Natacion
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Nº 12
3º Trimestre Sesión nº 1
”Me divierto en la piscina”
Información inicial: 5’
Parte Final: 5’
5 minutos
Para nadar bajo el agua, es fundamental aprender ciertas claves ligadas a la respiración, así como
perder el miedo para evitar bloqueos en posibles momentos críticos. Te contamos algunas claves
para lograrlo.
En época de vacaciones, son muchos los que eligen un destino con playa para descansar y
relajarse. Sea en la playa o en la piscina, debemos tener unas mínimas nociones sobre
natación que garanticen la seguridad, a la vez que disfrutamos. Para ello, te ofrecemos algunos
consejos para aprender a nadar bajo el agua.
Más allá de divertirse jugando en familia, también está la opción de bucear, que es sin duda
una actividad muy placentera y que todo el mundo debería experimentar alguna vez. La sensación
de ingravidez y la belleza del fondo marino convierten esta actividad no solo en un deporte, sino
en un verdadero disfrute para los sentidos.
Antes de comenzar a nadar bajo el agua, es preciso destacar que se deben evitar los cambios
bruscos de temperatura. Esto se logra mojándonos poco a poco con el agua en la que vamos a
practicar. Si estamos en un área de piscina, podemos valernos de las duchas, y si estamos en la
playa, podemos acercarnos a la orilla y, con las manos, intentamos tomar un poco de agua para
mojarnos el cuerpo, poco a poco.
De esta forma, eliminamos el peligro de sufrir un caso de hidrocución, popularmente conocida
como «corte de digestión». Recordemos que, después de comer, la sangre se concentra en el
proceso de la digestión. Si nos zambullimos, sufrimos el golpe de agua fría y la sangre se
redistribuye, lo que deja incompleta la digestión.
También es muy importante siempre respetar cualquier indicación o señalización del lugar donde
vamos a nadar, en especial si vamos con niños. En el caso de la playa, suele haber banderas o
indicadores del riesgo del oleaje de ese momento.
Aguantar la respiración
En primer lugar, para nadar bajo el agua debemos aprender a aguantar la respiración. Cuanto más
tiempo seamos capaces contener el aire en los pulmones, más placentera será la experiencia y
podremos movernos con más agilidad.
Los niños y las personas que tengan miedo a bucear pueden empezar a practicar en la bañera o en
piscinas no muy profundas. Podemos contar los segundos para comprobar cómo vamos
aumentando la resistencia y la capacidad pulmonar. No obstante, siempre debemos hacerlo con
sentido común y sin llegar al límite que pudiera comprometer la seguridad.
Otra opción para empezar a disfrutar de las vistas del fondo marino mientras buceamos es el
esnórquel. Este sencillo método, que consta de un tubo por el que respiramos por la boca, lleva
cierto tiempo de adaptación. Debemos procurar siempre no sumergirnos demasiado para que no
entre agua por la parte superior del tubo.
Perder el miedo
El miedo a nadar bajo el agua es un gran impedimento para disfrutar de la actividad. Sumergirnos
implica enfrentarnos al miedo a lo desconocido o a posibles traumas del pasado. Si es necesario,
se puede solicitar la asistencia de un profesional para superar la aversión al agua.
Asimismo, existen cursos con monitores especializados que nos guiarán y ofrecerán mucha
información para nuestro progreso. De este modo, se podrá ir sintiendo de forma gradual más
seguridad en un medio tan diferente como el agua.
Es muy importante en el buceo tener un autocontrol sobre las emociones, fobias o ansiedades.
Una situación de estrés o estado de pánico bajo el agua puede ser muy desagradable y
peligroso. Es preciso sabernos controlar y no perder la serenidad en un momento crítico o de
incertidumbre.
Lee también: Te contamos cuáles son las fobias más comunes del mundo
Además, nadar es uno de los deportes más completos, ya que trabaja toda la musculatura del
cuerpo. Más allá de lo físico, también contribuye en mejorar la salud cardiovascular, sobre todo en
personas con sobrepeso, como detalla un estudio publicado por Biomedical Engineering Online.
Inspira a fondo y sumérgete por primera vez bajo el agua con confianza.
Da un par de brazadas para bajar y deja que tu cuerpo se deslice en el agua.
Cuando notes que se te acaba el aire, toma impulso hacia arriba, toma aire, y vuelve a sumergirte.
Puedes mantener los pies juntos, como si fueran una cola, o bien abrir y cerrar las piernas para
nadar. Busca tu propio estilo y asegúrate de perfeccionarlo junto con el instructor.
Una vez estés sumergido empieza a mover brazos y piernas. Bucear consta de 4
etapas:
1. Propulsión.
2. Recogida de los brazos.
3. Nado.
4. Batida de Piernas.
Cuando empujas con los brazos hacia atrás las piernas tienen que estar extendidas.
Cuando los brazos se dirigen hacia delante inicia el recobro de las piernas y una vez
te coloques en posición flecha, con los brazos extendidos delante de la cabeza,
propulsa con las piernas.
Recomendaciones:
1. Aguanta el aire dentro de los pulmones y comienza a soltarlo poco a poco cuando
notes que te cuesta seguir para evitar soltarlo de golpe.
2. Realiza movimientos lentos para no gastar demasiado oxígeno.
3. A mayor profundidad mayor velocidad.
¡Atención!
Al realizar mayor número de brazadas de braza o de patadas el consumo de
oxígeno va a aumentar.
En este artículo tienes entrenamientos para mejorar tus resultados y bucear más
rápido.
Si llenas los pulmones de aire, flotas más y la tendencia de tu cuerpo va a ser salir a
la superficie.
Mi consejo es coger una cantidad de aire media para lograr bucear más tiempo.
Ejemplo:
Si llenas los pulmones al máximo vas a tener una sensación incómoda a la vez vas a
tender a subir a la superficie rápidamente.
Al tener menos aire, recomiendo aguantarlo lo máximo posible y una vez empieces
a notar que necesitas salir a respirar tienes que “tragar aire”.
Haz esto cada vez que quieras salir a respirar y una vez que no puedas
más empieza a soltar el aire poco a poco por la nariz hasta subir a la superficie.
Ahora te voy a explicar qué puedes hacer para aumentar tu capacidad pulmonar.
Si tienes una enfermedad respiratoria como asma, ten mucho más cuidado y
consulta a tu médico antes de realizar cualquier entrenamiento hipóxico.
Cuanto más eficientes sean tus músculos, menos oxígeno requerirán para nadar
y producirán menos dióxido de carbono.
El corazón también es un músculo. Si lo entrenas va a estar más fuerte y vas a
poder aguantar la respiración durante más tiempo porque tu circulación será
correcta.
1. Prepara un cronómetro.
2. Coge aire y aguanta la respiración todo el tiempo que puedas.
Los intercostales.
El diafragma.
Cuando empujas tu diafragma, le das a tus pulmones más espacio para expandirse
y así puedes inhalar más oxígeno. Pruébalo ahora para notar la diferencia.
¡Prepara el cronómetro nuevamente!
Para aumentar aún más tu capacidad pulmonar, debes sentirte cómodo mental y
físicamente con el exceso de dióxido de carbono y la falta de oxígeno en la
sangre.
4×50/15″ Crol:
Ejemplo:
Ejercicio 1
Una vez completes las primeras 4×25 vuelve a repetirlo pero ahora descansa 10
segundos menos que antes.
Ejemplo:
Si en las anteriores 4×25 metros descansaste 40 segundos, ahora vas a tener 30
segundos de descanso cada 25 metros.
Ejercicio 1
Ejercicio 2
Ejercicio 3