Gimnasia de Alcoba

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¡
1290
M A N U A L POPULAR

GIMNASIA DE SALA.
Tetuan de Chamartin.—Imp. de C. BaiUy-Báüliere.
MANUAL POPULAR

ASIA DE SALA
MÉDICA É HIGIÉNICA
ó Representación y descripción de los movimientos
gimnásticos que, no exigiendo ningún aparato para su ejecución,
pueden practicarse en todas partes y por toda clase de
personas de uno y otro sexa.

S E G U I D O D E SUS A P L I C A C I O N E S Á D I V E R S A S E N F E R M E D A D E S

P O R D . G - WL S C H R E B E R

POR D. ESTEBAN SANCHEZ DE OCAÑA

«ON 45 FIGURAS INTERCALADAS BN E L TEXTO.

Novena edición.

MADRID
CARLOS BA1LLY-BAILLIERE 1 ^
UBRKRÍA EXTRANJERA Y NACIONAL, CIRNTÍFICA Y LITERARIA

Plaza de Sfa. Ana, 10.


1880.
•v
PROLOGO.

Existe una tendencia innata y propia en el


espíritu humano, que parece conducirle invo-
luntaria y forzosamente á olvidar ó á fijar por
lo menos m u y poco su atención en todo lo que
es sencillo y natural, en todo lo que encuentra ,
por decirlo así, al alcance de su brazo, á su dis-
posición, bajo su dominio; he aquí por q u é
considera que el único modo de recobrar la
salud es irla á buscar muy lejos, y desdeña y
tiene en menos los medios fáciles que se le
aconsejan para recuperar este precioso don y
adquirir la robustez, si no se presentan á sus
ojos engrandecidos con el prestigio de que les
6 PRÓLOGO.

rodea cierta especie de misterio ó la misma d i -


ficultad de su ejecución. T a l es nuestra h u -
mana condición : lo que está oculto nos atrae,
y lo que se ofrece á nuestra admiración nos
complace. E l hombre corre hácia el bien como
la gacela fugitiva á la pendiente de la monta-
ñ a , sin reparar que va en pos de una ilusión;
amontona sueño sobre sueño, suspirando em-
pero siempre por la realidad, que acaso podria
tocar con solo tender la mano, si estimase en
lo que vale la sencilla naturalidad de los re-
cursos que le ha prodigado la naturaleza; y la
realidad le huye dejándole sumido en las m i -
serias de los achaques y de la enfermedad.
A l dotarnos la Divina Providencia de cierta
dosis de energía y de capacidad intelectual,
nos ha impuesto la obligación de utilizar y
desarrollar estos dones por medio de nuestros
esfuerzos personales. Llegar á conseguir este
fin, es satisfacer la mas bella y urgente de
nuestras necesidades; separarse de é l , es, por
el contrario , alejarse del bien y correr ciega y
PEÓLOGO. 7

desatentadamente á u n abismo de enfermeda-


des y miserias.
A s í , pues, haciendo una útil y conveniente
aplicación de las fuerzas inherentes á nuestro
ser, y sometidas al imperio de nuestra volun-
tad, podremos llegar á precaver muchas do-
lencias y aun librarnos de ellas, si desgracia-
damente ya nos hubieran hecho sus víctimas.
Qué fuerzas deben emplearse y bajo qué re-
glas han de hacerse sus aplicaciones para con-
servar y fortalecer la salud, y para prevenir ó
curar las enfermedades, es el interesante pro-
blema cuya resolución tiene que darnos el ver-
dadero medio de sacar partido de los inagota-
bles beneficios que sobre nosotros ha derra-
mado la naturaleza.
E l autor de este trabajo espera haber facili-
tado el camino que puede conducir á tan de-
seado t é r m i n o ; los consejos del médico debe-
r á n completar su obra.
E l hombre encierra en sí dos naturalezas :
una material y otra espiritual. Tiene, pues, la
precisa obligación de ejercitar recíprocamente
sus fuerzas intelectuales y sus fuerzas físicas :
tal es el fin á que tiende invariablemente su
organización. E l alma y el cuerpo sufren de la
misma manera por la pereza espiritual y por la
inacción corporal. Solo una conveniente acti-
vidad puede proporcionamos la salud, ese bien-
estar constante, duradero y permanente que
depende hasta cierto punto de nuestra obe-
diencia á las leyes higiénicas, y que nuestra
intemperancia y nuestros excesos alteran y
10 INTBODUCCIOJÍ.

destruyen con tanta frecuencia, dando lugar á


la enfermedad, el mayor y mas cruel de todos
los males.
E l movimiento es el alma de la vida gene-
ral , y la naturaleza no es otra cosa que la ma-
teria en movimiento. Elevemos nuestra ima-
ginación en la inmensidad del espacio, dirijá-
mosla liácia el mundo que habitamos, consi-
deremos la materia dotada de las propiedades
que se la lian asignado en el instante de la
creación, y veremos la existencia del movi-
miento demostrada por los fenómenos de los
cuerpos celestes, por los de las afinidades quí-
micas , por los de los cuerpos organizados, en
fin, vegetales ó animales. Todo se mueve en
el universo. E l movimiento preside á todas las
funciones de nuestro cuerpo, imágen sublime
de la naturaleza, obra la mas magnífica de la
creación. Con la vida recibimos el movimiento,
y no le perdemos sino con la muerte.
L a pereza, se dice, es natural al hombre:
este tiene horror al trabajo, al movimiento.
INTEODUCCIOK. 11

Pero esta aserción es inexacta. L o natural es


que e l ser que ha recibido órganos los ejercite;
lo que es natural es que tenga deseos y pasio-
nes, los cuales no pueden satisfacerse sin que
los órganos entren en acción. Es indudable
que el hombre teme la fatiga, pero aun re-
chaza con mas energía u n reposo completo.
L a ley del trabajo es un precepto fisiológico
universal. L a falta de ejercicios atrofia nues-
tros órganos, desordena sus funciones y pro-
duce un cúmulo inmenso de enfermedades, y
por fin, una muerte prematura viene en mu-
chas ocasiones á poner término á nuestra des-
graciada existencia. Debmismo modo que uti-
lizando las fuerzas del organismo las hace-
mos llegar á su m á x i m u m de desarrollo y de
poder; así también cuando las abandonamos
á sí mismas, las vemos languidecer y dismi-
nuir poco á poco hasta que llegan á extinguirse
por completo. Estas verdades son admitidas
como axiomas en todas partes y por todo el
mundo. Desde los tiempos mas remotos hasta
12 INTEODUCCION'.

nuestros dias, los médicos y los filósofos han


manifestado la misma opinión en favor de los
ejercicios corporales; todos han elogiado sus
ventajas, todos han celebrado sus admirables
efectos, y sin embargo, diariamente ponemos
nuestras acciones en contradicción con tan
importantes principios.
Bien convencidos los antiguos legisladores
que el bienestar del hombre consistía tanto en
la buena armonía de sus facultades físicas,
como en el desarrollo de sus facultades inte-
lectuales, hicieron de la gimnasia la base
esencial de la educación pública, y los médi-
cos de aquel tiempo nos prueban bastante con
sus numerosos escritos acerca de este arte,
cuán grande era la confianza que en él tenian
para el tratamiento de las enfermedades.
H a y muchas personas que no cumpliendo
sino con la mitad de su tarea, ponen todo su
esmero y dirigen sus cuidados al cultivo y
desarrollo del espíritu con perjuicio del vigor
y robustez del cuerpo. Este error, que lamen-
INTRODUCCION. 13

tamos profundamente, tiene, á no dudarlo,


su origen en los progresos de la civilización
y en el refinamiento introducido en nuestras
relaciones sociales, que exagerados mas allá
de sus límites regulares, y bastardeados en
sus aplicaciones , nos conducen fatalmente á
los excesos del lujo, de la molicie y de la sen-
sualidad , dando origen á esas necesidades ar-
tificiales , á esos deseos ficticios tan comunes
en nuestros dias, que alejando al hombre de
su destino primitivo y haciéndole desconocer
las leyes de la naturaleza, le entregan desar-
mado á la acción destructora del sinnúmero
de agentes de todas clases en medio de cuya
atmósfera vivimos.
Los ejercicios activos, convenientemente
dirigidos, son un manantial tan fecundo en
preciosos recursos, como descuidado en la
actualidad, para oponerse con ventaja á la
perniciosa influencia del predominio intelec-
tual sobre el desarrollo físico, que constituye,
por decirlo así, el carácter fundamental de la
1.4. INTRODUCCION".

educación de la juventud en nuestra época,


en que se sacrifica la salud del individuo á la
actividad precoz de su inteligencia, sembrando
de esta manera, en los primeros años de la
vida, un germen fecundo de infelicidad, que
bien pronto ha de producir los mas amargos y
desconsoladores frutos, no solo para, estos
desgraciados j ó v e n e s , sino también para la
sociedad en general, y para los padres que,
con mano imprudente y guiados quizás por
u n mal entendido sentimiento de vanidad ó
de sórdida avaricia, inmolaron en aras de su
egoísmo la salud , el bienestar y la robustez
de toda su descendencia. ; : ,..
Los aterradores progresos de la tisis , que
diezma horriblemente nuestras grandes po-
blaciones , y cuya extensión llena de espanto
el espíritu del médico que contempla paso á
paso su marclia:creciente de dia en dia,, y cu-
bre de luto y de dolor , el corazón del hombre
humanitario y caritativo que no ve en derre-
dor de sí u n medio de contener esta terrible
INTRODUCCION. 15

enfermedad una vez desarrollada, ni. de impe-


dir que sus estragos se trasmitan de genera-
ción en generación hasta extinguir u n nombre
y hacer que desaparezca una familia, obra son,
en su mayor parte, no hay que dudarlo, de
nuestro fatal sistema de educación y de la cor-
rupción de nuestras costumbres. h
Todo en la naturaleza es^ armonioso, y sus
leyes no pueden nunca traspasarse impune-
mente. No en vano la Providencia divina, en
su infinita sabiduría, mantiene como amorti-
guada nuestra inteligencia y hasta nuestros
mismos sentidos, es decir, la mayor parte de
nuestra alma, y dota, por el contrario, á nues-
tro cuerpo de extraordinaria y continua mo-
vilidad en los primeros tiempos de la v i d a ; es
que el desarrollo físico debe preceder al desen-
volvimiento intelectual. Invertir este orden,
es obrar contra todas las leyes de la natura-
leza, es destruir la armonía primitiva que ella
ha establecido entre todas las partes del indi-
viduo; es mutilar al hombre, es crear obs-
16 INTRODIJCCIOJSr.

táculos á su felicidad. Nada mas bello, dice u n


autor contemporáneo, nada mas hermoso sin
duda que formar la moral del n i ñ o ; nada mas
grande que desarrollar en su corazón el ger-
men de todas las virtudes; dar á su tierna i n -
teligencia la facultad de percibir las impresio-
nes mas delicadas, y de adquirir la mayor
suma de conocimientos posible; pero nada
tampoco mas absurdo, mejor diremos, mas
b á r b a r o , que por dotarle de la facultad de sen-
t i r , se le prive de la de obrar. ¿ De qué le ser-
virán esa actividad, esas fuerzas admirables
que tiene concentradas sobre el órgano central
de la sensibilidad, y exaltadas á veces hasta
u n grado extraordinario, si languideciendo el
resto del organismo, carece de energía para
obedecer á la voluntad ? ¿ Qué puede esperarse
para el porvenir en el desarrollo físico de esas
tiernas criaturas, que encerradas horas y ho-
ras en la reducida sala de u n colegio, cuando
apenas su lengua empieza á balbucear algunas
palabras, se las obliga á permanecer la mayor
INTRODUCCION. 17

parte del dia en la inacción, en esa época pre-


cisamente en que la naturaleza las llama mas
imperiosamente al movimiento ? Su sistema
muscular, condenado al quietismo, es siempre
endeble y miserable ; las Cavidades todas, es-
pecialmente la del pecho con los importantí-
simos órganos que ella encierra, no llegan, no
pueden llegar nunca á su perfecto desarrollo :
la respiración es incompleta; la circulación
carece de energía, y como hay pocas pérdidas
que reparar , las digestiones son lánguidas y
perezosas, y la nutrición general, ese movi-
miento de composición y descomposición de
las moléculas orgánicas de su cuerpo, que en
estos primeros años debiera verificarse con
tanta actividad, es lenta é incompleta; de
aquí los temperamentos linfáticos, las afeccio-
nes escrofulosas y raquíticas, triste patrimonio
de los niños educados en los grandes centros
de población que se tienen por mas civilizados.
A l mismo tiempo que de este modo se com-
prime y dificulta su desarrollo físico, mantié-
GIMNASIA.—,
18 INTRODUCCION.

nense en u n estado de perpetuo eretismo sus


facultades intelectuales, sobrecargándolas de
serios y continuados estudios, tan impropios
de su edad, como inconvenientes y perjudi-
ciales para su tierno y delicado cerebro, que
careciendo aun del vigor necesario para re-
sistir esta continua excitación, reconcentra
sobre ella toda su vida, y abandona y deja de
i n f l u i r con la energía que debiera, todos los
demás órganos y funciones de la economía,
que, como ya hemos indicado, vegetan pobre-
mente á la sombra de una precoz y engañosa
actividad intelectual.
Las pasiones y los instintos animales se
desencadenan cuando la razón no tiene aun
dominio bastante para dominarles ó dirigirles,
y marchando sin freno por el camino á donde
les llama la satisfacción de sus deseos, bien
pronto gastan y concluyen esas débiles orga-
nizaciones, viejas y decrépitas aun antes de
su completo desarrollo, y cuando apenas de-
bieran empezar á vivir.
INTEODUCCIOIT. 19

Preguntad á los médicos que tienen la des-


gracia de ejercer su profesión en las ciudades
populosas, y ellos os señalarán el origen dé
u n sinnúmero de terribles enfermedades en la
dirección viciosa, impresa á la educación en los
primeros años de la vida, en los cuales no se
procura neutralizar la perniciosa influencia
•del cúmulo inmenso de causas deletéreas que
rodean al habitante dé estas poblaciones, es-
forzándose en conseguir el desarrollo físico y
robustez del cuerpo por medio-del ejercicio
activo y científicamente dirigido á todos los
á r g a n o s y sistemas de la economía, único
medio que nos pone en condiciones á propó-
sito para resistir la acción déstrúctóra de esos
agentes á cuya i n f luencia no podemos sus-
traernos. -':
Comparad si no al afeminado cortesano
cuya endeble'constitución gime bajo' el peso
de las enfermedades que son consecuencia He
su misma molicie, atreviéndose apenas á ser-
virse de sus manos delicadas y d é sus débiles
20 INTRODUCCION.

brazos , con el robusto campesino, dotado de


órganos fuertes y vigorosos , aunque nutrida
con groseros alimentos y expuesto á la i n -
temperie de todas las estaciones.
Bajo el dosel de la opulencia y los pabello-
nes de la voluptuosidad, las enfermedades
crónicas, las ideas mas tristes,; ,el tedio mas
terrible devoran al primero, y minan los dias
de su existencia,; bajo ú n humilde techo de
paja, la salud mas floreciente hace la felici-
dad del segundó. Las pasiones alegres son las
únicas que tienen asiento en su alma. ¡ Qué
fuerza! qué estabilidad en la salud! Extraño-
á las enfermedades y á la debilidad,: llegaría,
en la mayor parte de los . casos , á la mas
avanzada senectud, , si; enfermedades agudas,
producidas por causas extraordinarias, no
viniesen á cortar el hilo de su feliz existencia.
L a frugalidad de sus costumbres y el ac-
tivo y general ejercicio á que le obliga la í n -
dole especiaLde sus ocupaciones , son , puede
decirse, el origen principal-de esa robustez y
INTRODUCCION. 21

bienestar físico que tanto envidian los habi-


tantes de las grandes poblaciones.
Hay muchas personas que quieren gozar
de los placeres de la vida, sin procurar con-
seguir estos goces por el buen uso de los
medios de que abundantemente las ha rodea-
do la Providencia. Pero ¡ ah! ya lo hemos
dicho : nuestra naturaleza no se deja j a m á s
dominar : cuando nos ponemos en contradic-
ción con ella, nos castiga, y á veces harto
cruelmente : la naturaleza material es con es-
pecialidad la que se muestra mas inflexible
cuando se han llegado á infringir sus leyes.
Ella nos ha impuesto un precepto fundamen-
tal , indeclinable, cual es el perfeccionamiento
y desarrollo de nuestro cuerpo, ley tan ínti-
mamente ligada á la buena organización y á
la reparación de las fuerzas, que su olvido ó
abandono ha sido, y será siempre, la causa
de u n n ú m e r o inmenso de terribles dolencias,
í n t i m a m e n t e convencidos de esta verdad, los
médicos de todos los tiempos han aconsejado
22 INTRODUCCIOISr.

los movimientos musculares bien ordenados,


como una condición sim qua non , para con-
servar y fortalecer la salud, para prevenir d
curar las enfermedades. A las personas con-
denadas á la inacción física por la índole espe-
cial de sus ocupaciones , se las aconseja siem-
pre toda clase de movimientos ; los paseos á
pié ó á caballo, la equitación , esgrima , jar-
dinería y toda clase de trabajos manuales»
A u n cuando estos ejercicios, si es posible
entregarse á ellos, deben ser y son en efecto
muy saludables, no tienen sin embargo una
utilidad bastante general ( y esto es lo impor-
tante), sobretodo cuando hay necesidad de
continuarlos por largo tiempo; no se les
puede recomendar mas que á ciertas y deter-
minadas personas, y aun solo momentánea-
mente , porque no llenan el verdadero objeto
que debemos proponernos. Casi siempre nos
vemos obligados á limitar nuestros consejos
al paseo diario como el único medio aplicable
por mucho tiempo en todas partes y á cual-
INTRODUCCION. 23

quiera clase de individuos. Se comprende bien


que cuando hayamos de contentarnos con
este solo ejercicio para satisfacer las necesida-
des del cuerpo, ha de ser insuficiente á llenar
el alto objeto que nos proponemos, sobre
todo en los adultos ( 1 ) .
E n la actualidad, por consecuencia de la
elevada dirección que se ha dado al género
humano para conducirle á su fin, ha crecido
de una manera notable la necesidad de acti-
var el espíritu, cautivando ella sola toda l a
atención y reuniendo para sí todos los es-

(1) Para convencerse de la insuQciencia del paseo,


como medio higiénico en las personas sedentarias, basta
comparar la suma de los movimientos diarios que estos
sujetos, por débiles que sean, ejecutan durante semanas
enteras y con facilidad, haciendo excursiones á las mon-
tañas de cuatro y seis horas cada dia, con el trabajo dia-
rio de un labrador. Estos movimientos son, como 1»
prueban los resultados, suficientemente saludables y no
tienen nada de exagerados ; y sin embargo, ¡qué enorme
diferencia entre estos últimos y los primeros de que h e -
mos hablado!
24 INTRODÜCCIOÍÍ.

fuerzos. Sin embargo, i cuán pocas personas


h a b r á que no puedan robar á sus ocupaciones
diarias bastantes momentos de descanso para
invertirlos en esos paseos inútiles!.
Hay muchos sujetos en quienes la falta de
relación entre los trabajos intelectuales y los
ejercicios físicos es aun mas evidente, y por
lo mismo mas grave. Se ha buscado en este
caso u n medio' artificial para restablecer el
equilibrio , y medio que fuese compatible con
nuestro actual género de vida : hé aquí el orí-
gen de la nueva gimnasia.
E n esta obra no nos ocuparemos mas que de
la gimnasia aplicada como recurso curativo
para ciertos estados patológicos. L a gimnasia
médica será pues la única que llame nuestra
atención.
E n el principio no se empleaba este medio
mas que en ciertas enfermedades sin fiebre,
que reconocían por causa principal de su exis-
tencia una falta mas ó menos completa de
movimiento; pero bien pronto la experiencia
INTEODUCCION. 25

ha Tenido á demostrar su benéfica acción so-


bre afecciones de muy distinta especie.
Es preciso, sin embargo, no incurrir en la
exageración de ciertas personas quer arras-
tradas por su ciego entusiasmo, hacen d é la
gimnasia una . especie de panacea universal,
considerándola como el único remedio para
casi todos los males. Con una organización
tan complicada como la nuestra, y con tantas
y tan diferentes enfermedades como pueden
atacarla, los ejercicios gimnásticos no p o d r á n
nunca ser mirados racionalmente como una
medicación universal; pero si considerando
la gimnasia médica sin prevención adversa ó
favorable, se la asocia á los demás medios de
tratamiento, se verá, observando con impar-
cialidad , que tiene u n valor positivo y cierto
como método auxiliar, y que en muchos ca-
sos produce maravillosos resultados. .
Para juzgar con justicia de los efectos de
la gimnasia, es preciso tener u n conocimiento,
siquiera sea muy superficial, de la fisiología
26 INTRODUCCION.

de nuestro aparato .muscular j del importante


papel que desempeña en la organización.
L a acción recíproca de todos nuestros ór-
ganos está calculada. Es necesario, pues, para
que el hombre se desarrolle bien y se conserve
en buen estado de salud, que disfrute de cierto
grado de fuerza individual debida á una causa
inmaterial y física. Para llegar á este fin, l a
actividad del cuerpo (movimientos, contrac-
ciones musculares) es mas importante que la
actividad del espíritu: mas adelante demos-
traremos esta aserción.
Toda la vida orgánica descansa sobre una
renovación continua de la materia, sobre una
eliminación de todo lo que ya no puede ser-
v i r en el interior del cuerpo, sobre una asi-
milación finalmente de los nuevos materiales
orgánicos suministrados por los alimentos,
por el aire que se respira, etc.
Cuanto mas se renueva la materia, tanto
mas se vivifica (siempre que permanezca
dentro de los límites fisiológicos y convenien-
rNTRODUCOION. 27
tes ) , y por consecuencia la vida se encuentra
en mejores condiciones de robustez, de fuerza
y duración.
A s í , pues, para que nuestro cuerpo se halle
en estado de perfecta salud y bienestar, es
necesario que sus moléculas constitutivas se
renueven, se rejuvenezcan, ipor decirlo así. L a
cosa mas insignificante que sirva de obstáculo
á esta acción, si no cuidamos de separarla i n -
mediatamente , cuando esto es posible, nos
pone valetudinarios, enfermos, y por fin pro-
duce la muerte. Por la misma causa, el uso
insuficiente de la materia y la presencia anor-
mal de una materia i n ú t i l (por falta de eli-
minación) , ó dicho de otro modo, el desequi-
librio entre las moléculas absorbidas y las
eliminadas son también una de las causas de
desarrollo anormal y de cesación de la vida.
Si el tiempo de reposo está bien arreglado, la
materia encuentra en la actividad de los ór-
ganos u n medio poderoso de renovación.
E l sistema muscular es sin contradicción
28 INTEODIJCCIOIí.

el mas voluminoso de todos los del cuerpo :


la sustancia muscular pertenece á esa clase
de tejidos orgánicos que por una actividad
bien aplicada (los movimientos del cuerpo son
producidos por las contracciones musculares ) ,
poseen en el mas alto grado la facultad de
apropiarse la materia de que ellos se forman.
Por esta doble r a z ó n , este sistema, conve-
nientemente activado, es el mas apto para
bacer sufrir á los materiales de nuestro, cuerpo
u n cambio mas r á p i d o , mas fuerte y mas com-
pleto , y dar por consiguiente á la vida una
impulsión favorable, renovando, regenerando
la sangre y todos los bumores de la economía.
L a circulación entera (por la acción mecánica
de los músculos contraidos sobre los líquidos ) ,
la respiración, la nutrición, el sistema d i -
gestivo , en una palabra, todo nuestro ser, to-
m a r á parte en este benéfico movimiento. L a
actividad de la circulación y de la respiración,
el aumento del calor, el ejercicio muscular
prolongado, d a r á n por resultado necesario u n
iNTEODUCOioisr. 29
aumento notable en el apetito' y en la sed, una
traspiración abundante y u n sueño profundo
y reparador. Se b á demostrado por ü ñ á serie
de observaciónes fisiológicas que en u n Hom-
bre cuyo sistema muscular está sometido á una
raciónal actividad, no son necesarias m á s que
cüátro ó cinco semarías para que su cuerpo
baya sufrido una transformación completa,
mientras qué es preciso que trascurran cuando
ráenos diez ó doce eñ otro; individuo tjue , re-
uniendo las mismas condiciones personales,
tenga sin embargo una vida mucbo menos
activa. Los movimientos désarrollan singü-
larmenté los músculos que los ejecutan, lla-
man hacia ellos la sangre, áumeiitan su calor
y'su volumen, y les dan u ñ a fuerza y consis-
tencia extraordinaria, al mismo tiempo que
hacen disminuir las capas inútiles de gordura;
por la repetición dé los mismos actos adquié-
rén una grande precisión y energía en sus
móvimientos; el órgano, en una palabra,
acaba por ejecutar con maravillosa pcrfec-
30 INTRODUCCION.

cion actos que parecían de insuperable difi-


cultad. .
Los sistemas huesoso y fibroso deben tomar
también un crecimiento proporcionado ; se
necesitan huesos sólidos para formar un punto:
de apoyo suficiente á los músculos vigorosos,
y fuertes ligamentos para mantener unidas
semejantes articulaciones. Es, pues, una cosa
probada que la actividad muscular consti--
tuye uno de los mas poderosos agentes de
eliminación de las partes viejas é inútiles sus-
ceptibles de degenerar ó convertirse en causas
de enfermedad, así como es también u n ex-
celente medio para reemplazarlas por tejidos
nuevos y sanos. Se puede, por consiguiente,
poniéndola en ejercicio, impedir la formación
y aglomeración de materiales dañosos, y por
consecuencia evitar las enfermedades que de
esta causa podrían resultar. •,
Es necesario, sin embargo, no olvidar que
para conseguir el objeto higiénico, se debe
imponer u n régimen severo adaptado á las
INTRODUCCION. 31

circunstancias y combinado con otros medios


de tratamiento.
No por ello es menos cierto que los movi-
mientos musculares bien ordenados son po-
derosos y seguros auxiliares en la curación de
este sinnúmero de enfermedades. Pueden ci-
tarse con este motivo todas las llamadas afec-
ciones crónicas del bajo vientre que se obser-
van en las edades avanzadas, y todo el i n -
menso cortejo de achaques é incomodidades
que las a c o m p a ñ a n ; las digestiones difíciles
y perezosas, el estreñimiento, el infarto del
hígado, del bazo y del sistema' de la vena
porta, el dolor de cabeza casi siempre inse-
parable de estas lesiones, la hipocondría, me-
lancolía, etc. Pueden también añadirse las
enfermedades debidas á la falta 6 mala calidad
de la sangre en los j ó v e n e s , como la anemia,
escrófulas, etc., etc. Por otra parte, el uso
mecánico de los músculos inferiores del tronco
viene también á ejercer una influencia salu-
dable en el tratamiento de estas dolencias por
B2 INTEODUCCION.

medio de la gimnasia. Dentro de muy poco


volveremos á ocupamos de este punto. H a y
aun otro efecto mecánico de la maá alta i m -
portancia: nos referimos á la reacción cutá-
nea producida por todos los movimientos
musculares y á la que no puede menos de
cóncedérse grandísima influencia.' • '
Bajo Otro punto de vista fisiológico, las
contracciones de los músculos pueden también
producir muy buenos efectos por'la íntima
relación que establecen entire el sistema mus-
cular y nervioso los nervios del movimiento
y la sensibilidad. A l estado normal del sis-
tema nervioso debemos siempre nuestro bien-
estar físico y mei-al, porque h a y un estrecho
enlacé entre la « a l u d y lá robustez, y la ma-
yor ó menor imtabiiidad d'e esté aparato. E l
uno dé los dos sistemas no piiede desarrollarse
sino á expensas del otro; así es que Cuando
vuelven á su situación fisiológica, han de
sufrir forzosamente cambios en sentido i n -
verso.
INTRODUCCIOISr. 33

Poniendo los movimientos en acción de una


manera exclusiva, por decirlo así, la porción
del cerebro á cuya dirección están confiados,
y dejando, por consiguiente, en inacción las
mentales y afectivas, la primera deberá ad-
quirir gran desarrollo con detrimento ó á ex-
pensas de las otras dos. Esta consideración,
que creemos perfectamente justa y fundada
en observaciones irrecusables, nos suministra
consecuencias bien preciosas para la higiene
y para la terapéutica : ella nos demuestra que
el mejor medio de destruir los perniciosos
efectos que producen generalmente los exce-
sos intelectuales ó las pasiones, consiste en
obligar al enfermo á que se entregue á u n
ejercicio activo y conveniente. ¿ Cuántas per-
sonas, histéricas, maníacas, melancólicas ó
monomaníacas, etc., no han debido su cura-
ción á un género de vida mas activo que se
les obligaba á seguir ó que la fortuna les for-
zaba á adoptar? Las facultades intelectuales
están poco desarrolladas en los que se dedican
GIMNASIA.
3á INTRODUCCION.

de una manera exclusiva á ejercicios forzados.


Los atletas, como todos sabemos, no brilla-
ban por las cualidades del espíritu n i del co-
razón. Bajo este punto de vista es como la ac-
tividad muscular tiene una acción favorable,
modificando la irritabilidad y sobreexcitación
de los nervios, é influyendo así sobre la parte
moral, porque aquella exaltación obra siem-
pre m u y desfavorablemente en las disposi-
ciones de nuestro espíritu.
Este medio, en manos de u n médico hábil,
constituye un recurso soberano, ó por lo me-
nos un auxiliar indispensable en el trata-
miento de las parálisis, de la debilidad ó i n -
sensibilidad nerviosa, de la hipocondría, del
histerismo, enfermedades mentales y de al-
gunas otras afecciones crónicas, tales como
el baile de San Y i t o , la epilepsia, etc.
Bajo el punto de vista del carácter, debe-
mos llamar la atención hácia una considera-
ción de la mayor importancia: dirigiendo to-
dos los esfuerzos de la voluntad á hacer cons-
INTRODUCCION-. 35

tantemente estos ejercicios corporales, t r i u n -


fando con perseverancia de la apatía j la
pereza, se llega por necesidad, fisiolcSgica-
mente hablando, á poseer u n carácter fuerte
y enérgico, y á apreciar verdaderamente la
vida. Esta energía es la que vence á ese ene-
migo oculto, contra el que vienen á estrellarse
los tratamientos mejor dirigidos, en u n gran
n ú m e r o de enfermedades crónicas.
Kesta por fin que nos ocupemos de una
influencia que puede utilizarse con grandísi-
mas ventajas en la medicina, y que es impo-
sible de reemplazar por ninguna otra: ha-
blamos de la inmensa importancia que tienen
los movimientos musculares en la consolida-
ción de los huesos y ligamentos, y aun en
las proporciones que pueden llegar á adquirir
ciertos órganos. L a conformación del esque-
leto y de las capas musculares del cuerpo
humano está dispuesta de tal modo, que el
.grado de relajación ó contractura de los m ú s -
culos iníluye de una manera extraordinaria
36 INTEODrCCIOÍT.

en su actitud, en sus formas, en las corvadu-


ras de estos mismos huesos; siendo esto apli-
cable de una manera especial á la parte supe-
rior del tronco, ó sea al pecho. L a causa de
muchísimas de las enfermedades que afligen
á la humanidad, reconoce por principal orí-
gen la falta de amplitud y desarrollo en las
cavidades del pecho y vientre, que encierran
órganos tan importantes. |EstQ es lo que des-
graciadamente sucede en gran n ú m e r o de per-
sonas por la falta de ejercicio en los músculos-
del brazo, hombro y pecho, de quienes de-
pende de una manera m u y principal la forma
y capacidad de esta región. ; Si entonces se
quiere volver á los órganos comprimidos y
como torturados su estado normal; si, en los.
casos en que tan feliz resultado es posible, se
desea conseguir alguna positiva mejoría, es
preciso ante todo procurar restituir á las ca-
vidades su forma normal y primitiva. Para,
esto se encontrarán inagotables recursos, que
con nada pueden suplirse, en una gimnasia
INTRODUCCION". 37

"bien dirigida. E n efecto, se intenta por este


medio, y se consigue muchas veces, ensan-
€har las cavidades, sobre todo la del pecho,
dar al esqueleto mayor solidez y una forma
mas conveniente, haciendo ejecutar contrac-
ciones musculares, extensiones y flexiones
dirigidas á este objeto. A los que aun pudie-
ran dudar de la benéfica acción de la gimna-
sia sobre la cavidad del pecho, nos seria fácil
demostrarles , que se ha llegado á observar,
aun en personas muy adultas, á los pocos
meses de ejercicios, u n aumento de 4 á 5 cen-
tímetros en la circunferencia de esta cavidad,
después de haber adoptado todas las precau-
ciones necesarias para que no hubiese error
alguno en la exactitud de la medida. Por
este dato puede fácilmente calcularse el en-
sanchamiento cúbico de la cavidad en general.
Con respecto á las paredes del vientre, for-
madas de músculos que no están sostenidos
por huesos, la gimnasia influye de una ma-
nera muy beneficiosa en los órganos conté-
38 INTEODUCCION.

nidos en su interior, singularmente en los


infartos viscerales que son en ellos tan fre-
cuentes, y por fin, contribuye de un modo
directo y eficaz á mantener libres y expeditas
las funciones de los intestinos.
I.

OBJETO Y PLAN DE LA OBRA.

Como ya lo indica su título, este ligero


trabajo tiene por objeto describir la gimna-
sia médica de sala; es decir, la gimnasia
médica que, no teniendo necesidad de apara-
tos de ninguna especie, n i exigiendo condi-
ción alguna extraña al individuo, puede apli-
carse por todo el mundo y en cualquiera par-
te. Esto, sin embargo, no encierra toda la
gimnasia terapéutica, porque en muchos ca-
sos, la ortopedia por ejemplo, son indispen-
sables máquinas y aparatos de mayor ó menor
40 OBJETO Y PLAN DE L A OBEA.

complicación, y ciertas condiciones particu-


lares , tales como la dirección y vigilancia de
n n m é d i c o ; circunstancias todas que en ge-
neral obligan á los enfermos á permanecer
en las casas de salud.
Sin embargo, la gimnasia de sala responde
á tantas y tan variadas indicaciones, que es
suficiente por sí sola, en m u l t i t u d de casos,
para producir curaciones m u y notables. Ade-
m á s , el uso de establecimientos especiales
suele ser demasiado costoso, y superior, por
consiguiente, á los recursos pecuniarios de
muchas personas; mientras que la gimnasia
de sala puede practicarse en todas partes, en
una habitación, e n u n jardin, durante u n via-
j e , sin instrumentos y sin necesidad del au-
x i l i o de u n ayudante como la gimnasia sue-
ca ; en una palabra, puede aplicarse á todas
horas y en cualquiera parte. Examinando,
pues, sus ventajas, no podrá menos de cono-
cerse su gran valor. A las personas que han
seguido u n tratamiento en u n establecimiento
OBJETO Y PLAN DE LA OBEA. 41

especial, les proporciona también la ventaja


de poderle continuar total ó parcialmente.
Podemos finalmente decir en pocas palabras
que á los sujetos mal constituidos les ofrece
un medio de conservar su .salud y de alcanzar
una vejez fuerte y vigorosa; á los médicos, á
los enfermos, á los literatos, á todas las per-
sonas de vida sedentaria les brinda con ven-
tajas inmensas y fácilmente realizables. Por
último, á los individuos que hacen uso de las
aguas minerales, ya sea en sus respectivas
casas, ya al pie del manantial, en los estable-
cimientos destinados ad hoc, les serán mucho
mas útiles y provechosas en la curación de
sus dolencias, estando ayudadas por u n ejer-
cicio corporal perfectamente regularizado;
porque, con efecto, todo el mundo sabe que
u n ejercicio continuado con moderación, es
un excelente auxiliar de todo tratamiento
metódico. E l paseo, medio empleado casi ex-
clusivamente hasta ahora, es u n buen recur-
so, porque proporciona la ventaja de respirar
42 OBJETO Y PLAN DE L A OBRA.

u n aire puro y distraer el espíritu, abrumado


por padecimientos físicos ó morales. Pero
considerando lo que este movimiento tiene de
exclusivo, se comprende con facilidad cuán
posible es que los enfermos encuentren i n -
convenientes para dedicarse á él, ya por efecto
del m a l , 6 ya también porque les fatigue de-
masiado una larga correría.
Con respecto al ejercicio del cuerpo, en to-
dos los individuos indistintamente, la gim-
nasia es con seguridad el mejor camino para
llenar todas las indicaciones y conseguir el
objeto del tratamiento. Todas las personas
que tienen proporción de dedicar algunos
ratos diariamente al paseo, puedei\ entregarse
á la gimnasia, sin que por esto se entienda
que tienen necesidad de abandonar sus cos-
tumbres. E n los establecimientos termales, á
donde generalmente se mandan personas ata-
cadas de unas mismas afecciones, podrían
reunirse los enfermos y entregarse así mas
fácil y provechosamente á los ejercicios gim-
OBJETO Y PLAÍT DE LA OBRA. 43

násticos; Uegarian de este modo á conseguir


un buen resultado en la curación de sus ma-
les de una manera mas segura y agradable.
Para facilitar, en cuanto sea posible, los
medios de aprovecharse de estas ventajas, nos
hemos propuesto explicar y reunir en esta
obrita todos los ejercicios que pueden hacerse
en todas partes y sin aparatos. A este fin los
hemos clasificado por regiones, siguiendo una
especie de sistema anatómico, y haciendo re-
saltar los principios sobre que descansan los
movimientos de la vida de relación.
A l mismo tiempo que sirven para el trata-
miento de las enfermedades, estos ejercicios
tienen, aun bajo el punto de vista práctico,
la ventaja de desarrollar el cuerpo, darle
fuerza y elasticidad, y conservar el vigor y la
energía hasta una edad m u y avanzada. Cuando
se quiera usar la gimnasia como medio cura-
tivo, deben siempre oirse los consejos de u n
médico para conocer las modificaciones que
puedan exigir en los movimientos, las cir-
44 OBJETO Y PLAN DE LA OBRA.

cunstancias especiales del enfermo ó de su


enfermedad; y aun en el curso del tratamiento
será conveniente renovar estas consultas de
tiempo en tiempo. Esta obra ofrecerá, pues,
al profesor un medio fácil de hacerse com-
prender de los enfermos, j á estos una guía
segura en la manera de practicar los ejerci-
cios oportunos.
Nos hemos esmerado en clasificar y des-
cribir los movimientos con bastante cuidado,
á fin de que, con una simple indicación del
médico, el enfermo pueda ejecutarlos todos
por sí mismo. Cuando no se trate de emplear
la gimnasia como medio terapéutico de deter-
minadas enfermedades, sino únicamente como
u n ejercicio higiénico, porque en realidad no
exista alteración alguna orgánica, entonces
no son absolutamente necesarios los consejos
del facultativo, y puede sin inconveniente
prescindirse de ellos. Todo el mundo en ge-
neral, aun las personas mas llenas de nego-
cios, como las que se dedican á los trabajos
OBJETO Y PLAN DE LA OBEA. 45

asiduos de bufete; en una palabra, los indivi-


duos todos de ocupaciones sedentarias que
tienen necesidad de ejercicio, encontrarán aqui
las indicaciones necesarias para hacer todos
los movimientos corporales que les son indis-
pensables. Llegarán mucho mas pronto y con
mas seguridad á este objeto practicando con
método la gimnasia durante quince ó treinta
minutos, que si se fatigasen paseando por es-
pacio de horas enteras. E n la estación en que
el estado de la atmósfera no permita los pa-
seos al aire libre, es sobre todo cuando, la
gimnasia de sala puede procurar ventajas i n -
mensas á las personas de vida sedentaria, fa-
cilitándolas el medio de hacer el ejercicio ne-
cesario al buen desempeño de las funciones
de su organización, cuya falta seria el germen
de ligeras incomodidades en u n principio, y
mas tarde quizás de gravisimas dolencias. E l
paralítico mismo, sujeto é inactivo en su bu-
taca ó en su lecho por la imposibilidad en
que se encuentra uno de sus miembros de
46 OBJETO Y PLAN DE LA OBEA,

ejecutar los movimientos necesarios á la vida,


podrá también, haciendo obrar los demás que
aun permanecen sanos, procurarse el ejercicio
indispensable para sustraer su salud á los i n -
convenientes de una inacción prolongada.
L o mismo sucede con respecto á aquellos á
quienes con gran perjuicio suyo, una enfer-
medad, un encarcelamiento ú otra cualquiera
causa particular obliga á permanecer encer-
rados é inactivos en u n reducido aposento.
¿ C u á n t a s personas no se encuentran en el
gran mundo, sobre todo entre las mujeres,
que están habitualmente enfermas y que po-
drían disfrutar bastante buena salud si pro-
curasen hacer u n ejercicio regular y conve-
niente? Los médicos aconsejan constante-
mente el ejercicio; pero la mayoría de veces,
la mejor voluntad viene á estrellarse contra
los obstáculos de toda especie que á ello se
oponen, en las mujeres mas frecuentemente
aun que en los hombres.
Estos son precisamente los inconvenientes
OBJETO Y PLAN DE L A OBRA. 47

que hemos querido evitar. Después de haber


descrito cada ejercicio, se han indicado las
aplicaciones curativas que de él pueden ha-
cerse. Estamos animados con la lisonjera es-
peranza de que los enfermos j los médicos
obtendrán de la práctica de nuestros precep-
tos , en la mayor parte de los casos sencillos,
un resultado favorable sancionado por la ex-
periencia,
II.

ÜEGLA COMUN Á TODOS LOS EJERCICIOS.

I.0 Los ejercicios que describirémos están


dispuestos de manera que puedan sin incon-
veniente practicarse por todo el mundo, cual-
quiera que sea el sexo y edad en que el i n d i -
viduo se encuentre : cuando de esta regla ge*
neral liaya alguna excepción, cuidaremos de
indicarla en el lugar oportuno. Solo existe
una que puede considerarse como absoluta :
es la obesidad, que no permite sino movi-
mientos m u y suaves y continuados, el paseOj,
por ejemplo, y nunca ejercicios fuertes.
GIMNASIA, 4
50 REGLA COMUN

2. ° Una vez comenzados, deben continuarse


con perseverancia, á menos que nuestro m é -
todo no varié, obligándonos entonces á cam-
biarlos. Se les debe destinar u n tiempo fijo
en el empleo del dia como se hace con las
horas de las comidas; y aun cuando se haya
logrado por su uso la curación apetecida, debe
aun continuarse en ellos durante algún tiem-
po. Solo con esta condición puede esperarse
u n resultado favorable y duradero. Todo
hombre de buen sentido sabrá hacer en bene-
ficio de su salud u n sacrificio tan fácil.
3. ° Se deberá elegir de preferencia el tiempo
que precede á las comidas ordinarias, desayu-
no, comida ó cena; pero cuidando, sin embar-
go, que medie entre el ejercicio y la comida
u n intervalo de quince minutos, á fin de dejar
el tiempo de descanso necesario á los m ú s -
culos de las vías digestivas que han sido lige-
ramente excitados. Debe procurarse, siempre
que sea posible, que el estómago y aun los
intestinos se encuentren vacíos • por esta ra-
Á TODOS LOS EJEECICIOS. 51

zon hemos recomendado que se practiquen


momentos antes de las comidas, dando de
esta manera espacio suficiente para que haya
terminado la digestión de la anterior. Este es
el mejor medio de obtener la regularidad y la
perseverancia.
4, ° Debe evitarse con cuidadoso esmero te-
ner los vestidos muy ajustados, principalmente
en el cuello, pecho y vientre.
5. ° Cuando hay tendencia ó predisposición
4 las congestiones de algunos órganos, á las
hemorragias, á las afecciones orgánicas, á las
hernias, enfermedades todas que la gimnasia
puede curar radicalmente si no son demasiado
antiguas, los ejercicios deben ser dirigidos y
vigilados por u n médico que elegirá los mas
•convenientes, modificándolos según las cir-
cunstancias. E n todos los casos es preciso
observar con escrupulosa exactitud la regla
n ú m e r o 6. Las personas afectadas de her-
nias no deben practicar n i n g ú n ejercicio sino
después de haber contenido previamente las
52 EEGLA COMUN

partes herniadas con u n vendaje apropiado,


6.° Si se aceleran la respiración y los latidos
del corazón por consecuencia de los movimien-
tos , es necesario, antes de continuarlos, esperar
á que aquellas funciones hayan vuelto á su es-
tado normal.
7° E n los momentos de descanso es m u y
conveniente respirar con fuerza, haciendo ins-
piraciones lentas y profundas, como en el acto
de bostezar : para esto no debe dejarse caer el
brazo á lo largo del cuerpo, sino colocar las
manos sobre las caderas: elevando de este
modo los hombros, se disminuye el peso que
gravita sobre el pecho y se facilita la respira-
ción. Esta sencilla acción, que ponen en prác-
tica instmtivamente las personas m u y acti-
vas, es importantísima y saludable para des-
arrollar los pulmones, l dándoles energía y l i -
bertad en sus funciones, y porque mejora de
una manera segura y natural la circulación,
sobre todo la de la mitad inferior del cuerpo.
Se debe pues recomendar á'las personas se-
Á TODOS LOS EJERCICIOS. 53

dentarias que repitan diariamente éstas fuer-


tes inspiraciones (lo cual es muy fácil cuando
se pasea al aire libre). E D efecto, la natura-
leza de las ocupaciones de estos sujetos les
impide hacer funcionar los músculos del brazo
y pecho, y respiran por consiguiente de una
manera incompleta, y , por decirlo así, á me-
dias : esto explica cómo, aun en individuos
de edad poco avanzada, ha demostrado la
autopsia la existencia de células pulmonares
atrofiadas y degeneradas, y de cavernas que
hacian la respiración difícil y hasta imposible.
Mas adelante insistirémos en las grandísimas
ventajas que puede obtener la medicina de las
respiraciones, ya iguales, ya desiguales.
8.° Los movimientos deben hacerse lenta-
mente, sin precipitación n i violencia, pero
con toda la energía de acción muscular de que
sea capaz el sujeto que los practica, y con-
formándose , en cuanto sea posible, á las i n -
dicaciones que con relación á cada uno hace-
mos , y que para mayor claridad se han re-
54 REGLA COMUN

presentado en las figuras. Es necesario evitar


muy especialmente los movimientos bruscosT
angulares é inútiles ; deben ser limpios y con-
tinuos, no ejecutados en varios tiempos; per-
fección que no se consigue sino después de
algunos dias y á fuerza de hábito. Este es el
único medio de concentrar las fuerzas vitales,
en las partes que se ejercitan.
9.° E l resultado favorable de los movimien-
tos gimnásticos depende sobre todo del buen
método con que se los dirija. Su duración,
energía y demás circunstancias deben variar
según los individuos: limitados y de poco
tiempo en el principio, se van progresivamente
aumentando al cabo de u n cierto n ú m e r o de
ejercicios. Procuraremos, en cuanto nos sea
posible, determinar la medida necesaria para
obtener buenos efectos, tanto en los casos
sencillos, como en aquellos otros en que se
emplea este método con u n objeto curativo.
Hay dos circunstancias que es necesario no
perder nunca de vista: 1.a que la fatiga <que
Á TODOS LOS EJERCICIOS. 55

momentáneamente se experimenta desapa-


rezca con el reposo; 2.a que no se sufran fuer-
tes dolores musculares. Sin embargo, es pre-
ciso no confundir estos dolores de que aca-
bamos de hablar, con los ligeros que se ad-
vierten cuando uno empieza á dedicarse á los
movimientos gimnásticos : ios últimos produ-
cen u n efecto saludable, son naturales y están
completamente exentos de peligro: estos dos
puntos deben observarse con cuidadoso es-
mero , sobre todo en la primera época. Si, á
pesar de las precauciones adoptadas, los p r i n -
cipiantes sufriesen algunos dolores muscula-
res, lo cual sucede con mucha frecuencia,
seria preciso empezar por suspender por al-
gunos dias los ejercicios para comenzar de
nuevo con otros menos fuertes y mas lentos.
De esta manera se consigue que muy pronto
y con solo un poco de h á b i t o , los enfermos
ejecuten movimientos ligeros que no h a b r í a n
podido hacer si fuesen u n poco mas difíciles.
Es muy importante que todo el mundo com-
S6 REGLA COMUN

prenda que el buen éxito de la gimnasia, que


con el mayor encarecimiento y la mas pro-
funda convicción recomendamos, no consiste
en practicar prolongados y violentos trabajos:
su importancia, sus extraordinarios resulta-
dos están en ordenarlos convenientemente,
de modo que conduzcan á activar el organis-
mo y á seguir una marcha regular en la repa-
ración ; es decir, en la renovación de las
fuerzas empleadas : entonces se llegará á
conseguir u n efecto favorable ; pero fuera de
este límite, no podria menos de ser m u y per-
judicial.
Cuando la fibra muscular se ha violentado,
se modifica patológicamente, se endurece,
pierde su elasticidad y se hace menos apta
para desempeñar las funciones á que está des-
tinada. L a actividad vital se debilita en lugar
de aumentarse.
E n las afecciones crónicas no deben impa-
cientarse los enfermos por no conseguir rápi-
damente , y como á la fuerza, el objeto que se
Á TODOS LOS EJERCICIOS. 57

habían propuesto, porque este resultado tan


pronto le hace imposible la naturaleza de su
mal. Si se ha calculado científicamente y con
buen juicio que se podrían obtener resulta-
dos favorables de la gimnasia, se conseguirán
seguramente, pero por grados. Así pues , es
indispensable marchar por transiciones gra-
duadas y siempre con justa medida.
10. Si después de llevar mucho tiempo de
ejercicios , se necesita aumentar la actividad
muscular, puede conseguirse , especialmente
en los movimientos de los brazos, sosteniendo
en las manos dos bolas de madera ó hierro de
un peso de dos á seis libras, y practicando
los mismos movimientos que sí no se tuviese
carga alguna.
11. Si se quiere reunir á la acción de esta
gimnasia de sala los efectos del aire libre, no
hay inconveniente en que se abran las venta-
nas , lo cual siempre es provechoso aun en las
estaciones frías, pero á condición de que se
tomen las precauciones debidas.
58 EEGLA COMUN Á TODOS LOS EJERCICIOS.

12, E l régimen general depende necesaria-


mente de las indicaciones individuales. Pero,
cualesquiera que sean las exigencias de l a
salud, en estas circunstancias, como siempre,
dará u n excelente resultado u n régimen sen-
cillo, sobrio, convenientemente ordenado, sin
ser minucioso hasta la escrupulosidad.
13. En los casos de enfermedad, no deben
abandonarse mas que los ejercicios que sean i n -
compatibles con el padecimiento. Las demás
circunstancias que pueden ocurrir en la vida,
no excluyen los trabajos gimnásticos; pero
dan lugar á veces á modificaciones que, pro-
curaremos indicar en cada precepto en parti-
cular.
III.

DESCRIPCION Y EXPLICACION DE LOS EJERCICIOS.

ADVERTENCIA.

Hemos indicado por tres series de números


las veces que deben ejecutarse durante el dia
los movimientos que respectivamente se ha-
yan elegido para cada persona. E l primer n ú -
mero marca las veces que ha de repetirse
cada ejercicio al principio del tratamiento; el
segundo, cuando hayan pasado dos semanas,
y el tercero, finalmente, después de dos meses
de práctica, siendo este mismo el que debe
continuarse en lo sucesivo. Este sistema ha
60 DESCRIPCION Y EXPLICACION

sido establecido para un hombre adulto y su-


poniéndole dotado de una mediana fuerza
muscular. Para los viejos que pasen de sesenta
años, para las personas demasiado obesas, las
mujeres y los niños, deberán reducirse estos
números á la mitad. Si el objeto que nos pro-
ponemos es curar una afección local, será ne-
cesario elegir de preferencia los movimientos
que ponen en acción las partes enfermas. Si
se considera preciso aconsejar que se repitan
muchas veces los mismos ejercicios en el tras-
curso del dia, debe siempre hacerse teniendo
muy en cuenta las condiciones particulares de
cada individuo. Cuando el tratamiento haya
de prolongarse largo tiempo, será quizas ven-
tajoso prescribir la ejecución muchas veces
por dia.
Aparte de las excepciones que acabamos
de citar y algunas otras que irémos haciendo
notar en el curso de este trabajo, se apropiará
fácilmente cada ejercicio al objeto que se
desee.
DE LOS EJERCICIOS. 61

FlG. 1.a

Movimiento circular de la cabeza, 1 0 , 2 0 , 30


veces.

Se ejecuta con la cabeza u n movimiento de


derecha á izquierda y de izquierda á derecha,
haciéndola describir u n cono tan extenso co-
mo la articulación del cuello lo permita. E l
cuerpo debe mantenerse en una inmovilidad
completa (fy. 1).
62 DESCRIPCION Y EXPLICACION"

FlG. 2.a

Movimiento de rotación lateral de la cabeza,


6, 8, 10 veces.

Rotación de la cabeza sobre su eje. Cuando


la articulación del cuello está l i b r e , el movi-
miento de rotación traza u n cuarto de círculo
de manera que la barba viene á colocarse al
nivel del hombro (fig. 2).
DE LOS EJEECICIOS. 63
Estos dos ejercicios ponen en acción los
músculos del cuello j de la nuca, y si hay
rigidez en las articulaciones de esta parte, la
liacen desaparecer, siempre que esta lesión
no reconozca por causa primitiva la existen-
cia de una afección orgánica. Puede también
emplearse como tratamiento en la parálisis
de los músculos de la región cervical y en el
vértigo nervioso. E n esta última enfermedad
especialmente es en la que los citados movi-
mientos producen u n efecto mas favorable,
porque h a b i t ú a n á la cabeza á tomar diversas
posiciones. Si el enfermo experimenta una
gran tendencia al vértigo, es conveniente que
al menos en el principio haga los ejercicios
estando sentado.

Elevación de los hombros, 30, 4 0 , 50 veces.

Los dos hombros deben elevarse simultá-


neamente con viveza y energía y á la mayor
64 DESCRIPCION Y EXPLICACION

altura posible. Deberán , por el contrario, ba-


jarse con lentitud á fin de evitar que este
movimiento, frecuentemente repetido, i m -
prima sacudidas demasiado fuertes á la cabeza.
E n este caso entran en juego los músculos
elevadores del hombro y de las primeras cos-

tillas ; se puede, pues, recomendar el ejerci-


cio que nos ocupa para ensanchar el vértice
del pecho en los casos en que se teme el des-
arrollo de los tubérculos pulmonares (Jíg. 3).
DE LOS- EJEECICIOS. 65

Es bien sabido , con efecto , que el vértice del


p u l m ó n es el asiento de predilección de estos
tubérculos : aquí es donde se verifican sus
primeras evoluciones para invadir poco á
poco todo el órgano y constituir la terrible
enfermedad conocida con el nombre de tisis.
E l efecto saludable de este ejercicio se deja
también sentir en la parálisis de los músculos
elevadores del hombro y espaldilla ; parálisis
fácil de reconocer por lo baja que se presenta
esta parte del tronco.
L a parálisis no está caracterizada única-
mente por la imposibilidad de los movimien-
tos , como vulgarmente se cree: esta enfer-
medad , en la que se reconocen muchos,
grados, existe desde el momento en que des-
aparece el equilibrio muscular entre cada
una de las partes ó regiones simétricas, ó bien
cuando la fuerza ó los movimientos de u n
miembro se encuentran entorpecidos. E n este
sentido general será, pues, en el que usaré-
mos de aquí en adelante la palabra parálisis.
GIMNASIA.
66 DESCEIPCION Y EXPLICACION

Cuando á consecuencia de una hemiplegia ó


parálisis de la mitad lateral del cuerpo , 6 de
una corvadura del espinazo , hay desigualdad
de altura entre los dos hombros, es necesario
practicar los ejercicios solamente con el lado
mas deprimido, prolongándole de esta ma-
nera mientras persista el desnivel.

FIG. 4.a

Movimiento circular del brazo, 8 , 1 2 , 20


veces.

Los brazos fuertemente extendidos y diri-


giéndose de delante atrás y de atrás adelante
describen u n círculo de u n rádio tan recto y
extenso como sea posible (jig. 4J. Es preciso
procurar que el brazo pase m u y cerca de la
cabeza. Este movimiento, al que no se llega
sino después de un ejercicio bastante conti-
nuado, exige una movilidad en la articula-
ción del hombro.
Entran en él en acción los músculos de la
DE LOS ^EJEECICIOS. 67

espalda y del pecho , acción cuyos efectos


principales son : una extraordinaria libertad
<en la articulación del h o m b r o ; una acelera-

•cion notable y provechosa en la respiración,


y por ú l t i m o , contribuye también al ensan-
chamiento del pecho. Debe, por consiguiente,
aconsejarse este ejercicio siempre que exista
alguna rigidez en la articulación, en los casos
68 DESCEIPCION Y EXPLICACION

de estrechez y mala conformación del pecho,,


en el asma, t u b é r c u l o s ; en una palabra,,
siempre que haya necesidad de mejorar la
función respiratoria. Puede también aconse-
jarse en las parálisis de esta región muscular..

FIG. 5.a

Elevación lateral de los brazos , 10, 2 0 , 30


veces.

Deben elevarse los brazos lateralmente,,


pero cuidando de no doblar los codos. Si los.
músculos del brazo y la articulación del codo
están libres y bien extendidos, entonces el
antebrazo, en su m á x i m u m de movimienta
He gará hasta tocar las partes laterales de l a
cabeza (jig. 5).
Los músculos elevadores del brazo y los
de la región lateral del cuello, son los que
entran principalmente en movimiento. Hay
alargamiento mecánico de las paredes latera-
DE LOS EJERCICIOS. 69

les del pecho y de los espacios intercostales :


desarrolla pues este ejercicio el sistema respi-

ratorio, y es útil, por consiguiente, en el asma,


en los casos de adherencias pleuríticas conse-
cutivas á inflamaciones, y en las parálisis
musculares de esta parte del cuerpo.
70 DESCRIPCION Y EXPLICACION

FIG. 6.a

Codos atrás, 8, 12, 16 veces.

Teniendo los brazos en semif lexion y apo-


yados con solidez sobre las caderas, se llevan

fuertemente atrás los codos aproximándolos


cuanto se pueda y cuidando de mantener bien
fijo el cuerpo (fig. 6J. Este movimiento debe
coincidir con la inspiración; es completo
cuando los codos llegan á tocarse.
DE LOS EJEECICIOS. 71

' F m . 7.a

Manos cerradas por detrás , 8 , 12 , 16 veces.

Estando el cuerpo bien recto y fijo , se j u n -


tan las manos en la parte posterior del tronco

y se hace con los brazos una extensión com-


pleta y enérgica (Jig. 7). Este último movi-
miento debe efectuarse en el momento de l a
espiración.
72 DESCRIPCION Y EXPLICACION

Por estos dos ejercicios los hombros son


fuertemente distendidos y tirados atrás, y u n
poco abajo. E l cuerpo toma entonces una po-
sición buena y saludable bajo muchos aspec-
tos; hay al mismo tiempo ensanchamiento de
la parte anterior del pecho, y por consiguiente
actividad de la respiración. Este tratamiento
se empleará cuando haya prominencia de los
omóplatos ó espaldillas, en los casos de asma,
debilidad y parálisis de los músculos posterio-
res del hombro.

FIG. 8.a

Respiraciones fuertes y desiguales de los


dos lados, 6, 8, 12 veces sucesivas, pero repi-
tiendo el ejercicio 4 ó 5 veces al dia.

Estos movimientos producen u n efecto des-


igual en los dos lados del pecho , por cuya
razón son convenientes en los casos en que
exista una marcada diferencia en la respira-
ción de ambos pulmones. Sucede á veces, con
DE LOS EJERCICIOS. 73

efecto, que uno de estos órganos no funciona


con tanta regularidad como el otro, cuando
hay mala conformación del pecho , por ejem-

plo parálisis de los músculos respiradores de


un lado, alteraciones orgánicas, adherencias
consecutivas á una inflamación, etc.
Para practicar el ejercicio no hay mas que
aplicar la mano sobre el lado sano del pecho
(en la figura suponemos que sea el derecho),
74 DESCEIPCION T EXPLICACION

llevándola todo lo mas alta que sea posibley


hasta colocarla en el hueco de la axila ó soba-
co , de manera que comprima en aquel sitio
con alguna fuerza. A l mismo tiempo se au-
menta la actividad de la respiración en el lado
opuesto, y se la hace mucho mas libre co-
locando la mano s ó b r e l a cabeza (jig. 8). L a
acción de la mano que comprime debe hacerse
sentir especialmente en el acto de la inspira-
ción. L a respiración debe ser profunda y llena,
pero lenta y regular, como en el bostezo : es
necesario evitar con cuidado los movimientos
bruscos y precipitados.
Se puede algunas veces, respirando fuerte-
mente de u n solo lado, reemplazar la respira-
ción fuerte ordinaria. Sin embargo, es siempre
muy importante no descuidar esta última.
DE LOS EJERCICIOS. 75

FIG. 9.a

Extensión del brazo hacia adelante, 10, 20, 30


veces.

Estos ejercicios consisten en hacer con la


articulación del codo movimientos de flexión
y extensión en cinco direcciones distintas. Es-
tos movimientos deben practicarse con el
p u ñ o cerrado y los músculos bien contraidos;
76 DESCEIPCION Y EXPLICACION

FIG. 10.

Extensión del brazo hácia afuera, 10, 20, 30


veces.

debe cuidarse de emplear tanta fuerza en la


flexión como en la extensión, de manera que
esta ú l t i m a no imprima sacudidas demasiado
violentas á l a cabeza (figs. 9, 10, 11, 12 y 13J.
Los músculos flexores y extensores del
DE LOS EJEECICIOS. 77

FIG. 1 1 .
Extensión del brazo hácia arriba, 4, 8, 12
veces.

FIG. 12.
Extensión del brazo hácia abajo, 1 0 , 2 0 , 30
veces.

antebrazo son los que desempeñan el princi-


pal papel, y como el movimiento se verifica
78 DESCPIPCIOlsr Y EXPLICACION

FIG. 13.

Extensión del brazo hacia atrás , 6 , 16 , 18,


veces.

á expensas de músculos m u y voluminosos,


como es , en una palabra, u n movimiento en
masa , nos proponemos llegar con él á u n solo
resultado : dar libertad y energía á la articu-
lación del codo en los casos de parálisis de los
músculos correspondientes , á la vez que tam-
DE LOS EJERCICIOS. 79

bien se influye en gran manera sobre la res-


piración. Este es el único efecto curativo de
este ejercicio.

FIG. 14.
Reunir los brazos horizontalmente, 8 , 1 2 , 16
veces.

Se extienden los brazos y después se les


r e ú n e con viveza hacia adelante, pero sin que
las manos lleguen á tocarse (fig. 14). E l míni-
mum de acción tiene lagar en el momento de
la convergencia.
80 DESCEIPCIOIT Y EXPLICACION

FIG. 15.

Desarrollo horizontal de los brazos, 8 , 12 , 16


veces.

Este movimiento es muy semejante al que


acabamos de describir , solo que se verifica en
sentido inverso. Por efecto de la conformación
especial de nuestro cuerpo, no podemos juntar
las manos tan fácilmente sobre la espalda
como sobre el pecho. L a acción se encuentra
DE LOS EJERCICIOS. 81
en el momento de la divergencia (jig. 15).
E n estos dos movimientos son puestos al-
ternativamente en acción los músculos pec-
torales y los de la parte posterior del tronco,
y por consiguiente las paredes de la cavidad
del pecho se ensanchan de u n modo entera-

mente mecánico. Siendo este u n ejercicio que


facilita la respiración, debe aconsejarse en
los casos de asma, tisis y adherencias de l a
pleura.
GIMNASIA.-
82 DESCRIPCION Y EXPLICACION

FIG. 16.
Rotación del brazo sobre su eje , 30 , 40 , 50
: veces. ' ^ .1

E l mejor modo de ejecutar el movimiento


de la figura 16, es obrar como si se quisiese
introducir un barreno con el brazo tendido en
una pared m u y resistente.

FIG. 17.
La mano describe un movimiento de 8 de gua-
rismo, 20, 30, 40 veces.
B E LOS EJERCICIOS. 83

FIG. 18.

Flexión y extensión de los dedos , 12 , 16 , 20


veces.

Para la figura 17 es necesario describir con


la mano en el aire u n 8 de guarismo horizon-
t a l ; y para la figura 18, extender los dedos
todo lo m á s que se pueda, y doblarlos luego
basta que se encuentre el puño completamente
cerrado.
84 DESCRIPCION Y EXPLICACION

Por el primer ejercicio se aumenta la acti-


vidad de los músculos rotadores del brazo j
de la mano ; por el último, la de todas las.
potencias de los dedos y de la mano en ge-
neral.
Estos movimientos desarrollan el juego de
todas las articulaciones del miembro supe-
rior, brazo, antebrazo, muñecas y dedos; son
ventajosos contra la inercia muscular de estas
regiones, las contracturas incipientes, gotosas
ó reumáticas de las articulaciones de la mano,
ó de los dedos. Puede también emplearse para
curar los calambres que con frecuencia pade-
cen los que se dedican á escribir continua-
mente , contra los movimientos convulsivos
de la epilepsia y baile de San V i t o , y final-
mente para combatir las congestiones sanguí-
neas y neuralgias de la cabeza y pecho. Si se
quiere conseguir alguno de estos resultados,
es necesario hacer que se repitan los ejerci-
cios tres ó cuatro veces al dia, mientras que
no produzcan dolor.
DE LOS EJEECICIOS. 85

FIG. 19.

Frotar las manos, 40, 60, 80 veces con un


movimiento de vaivén.

Este ejercicio bien conocido, que consiste


en frotar las manos una contra otra, obra con
fuerza sobre todos los músculos del brazo y
antebrazo ; es decir, sobre los flexores y aun
los d é l a parte anterior del pecho (jig. 19).
Es ú t i l cuando son indispensables los mo-
86 DESCEIPCION Y EXPLICACION

vimientos enérgicos, como en la parálisis de


los músculos de estas regiones; pudiera tam-
bién ejecutarse u n movimiento de pies que
describiremos mas adelante, y cuyo objeto es
hacer que la sangre descienda de la cabeza y
estimular el sistema nervioso.
Este ejercicio tiene su utilidad en las en-
fermedades de los órganos del pedio que he-
mos citado mas arriba;- en este caso es preciso
hacer obrar á los músculos pectorales evi-
tando que las manos se aprieten demasiado
una contra otra; se frota ligeramente, y si
causa mucha fatiga, se compensa esta pérdida
de energía repitiendo la maniobra dos ó tres
veces.
FIG. 20.

Flexión del tronco adelante y atrcis, 10, 20, 30


veces.

Estando bien rectos y fijos los muslos y


las piernas, se inclina el cuerpo adelante y
atrás todo lo mas que se pueda (jig. 20}. Este
DE LOS EJEECICIOS, 87

ejercicio, como todos los del tronco, deben


hacerse sin sacudidas y con lentitud.
Ciertos músculos del vientre son los que
determinan principalmente el movimiento

liácia adelante; los exteriores de la parte pos-


terior llevan el cuerpo hácia atrás. E l ejerci-
cio influye, pues, saludablemente sobre las
funciones abdominales, en los casos de iner-
cia, constipación, etc., y también sobre los.
nuisculos de la región dorsal.
88 DESCRIPCION Y EXPLICACION

FIG. 2 1 .

Flexión del cuerpo lateralmente, 20, 30, 40


veces de los dos lados.

Se inclina el cuerpo á derecha é izquierda


balanceándose suavemente, sin movimientos
demasiado bruscos (Jig. 21). Este ejercicio
tiene por agente los músculos laterales y pos-
teriores del vientre y los intercostales. Obra
de una manera directa sobre la circulación y
DE LOS EJBECICIOS. 89

las funciones del hígado y bazo : se debe pues


recomendar en todas las enfermedades que
reconozcan por causa el infarto de estos ór-
ganos.

FIG. 22.

Movimiento de rotación del tronco, 10, 20, 30


veces de los dos lados.

Colocando las piernas bien extendidas y


perfectamente inmóviles, se imprime al tronco
90 DESCRIPCIOÍÍ Y EXPLICACION

que debe mantenerse recto, un movimiento


de rotación sobre su eje (jig. 22).
Como este movimiento produce u n estado
de tensión de las paredes del vientre, y por
consecuencia comprime ligeramente los intes-
tinos, activa las funciones normales de los
órganos contenidos en aquella cavidad, y es
también útil en las parálisis de los músculos
de esta resfion.

FIG. 23.

Movimiento circular del tronco, 8, 16, 30 veces.

E l tronco describe un círculo en forma de


cono, de izquierda á derecha y de derecha á
izquierda, cuyo centro es la articulación de
la cadera con el muslo.
Todos los músculos de las caderas concur-
ren á este movimiento, y los del vientre son
también puestos alternativamente en acción
(fig. 23). Hay excitación general de los órga-
nos digestivos, efecto que debe hacer que
DB LOS EJBECICIOS. 91

aconsejemos su práctica cuando las funciones


de estos órganos están alteradas, ó bien cuando
existen otras enfermedades debidas á la mis-
ma causa.
Este ejercicio, recomendado en la parálisis
de los músculos ventrales, puede también ser

ú t i l en el v é r t i g o , siempre que se repita con


frecuencia ; pero debiendo advertir que para
esta ú l t i m a enfermedad debe ejecutarse es-
tando el enfermo sentado.
92 DESCEIPCION Y EXPLICACION

FlG. 24.

Enderezamiento del tronco¡ 4, 8, 12 veces.

Debe colocarse el cuerpo en una posición


bien horizontal. Como bay necesidad en este
caso de una cama, ó por lo menos de u n sofá?
y estos objetos no se encuentran siempre
á la mano y á disposición de todas las perso-
nas, hemos representado en la figura una al-
fombra plegada en dos dobleces : podrían
emplearse también dos almohadones, colo-
cando uno debajo de la cabeza y otro en las
nalgas. Sea el que quiera el medio que se em-
DE LOS EJERCICIOS. ' 93

plee, este ejercicio puede ejecutarse fácilmente


en todas partes.
E l movimiento consiste simplemente en
levantar el tronco de u n solo golpe sin mo-
ver las piernas (jig. 24). E n el principio mu-
chas personas t e n d r á n necesidad de colocar
sobre los pies ( M c i a los tobillos) u n objeto
pesado como u n pedazo de madera, una al-
mohada, etc.: de esta manera se fijan mas
sólidamente y se tiene u n punto de apoyo;
mas adelante, este medio llega á ser inútil.
Los primeros dias se cruzan los brazos sobre
el pecho; y si se ejecuta bien, el movimiento,
se le hace mas difícil llevando las manos,
como lo indica la figura, á la parte posterior
de la cabeza. Si aun se quisiese aumentar la
dificultad, podrían colocarse pesos en las
manos.
Las ventajas de este ejercicio son activar
las funciones de los músculos anteriores del
vientre, y por consecuencia, las de los órga-
nos contenidos en esta cavidad, funciones de
94 DESCEIPCION Y EXPLICACION

que por desgracia muchas personas se cuidan


bien poco. Repitiendo este movimiento de
cuatro á ocho veces por dia, se advierten i n -
mediatamente sus saludables efectos, que se
revelan por una agradable sensación de calor
hácia la región del estómago. Se aconsejará
pues en la parálisis de los músculos abdomi-
nales, en los infartos crónicos de toda especie
de los órganos ventrales y sus consecuencias,
y en el tratamiento para la curación radical
de las hernias inguinales y crurales.

OBSERVACION.

E n los casos en que, á pesar de haber fijado


los pies, experimenta el enfermo grandes d i -
ficultades, cuando existen algunas circuns-
tancias que sirven de obstáculo al movimien-
to, como las hernias, la relajación notable de
los músculos abdominales que se observa en
las mujeres que han tenido muchos partos;
en fin, cuando por causas especiales se nece-
DE LOB EJEECICIOS. 95

sita una gran prudencia, se puede facilitar el


movimiento elevando un poco el tronco sobre
la línea horizontal por medio de almohado-
nes. A medida que pasa tiempo, se van dis-
minuyendo estos medios auxiliares, hasta
que llegue á practicarse el ejercicio como lo
hemos descrito al principio. E n estos casos
excepcionales es m u y ú t i l el uso de u n sofá.

Movimiento circular de la pierna, 4, 6, 8 veces


con cada una.

Se describe con la pierna bien extendida,


y elevándola á la mayor altura posible, u n
movimiento circular : cuando ha llegado al
punto de partida, se comienza el ejercicio con
la otra pierna, continuándole del mismo modo
con regularidad y alternativamente con am-
bas (Jíg. 25). E l cuerpo debe mantenerse todo
lo recto é inmóvil que se pueda ; pero como,
á pesar de esto, el centro de gravedad cam-
96 DESCRIPCIOIsr Y EXPLICACIOÍT

bia en cada tiempo, se observa aquí u n juego


muscular bastante complexo. No solamente
entran en acción los músculos de la pierna

(elevación), sino también los de la región


lateral y posterior del tronco.
E l objeto de este ejercicio es facilitar los
movimientos de la articulación de la cabeza
con el muslo en las afecciones reumáticas y
gotosas. Pero es necesario advertir que ha de
haber desaparecido hasta el último vestigio
DE LOS EJERCICIOS. 97

de inflamación. También se ha indicado este


movimiento como derivativo de la sangre de
la cabeza y del pecho : se emplean en las pa-
rálisis de los músculos de la pierna.

FIG. 26.

^Elevación lateral de la pierna, 6, 10, 16 veces.

Teniendo una pierna bien extendida se


eleva la otra y se la mantiene en el mismo
plano del cuerpo, se continúa así cambiando
GIMNASIA.-
1)8 DESCRIPCION Y EXPLICACIOIí

de lado alternativamente (jíg. 26). Este ejer-


cicio, para estar bien ejecutado, exige que el
movimiento de elevación sea bastante pro-
nunciado, pero sin producir fuertes sacudidas.
Se eleva primero una pierna y después la otra.
L a indicación práctica es la misma que para
la figura 25 ; su acción, sin embargo, es mas
eficaz sobre el hígado y el bazo, pudiendo de
consiguiente ser u n buen medio de trata-
miento en los infartos de estos órganos.

FIG. 27.

Rotación de la pierna sobre sí misma


á derecha y á izquierda, 20, 30, 40 veces con
cada una.

Teniendo extendida la pierna hácia adelan-


te, se hace describir á la punta del pié u n mo-
vimiento de rotación á derecha é izquierda
alternativamente; acentuando este tiempo del
ejercicio de manera que se ponga en equilibrio
la acción de los músculos rotadores internos
DE LOS EJERCICIOS. 99

y externos (jig. 27). Sise practica este movi-


miento durante algún tiempo con la misma
pierna, antes de servirse de la otra, se consi-

gue ejecutarle con mucha mayor facilidad.


Hay en este caso acción simultánea de los
músculos extensores y rotadores del miembro
inferior.
100 DESCEIPCION Y EXPLICACION

FlG. 28.

Aproximación de las piernas, 4 , 6 , 8 veces.

Se separan ligeramente las piernas y se


apoya el pié solamente sobre la punta vuelta
u n poco hácia afuera ; las rodillas se mantie-
nen bien rectas y fijas, y en esta posición se
van juntando las piernas con l e n t i t u d , ha-
ciendo que la punta del pié venga como res-
DE LOS EJEECICIOS. 101

balando, pero sin levantarla nunca del suelo


{jig. 28J. Todo el efecto de este movimiento
se dirige á los músculos de la región interna
y posterior de la pierna. Se aconseja en la pa-
rálisis de los pies y en las congestiones de la
cabeza.

FIG. 29.

Extensión y flexión de la rodilla hacia adelante^


6, 8, 10 veces en cada pierna.
102 DESCEIPCION y EXPLicAcioisr

Se eleva con lentitud el miembro y se dobla


fuertemente la rodilla; después se extiende
muy despacio la pierna sobre el muslo, de
modo que solo se ponga en movimiento la ar-
ticulación de la rodilla (Jig. 29). Debe ejecu-
tarse alternando con las dos piernas. E n este
ejercicio entran en acción la mayor parte de
los músculos flexores y extensores de la pierna
y el p i é , y en parte los de las nalgas y cade-
ras. Se emplea contra la anquílosis no dolo-
rosa y la parálisis ; sirve también para resta-
blecer la circulación de las partes superiores
del cuerpo, y sobre todo de los órganos ven-
trales, y hace desaparecer también los infartos
hemorroidales.

FIG. 30.

Extensión y flexión de la rodilla Mcia atrásT


10, 12, 16 veces con cada pierna.

Por efecto de la disposición de la articula-


ción del muslo con la cadera, los movimien-
DE LOS EJERCICIOS. 103

tos de la pierna son muclio mas extensos liá-


cia adelante que hácia atrás, estando el cuerpo
en un posición vertical, se lleva la pierna á
la parte posterior, se dobla en seguida la ro-

dilla para volver á extenderla de nuevo


(fig. 30). Se hace el ejercicio mas fácil conti-
nuándole algún tiempo con la misma pierna
antes de empezarle con la otra.—Los agentes-
de este movimiento son los músculos flexores-
104 DESCRIPCION" Y EXPLICACION

y extensores de la pierna, que obran en u n


sentido opuesto al del movimiento prece-
dente.
Este ejercicio reunido al anterior, facilita
el juego de los músculos de la pierna, contri-
buye á dar movilidad á la rodilla y produce
m u y buenos efectos en las parálisis incipien-
tes de la pantorrilla y del pié , y en las neu-
ralgias ó dolores nerviosos ocasionados por
una congestión hácia la cabeza ó el pecho. E n
este último caso es derivativo.

FIG. 3 1 .

Flexión y extensión del p i é , 20, 30, 40 veces


con cada uno.

Teniendo la pierna ligeramente extendida


hácia adelante, se eleva y baja sucesivamente
la punta del pié todo lo que sea posible
(jig. 31). E l movimiento tiene por centro la
articulación de los tobillos ; al mismo tiempo
¿se doblan y extienden los dedos, lo cual exige
DE LOS EJEKCICIOS. 105

que se tenga un calzado bastante ancho. Po-


dría alternarse la simple flexión y extensión
con u n movimiento circular del pié.

Todos los músculos de la parte interna y


externa de la pierna y del pié entran aquí en
acción. E n este ejercicio se encuentra u n me-
dio de facilitar la movilidad de la articulación
•del pié y la de los dedos; de hacer descender
la sangre de las partes superiores del cuerpo,
106 DESCRIPCION Y EXPLICACION

obrar contra las parálisis y contracturas del


pié.

FIG. 32.

Elevación de la rodilla hacia adelante, 4, 8, 12


veces con cada pierna.

Se dobla fuertemente la rodilla elevándola


y aproximándola todo lo m á s que se pueda al
pecho. Es preciso acentuar bien el movimiento
DE LOS EJERCICIOS. 107

de elevación, y aun cuando esto no es com-


pletamente posible, mantener el cuerpo en
inmovilidad perfecta (Jig. 32). L a libertad de
la articulación y la acción de los músculos
flexores llegan á tal grado de perfección, que
al fin se consigue hacer llegar la rodilla hasta
el pecho sin inclinar el cuerpo nada hácia ade-
lante. E l único medio de llegar conveniente-
mente al objeto que se desea, es evitar los
movimientos bruscos. E l modo mas fácil de
ejecutar este movimiento es haciendo alternar
las dos piernas. Se obra sobre los músculos
elevadores del miembro, ya los del muslo, y
ya también los d é l a parte inferior del tronco;
y por su acción tanto interna como externa,
da una impulsión mecánica á todos los órga-
nos del vientre facilitando sus funciones.
Se encuentra indicado este ejercicio en to-
dos los infartos de estas partes y en las afec-
ciones crónicas que los acompañan; en las di-
gestiones penosas por consecuencia de una le-
sión de los intestinos, lesión indicada por las
108 DESCRIPCIOK- Y EXPLICACION

deposiciones que sobrevienen de media á dos


horas después de la comida, estreñimiento,
cólicos ventosos (en este caso es una indica-
ción muy cierta), hipocondría, histerismo,
alteraciones en los flujos hemorroidales y de
menstruación.
Para arreglar el uso de este ejercicio, es ne-
cesario no perder de vista que es bastante fa-
tigoso. Debe ser, por consiguiente, proscrito
cuando haya inflamación de cualquiera de los
órganos del vientre; cuando se tema una her-
nia , una hemorragia, etc. Debe igualmente
emplearse con mucha precaución en las muje-
res que tienen disposición á las palpitaciones,
y que han estado sujetas á un tratamiento es-
timulante ó que han hecho uso de las aguas
minerales. Solo en m u y raras excepciones
puede aconsejarse á las jóvenes solteras.
DE LOS EJERCICIOS. 109

FIG. 33.

Acción de sentarse, 8, 16, 24 veces consecutivas.

Teniendo bien aproximados los talones, se


eleva el cuerpo sobre la punta de los pies; des-
pués cuidando de mantenerse bien derecho,
se sienta y vuelve á levantar sin fijar nunca
la planta del pié en el suelo (jig. 33^. A l prin-
cipio será difícil sostener el cuerpo recto, por-
que queriendo mantenerse en equilibrio, se
110 DESCEIPCION Y EXPLICACION

inclinará siempre de un lado ó de otro. Esta


ligera dificultad desaparece bien pronto. Los
músculos extensores de la rodilla, los de la
parte externa y posterior de la pierna y los de
los dedos son los que desempeñan el principal
papel en este caso. También toman una parte
en esta acción los músculos del tronco que fi-
jan el tronco tan recto como sea posible. Los
efectos de este ejercicio se dirigen á l a s articu-
laciones del muslo, de la pierna y del pié : su
uso será muy conveniente en las parálisis de
la mitad inferior del cuerpo y en las conges-
tiones de las partes superiores.

Vamos á estudiar ahora una serie de ejerci-


cios que no se localizan en un miembro ó en
una región , sino que se aplican al cuerpo en
general.
DE LOS EJERCICIOS. 111

FIG. 34.

Pasar un palo por encima de la cabeza


de delante atrás y de atrás adelante, 4, 12, 16
veces en cada dirección.

/ /

Para este ejercicio se emplea u n palo ó caña


cilindrica bastante larga para medir el espa-
cio comprendido entre el suelo y la parte i n -
112 DESCEIPCIOISr Y EXPLICACION

ferior del hombro de la persona que ha de


usarla. Se colocan las dos manos levantadas
cerca de los extremos de este bastón, con la
palma mirando hácia adelante ; después se le
hace describir u n círculo de manera que viene
á deslizarse por la espalda dando vuelta por
encima de la cabeza : hecho esto, se practica el
movimiento inverso. Es u n punto m u y capi-
tal de este ejercicio conservar siempre el brazo
bien extendido al nivel de la articulación del
codo. Los principiantes encontrarán aquí
algunas dificultades, porque la inacción ha
hecho perder á muchísimas personas la facili-
dad en los movimientos de la articulación del
hombro. Esta dificultad disminuye poco á poco
con la práctica, y se pueden aproximar los dos
brazos hasta colocarlos en la posición repre-
sentada en la figura 34. E l movimiento que
se imprime al palo produce u n ligero balanceo
del tronco, que es causa de una nueva com-
plicación.
L a acción se desempeña en parte por los
DE LOS EJERCICIOS. 113

músculos del hombro y de la espalda, y tam-


bién u n poco por los del vientre. Este ejerci-
cio es excelente para dar libertad á la arti-
culación del hombro, y produce u n efecto
saludable en las parálisis de los músculos de
esta región , activando á la vez las funciones
de los órganos del pecho y vientre.

FIG. 35.

Marcha con el haston colocado en la espalda


y sujeto con la parte anterior de la articulación
del codo por espacio de 10, 15 minutos.

Se doblan los codos en ángulo recto, se les


inclina hácia a t r á s , y se pasa, entre la espalda
y el pliegue que forma lo que vulgarmente se
llama sangría del brazo, u n palo corto y re-
dondeado. Se marcha de esta manera durante
el tiempo indicado, manteniendo el cuerpo lo
mas recto que sea posible (jig. 35J, E l punto
principal es llevar fuertemente- los brazos
atrás y hacer bajar los hombros. E l bastón
GIMNASIA. 8
114 DESCEIPCION Y EXPLICACION

facilita el medio de mantener la posición con-


veniente, que sin este apoyo seria muy difícil
de guardar por algún tiempo. Debe fijarse
todo el cuidado en la dirección del cuerpo y

en la regularidad de la marcha. Ademas de


fortificarse con este ejercicio los músculos de
los hombros, espalda y brazos, habitúa á
mantenerse al tiempo de andar en una posi-
ción conveniente á la vez que higiénica.
DE LOS EJERCICIOS. 115

Tiene por objeto modificar la tendencia de la


espalda, de los liombros y aun del cuerpo en
general, á encorvarse inclinándose hácia ade-
lante. Esta mala conformación se observa es-
pecialmente en los jóvenes en que u n creci-
miento rápido ha desarrollado viciosamente la
cavidad del pecho, imperfección que puede
persistir por toda la vida. Este es el prin-
cipal objeto médico de este ejercicio.

FIG. 36.

Proyección de los brazos adelante y atrás,


30 , 60, 100 veces en cada dirección.

Teniendo los brazos ligeramente tensos y


los puños cerrados, se proyecta la totalidad
del miembro fuertemente hácia adelante y
atrás. Es necesario evitar la rigidez del tronco
é inclinarle levemente sobre las caderas á fin
de ayudar al movimiento De aquí se deduce
que para mantener el equilibrio, el cuerpo
•debe doblarse hácia adelante cuando los bra-
116 DESCRIPCION Y EXPLICACIOír

zos son tirados atrás y vice-versa. De este


modo, el ejercicio es mas fácil de practicar, y
se llena mas cumplidamente el objeto á que
se dirige.

Además de las contracciones de los m ú s c u -


los del brazo y del hombro, se observa tam-
bién u n moviminto cadencioso en los planos
carnosos del vientre y espalda. Este movi-
miento produce una impresión agradable al
DE LOS EJERCICIOS. 117

mismo tiempo que u n efecto poderoso y regu-


lar. Obra sobre la totalidad del cuerpo de una
manera notable y favorece singularmente el
libre juego de la circulación. Este ejercicio
produce rápidos y excelentes resultados en la
parálisis de los músculos de la espalda, brazos
y tronco, y en los infartos de los órganos
contenidos en la cavidad del vientre, al mis-
mo tiempo que se recomienda por su fácil y
cómoda ejecución en ciertos casos especiales,
y desde los primeros dias que se hace uso de
la gimnasia. A pesar de la actividad que co-
munica á la circulación, no es demasiado so-
focante y aun se le puede emplear para reani-
mar el calor en los brazos y en el tronco. Es
de muy buena aplicación en la melancolía, en
esos ratos de apatía corporal y espiritual que
experimentamos tan frecuentemente en las
épocas de variaciones atmosféricas y en la su-
cesión de las estaciones ; en fin, en esas alte-
raciones del sistema nervioso ventral que se
presentan algunas veces sin causa apreciable..
118 DESCRIPCION Y EXPLICACION

Repitiendo el ejercicio que nos ocupa 200T


300, 400 veces con cortos intervalos, se llega
á combatir con facilidad este enemigo oculto.

F m . 37.

Proyección lateral de los brazos, 30, 60, 100


veces de cada lado.

Este movimiento es en u n todo semejante


al anterior, diferenciándose linicamente en l a
DE LOS EJERCICIOS. 119

dirección que se imprime á los brazos, por


medio del cual se les proyecta á derecha ó iz-
quierda. Aparte de esto, todas las demás con-
diciones son idénticas. L a cabeza y parte su-
perior del cuerpo están ligeramente dobladas
hácia adelante; de modo que facilitan el libre
movimiento de los brazos á la parte anterior.
Es necesario también mover ligeramente el
tronco sobre las caderas, de donde resulta una
pequeña oscilación acompasada en sentido
opuesto á la de los brazos.
A d e m á s de los miisculos motores, propios
de la extremidad superior, toman una parte
activa en este ejercicio los pectorales y los de
las paredes laterales del vientre, pero no los
de la parte anterior : como en el caso prece-
dente dirige su acción sobre las regiones del
hígado y bazo, siendo por consecuencia útil
en los casos de infartos de estos órganos. L a
flexión del tronco hácia adelante hace tam-
bién entrar en juego de una manera bastante
enérgica los músculos de la espalda. E n
320 DESCEIPCKM Y EXPLICACION-

cuanto á lo demás, las indicaciones son las


mismas que para la figura 36.

FIG. 38.

Movimientos de sierra, 10, 20, 30 veces con


cada hrazo.

Inclinada fuertemente adelante la parte su-


perior del cuerpo, se extiende hácia abajo uno
de los brazos, se dobla el otro dirigiéndole ar-
riba y atrás, y después se les hace cambiar al-
ternativamente de posición (jig. 38). Se debe
DE LOS EJERCICIOS. 121

ejecutar este movimiento como si se quisiese


separar con una mano u n objeto que se atra-
jese con energía M c i a sí. con la opuesta.
Este ejercicio pone en acción muchos gru-
pos musculares muy voluminosos y robustos,
tales como los del brazo, espalda y hombro;
está pues indicado para reanimar ó dar vigor
á los movimientos de estas regiones. Por la
acompasada oscilación que produce, obra sa-
ludablemente sobre los órganos torácicos y
abdominales, en las afecciones producidas por
un estancamiento de los humores, ó por una
atonía de estos órganos. Puede también ser
u n auxiliar muy útil en la reabsorción ó dis-
minución de los tumores glandulares del pe-
cho y vientre.

FIG. 39.

Movimiento de segar con guadaña, 8 , 10, 24,


veces de los dos lados.
Se colocan el cuerpo y las piernas en una
posición firme y perpendicular al suelo ; des-
122 DESCRIPCIOísr Y EXPLICACION]

pues se describe con los dos brazos á la vez


y fuertemente tensos un movimiento horizon-
tal de manera que tracen u n semicírculo; am-
bos brazos deben extenderse en el mismo sen-

tido como lo indica la figura 39; es igualmente


preciso acentuar bien el movimiento, yendo
y viniendo de izquierda á derecha y de de-
recha á izquierda.
Según la descripción que acabamos de dar,
la inmovilidad del cuerpo ofrece á los brazos
DE LOS EJERCICIOS. 123

Lina resistencia que se renueva alternativa-


mente de uno y otro lado. E n este caso no
solo funcionan los músculos del brazo y del
hombro, sino que á la vez se verifica una ten-
sión con intermitencia regular en los del
tronco y miembros inferiores. Este ejercicio
se encuentra, pues, indicado cuando se trata
de reanimar en sus funciones á todo el sis-
tema muscular, como por ejemplo en la ato-
nía general, la parálisis y especialmente en la
incipiente de la m é d u l a , sobre todo cuando
la abolición completa de la sensibilidad y la
vacilación en la marcha son los síntomas que
más llaman la atención del enfermo.

FIG. 40.

Movimiento de partir leña, 9, 12, 20 veces.

Se separan ligeramente las piernas y se las


mantiene en el mismo plano del cuerpo; se
elevan los brazos directamente hácia arriba,
después se les baja con viveza y energía como
124 DESCRIPCION- Y EXPLICACION

si se manejase una haclia para rajar u n trozo


de madera que se tuviese entre los pies {figu-
ra 40). Es necesario no dar demasiada rigi-
dez á la articulación de la rodilla para facili-
tar el movimiento.

Los músculos elevadores del brazo, todos


los de la región anterior y posterior del tron-
co , así como los de la pierna y p i é , son los
DE LOS EJERCICIOS. 125

que entran vigorosamente en acción en este


ejercicio. Se ejecuta también un movimiento
de la totalidad del cuerpo muy fuerte y fati-
goso.—Dos son los principales y mas impor-
tantes resultados que nos proponemos conse-
guir en este caso : regularizar las funciones
de los órganos del vientre, haciendo desapa-
recer su atonía y reanimándolos á la vida, á
la vez que vivificar los nervios espinales en
los casos en que existe ya un principio de
parálisis.
Sin embargo, liabrá probablemente necesi-
dad de modificarle según que deseemos llenar
uno ú otro de estos dos objetos. E n el primer
caso, cuando se quiera obrar sobre los órga-
nos abdominales, es preciso marcar con mas
energía el movimiento de flexión hácia ade-
lante ; en el segundo, cuando se trate de com-
batir una parálisis, debe fijarse con particu-
laridad la atención en el enderezamiento del
cuerpo. Este ejercicio está completamente
proscrito en ciertos estados particulares de
126 DESCRIPCION Y EXPLICACION

las mujeres, y cuando liaya tendencia ó dis-


posición á las congestiones cerebrales.

FIG. 4 1 .

Movimiento de trote sin perder terreno,


100, 200, 300 veces con cada pié.

Es completamente el movimiento de trote


ordinario, con la sola diferencia de que debe
ejecutarse siempre sobre el mismo terreno sin
DE LOS EJERCICIOS. 127

avanzar n i retroceder. E n este ejercicio, que


se practica sobre la punta de los pies, debe
evitarse inclinar el cuerpo bácia adelante
(fig. 4,1). Insistimos mucho en que se observe
con cuidado la posición de los pies, porque
si se apoyase toda la planta en el suelo, re-
sultarían sacudidas demasiado fuertes de la
cabeza y del tronco, que fácilmente podrían
ser perjudiciales. Es preciso conservar soltura
y elasticidad en las articulaciones de la cadera
y rodilla : este es el único medio de ejercitar
los músculos de la pierna y pié al mismo
tiempo que se produce u n bamboleo muy ú t i l
en la totalidad del cuerpo. Puede modificarse
la intensidad de este ejercicio saltando á ma-
yor ó menor altura en cada contracción.
Se recomienda, para producir una ligera
fatiga, favorecer la circulación, reglar y faci-
litar las deposiciones, desvanecer las conges-
tiones sanguíneas de la cabeza y pecho, com-
batir la parálisis y el enfriamiento de los pies.
Este movimiento obra también sobre las vis-
128 DBSCRIPCIOX Y EXPLICACION

ceras del bajo vientre, liaciendo descender la


sangre á estas regiones; por cuya razón se le
puede aconsejar para hacer que reaparezcan
las hemorroides y otro cualquier flujo análo-
go. E n estos casos, sin embargo, será pre-
ciso tener presentes las particularidades de
que nos ocuparemos en los preceptos espe-
ciales.

FIG. 42.

eyección de la pierna adelante y atrás.


DE LOS EJEECICIOS. 129

FIG. 43.

Proyección de la pierna lateralmente, 8, 16, 24


veces con cada una y de cada lado.

Apoyándose sobre un p i é , se eleva el otro


á cosa de una pulgada del suelo y se le dirige
con cierta fuerza de atrás adelante y de iz-
quierda á derecha, cuidando de que la punta
GIMNASIA. 9
130 DESCRIPCION Y EXPLICACION

se incline al suelo desde el principio del mo-


vimiento ; si se quiere guardar el equilibrio,
acaso será preciso tomar u n punto de apoyo
en una silla, en una m e s a ú otro objeto cual-
quiera; pero se ha de procurar que sea lo
menos posible, porque se pierde una gran
parte del efecto producido sobre la totalidad
del cuerpo; porque, para mantenerse en equi-
l i b r i o , se necesita una acción muscular bas-
tante complicada, que entra por mucho en el
resultado que nos proponemos conseguir (fi-
guras 42 y 4 3 ) .
Estos dos movimientos tienen lugar princi-
palmente en los músculos de la parte superior
de la pierna y los que rodean las caderas,
contribuyendo también en cierta manera los
de la región inferior de las espaldas : se ex-
tiende hasta el cuello, la pierna y pié opues-
tos, porque el miembro inferior que está en
reposo aparente, desempeña un importante
papel en este caso, sirviendo de base y sosten
á todo el cuerpo.
DE LOS EJERCICIOS. 181

Ambos ejercicios están indicados contra las


afecciones crónicas (no inflamatorias), reu-
máticas y gotosas de la articulación del muslo
con la cadera, y también en los casos de pa-
rálisis del p i é ; finalmente, es u n ejercicio de
movimiento general.

FIG. 44.

Pasar la pierna por encima de un bastón, 4, 6, 8


veces hacia adelante y atrás.

Se toma una caña ó u n palo cualquiera recto


que se sostiene por sus dos extremos, de t a l
manera que la separación de las manos sea
poco considerable; se inclina en seguida u n
poco bácia adelante, y se procura pasar la
pierna por encima cuidando mucho de no do-
blar la articulación del pié con la pierna. De
este modo, si las manos no abandonan el bas-
t ó n , la pierna debe formar con él al tiempo
•de pasar u n ángulo recto. Una vez practicado
el ejercicio hácia adelante, debe hacerse en
1.32 DESCEIPCIOíf Y EXPLICACION

seguida en sentido inverso. Este movimiento,,


siempre bastante difícil al principio, suele
hasta ser imposible en algunas personas ( f i -
gura 44).

E l movimiento es aquí de escasa importan-


cia : toda la atención debe dirigirse á los m ú s -
culos elevadores de la pierna que se bailan en
su m á x i m u m de contracción. Se produce, pues,,
una acción especial sobre la parte inferior del
canal digestivo, sobre el recto y los vasos he-
DE LOS EJEECICIOS. 133

moíroidales. Por esta razón, se puede colocar


este ejercicio entre los que deben practicarse
todos los dias, y especialmente cuando se
quiere combatir u n estreñimiento pertinaz de
Tientre, hemorroides secas, siempre que no
se encuentren inflamadas, n i aun ligeramente
irritadas. Debe proscribirse en los casos de
congestiones cerebrales, de hernias, y por
punto general siempre en las mujeres.

FIG. 45.

Bodar sobre el dorso 30 , 40, 50 veces de los


dos lados.

Se tiende el sujeto de espaldas sobre una


gran piel ó una manta, colocando una almo-
hada debajo de la cabeza. Se cruzan los brazos
sobre el pecho, y se colocan las piernas en se-
miílexion, de manera que solo los pies toquen
en el suelo. Se imprime entonces al cüepo u n
movimiento de rotación en términos que, apo-
yado primero sobre el dorso, venga después
134 DESCEIPCIOIí Y EXPLICACION

á descansar sobre el hombro y la cadera cor-


respondiente : á cada media vuelta que se day
se repite este movimiento en sentido inversor
hasta que se encuentre sobre el lado opuesto
(ñq. 45J. Se debe ejecutar el movimiento de
uno á otro lado, de manera que se describa
un semicírculo completo.

E l objeto de este ejercicio no es solamente


poner en acción los músculos, — porque esta
acción es casi nula,—sino comunicar á los ór-
ganos internos, y especialmente á los que se
encuentran contenidos en el vientre, un mo-
vimiento, ó mejor cambio de posición acom-
pasado.
DE LOS EJERCICIOS. 135

A pesar de su sencillez, este ejercicio llena


muchas indicaciones bien conocidas de los
médicos : por ejemplo, regulariza la marcha y
curso de la sangre, en los casos de congestión
é infarto de los órganos abdominales, hace des-
aparecer las incomodidades que producen los
tumores hemorroidales, aun antes de su infla-
mación, y el tenesmo de la vejiga que deter-
minan estos mismos tumores, ó también-esos
dolores fuertes que las mujeres sienten en el
bajo vientre en la época de las reglas : es tam-
bién útil en los cólicos ventosos, y cuando se
trata de reducir una hernia irreducible ó es-
trangulada.
Como, en nuestro concepto, este ejercicio no
es curativo, sino simplemente paliativo, no
consideramos necesario que figure en el órden
diario de los movimientos ; creemos que debe
emplearse solo cuando se presentan las i n d i -
caciones que está llamado á satisfacer.
IV.

PRECEPTOS PARTICULARES.

A fin de facilitar y hacer mas segura la


aplicación de las reglas de la gimnasia, vamos
á dar en este capítulo una serie de preceptos
especiales para que sirvan de guía en los prin-
cipales casos en que puede emplearse la gim-
nasia de sala bajo el punto de vista médico
Es necesario sin embargo no olvidar que el
uso de estas reglas debe siempre subordinarse
á las necesidades y circunstancias del indivi-
duo.
Creemos también m u y conveniente repetir
que estos ejercicios no deben ser considerados
138 PRECEPTOS PARTICULAllES.

como una panacea, cuando se les emplea con


u n objeto terapéutico. Sin embargo, es preciso
convencerse de que hay que darles grandí-
sima importancia en la regularización de los
movimientos necesarios para conseguir una
curación definitiva, ó cuando menos un alivio
muy notable. A i tiempo de prescribir los
ejercicios simples, hemos tenido cuidado de
ordenarlos de manera que activen sucesiva-
mente los músculos de las regiones inmediatas,
á la vez que no se lia perdido de vista la i m -
portante consideración de que no entren
siempre enjuego los mismos grupos muscu-
lares, porque esto podría determinar una gran
irritación. Así pues, en los casos en que se
quiera obrar localmente, es preciso aconsejar''
además de los ejercicios propios de aquella
región, todos los demás que, obrando indirec-
tamente, puedan completar el tratamiento ( 1 ) .

(1) Un hecho que recomienda también estos ejercicios


complementarios, es que, en los casos médicos, una ex-
citación general puede producir la energía y actividad de
PEECEPTOS PARTICULARES, 139

Los preceptos que vamos á indicar podrán


también servir de regla para los casos análo-
gos á aquellos en que se prescriben.
Para hacer mas clara y fácil su aplicación,
hemos creido útil poner de nuevo, entre pa-
réntesis, el n ú m e r o de veces que es necesario
repetir cada ejercicio simple : al mismo tiempo
se verá si el objeto médico que se desea conse-
guir, exige cambio en la forma general.
Se han marcado con una H algunos ejerci-
cios para indicar que deben hacerse respira-
ciones fuertes y profundas, repitiéndolas seis
ú ocho veces ( I I I , 7.°).

toda la organización, tan bien y aun muchas veces me-


jor, que los medios dirigidos sobre un solo punto. Cada
una de las ruedas de una máquina marcha con mas viveza'
si se imprime á todas las demás un movimiento mas rá-
pido. L a fisiología nos enseña que esto mismo sucede en
nuestro organismo. Las ideas que acabamos de emitir no
están muy de acuerdo con la gimnasia sueca: en efecto*
esta aconseja ante todo que se concentren los movimien-
tos cuanto sea posible sobre un solo punto, idea que, en
nuestro concepto, es errónea.
140 PRECEPTOS PARTICULARES.

E n los preceptos que tengan u n objeto en-


teramente especial y localizado, y en los cua-
les se recomienda repetir algunos de los ejer-
cicios principales (figuras 4 , 5, 6), es nece-
sario, sobre todo al principio, limitarse á eje-
cutar solamente los movimientos: así es como
se llegarán á habituar el cuerpo y los múscu-
los en particular evitando la fatiga y una ex-
citación demasiado considerable.

PRIMER PRECEPTO.

Para desviar el demasiado aflujo de sangre


á la cabeza y el pecho, y curar los dolores nerviosos
de estas partes.

Rotación de los brazos sobre sí mismo, fi-


gura 16 (30, 40, 50 veces).
L a mano describe u n 8 de guarismo, fig. 17
(20, 30, 4 0 ) .
F l e x i ó n y extensión de los dedos , fig. 18
(12, 16, 20) R.
PEECEPTOS PARTICULARES. 141

Movimiento circular de la pierna, fig. 25


(4, 6 , 8 ) . ,
Elevación lateral del miembro inferior , fi-
gura 26 (6, 10, 16). jS¡o deben ejecutarle las
mujeres.
Rotación de la pierna sobre sí misma, fi-
gura 27 (40, 50, 60).
Frotar las manos, fig. 19 (40, 60, 80).
Aproximación de las piernas, fig. 28 (6,
12, 16) R.
E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla hácia ade-
lante, fig. 29 (6, 8, 10).
E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla hácia
atrás, fig. 30 (10, 12, 16).
E x t e n s i ó n y flexión del pié, fig. 31 (30,
50, 60).
Acción de sentarse, fig. 33 (8, 16, 24) R.
Proyección de la pierna adelante y atrás,
figura 42 (8, 16, 24).
Proyección de la pierna lateralmente, figu-
ra 43 (8, 16, 21).
142 PRECEPTOS PAETICULAEES.

Movimiento de trote sin perder terreno, fi-


gura 41 (100, 300, 500) R.

Si después de ejecutar esta prescripción no


se manifiestan sus efectos por la elevación de
la temperatura de las extremidades inferiores,
se debe recurrir á un medio m u y sencillo : la
flagelación de los pies. Se practica por medio
de un bastón (5 un palo cualquiera, con el que
se golpea la planta del pié por encima de la
suela del zapato, hasta que se manifieste una
ligera sensación de calor y de hormigueo. Es
u n medio tan enérgico como eficaz para las
personas que tienen constantemente fríos los
piés.

SEGUNDO P R E C E P T O

Para facilitar y mejorar la respiración en los


casos de mala configuración del pecho, tisis incipiente,
asma, etc., etc.

Elevación de los hombros, fig. 3 (30,


40, 50).
PRECEPTOS PAETICÜLAEES. 14o

Movimiento circular del brazo, fig. 4


(8, 12, 20)
Elevación lateral de los brazos, fig. 5
(10, 24, 40) R.
Codos atrás, íig. 6 (8, 12, 16)
Manos cerradas por detrás, fig. 7 (8, 12,
16) R.
E x t e n s i ó n de los brazos liácia afuera, figu-
ra 10 (10, 20, 30).
E x t e n s i ó n de los brazos Mcia arriba, fig. 11
(4, 8, 12) R.
F l e x i ó n del cuerpo lateralmente, fig. 21
(10, 16, 24).
Desarrollo horizontal de los brazos, fig. 15
(12, 16, 24) R.
Movimiento circular del tronco, fig. 23
( 6 , 10, 16).
Pasar u n bastón por encima de la ca-
beza, etc., fig. 34 (8, 20, 30) R.

E n los casos en que se recomiendan estos


ejercicios, que presentasen alguna diferencia
144 PRECEPTOS PARTICULARES.

en los dos lados del pecho ó en la respiración,


se podria reemplazar la respiración fuerte y
'profunda por la respiración fuerte y desigual de
los dos lados (fig. 8 ) .
En los casos de asma en que los signos
médico-físicos demuestran la existencia de
una dilatación de las células pulmonares (en-
fisema), se debe acentuar mucho la espiración,
lo mismo si se ejecuta la respiración fuerte é
igual que la desigual. Es necesario recomen-
dar aquí la acción de la voz en todos los to-
nos susceptibles de favorecer el acto respira-
torio, como hablar en voz alta, declamar, reir7
cantar, etc.
PRECEPTOS PARTICULARES. 145

TERCER PRECEPTO;

Contra la inercia de las funciones del bajo vientre en


general, y contra las numerosas afecciones que Ja
acompañan, los infartos de la vena porta, del hígado y
bazo, las digestiones difíciles, el estreñimiento, el do-
lor de cabeza, tumores hemorroidales, hipocondría,
histerismo, melancolía, etc.

Flexión del tronco adelante y atrás, fig. 20


(10, 20, 3 0 ) .
F l e x i ó n del cuerpo lateralmente, fig. 21
(20, 30, 4 0 ) .
Pasar el bastón por encima de la cabeza,
figura 34 (4, 12, 16) R.
Movimiento de rotación del tronco, fig, 22
(8, 16, 24).
E x t e n s i ó n y f lexión de la rodilla hácia ade-
lante, fig. 29 (4, 6, 8 ) .
Movimiento circular del tronco, fig. 23
(8, 16, 20) R.
Movimiento de sierra ( * ) , fig. 38 (10, 20,
30).
GIMNASIA. 10
146 PRECEPTOS PARTICULARES.

Enderezamiento del tronco, fig. 24 (4, 8,


12).
Elevación lateral de la pierna , fig. 26 (6,
10, 16). Proscrito en las mujeres.
Movimiento de partir leña ( * ) , fig. 40 (6,
8, 12). Proscrito en la mujer.
Proyección de los brazos adelante y atrás,
figura 36 (20, 40, 60).
Elevación de la rodilla adelante ( * ) , fig. 32
(4, 10, 16).
Proyección lateral de los brazos, fig. 37
(30, 60, 100) R.
Pasar la pierna por encima de un bas-
t ó n ( * ) , fig. 44 (4, 6, 8 ) . Proscrito en las
mujeres.
Movimiento de trote sin perder terreno,
figura 41 (100, 150, 200) R.

Los ejercicios marcados con u n asterisco


deben reducirse á la mitad, y aun menos, en
los casos en que se ordenen á enfermos que se
bailen sometidos á un tratamiento cuya base
PEECEPTOS PARTICULAEES. 147

principal sean los baños calientes ó excitantes.


E l masaje del vientre, aumentando la acti-
vidad de los órganos contenidos en esta ca-
vidad, es u n excelente medio auxiliar. Debe
hacerse por la m a ñ a n a estando el enfermo
acostado de espaldas y con las piernas en
puente. Se colocan los pulgares en los lados,
cerca de las caderas, y con los demás dedos
extendidos sobre el vientre; se practica así
durante algunos minutos una fuerte manipu-
lación ó amasamiento. Hay todavía u n exci-
tante mas enérgico, que consiste en una pre-
sión por sacudidas: se comprimen para esto^
con la palma de las dos manos, las paredes
del vientre, que deben estar bien íloj
ejecuta la presión con bastante fuerza, y
luego se separa bruscamente la mano : este
movimiento provoca una especie de rebote ó
reacción de las paredes elásticas de la cavi-
dad y al mismo tiempo por consecuencia de
los intestinos. E n los dolores de vientre, de
-causa no inílmatoria, como calambres, cóli-
148 PRECEPTOS PARTICULARES.

eos de viento, etc., se encuentra alivio con


las simples fricciones hechas en esta parte.
E n las afecciones crónicas de los órganos
contenidos en esta cavidad, es preciso tener
mucho cuidado con la posición que se adopta
para estaren la cama. L a mejor es echado de
espaldas : en efecto, al mismo tiempo que la
respiración es mas libre, los intestinos están
sometidos á una presión mucho menos consi-
derable. Si existe una enfermedad crónica del
hígado ó del bazo, debe evitarse con mucho
cuidado que el enfermo se acueste sobre el
lado derecho en el primer caso, y sobre el iz-
quierdo en el segundo,

CUARTO PRECEPTO.

Para facilitar las deposiciones.

Proyección de los brazos adelante y atrás,,


figura 36 (20, 40, 60).
Proyección lateral de los brazos, fig, 37
(20, 40, 60) R.
PEECEPTOS PARTICITLARES. 149

Enderezamiento del tronco, fig. 24 (4, 8,


12).
Movimiento de sierra, fig. 38 (10, 20, 30).
Movimiento circular del tronco, fig. 23 (8,
12, 16). '
Movimiento de partir leña, fig. 40 ( 6 , 8,
12) 11 : no debe aconsejarse á las mujeres.
Elevación de la rodilla hácia adelante, figu-
ra 32 (6, 12, 2 0 ) .
Proyección de los brazos adelante y atrás,
figura 36 (30, 60, 100).
Proyección lateral de los brazos, fig. 37
(30, 60, 100) R.
Movimiento de trote sobre el mismo terre-
no, fig. 41 (100, 200, 300).
Movimiento circular del tronco, fig. 23
(8, 16, 20), con las modificaciones que en la
misma figura se indican.
Cuando el estreñimiento es demasiado
fuerte y m u y rebelde, las lavativas simples
y abundantes de agua tibia serán el auxiliar
mas eficaz de que podamos valemos.
150 PRECEPTOS PAETICULARES.

QUINTO P R E C E P T O .

Para el tratamiento de la supresión del flujo hemorroidal


y del periódico de la mujer.

Movimiento de segar, fig. 39 ( 6 , 10, 16).


Proyección de los brazos adelante y atrás,
figura 36 ( 2 0 , 30, 50).
E x t e n s i ó n de los brazos hacia abajo, fi-
gura 12 (10, 20, 30). Este movimiento podrá
hacerse con sacudidas ínterin la cabeza no se
resienta de ellas en lo mas mínimo.
Movimiento de trote sin perder terreno,
fig. 41 (100, 150, 200) R.
Movimiento de sierra, fig. 38 (10, 20, 30).
Elevación de la rodilla hácia adelante, fi-
gura 32 (4, 8, 12).
Proyección lateral de los brazos, fig. 37
(20, 30, 50).
Pasar la pierna por encima de u n bastón,
fig. 44 (4, 6, 8 ) : proscrito en las mujeres.
PRECEPTOS PARTICULARES. 151

Proyección de la pierna lateralmente, fi-


gura 43 (8, 16, 24).
Elevación de la rodilla hácia adelante, fi-
gura 32 (4, 8, 12).
Movimiento de trote sin perder terreno,
fig. 41 (150, 200, 300).
Pasar la pierna por encima de un bastón,
fig. 44 (4, 6, 8 ) : no debe aconsejarse en las
mujeres.

SEXTO PRECEPTO.

Contra las parálisis musculares incipientes.

Como las parálisis afectan tantos grados y


formas como músculos existen en el cuerpo
humano, puede encontrárselas de m u y di-
versos géneros en la práctica; pero no es pre-
ciso, sin embargo, que nosotros hagamos aquí
un estudio teórico de todas ellas: seria un
asunto demasiado vasto para una obra de
esta naturaleza. Bastará á nuestro propósito
una ojeada general para determinar el trata-
152 PRECEPTOS PAETICULARES.

miento médico-gimnástico que debe aplicarse


en cada caso. Procuraremos llenar este objeto
en los dos preceptos que siguen, tratando en
el uno, de la parálisis de los miembros supe-
riores, y en el otro, d é l o s inferiores. Cuando
la enfermedad ataque ó se fije en un grupo
determinado de músculos ó en ciertos m ú s -
culos aislados, deberán ordenarse los ejerci-
cios de manera que un movimiento especial
y complementario, en la relación de 3 á 4
con el movimiento normal, venga á obrar so-
bre las partes enfermas. T a l será la indica-
ción, por ejemplo, en las hemiplejías ó pará-
lisis de la mitad lateral del cuerpo, en las cua-
les el lado enfermo deberá ejecutar movi-
mientos en la relación que acabamos de i n d i -
car con los del opuesto. Guando se emplea
la gimnasia médica para la curación de las
parálisis, serán absolutamente indispensables
dos condiciones esenciales por parte del en-
fermo, una grande atención, y una fuerte é in-
flexible voluntad: de ellas depende la mayor
PEECEPTÜS PARTICULAEES. 153

ó menor inervación de los imisculos paraliza-


dos. Si la enfermedad se encontrase ya tan
avanzada que la voluntad fuera de todo punto
impotente, podría entonces ensayarse el ha-
cer ejecutar movimientos pasivos; es decir,
por medio de una persona extraña que mo-
viendo los miembros del paciente é imitando
en cierto modo los movimientos que deberían
practicar las partes enfermas, pudiera comu-
nicar alguna actividad á las funciones.
Hay también ciertas maniobras mecánicas
que vienen á servir de u n auxiliar poderoso
en el tratamiento de las parálisis. Esto de-
pende de la posición mas ó menos accesible
en que se encuentren los músculos afectos.
Las maniobras á que nos referimos son, en
general, el amasamiento, la percusión con el
borde de la mano, las fricciones, fuertes con
la punta de los dedos , ligeras con la palma
de la mano. Estas fricciones deben hacerse
siempre siguiendo la dirección que lleva la
sangre venosa en su curso, es decir, de las
154 PRECEPTO.-) PARTICULARES.

extremidades hácia el corazón. Si se observa


que producen buen efecto, es muy lógico que
precedan á los ejercicios. Pueden repetirse
una ó muchas veces al d i a , pero teniendo
siempre cuidado de no continuarlas hasta el
punto de que lleguen á hacerse dolorosas.

a.—Contra las parálisis incipientes dé los miembros


superiores.

Elevación de los hombros, fig. 3 ( 30, 40,


50).
Movimiento circular del brazo, fig. 4 (8,
12, 20).
Elevación lateral de los brazos, fig. 5 (10,
20, 30) R.
Codos atrás, fig. 6 (8, 12, 16).
Manos cerradas por detrás , fig. 7 (8, 12,
16).
Movimiento de sierra, fig. 38 (10, 20, 30).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia adelante, fi-
gura 9 (10, 20, 30).
PRECEPTOS PAETICULARES. 155

E x t e n s i ó n de los brazos hácia afuera , fi-


gura 10 (10, 20, 30) R;
E x t e n s i ó n de los brazos hácia arriba , fi-
gura 11 ( 4 , 8, 12).
E x t e n s i ó n de los brazos liácia abajo fi-
gura 12 (10, 20, 30).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia atrás, figu-
ra 13 ( 6 , 12, 1 6 ) R .
F l e x i ó n y extensión de los dedos , fig. 18
(30, 40, 5 0 ) .
L a mano describe u n movimiento de 8 de
guarismo, fig. 17 (20, 30, 4 0 ) .
F l e x i ó n y extensión de ios dedos, fig. 18
(16, 24, 4 0 ) .
Frotar las manos, fig. 19 (50, 80, 100).

b. — Contra la parálisis incipiente de los miembros


inferiores.

Movimiemto circular de la pierna, fig. 25


(4,6,8).
156 PEECEPTOS PAETICULARES.

Elevación lateral de la pierna, fig. 26 (6,


10, 16) : proscrito en las mujeres.
Rotación del miembro inferior sobre sí
mismo ( * ) , fig. 27 (20, 30, 4 0 ) .
Aproximación de las piernas (fig. 28 (4,
6, 8) R.
E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla liácia ade-
lante ( * ) , fig. 29 ( 6 , 8, 10).
E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla liácia
atrás, fig. 30 (10, 12, 16).
E x t e n s i ó n y flexión del pié ( * ) , fig. 31
(20, 40, 60).
Acción de sentarse, fig. 33 (8, 16, 24) R.
Enderezamiento del tronco, fig. 24 (4,
6,8).
Movimiento de segar, fig. 39 (10, 20, 30).
Movimiento de trote sin perder terreno fi-
ra 41 (100, 200, 300).
Proyección de la pierna adelante y atrás,
fig. 42 (8, 16, 2 4 ) .
Proyección de la pierna lateralmente ( * ) ,
fig. 43 (8, 16, 24) R.
PEECEPTOS PAETICULAEES. 157

E n el caso en que sea imposible permane-


cer de pié podrían ejecutarse los movimien-
tos que van marcados con u n asterisco ( * ) ,
colocándose los enfermos en una posición ho-
rizontal con las piernas un poco elevadas.
Debe aconsejarse á las personas afectadas
de parálisis que dejen trascurrir entre cada
ejercicio diario intervalos de reposo mas o
menos largos, ó que les llagan alternar de
tiempo en tiempo con movimientos simples.
Es necesario tener u n gran cuidado de no
sobreexcitar demasiado con movimientos
bruscos y violentos los nervios y músculos
que están en acción.
158 PRECEPTOS PAETICULAREB.

SÉPTIMO P R E C E P T O .

Para los casos en que no hay un padecimiento local á


qué atender, sino que se quiere obrar sobre la consti-
tución en general, ya curativa, ya Ligiénicamente ; en
una palabra, para las circunstancias en que solo se
desea producir movimientos saludables, por ejemplo
en la atonía muscular y nerviosa, en la anemia, es-
crófulas, etc.; y en las personas de vida sedentaria en
general.

a . — P a r a hombres adultos.

Movimiento circular del brazo, fig. 4 (8,


12, 20).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia adelante, fi-
gura 9 (10, 20 3 0 ) .
E x t e n s i ó n de los brazos hácia afuera , fi-
gura 10 (10, 20, 30).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia arriba, fi-
gura 11 ( 4 , 8, 12) R.
Movimiento circular del tronco, fig. 23 ( 8 ,
16, 30).
Frotar las manos, fig. 19 (40, 60, 8 0 ) .
PRECEPTOS PARTICULARES. - 159

Enderezamiento del tronco, fig. 24 ( 4 , 8,


12).
Elevación lateral del miembro inferior, fi-
gura 26 ( 6 , 10, 16) E .
Aproximación de las piernas, fig. 28 ( 4 ,
6,8).
E x t e n s i ó n y flexión del p i é , fig. 31 (20,
30, 4 0 ) .
Movimiento de sierra, fig. 38 (10, 20, 30).
Elevación de la rodilla hácia adelante, fi-
gura 32 ( 4 , 8, 12) R.
Proyección del brazo adelante y a t r á s . fi-
gura 36 (30, 60, 100).
Acción de sentarse, fig. 33 ( 8 , 16, 24).
Proyección lateral del brazo, fig. 37 (30,
60, 100) R
Movimiento de partir leña, fig. 40 (6, 12,
20).
Movimiento de trote sin perder terreno,
figura 41 (100, 200, 300).
Movimiento de segar con guadaña, fig. 39
(8, 16, 24).
160 PRECEPTOS PARTICULARES,

Proyección de la pierna adelante y atrás,


figura 42 ( 8 , 16, 2 4 ) .
Proyección de la pierna lateralmente, figu-
ra 43 ( 8 , 1 6 , 2 4 ) .

b. — Para mujeres adultas..

Movimiento circular del brazo, fig. 4 (4,


6, 10).
Elevación lateral del brazo, fig. 5 (5, 10,
15).
Manos cerradas por detrás, fig. 7 (4, 6, 8 ) .
Flexión del tronco adelante y atrás ( * ) ,
figura 20 (5, 10, 15).
E x t e n s i ó n del brazo hácia adelante, fig. 9,
( 5 , 10, 15).
E x t e n s i ó n del brazo hácia afuera, fig. 10
( 5 , 10, 15) R.
Flexión del cuerpo lateralmente ( * ) , figu-
ra 21 (10, 15, 20).
Proyección del brazo adelante y atrás, figu-
ra 36 (15, 30, 50).
PEECEPTOS PAETICÜLAEBS. 161

E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla hácia


adelante, fig. 29 (3, 4 , 5 ) .
E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla hácia
a t r á s , fig. 30 ( 5 , 6, 8 ) .
Movimiento de rotación del tronco
figura 22 ( 5 , 10, 15).
Movimiento de sierra ( * ) , fig. 38 ( 5 , 10,
15) R.
Aproximación de las piernas ( * ) , fig. 28
(2,3,4).
Proyección lateral de los brazos, fig. 37
(15, 20, 30).
E x t e n s i ó n y flexión del p i é , fig. 31 (10^
15, 2 0 ) .
Movimiento de segar ( * ) , fig. 39 ( 4 , 8?
12).
Acción de sentarse ( * ) , fig. 33 (4, 8, 1 2 ) .

Los movimientos marcados con el ( * ) as-


terisco deben evitarse durante el período
menstrual.

GIMNASIA. 11
162 PRECEPTOS PARTICULARES.

c. —Para las personas de ambos sexos que pasen


de 60 años.

Movimiento circular del brazo, fig. 4 (4,


6, 10).
Movimiento circular de la pierna, fig. 25
(2, 3,4).
Reunión de los brazos liorizontalmente,
figura 14 ( 4 , 6, 8 ) .
Desarrollo horizontal de los brazos, fig. 15
( 4 , 6, 8) R.
F l e x i ó n del tronco adelante y a t r á s , figu-
ra 20 ( 5 , 10, 15).
Frotar las manos, fig. 19 (20, 30, 4 0 ) .
Rotación del miembro abdominal, fig. 27
(10, 1 5 , 2 0 ) .
E x t e n s i ó n de los brazos hácia afuera, figu-
ra 10 ( 5 , 10, 15).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia abajo, figu-
ra 12 ( 5 , 10, 15).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia a t r á s , figu-
ra 13 (3, 5, 8) R.
PRECEPTOS PAPTIOULAEBS. 163

Acción de sentarse, fig. 33 (4, 8, 16).


Proyección de los brazos adelante y atrás,
% 36 (15, 30, 50).
F l e x i ó n del cuerpo lateralmente, fig. 21
{ 1 0 , 15, 20) R.
Movimiento de sierra, fig. 38 ( 5 , 10, 15).
Proyección lateral de los brazos, fig. 37
(15, 3 0 , 50).
Movimiento de trote sin perder terreno, fi-
gura 41 ( 5 0 , 100, 150) K .

OCTAVO PRECEPTO.

Para la conformación exterior y la salud general de los


niños de ambos sexos.

Desde que los niños llegan á la edad de


cuatro á cinco años se les puede considerar
ya en aptitud para ejecutar los movimientos
de que nos venimos ocupando. Esto seria
muy especialmente aplicable á los estableci-
mientos de educación ( 1 ) , á las CciStlS de asi-

(1) A l tratar de esta materia no podemos dispensarnos


de dar un consejo muy importante á los profesores de
164 PRECEPTOS PARTICULARES.

l o , á las escuelas de instraccion primaria, en


las cuales la gimnasia debería formar parte
del programa de los trabojos ú ocupaciones
diarias.
instrucción primaria; consejo qac, según el género de
educación que se sigue en ¡a actualidad, es de una i n -
mensa trascendencia bajo el punto de vista médico,,
puesto que tiene por objeto la aptitud y buena confor-
mación del cuerpo y la salud general del individuo: con-
siste en que no se tenga á un niño sentado y ocupado en-
trabajos mentales por mas de dos horas. L a costumbre-
que se tiene en las escuelas de dar un descanso de diez
á quince minutos, no llena ni con mucho el objeto hi-
giénico que nos proponemos. En nuestro concepto, no-
seria incompatible con las necesi 'ades de la instrucción,
hacer seguir á un estudio de dos horas quince minutos-
de ejercicios regulares y sistematizados, tomados de las-
listas que se mencionan en esta obra, y que podrían eje-
cutarse, ya en el mismo local de la escuela, ya mejor
al aire libre. Todos los maestros, aunque no tuviesen la
mas pequeña noción de gimnasia, podrían reemplazar su
vigilancia ordinaria por la vigilancia de estos ejercicios.
Un intervalo de estudio empleado de este modo, seria el
medio mas á propósito de comenzar de nuevo los tra-
bajos mentales con gran fruto, y de conseguir un des-
arrollo físico conveniente.
PEECEPTOS PARTICULARES. 165

Si durante todo el tiempo de la juventud


se hace ejecutar esta especie de movimientos,
será entonces suficiente con que se repitan
dos 6 tres veces por semana.
Si se quiere tener la seguridad de que los
ejercicios se practican con verdadera u t i l i -
dad, es necesario que una persona adulta
(padre, madre, maestro, etc.) los ejecute de-
lante del n i ñ o , ó que por lo menos se le vigile
€on cuidadosa atención; de otra manera
aquel descuida la conveniente aplicación de
las reglas establecidas y que. pueden consi-
derarse como indispensables, y el ejercicio
degenera en un movimiento inútil. Es una
cuestión de tacto por parte de los maestros
el saber hacer esta gimnasia interesante y
agradable para sus discípulos • toda vez que
para que se obtengan satisfactorios resulta-
dos , es preciso que se practique con toda la
buena voluntad posible.
Debe tenerse mucho cuidado, sobre todo
al principio, que haya igualdad en los moví-
166 PRECEPTOS PARTICULARES.

mientos, es decir, que el lado derecho y el


izquierdo presenten una misma t e n s i ó n , una
misma energía muscular : el hábito nos pone
bien pronto en el caso de apreciar al sim-
ple golpe de vista esta importante circuns-
tancia.
Casi todo el mundo tiene u n lado de que
se sirve de preferencia : este es u n vicio de
nuestra conformación que puede traer serias
consecuencias, sobre todo en los n i ñ o s , en
quienes produce u n desarrollo incompleto, y
aun puede determinar mas tarde muchos
defectos y anomalías. Hay una excepción,
sin embargo, á esta regla general: es cuando
la desigualdad de los movimientos reconoce
por causa la existencia de u n vicio de con-
formación preexistente : en este caso los ejer-
cicios gimnásticos desiguales, modificados
según las exigencias del padecimiento por la
inteligente dirección de u n m é d i c o , t e n d r á n
una importancia inmensa como medios cura-
tivos.
FEECBPTOS PAETICTJLARES. 167

E n las niñas deben excluirse los ejercicios


marcados con el ( * ) asterisco.

Movimiento circular de la cabeza, fig. 1


( 5 , 10, 1 5 ) .
Movimiento de rotación de la cabeza, fi-
gura 2 ( 3 , 4 , 5 ) .
Movimiento circular del brazo, fig. 4 ( 4 ,
6, 1 0 ) .
Elevación lateral de los brazos, fig. 5 ( 5 ,
1 0 . 15).
Codos a t r á s , fig. 6 ( 4 , 6, 8 ) .
Manos cerradas por detrás, fig. 7 (4, 6,
8) R.
E x t e n s i ó n de los brazos hácia adelante,
fig. 9 ( 5 , 1 0 , 15).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia afuera, fi-
gura 10 ( 5 , 10, 15).
E x t e n s i ó n de los brazos hácia arriba, fi-
gura 11 ( 2 , 4 , 6 ) .
E x t e n s i ó n de los brazos hácia abajo, fi-
gura 12 ( 5 , 10, 15).
168 PEECEPTOS PAETICULAEES.

E x t e n s i ó n de los brazos hácia atrás, fi-


gura 13 ( 3 , 5, 8 ) K .
Movimiento circular de la pierna, fig. 25
(2,3,4).
Elevación lateral de la pierna ( * ) , fig. 26
(3, 5 , 8 ) .
Reunir los brazos horizontalmente, fig. 14
(4,6,8).
Desarrollo horizontal de los brazos, fig. 15
( 4 , 6, 8 ) R.
F l e x i ó n del tronco adelante y a t r á s , fi-
gura 20 ( 1 0 , 15, 2 0 ) .
Rotación del brazo sobre sí mismo, fi-
gura 16 (15, 20, 25).
L a mano describe u n 8 de guarismo, fi-
gura 17 (10, 15, 2 0 ) .
F l e x i ó n y extensión de los dedos, fig. 18
( 6 , 8, 10).
Rotación de la pierna sobre sí misma, fi-
gura 27 ( 1 0 , 15, 2 0 ) .
Aproximación de las piernas, fig. 28 (2,
3, 4 ) R.
PEECEPTOS PARTIGULAEBS. 169

Movimiento de rotación del tronco, figu-


ra 22 ( 5 , 10, 15).
Extensión y flexión de la rodilla M c i a
adelante, fig. 29 ( 3 , 4 , 5 ) .
E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla liácia
a t r á s , fig. 30 ( 5 , 6, 8 ) .
E x t e n s i ó n y flexión d é l o s pies, fig. . 3 1
( 1 0 , 15, 20).
Elevación de la rodilla hácia adelante ( * ) ,
figura 32 ( 2 , 4 , 6) R.
Enderezamiento del tronco, fig. 24 (2,
4,6).
Movimiento de segar, fig. 39 (4, 8, 12).
•Movimiento de partir leña ( * ) , fig. 40 (3,
6, 10).
Acción de sentarse, fig. 33 ( 4 , 8, 12).
Pasar un bastón por cima de la cabeza, fi-
gura 34 ( 2 , 6, 8 ) .
Marchar con el bastón, etc., fig. 35 (du-
rante 5, 8, 10 minutos).

N o teniendo el cuerpo, durante el período


170 PEECEPTOS PAETICITLAKES.

del crecimiento, la facultad de aplicar á u n


ejercicio de alguna duración toda la fuerza
muscular que desplega en la edad adulta ?
siente mas imperiosamente que en esta época
la necesidad del descanso, después de u n tra-
bajo u n poco prolongado. Se deberá, pues,
para llenar las indicaciones de una manera
provechosa, hacer acostar á los niños sobre
la espalda durante un cuarto de hora des-
pués de cada ejercicio. También debe obser-
varse la misma práctica si se considera que
el mucho tiempo que los niños permanecen
sentados en las escuelas puede perjudicar á
la conformación y desarrollo del cuerpo. Por
Otra parte, concediendo algunos momentos
de reposo á los jóvenes á quienes se obliga á
estar sentados durante muchas horas, se les
puede después exigir una energía y resisten-
cia mucho mayor de la que en otro caso po-
drían prestar.
PEECEPTOS PARTICULAEBS, 171

NOVENO PRECEPTO.

Especificación de los movimientos que se pueden


ejecutar estando sentados ó echados, parauso excepcional
de las personas paralíticas.

E n cada movimiento simple hemos indi-


cado la posición de sentado por la letra S, y
echado por E .

Movimiento circular de la cabeza, fig. 1


(10, 20, 30) S.
Movimiento de rotación de la cabeza, fi-
gura 2 ( 6 , 8, 10) S.
Elevación de los hombros, fig. 3 (30, 40,
50) S.
Movimiento circular del brazo, fig. 4 (ST
12, 20) S.
Elevación lateral de los brazos, fig. 5 ( 1 0 ,
2 0 , 3 0 ) S.
Codos a t r á s , fig. 6 ( 8 , 12, 16) S.
Respiración fuerte y desigual ( I I I , 7 ) , fi-
gura 8, S.
172 PRECEPTOS PARTICULARES.

E x t e n s i ó n del brazo hacia adelante, fig. 9


(10, 20, 30) S y E .
E x t e n s i ó n del brazo hácia afuera, fig. 10
( 1 0 , 20, 30) S y E .
E x t e n s i ó n del brazo hácia arriba, fig. 11
( 4 , 8 , 1 2 ) S.
Reunir los brazos horizontalmente, fig. 14
( 8 , 1 2 , 16) S y E .
Desarrollo horizontal de los brazos, fig. 15
( 8 , 12, 16) S y E .
Rotación de los brazos sobre sí mismos,
fig. 16 (30, 40, 50) S y E .
L a mano describe u n 8 de guarismo, figu-
ra 17 ( 2 0 , 30, 40) S y E .
Flexión y extensión de los dedos, fig. 18
( 1 2 , 1 6 , 20) S y E .
Frotar las manos, fig. 19 ( 4 0 , 60, 80)
SyE.
Flexión del tronco adelante y a t r á s , fi-
gura 20 ( 1 0 , 20, 30) S.
Flexión del cuerpo lateralmente, fig. 21
(20, 30, 40) S.
PRECEPTOS PARTICÜLAEES. US

Movimiento de rotación del tronco, fig. 22


(10, 20, 30) S y E .
Enderezamiento del tronco, fig. 24 (4, 8r
12) E .
Rotación del miembro inferior sobre sí
mismo, fig. 27 ( 2 0 , 3 0 , 4 0 ) S y E , y las
piernas ligeramente elevadas.
Aproximación de las piernas, fig. 28 (4,.
6,8)SyE.
E x t e n s i ó n y flexión de la rodilla hácia
adelante, fig. 29 ( 6 , 8, 12). Sentado se do-
bla la pierna en ángulo recto, y echado se la
eleva algunas pulgadas.
E x t e n s i ó n y ílexion del p i é , fig. 31 (20r
30, 40) S y E , las piernas moderadamente
elevadas.
Elevación de la rodilla hácia adelante, fi-
gura 32 ( 4 , 8, 12) S y E .
Pasar una caña por cima de la cabeza, fi-
gura 34 ( 4 , 12, 16) S.
Movimiento de serrar, fig. 38 ( 1 0 , 20,.
30) E .
174 PRECEPTOS PAETICTJLAE.ES.
Movimiento de segar con g u a d a ñ a , fig. 39
( 8 , 16, 24) E .
Proyección de la pierna lateralmente, fi-
gura 43 ( 8 , 16, 24). Se mantiene una de las
piernas ligeramente elevada.
Kodar sobre el dorso, fig. 45 ( 3 0 , 40,
50) E .

Para apreciar la influencia que ejerce la


posición estando el enfermo sentado ó echa-
do, debe recordarse que en ciertos movi-
mientos hace disminuir y aun desaparecer por
completo la actividad que los músculos del
dorso, de la pierna y del pié presentan en la
estación vertical.

PIN.
ÍNDICE DE MATERIAS.

PROLOGO 5
INTRODUCCION. 9
I . —OBJETO Y PLAN DE LA OBRA. . . , 39

I I . —REGLA COMÚN Á TODOS LOS EJERCICIOS. . . 49

I I I . —DESCRIPCIÓN Y EXPLICACIÓN DE LOS EJER-


CICIOS 59

IV. —PRECEPTOS PARTICULARES 137

Primer 'precepto.—Para desviar el demasiado


aflujo de sangre á la cabeza y el pecho, y
curar los dolores nerviosos de estas partes. . 140

Segundo precepto. — Para facilitar y mejorar la


respiración, en ios casos de mala configura-
ción del pecho, tisis incipiente, asma, etc. . 142
176 ÍNDICE DE MATEEIAS.

Tercer precepto.— Contra la inercia de las fun-


ciones del bajo vientre en general, y contra
las numerosas afecciones que la acompañan
los infartos de la vena porta, del hígado y
bazo, las digestiones difíciles, el estreñi-
miento, el dolor de cabeza, tumores hemor-
roidales, hipocondría, histerismo, melanco-
lía, etc 145

Cuarto precepto,—Para facilitar las deposiciones. 148


Quinto precepto.—Para el tratamiento de la su-
presión del flujo hemorroidal y del perió-
dico de la mujer 150
Sexto precepto.-—Contra, las parálisis musculares
incipientes 151
a. — Contra las parálisis incipientes de los
miembros superiores 154
í?.-—Contraía parálisis incipiente de los miem-
bros inferiores 155
Sétimo precepto.—P&va, los casos en que no hay
un padecimiento local á qué atender, sino
que se quiere obrar sobre la constitución en
general, ya curativa, ya higiénicamente; en
una palabra, para las circunstancias en que
solo se desea producir movimientos saluda-
bles, por ejemplo en la atonía muscular y
ÍNDICE DE MATERIAS. 177

nerviosa, en la anemia, escrófulas, etc., y en


las personas de vida sedentaria en general. . 158
a.—Para hombres adultos 158
Para mujeres adultas 160
c—Para las personas de ambos sexos que pa-
sen de 60 años 162
Octavo pmepto.—Para la conformación exterior
y la salud general de los niños de ambos se-
xos 163
Noveno pmepto.— Especificación de los movi-
mientos que se pueden ejecutar estando sen-
tados ó echados, para uso excepcional de las
personas paralíticas 171

FIN DEL INDICE DE MATERIAS.

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ejecución sobre las materias siguientes :

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ó labor de las huertas.—Floricultura, ó jardinería.
—Arboricultura, ó cultivo de los árboles.—Cte¿/ica-
cion botánica de las plantas y sus virtudes medici-
nales.—Cnanza ó cebamiento de animales. — Admi-
nistración rural ó económica agrícola, todo en cuanto
se ha podido para dar nociones seguras, capaces de
dar una idea exacta ele la agricultura, como ciencia
y como arte. — Conservación de las carnes, granos,
legumbres, frutas y toda clase de provisiones ali-
menticias.—Preparaaon de dulces, conservas de fru-
tas, mermeladas, chocolate, café, té, limonadas,
jarabes y ponches.—Arte de hacer el pan, los vi-
nos, la sidra, cerveza y toda clase de bebidas eco-
nómicas.— Manual práctico de la cocina española,
francesa, italiana y americana; el de la pastelería,
repostería y toda clase de licores. — Cuidados que
exigen la bodega, el corral, las aves domésticas,
los pájaros enjaulados y toda clase de animales do-
mésticos —Reglas prácticas acerca de la caza y pes-
ca, con nociones sobre los derechos délos propie-
tarios y del público consignados en la ley. — Conser-
vación de la ropa de uso, de las telas, muebles,
— 2 —
efectos de menaje y destrucción de insectos daño-
sos.—^ ríe de lavar yplancbar la ropa blanca.—Pre-
paración de todos los artículos de perfumería y to-
cador. — Instrucciones teórico-prácticas de química y
física recreativa, y de pirotécnica civil, ó arto de
hacer fuegos artificiales.—Los meses del ano., con
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TRATADO
DE LAS

ENFERMEDADES DEL ESTÓMAGO


P o r W . BRINTON.
TRADUCIDO AL FRANCÉS POR A . R I A N T .
PRECEDIDO DE UNA INTRODUCCION

DEL DOCTOR GH. LASEGUE,


Profesor de Clínica médica en la Facultad de Medicina de París.

VERTIDO AL CASTELLANO

Por la Redacción de los Anales de Ciencias Médicas.


Madrid, 1878. Un tomo en 8.°, 5 péselas en Madrid y
7 en provincias, franco de porte.

EL MONITOR DE L A SALUD DE LAS FAMILIAS


Y DE LA

SALUBRIDAD DE LOS PUEBLOS.


Revista de higiene pública y privada , de medicina y economía
d o m é s t i c a s , de policía urbana y r u r a l , etc.

FUNDADA Y DIRIGIDA

POR E L DOCTOR

D. PEDRO FELIPE MONLAU.


Esla interesante publicación, áe utilidad para to-
das las clases de la sociedad, é indispensable para mu-
chas de ellas, consta de siete tomos en 4.° mayor.
Madrid, 1858, 1859, 1860, 1861, 1862, 1863 y 1864.
Precio de cada tomo, 9,50 pesetas en Madrid y 10,50
en provincias, franco de porte.
- 4 —

ANUARIO-ALMANAQUE

DEL COMERCIO
DE LA INDUSTRIA, DE LA MAGISTRATURA
Y DE U ADMIMSTRACION
ó

A L M A N A Q U E D E L A S 400,000 S E Ñ A S

de Madrid, de las Provincias, de Ultramar y de los Estados


Hispano-Americanos

Con anuncios y referencias al Comercio é industria


nacional y extranjera.

Año primero de su publicación , 1S79. ü a tomo en 4.°


de unas 1.700 páginas.

PRECIO : 20 pesetas en toda España y 25 pesetas en


el extranjero.
Largo tiempo há se venia haciendo notar en España
la necesidad de una obra que, en el vasto campo
del comercio y de la industria, facilitase al comer-
ciante, al productor, al negociante y á todos aque-
llos que directa ó indirectamente se hallen relacio-
nados con el mundo mercantil, cuantos anteceden-
tes, noticias, datos y particularidades le fuesen indis-
pensables, de las personas, establecimientos, fun-
cionarios, agentes, corredores, corporaciones y
públicas dependencias, al mismo tiempo que el
nombro, domicilio, producción, artículos ó géneros
de su tráfico, la ocupación, clase de trabajo, arto,
industria, etc., que le fuese peculiar, ponieh'h de esa
'manera en contacto unos con otros: favoreciendo
las operaciones do cambio, la compra y venta„
y hasta proporcionando casi, pues que habia de
llevar en sí los medios para ello, una clientela que
es tan necesaria al que á esos trabajos se dedica.
E! Anuario-Almanaque del Comercio y de
la Industria para 1879 está dividido en ÜNGE
PARTES, que comprenden:
1. a Que puede denominarse Oficial. La Familia
Real, empleados de la Real Gasa, Ministros, Sena-
dores, Diputados, Consejeros de Estado, Cuerpo
diplomático nacional y extranjero, empleados de
todos los Ministerios y de sus distintas dependen-
cias, y demás oficinas del Estado.
2. a Señas por orden alfabético de apellidos de to-
dos los habitantes de Madrid.
3. a Lista general por orden alfabético de Concep-
tos, ósea todas las profesiones, como abogados,
banqueros, médicos, notarios, procuradores, etc.,
y el comercio é industria de la capital.
4. a Calles de Madrid por orden alfabético, indi-
cando el nombre, apellido, profesión, comercio ó
industria de las personas que viven en cada casa,
con el número que á cada uña de estas corresponde.
5. a Provincia de Madrid, por rigoroso orden alfa-
bético de partidos judiciales, ciudades, villas ó luga-
res, incluyendo en cada uno: i.0 una descripción
geográfica é histórica, con indicación de las carte-
rías, estaciones de ferro-carril, telégrafos, férias,
establecimientos de baños, círculos, tertuli as, casi-
nos, etc.; 2.° la parte oficial, y 3.° las profesiones,
comercio é industrias.
6. a Provincias de España por orden alfabético^
con una descripción histórica, geográfica y estadíss
tica de cada una, divididas igualmente por partidoa
judiciales, ciudades, villas ó lugares, y en la mism
forma é importancia que la provincia de Madrid^
con las profesiones, industria y comercio que cade
uno profesa ó ejerce; concluyendo esta sexta part
con los Aranceles de Aduanas de la Península é Isla8
Baleares.
—6 —
7. a Cuba con su nueva división en seis provincias
y sus Aranceles; Puerto-Rico y nuestras posesiones
de Oceanía, ó sean las Islas Filipinas, con los Aran-
celes de esta última.
8. a Méjico y las Repúblicas de las Américas del
Sur, con el mismo orden de noticias que en las pro-
vincias y colonias.
9. a El extraujero.
10. a Indice geográfico, ó sea Diccionario geográ-
fico de España muy completo.
11. a Sección de anuncios. Esta sección, para ma-
yor facilidad, va seguida de dos índices, uno por
orden alfabético de anunciantes, y otro por orden
igualmente alfabético de conceptos.
ADVERTENCIAS.

1. a Todos los habilíintes de España, Ultramar y Colonias


Hispano-Americanas QUE NO SE HALLEN comprendidos en
el Anuario de 1879 y d e s e e n f i g u r a r en el de 1880,
pueden mandar, bajo sobre, una nota que contenga su nom-
bre, aprllido, profesión, señas y punto de residencia antes
del 30 de setiembre, y serán incluidos gratis.
2. a Las personas que quisieren AÑADÍR algunos detalles
acerca de su profesión, comercio ó industria, indicaciones de
premios obtenidos en las exposiciones, escudos, viñetas y c l i -
c h é s , podrán hacerlo mediante el pago anticipado de una pe-
seta porcada línea que empleen de 50 letras del cuerpo seis.
Los clichés, escudos y viñetas serán de cuenia de los interesa-
dos, y pagarán por su inserción á prorala, según el lugar que
ocupen, al tipo de 30 letras del cuerpo seis por línea.
3. a Es indeterminado el n ú m e r o de conceptos bajo los cua-
les puede figurarse en el A n u a r i o y libre la elección de ellos.
4.1 Los extranjeros que se suscriban ó pongan anuncios ó
ampliación en e! A n u a r i o , t e n d r á n para 1880 derecho á figurar
GRATIS en este en la sección extranjera y sitio que les corres-
ponda.

ESTA OBRA ES INDISPENSABLE:


1.° á todo el gue desee hacer propaganda de su in-
dustria ó comercio (sin propaganda no se hacen ne-
—7 -
gocios); 2.° á todas las oficinas del Estado; 3.° á los
Banqueros y Agentes; 4.° á los Comisionistas; 5.° á
las Fondas, Hoteles y Cafés, pues cualquier forastero
ó extranjero que llega á una población, lo primero
que necesita es darse cuerna de ella y saber las señas
de sus habitantes; 6.° es el verdadero libro útil á to-
dos y para todos; con él todos los españoles que
desplegan actividad estarán relacionados el uno con
el otro; en fin, esta obra pondrá en contacto á Es-
paña con el extranjero y Ultramar, y de aquí el des-
arrollo de la riqueza pública.
Administración: Librería de D, Garlos Bailly-
Bailliere, plaza de Santa Ana, 10, Madrid.

MR. AUBRY,
Premiado con la MEDALLA DE ORO en la Exposición
Universal de París de 1878. — Fabricante de instru-
mentos de Cirugía, Física y Matemáticas.—Proveedor
de la Facultad de Medicina de Paris, de los Hospi-
tales civiles y militares franceses y extranjeros, de
los Caminos de Hierro, y Beneficencia municipal de
Madrid.

Boulevard Saint-Michel, núm. 6, Paris.


Esta Casa, la primera en su género, establecida
hace mas de cincuenta años, surte los principales
despachos de Paris, así como también los del ex-
tranjero. En general, la fabricación de casi todos
los nuevos instrumentos le están confiados, pues
su habilidad, perfección, precisión y exactitud en
todo ello la ha hecho acreedora á tener la preferen-
cia sobre todas.
Tetuan de Chamartin. —-Imp. de Garlos Bailly-Bailliere.

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