Lec 5 Tema 1 Sub 1
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Habla tanto del aquí y ahora, como del allá y después. Crecer en Cristo ofrece maravillosas e
inmediatas recompensas. El Espíritu Santo nos las presenta como incentivos para impulsarnos
hacia nuestras metas en Dios.
Aspirar al crecimiento
Objetivo 1. Señalar qué clase de gente quiere Dios que lleguemos a ser.
Los padres de un niño que está creciendo y que se porta mal, frecuentemente le dicen: — ¡No
seas un bebé! — No podemos imaginar a ningún niño que se conforme con permanecer a ese
nivel. Todo individuo quiere crecer tan pronto como sea posible.
Llegar a ser adulto representa independencia. Será una etapa de deberes y de privilegios
adicionales. La edad adulta espiritual representa un verdadero y real incentivo para el
crecimiento espiritual. Vimos en 1 Juan 2:12,13, que el pasaje de “hijitos” a “jóvenes” y a
“padres” reviste gran importancia.
La primera carta de Pablo a los corintios (13:11) nos dice que debemos dejar atrás el lenguaje,
los pensamientos y la mentalidad infantiles. Es posible que nuestra manera de ser infantil se
pone de relieve principalmente en nuestras exigencias de que los demás hagan cosas para
nosotros. Esta actitud revela egoísmo en lugar de preocupación por los otros, y es siempre tomar
más bien que dar.
1. En 1 Corintios 13:11 dice Pablo que hay que dejar “lo que era de niño,” y en 14:20 les dice a
los creyentes de Corinto que sean “maduros en el modo de pensar.” En 13:11 las actitudes
infantiles se refieren al lenguaje, al razonamiento y al pensamiento. ¿Qué grado de madurez
hemos alcanzado en estas áreas de nuestras vidas?.