1.hechos y Propiedad Civil Romana

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HECHOS Y PROPIEDAD CIVIL ROMANA

I. ESPECIES DE PROPIEDAD

El hecho de apropiarse, hacer suyo un objeto, nace desde la


necesidad económica, pero es el Derecho el mejor instrumento para
estudiarla. Los derechos reales son derechos que recaen sobre una
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cosa, cuando una persona puede disponer de esta. Es una relación entre
una persona y una cosa.

En el derecho real de la propiedad una persona goza de un poder


jurídico en forma directa sobre una cosa o bien, para aprovecharla
totalmente en sentido jurídico; es decir, para usar, gozar y disponer del
bien. El código civil nacional establece que la propiedad “es el poder
jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien”. Desde
Roma se introduce la idea de que tal poder ha de contar con un límite
teleológico: se debe practicar en conformidad con el interés social y
dentro de los límites que la ley establece.

¿Cómo se regula de manera eficaz en nuestro ordenamiento los


tipos de propiedad a partir del Derecho Romano? En las fuentes romanas
no existe una doctrina explícita que formule el concepto de propiedad; las
definiciones que se conocen son obra de los intérpretes y expertos
modernos. Dentro del discurrir histórico del Derecho Romano se
conocieron dos especies distintas de propiedad, en función de la fuente
de producción jurídica: ius civile y ius pretorium.

Las diferentes especies de propiedad romana se diferencian de


las actuales. Roma, pese a no formular una “teoría general sobre la
propiedad” sí que elaboró un concepto básico, generado por la praxis.
Sabían cómo guiarse para poder determinar a quién pertenecía una
propiedad; para ellos lo determinante era la inquisitio o averiguación de
cuándo una cosa era de una persona, pero en diferentes fases, los
trabajos que sirven de base a la presente investigación concluyen que no
siempre se reconoció la propiedad propio entre los romanos,
primeramente se reconoció una propiedad colectiva de la tribu; mientras
que en Ecuador habla de los modos de adquirir el dominio en la
legislación ecuatoriana es necesidad señalar que los modos de adquirir
el dominio.

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II. PROPIEDAD ROMANA Y DERECHO QUIRITARIO

El derecho de propiedad es el más acabado ya que este permite


conocer los derechos que las personas tienen sobre una cosa: la
propiedad se encuentra sometida a la voluntad de la persona que va a
vender como la que adquiere, exclusiva a la acción de su propietario ya
que este da el valor a la propiedad para que otra persona la pueda
adquirir, sin términos que nos indique la ley o los emitidos por la
concurrencia de varios derechos disconformes en su inmenso lugar sin
limitaciones. No obstante, la creencia de que la propiedad, como un
organismo colectivo, está orientada a una función social que implique a
un grupo de personas, implica que en la actualidad existan limitaciones
acerca del derecho que no nos permitan una seguridad; así como
obligaciones que se derivan de la propiedad para establecer relaciones
entre ellas.

Hay distintas especies de propiedad, aunque se trate de una


institución unitaria regulada desde los más antiguos tiempos de Roma.
Su Ius Civile atendía a toda relación entre personas y bienes. El señorío
general y pleno de las cosas, se regía con unos principios acordes con
varias características que cada propiedad tiene desde el derecho
primitivo

El derecho pretorio fue creación del pretor en la resolución de


casos presentados a su discernimiento, según un criterio de equidad, Ahí
fue diferenciada la propiedad quiritaria, que se definía por las normas o
formalidades para crearla y transmitirla.

El derecho se relaciona asimilado con la justicia y por eso


expresa Walras, que para para disminuir la injusta situación entre los
ciudadanos y los extranjeros y entre los patricios y los plebeyos, el pretor
juzgó oportuno tutelar hasta el momento de la usucapión las expectativas
de dominium del sujeto que pretendía adquirir. Los medios judiciales
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comenzaron a arbitrar, mediante una doble vía: pasiva y activa, para
cada caso en que se mencione el antiguo y todavía dueño legítimo de un
bien para poder ejercitarlo de una manera para reivindicarlo, fue
concedida al in bonis habens una exceptio, para frenar la acción si
quedaba efectivamente probado que la cosa o propiedad adquirida
hubiera sido objeto de una compraventa o un intercambio por prestación
de servicios. La condición para que emplear este procedimiento era que
ésta debió haber sido lícita y libremente adquirida.

En el supuesto que la persona que adquiere dicha propiedad


puede obtener las disponibilidad de esa cosa es decir esta puede hacer
uso goce y disfrute de esta ya que se puede admitir que esta influya en
toma de decisiones al vender o adquirís una cosas ya que antes en la
época de los romano estos solo podían adquirir si poseían los tres
estatus ya que solo una cantidad diminuta de estas personas lograban
adquirir bienes y poder negociar con otra persona para tener bienes, aquí
interviene el pretor ya que este concedía una acción fingida denominada
“actio Publiciana”. La fórmula que el pretor decidía para que esta acción
sea igual a aquélla del reivindicativo, salvo la recomendación del “Pretor
al juez de simular que ya había pasado el tiempo necesario para la
usucapión y que juzgase como si el disponente fuese titular del derecho
de propiedad quiritaria” (Gayo 4, 36).

La propiedad quiritaria o dominium ex iure quirutium, se basa en


el derecho de los quirites, o ciudadanos romanos. Constituye la situación
jurídica de señorío pleno romano o derecho de propiedad romano era el
ser más honorable. Para su posesión, se exigía diversos tipos de
fundamentaciones una de esta es que el titular fuese ciudadano romano,
la cosa estuviera en el comercio para así poderlas venderlas, fuera
susceptible de propiedad.

La propiedad quiritaria era la única reconocida por el Derecho


Civil en Roma, ya que este tipo de dominio se ejercía exclusivamente
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sobre la Urbe y los territorios cercanos, donde se hubiera extendido
mediante las concesiones ius italicum. La propiedad quiritaria
básicamente implicaba un privilegio procesal. Es decir, una ley particular
para su protección, a través de la acción reivindicatoria, que era una
acción real que tenía el propietario en contra de cualquier tercero, para
pedir que se le reconociera su derecho y, en su caso, que se le
retribuyera el objeto (D’Ors, Derecho Romano).

La revolución de la propiedad en Roma implicó todo un cambio


social. Primero se aceptó que el latino (habitante del Lacio, no de
Hispanoamérica, obviamente) pudiera ser propietario concediéndole el
ius commercii, que permitía poder hacer negocios y adquirir propiedades.
En fin, a partir del siglo III d. C. se acabó por admitir la propiedad de los
peregrinos, aunque con un régimen jurídico que distaba de la inicial
propiedad quiritaria.

La fundamental de las características del dominium ex iure


quiritium era su condición absoluta, que abarcaba todas las facultades y
todo uso, goce y disfrute posible de un bien. Otra característica de la
propiedad quinaria era su exclusividad: la cosa no podía ser objeto de
transacción más que por su propio dominus, su titular, es decir no
permite realizar adquisiciones que no sean del propio dueño.

Sin embargo, otras características fueron su elasticidad,


omnicomprensiva de las acciones que su titular pudiera ejercer y del uso
de la cosa; y, por último, su capacidad de absorción. Eso permitía la
extensión del derecho sobre la tierra “desde el cielo hasta el subsuelo”. Y
es que la propiedad se había generado en torno a las cosas más
directamente necesarias para la vida elemental; para la vida en el campo,
es decir, tierras, herramientas, animales. Sobre la tierra este principio de
exclusividad se permitió que se descompusiera al admitir el derecho real
en cosa ajena de superficie.

La reglamentación de la propiedad quiritaria no siempre se


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reconoció de una manera individual debido a esto comenzó con una
adquisición grupal ella que estos prefieren unirse grupalmente para
adquirir propiedades ya que empezaron como tribu después una
propiedad colectiva para que las tierras pertenecieran a un grupo de
personas y n exista la propiedad individual ya que dejaban principios de
jurisprudencia desde una perspectiva de sucesiones tierras o herederos.

III. IUS PRETORIUM Y PROPIEDAD BONITARIA

Otra especie de propiedad puede definirse como propiedad


bonitaria o pretoriana donde también es llamada In bonis habere ya que
era considerada la propiedad que sancionaba el derecho es decir tenía
consecuencias normativas del derecho civil, como he mencionado el
derecho civil es una rama que sirve para regular como las personas se
regulan mediante contratos o adquisidor de bienes, en esta evolución se
produce el derecho de propiedad romano donde posiblemente se
consideran tratadistas romanos que tiene un proceso de evolución se
empieza por la república y se termina en el derecho pretorio con el
concepto de propiedad de especies como la bonitaria o pretoria ya que
tiene una transición de la cosa o también llamada res que así se le
definía en el derecho romano.

En este propiedad no se requiere que existan las mismas


solemnidades para la transmisión del dominium. El pretor influye mucho
en las tomas de decisiones de las personas donde se crea la propiedad
pretoria que sirven para originar a las cosas o también llamadas
propiedades que permiten conocer como las personas establecen
relaciones donde los contratos para propiedades se vuelven muy
indispensables si se tiene acceso a los tres status que en Roma eran
considerados personas para ser capaces de adquirir bienes.

La propiedad bonitaria comenzó a perfilarse cuando el pretor con


su autoridad otorga al heredero propiedades para que pueda disponer de
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ellas, pese a que sólo podían realizar eso los titulares. Se ideó un
convenio de adquisición de bienes o propiedades mediante una oportuna
configuración procesal, como “consecuencia de un convenio de
restitución de bienes de la sucesión celebrado con el heredero y el caso
del adjudicatario en un iudicium imperio continens” (Saá Pérez, 2014).

El propietario podía adquirir propiedades o posesiones dentro del


derecho de una forma general y exclusiva. Pero, dentro de los márgenes
legales, a otros se les vino a permitir disponer de todos los frutos de un
bien, de modo que el emancipado quedaba liberado del poder del
paterfamilias y podía adquirir bienes por sí mismo sin depender de otra
persona. Así, pues, podía obtener derechos sobre las cosas sin
necesidad de pedir autorización a otra persona.

La propiedad bonitaria se regulaba según unos requisitos


incorporados al Ius Civile por el pretor. Esta propiedad se regula por
requisitos de derecho civil, donde es reconocido con el transcurso de los
tiempos donde este podía intervenir en diferentes aspectos donde los
bienes han evolucionado ya que no se puede encontrar del pretor donde
este tiene que solucionar problemas donde el pretor se puede definir de
un modo para adquirir derechos entre personas de derecho para adquirir
derechos y propiedades, sin embargo se puede finalizar los lapsos
concurrieran las de derecho civil y derecho romano.

Estas razones arrastraron al pretor, a conceder al comprador


todas las facultades para que este se respalde en la compra y venta de
este y derechos que permitan reconocer como adquirirlos de una forma
que pueda exigirlos, para que exista un antiguo como un nuevo titular de
derecho sobre aquella propiedad. Existen varias condiciones para que
esta se cumpla un de estas en la paralización donde podría recuperar los
derechos en protección a que estos no se vulneren en el ejercicio del
derecho privado.

Ante esta acción recuperativa practicada por el propietario que


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adquirí a él bien, el medio de defensa para enfrentar a la acción, se
denominaba exceptio rei venditae y excitaba la acción recuperativa; En
caso de que el propietario quitara la cosa, el propietario bonitario podría
recuperarla, llevándolo a la practica la acción publiciana.

IV. DOMINIUM Y PEREGRINI

se comunicaba una cosa a un peregrino, o se participaba un


propiedad situado en distrito, o la entrega de una cosa mancipi se
verificaba por simple traditio, se concordaba alguno de los dos arquetipos
de propiedad bonitaria, que eran: la propiedad peregrina, la propiedad
bonitaria, que aparece cuando alguien al lograr una cosa mancipi sin
recurrir a los medios establecidos por el derecho civil, que él había
adquirido sin acudir a la mancipatio tenía las cosas entre sus bienes: in
bonis habere, lo cual podía verse atacado por una “acción reivindicatoria
del antiguo dueño, o sea el propietario quiritario, que demandara la
restitución. Para evitar una injusticia, el pretor otorgaba una excepción al
adquiriente” (Naval del Potro, Apuntes de Derecho Romano ad usum
privatum, 2019).

La propiedad provincial se refiere a las tierras donde el territorio


de Roma era poder adquirir que este no puede tener una posición en
donde la propiedad del estado era emitido por el mismo órgano que era
el pretor para así permitirle adquirir los bienes de una persona titular de
derecho donde este podía ser capaz de emplear ciertas consecuencias
se pueden tomar libremente mediante el pago de un stipendium.

En las provincias era similar para los peregrinos o para los


romanos con las restricciones propias del derecho romano. Los
poseedores de fincas territoriales pueden transmitirlos por uso o por
origen de muerte ya que era mejor una propiedad que este en venta
dicha propiedad para poder adquirirla de manera legal, porque consistía
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en permisos constantes de uso y disfrute de las cosas con posibilidad de
suspensión, observan los frutos y productos y aunque no se aplica
ciertas cosas donde estas pueden ser adquiridas por la propiedad en
situación que duró hasta el siglo III d. C. (Naval del Potro, Dictamen
Particular sobre la Constitutio Antoniniana, 2019).

La propiedad peregrina era la de los habitantes del Imperio que


no eran ciudadanos romanos ni gozaban de ninguna de las concesiones
parciales del Ius Civile. Como dice Naval del Potro, eran “súbditos pero
no ciudadanos, no son bárbaros, pero no son romanos, no son extraños,
pero tampoco son de los nuestros”. Eran considerados personas capaces
de adquirir obligaciones ya que éstas tenían dentro de diversas
categorías donde este puede ser entendido y tenían derechos para
adquirir propiedades de forma sólo en algo similar. Se regulaban de una
manera ajena al Derecho Civil. Dentro de los negocias podían asimilarse
a propietarios bonitarios que legalmente poseían bienes y obtenían una
protección frente a quienes les sobresaltaran en ello.

“El sistema arbitrado por Roma consistían en crear una


ficción a efectos de recuperar el bien. Los romanos eran muy
proclives a crear ficciones para remediar las injusticias que el
cumplimiento estricto de su Derecho Civil pudiera ocasionar”
(Naval del Potro, Apuntes de Derecho Romano ad usum privatum,
2019).
Sin embargo, en el pasado romano habían aparecido modos que
permitían que determinados hechoa tuvieran trascendencia jurídica. Los
adquirentes de derechos de propiedad de cosas eran protegidos para
impedir situaciones injustas que implicaran una entrega de un bien
(dinero, por ejemplo), sin recibir una contraprestación apropiada (la
propiedad).

En la posición de la propiedad el pretor vendría a ser el juez


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donde este permite que no existan injusticias ya que se supone que la
propiedad se adquiere de una forma justa donde el ciudadano romano
puede adquirir sus derechos para así poder ejercer acción sobre dicho
bien, donde se examinará que existen diversos tipos de forma extranjera
donde la ciudadanía romana puede adquirir derechos y contraer
obligaciones en virtud de los reyes.

V. HACIA EL DERECHO POSTCLÁSICO

En un breve resumen destacamos como las clasificaciones del


derecho nos permiten diferenciarlas se empieza con Dominium ex iure
quiritium donde el derecho civil reconozca el carácter de propietario
debe cumplir varias aspectos donde este reúne actitudes de manera
necesaria donde este debe reunir las subsiguientes argumentos deben
tener “ciudadanía romana, cosa mueble o inmueble situada en suelo
itálico adquirida de un propietario y con las formalidades requeridas”
donde se protege con la acción recuperativa y se califica esta propiedad
como absoluta.

Otra forma resumida de adquirir las propiedades era de forma de


dominado donde la propiedad es cuando el pretor se encarga de proteger
todos los derechos vulnerados de cierta forma cuando las cosas buscan
ser protegidas por alguien para que no existan los conflictos entre
personas al momento de adquirir bienes y este tenga cierta protección
donde este pueda ser protegido por medio de la ley para evitar cualquier
conflicto para llegar a una propiedad pretoria d cuidado hacia los bienes.

Otra forma de protección es la de dominado donde se da la


propiedad cuando el pretor protege lo que recibió el vendedor para que
no existan injusticias permitiendo existir conflictos donde el pretor protege
los derechos vulnerados al encontrar diversos tipos de propiedad para
conceder una acción en contra de los que crean injusticias con la
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protección de encontrar una segunda propiedad.

La propiedad de los peregrinos, no integrados en la sociedad


política romana y que no pueden ser titulares del dominio fue reconocida
por el pretor, que les protegió con acciones ficticias, que “fingían la
ciudadanía romana del extranjero cuando reclama a Roma cosas que les
pertenece, incluso los fundos itálicos.” Carlos Aguilar Díaz, 2012)

La propiedad provincial se ejercitaba por quienes la poseían en


arrendamiento pagando un impuesto. Esa tierra era del pueblo romano.
Pero el tipo de propiedad de los arrendatarios estaba protegida por las
autoridades, hasta que en el derecho posclásico se agrupa el sistema de
la propiedad. Se simplifica la propiedad por varias causas: desaparece la
dualidad de tipos provinciales, ya que todos los departamentos del
Imperio son sometidas a tributo y a que la extensión de la ciudadanía a
todos los habitantes imperiales elimina la discrepancia entre propiedad
civil y propiedad peregrina (Naval del Potro, Dictamen sobre la
Constitutio Antoniniana, 2019)

Los juristas posclásicos apreciarán como propiedad a todo


señorío sobre los bienes, la posesión sólo podía emplear a las cosas
físicas por alternar de un poder real sobre una cosa. Justiniano sancionó
la distinción entre propiedad y posesión pero sigue la preferencia
postclásica cuando imagina la propiedad como titularidad de cualquier
derecho y no sólo de la propiedad de la tierra o de cosas tangibles.

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