Apuntes Esencia y Valor de La Democracia

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Prefacio

El ascenso del ideal democrático vino acompañado con una suerte de consenso entre los dos
bandos políticos (liberal y socialista) en pro de la democracia. Era toda una consigna, pero
como toda consigna su significado se pierde o degrada, hasta un punto donde puede significar
cualquier cosa o no significar nada.

Los nuevos enemigos de la democracia se formaron alrededor del ideal proletario (la dictadura
del proletariado del comunismo leninista) y del ideal fascista (apoyado por una burguesía
reaccionaria y antidemocrática europea).

La Libertad

La reacción de la voluntad y el individuo ante la coerción inherente de la democracia. La idea


de igualdad democrática conlleva la imposición de la voluntad ajena a las propia. Según el
autor, si el ideal de la igualdad se quiere realizar, debemos ser dominados, debe haber una
autoridad.

Contraposición entre legalidad natural (libre albedrío y naturaleza) y legalidad social (o


específica, de las sociedades).

Existiría una suerte de cambio o evolución desde el estado de libertad germánica (libertad
absoluta de todo dominio) a la libertad de los antiguos (libertad para la participación en la
sociedad y la voluntad imperante que es el Estado) que es inherente a la mecánica del
humano. De una libertad anárquica devendría una libertad democrática.

Según Rousseau, sería falso afirmar que existe verdadera libertad democrática; solamente los
pueblos serían libres al votar, luego volverían a un estado de servidumbre. El problema sería
que las minorías vencidas se doblegarían, en primer lugar, a las mayorías vencedoras, y de esto
ser así y darse un estado de dominio entonces el contrato social, aprobado por unanimidad,
tendría una fuerte contradicción, y su justificación se encontraría más bien en el pragmatismo,
pero teniendo un error irresoluble: si somos capaces de conjugar la libertad con el orden
social, deberíamos poder salir de este orden social si así lo deseáramos.

Existe también una tensión entre el deber ser y el ser. De no haber esa pugna, no existiría
ningún sometimiento al ordenamiento más allá de la voluntad del individuo. Ahora, en
democracia no puede hablarse de la idea de autodeterminación absoluta, pues un fundamento
de este sistema, aunque sea en su punto nuclear, es el sometimiento a una mayoría. De igual
forma, las mayorías tampoco son siempre las beneficiadas, pues un cambio de voluntad o un
punto de disensión hacen que el dominador pase a ser el dominado, a estar sometido a una
voluntad ajena.

De hecho, este sometimiento se da desde el inicio de la vida de casi cualquier persona, pues lo
normal es nacer bajo un sistema ya establecido y enfrentarse a esa voluntad desde pequeños,
muchas veces mediante el perfeccionamiento y rectificación del sistema.

La evolución de la libertad germánica a la libertad antigua es, según el autor, análoga a la


evolución del liberalismo a la democracia. Daría igual la aniquilación de la libertad individual si
este aplastamiento está hecho por unas mayorías de los sometidos al ordenamiento, es decir,
los votantes. Se crea así la libertad del colectivo social. Las voluntades individuales, ahora
anónimas, se unen ahora en el imperium; es el Estado el sujeto de poder.
Algunos autores deducen que dado que la persona, ahora ciudadana, anónima, se encarna y
manifiesta en el Estado, no es la persona quien deba ser libre, sino la persona misma del
Estado. Expresado de otra forma, solo sería libre el ciudadano de un Estado Libre. Es la
soberanía popular la que sustituye la libertad individual, así, a quienes no se someten a estos
preceptos y a la voluntad general les espera una libertad sometida a la voluntad del Estado.

El Pueblo

Existe un dualismo entre el concepto o idea y la realidad de ciertos elementos como lo son la
democracia, y en consecuencia su característica principal: la realidad.

En la teoría la democracia es, en la teoría, “una forma de Estado en la que el orden social es
creado por quienes están sometidos a él”. El pueblo sería en teoría el sujeto de poder que
conglomera a una sociedad homogénea, pero la realidad supone que el pueblo es una serie de
distintos grupos y grupúsculos, enfrentados o unidos por una serie de ideas e ideologías. Solo
existe, por tanto, una unidad normativa. La unidad del pueblo es solo en su sometimiento al
ordenamiento jurídico, no consiste en una unidad armoniosa de fe, tradición o lengua.

El pueblo, según Kelsen, sería “un sistema de actos individuales determinados por el
ordenamiento jurídico estatal” o “la unidad de una pluralidad de actos individuales constituida
por el ordenamiento jurídico estatal”. El hombre, debido a su naturaleza, jamás pertenece
absolutamente a la comunidad social, no puede identificarse al pueblo con un mero “conjunto
de hombres”, ya que su participación en el Estado no es absoluta, sino solamente en su
relación de “conductas ordenadas o prohibidas” (existe, en consecuencia, una esfera privada
inaccesible). Los hombres solo son tenidos como sujetos del poder cuando participan en la
producción del ordenamiento estatal; esta producción diferencia a un tipo de pueblo al
“pueblo sometido a las normas”. De aquí derivan los derechos políticos.

Pueblo en sentido activo: Ejercicio de los derechos políticos.

Pueblo en sentido pasivo: Todos aquellos sometidos al ordenamiento y a la voluntad general.

De forma parecida, existe la privación de estos derechos en relación a la nacionalidad, cuya


gran excepción fue el estado soviético, donde todos los extranjeros que estuviesen trabajando
tenían derecho a participar en el proceso político.

Los partidos políticos acaban por canalizar y dar representación efectiva a un grupo de
distintas personas con ideas semejantes; son órganos que forman la voluntad del Estado. Se
trataría de un proceso de racionalización del poder. Las hostilidades a este sistema y a estos
órganos vendrían, según el autor, de parte especial de las monarquías, en busca de que las
voluntades individuales, insignificantes en el curso y cambio de la voluntad del Estados,
queden aisladas y no puedan reunirse y sumarse. En suma, existiría una relación entre estar en
contra del sistema de partidos y estar en contra de la democracia.

 Debido a esta condición de los partidos afirma el autor: Solo desde la ingenuidad o
desde la hipocresía puede pretenderse que la democracia sea posible sin partidos
políticos. La democracia es, necesaria e inevitablemente, un sistema de partidos.

Los intereses suprapartidistas son, en base a Kelsen, una fantasía metapolítica, una entelequia
creada para denostar el sistema de partidos. El egoísmo de los partidos no difiere en absoluto
del egoísmo presente, véase, en los individuos u otros grupúsculos asociados.
 De manera que aquí el derecho político -esto es, la libertad- se devalúa esencialmente
en un simple derecho a voto. De todos los factores limitativos de la idea de libertad y,
por tanto, de la idea de democracia que hasta ahora se han mencionado, el del
parlamentarismo es quizás el más importante.

El Parlamento

La lucha contra la autocracia, dice el autor, fue una lucha por el parlamentarismo. Se
establecen algunas ventajas traídas por el parlamentarismo, que son rechazadas o bien
ignoradas por los extremismos coetáneos a Kelsen; hay un enfriamiento generalizado con el
viejo ideal democrático.

 El parlamentarismo es la formación de la voluntad normativa del Estado por un órgano


colegiado que decide por mayoría y que es elegido por el pueblo por sufragio universal
e igual, es decir, democráticamente.

La libertad supone tanto un elemento nuclear del parlamentarismo en tanto forma parte del
principio de autodeterminación democrático, como un enemigo al ser en si mismo un
concepto que, en última consecuencia, pugna con la praxis del Estado y sus formas coercitivas.

 El parlamentarismo representa, por tanto, un compromiso entre la pretensión


democrática de libertad y el principio, necesario para todo progreso técnico-social, de
la división diferenciadora del trabajo.

La ficción de la representación está condenada a una dualidad: debe hacer las funciones de
representar a sus electores y, por tanto, al pueblo, pero a su vez no puede recibir alguna
instrucción vinculante, siendo jurídicamente independiente.

 Parece ser una necesidad de todo desarrollo social, consecuencia de la naturaleza del
proceso de formación de la voluntad del Estado, que un cuerpo social técnicamente
desarrollado, además de un órgano para el gobierno (y del aparato administrativo que
le está subordinado), se cree un órgano específico, y colegiado, para la legislación.

La Reforma del Parlamentarismo

Debe ponerse en práctica el principio del referéndum en la medida de lo posible para hacer al
pueblo partícipe en el proceso legislativo y decisivo, siempre que no comprometa la
funcionalidad y racionalización que se busca.

 Conforme a la experiencia, es aconsejable que el pueblo se pronuncie sobre la decisión


del Parlamento y no sobre la ley ya promulgada y en vigor.

Acerca de la Iniciativa Legislativa Popular:

 Si el electorado no puede dar instrucciones vinculantes a sus hombres de confianza en


el Parlamento, al menos debe existir la posibilidad de que del seno del pueblo nazcan
sugerencias con arreglo a las cuales pueda orientar el Parlamento la dirección de su
actividad legislativa.

La prerrogativa de la inmunidad del diputado es algo innecesario actualmente, puesto que los
intentos de protegerlo frente al Gobierno son ilusos al entenderse al Gobierno como un
órgano situado bajo un control riguroso y oposición constante. Asimismo, la mayoría que
oprime a una minoría tampoco es el mejor argumento en tanto que la primera puede retirar su
confianza a la segunda, o incluso dejarla en manos de las autoridades.
En casos de sistemas de listas cerradas, donde el voto va meramente a un partido, debe ser
este partido el que decida si retira o no el mandato a uno de sus diputados si este se ha
enfrentado o ha amenazado a los intereses de la organización (que ha sido elegida por el
pueblo).

Otro argumento contra el Parlamentarismo concurriría en la falta de conocimientos técnicos


de los propios parlamentarios, proponiéndose consejos o Parlamentos especializados,
técnicos. El problema llega en más de una ocasión cuando uno se percata que buena parte de
los asuntos concretos (véase, economía) tienen consecuencias políticas y viceversa.

La Representación Profesional

La construcción de la corporación orgánica, alrededor de bolsas poblacionales organizadas


políticamente alrededor de una profesión común. Problema primero es que, ante todo, los
intereses profesionales no son todos los intereses de las personas. Los temas particulares, que
tienen respuestas particulares no pueden resolverse bajo esta forma de parlamentarismo.

Asimismo, existe una irresoluta tensión entre distintos grupos profesionales, como entre los
trabajadores y los empresarios. Tambie´n el sistema representativo no se extinguiría, sino
solamente el democrático; se sustituyen los cuerpos electorales políticos por corporaciones
profesionales. Un Parlamento estamental. Si para la elección de los representantes dentro de
las corporaciones se hace uso de las mayorías “mecáncias” (en contraposición a los métodos
“orgánicos” de las corporaciones), entonces, dice el autor, sería más lógico trasladar esto a la
realidad, pasando de un miembro de una profesión a ser un miembro del Estado.

Para solventar esto, Kelsen propone el parlamentarismo y el uso de la figura de los políticos
como entes ajenos, autoridades votadas democráticamente.

El autor identifica a los agoreros de las corporaciones como los burgueses, los grandes
perdedores de la democracia, esas mayorías que se volvieron minorías ante el principio de
mayorías mecánicas, que vieron como las minorías proletarias se volvieron prontamente
mayorías.

El Principio de Mayoría

El principio de mayoría implica, supuestamente, la existencia de hecho de una minoría, la cual


se encontraría protegida mediante los derechos fundamentale y las libertades civiles. Esto se
hizo para evitar la intervención del poder ejecutivo (especialmente monarcas absolutos y luego
constitucionales) en aspectos prohibidos y las libertades que quedaron reconocidas si no fuese
mediante un proceso específico (una ley espcífica, no ordinaria).

Las mayorías absolutas aproximas a la igualdad y libertad en procesos ordinarios, pero en los
extraordinarios como reformas constitucionales son las mayorías cualificadas las que parecen
ser más representativas y libres.

 Una dictadura de la mayoría sobre la minoría no es posible a la larga por el solo hecho
de que una minoría condenada a la impotencia terminará renunciando a su
participación puramente formal, y por ello improductiva, si no perjudicial, en la
formación de la voluntad colectiva, con la cual privará a la mayoría —que por
definición no es posible sin minoría— de su condición de tal. Precisamente con esta
posibilidad se le ofrece a la minoría un medio para ganar influencia en las decisiones.

El compromiso como síntesis nacida de la tesis (mayoría) y la antítesis (minoría).


Por su parte, es preferible un sistema electoral proporcional, capaz de representar mejor los
intereses políticos de entes individuados, los cuales prestan su voto y voluntad a un partido
cuya representación debe ser lo más fehaciente a la hora de propulsar dichas voluntades a la
voluntad estatal. El error se da con las circunscripciones territoriales, que en sistemas
proporcionales solo son errores de carácter orgánico y no soluciones lógicas. Existirá también
un límite en el mínimo de la representación, pues de haber tantos representantes como
representados se caería en un sistema de representación directa (un ad absurdum).

Si el sistema mayoritario estuviese representado en el Parlamento sin arreglos territoriales,


esto eliminaría a las minorías de un plumazo.

La atomización de los partidos, ante todo, supone la necesidad de coaliciones y alianzas para
alcanzar objetivos comunes, algo trasladable al los propios electores. Por otra parte también
existen los acuerdos en momentos específicos donde la falta de coaliciones para dar mayorías
no permiten el avance legislativo. También existe el obstruccionismo, o el mecanismo técnico
por el cual haciendo uso de herramientas reconocidas se decide paralizar o prolongar una
decisión parlamentaria. Su uso, según el autor, aunque dado a la crítica se ha utilizado en
mayor medida para dar un compromiso de las mayorías con las minorías.

La perorata psciológica represiva y autoconsciente que diferencia las formas de obediencia


entre democracia y dictadura sirve, ante todo, como ejemplo de como un efecto psicológico se
vuelve un velo en los ojos. Esto no significa mayor legitimidad, sino mayor convencimiento
(opinión mía).

La centralización solo funciona en comunidades etno-lingüísticas y culturalmente uniformes,


pero en las naciones de naciones, en estados variados y otras formas las potestades en materia
cultural y similares deben descentralizarse a parlamentos autónomos.

Ante la dialéctica y opinión marxista, Kelsen advierte que si es cierto que en la realidad social
se enfrentan irremediablemente dos grupos específicos, entonces no hay otra forma mejor de
representar tal contienda sin desmanses revolucionarios que en la propia democracia
parlamentaria, donde pacíficamente pueden resolverse las disputas de forma progresiva para
cuya meta es, más allá de la manifestación de la voluntad popular, la paz.

La Administración

La ejecución de las normas entra en conflicto con la democratización, especialmente en la


reclamación de responsabilidades, donde el autocrático sistema único e individual sirve mejor
a esa reclamación que el colegiado y democratizado. La excesiva democratización de la
legalidad puede suponer también el enfrentamiento de los órganos descentralizados medios-
inferior ante los órganos centrales.

Según el autor, la responsabilidad al final acaba siendo mejor cuando es el órgano central y
superior quien escoge a los medios e inferiores.

A la democraciacia le acompaña irremediablemente la burocracia, y el aumento de una suma a


la otra. Ahora se espera una mezcla de prncipios democráticos y autónomos con autocráticos
en los estadios medios e inferiores de la administración, donde dicha autonomía y
descentralización vaya acompañada de una serie de responsabilidades y órganos autocráticos
responsables ante la autoridad central.
Es necesario un órgano de control para las instituciones de la democracia. Para la
constitucionalidad debe existir un Tribunal Constitucional, por ejemplo.

La Selección de los Dirigentes

Comparación de la ideología de la libertad con la realidad social y el aspecto psicológico del


ideal del libre albedrío y la supuesta determinación de la voluntad del hombre. La democracia
y el caudillaje difieren en que la primera no permite que supuestas personas excepcionales u
honrosas tomen todo el poder para si mismos, sin mecanismos de control ni mayorías-
minorías controlando el proceso legislativo.

Supuestamente la separación de poderes es una entelequia, una enemiga de la soberanía


popular donde dicha separación se hizo con el objetivo último de dotar de un poder relevante
al monarca en tiempos de la monarquía constitucional. Análogamente, dicha separación dada
en los Estados Unidos también seria, en consecuencia, enemiga de la democracia, puesto que
si un hombre se contrapone a la voluntad popular de millones, aparentemente pierde
legitimidad la democracia.

La elección, ante todo, es una ficción de que los elegidos dotan el poder a los electores. Los
electores solo gozan de cierta autoridaad o poder decisorio de forma temporal, limitada a un
espacio concreto y casi inexistente.

La autocefalia: proceso por el cual es el pueblo quien designa a hombres iguales como
autoridades últimas en materia legislativa (y a veces ejecutivas), al contrario que el proceso de
encumbramiento y deificación de un caudillo o líder autocrático.

La mística auocrática por la cual es el mejor quien gobierna se desbarata al saberse que en la
democracia también se busca esto, con un proceso menos rígido y más variado, abriendo el
arco de posibilidades para la selección de un o unos buenos líderes (principio de competencia,
en este caso pública).

La educación y potencialidad como analogía necesaria en la realidad. De ahí el fracaso, por


ejemplo, de la revolución socialista alrededor de Europa en última instancia, donde se dispuso
de personas no preparadas e incompetentes en el poder. Era necesaria una mejor praxis.

Democracia formal y Democracia social

 El valor que define por encima de todo a la idea de la democracia no es el de igualdad,


sino el de la libertad.

Democracia y Concepción del Mundo

La democracia plantea la dificultad de aclarar su contenido estatal, la decisión entre métodos


como el soocialista o el capitalista, entre otros tantos. La contraposición entre ideales
absolutos y relativos lleva, según el autor, una carga propia de la pugna entre la autocracia
(absoluto místico-religioso) y la democracia (relativa y cambiante, abierta a la
experimentación). El relativismo como base de la democracia, la pluralidad de opiniones y
posibilidades respetadas como fundamento de la libertad democrática.

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