefanía Veloz Cabrera pertenece a la etnia
Carapana y es miembro activo de la Comunidad Indígena de
Puerto Vaupés (fl 28).

1.4.23 Copia de cédula de Miguel Bernardo Veloz Cabrera (fl 29).

1.4.24 Copia de Registro Civil de Nacimiento de Miguel Bernardo Veloz


Cabrera (fl 30).

1.4.25 Copia certificado de 14 de junio de 2014, suscrito por el Capitán


de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés. Da certeza que el
señor Miguel Bernardo Veloz Cabrera pertenece a la etnia
Carapana y es miembro activo de la Comunidad Indígena de
Puerto Vaupés (fl 31).

1.4.26 Copia de cédula de María Isolina Veloz Cabrera (fl 32).

1.4.27 Copia de Registro Civil de Nacimiento de María Isolina Veloz


Cabrera (fl 33).

1.4.28 Copia de certificado de 14 de junio de 2014, suscrito por el


Capitán de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés. Da certeza
que la señora María Isolina Veloz Cabrera pertenece a la etnia
Carapana y es miembro activo de la Comunidad Indígena de
Puerto Vaupés (fl 34).

1.4.29 Copia de cédula de Luz Mila Yupugo Veloz Cabrero (fl 35).
11

1.4.30 Copia de Registro Civil de Nacimiento de Luz Mila Yupugo


Veloz Cabrero (fl 36).

1.4.31 Copia de certificado de 14 de junio de 2014 suscrito por el


Capitán de la Comunidad Indígena de Puerto Vaupés. Da certeza
que la señora Luz Mila Yupugo Veloz Cabrero pertenece a la etnia
Carapana y es miembro activo de la Comunidad Indígena de
Puerto Vaupés (fl 37).

II. ACTUACIONES SURTIDAS EN SEDE DE REVISIÓN

2.1. Ante la disparidad de respuestas respecto de los derechos de


petición formulados por la accionante, de las cuales resulta incierto
establecer si la actora efectivamente recibió la reparación administrativa,
mediante auto de fecha 4 de noviembre de 2014, la Magistrada (e)
Sustanciadora, Martha Victoria Sáchica Méndez, solicitó a los extremos
de la litis, que informaran si a la fecha le había sido reconocida y/o
pagado a Luzmila Cabrera Guerrero la reparación administrativa como
destinataria de la indemnización correspondiente a Maximiliano Veloz
García. Adicionalmente, se solicitó a la accionante que informara sobre
su situación económica y la de su núcleo familiar2.

2.2. Mediante oficio de 13 de noviembre de 2014, la Secretaría General


de la Corporación informó al Despacho Sustanciador la recepción vía fax
de la prueba solicitada, firmada por la señora Luzmila Cabrera Guerrero.

Señaló la accionante que: “nunca me han reconocido y/o pagado dinero


en calidad de beneficiaria a la reparación administrativa constituida
para la Unidad para la Atención y Reparación Integral de Víctimas en
favor de mi ex compañero permanente Maximiliano Veloz García”3.

Frente al segundo interrogante formulado adujo que: “mi situación


económica es precaria, sostengo a uno de mis seis hijos que tiene 17
años con un sueldo un poco más del salario mínimo, el cual gano como
auxiliar de servicios generales de la Secretaría Departamental del
Vaupés (…) Soy madre cabeza de hogar”4.

2
Ver expediente de tutela, folios 5-7.
3
Ver expediente de tutela, folio 10.
4
Ibídem.
12

2.3. Mediante oficio de la misma fecha, la Secretaría General de la


Corporación informó al Despacho Sustanciador frente a la prueba
solicitada a la accionada que “no se recibió comunicación alguna”5.

III. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

3.1. Competencia

Esta Corte es competente, de conformidad con los artículos 86 y 241 de


la Constitución Política, y con el Decreto 2591 de 1991, para revisar el
presente fallo de tutela.

3.2. Problema jurídico

En atención a lo expuesto, la Sala procederá al análisis de los hechos


planteados, para determinar si la Unidad de Atención y Reparación
Integral a las Víctimas desconoció los derechos fundamentales de
petición, a la jurisdicción especial indígena, a la reparación integral de las
víctimas, a la diversidad étnica y cultural y a la autonomía indígena, al
establecer, en un trámite administrativo de reparación por secuestro, en el
cual la víctima falleció, que uno de los criterios para determinar sus
beneficiarios -en este caso pertenecientes a una comunidad indígena-,
consiste en aportar una sentencia o escritura pública de sucesión.

En este evento, le corresponderá a la Sala Octava de Revisión de la Corte


Constitucional analizar y resolver el problema jurídico planteado de la
siguiente forma: primero, el alcance de la jurisdicción especial indígena;
segundo, el enfoque diferencial para las víctimas del conflicto armado
interno pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas y; por
último, se analizará el caso concreto.

3.3 Ámbito de la jurisdicción especial indígena. Reiteración de


jurisprudencia

De acuerdo con el artículo 7º de la Constitución Política, uno de los


principios fundamentales del Estado colombiano es el reconocimiento y la
protección de la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana. Ésta,
“lejos de ser una formulación retórica, […] pretende resarcir las
injusticias históricas sufridas por algunos grupos sociales
tradicionalmente discriminados, proyectando sobre el plano jurídico el
deseo de defender el pluralismo como pilar fundamental del Estado Social

5
Ver expediente de tutela, folio 12.
13

de Derecho”6. En desarrollo de este principio axiológico, violentado


sistemáticamente abiertamente desde épocas de la colonia, el Constituyente
de 1991 estableció la existencia de una jurisdicción especial indígena, que
habilita a estos pueblos a ejercer funciones judiciales. En este sentido, el
artículo 246 constitucional señala:

“Las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer


funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, de
conformidad con sus propias normas y procedimientos,
siempre que no sean contrarios a la Constitución y leyes de la
república. La ley establecerá las formas de coordinación de
esta jurisdicción especial con el sistema nacional”.

La posibilidad de que los pueblos indígenas cuenten con una jurisdicción


especial, también ha sido reconocida por el artículo 9º del Convenio 169 de
la OIT, que hace parte del bloque de constitucionalidad en sentido estricto,
el cual indica que “en la medida en que ello sea compatible con el sistema
jurídico nacional y con los derechos humanos internacionalmente
reconocidos, deberán respetarse los métodos a los que los pueblos
interesados recurren tradicionalmente para la represión de los delitos
cometidos por sus miembros”.

En igual sentido, la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los


Pueblos Indígenas7, aprobada por la Asamblea General el 13 de septiembre
de 2007, la cual constituye un criterio de interpretación en el ordenamiento
jurídico colombiano8, establece los estándares mínimos en relación con la
garantía de los derechos colectivos e individuales de estos pueblos
alrededor del mundo. Respecto al derecho de los pueblos indígenas a
mantener y fortalecer sus propias instituciones, culturas y tradiciones
señala:

“Artículo 4
Los pueblos indígenas, en ejercicio de su derecho a la libre
determinación, tienen derecho a la autonomía o al
autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos
6
Sentencia T-002 de 2012.
7
Inicialmente, Colombia fue uno de los 11 países que se abstuvo de votar la Declaración Universal
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, en 2009, manifestó su adhesión a este
instrumento. Al respecto ver: “Colombia suscribe Declaración de los Derechos Indígenas”, en:
http://www.acnur.org/index.php?id_pag=8506
8
En sentencia T-002 de 2012, la Corte Constitucional señaló que “la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas es fiel reflejo de la posición adoptada por la
comunidad internacional y por la doctrina especializada en la materia, por tanto debe tenerse como
una pauta de interpretación válida para el juez constitucional en casos relacionados con los derechos
de las personas y pueblos aborígenes”.
14

internos y locales, así como a disponer de medios para


financiar sus funciones autónomas.
Artículo 5
Los pueblos indígenas tienen derecho a conservar y reforzar
sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas,
sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a
participar plenamente, si lo desean, en la vida política,
económica, social y cultural del Estado.
(…)
Artículo 18
Los pueblos indígenas tienen derecho a participar en la
adopción de decisiones en las cuestiones que afecten a sus
derechos, por conducto de representantes elegidos por ellos de
conformidad con sus propios procedimientos, así como a
mantener y desarrollar sus propias instituciones de adopción
de decisiones (negrilla fuera de texto)”.

El reconocimiento en la Constitución de 1991 de una jurisdicción especial


y una autonomía para los pueblos indígenas, en consonancia con tratados
internacionales sobre la materia, constituye un paso de reivindicación
social, de gran importancia para el derecho constitucional en cuanto a la
protección de las minorías indígenas se refiere. Antes de 1991, los pueblos
indígenas se habían visto sometidos a procesos de colonización y a-
culturización y “en mayor o menor medida, habían venido perdiendo su
identidad y su cohesión interna y habían permitido que sus sistemas jurídicos
tradicionales cayesen en desuso y fuesen sustituidos por el de la cultura
nacional”9. A contrario sensu, la Carta Fundamental de 1991, con la
consagración de facultades para que los pueblos indígenas puedan
establecer autoridades judiciales internas y normas y procedimientos
propios, materializó principios definitorios de la Constitución como el
pluralismo (art. 1 C.P.) y la diversidad étnica y cultural (art. 7 C.P.) y, así,
en cierta medida, revirtió el proceso discriminatorio para proteger el
multiculturalismo y las diferentes cosmovisiones de la sociedad.

Debido al reconocimiento constitucional de la jurisdicción especial


indígena, y al hecho de que ésta se ha establecido para proteger y garantizar
el ejercicio de su derecho a la identidad, la Corte Constitucional se ha
ocupado de establecer su alcance, señalando que del artículo 246
constitucional se siguen cuatro elementos centrales10:

9
Sentencia T-552 de 2003.
10
Ver entre otras, las sentencias C-139 de 1996, T-552 de 2003, T-818 de 2004, T-364 de 2011 y T-
921 de 2013.
15

i. La posibilidad de que existan autoridades judiciales propias de los


pueblos indígenas.
ii. La potestad de esas autoridades de establecer normas y
procedimientos propios.
iii. La sujeción de dicha jurisdicción y normas a la Constitución y la ley.
iv. La competencia del legislador para señalar la forma de coordinación
de la jurisdicción indígena con el sistema judicial nacional.

Los dos primeros hacen parte del núcleo de autonomía otorgado a las
comunidades indígenas, de modo que, “establecida la existencia de una
comunidad indígena, que cuente con autoridades propias que ejerzan su
poder en un ámbito territorial determinado, surge directamente de la
Constitución, el derecho al ejercicio de la jurisdicción”11.

El reconocimiento de una jurisdicción indígena, implica además concretar


el pluralismo étnico y cultural en el marco de la Constitución y la Ley para
ratificar: i) la existencia de un poder jurisdiccional autónomo de
configuración normativa en cabeza de los pueblos indígenas, mediante el
cual se desplaza a la legislación nacional en materia de competencia
orgánica; ii) normas sustantivas aplicables y procedimientos de
juzgamiento propios y; iii) autoridades propias de administración y
juzgamiento. Con todo ello, se da prevalencia al derecho de estos pueblos
de asumir el manejo de sus asuntos “como manera de afirmación de su
identidad”12.

Ahora bien, analizados los anteriores elementos, se debe señalar que el


derecho de los pueblos indígenas a gozar de una jurisdicción especial, de
acuerdo con la jurisprudencia de esta Corporación, tiene dos dimensiones:
en primer lugar es “un resultado y un instrumento de protección de la
diversidad étnica y cultural del pueblo colombiano garantizada por la
Constitución y en particular de la identidad y la autonomía de las
comunidades indígenas en cuyo beneficio se establece”. Y en segundo lugar,
constituye un fuero especial para ciertos individuos, principalmente por
cuenta de su pertenencia a una comunidad13.

Los dos últimos elementos, han obligado a que esta Corporación admita
que los límites de la jurisdicción especial indígena respecto a la
Constitución Política y las leyes, se encuentran dados por lo
verdaderamente intolerable desde la órbita de los derechos humanos,
propendiendo en todo momento por consensos o diálogos interculturales
amplios. Además al analizar los alcances de estos límites de la jurisdicción
11
Sentencia T-552 de 2003.
12
Ibídem.
13
Ibídem.
16

y autonomía indígena, cualquier disposición constitucional o legal no


puede ser considerada necesariamente como una línea divisoria
jurisdiccional, ya que la jurisdicción indígena también se cimienta en
principios transversales de la Constitución como la diversidad étnica y
cultural (art. 7º C.P.) y el pluralismo (art. 1º C.P.), “…en efecto, el respeto
por el carácter normativo de la Constitución (C.P., artículo 4°) y la
naturaleza principal de la diversidad étnica y cultural, implican que no
cualquier norma constitucional o legal puede prevalecer sobre esta última,
como quiera que sólo aquellas disposiciones que se funden en un principio
de valor superior al de la diversidad étnica y cultural pueden imponerse a
éste. En este sentido, la jurisprudencia ha precisado que, aunque el texto
superior se refiere en términos genéricos a la Constitución y a la ley como
límites a la jurisdicción indígena, "resulta claro que no puede tratarse de
todas las normas constitucionales y legales; de lo contrario, el
reconocimiento a la diversidad cultural no tendría más que un significado
retórico. La determinación del texto constitucional tendrá que consultar
entonces el principio de maximización de la autonomía”14.

Como instrumento de protección adicional de la diversidad étnica, la


jurisdicción especial indígena ha avanzado en el reconocimiento de las
autoridades tradicionales y en los espacios en que tramitan los conflictos
que afectan la comunidad, sobre tres premisas que han sido formuladas por
la Corte Constitucional, a manera de principios15:

a. Principio de maximización de la autonomía de las comunidades


indígenas16: Indica que sólo de manera excepcional se pueden
imponer restricciones a la autonomía de los pueblos indígenas y que
éstas sólo son admisibles, cuando “(i) sean necesarias para
salvaguardar un interés de mayor jerarquía; y (ii) sean las menos
gravosas, frente a cualquier medida alternativa, para la autonomía
de las comunidades étnicas”17. La evaluación de esos elementos

14
Sentencias T-254 de 1994 y T-349, SU-510 de 1998 y T-1022 de 2001
15
Sentencia T-002 de 2012.
16
Este principio fue planteado por primera vez en las sentencias T-254 de 1994 (MP. Eduardo
Cifuentes Muñoz) y T-349 de 1996 (MP. Carlos Gaviria Díaz), y ha sido reiterado en numerosas
oportunidades como el criterio esencial para el estudio de casos relacionados con la autonomía de las
comunidades indígenas. En la T-349 de 1996 expresó la Corporación: “… el desarrollo del principio
de la diversidad cultural en las normas constitucionales citadas, y considerando que sólo con un alto
grado de autonomía es posible la supervivencia cultural, puede concluirse como regla para el
intérprete la de la maximización de la autonomía de las comunidades indígenas y, por lo tanto, la de
la minimización de las restricciones a las indispensables para salvaguardar intereses de superior
jerarquía”. En la sentencia SU-510 de 1998, señaló la Corporación: “En la esfera de las libertades,
las soluciones dadas por la Corte a los problemas a que da lugar su ejercicio se han resuelto dentro
de una línea que privilegia su máximo despliegue posible (principio pro libertate), también la doctrina
de la Corte se ha inclinado por maximizar su radio de acción, claro está, dentro de los límites
trazados por la Constitución (principio pro communitas)”.
17
Ver entre otras: Sentencias T-254 de 1994, T-349 de 1996, SU-510 de 1998, T 002 de 2012.
17

debe llevarse a cabo teniendo en cuenta las particularidades de cada


comunidad.

b. Principio de mayor autonomía para la decisión de conflictos


internos: De acuerdo con este principio, “la autonomía de las
comunidades debe ser respetada en mayor medida cuando el
problema que examina el juez constitucional involucra miembros de
una misma comunidad. En caso contrario, es decir cuando un
conflicto compromete dos o más culturas diferentes, el juez
constitucional deberá orientar su razonamiento hacia la
armonización de los principios definitorios de cuantas culturas se
encuentren en tensión”18.

c. Principio a mayor conservación de la identidad cultural, mayor


autonomía: Este principio no significa que los jueces deban dejar
de garantizar la jurisdicción de pueblos con bajo nivel de
conservación cultural, es decir “no constituye una licencia que
permite a los jueces proteger la autonomía de las comunidades
indígenas de manera directamente proporcional a su grado de
aislamiento […] pues es claro que la pérdida de ciertos aspectos de
la vida tradicional no acarrea necesariamente una disminución de
la capacidad para decidir sobre asuntos fundamentales de la vida
comunitaria”19, por el contrario, implica que en los casos de
comunidades en los que exista un alto grado de conservación, la
justicia ordinaria debe actuar de forma “prudente e informada por
conceptos de expertos”20.

Este último principio ha sido matizado por la jurisprudencia, ya que el juez


constitucional debe ser prudente al momento de valorar la identidad y la
autodeterminación de la misma, en comunidades con alto grado de
conservación de sus costumbres existe una necesidad de conocer las
mismas a través de expertos para aproximarse a la ley de origen, mientras
que ese acercamiento puede ser menos riguroso frente a comunidades que
hayan adoptado características de la cultura mayoritaria. Sin embargo,
precisó la Corte, que el grado de conservación cultural no puede llevar al
operador judicial a desconocer las decisiones autónomas de cada
comunidad, incluidas aquellas dirigidas a iniciar un proceso de
recuperación de tradiciones, o a separarse de algunas de sus tradiciones21:

18
T-002 de 2012
19
Ver entre otras: Sentencias T-514 de 2009 y T-002 de 2012.
20
Sentencia T-002 de 2012.
21
Ver sentencias T-254 de 1994, T-514 de 2009 y C-463 de 2014
18

“La decisión de una comunidad indígena con un grado escaso


de conservación de sus tradiciones, en el sentido de iniciar un
proceso de recuperación cultural debe ser respetada, de la
misma forma y en el mismo grado, que la decisión de otra
comunidad con alta conservación de sus tradiciones, en la
dirección de incorporar formas sociales propias de la cultura
mayoritaria” (…) “En ningún caso (…) está permitido al
intérprete desconocer la autonomía de las comunidades
(…)22”.

En el Informe del entonces Relator Especial sobre la situación de los


derechos humanos y las libertades fundamentales de los Pueblos Indígenas,
Sr. Rodolfo Stavenhagen, en su visita a Colombia23 señaló con razón que
en el país “el acceso a la justicia está estrechamente ligado con el
territorio, el fortalecimiento de sus autoridades y el respeto de su
jurisdicción propia”, e identificó como uno de los problemas vinculados a
la justicia para los pueblos indígenas el no reconocimiento por parte de las
autoridades del Estado del derecho a la jurisdicción especial indígena,
mediante actuaciones judiciales o administrativas que limitan e impiden el
ejercicio pleno de este derecho. El Relator instó a las partes involucradas
[administración de justicia y administración pública] a prestar atención al
desconocimiento de la jurisdicción especial y al hecho de que no se han
implementado los mecanismos para coordinar adecuadamente las dos
jurisdicciones.

3.4. El enfoque diferencial para las víctimas del conflicto armado


interno pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas

La Constitución Política de Colombia, desde el artículo 1º señala que el


Estado Colombiano es un Estado pluralista. Así mismo, el artículo 7º de
la Carta Magna, hace un reconocimiento expreso a la diversidad étnica y
cultural de la Nación, así como a las manifestaciones sociales, culturales
y económicas de las diferentes etnias del país. Dicho reconocimiento,
implica un deber de no discriminación, en razón a la pertenencia a
determinada comunidad, un deber positivo de protección por parte del
Estado, y por último, un mandato de promoción, en virtud de la
discriminación a la cual estas comunidades étnicas fueron sometidas.24

22
C-463 de 2014 y T-903 de 2009
23
Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, 61. º período de sesiones, Informe del
Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los
indígenas, Sr. Rodolfo Stavenhagen, sobre su visita a Colombia, documento E/CN.4/2005/88/Add.2,
10 de noviembre de 2004. Disponible en:
http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G04/165/18/PDF/G0416518.pdf?OpenElement
24
Ver Sentencia T-375 de 2006.
19

En el mismo sentido, el artículo 2º del Convenio 169 de la Organización


Internacional del Trabajo (OIT)25, el cual hace parte del bloque de
constitucionalidad stricto sensu, señala que los gobiernos deben realizar
acciones tendientes a proteger los derechos de los pueblos indígenas,
garantizando el respeto de su integridad. Entre las acciones que debe
realizar el Estado, se encuentran la inclusión de medidas “que promuevan
la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de
esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y
tradiciones, y sus instituciones” (subrayado fuera del texto original).

De igual manera, el mencionado Convenio, prevé que las instituciones,


prácticas y valores de los pueblos indígenas, deben ser respetados, por lo
que la aplicación de la legislación nacional debe tener en consideración
sus costumbres, estableciendo procedimientos que resuelvan los
conflictos que se puedan suscitar, con ocasión a la aplicación del
principio según el cual los pueblos indígenas tienen derecho de conservar
sus costumbres al igual que sus instituciones.

Actualmente, como desarrollo de lo anterior, se manifiesta un diálogo


intercultural26 para materializar el principio de enfoque diferencial,
altamente reconocido por el derecho internacional. De conformidad con
este último, se permite realizar una lectura que haga visible las formas de
discriminación contra determinados grupos minoritarios y, teniendo en
cuenta dicho análisis, proponer un tratamiento adecuado y diferente
respecto de los demás, que se encamine a la protección integral de las
garantías constitucionales de los pueblos indígenas, protegidos
especialmente por la Constitución.

Dicho principio de enfoque diferencial, es producto del reconocimiento


lógico que ciertos grupos de personas tienen necesidades de protección
distintas ante condiciones económicas de debilidad manifiesta (art. 13
C.P) y socio-culturales específicas. Estas necesidades, han sido reiteradas
por el Comité de Derechos Humanos y el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales27.

25
Aprobado mediante la Ley 21 de 1991. Entró en vigencia el 6 de agosto de 1992.
26
Boaventura de Souza Santos, “descolonizar el saber, reinventar el poder” Ediciones Trilce, 2010,
página 72: “…En el caso de un diálogo transcultural, el intercambio no es solo entre diferentes
saberes sino también entre diferentes culturas, es decir, entre universos de significado diferentes y en
un sentido fuerte, inconmensurables”. Ver sentencia T-866 de 2013, en la cual esta misma Sala
estableció una falta de diálogo intercultural jurisdiccional y fijó ciertas condiciones para que el mismo
pudiese operar.
27
En materia de comunidades y pueblos indígenas, la Organización de las Naciones Unidas desde
1985 trabajó sobre un proyecto de declaración de los derechos de los pueblos indígenas, el cual se
fundamentaba en el principio de igualdad y no discriminación de los pueblos indígenas. Finalmente el
13 de septiembre de 2007, la Declaración fue aprobada por la Asamblea General. De igual manera, la
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, creó la figura de un Relator Especial para el
20

El enfoque diferencial entonces como desarrollo del principio de


igualdad, en tanto trata diferencialmente a sujetos desiguales, busca
proteger a las personas que se encuentren en circunstancias de
vulnerabilidad o de debilidad manifiesta, de manera que se logre una
verdadera igualdad real y efectiva, con los principios de equidad,
participación social e inclusión.

Dentro del enfoque diferencial, se encuentra el enfoque étnico28, el cual


tiene que ver con la diversidad étnica y cultural, de tal manera que
teniendo en cuenta las particularidades especiales que caracterizan a
determinados grupos étnicos y el multiculturalismo, se brinde una
protección diferenciada basada en dichas situaciones específicas de
vulnerabilidad, que en el caso de las comunidades étnicas, como lo son
las comunidades indígenas, afro, negras, palanqueras, raizales y Rom, se
remontan a asimetrías históricas.

Dicho principio, como se mencionó anteriormente, permite visibilizar las


vulnerabilidades y vulneraciones específicas de grupos e individuos, por
lo que partiendo del reconocimiento focalizado de la diferencia se
pretenden garantizar los principios de igualdad, diversidad y equidad.

Ahora bien, en materia de víctimas del conflicto armado interno, tema


que avoca la atención de la Sala Octava de Revisión en esta oportunidad,
la agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados,
ha reconocido que, “los pueblos indígenas y las comunidades afro
colombianas son víctimas de violaciones sistemáticas a sus derechos
individuales y colectivos, y de infracciones al derecho internacional
humanitario.”29 Lo cual ha impactado a dichos grupos étnicos en la
afectación del pueblo como sujeto colectivo, la vulneración del ejercicio
de la jurisdicción y autonomía territorial, el detrimento de las condiciones
de vida, la alteración permanente de los procesos de identidad cultural,
entre otros.30

estudio de la problemática indígena, el seguimiento de la situación y la formulación de


recomendaciones sobre el tema.
28
Ver enfoque diferencial étnico en materia de reclusión carcelaria para miembros de comunidades
indígenas, en sentencia T-642 de 2014. M.P. María Victoria Sáchica.
29
ACNUR, Enfoque diferencial étnico de la oficina del ACNUR en Colombia. Estrategia de
transversalización y protección de la diversidad. Población indígena y Afro Colombiana. Disponible
Online: http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/4554.pdf?view=1
30
ACNUR, Enfoque diferencial étnico de la oficina del ACNUR en Colombia. Estrategia de
transversalización y protección de la diversidad. Población indígena y Afro Colombiana. Disponible
Online: http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/4554.pdf?view=1
21

En Colombia, fue la Ley 1448 de 201131, la cual consagró las medidas de


asistencia, atención y reparación a favor de las víctimas del conflicto
armado interno, de acuerdo con lo previsto por el artículo 3º de la
mencionada ley.32

La disposición mencionada, señala que las medidas de ayuda


humanitaria, deben tener en cuenta el principio de enfoque diferencial,
según el cual, se reconoce que hay poblaciones que debido a sus
características particulares, esto es, su edad, género, orientación sexual,
grupo étnico, y situación de discapacidad, deben recibir un tratamiento
especial en materia de ayuda humanitaria, asistencia, atención y
reparación integral.

En materia de atención y reparación de víctimas, los sectores


poblacionales, de los cuales se predican enfoques diferenciales son: los
pueblos indígenas, comunidades negras y comunidades Rom; los niños,
niñas y adolescentes; las mujeres; y las personas con discapacidad.

En virtud de lo anterior, el Congreso de la República, consagró en la Ley


1448 de 201133, que el Presidente de la República, en uso de sus

31
“Por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del
conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones”
32
Ver sentencia C-438 de 2013. M.P. Alberto Rojas Ríos, demanda contra los artículos 17, 19
(parcial), 27 (parcial), 28 (parcial), 37 (parcial), 41 (parcial), 46 (parcial), 47 (parcial), 64 (parcial), 86
(parcial) y 88 (parcial) de la Ley 1448 de 2011.
33
ARTÍCULO 205. De conformidad con el artículo 150 numeral 10 de la Constitución Nacional,
revístase al Presidente de la República de precisas facultades extraordinarias, por el término de seis
(6) meses contados a partir de la expedición de la presente ley, para expedir por medio de decretos
con fuerza de ley, la regulación de los derechos y garantías de las víctimas pertenecientes a pueblos y
comunidades indígenas, ROM y negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras en lo relativo a:
a) Generar el marco legal de la política pública de atención, reparación integral y de restitución de
tierras de las víctimas pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas, ROM, negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras de conformidad con la Constitución Nacional, los
instrumentos internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad, las leyes, la
jurisprudencia, los principios internacionales a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de
no repetición.
b) En la elaboración de las normas con fuerza de ley que desarrollen la política pública diferencial
para las víctimas pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas, ROM, negras, afrocolombianas,
raizales y palenqueras, el Gobierno Nacional consultará a los pueblos étnicos a través de las
autoridades y organizaciones representativas bajo los parámetros de la jurisprudencia constitucional,
la ley y el derecho propio, con el fin de dar cabal cumplimiento al derecho fundamental de la consulta
previa. La metodología de la consulta previa para la elaboración de las normas con fuerza de ley que
desarrollen la política pública diferencial para las víctimas pertenecientes a pueblos y comunidades
indígenas, ROM, negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, será concertada entre el Gobierno
Nacional y los pueblos étnicos a través de las autoridades y organizaciones representativas.
PARÁGRAFO 1o. Hasta la aprobación de las normas con fuerza de ley que desarrollen la política
pública diferencial para las víctimas pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas, ROM y
negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, las normas que puedan afectar a estas comunidades
quedarán condicionadas a la realización de la consulta previa de todo proyecto, programa o
presupuesto que pueda llegar a afectarlas.
PARÁGRAFO 2o. Las facultades extraordinarias conferidas al Presidente de la República en el
presente artículo para desarrollar la política pública diferencial para la atención, reparación integral
22

facultades extraordinarias, de conformidad con el numeral 10º del


artículo 150 de la Constitución Política, debía expedir por medio de
decretos con fuerza de ley, la regulación correspondiente a las normas
específicas que entrarían a regular los derechos y garantías de las
víctimas pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas, entre
otros.

En cumplimiento de lo ordenado, se expidió el Decreto Ley 4633 de


2011, “Por medio del cual se dictan medidas de asistencia, atención,
reparación integral y de restitución de derechos territoriales a las
víctimas pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas”. Decreto
que de conformidad con el artículo 2º de la Ley 1448 de 2011, se
convierte en la norma específica para las comunidades indígenas, la cual
debe ser consultada con el fin de respetar sus usos y costumbres.

Con respecto al enfoque diferencial de las víctimas del conflicto armado


interno, el preámbulo del Decreto Ley 4633 de 2011, reconoce la
jurisprudencia de la Corte Constitucional en Autos de Seguimiento a la
Sentencia T-025 de 2004, respecto a las comunidades indígenas afectadas
por el conflicto armado:

“[L]as condiciones históricas de violaciones graves y manifiestas de


los derechos de los pueblos indígenas han facilitado que el conflicto
armado produzca un impacto o afectación diferencial en estos
grupos poblacionales de especial protección constitucional, de
manera que es obligación del Estado atender de manera prioritaria
“el mayor riesgo que se cierne sobre los pueblos indígenas, en
especial, el del exterminio de algunos pueblos, sea desde el punto de
vista cultural en razón al desplazamiento y dispersión de sus
integrantes como desde el punto de vista físico debido a la muerte
natural o violenta de sus integrantes””.

De igual manera, el artículo 1º del Decreto 4633, señala que las medidas
de atención integral, protección, reparación y restitución para los pueblos
y comunidades indígenas deben ser acordes con los valores culturales que

y restitución de tierras a las víctimas pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas, ROM,


negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, serán ejercidas con el fin de respetar la cultura y
existencia material de estos pueblos tradicionales, así, como para incluir diferencialmente sus
derechos en tanto a víctimas de violaciones graves y manifiestas de Normas Internacionales de
Derechos Humanos o infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
PARÁGRAFO 3o. Las facultades conferidas al Presidente de la República comprenderán en el mismo
término la de modificar la estructura orgánica de la Defensoría del Pueblo creando, suprimiendo o
fusionando cargos, con el fin de garantizar el cumplimiento y desarrollo de las funciones y
competencias asignadas a la institución en esta ley”.
23

caracterizan a cada pueblo y comunidad, respetando siempre el principio


del pluralismo étnico y cultural, consagrado en la Carta Política.

De acuerdo con el Decreto-Ley, son víctimas tanto los pueblos y


comunidades indígenas como sujetos colectivos, así como sus integrantes
considerados de manera individual, “que hayan sufrido daños como
consecuencia de violaciones graves y manifiestas de normas
internacionales de derechos humanos, derechos fundamentales y
colectivos, crímenes de lesa humanidad o infracciones al derecho
internacional humanitario por hechos ocurridos a partir del 1o de enero
de 1985 y que guarden relación con factores subyacentes y vinculados al
conflicto armado interno.”34

Adicionalmente, se consagra que el territorio puede ser víctima para los


pueblos indígenas, teniendo en cuenta la cosmovisión y el vínculo que
une a los miembros de las comunidades indígenas con la madre tierra.
Así mismo, teniendo presente el enfoque diferencial étnico, el artículo
consagra que las autoridades deben tener en consideración la ley de
origen y la ley natural, haciendo prevalecer el principio pro homine y los
derechos humanos, en la aplicación e interpretación de las normas
consagradas en el Decreto.35

El Decreto-Ley en mención, consagra una serie de principios y derechos


a las comunidades indígenas, reconociendo la unidad, la autonomía, la
cultura y el territorio, como principios rectores en la implementación de
medidas de protección: colectiva, individual y especial. Igualmente, los
artículos 23 y 54 disponen, como parte de un diálogo intercultural, que se
debe garantizar la participación efectiva de las autoridades indígenas y de
las mujeres, en los procesos de esclarecimiento, investigación y actuación
administrativa y/o judicial, así como en las medidas de protección que se
desarrollen. Por tanto, las entidades del Estado encargadas de desarrollar
y ejecutar seguimiento de estas medidas y mecanismos deben trabajar “de
manera armónica y respetuosa con las autoridades indígenas.”36

Finalmente, el artículo 110, que habla sobre la indemnización individual,


señala que la Unidad Administrativa Especial para la Atención y
Reparación Integral a las Víctimas, debe entregar una indemnización
individual, a los integrantes de las comunidades indígenas que sean
consideradas como víctimas. Así mismo prevé que en caso de muerte o
desaparición forzada, “el cónyuge, compañero o compañera permanente
y familiares en primer grado de consanguinidad, primero civil de la
34
Decreto 4633 de 2011, Artículo 3.
35
Decreto 4633 de 2011, Artículo 7.
36
Decreto 4633 de 2011, Artículo 23.
24

víctima directa”, serán las personas beneficiarias, y a las cuales se les


deberá entregar dicha indemnización. De manera subsidiaria, y en los
términos del parágrafo 2º del citado artículo del Decreto-Ley, se
entregará la indemnización, a “los parientes directos, definidos de
acuerdo con la organización o filiación social o familiar que se
conserve al interior de los pueblos y comunidades indígenas y,
atendiendo a la especificad de cada pueblo.” Para lo cual, será un
imperativo jurisprudencial que la Unidad Administrativa Especial para la
Reparación Integral a las Víctimas, coordine con las autoridades de la
comunidad indígena involucrada, para determinar los destinatarios de la
reparación, de acuerdo con las normas y procedimientos propios que cada
comunidad ostente sobre parentesco y sucesión.

Lo anterior, en concordancia con el precedente judicial contenido en la


sentencia T-606 de 2001, en el cual se puede apreciar que el trámite de
los juicios de sucesión de los miembros de los pueblos indígenas, debe
efectuarse de acuerdo a la autonomía y jurisdicción especial indígena,
“…Bajo ningún aspecto puede un Juez impedir que se tramite un
proceso por la jurisdicción correspondiente. Si lo impide, está violando
derechos fundamentales al acceso a la justicia y al debido proceso,
susceptibles de amparo mediante tutela. Además, constituye violación
afectar la autonomía de la etnia, dejar de lado el concepto de
propiedad que se tiene sobre los resguardos, aplicar un trámite
diferente al del derecho consuetudinario tratándose de sucesión de
indígena” -negritas fuera de texto-.

En conclusión, las actuaciones de las autoridades administrativas y


judiciales, que den aplicabilidad a las medidas de reparación, ayuda y
asistencia para las víctimas del conflicto armado interno, deben estar en
correspondencia con el principio de enfoque diferencial étnico, en el caso
que se encuentren frente a miembros de comunidades o pueblos
indígenas. Este principio, fundado en la justicia y en la desigualdad para
desiguales, responde a una reivindicación constitucional de los derechos
de los pueblos indígenas, y propende por respetar ciertos usos y
costumbres, jurisdicción, cultura y autonomía, reconocidos por la misma
Constitución.

IV. CASO CONCRETO

4.1. Cuestiones previas y hechos probados

Se encuentran como hechos probados del caso concreto que la


accionante, Luzmila Cabrera Guerrero, es una madre cabeza de familia,
de la etnia uitoto, originaria de la Amazonía colombiana; pertenece a la
25

Comunidad Indígena de Puerto Vaupés, la cual hace parte de la


Organización Zona Central Indígena de Mitú –Ozcimi, ubicada dentro
del Gran Resguardo Indígena Multiétnico del Vaupés, reconocido por el
entonces Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora), mediante
Resolución No. 086 de 1982 -folio 22-.

Sus hijos, Maximiliano Veloz Cabrera, Estefanía Veloz Cabrera, Miguel


Bernardo Veloz Cabrera, María Isolina Veloz Cabrera y Luz Mila
Yugupo Veloz Cabrera, todos mayores de edad, tienen como padre a
Maximiliano Veloz García. De igual forma, Maximiliano Veloz García
se reputa como excompañero permanente de la accionante ya que: i)
concibieron cinco hijos juntos, según reposa en los registros civiles de
nacimiento que se encuentran en el expediente -folios 24 y s.s.- y; ii)
mediante acta de declaración notarial juramentada, Martha Patricia Ortiz
Glostoza y Selva Rosa Ebratt Caicedo, afirmaron que, “hace 20 y 30
años conocemos de vista, trato y comunicación a la señora Luzmila
Cabrera Guerrera (…) nos consta que vivió en unión libre con el señor
Maximiliano Veloz García (q.e.p.d) y que de esa unión procrearon a
cinco hijos” -folio 14-.

Por otra parte, Maximiliano Veloz García fue reconocido por la Unidad
para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas como víctima de
un secuestro, perpetrado el 23 de abril de 2004 por la guerrilla de las
FARC. El acaecimiento de su muerte tuvo lugar el 1º de febrero de 2006
-folio 19- por una enfermedad (esclerosis lateral) contraída en
cautiverio37. Por lo anterior, le fue asignada una reparación
administrativa desde el 20 de octubre de 2011, por valor de
$21.424.00038. Según la última contestación de la accionada a la
accionante, de fecha 15 de noviembre de 2013, se tiene que “… La
Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, procedió
a realizar la correspondiente valoración del caso radicado 0000 y
decidió de fondo reconocer la calidad de víctima al señor
MAXIMILIANO VELOZ GARCÍA por el hecho victimizante de
SECUESTRO. De acuerdo con lo anterior, la Unidad realizó los trámites
administrativos para hacer efectivas las medidas de reparación y por
ello, se efectuó giro a su nombre, el 31 DE OCUBRE DE 2011, por el
100 % de la indemnización en la sucursal del Banco Agrario municipio
VAUPEZ -sic- – MITU” -folio 15-.

Con los anteriores presupuestos fácticos, Luzmila Cabrera Guerrero, en


calidad de indígena y de beneficiaria de su compañero permanente,

37
Se presume este hecho como cierto en virtud del artículo 20 del Decreto 2591 de 1991.
38
Ver folio 3.
26

solicitó a la entidad accionada la indemnización administrativa concedida


a su compañero permanente, obteniendo respuestas contradictorias, tanto
positivas como negativas, dentro de estas últimas la Sala resalta la
exigencia para ser reconocida como sucesora dentro del proceso de pago
de la indemnización asignada al causante, de aportar sentencia o escritura
pública de sucesión -folio 6-.

El Juzgado 44 Civil del Circuito de Bogotá D.C., mediante sentencia del


26 de junio de 2014 -folio 60-, centró el estudio del amparo en la
presunta violación al derecho fundamental de petición, argumentando
que no encontró demostrada la vulneración de otro derecho fundamental.
En ese orden de ideas, decidió negar la protección constitucional por
cuanto en su saber y entender, los derechos de petición presentados,
fueron contestados de fondo por la entidad accionada.

4.2. Resolución del caso concreto

La Corte Constitucional en los autos de seguimiento a la sentencia T-025


de 2004, ha señalado que las condiciones históricas de violaciones graves
y manifiestas de los derechos de los pueblos indígenas han facilitado que
el conflicto armado produzca un impacto o afectación diferencial en
estos grupos poblacionales de especial protección constitucional, de
manera que es obligación del Estado atender de manera prioritaria, "el
mayor riesgo que se cierne sobre los pueblos indígenas, en especial, el
del exterminio de algunos pueblos, sea desde el punto de vista cultural en
razón al desplazamiento y dispersión de sus integrantes como desde el
punto de vista físico debido a la muerte natural o violenta de sus
integrantes"39.

La Sala Octava de Revisión de la Corte Constitucional, revocará la


decisión de instancia, para en su lugar, conceder los derechos
fundamentales a la jurisdicción especial indígena, a la autonomía
indígena, a la diversidad étnica y cultural, a la reparación integral de las
víctimas40 y de petición, por las razones de hecho y de derecho que se
pasarán a exponer:

39
Auto 004 de 2009
40
Sentencia C-753 de 2013: “En contextos de justicia transicional, la reparación es por consiguiente
un derecho complejo que tiene un sustrato fundamental, reconocido por la Constitución, las normas
internacionales de derechos humanos, los organismos internacionales y la jurisprudencia. Así, la
reparación se cataloga como un derecho fundamental porque: 1) busca restablecer la dignidad de las
víctimas a quienes se les han vulnerado sus derechos constitucionales; y 2) por tratarse de un derecho
complejo que se interrelaciona con la verdad y la justicia, que se traduce en pretensiones concretas de
restitución, indemnización, rehabilitación, medidas de satisfacción y no repetición. De esta manera, el
reconocimiento de la reparación como derecho fundamental se ajusta a los estándares internacionales
en la materia y hace posible su amparo por vía de tutela. En esta línea, la Corte ha reconocido en
sentencias de tutela, que el daño resultante de la violación de los derechos humanos de las víctimas,
27

4.2.1 La sentencia del juez a quo, bajo revisión, se limitó a analizar la


vulneración el derecho fundamental de petición, desconociendo que este
asunto reviste otro tipo de problemas jurídico-constitucionales de mayor
envergadura, relacionados con derechos y principios constitucionales
fundamentales, como la jurisdicción y autonomía indígena (art. 246
C.P.), la diversidad étnica y cultural (art. 7º C.P.), el pluralismo (art. 1º
C.P.), el debido proceso (art. 29 C.P.) y los derechos de las víctimas del
conflicto armado (arts. 93 y 94 C.P).

De forma en extremo somera, sin un estudio pormenorizado de las


variables que determinan el caso objeto de estudio, el juez de primera
instancia consideró resueltos los derechos de petición formulados por la
accionante, sin verificar previamente que la finalidad de la petición era
en definitiva obtener la reparación, la cual, actualmente, no ha sido
reconocida y/o pagada. Además, la sentencia tampoco evidenció la
vulneración del núcleo esencial del derecho de petición, por cuanto la
resolución de las peticiones fue brindada de manera inoportuna,
imprecisa, incongruente y sin llegar al fondo, lo cual desdibuja la
jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre el derecho de petición41.

En efecto, en el expediente se pueden verificar respuestas contradictorias


emitidas por la misma entidad accionada, por ejemplo, en la primera
respuesta de fecha 30 de junio de 2012, señaló a la accionante que la
indemnización ya había sido otorgada y que “el giro se hizo a las
personas que realizaron la solicitud de reparación, en su condición de
beneficiarios de la víctima y en el porcentaje correspondiente”-folio 5-.
El 11 de septiembre de 2012, modificó esta postura por un “error
involuntario” y, a contrario sensu, indicó que cuando una persona que ha
sido reconocida como destinataria de una indemnización fallece, para
reconocer a sus sucesores -en este caso indígenas-, se deben allegar los
siguientes documentos: i) sentencia o escritura pública de sucesión y; ii)
copia del registro civil de defunción del destinatario reconocido.

Posteriormente, ante la oposición y los requerimientos adicionales


solicitados, la accionante interpuso otro derecho de petición, de fecha 4
de enero de 2013, en el cual informa que no le es posible allegar la

genera a su favor el derecho fundamental a la reparación a través de la restitución, la indemnización,


la rehabilitación, la satisfacción y la garantía de no repetición consagradas en el Derecho
Internacional, que se desprenden de la condición de víctimas y que deben ser salvaguardados por el
Estado independientemente de la identificación, aprehensión, enjuiciamiento o condena de los
victimarios. Es importante anotar que, los derechos a la verdad, la justicia y la reparación de las
víctimas, a pesar de ser fundamentales, no pueden considerarse absolutos”.
41
Ver entre otras, las sentencias T-419 de 1992, T-529 de 1995, T-614 de 1995, SU-166 de 1999 y T-
307 de 1999, T-183 de 2011 y T-146 de 2012.
28

sentencia o escritura pública de sucesión, “habida consideración que


siendo nuestra procedencia de raigambre indígena, no está dentro de
nuestros usos, tradiciones y costumbres este tipo de procesos” -folio 8-.
Aportó, nuevamente, el registro civil de defunción y el certificado de la
Asociación de Autoridades Tradicionales del Gran Resguardo y
Territorio Indígena del Vaupés AATI-CRIVA.

El 23 de julio de 2013, interpuso un último derecho de petición ante la


misma entidad accionada, en este, solicitó que se gire en su nombre y en
el de sus hijos, la reparación individual por vía administrativa. Reiteró a
la Directora General de la UARIV lo siguiente, “le agradezco tener en
cuenta nuestra condición de indígenas para realizar el pago con
fundamento en dicha autorización, ante la dificultad que tenemos para
obtener sentencia o escritura pública de sucesión” -folio 9-.

Respecto a estas dos últimas peticiones, la entidad accionada guardó


silencio, como en la presente acción, con la diferencia que en aquella
oportunidad, contestó las peticiones tardíamente el 20 de septiembre de
2013 y el 15 de noviembre de 2013, términos que sobre pasan
ampliamente la oportunidad fijada en el artículo 14 del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo para
contestar derechos de petición, a los 15 días siguientes a la recepción.
Valga resaltar que en estas últimas respuestas no se manifestó la forma
de solventar el requisito pretendido de aportar sentencia o escritura
pública de sucesión para que los miembros de los pueblos indígenas
puedan acceder como beneficiarios de una indemnización.

4.2.2 La accionante y su núcleo familiar son considerados por la ley


como víctimas y beneficiarios de la víctima directa, toda vez que
sufrieron un daño que debe ser reestablecido con ocasión del secuestro de
Maximiliano Veloz García, perpetrado el 23 de abril de 2004 por las
FARC; el cual constituye una infracción grave a los Derechos Humanos
y al Derecho Internacional Humanitario. Esto es así ya que el inciso 2º
del artículo 3º de la Ley 1448 de 2011, reconoce expresamente como
víctimas, “… también son víctimas el cónyuge, compañero o compañera
permanente, parejas del mismo sexo y familiar en primer grado de
consanguinidad, primero civil de la víctima directa, cuando a esta se le
hubiere dado muerte o estuviere desaparecida…”.

La calidad de beneficiarios de la víctima se reafirma, aplicando de


manera análoga en el parágrafo 2º del artículo 110 del Decreto Ley 4633
de 2011 de la siguiente forma, “… En los casos de muerte o desaparición
forzada, la indemnización individual tendrá como criterios para
determinar su beneficiario los siguientes: a) En primer término y de
29

forma concurrente el parentesco como cónyuge, compañero o


compañera permanente y familiares en primer grado de consanguinidad,
primero civil de la víctima directa”. En este caso, si bien la víctima no
murió de manera concomitante o inmediata con el secuestro, se presume
la veracidad del dicho de la accionante en cuanto a que su muerte fue
ocasionada por una enfermedad adquirida en cautiverio.

Para la Sala Octava resulta claro que la accionante y su núcleo familiar,


son víctimas del secuestro del señor Maximiliano Veloz García y sujetos
de especial protección constitucional, no solo por su calidad de
indígenas, o la condición de madre cabeza de familia de la accionante,
sino porque sufrieron un daño que no debían soportar, con una afectación
física, material, psicológica, espiritual y cultural. Además, por cuenta del
hecho victimizante que privó de la libertad y, por consecuencia, ocasionó
la muerte de la víctima, se vulneró el lazo que existía entre Maximiliano
Veloz García (primer indígena que por votación popular fue elegido
Alcalde42) y su comunidad, pueblo y territorio.

Por tanto, de conformidad con la ley, resulta apenas razonable para la


Sala, extender la indemnización que le fue reconocida por la entidad
accionada a todos sus beneficiarios directos, quienes soportaron dichas
aflicciones, contrarias a la dignidad humana.

4.2.3 Por otra parte, la Sala Octava de Revisión debe precisar que
cuando una persona fallece y posteriormente es reconocida como
destinataria, dentro de un trámite de reparación por vía administrativa, las
autoridades no pueden exigir para el reconocimiento del porcentaje
asignado al causante, que sus parientes cercanos aporten la sentencia o
escritura pública de sucesión, en cuanto a los miembros de las
comunidades indígenas se refiere. En el caso sub examine, de manera
inconstitucional la entidad accionada requirió a la accionante, en
respuesta al derecho de petición de fecha 11 de septiembre de 2012, para
que con el fin de ser reconocida como beneficiaria de la indemnización,
allegara sentencia o escritura pública de sucesión.

Lo anterior, se constituye en un requisito excesivo para miembros de


comunidades indígenas, toda vez que desconoce la diversidad étnica y
cultural de la Nación, la jurisdicción especial indígena, el debido proceso
y el pluralismo, principios axiológicos de la Constitución de 1991.
Evidentemente, frente al reconocimiento de los beneficiarios de una
indemnización administrativa, constituida en favor de una víctima del
conflicto, pertenecientes a una comunidad indígena, las autoridades

42
Disponible en http://www.eltiempo.com/archivo/documento-2013/MAM-13115
30

administrativas y/o judiciales no pueden imponer a los miembros de los


pueblos indígenas un requisito imposible de cumplir, toda vez que su
jurisdicción especial difiere de la común; lo cual se traduce en que no se
compone de un cuerpo de operadores judiciales que emiten providencias
judiciales (jueces) ni de otro cuerpo de funcionarios públicos que dan fe
de las escrituras públicas (notarios).

Ello quiere decir que, para llevar a cabo medidas de atención, asistencia y
reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno, la Unidad
Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a la
Víctimas se encuentra en la obligación de realizar, en un primer
momento, un análisis diferencial que permita determinar si el sujeto que
está siendo considerado como víctima hace parte del grupo poblacional,
sujeto de especial protección constitucional, por pertenecer a un pueblo o
comunidad indígena. Una vez realizada esta diferenciación, no pueden
desconocerse los preceptos constitucionales que reconocen una
jurisdicción especial indígena y que le otorga a las comunidades y
pueblos indígenas la autonomía para ceñirse a sus normas, usos,
procedimientos y costumbres ancestrales, sin ninguna clase de exigencia
propia de otra jurisdicción.

Esto es así, por cuanto cada pueblo indígena tiene dentro de su órbita
jurisdiccional, normas y procedimientos especiales, compatibles con la
Constitución Política, en los cuales internamente se determinan los
beneficiarios o herederos de un causante indígena. Así lo ha reconocido
este Tribunal Constitucional, por ejemplo en la sentencia T-606 de 2001,
en la cual se declaró la nulidad de un juicio ordinario de sucesión por
desconocimiento de la jurisdicción especial indígena en el Resguardo
Indígena de Cañamomo y Lomaprieta43.

Por ello, en este asunto al exigirse por parte de la autoridad


administrativa nacional accionada, el aporte de una sentencia o escritura
pública de sucesión a miembros de comunidades indígenas, con el objeto
de verificar la línea sucesoral del causante, se quebrantó la autonomía, el
debido proceso y la jurisdicción especial indígena; sus diferentes leyes de
origen, el derecho mayor o derecho propio para legítimamente auto-
determinar internamente las reglas hereditarias o sucesorales establecidas
en cada comunidad. Dichas reglas propias y particulares de los pueblos

43
Consideró la Sala Sexta de Revisión de la Corte Constitucional (unánime): “Bajo ningún aspecto
puede un Juez impedir que se tramite un proceso por la jurisdicción correspondiente. Si lo impide,
está violando derechos fundamentales al acceso a la justicia y al debido proceso, susceptibles de
amparo mediante tutela. Además, constituye violación afectar la autonomía de la etnia, dejar de
lado el concepto de propiedad que se tiene sobre los resguardos, aplicar un trámite diferente al del
derecho consuetudinario tratándose de sucesión de indígena”.
31

indígenas no tienen por qué incumbir a la cultura mayoritaria, ya que


maximizan la autonomía de las comunidades indígenas, sin afectar
intereses superiores o “intolerables” de otra cultura. A su turno, permiten
una mayor autonomía para la decisión de conflictos internos, por cuanto
involucra una clase de juicio sucesorio de una misma cultura sobre
miembros de una misma comunidad, en este caso pertenecientes a la
Comunidad Indígena de Puerto Vaupés. También, podría conservar los
usos de una identidad cultural minoritaria amparada por el constituyente
para resolver con otra metodología un trámite sucesorio.

Adicionalmente, dicha exigencia significa para los pueblos indígenas


admitir otra medida discriminatoria que exacerba la violación del derecho
fundamental de las víctimas a la reparación integral por violación a los
Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario. En efecto,
se tiene que desde el 20 de octubre de 2011 la entidad accionada
reconoció y causó la indemnización a favor de Maximiliano Veloz
García o, en su defecto, de sus herederos, no obstante, a la fecha la
reparación administrativa continúa en poder de la entidad accionada.

La Sala Octava reitera que el Estado colombiano tiene el deber de


proteger a los pueblos indígenas que se han visto afectados por el
conflicto armado44.

4.2.4 Finalmente, cabe resaltar que este caso constituye un precedente


representativo del diálogo intercultural que debe darse entre las
jurisdicciones ordinaria, contenciosa y constitucional y la jurisdicción
especial indígena, a partir de la construcción de amplios consensos
interculturales, en los cuales las comunidades indígenas puedan definir
autónomamente, mediante usos y costumbres, los procesos sucesorales,
de acuerdo con las normas tradicionales de parentesco que tenga cada
comunidad indígena. Así lo consagra el artículo 23 y 54 del Decreto Ley
4633 de 2011, en el cual se establece un enfoque diferencial para que las
actuaciones administrativas del Estado deban ser coordinadas
armónicamente con las autoridades indígenas, garantizando su
participación efectiva, en tanto las normas constitucionales y legales
admiten que las autoridades de los pueblos indígenas desarrollen las
funciones propias de su competencia en el marco de la jurisdicción
especial indígena, la Ley de Origen, la Ley Natural y el Derecho Mayor o
Derecho Propio.

V. DECISIÓN

44
Ver auto 382 de 2010
32

En mérito de lo expuesto, la Sala Octava de Revisión de la Corte


Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por
mandato de la Constitución,

RESUELVE

PRIMERO.- REVOCAR la sentencia de 26 de junio de 2014, proferida


por el Juzgado Cuarenta y Cuatro (44) Civil del Circuito, la cual denegó
el amparo constitucional. En su lugar, CONCEDER el amparo de los
derechos fundamentales a la jurisdicción especial indígena, al debido
proceso, a la diversidad étnica y cultural y a la reparación de las víctimas.

SEGUNDO.- ORDENAR a la Unidad para la Atención y Reparación


Integral a las Víctimas que previo al reconocimiento y pago a los
beneficiarios de la reparación administrativa otorgada al señor
Maximiliano Veloz García, identificado con cédula de ciudadanía
número 19.254.133, solicite, dentro de las cuarenta y ocho (48) horas
siguientes a la notificación de este fallo, a la autoridad de la Comunidad
Indígena de Puerto Vaupés, parte de la Organización Zona Central
Indígena de Mitú- OZCIMI, una certificación de quienes son los
destinatarios de la indemnización, de acuerdo con las normas
tradicionales de parentesco del pueblo indígena.

TERCERO.- ORDENAR a la autoridad de la Comunidad Indígena de


Puerto Vaupés, parte de la Organización Zona Central Indígena de Mitú
– OZCIMI, que determine internamente todos (as) los destinatarios del
señor Maximiliano Veloz García, quienes serán beneficiarios de una
indemnización individual constituida en favor de Maximiliano Veloz
García. Una vez individualizados por parte de la Comunidad, deberán
ser comunicados a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las
Víctimas con el objeto de ser beneficiarios de la reparación
administrativa.

CUARTO.- ORDENAR a la Unidad para la Atención y Reparación


Integral a las Víctimas que reconozca y pague la reparación
administrativa constituida en favor de Maximiliano Veloz García a los
beneficiarios (as) que determine la autoridad de la Comunidad Indígena
de Puerto Vaupés.

QUINTO.- LÍBRESE por Secretaría General la comunicación prevista


en el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.
33

Cópiese, notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte


Constitucional y cúmplase.

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Magistrada (e)

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA


Magistrado
Con salvamento parcial de voto

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA


Magistrada

ANDRES MUTIS VANEGAS


Secretario General (e)
34

SALVAMENTO PARCIAL DE VOTO DEL MAGISTRADO


LUIS ERNESTO VARGAS SILVA
A LA SENTENCIA T-010/15

INDEMNIZACION ADMINISTRATIVA PARA VICTIMAS


DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO PERTENECIENTES
A PUEBLOS Y COMUNIDADES INDIGENAS-Deber de la
UARIV de garantizar el acceso especial, prioritario, preferente y
diferencial a favor de beneficiaria de víctima de secuestro
(Salvamento parcial de voto)

INDEMNIZACION ADMINISTRATIVA PARA VICTIMAS


DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO PERTENECIENTES
A PUEBLOS Y COMUNIDADES INDIGENAS-Se debió aplicar
artículo 110 del Decreto ley 4633 de 2011, sobre reconocimiento de
indemnización para cónyuge, compañero o compañera permanente y
a los familiares en primer grado de consanguinidad o primero civil
de la víctima directa (Salvamento parcial de voto)

Acompaño la Sentencia T-010 de 2015, únicamente, en tanto amparó el


derecho fundamental al debido proceso de la señora Luzmila Cabrera
Guerrero. No comparto, sin embargo, los argumentos relativos a la
supuesta infracción de su derecho a la jurisdicción especial indígena ni
las órdenes que, en esa línea, se profirieron para hacer efectivo el
amparo.

Como explicaré a continuación, mis diferencias con la decisión de la


mayoría tienen como punto de partida lo que considero una inadecuada
formulación del dilema constitucional objeto de estudio. La lectura
equivocada que la Sentencia T-010 de 2015 le dio a la tutela dio como
resultado una providencia inconexa, que remite a reglas jurisprudenciales
ajenas al caso y brinda una solución insuficiente de cara a las
circunstancias que motivaron la solicitud de amparo. Procedo, entonces,
a exponer las razones de mi disenso.

La sentencia no identificó adecuadamente el problema jurídico. En


consecuencia, trazó una línea jurisprudencial impertinente para la
solución del caso.
35

1. La señora Cabrera formuló la tutela debido a las dilaciones que ha


debido enfrentar en su intento por ser reconocida como beneficiaria de su
compañero permanente, Maximiliano Veloz, para efectos de obtener una
reparación administrativa. La accionante relató que su compañero
falleció en 2006, como consecuencia de unas enfermedades que contrajo
al ser secuestrado por las Farc, y explicó que, por eso, solicitó ser
reconocida, junto a su grupo familiar, como sucesora y destinataria de la
reparación. Aunque presentó la solicitud en 2011, la UARIV ha retrasado
injustificadamente el reconocimiento, exigiéndole requisitos que no le
son oponibles y guardando silencio sobre las peticiones que ha
presentado con el objeto de recibir información al respecto.

2. Las circunstancias descritas enfrentaban a la Sala con un problema


constitucional concreto, relativo a la eventual infracción de los derechos
fundamentales al debido proceso, de petición y a la reparación
administrativa de la señora Cabrera, los cuales habrían sido vulnerados
por la UARIV, al no tramitar la solicitud de reparación a la luz de las
disposiciones normativas que imponen un enfoque diferencial a favor de
las víctimas que pertenecen a las comunidades y pueblos indígenas del
país.

3. La sentencia, sin embargo, centró su atención en la infracción


iusfundamental que pudo derivarse del hecho de que la UARIV hubiera
condicionado el reconocimiento de la reparación a que se allegara una
sentencia o escritura pública de sucesión45. De ese interrogante derivó un
dilema jurídico inexistente, relativo a la supuesta infracción de los
derechos a la diversidad étnica y cultural, a la autonomía y a la
jurisdicción indígena.

4. Aunque advertí sobre los inconvenientes que generaba tal postura


(pasaba por alto los demás obstáculos que ha enfrentado la señora
Cabrera al intentar acceder a la reparación e involucraba a la Sala en un
dilema que no se deriva de la situación planteada en la tutela) la mayoría
insistió en la formulación del problema jurídico propuesto. Esto dio lugar
a una decisión desestructurada, que partiendo de una interpretación
equivocada del contenido del derecho fundamental a la jurisdicción
especial indígena, se inmiscuyó en asuntos ajenos a la naturaleza de la
problemática planteada por la peticionaria, como paso a explicarlo.

45
La Sala se propuso determinar si la UARIV “desconoció los derechos fundamentales de petición, a
la jurisdicción especial indígena, a la reparación integral de las víctimas, a la diversidad étnica y
cultural y a la autonomía indígena, al establecer, en un trámite administrativo de reparación por
secuestro, en el cual la víctima falleció, que uno de los criterios para determinar sus beneficiarios –en
este caso pertenecientes a una comunidad indígena- consiste en adoptar una sentencia o escritura
pública de sucesión”.
36

El asunto objeto de revisión no involucraba una controversia sobre la


eventual infracción del derecho fundamental a la jurisdicción especial
indígena

5. Los apartes de la sentencia que plantean la eventual vulneración del


derecho a la jurisdicción especial indígena resultan impertinentes en el
contexto de la situación que motivó la solicitud de amparo. Lo anterior,
por una razón elemental: el derecho a la jurisdicción especial indígena,
contemplado en el artículo 246 de la Constitución, tiene que ver con la
facultad reconocida a las autoridades de los pueblos indígenas para
ejercer funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, según
sus propias normas y procedimientos. Esto comprende la posibilidad de
que cuenten con autoridades propias, la potestad de establecer normas y
procedimientos propios, la sujeción de tales elementos a la Constitución
y a la ley y la competencia del legislador para señalar la forma de
coordinación de la jurisdicción indígena con el sistema judicial
nacional.46

6. El asunto que convocó a la Sala no planteaba un debate de esa


naturaleza. El hecho de que se hubiera exigido a la actora agotar un
requisito legal que ciertamente no se ajusta a su condición de indígena
daba cuenta de la vulneración de su debido proceso, asociada, ya lo dije,
a que la UARIV no hubiera sujetado su decisión al enfoque diferencial
que la Ley de Víctimas y el el Decreto Ley 4633 de 2011 contemplan a
favor de los integrantes de las comunidades y de los pueblos indígenas.
En ese contexto, la UARIV estaba obligada a garantizar el acceso
especial, prioritario, preferente y diferencial de la señora Cabrera y de
sus familiares a la reparación administrativa. El fallo no consideró este
asunto al formular el problema jurídico, aunque resultaba fundamental
para la solución del caso concreto.

7. La sentencia, de hecho, solo censuró las dilaciones a las que la UARIV


sometió a la peticionaria en sus párrafos finales. Fue allí, en el acápite
relativo a la solución del caso concreto, donde advirtió sobre los
compromisos del Estado colombiano frente a la atención, protección,
reparación integral y restitución de los derechos territoriales,
fundamentales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas. Si
hubiera abordado esa perspectiva desde la formulación del problema
jurídico, en lugar de insistir en la supuesta infracción del derecho a la
jurisdicción especial indígena, el fallo no hubiera incurrido en las graves

46
Cfr. Sentencias C-139 de 1996 (M.P. Carlos Gaviria Díaz) y T-617 de 2010 (M.P. Luis Ernesto
Vargas)
37

imprecisiones que, como explicaré a continuación, volvieron inocua la


protección que pretendió concederse.

El remedio constitucional adoptado no asegura la materialización de la


protección concedida

8. La decisión de analizar la solicitud de la accionante desde la


perspectiva de la eventual infracción de su derecho a la jurisdicción
indígena propició una interpretación equivocada del marco normativo
aplicable al reconocimiento de las indemnizaciones administrativas
individuales previstas para los integrantes de los pueblos y comunidades
indígenas en el Decreto 4633 de 2011.

9. La razón es la siguiente: la sentencia resolvió que la reparación


administrativa que Acción Social le reconoció al señor Veloz García en
2006 debe reconocerse y pagarse a aquellas personas que la autoridad
indígena de Puerto Vaupés identifique como destinatarios de la misma,
según las normas tradicionales de parentesco de la comunidad. Esto, dice
el fallo, para asegurar que las actuaciones administrativas del Estado se
coordinen armónicamente con las de las comunidades indígenas.

10. Lo que la providencia no indicó –pese a que realicé las precisiones


del caso en la oportunidad correspondiente- es que, de conformidad con
el artículo 110 del Decreto 4633 de 2011, el reconocimiento de la
indemnización individual en los casos de muerte o desaparición forzada
se sujeta a dos criterios: primero se considera al cónyuge, compañero o
compañera permanente y a los familiares en primer grado de
consanguinidad o primero civil de la víctima directa. De forma
subsidiaria, a sus parientes directos, cuya condición debe ser acreditada
mediante certificación de la autoridad del pueblo o de la comunidad
indígena correspondiente.47
47
La Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a la Víctimas entregará la
indemnización individual a los integrantes de los pueblos y comunidades indígenas que hayan sufrido
un daño en los términos del artículo 3o del presente decreto, una vez estén incorporados en el Registro
Único de Víctimas. En todo caso, las indemnizaciones individuales tendrán como propósito general
fortalecer el proyecto de vida de la comunidad o pueblo indígena al que pertenece y en particular a
restablecer los daños y afectaciones materiales, espirituales, psicológicas y sociales de las víctimas de
manera justa, proporcional y adecuada, atendiendo al principio rector de la dignidad.
PARÁGRAFO 1o. El acceso a la indemnización individual será de carácter gratuito. No se necesitará
de abogados o intermediarios para acceder a ella.
PARÁGRAFO 2o. En los casos de muerte o desaparición forzada, la indemnización individual tendrá
como criterios para determinar su beneficiario los siguientes:
a) En primer término y de forma concurrente el parentesco como cónyuge, compañero o
compañera permanente y familiares en primer grado de consanguinidad, primero civil de la
víctima directa;
b) Subsidiariamente, se entregarán en forma concurrente a los parientes directos definidos de acuerdo
con la organización o filiación social o familiar que se conserve al interior de los pueblos y
comunidades indígenas y, atendiendo a la especificad de cada pueblo. En este caso, la Unidad
38

11. El caso objeto de estudio debió resolverse en el marco de la primera


regla, pues la señora Cabrera solicitó la indemnización en su condición
de compañera permanente de la víctima –el señor Maximiliano Veloz- y
como representante de su grupo familiar. La mayoría, sin embargo,
decidió aplicar la segunda hipótesis, aludiendo a la importancia de
construir consensos interculturales entre jurisdicciones que permitan que
sean las propias comunidades las que definan “los procesos
sucesorales”, de acuerdo con sus normas tradicionales de parentesco.

12. Aunque lo aludido en ese sentido persigue un propósito loable, su


impertinencia en el marco de lo debatido generó efecto perverso: el caso
de la señora Cabrera se resolvió a partir de una norma que no le era
aplicable, pues su derecho a la reparación fue supeditado al agotamiento
de un requisito –la acreditación del parentesco, certificada por la
autoridad indígena- que el Decreto 4633 de 2011 no le exige al cónyuge
de la víctima directa ni a su compañero o compañera permanente. El
fallo, en ese contexto, implica una nueva infracción del derecho al debido
proceso de la peticionaria.

13. Todo esto con un inconveniente adicional: al aplicar una regla


subsidiaria como principal, la Sentencia T-010 de 2015 podría haber
creado una barrera para las personas que, en lo sucesivo, soliciten la
reparación administrativa en las condiciones descritas previamente. Por
ahora, será la señora Cabrera quien soporte las consecuencias de esta
nueva carga procesal que se les impuso a las víctimas por vía de
jurisprudencia. La accionante deberá resignar su pretensión de reparación
a lo que sobre el particular decida la autoridad indígena de Puerto
Vaupés, en un término que tampoco fue delimitado por la sentencia.

Son estas las razones que sustentan mi salvamento de voto.

Fecha ut supra

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA


Magistrado

Administrativa Especial para la Reparación Integral a Víctimas solicitará a la autoridad del pueblo o
comunidad indígena al que pertenece la víctima, una certificación de los destinatarios de la
indemnización de acuerdo con las normas tradicionales de parentesco del pueblo indígena.
39

También podría gustarte