La Pedagogía de Jesualdo Sosa Borrador PARCIAL FINAL
La Pedagogía de Jesualdo Sosa Borrador PARCIAL FINAL
La Pedagogía de Jesualdo Sosa Borrador PARCIAL FINAL
“En todo niño hay dos niños, como en todo hombre deben haber dos hombres, según afirma
Coco. Uno, el que es, el que sueña o vive en la actualidad, en todos los momentos. Y el otro,
el que quisiera ser, si no fuera el que es. O si pudiera transmutarse en ese que anhela ser”.
La pedagogía es una disciplina que busca entender el proceso educativo y proponer formas de
mejorar la calidad de la enseñanza. En este contexto, el pedagogo Jesualdo Sosa se destaca
como un referente en la educación latinoamericana y mi elección de la misma se centró en la
huella imborrable en el campo de la pedagogía que nos ha dejado como legado Jesús Aldo
Sosa, siendo este el que nos permitió poder transformar la forma en que entendemos y
practicamos la educación hoy por hoy.
En este parcial domiciliario, justificaremos por qué Jesualdo Sosa es un pedagogo a elegir en mi
caso, basándonos primeramente en su historia detallada, dejando tácito su impacto en el
ámbito educativo para poder luego justificar la elección del mismo.
El 22 de febrero de 1905, nacía en Rivera Jesús Aldo Sosa, conocido durante toda su vida como
Jesualdo. Escritor, poeta, ensayista, periodista, maestro por antonomasia y por sobre todas las
cosas pedagogo, murió durante la dictadura, perseguido por ésta, prohibidos sus libros, en
soledad. Jesualdo nació en el campo (la zona rural) cerca de la villa de Tacuarembó, en el
centro de Uruguay. Era hijo de humildes trabajadores rurales: su padre era brasileño y se
llamaba Miguel Sosa, y su madre, Cándida Olivera Prietto, era oriental.
Cuando tenía cinco años de edad, fue con su familia a vivir al pueblo de Tranqueras
(departamento de Rivera). Cuenta en “Noticias Biográficas de Jesualdo” (1981), que desde
pequeño, alternaba sus estudios primarios con el trabajo remunerado.
Cursando 6to. Grado (1917) de enseñanza primaria, en la ciudad de Rivera, se independiza
económicamente de su familia, pagando a la familia Otazú, en cuya casa se hospeda, con
favores personales. Cuando dicha familia se traslada a una chacra, en las afueras de la ciudad,
entre sus trabajos, diariamente hacía de “lector” al dueño de la casa, prácticamente ciego.
Continúa cooperando con los trabajos de la chacra y es así que, en esas circunstancias, finaliza
la primaria.
En 1918 ingresa al Liceo Departamental. Al sentirse exigido por los estudios, deja a la familia
Otazú y comienza a trabajar como empleado de encomiendas, de un empresario, el Sr.
Victorino País. Debía trabajar de noche, luego que llegaba el tren, y en esas circunstancias
repartir las encomiendas, cobrar las comisiones, etc. De ese modo aprobó 1er. año de
enseñanza secundaria y cursó segundo.
Se presenta al llamado a becas para estudiar magisterio en Montevideo. Era muy común en
ese entonces, que las personas del interior solicitaran beca para poder venir a estudiar a
Montevideo. La mayoría del magisterio uruguayo que residía en el interior, debía hacer
usufructo de una beca a tales fines. Es así que concursa por dicho llamado, obtiene la beca y
se desplaza a la capital. En 1921 ingresa al Instituto Normal para Varones, cursando los cuatro
años de la carrera profesional de Maestro, egresando en 1924. Dado que era una práctica
usual que el becado volviera, una vez egresado, a su lugar de origen antes de inclinarse por
otro rumbo, en 1925 es nombrado maestro interino en la Escuela para varones Nº 1 de Rivera,
localidad cercana al pueblo donde había vivido durante su infancia. En 1926 obtiene, por
Concurso, el cargo efectivo en la Escuela Experimental No.1 del departamento de Mdeo.
(Malvín) donde permanece durante dos años. Simultáneamente comienza en ambos rotativos:
“La Razón” y en el “Telégrafo”, su vida periodística. A partir de entonces, se dedica, además de
la docencia, a la escritura literaria, (poesía, prosa, etc.) y al periodismo.
En 1927 publica su primera obra: “Lecturas, biografías y héroes de leyenda” y “Nave del Alba
Pura”. Entre sus críticos, toma contacto con Gabriela Mistral, Nicolás Guillén, etc.
En 1928, a los 23 años contrae matrimonio con quien fuera su primera esposa María Cristina
Zerpa, maestra directora de la Esc. Rural No.56 (Canteras de Riachuelo, Colonia) y ese mismo
año solicita al Consejo de Enseñanza Primaria y Normal el traslado a esa escuela, traslado que
le es otorgado. Logrando que el Consejo de Enseñanza Primaria y Normal lo traslade a dicha
escuela rural, allí comienza su experiencia (ya iniciada en Montevideo, sobre la expresión
infantil) y permanece hasta 1935.
Durante su formación como maestro, percibió las contradicciones entre teoría y práctica, ya
que por un lado se predicaba el cuidado por el niño “…la necesidad de respetarlo y fortificarlo
en su particularización, del ambiente propicio para despertar su espontaneidad, etc.”(Sosa,
J.1945, 431) y por el otro, se les obligaba a los maestros practicantes a dar lecciones de clase
estructuradas “…al artificio engañoso de una clase amanerada, recargada de objetivaciones y
motivaciones…” (Sosa, J. 1945,431).
Así fue que decidió, una vez frente a sus propios alumnos y junto a ellos, que expresaran sus
“impulsos clausurados, las creaciones que estaban a flor de piel”, pero muy prontamente se
vio enfrentado a las direcciones, inspecciones, y reglamentaciones, quienes lo acosaban
tenazmente. Sus comentarios acerca de la escuela activa, parecerían girar en torno a lo que
para su juicio, estimaría una implementación no adaptada a la realidad educativa uruguaya. “-
No creo que ninguna reforma de enseñanza se deba empezar por los métodos. Estamos
perdiendo tiempo con cualquier método que no condense nuestra forma de realización futura,
que no sea el reflejo de nuestra proyección futura social, económica, política…” (Sosa, J.
1935,148).
En su Libreta de Clases, Jesualdo Sosa anotaba detalladamente el “Resumen de lo hecho en
la semana”, a saber: excursiones a la fábrica de vidrios de la calle Comercio (Mdeo, visita a la
exposición de pinturas en el subterráneo del Ateneo, salida al Prado en tranvía investigando y
clasificando hierbas para la colección del “mejor herbario del mundo” que se habían planteado
realizar. “No quedaba rincón de la ciudad que no visitáramos. Fábrica que no conociéramos.
Construcciones que no hubiéramos recorrido, esquematizado. ¿Pero qué les importaba esto a
ellos? Lo fundamental, creen, es que el niño se atragante de todo ese material muerto, que
nunca le servirá para nada, como no me sirvió a mí…como no sirve a nadie” (Sosa, J.1945, 44).
Pero después de las salidas didácticas, al llegar a la escuela, lo esperaban amonestaciones
“Cuando regresamos el Director nos recibió muy enojado porque dice que ya hemos salido a
pasear dos días seguidos...” o amenazas de la dirección “…El Director me amenaza en
Secretaría con un nuevo sumario. ¡Que venga! - ¡Yo me tengo que defender! -me dice el muy
gazmoño...-Yo también lo haré. Pierda cuidado, querido...” (Sosa, J.1945, 43,44). Agregando
que “…así era imposible continuar. Esos hombrecitos eran incansables para perseguir…” (…)
“Salí huyendo, asqueado, de esa escuela, que es la mentira de la escuela de nuestro país”
(Sosa, J.1935, 44). Y “…decidí instalarme en esa aldea de canteristas y jornaleros, sobre el Río
de la Plata, a quince kilómetros de la vieja Colonia del Sacramento, como medio de esquivar el
contralor tan porfiado que se realizaba en la ciudad, en la labor del maestro de banquillo”
(Sosa, J.1945, 432). Debido a continuas discusiones con las autoridades, en 1928 solicitó un
traslado a la escuela rural N° 56 de Canteras de Riachuelo, departamento de Colonia, sobre el
Río de la Plata. Ahí contrajo matrimonio con la directora de esa institución, María Cristina
Zarpa, quien venía desarrollando una muy interesante propuesta pedagógica de vínculo con la
comunidad, compuesta mayoritariamente por población migrante que se había trasladado en
busca de posibilidades de trabajo. En dicha localidad permaneció siete años desarrollando su
principal experiencia de práctica educativa, con un alumnado proveniente de contextos
signados por la explotación y el trabajo duro desde pequeños.
Jesualdo Sosa no niega la posibilidad de que la educación sea un reflejo necesario de los
intereses de la clase dominante, del ideal político-social de su tiempo, pero el autor admite
que el docente, puede cooperar en la transformación del medio. Y para sostener esta
afirmación, el maestro remite a su experiencia en la Escuela de Canteras de Riachuelo, donde
logra fusionarse con los problemas de los pobladores, patrones y obreros, padres de los
alumnos que asistían a sus clases. Allí toma conciencia del valor que posee el estar en contacto
con las “masas populares” (Ponce, A. 1939), ya que logra advertir el rol de explotado del que
también padece el maestro, pero que permanece encubierto bajo la figura de apóstol,
preferible a la de líder pedagógico.
Desde el comienzo de su acción, denunció la artificialidad de la tarea escolar pensada desde
los centros para ser aplicada en esos medios, y cuestionó los sistemas de educación que
naturalizan la realidad social y la presentan como inmodificable. Buscó y produjo diferentes
estrategias a partir de libros, revistas y todo aquel material de estudio y de lectura al que pudo
acceder. Junto con su mujer, elaboraron un programa para implementar inicialmente en el
tercer año, al que luego adhirió toda la escuela. En él se articulaba la necesidad de dar
respuestas a las carencias educativas y sociales del medio rural con la importancia otorgada a
la expresión creadora. Por su característica de ensayo, el programa no contaba con una
estrategia metodológica armada previamente, sino que se iba configurando a medida que se
avanzaba en el trabajo con el alumnado y la comunidad. La única premisa que se planteó
desde el inicio fue la necesidad de permitir y desarrollar “la expresión creadora de los niños”.
Para lograr este objetivo, se pusieron en marcha dos actividades que organizaban la tarea
escolar: los “centros de interés”, y el curso de extensión cultural o “paseos escolares”.
Mientras los primeros se basaban en la necesidad de que fuesen los alumnos quienes
decidieran acerca de los temas a estudiar e investigar, las actividades de extensión cultural se
fundamentaban en la importancia otorgada a la relación entre la escuela y la comunidad, con
propuestas pensadas más allá del aula, como salidas y jornadas artísticas. En ellas no solo se
exploraba el entorno natural y social, sino que la propia escuela se convirtió en un centro
cultural local con representaciones teatrales, festivales, etc. También destaca un periódico de
aparición semanal llamado El Marrón —nombre inspirado en la herramienta utilizada por los
trabajadores de la cantera para romper la piedra y emblema presente en la bandera del
equipo deportivo de la escuela—, que constaba de distintas secciones e informaba acerca de
acontecimientos de la comunidad, de las actividades realizadas por la escuela y,
fundamentalmente, de las acciones de sus alumnos.
A partir de dicha experiencia, publicó en 1935 su libro Vida de un maestro, escrito en un tono
confidencial más próximo al de un intercambio epistolar que al de un texto académico, donde
cuenta la vida cotidiana de esa escuela. Es un diario de clase de un joven maestro
inconformista que busca opciones a la realidad que le tocó vivir. Sin nombrarlos, la obra
recuerda a Corazón: Diario de un niño de De Amicis, a Tolstoi, y a Anton Makarenko. Como
consecuencia de las fuertes críticas sociales y educativas que la obra presentaba, fue
destituido de su cargo y se le prohibió continuar con su experiencia. Aunque censurado por la
dictadura de entonces, el libro no solo agotó rápidamente su edición uruguaya, sino que se
difundió por todo el mundo de habla hispana. Jesualdo conoció la fama a partir de estos
hechos. El período posterior de su acción y pensamiento se caracteriza por un mayor nivel la
maduración y sistematización de sus ideas. La Guerra Civil Española, y los movimientos de
liberación latinoamericanos como el extensionismo reformista universitario, el cardenismo
mexicano y la Revolución Cubana, lo encontraron definitivamente enrolado en las corrientes
de izquierda progresistas. En 1973 se alejó de la escena pública uruguaya como consecuencia
del golpe de Estado, que le prohibió todo tipo de actuación, así como la venta de sus libros, y
falleció silenciosamente en 1982 en Montevideo, sin llegar a ver el retorno de la democracia
en su país.
4. En una de sus citas del autor que me pareció a destacar porque puede reflejar muy
bien su pensamiento pedagógico y sus ideales, es la siguiente:
«Tenemos esperanzas, sin embargo, que para días futuros, en un mundo que
necesariamente se tendrá que racionalizar; en el que han de desaparecer las
injusticias más gruesas, si no todas, y en donde el hombre ya no ha de continuar más
siendo esclavo de la miseria de un trabajo encadenador, un trabajo que jamás es su
creación, como aspiraba Gorki que fuera, sino que no ha podido pasar aún de
servidumbre; para el mundo nuevo que con tanta ansia se espera y por el que se
clama en todos los tonos, estos aspectos que hemos estudiado de la expresión del
hombre adquirirán su verdadero valor. La escuela así deberá rever sus programas y
métodos, ajustar sus directivas y orientaciones y darle a este problema toda la
importancia que él tiene, por las propias necesidades sociales, las de una más amplia
solidaridad y entendimiento entre los hombres, desenvueltos desde el individuo, el
que entonces se habrá salvado definitivamente del naufragio». (Jesualdo Sosa, La
Expresión creadora del niño, 1950.)
En contraposición a la visión de Jesualdo solo pude encontrar una sola visión un poco
distinta al pedagogo Jesualdo Sosa, ya que todos los anteriores vistos en el transcurso
del año suelen tener una gran similitud poco contrapuestas a Sosa. Paso a explicar la
distinción que pude encontrar con Paul-Michel Foucault, filósofo, historiador,
sociólogo y psicólogo francés.
Según Jesualdo Sosa defiende a la idea de que la educación puede ser un proceso
liberador y emancipatorio. Para él, la educación tiene el potencial de transformar las
relaciones de poder existentes en la sociedad y promover la igualdad y la justicia
social. La educación crítica es aquella que cuestiona las estructuras de poder y busca
empoderar a los individuos para que sean agentes de cambio en su entorno. Mientras
que, por otro lado, Foucault critica esta visión optimista de la educación. En su obra
"Vigilar y castigar", sostiene que la educación es una forma de control social que
perpetúa las relaciones de poder existentes en la sociedad. Para Foucault, el poder es
algo inherente a toda relación social y no puede ser eliminado por completo. En este
sentido, la educación no puede ser liberadora, ya que siempre estará sujeta a las
dinámicas de poder.
La principal diferencia entre estas dos visiones radica en su concepción del poder.
Mientras que Sosa ve el poder como algo que puede ser transformado y utilizado para
el bien común, Foucault lo entiende como algo inevitable e ineludible. Para Sosa, la
educación crítica es una herramienta para desafiar y cambiar las estructuras de poder
existentes, mientras que, para Foucault, la educación es una forma de control social
que perpetúa dichas estructuras. Es importante destacar que ambas visiones tienen
fundamentos sólidos y han generado un amplio debate en el campo de la educación.
Por un lado, la visión de Sosa enfatiza la importancia de una educación crítica y
liberadora que promueva la igualdad y la justicia social. Por otro lado, la visión de
Foucault plantea una mirada más pesimista de la educación, señalando sus
limitaciones y cuestionando su capacidad para transformar las relaciones de poder
existentes.
Conclusiones y reflexiones
En esta reflexión final sobre el trabajo abordado, quiero destacar la relevancia que tuvo en mi
la pedagogía de Jesualdo Sosa para este trabajo ya que me ha dejado de enseñanza que desde
un contexto de desigualdad social y cultural como también se presenta en la actualidad, su
propuesta pedagógica crítica y liberadora busca formar ciudadanos conscientes y
comprometidos con la transformación.
El análisis profundo de la pedagogía de Jesualdo Sosa me ha permitido comprender cómo su
propuesta se inserta en un contexto social y político específico, buscando transformar la
educación para promover la equidad y la justicia social. Además, a lo largo de este proceso, he
podido observar y analizar las continuidades y rupturas con otras corrientes pedagógicas, lo
que me ha llevado a reflexionar sobre las diferentes perspectivas que existen en el campo
educativo, que son miles. En cuanto a la educación actual, considero que también es necesario
repensar la propuesta de Jesualdo en relación al uso de las tecnologías digitales en el proceso
educativo moderno. En un mundo cada vez más conectado, es importante explorar nuevas
formas de promover una educación participativa y activa por parte de los alumnos. Debemos
asegurarnos de que no se pierda el deseo de explorar y que los alumnos puedan desarrollar su
imaginación y curiosidad en todos los ámbitos del conocimiento.
En base a lo visto en pedagogía a lo largo de este año, hemos tenido la oportunidad de
explorar diversas corrientes pedagógicas y teorías educativas que han contribuido al desarrollo
de nuestra formación como futuros pedagogos. Además, hemos tenido el privilegio de adquirir
conocimientos a través del estudio de diferentes escritores y pensadores enriquecedores
como Focault, Pineau, Dussel, I., & Caruso, entre muchos otros.
Desde una mirada general, puedo decir que ha sido una experiencia muy gratificante. Nos ha
permitido reflexionar sobre los desafíos actuales de la educación y nos ha brindado
herramientas para construir una educación más justa e igualitaria para todos.
Quiero aprovechar este espacio para agradecer a la profesora Luna por su cariño y dedicación
hacia nuestra formación como docentes. Ella nos ha enseñado no solo conocimientos teóricos,
sino también valores fundamentales para nuestra futura labor educativa, además su pedagogía
también se basó muchísimo desde el amor y la comprensión hacia el alumno, lo que la hace
ser una de las profesoras que destaco entre tantos otros profesores que participaron en mi
formación y guardare en mi recuerdo con gran cariño.
En conclusión, este año ha sido un viaje de aprendizaje y crecimiento tanto personal como
profesional y hemos podido ampliar nuestra perspectiva, adquiriendo herramientas para
enfrentar los desafíos actuales de la educación.
Agradezco a todos los compañeros y compañeras que han compartido este camino conmigo,
así como a la profesora Luna por su guía y apoyo incondicional. Ha sido un año lleno de
aprendizajes significativos y estoy emocionada por seguir trabajando juntos para construir una
educación más justa e igualitaria para todos/as.
Bibliografía
://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/146506/Sosa%2C_Jesualdo_%282019%29_
La_expresion_cread.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- Recensiones reviews Pag. 382
://www.museofigari.gub.uy/innovaportal/file/105039/1/catalogojesualdo-museo-
figari-en-baja.pdf
-Jesualdo: la palabra mágica. Editorial Museo Figari
https://es.wikipedia.org/wiki/Jesualdo_Sosa
https://www.youtube.com/watch?v=n7BZcgJA3B4
https://www.youtube.com/watch?v=A4ZQjYLXuFw
Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI
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