Infancias Entrevista
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- Los niños que asisten a la escuela son, en su mayoría, hijos de padres comprometidos en la
crianza de sus hijos. Estos padres se esfuerzan por aplicar las mejores prácticas de crianza,
buscando un equilibrio entre la permisividad y la restricción. En su mayoría son niños que
provienen de familias nucleares biparentales o de familias con padres separados que
mantienen relaciones saludables en pro del bienestar del menor.
Estos niños poseen notables habilidades sociales, son amigables, abiertos, curiosos y
analíticos. En la escuela, se brinda una educación y orientación que fomentan estas
cualidades. Aunque cuentan con pautas y reglas, a veces les resulta desafiante identificar
una figura de autoridad y cumplir con ciertas normas formales.
- En mi contexto, los niños suelen percibirse como el centro de atención y los beneficiarios
principales de los esfuerzos de sus familias. Se sienten protegidos y, de manera
interesante, tienen una perspectiva que apunta a la felicidad como el objetivo principal en
la vida, a veces, incluso a cualquier costo o mediante cualquier medio. Su deseo es
disfrutar, sentirse bien y aprender mientras juegan, evitando en gran medida las presiones
asociadas con una educación tradicional basada en contenidos académicos y
memorización. En cambio, prefieren desarrollar proyectos, realizar análisis críticos y
aprender de manera más contextualizada, socializando y prestando atención a las
relaciones y los límites personales y ajenos.
Recientemente, he observado que muchos de ellos se sienten atraídos por lo que ven en
las redes sociales. Algunos aspiran a convertirse en influenciadores, aunque aun no
comprendo completamente en qué consiste esto. Me hace cuestionar cuándo y cómo las
personas que ahora estudian carreras más convencionales, como medicina, ingeniería o
derecho, llegaron a la conclusión de que eso era precisamente lo que deseaban estudiar y
a lo que querían dedicarse profesionalmente. Es cierto que ambos enfoques, el tradicional
y el más contemporáneo, tienen su valor, pero si nos encontramos ante una generación
que busca principalmente la aprobación y el reconocimiento a través de las redes sociales,
podríamos estar enfrentando desafíos significativos.
- Desde mi rol como psicólogo, frecuentemente atiendo a niños que enfrentan desafíos
relacionados con comportamientos desafiantes y oposicionistas, problemas de consumo
de sustancias, autolesiones e incluso intentos de suicidio. En mi experiencia, he llegado a
la conclusión de que muchos de estos niños tienen la percepción de que no son
importantes y que su vida es una constante lucha por sobrevivir. En ocasiones, deciden no
seguir adelante con esta lucha.
Conforme estos niños se desenvuelven en su entorno, noto que sus concepciones sobre sí
mismos, las demás personas, el mundo, el futuro e incluso su pasado varían
dramáticamente. Es evidente que aquellos que tienen una adaptación positiva, patrones
de socialización saludables y un entorno social enriquecedor muestran un desarrollo más
equilibrado. Sin embargo, a veces, incluso estos niños pueden tener dificultades para
desarrollar habilidades de comunicación efectiva con personas que no pertenecen a su
grupo social o círculo de amigos, lo que puede generar problemas en su desarrollo.
- En la actualidad, las diferencias tradicionales entre niños y niñas, que solían relacionarse
con la preferencia de actividades al aire libre, la actividad física y la confrontación, están
desapareciendo gradualmente. Es evidente que las niñas están incursionando en
comportamientos que antes se consideraban típicamente masculinos, como participar en
deportes de contacto. Además, algunas niñas ya no muestran tanto interés en fortalecer
relaciones y, en su lugar, adoptan un comportamiento más hostil o desafiante. Esto es una
tendencia que se está volviendo más común.
Sin embargo, si observamos el contexto doméstico, es posible notar que naturalmente las
niñas tienden a mantener un interés en la comunicación, la cercanía y las relaciones
sociales, mientras que los niños suelen inclinarse más hacia los retos y la competencia.
Aunque estas diferencias persisten en cierta medida, es importante destacar que cada vez
se están desdibujando con mayor claridad. Esta transformación es tan evidente que puede
representar un riesgo, ya que se observa un aumento en niñas y niños que han
experimentado historiales de consumo de sustancias, relaciones sexuales a temprana
edad y tentativas de suicidio. Esto lo menciono desde mi perspectiva como psicólogo.
Sin embargo, una diferencia que persiste es que, en cierto punto, las niñas suelen preferir
pasar tiempo con otras los niños con otros niños. No obstante, esto también puede
cambiar a medida que crecen y desean pasar tiempo juntos en grupos mixtos. En
resumen, aunque algunas diferencias siguen existiendo, muchas de ellas se están
desvaneciendo en la sociedad actual.
- Lo que diferencia a los niños de los adultos es que los niños tienen una conciencia clara de
que están en un proceso de aprendizaje. Esto debería comunicarse de manera efectiva, y
también deben sentir que están siendo protegidos, con referentes a los cuales pueden
acudir en busca de apoyo. En contraste, los adultos asumimos las consecuencias de
nuestras acciones y nos convertimos en responsables tanto de nosotros mismos como de
otras personas, especialmente en actividades laborales o académicas.
Lo que considero característico de la infancia es la capacidad de aprender a su propio
ritmo, de acuerdo con sus capacidades físicas, cognitivas y emocionales. Los niños deben
sentir que las decisiones y determinaciones de los adultos son adecuadas, protectoras y
beneficiosas para sus vidas. También es fundamental que puedan confiar en los adultos
que los cuidan, incluso cuando su relación con ellos pueda sentirse como un
confinamiento o una especie de prisión. Esto se traduce en que, si bien no tienen
autonomía total, tienen la valiosa oportunidad de aprender y crecer.
Desde una perspectiva emocional, los niños están desarrollando la capacidad de identificar
y nombrar sus emociones, aprenden a pedir ayuda y a canalizar sus sentimientos para
resolver situaciones. Tienen la libertad de expresar sus frustraciones y, a medida que
crecen, la exaltación emocional se manifiesta de diferentes maneras, como consumo de
sustancias, autolesiones o relaciones inadecuadas. Esto subraya la importancia de
desarrollar una conciencia de autocuidado y de una figura adulta cuidadora que les guíe.
En resumen, lo que caracteriza a los niños es su capacidad de absorber afecto, la
necesidad de guía y la tranquilidad proporcionada por los adultos que los cuidan, siempre
que esta guía sea beneficiosa y no caprichosa. Esta dinámica requiere paciencia, sabiduría
y un compromiso continuo de desarrollo por parte de los adultos.
2. Los niños en mi contexto buscan la felicidad y evitan presiones académicas. Ven en las
redes sociales modelos de influencia. La generación actual busca aprobación en línea, lo
que plantea desafíos.
Esta falta de guía y apoyo adecuados puede ser el resultado de diversos factores, como la
ausencia de figuras parentales, la negligencia emocional o la falta de recursos y servicios
de apoyo en la comunidad. La problemática puede afectar negativamente el bienestar y el
desarrollo saludable de los niños, y es esencial abordarla mediante programas de apoyo
familiar, educación para padres y servicios de salud mental infantil para promover una
crianza más efectiva y comprensiva.
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