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Asma
ANCOCHEA portadillas 2/10/06 01:12 pm Página II
Procedimientos
en enfermedades
respiratorias
PROCEDER
Directores de la serie
Asma
Coordinadores
NEUMOMADRID
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© 2007. NEUMOMADRID
© 2007. SMMFYC
© 2007. SEMERGEN Madrid
© 2007. Grupo Ars XXI de Comunicación, S.L.
Passeig de Gràcia 84, 1.a pl. - 08008 Barcelona (España)
www.ArsXXI.com
ISBN 84-9751-173-5
Colaboradores
Carolina Cisneros Serrano
Neumóloga, Médico Adjunto, Servicio de Neumología, Hospital Universitario de La Princesa, Madrid
Presentación
El asma, esa vieja enfermedad descrita en los más antiguos tratados, continúa a
día de hoy siendo un problema importante de salud pública, motivo de interés
para epidemiólogos, neumólogos, médicos de atención primaria… y pacientes.
Pese a los avances en el conocimiento de los mecanismos subyacentes a esta
enfermedad tan heterogénea y a la aparición de nuevos, más cómodos y efica-
ces tratamientos, el asma no siempre se detecta y se trata adecuadamente, con-
tinúa aumentando el número de casos y persiste la mortalidad por su causa.
¿Otro libro sobre asma? Sí. Un volumen en el que encontrar tanto las últi-
mas novedades sobre aspectos teóricos como una guía manejable en la activi-
dad cotidiana.
Un libro en el que cada capítulo ha sido redactado por un profesional con
experiencia, y que se cierra con una revisión bibliográfica completa y actuali-
zada.
Esta publicación dedica un espacio importante al paciente, sus necesidades y
educación, e incluye un análisis pormenorizado de los tratamientos y sus formas
de aplicación, poco conocidos en general y de gran importancia a la hora de esta-
blecer un plan terapéutico o de instruir al enfermo asmático y conseguir que el
tratamiento se siga de manera eficaz y, por tanto, dé los resultados esperados.
Finalmente, otra peculiaridad de esta obra es que ha nacido del compromi-
so entre neumólogos y médicos de atención primaria, siendo la filosofía que la
preside la coordinación y comunicación entre niveles de atención sanitaria y la
continuidad en el proceso asistencial.
Sólo queda felicitarse por el resultado obtenido y esperar que sea de utili-
dad a sus lectores.
PILAR DE LUCAS RAMOS YOLANDA GINÉS DÍAZ JUAN C ARLOS COLMENAREJO HERNANDO
NEUMOMADRID SMMFYC SEMERGEN Madrid
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ANCOCHEA Indice 2/10/06 01:11 pm Página IX
Índice de capítulos
Introducción.
Bases conceptuales de la
enfermedad asmática 1
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El asma bronquial es conocida desde muy antiguo, pero hace un par de décadas se ha cambiado radi-
calmente el concepto de la misma gracias a los avances en el campo de la inmunología. Así, si bien hoy
entendemos el asma como un proceso inflamatorio crónico que afecta a la vía aérea, las causas funda-
mentales están aún por determinar.
Pero si hay algo que describe el asma es su carácter episódico con duración e intensidad variable,
su heterogeneidad y su complejidad. Es en esta enfermedad donde tiene mayor sentido ese viejo dicho
conocido en la práctica médica de «no hay enfermedades sino enfermos».
Al tratarse de una enfermedad compleja y multifactorial, en la que la subjetividad del enfermo des-
empeña un papel fundamental y en la que no existe un estándar de referencia para su diagnóstico, sigue
siendo hoy día una «gran desconocida».
DEFINICIÓN
Según la Estrategia Global para el Asma (Global Initiative for Asthma, GINA) (1), existen 5 puntos clave
que se deben considerar independientemente del estadio de gravedad de la enfermedad asmática: el
carácter inflamatorio crónico, la hiperrespuesta bronquial asociada, la limitación al flujo aéreo, la sinto-
matología, y la atopia como factor predisponente más evidente.Y no hay que olvidar la repercusión que
se deriva sobre el diagnóstico, la prevención y el manejo de esta entidad patológica al ser explicitada en
estos términos.
Así pues, la GINA opta por una definición de asma basada en las consecuencias funcionales de
dicha inflamación, que es la misma que aparece en la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA)
(2): «El asma es una inflamación crónica de las vías aéreas en la que desempeñan un papel desta-
cado determinadas células y mediadores. Este proceso se asocia a la presencia de hiperrespuesta
bronquial, que produce episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, en par-
ticular durante la noche o la madrugada. Estos episodios se asocian generalmente con un mayor o
menor grado de obstrucción al flujo aéreo, a menudo reversible de forma espontánea o con trata-
miento».
HISTORIA NATURAL
El asma es una enfermedad crónica, de carácter episódico y oscilante, que puede aparecer en cualquier
etapa de la vida, aunque suele iniciarse en la infancia.
Existen pocos estudios prospectivos, bien diseñados, que arrojen algo de luz sobre este particular
(3-6), y no disponemos de indicadores que puedan predecir en qué casos el asma continuará y en qué
grado. No obstante, se han mencionado múltiples factores que pueden contribuir a la persistencia de
los síntomas en la edad adulta (7, 8): atopia y antecedentes familiares de atopia, exposición pasiva al taba-
co, bronquiolitis por virus respiratorio sincitial (VRS) en la primera infancia, prematuridad y bajo peso al
nacer, gravedad y frecuencia de los episodios de asma y existencia de un flujo espiratorio (volumen espi-
ratorio forzado en el primer segundo [FEV1]) bajo al final de la infancia.
En uno de los estudios mencionados (6), se pone de manifiesto que el 77 % de los niños que
habían tenido bronquitis sibilante a los 7 años de edad ya no presentaban síntomas a la edad de 35 años,
y sólo el 23 % tenía asma persistente. De los que sufrían asma a los 7 años, el 50 % seguían teniendo
asma persistente a los 35 años. Además, es necesario resaltar que el 75 % de los padecían asma grave
a los 10 años presentaba asma persistente a los 35 años de edad.
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4 Asma PROCEDER
El asma es una enfermedad multifactorial que se desarrolla en un individuo previamente susceptible sobre
el que interactúan factores del propio sujeto, ambientales y desencadenantes (tabla 1-1).
Factores ambientales
Factores que determinan la susceptibilidad a desarrollar asma en sujetos predispuestos
• Alergenos de interior: polvo doméstico, alergenos animales, cucarachas, hongos
• Alergenos de exterior: pólenes, hongos
• Sensibilizantes ocupacionales: humo del tabaco (tabaquismo activo y pasivo)
• Polución ambiental: contaminantes de interior y de exterior
• Infecciones respiratorias: teoría de la higiene
• Infecciones por parásitos
• Nivel socioeconómico
• Número de hermanos
• Dieta y fármacos
• Obesidad
ción general, y estudios en gemelos que ponen de manifiesto una mayor concordancia entre monoci-
gotos que en dicigotos para asma, eccema y fiebre del heno.
Se han identificado múltiples genes que parecen estar implicados en la patogenia del asma, bien por-
que codifican proteínas ligadas a la patogenia de la enfermedad o a la respuesta inmune, o bien porque
están relacionados con el fenotipo alérgico (IgE).
• Atopia
La atopia se define como una producción anómala de anticuerpos de tipo IgE en respuesta a un aler-
geno, y se comporta como uno de los factores predisponentes para padecer asma (según diversos estu-
dios en torno a un 50 % de los casos de asma podrían atribuirse a la existencia de atopia) (11), entre
los que la edad de exposición antes de los 3 años aportaría el mayor riesgo (12). Una historia fami-
liar de atopia, al igual que de asma, se debe considerar como factor de riesgo de que el asma se expre-
se (13).
• Hiperrespuesta bronquial
La hiperrespuesta bronquial, entendida como el estrechamiento de la vía aérea de forma rápida y exa-
gerada en respuesta a un determinado estímulo, se considera un factor de riesgo de asma. Está rela-
cionada con la herencia, los valores de IgE y la inflamación de la vía aérea (14).
• Sexo y raza
Sabemos que en el asma existe una susceptibilidad de género, de manera que, en la infancia, los niños
tienen un riesgo incrementado, que podría deberse a un mayor tono muscular en la vía aérea y/o a mayo-
res valores de IgE. La prevalencia de asma es mayor en hombres que en mujeres durante la infancia,
pero esta proporción se invierte en la edad adulta, en la que cada 3 individuos afectados por la enfer-
medad, dos son mujeres. También se ha observado una mayor frecuencia de asma inducida por aspiri-
na entre las mujeres (2).
FACTORES AMBIENTALES
• Alergenos
Los alergenos y sensibilizantes ocupacionales se consideran los causantes de asma más importantes, de
modo que desencadenarán tanto crisis como síntomas persistentes siempre que exista una sensibiliza-
ción previa, aunque no está claro si son los responsables de la aparición del asma o si son meros des-
encadenantes en pacientes con asma asintomática (2).
En la tabla 1-2 se exponen los principales alergenos, tanto de interior como de exterior, que se
hallan en España. Los agentes causales de asma ocupacional o profesional ocupan una larga lista de más
de 300 principios causales, y se agrupan en función de su peso molecular y su origen orgánico o inor-
gánico. Existe una página web en la que se pueden encontrar todos los descritos (2) (http://asma-
net.com).
• Tabaco y contaminación
Se sabe que la exposición al humo del tabaco aumenta el riesgo de infecciones del tracto respira-
torio inferior en la infancia. Además, el hábito de fumar materno incrementa el riesgo de desarrollar
asma en la infancia. Sin embargo, fumar no aumenta el riesgo de padecer asma, aunque sí se asocia
a un mayor deterioro de la función pulmonar, menor respuesta al tratamiento y mayor gravedad de
asma (2).
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6 Asma PROCEDER
En relación con la contaminación, existen dos tipos fundamentales de contaminantes: los derivados
de la industria (industrial smog), constituidos por partículas complejas de dióxido de azufre, y los deriva-
dos fotoquímicos (photochemical smog), constituidos por partículas de ozono y de óxido de nitrógeno.
Algunos estudios han implicado a estos contaminantes como agravantes de asma (15). Sin embargo, exis-
te controversia dado el elevado número de variables que deben analizarse en este tipo de estudios.
• Infecciones respiratorias
Las infecciones respiratorias de carácter vírico son, sin ninguna duda, el factor desencadenante de exa-
cerbación asmática más importante, tanto en adultos como en niños. Los más frecuentemente implica-
dos son los rhinovirus, los virus Influenza y el VRS. Éste es muy importante en la infancia, dado que es
responsable de la mitad de las sibilancias en el niño y del 80 % de las bronquiolitis. Sin embargo, en la
edad adulta toman mayor relevancia los rhinovirus.
• La hipótesis de la higiene
Esta famosa teoría postula que la mejora en las condiciones de higiene y la falta de exposición a agen-
tes infecciosos que debería tener lugar durante la primera infancia provocarían un desplazamiento de
la inmunidad, aún inmadura, del tipo Th1 (antiinfecciosa) hacia el tipo Th2 (proalérgica). Así, múltiples
estudios han avalado la relación de ciertos marcadores de contacto frente a agentes infecciosos (asis-
tencia a guarderías, número de hermanos, vivir en una granja, polvo doméstico, padecer determinadas
infecciones en la infancia [micobacterias, hepatitis A, sarampión], etc.) (2) con una menor prevalencia
de asma.
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• Otros factores
Se han postulado otros factores, como los nutricionales (alimentos precocinados, aditivos, conservantes,
aumento de sodio, déficit de magnesio, aumento de grasas saturadas, déficit de vitamina C, etc.) o la obe-
sidad (en las mujeres), como posibles factores de riesgo de asma (2).
Por último, muchos de los factores mencionados actuarían también como desencadenantes o pre-
cipitantes de exacerbaciones y/o favoreciendo la persistencia de síntomas de asma, junto a otros, como
el ejercicio intenso, la hiperventilación, los cambios climáticos, expresiones extremas de emoción (risa,
llanto o miedo), la rinosinusitis, la poliposis nasal, el reflujo gastroesofágico y la menstruación.
PATOGENIA
En la patogenia del asma existen tres pilares básicos: la disfunción del músculo liso, el remodelado de la
vía aérea y el proceso de inflamación, tanto aguda como crónica (16, 17).
LA INFLAMACIÓN EN EL ASMA
La respuesta inflamatoria en el asma es extraordinariamente compleja. Se caracteriza por una enmara-
ñada interrelación entre leucocitos, células endoteliales y epiteliales, mediadores químicos, factores de
transcripción y moléculas de adhesión que da lugar a los hallazgos histopatológicos clásicos del asma:
denudación del epitelio, fibrosis subepitelial, degranulación de mastocitos y otros elementos celulares e
infiltración mucosa de eosinófilos y linfocitos (16).
En la inflamación de la enfermedad asmática tienen un papel esencial los linfocitos T, subtipo Th2,
que segregan entre otras sustancias interleucina 4 (IL-4), interleucina 5 (IL-5), interleucina 10 (IL-10) e
interleucina 13 (IL-13). La IL-5 desempeña un papel importante en la diferenciación, supervivencia, qui-
miotaxis, adhesión y activación del eosinófilo. Las IL-4 e IL-3 colaboran en la proliferación y maduración
del linfocito B, induciendo la síntesis de IgE y pueden regular la expresión de la integrina VCAM-1 (vas-
cular adhesion molecule-1) por el endotelio, para favorecer la infiltración eosinofílica. Los factores que influ-
yen en que los sujetos con asma tengan una polarización de la respuesta inmunitaria hacia el fenotipo
Th2 no han sido definitivamente aclarados. Además de linfocitos, eosinófilos y mastocitos, otras células,
como neutrófilos, macrófagos, fibroblastos, células epiteliales y sus productos de secreción, contribuyen,
de forma decisiva, a la cascada inflamatoria en el asma (fig. 1-1).
REMODELADO BRONQUIAL
El remodelado de la vía aérea es otro de los pilares básicos en la fisiopatología del asma. Se produce de
forma paralela al propio proceso de inflamación. Se considera un destacado proceso heterogéneo que
da lugar a una serie de cambios en cuanto al depósito en el tejido conectivo y alteraciones estructura-
les de la vía aérea, mediante un proceso dinámico de desdiferenciación, migración, diferenciación y madu-
ración de las células estructurales (1). De hecho, la cronicidad y progresión del proceso podría estar rela-
cionada con determinados cambios estructurales en el árbol bronquial, secundarios a los fenómenos de
reparación-cicatrización que la propia inflamación conlleva.
Así, son típicos de este proceso, por ejemplo, el engrosamiento de la lámina reticular, el aumento
en la producción de los factores de crecimiento profibróticos (TGF-β) y la proliferación y diferenciación
de fibroblastos en miofibroblastos. El remodelado bronquial conlleva un engrosamiento y mayor rigidez
de la vía aérea, que condicionan una menor respuesta al tratamiento y una obstrucción bronquial a menu-
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Reclutamiento de Activación
Persistencia de
células inflamatorias de fibroblastos
células inflamatorias
y macrófagos
Aumento de
Secreción de moco Emisión y activación
la hiperreactividad
y broncoconstricción de células epiteliales
bronquial
Figura 1-1. Mecanismos de inflamación aguda y crónica en el asma y proceso de remodelado bronquial.
Modificado de GINA (1).
do irreversible. Se ha visto que dicho proceso puede estar presente desde fases relativamente tempra-
nas de la enfermedad.
FISIOPATOLOGÍA
Las alteraciones fisiopatológicas del asma, al igual que la inflamación, se consideran tan relevantes que
forman parte de su definición (1). Estos trastornos funcionales característicos del asma son la existen-
cia de obstrucción al flujo aéreo de carácter variable y reversible y la hiperrespuesta bronquial.
HIPERRESPUESTA BRONQUIAL
La hiperrespuesta bronquial es un estrechamiento desproporcionado de las vías aéreas en respuesta a
una serie de estímulos, tanto físicos como químicos o inmunológicos, como resultado de la inestabilidad
del tono muscular de éstas (2). Constituye el trastorno fisiológico más relevante de la enfermedad y su
mecanismo no está del todo aclarado.
La presencia de hiperrespuesta bronquial en un paciente con asma se demuestra por la mayor caída
que determinados estímulos químicos o físicos producen en el FEV1, en relación con los sujetos no asmá-
ticos. Existen múltiples estímulos utilizados para medir la hiperrespuesta bronquial, mediante las prue-
bas de provocación bronquial, que se dividen en directos (aquellos fármacos que actúan directamente
sobre las células efectoras, fundamentalmente el músculo liso bronquial) o indirectos (aquellos que actúan
sobre células capaces de liberar mediadores que provocan broncoconstricción). Los más utilizados en
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la práctica son la metacolina y la histamina (directos), por su mejor reproducibilidad y por estar más estan-
darizados. Actualmente está despertando un mayor interés el 5’-monofosfato de adenosina (AMP), por
cuanto parece que guarda mayor relación con la inflamación de la vía aérea existente en el asma (18).
Se utilizan como medida la concentración (PC20) o la dosis (PD20) que provoca una caída del 20 %
en el FEV1.
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Epidemiología. Impacto
sanitario del asma 2
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El asma es una enfermedad que se considera un problema global de salud, puesto que presenta una ele-
vada prevalencia, es de carácter crónico, puede ser grave y a veces fatal, y afecta a individuos de todas
las edades (1).
El asma conlleva una gran carga o impacto en nuestra sociedad, no sólo por el gasto sanitario que
genera, sino también por la pérdida de productividad que conlleva y el efecto que produce en el estilo
de vida de cada individuo.
Como se ha señalado anteriormente, el asma se caracteriza por ser una enfermedad muy hetero-
génea, con un origen multifactorial, de curso variable e intermitente a lo largo de la vida, cuyos sínto-
mas pueden mimetizar o confundirse con otras enfermedades y en la que no existe un estándar de refe-
rencia a la hora de establecer el diagnóstico.Todo ello dificulta enormemente los estudios epidemiológicos
y la estimación de datos sobre prevalencia.
Los estudios realizados en este terreno poseen metodologías muy diferentes y utilizan definiciones
de asma distintas. La mayor parte de ellos se realizó mediante cuestionarios o encuestas telefónicas, en
las que se interrogaba sobre la presencia de síntomas de asma en el año previo o a lo largo de la vida,
y/o la existencia de un diagnóstico previo de asma realizado por un médico (sin la evidencia de crite-
rios diagnósticos rigurosos, fiables ni contrastables).
En las últimas décadas hemos asistido a un aumento progresivo de la incidencia de asma en los
países industrializados, posiblemente marcado por la creciente urbanización y la adopción de un estilo
de vida occidental (1), pero datos recientes ponen de manifiesto que dichas cifras han ido disminuyen-
do o al menos estabilizándose en los últimos años en los países más desarrollados, lo que sugiere que
la prevalencia ha tocado techo y no seguirá aumentando en el futuro en estos países (2). Sin embargo,
si tomamos como ciertas las mismas teorías, podemos esperar aumentos en la prevalencia y morbi-
mortalidad del asma en los países en vías de desarrollo (Asia y África), en los que dicha prevalencia es
baja en la actualidad (3).
PREVALENCIA
DATOS GENERALES
Los datos de prevalencia de que disponemos en la actualidad se basan en los resultados de dos grandes
estudios epidemiológicos internacionales realizados en la década de 1990. El Estudio Europeo de Salud
Respiratoria (European Community Respiratory Health Survey, ECRHS) realizado en adultos y publica-
do en 1996 (4), y el ISAAC (International Study of Asthma and Allergies in Childhood) que se realizó en
niños (5). El ECRHS determinó que la prevalencia media de asma en la población estudiada era del
4,5 %, en muestras de población general de individuos entre 20 y 44 años procedentes de 22 países de
todo el mundo, durante el período 1993-1994, siendo los países que mostraron las mayores cifras de pre-
valencia los de habla inglesa: Australia (12 %), Nueva Zelanda (10 %), Reino Unido (8 %) y Estados unidos
(7 %). Además mostró que las cifras de prevalencia eran muy variables en las distintas zonas geográficas
(fig. 2-1). Las tasas de prevalencia de asma en España determinadas en el ECRHS fueron bajas y, al igual
que ocurría en el conjunto de países, se observó una gran variabilidad según las diferentes zonas geográ-
ficas evaluadas, con cifras que oscilan entre el 2,1 % en Galdácano y el 6,3 % en Huelva (4) (tabla 2-1).
Tras 5-11 años, se han reevaluado los mismos pacientes, una cohorte de adultos jóvenes que han enveje-
cido, y se ha comprobado que existe un mayor número de pacientes tratados, pero no de síntomas de
asma, lo cual sugiere que la mayor utilización de tratamientos eficaces conduce a una disminución de la
morbilidad, o bien que un mayor número de pacientes con asma leve se reconocen como asmáticos (6).
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14 Asma PROCEDER
Figura 2-1. Prevalencia de asma en todo el mundo. Tomado de GINA, Global Burden of Asma 2004.
Tabla 2-1. Prevalencias en España. Porcentaje de prevalencia de respuesta positiva con un intervalo de confianza del 95 %
En la primera fase del estudio ISAAC, realizado durante 1994 en 19 países, se observó que la pre-
valencia de síntomas de asma en la infancia, hasta los 13-14 años, era mayor que en el grupo de adul-
tos y que, al igual que en el estudio en adultos, la prevalencia variaba enormemente entre los distintos
países, desde un 2 % en Indonesia hasta un 32 % en el Reino Unido, con buena correlación con los datos
del estudio europeo según los diferentes países. La cifra de prevalencia media en España, en el mismo
estudio, fue del 10,3 %, y oscilaba entre el 5,5 % en Pamplona y el 15,4 % en Cádiz (5).
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Durante las últimas décadas se han realizado estudios en niños españoles en diferentes comunida-
des y los resultados muestran el incremento de la prevalencia del asma en nuestro país. Según datos
recientemente publicados que comparan la prevalencia en el año 1994 con la de 2002, utilizando la meto-
dología ISAAC, en nuestro país la prevalencia en el grupo de edad entre los 13 y los 14 años apenas se
ha modificado, aunque ha habido un claro aumento entre los niños de 6 y 7 años (7).
MORTALIDAD
DATOS GENERALES
Los datos de mortalidad referidas al asma son también preocupantes; según el informe de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) del año 2000, en la actualidad se producen 180.000 muertes anuales por
asma en todo el mundo (12). En la misma línea, en el informe publicado por la GINA en 2004 se mues-
tra que una de cada 250 muertes en el mundo se debe a asma (1). Existen diferencias en las tasas de
mortalidad entre países, si bien las mayores tasas se corresponden con los países de habla inglesa, como
también ocurría con las cifras de prevalencia (fig. 2-2 y tabla 2-2).
En España, la tasa estandarizada de mortalidad para todas las edades ha disminuido de 37,8 muer-
tes por millón de habitantes en hombres (en 1980) a 10,1/106 habitantes (en 1996), y en mujeres de
19,5 a 13,8/106 habitantes, pero esta disminución no se ha observado al analizar la población infantil (13).
16 Asma PROCEDER
≥ 10,1 0-0,5
5,6-10,0 Datos estandarizados no disponibles
Figura 2-2. Mortalidad por asma en todo el mundo. Tomado de GINA, Global Burden of Asma 2004.
IMPACTO ECONÓMICO
DATOS GENERALES
Según el Libro Blanco Europeo (14), el coste total del asma en Europa es aproximadamente de 17,7 billo-
nes de euros anuales. La asistencia extrahospitalaria en conjunto supone 3,8 billones de euros, seguido
del tratamiento antiasmático (3,6 billones de euros), mientras que el gasto por hospitalización es menor
(0,5 billones de euros). Según este informe, un control deficiente del asma supondría un perjuicio en bajas
laborales y pérdida de productividad de aproximadamente 9,8 billones de euros anuales.
En Estados Unidos se estima que el asma consume entre el 1 y el 2 % del total de recursos desti-
nados a la salud pública (15). Se considera que un 50 % de los costes originados por la enfermedad está
ocasionado por los costes directos, como compra de fármacos, salarios del personal médico y visitas a
servicios de urgencias (actuaciones urgentes, ingresos hospitalarios), y el otro 50 % por los indirectos
(los recursos perdidos), que incluyen los gastos por baja laboral, incapacidad, jubilación anticipada y muer-
te prematura. Parece que hasta un 70 % del coste total de la enfermedad está ocasionado por su mal
control: la totalidad de los costes indirectos y una parte de los directos (15). Respecto a la carga eco-
nómica, aumenta exponencialmente cuando la enfermedad no está debidamente controlada, ya que se
requieren más hospitalizaciones y aumenta el número de días de trabajo perdidos, las faltas de asisten-
cia al colegio, las limitaciones en la actividad física, el insomnio y la tasa de mortalidad.
En España, un estudio realizado en una comarca de Barcelona (16) analizó los costes por asma según
la gravedad, y estimó un gasto total por asma de 2.879 dólares por paciente y año (1.336 dólares en el
asma leve, 2.407 en el asma moderado y 6.393 en el asma grave).También observó que los costes indi-
rectos suponían el doble que los directos a igual grado de gravedad, y que una minoría de pacientes
con asma grave soportaba el 41 % del coste total (tablas 2-3 y 2-4).
En otro estudio (ASES) (17) realizado en el ámbito nacional entre atención primaria y especializa-
da se determinó la demanda asistencial por asma, de modo que un 32 % del total de visitas a los espe-
cialistas y un 4 % de las visitas a atención primaria fueron por asma.
Tabla 2-3. Coste total anual por asma (en dólares americanos por paciente) y por grados de gravedad de la enfermedad
Costes indirectos
Grados de gravedad Costes directos (bajas + incapacidades) Total Por paciente
Leve (n = 140) 74.532 77.484 + 35.000 187.016a 1.336
(n = 4)
Moderado (n = 116) 121.197 104.813 + 52.500 279.270 2.407
(n = 6)
Grave (n = 77) 98.292 219.000 + 175.000a 492.292 6.393
(n = 20)
Total (n = 333) 294.781 401.297 + 262.500 958.578
Por paciente 885 1.205 + 788 2.879
ap < 0,05.
Tomado de Serra-Batlles y cols. (16).
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18 Asma PROCEDER
Tabla 2-4. Coste total anual por asma (en dólares americanos por pacientes) y por grados de gravedad de la enfermedad
Leve Moderado Grave Total
Costes (n = 40) (n = 116) (n = 77) (n = 333)
Tratamiento 253 ± 276a 473 ± 310 559 ± 340 400 ± 329
Visitas al médico general 18 ± 23 26 ± 27 39 ± 34 26 ± 29
Visitas al especialista 60 ± 56 81 ± 142 82 ± 119 72 ± 107
Hospitalización 119 ± 501a 366 ± 927 480 ± 1.247 289 ± 884
Visitas a urgencias 35 ± 75 58 ± 95 75 ± 119 52 ± 95
Pruebas diagnósticas 48 ± 74 46 ± 74 42 ± 77 46 ± 76
Total 533 ± 833a 1.050 ± 1.323 1.277 ± 1.703 885 ± 813
Los datos son medias ± desviación estándar. a p < 0,05.
Tomado de Serra-Batlles y cols. (16).
adulta, la tasa de casos por 100 habitantes/año fue de 0,4. Comparando los datos desde 1993, se obser-
va una tendencia al aumento de las crisis de asma de un 6 % (11).
En cuanto a los servicios de urgencia hospitalaria, en el año 2001 se estimó una demanda de 330
episodios de asma por cada 100.000 habitantes (tomando como fuente el registro de urgencias del
Hospital Gregorio Marañón de Madrid). Al igual que en atención primaria, se observa una tendencia
ascendente en torno al 6 % anual.
Por último, si tenemos en cuenta los datos de alta hospitalaria, durante el año 1999 se produjeron
41,8 altas por asma por cada 100.000 habitantes en hombres y 64,8 en mujeres (con una estancia media
de 7,3 días).También se observa un incremento progresivo en los ingresos por esta enfermedad desde
el año 1991 (11).
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ses I and III) in Spain. Allergy 2004; 59: 1301-1307.
ANCOCHEA 02 2/10/06 01:04 pm Página 19
Procedimiento
diagnóstico 3
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Procedimiento diagnóstico 23
SOSPECHA CLÍNICA
Sospecha clínica
Espirometría
Patrón normal Patrón obstructivo
forzada y PBD
Medida domiciliaria
PBD significativa PBD no significativa
de PEF (15 días)
Prueba terapéutica
Variabilidad Variabilidad
PEF < 20% PEF > 20%
Asma y medida del PEF
domiciliaria
Positiva Repetir la
Estudio de espirometría
hiperrespuesta
bronquial Normalización del
Negativa patrón ventilatorio
Persistencia del
patrón obstructivo
Reevaluación especializada
Figura 3-1. Algoritmo diagnóstico del asma propuesto en la GEMA. PBD, prueba broncodilatadora; PEF, flujo espiratorio máximo.
ANCOCHEA 03 2/10/06 01:05 pm Página 24
24 Asma PROCEDER
(tabla 3-1). Por tanto, el asma puede presentarse de maneras diferentes y las manifestaciones clínicas
son primordiales para la sospecha diagnóstica, pero para su confirmación los médicos necesitan medi-
das objetivas, encaminadas a demostrar una obstrucción reversible (7).
La exploración física es de poca ayuda para el diagnóstico de asma, salvo en situaciones de crisis en las
que puede encontrarse taquipnea, uso de músculos accesorios, ruidos respiratorios disminuidos, espi-
ración alargada, y roncus y sibilancias fundamentalmente espiratorios.
Para alcanzar con éxito un alto porcentaje diagnóstico es útil aplicar correctamente un algoritmo
diagnóstico y tener en cuenta las diferentes presentaciones clínicas del asma, así como las enfermeda-
des que provocan los mismos síntomas.
Diferentes presentaciones clínicas llevarán a distintos métodos diagnósticos.
En un paciente joven que acude a la consulta con episodios de tos, pitos y disnea y presenta sibi-
lancias en la auscultación, lo correcto será efectuar una espirometría que presentará obstrucción, por lo
que la prueba broncodilatadora será el método diagnóstico más adecuado y se confirmará el asma si
se demuestra reversibilidad. Quizá sea ésta la presentación que se considera más típica y en la que el
infradiagnóstico es menor, pero hay otras muy frecuentes que también hay que identificar.
Cuando la sospecha se establece por síntomas nocturnos y en el momento de la consulta la aus-
cultación y la espirometría son normales, la monitorización del flujo espiratorio máximo (PEF) durante
unos días es muy probable que demuestre variabilidad en las medidas, con lo que se confirmará el diag-
nóstico.
Otra forma de presentación corresponde a síntomas tras el ejercicio. En estos casos, lo habitual es
que la auscultación y la espirometría sean normales cuando el paciente está en la consulta. Una prueba
de ejercicio sería el método mas específico para confirmar que se trata de asma.
Es relativamente frecuente que se diagnostique asma en pacientes que refieren tos persistente sin
otros síntomas. En estos casos, una prueba de hiperrespuesta bronquial inespecífica (metacolina o his-
tamina) positiva y la desaparición de la tos tras una prueba terapéutica con esteroides inhalados con-
firman el diagnóstico.
En ocasiones se diagnostica enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) a algunos pacientes
que en realidad tienen asma por presentar una obstrucción no reversible con broncodilatadores, y se
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Procedimiento diagnóstico 25
les condena a padecer una enfermedad incapacitante si no se les identifica como asmáticos. Ante un
paciente con sospecha de asma (síntomas compatibles, no fumador, etc.) y obstrucción espiratoria apa-
rentemente irreversible debe prescribirse una pauta de esteroides orales (40 mg/día de prednisona
durante 14 días) y realizar una espirometría al iniciarla y a las 2 semanas para confirmar que no se trata
de asma oculta.
Son, por tanto, muchas las presentaciones clínicas y diversas las formas de confirmar el diagnóstico
de asma.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Hay muchas enfermedades que pueden confundirse con asma (tabla 3-2). En consecuencia, es preciso
establecer el diagnóstico diferencial aplicando las pruebas necesarias para descartarlas o confirmarlas.
Cuando éstas no se aplican y no se utilizan las pruebas objetivas para el diagnóstico de asma, con fre-
cuencia pacientes que no tienen asma se consideran como tales y se les trata incluso con esteroides
orales durante años. Las disneas funcionales y la disfunción de cuerdas vocales constituyen los mejo-
res ejemplos.
CONCLUSIONES
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que presenta hiperrespuesta
bronquial y síntomas recurrentes por episodios de obstrucción espiratoria reversibles. Para el diagnós-
tico se utilizan métodos que miden síntomas, hiperrespuesta y obstrucción, pero parece que la carac-
terística más importante, la inflamación bronquial, es olvidada como método diagnóstico. Existen méto-
dos para medir la inflamación bronquial, algunos cruentos como la biopsia bronquial o el recuento celular
por lavado broncoalveolar, que requieren fibrobroncoscopia y que, por lo tanto, no se utilizarán en la
práctica clínica. Pero hay otros métodos no cruentos, como el análisis del esputo inducido, la determi-
nación del óxido nítrico exhalado (ENO) y el análisis del aire exhalado de los que se está validando su
utilidad como instrumentos diagnósticos.
Fibrosis quística
Bronquiectasias
Cuerpo extraño inhalado
Traqueobroncomalacia
Aspiración recurrente
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
Insuficiencia cardíaca congestiva
Tumores en las vías centrales o que las invaden
Bronquiolitis obstructivas
Disfunción de cuerdas vocales
Disneas funcionales
Amiloidosis bronquial
Como parte de la diátesis asmática: aspergilosis broncopulmonar alérgica y síndromes eosinofílicos pulmonares
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26 Asma PROCEDER
En diferentes estudios (8-10) se ha demostrado que el ENO y el análisis del esputo inducido son
incluso superiores a los métodos tradicionales, con más ventajas para el ENO, ya que es una prueba rápi-
da y fácil de realizar. Por tanto, muy probablemente se incorporarán en un futuro próximo a los algo-
ritmos diagnósticos.
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Tratamiento
del asma 4
ANCOCHEA 04 3/10/06 04:10 pm Página 28
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En el curso de la lectura de las guías para el manejo del asma (1-3), se encuentran 6 puntos preferen-
ciales que sirven de norma para el tratamiento de esta enfermedad (tabla 4-1). En el momento de ana-
lizar y establecer una terapéutica farmacológica a largo plazo, tienen un interés mayor los apartados 2
y 4. El punto 2 sirve para objetivar y evaluar la gravedad de la enfermedad, por medio de síntomas y
función pulmonar (tabla 4-2), y el punto 4 para establecer un plan de tratamiento en el seno de una
enfermedad inflamatoria crónica, que está posicionado en una escalera con subidas y bajadas de ajustes
terapéuticos, según las recomendaciones asociadas a la gravedad (tabla 4-3).
El objetivo del tratamiento de esta entidad patológica, según se referencia en las guías, sería lograr
el control de la enfermedad en un tiempo mínimo, que permita el desarrollo de las actividades cotidia-
nas y prevenga las posibles consecuencias: la obstrucción crónica al flujo aéreo y la mortalidad por asma.
El término control se aplica y establece sobre la base de 8 criterios clínicos (tabla 4-4) que deben estar
presentes a la hora de manejar y de evaluar determinadas recomendaciones, que utilizan esta expresión
de un modo general.
Para establecer el tratamiento escalonado, y basándose en la etiopatogenia y características de esta
enfermedad, se cuenta con dos grupos de fármacos:
Persistente moderada Síntomas diarios > 1 vez a la semana FEV1 o PEF 60-80 %
Afectan a la actividad Variabilidad PEF > 30 %
diaria y al sueño
Persistente leve > 2 días a la semana > 2 veces al mes FEV1 o PEF 80 %
pero no a diario Variabilidad PEF 20-30 %
30 Asma PROCEDER
AAβ2-CD inh Esteroides inh AAβ2-LD inh ARLT v.o. TF v.o. E v.o. Anti-IgEa
sub
Persistente A demanda > 1.000 µg/día S = 50-100 µg/día Añadir si 100- Añadir
grave F = 9-36 µg/día control 300 mg/ si control
insuficiente 12 h insuficiente
Tabla 4-4. Criterios clínicos de control del asma según GINA y GEMA
Los esteroides inhalados, como representantes de la mediación controladora (tabla 4-5), de los
que se muestran en sus respectivas equivalencias (4) y dosis (bajas, medias y altas), tienen su impli-
cación en el escalón terapéutico en relación con la clasificación de gravedad de la enfermedad, y los
agonistas β2 inhalados como principales agentes de la medicación aliviadora de síntomas (tabla 4-6),
en su expresión de inicio rápido de acción y corta duración o de acción prolongada.
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Quizás el avance terapéutico más importante en el tratamiento del asma en los últimos 30 años
corresponda a la necesidad de administrar esteroides inhalados de mantenimiento, incluso desde eta-
pas muy tempranas (5) de la enfermedad desde el punto de vista etiopatogénico. Además, diversos estu-
dios (6-8) han demostrado que la combinación de agonistas β2 de acción prolongada y esteroides inha-
lados ofrece el mejor control sobre los síntomas, la función pulmonar y las exacerbaciones en pacientes
con asma persistente en cualquier categoría de gravedad, y que la administración conjunta posee una
acción molecular complementaria y sinérgica.
Desde un punto de vista orientativo y didáctico, es conveniente enumerar los aspectos terapéuti-
cos en cada uno de los escalones, pero asumiendo que el objetivo final será alcanzar el control de la
enfermedad, con la menor repercusión sobre la calidad de vida del sujeto y los menores efectos secun-
darios de la medicación utilizada, y que, dada la variabilidad del asma, el tratamiento puede variar en los
diversos momentos de la evolución en un mismo paciente, motivo por el que la clasificación debería
ajustarse en el momento en que se ha alcanzado y mantenido el control, y adaptarse la terapéutica a
las circunstancias clínicas concretas.
Acción corta
Salbutamol 0,1 – 3-5 60-90 180-360
Terbutalina 0,25 0,5 3-5 60-90 180-360
Fenoterol 0,05 0,2 3-5 60-90 180-360
Acción larga
Formoterol 0,012 0,009-0,0045 3-5 60-90 660-720
Salmeterola 0,25 0,5 20-45 120-240 660-720
32 Asma PROCEDER
ESCALONES TERAPÉUTICOS
PRIMER ESCALÓN
Corresponde al asma intermitente. No existe ninguna duda en el planteamiento terapéutico (9) con ago-
nistas β2 de corta duración inhalados a demanda.
1. El tratamiento con esteroides inhalados más agonistas β2 de acción prolongada frente a doble
dosis de esteroides inhalados.
2. La posibilidad terapéutica de agonistas β2 de acción prolongada solos.
3. El tratamiento con esteroides inhalados más antileucotrienos frente a esteroides inhalados.
4. El tratamiento con esteroides inhalados más antileucotrienos frente a doble dosis de esteroides
inhalados.
5. El tratamiento con esteroides inhalados más antileucotrienos frente a esteroides inhalados más
agonistas β2 de acción prolongada.
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Para el primero, en el trabajo de Karl-Christian Bergmann y cols. (12), donde se compara la eficacia
terapéutica de la asociación de esteroides inhalados y un agonista β2 de acción prolongada frente a doble
dosis de esteroides inhalados, se determina que la combinación de esteroides inhalados y agonistas β2 de
acción prolongada es igual de eficaz o superior a doblar la dosis de esteroides inhalados, respecto a las
variables flujo espiratorio máximo (PEF), síntomas, días libres de asma y utilización de agonistas β2 de corta
duración en pacientes con asma persistente moderada que permanecen con síntomas y requieren tera-
péutica suplementaria.
El segundo punto está relacionado con la tendencia práctica de prescribir agonistas β2 de acción
prolongada en pacientes con asma persistente controlada, en monoterapia. En el estudio SOCS (sal-
meterol o corticoides) de Lazarus y cols. (13), realizado con el objetivo de examinar la eficacia del sal-
meterol, un agonista β2 de acción prolongada como terapia sustitutiva, en pacientes asmáticos bien con-
trolados con dosis bajas de esteroides inhalados (triancinolona), responde a esta cuestión y demuestra
que los agonistas β2 de acción prolongada como tratamiento único no están indicados en el asma per-
sistente, y que su utilización produce un incremento de los marcadores de la inflamación, medido por
las variables de eosinofilia en esputo y óxido nítrico exhalado, y aumenta el riesgo de perder el control
de la enfermedad, analizado en número de exacerbaciones.
Para los apartados tercero y cuarto, la revisión sistemática Cochrane de Ducharme y cols. (14) con-
testa ajustadamente. Realizada con el objetivo de examinar la eficacia y seguridad de los antileucotrie-
nos añadidos a los esteroides inhalados y compararla con esteroides inhalados, se concluye que la incor-
poración de antileucotrienos a la terapéutica con esteroides inhalados produce una modesta mejoría
sobre la función pulmonar y eosinofilia, y si bien su efecto puede ser comparable a incrementar la dosis
de esteroides inhalados, no se puede confirmar la equivalencia de ambas opciones terapéuticas.
El trabajo de Leif Bjermer y cols. (15) puede ser oportuno para contestar a la comparación entre
asociar un antileucotrieno a los esteroides inhalados, o un agonista β2 de acción prolongada, que corres-
ponde al quinto punto, en el que se concluye que ambas asociaciones serían de una eficacia similar res-
pecto a la prevención de exacerbaciones, pero diferentes en términos de la variable eosinofilia en espu-
to o en sangre periférica, que de modo significativo favorece a la asociación de antileucotrienos más
esteroides inhalados.
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Educación y seguimiento
del paciente asmático 5
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Para que el tratamiento de los pacientes con asma sea correcto, éstos tienen que tomar fármacos de
forma continuada, evitar los factores desencadenantes y realizar cambios en la terapia en caso de dete-
rioro. Para ello necesitan aprender algunos conocimientos y habilidades. Además, tienen que trasladar lo
aprendido a la práctica. Es muy conocido que el grado de cumplimiento terapéutico en asma, igual que
en otras enfermedades crónicas, es muy bajo, y se sabe que mejora con estrategias educativas. La efi-
cacia de los programas educativos está sobradamente demostrada (1).
Por todo ello, no es de extrañar que en las guías nacionales e internacionales se enfatice en que la
educación es una parte integral del tratamiento del asma (2, 3).
La educación, en este contexto, puede definirse como la enseñanza de los conceptos y habilidades
necesarios para que los pacientes puedan cooperar en el tratamiento y así conseguir el control de la
enfermedad.
Los objetivos de los programas educativos son: adquirir información y habilidades de autocuidado,
mejorar el cumplimiento terapéutico, conseguir el control del asma y reducir los costes sanitarios.
La información y las habilidades básicas que debe conocer un paciente con asma (4) están reflejadas en
la tabla 5-1.
Hay una serie de elementos que resultan fundamentales para que el desarrollo de estos programas
sea eficaz: estrategias de cambio de comportamiento integradas en ellos, uso de prácticas de cuidado
compartido y de habilidades de comunicación en la relación entre médico y paciente, proceso educa-
cional claro y diseñado a la medida de las necesidades de cada paciente, uso de múltiples formatos de
enseñanza y presentación como formación continua (5).
Para el desarrollo de los programas es necesario que exista un equipo (normalmente médico y enfer-
mero) que esté compenetrado y que haga que el paciente perciba esta sintonía, que ponga en práctica los
elementos fundamentales de la educación y que se reparta adecuadamente las diferentes tareas educativas.
La Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA) recomienda algunas tareas educativas por visi-
tas médicas (3) (tabla 5-2). La parte de comunicación debe compartirse entre médico y enfermero, mien-
tras que la de información e instrucción suele recaer prácticamente en su totalidad en la enfermería.
Para desarrollar la educación es fundamental que todos los componentes del equipo utilicen habi-
lidades de comunicación, a fin de establecer una relación de confianza con los pacientes, y técnicas de
enseñanza de conocimientos.
Tabla 5-1. Información y habilidades básicas que debe conocer un paciente con asma
Conocer que es una enfermedad crónica que necesita tratamiento a largo plazo, aunque no tenga molestias
Conocer la diferencia entre inflamación y broncodilatación y entre fármacos controladores y aliviadores
Reconocer los síntomas de la enfermedad
Usar correctamente los inhaladores
Identificar los desencadenantes y saber evitarlos
Monitorizar los síntomas y el flujo espiratorio máximo
Reconocer los signos y síntomas de empeoramiento
Actuar ante el deterioro para prevenir una crisis
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40 Asma PROCEDER
El modo de transmitir la información tiene importancia para su eficacia. Así, cuando se transmite de
forma activa, con discusión interactiva, es más probable que se procesen los conocimientos, mientras
que cuando se transmite de forma pasiva, con el paciente simplemente escuchando o viendo, la reten-
ción de conocimiento es pobre, ya que esa información tiene pocas probabilidades de pasar de la
memoria de corto plazo a la de largo plazo, lo que hace muy improbable el cambio de comporta-
miento (10).
Para proporcionar información deben seguirse ciertas recomendaciones (3, 11, 12):
Los pacientes con asma tienen que aprender a tomar los fármacos inhalados correctamente, reco-
nocer y evitar los desencadenantes, controlar los síntomas y el flujo espiratorio máximo, reconocer cuán-
do el asma está empeorando y saber actuar de forma temprana en caso de deterioro de la enferme-
dad. Para la enseñanza de todas estas habilidades hay que utilizar métodos educativos adecuados para
cada paciente y técnicas conductuales eficaces.
Tousman y cols. (13) describen un procedimiento que llaman de determinación de objetivos para la
educación en asma. El método incluye: a) determinar el objetivo del cambio de comportamiento (una
determinada habilidad); b) instruir al paciente para llevar a cabo esa habilidad; c) que el asmático practi-
que la habilidad fuera de la consulta, y d) ofrecer la oportunidad de comunicar y analizar los resultados.
Una de las habilidades básicas que debe aprender un paciente con asma es la de hacer cambios en
su tratamiento en respuesta a cualquier deterioro de los signos de su enfermedad para evitar las crisis.
De alguna forma, la filosofía de los programas de educación en asma es que el paciente adquiera auto-
nomía y no requiera siempre de la consulta al médico para hacer cambios en su tratamiento. Los pro-
gramas que incluyen planes de acción por escrito son los que realmente son eficaces (1, 14-17).
Antes de elaborar un plan de autotratamiento el paciente tiene que aprender a medir y registrar
el flujo espiratorio máximo (PEF).
Los planes de acción por escrito pueden estar basados en síntomas más medidas del PEF o sola-
mente en síntomas, pero siempre deben elaborarse según las necesidades individuales de cada pacien-
te por escrito y asociados a un tratamiento óptimo y a revisiones regulares.
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42 Asma PROCEDER
Los planes deben basarse en el mejor valor de PEF del paciente y tener al menos dos puntos de
acción (14) (cuándo aumentar los esteroides inhalados y cuándo iniciar la terapia con esteroides ora-
les), aunque es preferible que incluyan también el tratamiento de mantenimiento, cuándo usar medica-
ción de alivio y cuándo y cómo solicitar ayuda médica.
Los planes de acción por escrito pueden elaborarse de diferentes formas. Quizás el método más
utilizado sea la tarjeta con diferentes zonas de colores (normalmente los de los semáforos). Cuando se
utilizan cifras de PEF, los porcentajes deben individualizarse y elaborarse tras un período de asma bien
controlado. Los límites que señalan los diferentes puntos de acción más utilizados son los del 80, 60 y
40 % del mejor PEF del paciente, aunque pueden no ser los adecuados para algunos pacientes.
La educación debe iniciarse en el momento del diagnóstico e incorporarse al cuidado regular del
paciente con asma. No finaliza tras la primera visita, dado que es esencial que sea un proceso continuo.
Durante el seguimiento hay que mantener la relación de confianza entre el médico y el paciente, pre-
guntando al paciente por las expectativas y preocupaciones sobre las que se habló en la primera visita
y los logros conseguidos, revisando los objetivos pactados y dialogando sobre el cumplimiento, refor-
zando la técnica de inhalación y revisando y reforzando la automonitorización y el plan de autotrata-
miento. Además, el tratamiento que siga el paciente debe ser óptimo. También debe organizarse un
seguimiento adecuado (donde se mida el grado de control de la enfermedad y se ajuste el trata-
miento) según las necesidades de cada paciente, con acceso fácil a consultas no programadas.
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ANCOCHEA 06 2/10/06 01:07 pm Página 45
Tratamiento
de la crisis asmática
en atención primaria y en
el medio hospitalario 6
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Una crisis asmática es un episodio agudo o subagudo de empeoramiento o aparición de uno o varios
síntomas característicos del asma en un paciente previamente estable o asintomático, acompañado de
un deterioro de la función pulmonar (disminución de los flujos aéreos espiratorios).
Puede instaurarse en minutos, horas o días.
ETIOPATOGENIA
Las situaciones que más frecuentemente desencadenan una crisis asmática son:
DIAGNÓSTICO
Para realizar el diagnóstico, nos basaremos fundamentalmente en los siguientes criterios clínicos:
• Auscultación pulmonar: aparición de sibilancias, que van en aumento según aumenta la gravedad
de la crisis. En el caso de riesgo vital, aparece «silencio auscultatorio».
• Frecuencia respiratoria.
• Pulso: el aumento en la frecuencia del pulso y de la frecuencia respiratoria se correlaciona con la
gravedad de la crisis. Sin embargo, una caída del pulso indica un riesgo vital inminente.
• Dificultad para el habla: en la crisis grave, los pacientes son incapaces de mantener las frases entre
respiraciones.
• Dificultad respiratoria: incluso tiraje intercostal.
• Grado de agitación.
• Nivel de conciencia.
• Coloración de piel y mucosas.
• Disminución del flujo espiratorio máximo (PEF).
Por otro lado, debemos tener además presente una serie de síntomas precoces de agudización, tales
como los que exponemos a continuación:
48 Asma PROCEDER
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
A la hora de realizar un diagnóstico diferencial, tendremos en cuenta los siguientes síntomas:
CLASIFICACIÓN
La crisis asmática puede clasificarse atendiendo a diversos criterios. Se puede realizar una primera clasifi-
cación según la frecuencia de aparición de las crisis:
También se puede realizar una clasificación según la intensidad de las crisis. En este caso, sólo los crite-
rios objetivos han demostrado un valor pronóstico significativo (nivel de evidencia B). De acuerdo con la
medición del PEF o del volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1) se consideran los siguien-
tes límites (nivel de evidencia D) (tabla 6-1):
TRATAMIENTO
Asma no controlada
Leve Moderada Crisis grave Crisis de riesgo vital
TRATAMIENTO AMBULATORIO
Los pilares básicos para el tratamiento de la crisis asmática en atención primaria son (fig. 6-1):
50 Asma PROCEDER
Auscultación
Pulsioximetría SatO2 < 92 %
PEF o FEV1 PEF < 33 %
No mejora
Mejoría PEF en Transportar al hospital con oxígeno
clínica y PEF cada paso. Salbutamol, 5 mg nebulizado
mantenido Pacientes
en 60 min de riesgo
• En consulta
En caso de crisis grave o riesgo vital, se debe derivar siempre al paciente a un hospital mediante UVI
móvil, ante la posibilidad de necesitar intubación y ventilación mecánica (tabla 6-2).
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No mejora
PEF en cada
Mejoría paso. Gases Salbutamol, 5 mg cada 30 min
clínica y PEF arteriales si (hasta 3 veces)
mantenido SatO2 < 92 %.
en 60 min Radiografía No mejora
de tórax Sulfato de magnesio i.v., 1-2 g en 20 min
Aminofilina i.v.
Asegurar fluidoterapia
> 70 % > 50-70 % < 50 %
52 Asma PROCEDER
TRATAMIENTO HOSPITALARIO
Los pilares básicos para el tratamiento de la crisis asmática en el hospital son (fig. 6-2):
• En primer lugar se debe evaluar la situación clínica del paciente para detectar síntomas o signos que
indiquen extrema gravedad: disminución del grado de conciencia, obnubilación, coma, bradicardia, disrit-
mia, hipotensión, cianosis, tórax silente, etc., para valorar la necesidad de intubación y ventilación mecánica.
• Medición objetiva del grado de obstrucción y de las alteraciones en el intercambio gaseoso (PEF o
FEV1 y pulsioximetría con gasometría arterial complementaria si la SatO2 es menor del 92 %).
• Si hay datos de sospecha de enfermedad añadida (neumonía, atelectasia, neumotórax, neumome-
diastino, etc.) se indicará la realización de radiografía de tórax.
En crisis leves se recomienda el uso de agonistas β2 inhalados de acción corta (salbutamol, 2,5-5 mg, o
terbutalina, 10 mg), 4 inhalaciones consecutivas de salbutamol (0,I mg/inhalación) o terbutalina (0,25 mg/inha-
lación o 0,5 mg/dosis de polvo seco) cada 10 min y 3 veces consecutivas.
A los 30-60 min se evalúa de nuevo el PEF y, si está estable y no hay signos clínicos, el paciente
puede ser dado de alta (tabla 6-3).
En crisis graves o moderadas se indicará:
La pauta recomendada es: 3 dosis consecutivas de salbutamol (2,5mg) cada 30 min y en casos gra-
ves la nebulización continua a 10 mg/h.
La vía parenteral sólo se usará en caso de deterioro del nivel de conciencia o fatiga muscular que
impida la vía inhalada.
1. Mejoría significativa en los síntomas asmáticos y capacidad para deambular correctamente sin disnea
2. No requiere medicación broncodilatadora de rescate durante la noche. Tiempo mínimo entre cada administración
de broncodilatador > 4 h
3. La exploración física es normal o casi normal
4. El FEV1 o el PEF > 70 % o del mejor valor personal, con una variabilidad diaria < 25 %
5. SatO2 > 90 %
6. El tratamiento administrado al paciente se hace de forma oral o inhalada, y de forma adecuada
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• En caso de mala respuesta inicial a los agonistas β2, el bromuro de ipratropio nebulizado (0,5 mg)
aumenta el grado de broncodilatación.
• Administración precoz de esteroides: 100-200 mg de hidrocortisona o 40-60 mg de metilpredni-
solona, preferiblemente por vía oral.
Tras la mejoría clínica y funcional (PEF o FEV1 > 70 %) en pacientes sin riesgo está indicado el alta
con tratamiento con:
Si no hay mejoría (PEF o FEV1 < 50 % o deterioro progresivo del PEF), hay que valorar el ingreso
en UCI por:
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Organización de
la asistencia al
paciente asmático 7
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La Comunidad de Madrid inició en el año 1990 un programa de atención al asma con 4 elementos:
a) vigilancia epidemiológica (p. ej., estudio epidemiológico de prevalencia del asma); b) salud medioam-
biental (p. ej., creación de una red de detección palinológica); c) formación de profesionales, y d) edu-
cación de pacientes (desarrollo de autocuidados).
En este contexto, y desde la perspectiva del clínico que atiende al asmático, el asma, como toda
enfermedad crónica, se beneficia de elementos organizativos y estructurales que favorecen su manejo.
El trabajo en equipo conlleva la distribución de la carga asistencial dentro de cada ámbito (médico,
enfermería, fisioterapeuta, etc.) y entre niveles de atención: atención primaria y atención especiali-
zada.
Los programas coordinados mejoran el uso de servicios de salud (1). En la tabla 7-1 se muestra el
reparto de tareas entre médico y enfermera de atención primaria (2, 3).
Existen datos que apuntan a una aparente descoordinación en la atención al asmático y una defi-
ciente percepción de éste sobre su enfermedad (4). Los asmáticos desean más información y actuacio-
nes más homogéneas entre los profesionales que los atienden (5).
Los diferentes modelos de atención al paciente asmático son los siguientes (6):
• Modelo centrado en la organización del sistema sanitario: en España, la atención primaria (al menos
bajo cobertura pública) es la puerta de entrada al sistema sanitario, donde médico de familia y
58 Asma PROCEDER
100 0
75 25
50 50
25 75
0 100
Intermitente Leve Moderada Grave
pediatra deben proporcionar apoyo continuado a los pacientes asmáticos. Los pacientes más graves
y de más difícil control serán atendidos en mayor grado en el medio secundario o terciario por
neumólogos, alergólogos o neumopediatras (7).
• Modelo de atención centrado en la comunidad: garantiza que, además de la red sanitaria, tanto
atención primaria como especializada, se utilicen otros recursos sociosanitarios, como la familia, far-
macias comunitarias, escuela o asociaciones de pacientes. Es un modelo que pone énfasis en los
aspectos preventivos sobre los curativos.
• Modelo centrado en las competencias profesionales: enfatiza la atención proporcionada por los
profesionales de mayor cualificación, generalmente en atención especializada. La atención primaria
quedaría como nivel asistencial que ofrecería tareas complementarias al anterior.
FORMACIÓN DE PROFESIONALES
Hay pocos estudios que comparen la atención entre atención primaria y otros niveles: importa más qué
se hace que quién lo hace (8). Los pacientes con asma deberían tener acceso a servicios de atención pri-
maria atendidos por profesionales con un apropiado entrenamiento en el manejo del asma (9). Para alcan-
zar este objetivo se aconseja hacer cursos de formación dirigidos a médicos y enfermeras.
EDUCACIÓN A PACIENTES
CONTROL DE CALIDAD
Se debe crear una política de mejora de calidad en todos los centros, definiendo criterios y estándares
de buena práctica, evaluando su cumplimiento y estableciendo medidas de mejora evaluables. Existen
indicios de que en atención primaria se utilizan menos pruebas de función respiratoria (11, 12).
60 Asma PROCEDER
Material educativo: herbario de plantas, gramíneas, etc., o atlas de plantas, vídeos educativos, guía informativa, placebos de
medicación y diferentes sistemas
Medidores de PEF homologados
Hoja de instrucciones de manejo de medicación inhalada
Hoja de manejo de medidores de PEF
Hoja de registro de los valores del miniespirómetro
Hoja de registro de incidencias en las crisis o un diario de síntomas
Tarjeta de autocontrol (semáforo) o tarjeta de cifra límite
Normas de evitación de desencadenantes
Normas en asma inducida por el ejercicio
Documentación para el médico
Hojas-registro de visitas y actividades educativas
Escala de calidad de vida
Modificado de Díaz Vázquez (13).
SISTEMA DE REGISTRO
En atención primaria predominan los centros con historia clínica informatizada, lo que favorece la codifica-
ción y registro de asma y el acceso a pacientes de riesgo. Hay evidencias de que el registro de asmáticos
en atención primaria es mejorable (12). Se recomienda la existencia de protocolos de atención que recojan
las necesidades locales de cada área de salud, coordinados entre atención primaria y asistencia especializada.
INFRAESTRUCTURA
En la tabla 7-4 se enumeran los recursos materiales necesarios para la asistencia y la educación de pacien-
tes con asma (13).
En resumen, el control del asmático bajo normas de actuación comunes, coordinadas y consensuadas
entre profesionales, y aplicables en toda la Comunidad de Madrid –con las peculiaridades que cada área de
salud pueda presentar–, se orienta a mejorar la morbimortalidad para evitar ineficiencias en el sistema de salud.
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Manejo de los
inhaladores en el asma 8
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Las guías clínicas nacionales e internacionales recomiendan la vía inhalatoria como modalidad terapéu-
tica fundamental en numerosas enfermedades respiratorias, tanto agudas como crónicas (asma, EPOC,
etc.), el medicamento actúa directamente sobre el órgano diana y la eficacia terapéutica es mayor con
menor dosis, de tal modo que disminuyen los efectos secundarios.
A través de la vía inhaladora podemos administrar : agonistas β2-adrenérgicos, anticolinérgi-
cos, cromonas, glucocor ticoides, antibióticos, mucolíticos, proteolíticos y algunas combinaciones de
ellos.
En el momento actual, no se dispone de evidencia suficiente que apoye la superioridad de ningu-
no de los sistemas de inhalación sobre otros.
Los sistemas de inhalación disponibles pueden clasificarse en dos grandes grupos (tabla 8-1):
NEBULIZADORES
INHALADORES
Nebulizadores Inhaladores
66 Asma PROCEDER
Tipo «jet» o chorro de aire No necesitan coordinar la activación-inspiración Más costosos que el resto de dispositivos
La técnica de inhalación con cartuchos presurizados requiere seguir una serie de pasos:
Figura 8-2. Cámaras espaciadoras para el uso de inhaladores presurizados a dosis controlada.
La técnica de inhalación con cámara espaciadora también exige seguir una serie de pasos:
Tabla 8-3. Ventajas e inconvenientes de los dispositivos de inhalación en cartucho presurizado (ICP)
ICP activado No es preciso coordinar activación-inspiración Más voluminosos que los convencionales
por la inspiración
68 Asma PROCEDER
Las ventajas e inconvenientes del uso de los dispositivos de inhalación en cartucho presurizado (ICP)
se muestran en la tabla 8-3.
La técnica de inhalación con inhaladores activados por la inspiración requiere los siguientes
pasos:
Figura 8-3. Sistemas de inhalación con autodisparo. Figura 8-4. Sistema de inhalación de polvo seco unidosis.
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Figura 8-5. Sistema de inhalación de polvo seco Figura 8-6. Sistema de inhalación de polvo seco
multidosis TurbuHaler®. multidosis AccuHaler®.
Describimos a continuación la técnica de inhalación con sistemas de polvo seco unidosis HandiHaler®:
1. Abrir la tapa exterior, levantar la boquilla e introducir una cápsula de medicamento en la cámara.
2. Presionar en el pulsador lateral para pinchar la cápsula.
3. Exhalar el aire fuera de la boquilla.
4. Colocar la boquilla en los labios e inspirar lenta y profundamente.
5. Contener la respiración por lo menos 10 seg.
6. Exhalar el aire lentamente.
7. Levantar la boquilla, desechar la cápsula vacía y cerrar el HandiHaler®.
1. Abrir la tapa exterior, separar las dos partes del inhalador e introducir la cápsula en la parte inferior.
2. Presionar en los dos botones laterales para pinchar la cápsula.
3. Exhalar el aire fuera de la boquilla.
4. Colocar la boquilla en los labios e inspirar lenta y profundamente.
5. Contener la respiración por lo menos 10 seg.
6. Exhalar el aire lentamente.
7. Separar las dos partes del inhalador y retirar la cápsula.
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70 Asma PROCEDER
Figura 8-7. Sistema de inhalación de polvo seco Figura 8-8. Sistema de inhalación del polvo seco
multidosis EasyHaler®. multidosis Novolizer®.
Por otro lado, los inhaladores de polvo seco multidosis son los sistemas TurbuHaler®, AccuHaler® y
EasyHaler® y Novolizer®.
Presentamos a continuación la técnica de inhalación con sistemas de polvo seco multidosis TurbuHaler®
(fig. 8-5):
A continuación, describimos la técnica de inhalación con sistemas de polvo seco multidosis AccuHaler®
(fig. 8-6):
Seguidamente, pasamos a describir la técnica de inhalación con sistemas de polvo seco multidosis
EasyHaler® (fig. 8-7):
Presentamos a continuación la técnica de inhalación con sistemas de polvo seco multidosis Novolizer®
(fig. 8-8):
La elección del sistema de inhalación dependerá de la dosis del fármaco, la edad y la habilidad del
paciente para su utilización (tabla 8-4). En niños pequeños con asma el sistema de elección son los inha-
ladores de cartucho presurizado con cámara espaciadora.
El tratamiento del asma necesita la participación activa del paciente en el seguimiento, el control
de su enfermedad y el manejo de los síntomas. Para ello es necesaria la implicación del paciente, su fami-
lia, el medico de atención primaria y el especialista.
La mejora de la adhesión y destreza de los pacientes en el uso de inhaladores pasa necesariamente
por un adecuado conocimiento teoricopráctico de éstos por los profesionales, por lo que se recomienda
formación específica en atención primaria sobre el manejo de la terapia inhalada.
72 Asma PROCEDER
Los programas educativos para pacientes (y familiares en el caso de niños, ancianos y discapacita-
dos) disminuyen el número de ingresos hospitalarios, las visitas no programadas y el absentismo labo-
ral y escolar. Los objetivos de estos programas son adquirir información y habilidades en el autocui-
dado, mejorar el cumplimiento terapéutico, conseguir el control de la enfermedad y disminuir los costes
sanitarios.
La educación del paciente debe constar de los siguientes puntos:
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Aspectos particulares
en el diagnóstico y
tratamiento del asma
en la edad infantil 9
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DEFINICIÓN
A partir de los 6-7 años de edad pueden aplicarse las definiciones de asma de cualquiera de los con-
sensos (GEMA, GINA, etc.). En niños preescolares es más adecuado aplicar las definiciones de los con-
sensos pediátricos: «sibilancias recurrentes y/o tos persistente en una situación en la que el asma es pro-
bable y se han descartado otras enfermedades menos frecuentes».
FISIOPATOLOGÍA
Aunque los mecanismos fisiopatológicos del asma en niños y en adultos son similares (inflamación cróni-
ca de la vía aérea, hiperreactividad bronquial y obstrucción reversible del flujo aéreo), existen peculiarida-
des que los diferencian debido a que los pulmones del niño se encuentran en fase de crecimiento. El tras-
torno en la maduración del sistema inmunológico del niño (hipótesis higienista) a causa de una insuficiente
exposición a infecciones bacterianas durante los primeros años de vida puede favorecer el desarrollo de
la enfermedad. Este predominio del fenotipo Th2 tiene un papel fundamental en el asma alérgico.
En los últimos años, el concepto de remodelación de la vía aérea y en particular el incremento de
la masa de músculo liso bronquial constituyen un mecanismo fundamental de la hiperreactividad bron-
quial persistente. Los corticoides inhalados tienen la capacidad de prevenir el remodelado, pero no de
revertirlo y, en este sentido, su uso precoz estaría justificado. Conforme aumenten nuestros conocimientos
acerca del remodelado bronquial y de su manifestación más directa, la hiperreactividad bronquial, ire-
mos introduciendo nuevos cambios en las guías de tratamiento del asma.
Hay muchas lagunas en cuanto a la genética del asma, aunque es indiscutible su carácter familiar y
su relación con la atopia. Son mejor conocidos los factores desencadenantes: alergenos (polvo, pólenes,
hongos, epitelio de animales), irritantes (tabaco, colorantes, conservantes), ingestión de medicamentos
(aspirina, AINE, β-bloqueantes), cambios de temperatura, ejercicio físico, emociones intensas, etc. En los
niños, sobre todo en los más pequeños, las infecciones víricas desempeñan un importante papel como
desencadenantes de las crisis asmáticas.
• Síntomas diurnos y nocturnos: comienzo, frecuencia, duración, intensidad de las crisis, síntomas
intercrisis, respuesta al tratamiento, estacionalidad, etc.
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78 Asma PROCEDER
La exploración física puede ser normal o pueden auscultarse sibilancias; en las crisis graves puede
haber hipoventilación sin sibilancias, pero existen otros síntomas y signos de insuficiencia respiratoria
aguda.
En el niño mayor de 6-7 años, los criterios diagnósticos que se deben aplicar son similares a los del
adulto (v. fig. 3-1) El problema se plantea en niños más pequeños, por la dificultad de realizar un estudio
de la función pulmonar o de demostrar la hiperreactividad bronquial.
Los síntomas de asma no son patognomónicos y pueden aparecer en otras enfermedades, por lo
que antes de diagnosticar a un niño de asma hemos de realizar un diagnóstico diferencial con otros pro-
cesos, tanto más cuanto menor sea la edad del paciente (tabla 9-1). Para ello, habrá que realizar una
batería de pruebas analíticas y radiológicas.
Una vez descartadas otras posibles enfermedades, el diagnóstico definitivo de asma debe basarse
en tres premisas:
Fibrosis quística
Displasia broncopulmonar
Malformaciones congénitas del aparato respiratorio
Anillo vascular
Inmunodeficiencia
Aspiración recurrente
Cuerpo extraño en vía aérea
Cardiopatía congénita
Reflujo gastroesofágico
Discinesia ciliar primaria
Enfermedad neuromuscular
Bronquiectasias
Tuberculosis pulmonar
Bronquiolitis obliterante
Rinitis
Sinusitis
Compresión bronquial extrínseca (adenopatías, tumores mediastínicos)
Tos recurrente
Disfunción de cuerdas vocales
Neumonía
Aspergilosis broncopulmonar alérgica
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Es más correcto denominar al «asma del lactante» síndrome de obstrucción bronquial recurrente,
de tal modo que se distinguirán tres fenotipos básicos (según los estudios evolutivos realizados por el
grupo de Fernando Martínez) en función de la evolución a largo plazo de las sibilancias:
1. Sibilancias precoces transitorias: las sibilancias aparecen antes de los tres años, generalmente dentro
del primer año de vida, y remiten antes de los 6 años. Los niños no son atópicos, y pueden o no
presentar función pulmonar disminuida desde el nacimiento, que se normaliza posteriormente. Suele
existir antecedente de tabaquismo materno durante el embarazo y los síntomas se desencadenan
por infecciones víricas. Presentan escasa respuesta al tratamiento broncodilatador, así como a la cor-
ticoterapia inhalada.
2. Sibilancias precoces persistentes: los síntomas comienzan antes de los 3 años y persisten más allá
de los 6 a 8 años. Los niños pueden ser atópicos (riesgo de persistencia) o no atópicos (suele des-
aparecer). Su primera crisis acostumbra a aparecer antes o después del primer año. Puede haber
antecedente de bronquiolitis y su función pulmonar también suele estar disminuida.
3. Sibilancias tardías: las manifestaciones clínicas se inician entre los 3 y los 6 años; la función pulmo-
nar a los 6 años es normal y se deteriora posteriormente. Suele existir atopia.
• Ayuda al diagnóstico:
– Aumento del PEF ≥ 15 % a los 15-20 min de haber inhalado un agonista β2 de acción rápida
es sugestivo de asma.
– Descenso del PEF ≥ 15 % tras 6 min de carrera libre.
– En caso de duda, podemos medir la respuesta al broncodilatador (mejoría ≥ 15 %) o demos-
trar la variabilidad intra día o interdía (si es ≥ 20 % será indicativa de asma). Esta variabilidad
ha de demostrarse en más de 3 días por semana durante 2 semanas.
• En caso de reagudización del asma, valora su gravedad.
• Facilita al niño y a sus padres el conocimiento de su enfermedad.
Conviene usarlo, por tanto, en caso de duda diagnóstica, asma mal controlada o asma de riesgo vital.
La espirometría consiste en medir los volúmenes y flujos pulmonares mediante la realización de una
espiración forzada a partir de una inspiración máxima. Con ello obtenemos la capacidad vital forzada
(FVC), el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1), el cociente FEV1/FVC, el PEF (obte-
nido por medidores portátiles), el flujo espiratorio forzado entre el 25 y el 75 % de la FVC (FEF25-75),
que mide la obstrucción de las pequeñas vías aéreas. Cuando el cociente FEV1/FVC es < 80 %, existe
obstrucción bronquial; la mejoría del FEV1 ≥ 12 % de la cifra basal tras la administración de un agonis-
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80 Asma PROCEDER
FEV1, volumen espiratorio forzado en el primer segundo; PEF, flujo espiratorio máximo.
Tomado de GEMA 2003.
Consiste en realizar una serie de medidas encaminadas a evitar el desarrollo de la enfermedad. Se trata
de realizar una prevención primaria, secundaria o terciaria según el momento evolutivo sobre el que
podamos actuar. La guía pediátrica canadiense (Canadian Pediatric Asthma Consensus Guidelines) ofrece
las siguientes recomendaciones:
• Prevención primaria: se recomienda antes de que aparezca el asma o cualquiera de las enfermedades
predisponentes, como dermatitis atópica, alergia alimentaria o rinitis alérgica. Existen datos insufi-
cientes para realizar recomendaciones de peso en cuanto a la prevención primaria. Se recomienda:
– Evitar la exposición al humo de tabaco.
– Si ambos padres son atópicos, evitar la presencia de animales de pelo en el hogar.
• Prevención secundaria: se recomienda en los niños que tienen un riesgo elevado de desarrollar asma,
pero aún no tienen síntomas. Estos pacientes tienen enfermedad alérgica o antecedentes familiares
de alergia. Se recomienda:
– Evitar el humo de tabaco en el ambiente.
– Control ambiental adecuado en caso de sensibilización a neumoalergenos.
• Prevención terciaria: se realiza cuando el paciente ha sido diagnosticado de asma. Consiste en iden-
tificar los alergenos a los que el niño está sensibilizado y tratar de evitarlos.
La finalidad del tratamiento es conseguir el control total del asma. Para ello, la GINA propone los siguien-
tes objetivos:
82 Asma PROCEDER
En un extenso estudio prospectivo de pacientes con asma leve, el uso precoz de dosis moderadas
de budesonida inhalada se asoció a un mejor control de los síntomas, una mejoría del FEV1 y, sobre todo,
una reducción en las exacerbaciones en comparación con el tratamiento con placebo. Durante el pri-
mer año de tratamiento con corticoide inhalado se puede producir un enlentecimiento en la velocidad
de crecimiento que se normaliza posteriormente.
La dosis recomendada de inicio dependerá de la edad y gravedad del paciente:
En la tabla 9-4 se muestran las dosis comparativas de los distintos corticoides inhalados.
La duración del tratamiento dependerá de la respuesta; los descensos serán muy lentos, por lo que
se mantendrá la dosis más baja con la que se consiga el control eficaz del asma.
• Teofilina
Resulta menos eficaz que los broncodilatadores de acción prolongada y que los antileucotrienos en el
tratamiento del asma. Cabría añadirse, por tanto, en el asma de difícil control una vez confirmado el diag-
nóstico y tras comprobar que el niño realiza bien el tratamiento y evita los factores desencadenantes
de su asma. Su uso es muy infrecuente en niños.
TRATAMIENTO DE RESCATE
• Agonistas β2-adrenérgicos de acción corta
Se utilizan, sobre todo, en las crisis, previamente al ejercicio o cuando aparecen síntomas de asma. Se admi-
nistran, por tanto, a demanda. El paciente debe tener pautada esta medicación de rescate y usarla cuando
lo precise. El empleo de 10-12 inhalaciones al día o 2 inhaladores o más por mes indica que el asma está
mal controlada y se debe incrementar el tratamiento inicial.
• Bromuro de ipratropio
Se emplea asociado a los agonistas β2-adrenérgicos en las crisis asmáticas moderadas o graves. En niños
con peso inferior a 30 kg, la dosis es de 250 µg/dosis en nebulización cada 6-8 h y si el peso es superior
a 30 kg la dosis es de 500 µg/dosis.
• Formoterol
Se emplea como tratamiento controlador asociado a corticoides, pero también se puede usar como medi-
cación de rescate en las crisis si el paciente lo está utilizando como tratamiento de base.
• Corticoides orales
Se utilizan en las crisis agudas, en caso de empeoramiento del asma o en asma de control difícil. Su uso en
general queda limitado a varios días. Cuando precisan utilizarse de forma más prolongada o en tandas muy
frecuentes, hay que vigilar la aparición de sus posibles efectos secundarios sobre el crecimiento, la presión
arterial, la glucemia, la mineralización ósea o la formación de cataratas subcapsulares. Las dosis empleadas
son 1-2 mg/kg/día en pauta descendente.
SISTEMAS DE INHALACIÓN
La vía inhalatoria es la de preferencia para el tratamiento del asma. Dependiendo de la edad (tabla 9-5) se
distinguen tres tipos de sistemas:
1. Inhaladores presurizados. Nunca se deben utilizar sin cámara espaciadora. El tipo de cámara depende
de la marca del fármaco y del tamaño del niño. Hasta los 4 años se emplean cámaras pequeñas
con mascarilla facial acoplada. A partir de esa edad, si el niño sabe inhalar correctamente, se usan
cámaras de mayor volumen con boquilla.
2. Inhaladores de polvo seco. Precisan un flujo inspiratorio elevado para su correcto uso, por lo que se
deben utilizar a partir de los 6-7 años. Existen tres sistemas: TurbuHaler, AccuHaler y Nebulizer.
3. Nebulizadores. Se deben utilizar solo en casos muy concretos, puesto que menos de un 10 % de
la medicación inhalada alcanza la vía aérea inferior.
ANCOCHEA 09 3/10/06 04:12 pm Página 84
84 Asma PROCEDER
Elección Alternativa
< 4 años Inhalador presurizado con cámara y mascarilla facial Nebulizador con mascarilla facial
4-6 años Inhalador presurizado con cámara espaciadora Nebulizador con mascarilla facial
La educación del paciente asmático constituye un componente fundamental en el tratamiento del asma,
sobre todo en el asma grave (nivel I de evidencia científica) o si precisa acudir frecuentemente al ser-
vicio de urgencias.
Tanto los padres como el niño (si es capaz de entenderlo) deben estar activamente implicados en
el manejo del asma; para ello deben:
Los padres deben tener, por tanto, un plan escrito sobre el manejo del asma que comprenda un
plan de prevención y acción en caso de empeoramiento.
1. Plan de prevención:
• Factores de riesgo que ha de evitar.
• Medicación diaria que debe tomar.
2. Plan de acción para detener la crisis asmática:
• Síntomas y signos de empeoramiento: tos, sibilancias, disnea, dolor torácico, alteración del
sueño, mayor frecuencia de uso de medicación de rescate, empeoramiento del PEF.
• Tratamiento del empeoramiento del asma:
– Uso de agonistas β2 de acción rápida.
– Uso de corticoides orales (dosis y frecuencia).
• Cuándo buscar atención médica:
– Gravedad de la crisis (comienzo brusco, disnea en reposo, habla entrecortada, sensación de
malestar, antecedente de otras crisis graves, etc.).
El médico y la enfermera deben realizar la educación del paciente asmático. Se puede hacer indivi-
dualmente, mediante material escrito, en forma audiovisual, en grupos, etc.
ANCOCHEA 09 3/10/06 04:12 pm Página 85
Se ha demostrado que la adherencia al tratamiento es mayor cuando los padres tienen la oportu-
nidad de manifestar sus preocupaciones, miedos y expectativas con relación a la enfermedad.
La educación del paciente asmático y de su familia debe llevarse a cabo por un equipo multidisciplinar
constituido por el pediatra, el neumólogo infantil, el alergólogo y enfermería.
El pediatra debe hacer revisiones al niño asmático y en cada una preguntarle sobre sus síntomas
diurnos y nocturnos, actividad física habitual, empeoramiento de los síntomas o mayor necesidad de medi-
cación de rescate, si ha precisado acudir al servicio de urgencias o ha requerido ingreso hospitalario.
Debe confirmar también si el niño está tomando la medicación indicada de forma correcta.También debe
preguntar a los padres acerca de sus dudas o preocupaciones con respecto a los síntomas del niño o
al tratamiento.
Cuando existan dudas diagnósticas o el niño no responda al tratamiento que se le ha prescrito o
presente asma persistente grave, es conveniente que sea remitido al neumólogo pediatra o al alergólo-
go, que efectuará las exploraciones complementarias oportunas para realizar el diagnóstico diferencial
y la valoración de las manifestaciones clínicas que presenta el paciente y emitir posteriormente el corres-
pondiente informe al pediatra.
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Índice alfabético
de materias
ANCOCHEA analítico 3/10/06 04:17 pm Página 88
ANCOCHEA analítico 3/10/06 04:17 pm Página 89
A Atención primaria, 49
Atopia, 3, 5
Agonistas β2-adrenérgicos, 65
– – acción corta, 83
– – – prolongada, 82 B
– – inhalados corta duración, 32
Alergenos, 5 Beclometasona, 32
Antagonistas receptores leucotrienos, 83 Broncodilatadores, 24
Antibióticos, 65 Bronquiolitis, 3
Anticolinérgicos, 65 Bronquitis sibilante, 3
Anticuerpo monoclonal recombinante humano, 33 Budesonida, 32
Antileucotrienos, 32
Asistencia paciente asmático, organización, 55-60
Asma bronquial, 3 C
– definición, 3
– diagnóstico, 23, 47 Calidad, control, 59
– – diferencial, 25 Cámara espaciadora, 66, 83
– edad infantil, 75 Capacidad vital forzada (FVC), 79
– – – definición, 77 Circuito flujo, pacientes, 58
– – – diagnóstico, 75, 77 Comunicación eficaz, componentes, 40
– – – fisiopatología, 77 Contaminación, 5
– – – tratamiento, 75 Contaminantes, 6
– epidemiología, 11-18 – fotoquímicos, 6
– etiología, 4 – industriales, 6
– factores ambientales, 5, 7 Control calidad, 59
– – riesgo, 4 Corticoides inhalados, 82
– – sujeto, 4 – orales, 83
– fisiopatología, 8 Crisis asmática, clasificación, 48
– formas presentación, 24 – – definición, 47
– grave, 3 – – diagnóstico, 47
– historia natural, 3 – – – diferencial, 48
– impacto económico, 17 – – etiopatogenia, 47
– – – general, 17 – – tratamiento, 48
– – – Madrid, 17 – – – ambulatorio, 49
– – sanitario, 11-18 – – – atención primaria, 49
– intermitente, 32 – – – consulta, 50
– mortalidad, 15 – – – hospitalario, 51
– – general, 15 Cromonas, 65
– – Madrid, 15 Cumplimiento terapéutico, 39
– patogenia, 7
– persistente, 3
– – grave, 33 D
– – leve, 32
– – moderada, 32 Diagnóstico asma, 23, 47
– predisposición genética, 4 – diferencial asma, 25, 48
– prevalencia, 13 Dosis controlada, inhaladores presurizados, 65
– – general, 13
– – Madrid, 15
– prevención, 81
– raza, 5
E
– sexo, 5
Educación pacientes, 37-42, 59, 84
– tratamiento, 27-33 EERCS. V. Estudio Europeo de Salud Respiratoria
– – base, 82 Enfermedad asmática, 3
– – farmacológico, 82 – – bases conceptuales, 1-9
– – objetivos, 29, 81 – pulmonar obstructiva crónica (EPOC), 24
Atención coordinada, 57 ENO. V. Óxido nítrico inhalado
– integrada, 57 Eosinófilos, 7
– modelos, 57 Epidemiología, estudios, 13
ANCOCHEA analítico 3/10/06 04:17 pm Página 90
G P
GEMA. V. Guía Española para el Manejo del Asma Paciente asmático, 37-42
Genética, predisposición, 4 – educación, 59, 84
GINA. V. Estrategia Global para el Asma – circuito flujo, 58
Glucocorticoides, 65 Patogenia, 7
Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA), 3, 23, Pediatra general, 85
39 PEF. V. Flujo espiratorio máximo
Prevalencia, 13
Procedimiento diagnóstico, 21-26
H Profesionales, formación, 59
Programas educativos, contenido, 39
Higiene, hipótesis, 6 – – objetivos, 72
Hiperrespuesta bronquial, 5, 8 Proteolíticos, 65
I
R
Impacto económico, 17
Infecciones respiratorias, 6 Raza, 5
Inflamación, 7 Registro sistema, 60
Información, requisitos básicos, 41 Remodelado bronquial, 7
Infraestructura, 60 Rescate, tratamiento, 83
Inhaladores, 65
– cámara espaciadora, 66, 83
– inspiración, 68
– polvo seco, 69, 83 S
– presurizados, 83
– – dosis controlada, 65 Salmeterol, 33
Instrucción habilidades básicas, 41 Seguimiento pacientes, 37-42
Interleucinas, 7 Sexo, 5
International Study of Asthma and Allergies in Childhood Sibilancias, 79
(ISAAC), 13 Sistema inhalación, 83
Ipratropio, bromuro, 83 – – autodisparo, 68
ISAAC. V. International Study of Asthma and Allergies in – registro, 60
Childhood Sospecha clínica, 23
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